Punto 15: No creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo (I) Parte 1

I. Los anticristos no creen en la existencia de Dios

Hoy vamos a hablar sobre el punto quince de las diversas manifestaciones de los anticristos: no creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo. Este punto pone al descubierto dos manifestaciones de cómo los anticristos tratan a Dios y a Cristo, que son representativas de la esencia de los anticristos. Ambas manifestaciones atañen a Dios Mismo y guardan relación por una parte con el Espíritu de Dios y por otra con Su encarnación. Los anticristos no creen en la existencia de Dios ni admiten Su encarnación. Estos son los puntos de vista que los anticristos albergan hacia Dios, y son las manifestaciones principales de cómo lo tratan. Por ahora no vamos a hablar sobre la esencia de estas dos manifestaciones principales, en vez de eso discutamos primero cómo se manifiesta la incredulidad hacia la existencia de Dios de los anticristos, es decir, qué pensamientos, puntos de vista y actitudes, así como qué comportamientos, manifestaciones y enfoques específicos tienen dichos anticristos hacia Él que prueban que no creen en Su existencia. ¿Existen manifestaciones concretas de su incredulidad? Algunos dirán: “La incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios significa sencillamente que no admiten este hecho y niegan Su existencia. En su corazón, creen que no hay Dios y que el Espíritu de Dios, Dios Mismo y el Creador son invisibles e inexistentes. Para ellos, el título ‘Dios’ está vacío y es un producto de la imaginación humana. ¿Acaso no es esto algo sencillo de explicar y compartir? ¿Cómo se relaciona con la esencia de los anticristos? ¿Cómo es que hay manifestaciones específicas de esto? ¿Acaso no es hacer una montaña de un grano de arena? ¿De veras es tan complejo?”. ¿Es correcto este planteamiento? Si os pidieran que compartierais el tema de que los anticristos no creen en la existencia de Dios, ¿cómo hablaríais sobre ello y lo diseccionaríais? Por ejemplo, piensa en una persona especialmente falsa. ¿Eres capaz de hablar acerca de las manifestaciones concretas de su falsedad? Si te limitas a decir: “Esta persona es muy falsa y siempre miente, no dice ni una palabra que sea verdad”, ¿habrás terminado entonces de compartir? ¿Cuáles son los estados y manifestaciones específicos de la falsedad? ¿Cómo puedes diseccionar la de esa persona? ¿Qué enfoques emplea para lidiar con la gente y manejar los asuntos en su vida diaria? ¿Qué métodos usa para lidiar con el mundo? ¿Qué calidad humana posee? ¿Qué punto de vista tiene sobre las personas, los acontecimientos y las cosas? ¿Cómo se puede probar que esta persona es muy falsa? ¿Acaso no existen aquí elementos concretos? Por supuesto que sí. No solo se trata de decir qué es la falsedad o qué acciones son falsas, ni tampoco de explicar este término, sino que has de diseccionar sus manifestaciones, comportamientos, pensamientos y puntos de vista específicos, sus métodos para manejar las cosas, su calidad humana, etcétera. La característica principal de una persona falsa es que nunca abre su corazón para hablar con nadie y no habla desde el corazón ni siquiera con su mejor amigo. Es extraordinariamente inescrutable. De hecho, puede que tal persona no sea necesariamente mayor ni haya visto mucho mundo, y hasta puede que tenga poca experiencia, sin embargo, es inescrutable hasta el extremo. Es muy astuta para su edad. ¿Acaso no es una persona falsa por naturaleza? Se esconde tan en profundidad que nadie la descubre. Por muchas palabras que diga, es difícil distinguir cuáles son verdaderas y cuáles falsas, y nadie sabe cuándo dice la verdad o cuándo miente. Asimismo, es especialmente hábil para el disimulo y la argucia. Suele ocultar la verdad dando a la gente falsas impresiones para que todo lo que vea aquella sea su falsa apariencia. Se camufla de persona elevada, buena, virtuosa y candorosa, una persona que cae bien y está bien vista, y, al final, todo el mundo la idolatra y respeta. Por más tiempo que pases con una persona así, nunca sabrás lo que piensa. Oculta en su interior sus opiniones y actitudes hacia todo tipo de personas, acontecimientos y cosas. Nunca le cuenta estas cosas a nadie. Nunca habla de ellas ni siquiera con su confidente más cercano. Incluso cuando ora a Dios, puede que no le confíe lo que hay en su corazón ni la verdad respecto a tales cosas. Es más, trata de disfrazarse de una persona con buena humanidad, muy espiritual y dedicada a perseguir la verdad. Nadie ve qué clase de carácter tiene y qué clase de persona es. Estas son las manifestaciones de la falsedad. Tomemos como ejemplo a una persona perezosa. ¿Cuáles son las manifestaciones concretas de la pereza? Algunos dirán: “La pereza es no desempeñar trabajo alguno, pasarse el día sentado sin más, no querer moverse ni preocuparse por nada ni tampoco hablar”. ¿Son estas las manifestaciones concretas y esenciales de la pereza? (No, estos solo son fenómenos superficiales). Entonces, ¿cuáles son las manifestaciones esenciales de la pereza? Especialmente hay dos principales: la primera es una falta de voluntad para soportar cualquier adversidad, no asumir ninguna carga ni responsabilidad en nada de lo que hacen, quejarse siempre que su cuerpo sufre alguna pequeña incomodidad o se encuentra con una ligera dificultad o un poco de cansancio. La segunda es una aversión por hacer cualquier trabajo, el deseo de una vida de placer, preferir el ocio y detestar el trabajo; pasar su tiempo ociosos y dejar que los días se sucedan yendo a la deriva, además de quejarse sin cesar y esconderse donde nadie pueda encontrarlos cada vez que han de trabajar. Estas son las dos manifestaciones principales de la pereza, no vamos a comentarlas aquí en detalle. Fijaos por ejemplo en una persona glotona. ¿Qué manifestaciones concretas tiene la gula? Se trata de algo inherente a la humanidad que debería ser fácil de diseccionar y discernir, ¿no? (Buscar continuamente los placeres físicos, querer siempre comer platos sabrosos, satisfacer las propias apetencias). (Tener un apetito insaciable cuando se trata de comida deliciosa). Estas son las manifestaciones de la gula. ¿Acaso no hay personas que, tras enterarse de que en cierto lugar ponen una comida exquisita, hacen grandes esfuerzos por encontrarlo? Por ejemplo, digamos que abre un nuevo restaurante en alguna parte y ofrece diversos platos deliciosos, si bien es un poco caro y está lejos, a una hora de camino en coche. A la mayoría de la gente le parecería que no vale la pena ir tan lejos solo para comer. Sin embargo, aquellos a los que les encanta hacerlo, cuando se enteran de este restaurante, pensarían: “Una hora en coche no es tan lejos. ¿Acaso la vida no consiste solo en comer, beber y divertirse? ¡Vamos a comer!”. No obstante, si a la misma persona le pidieran que condujera una hora para desempeñar el trabajo que le corresponde, empezaría a cavilar: “¿No me cansaré durante el trayecto? ¿Me merecerá la pena dedicar tanto tiempo a ir y trabajar allí? ¿Y si me encuentro con mala gente? ¿Y si el coche se queda sin gasolina? ¿Qué comeré allí? ¿Habrá platos preparados? ¿Y si no me adapto al entorno local? ¿Y si no puedo dormir por la noche?”. Complican las cosas cuando se trata del trabajo que les corresponde, viendo dificultades por todas partes. Pero, cuando se trata de comer algo delicioso, están dispuestos a superar todos los obstáculos; cada uno de ellos deja de ser importante y paran de darle vueltas. Estas son manifestaciones concretas de la gula. Aquí solo hago una breve mención sobre ello, no voy a desarrollarlo más.

Volvamos al tema de nuestra charla de hoy. ¿Cuáles son las manifestaciones de la incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios? ¿Qué pensamientos, puntos de vista y estados específicos revelan? Cuando les sucede algo, ¿qué actitudes, puntos de vista e ideas poseen que prueben que no creen realmente en la existencia de Dios? ¿Acaso no merece la pena seguir hablando sobre esto? Los anticristos no creen en la existencia de Dios, ¿cuáles son los detalles y manifestaciones concretos de esta incredulidad? (Ocurra lo que ocurra, no creen que lo haya instrumentado ni dispuesto Dios ni pueden aceptarlo de parte de Él). (No creen que Dios recompense a los buenos ni castigue a los malvados, así que cometen maldades con descaro). Estas son algunas manifestaciones específicas. Los anticristos no creen en la existencia de Dios. Esta incredulidad hacia Su existencia es una negación. ¿Qué es lo que niegan que prueba su negación de la existencia de Dios? (La identidad de Dios como el Creador). (Niegan que Él lo controle todo y tenga soberanía sobre todas las cosas). (Que las palabras de Dios sean la verdad y que Su obra de juicio y castigo pueda limpiar la corrupción de las personas y salvarlas de Satanás). ¿Cuál de estos enunciados es representativo y más esencial? Negar la identidad de Dios y Su soberanía sobre todas las cosas, ¿acaso no son representativos? ¿No se trata de cuestiones esenciales? (Sí). Por un lado, creer en la existencia de Dios es admitir Su identidad y esencia. Asimismo, supone aceptar y admitir el hecho de que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, sumado a esa base de creer en Su identidad y esencia. ¿No es eso creer por completo en la existencia de Dios? ¿Acaso no son cruciales estos dos puntos? (Sí). Estos dos asuntos son los más esenciales. Por tanto, para diseccionar la incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios, primero hemos de diseccionar dos cosas: la primera es que los anticristos se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios; la segunda es que se niegan a admitir Su soberanía sobre todas las cosas. Estos dos puntos contienen otros aspectos. Hemos compartido con anterioridad que los anticristos no admiten que Dios sea la verdad, que Sus palabras sean la verdad o que Él pueda salvar a la gente. Esto también es un hecho. Sin embargo, aquí digo que los anticristos básicamente no creen que haya un Dios ni creen en Su existencia. Será más contundente y representativo diseccionar esto desde la perspectiva de que los anticristos no admiten la identidad ni la esencia de Dios y se niegan a admitir Su soberanía sobre todas las cosas.

A. Se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios

Vamos a empezar por compartir el primer punto: los anticristos se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios. ¿Cuál es la identidad de Dios? Para todos los seres creados, Dios es el Creador, así que ¿cuál es Su identidad para todas las cosas? (El Soberano de todas las cosas). El título también es acertado, sin embargo, ¿cuál es la verdadera identidad de Dios? Cuando te diriges a Dios, ¿te puedes referir a Él directamente como “el Soberano de todas las cosas”? Es igual que cuando, para ti, la identidad de tu madre es la de la persona que te trajo al mundo y te crio, pero ¿puedes llamar a tu madre “la que me trajo al mundo y me crio”? (No). ¿Cómo la llamas? (Mamá). Es el término que usas para tu madre. Por tanto, el título de Creador, del Soberano de todas las cosas, es Dios, y solo se le puede llamar Dios a Dios Mismo. Para todas las cosas creadas y no creadas, Dios es Dios, Su identidad es la del Soberano de todas las cosas y Su título es Dios. Aquel que ostenta este título es Dios Mismo, Él es Dios. Solo Aquel que es digno del título de Dios posee Su identidad y esencia. No nos refiramos de momento a la palabra “esencia”, hablemos en su lugar de identidad. Dios Mismo, que posee la identidad de Dios, hace Sus cosas, expresa Su carácter y guía a todo el género humano, además de tener la soberanía sobre la totalidad de este y sobre todas las cosas mediante el empleo de Sus métodos. En cuanto a aquellos que creen en Dios y admiten Su identidad, su perspectiva respecto a todo lo que Él hace es totalmente diferente a la de los anticristos. Aquellos capaces de entender correctamente todo lo que hace Dios entre todas las cosas verán a raíz de ello los métodos de Sus acciones y se reafirmarán en Su existencia entre todas las cosas. En cambio, el punto de vista, el modo y el ángulo desde el que un anticristo contempla todo esto son del todo opuestos a los de aquellos que creen en la existencia de Dios. Por ese motivo, los anticristos preferirían morir antes que creer en la existencia de Dios o creer que Aquel que es capaz de hacer todas estas cosas es Aquel que posee la identidad de Dios, y que solo Él es digno de ser llamado Dios y de que la gente se dirija a Él como Dios.

En lo que respecta a muchos asuntos que existen entre todas las cosas y entre todo el género humano, ya se puedan observar o no a simple vista, si la gente los contempla y entiende por medio de las palabras de Dios y la racionalidad de la humanidad normal, descubrirá que Dios guía al género humano en medio de todas las cosas y que, en efecto, Él existe. Las leyes de todas las cosas y el desarrollo de estas se instrumentan y disponen dentro de una serie de reglas invisibles e indescriptibles, así que ¿quién es capaz de instrumentar y disponer todo esto? No cualquier persona importante ni cualquier héroe, y no cabe duda de que no es un hecho natural. Más bien, se trata de Aquel que es invisible e intangible, pero al que el hombre puede percibir, el que es soberano sobre todo esto. ¿Quién? Dios. ¿Acaso la mínima racionalidad que debe poseer la gente no es creer en la existencia de Dios? ¿No se trata del punto de vista y del ángulo más mínimo y elemental desde los que la gente debería contemplar las cosas? No obstante, los anticristos carecen de esta racionalidad y por tanto no las contemplan desde ese punto de vista ni ese ángulo. Por consiguiente, en cuanto a aquellos elementos que Dios instrumenta, que los seres humanos tan solo pueden percibir y Él no ha comunicado de manera explícita al género humano con un lenguaje claro, los anticristos los consideran una coincidencia, algo que es obra del ser humano, que se ha formado de manera natural o incluso que han imaginado y manipulado las personas. No importa hasta qué punto des testimonio de la existencia de Dios, da igual de cuántos hechos te sirvas para probar que Dios se halla entre todas las cosas, que Él posee la identidad de Dios y que solo Aquel que cuenta con ella es capaz de hacer estas cosas y disponerlas todas de manera ordenada, y que tal Soberano es Aquel en posesión de la identidad de Dios, ¿acaso los anticristos lo van a ver de esta manera? ¿Lo entenderán de este modo? (No). Por muchos hechos que presentes para probarlo, los anticristos no lo van a creer ni lo van a admitir. Aunque de cara al exterior no digan nada ni puedan siquiera presentar prueba alguna para refutarlo, en el fondo se ponen a discrepar y rehusar admitirlo un centenar de veces, además de colocarlo entre una fila de interrogantes. Su idea es que las personas que creen en la identidad de Dios son unos idiotas a los que han desorientado, y que esto es algo que solo harían y pensarían aquellos que carecen de un pensamiento maduro. Desde su punto de vista, el libre albedrío del hombre debería controlarlo el propio hombre y expresarse con libertad. Creen que la gente debería formarse opiniones relativas a los acontecimientos que ocurren entre todas las cosas de la manera en que ellos elijan, y que tales acontecimientos se habrían de contemplar mediante métodos y una perspectiva científicos, que la gente no debería ser supersticiosa ni servirse de la soberanía de Dios para explicarlo ni abordarlo todo desde ella. En la iglesia, por ejemplo, muchos hermanos y hermanas han experimentado numerosas señales y prodigios que ha llevado a cabo Dios desde que recibieron Su salvación. Dan testimonio de cómo Dios los guio durante esos acontecimientos, de cómo Él les mostró mediante ellos que, en efecto, existe, y que realmente fue Él el que los llevó a cabo, así como las inmensas bendiciones y gracia que recibieron a través de tales acontecimientos. La prueba existe, tanto en los testimonios como en la prueba física. La fe de aquellos que creen en la existencia de Dios se fortalece con estos testimonios y esta prueba física, pero ¿cambia el punto de vista de los anticristos, que no creen en la existencia de Dios, una vez que los oyen? (No). ¿Cómo lo sabes? Porque los anticristos no van a creerse tu testimonio por muy sinceramente que hables o por muchas personas que haya presentes para verificarlo. Dirán: “A menos que lo experimente yo mismo, si no lo he visto es que no existe. Aquello con lo que os habéis encontrado y lo que habéis experimentado ha sido una mera coincidencia, una casualidad. ¿Acaso no le suceden a todo el mundo acontecimientos peligrosos o fortuitos en su vida? ¿El hecho de que tengan lugar estas coincidencias y casualidades prueba que sean obra de dios? ¿Es una prueba de que aquel que hace estas cosas es dios? Tal vez solo sea tu imaginación, quizás solo tuviste la fortuna de que un benefactor estuviera allí para ayudarte o tal vez no había llegado tu momento de morir y tuviste la suerte de escapar”. ¿Admiten pues las cosas que Dios ha realizado en estas personas? (No). No lo admiten ni creen en lo que Dios ha hecho en los hermanos y hermanas, así como tampoco creen que Dios sea capaz de realizar tales acciones o que lo experimentado por los hermanos y hermanas sucediera realmente. Piensan: “¿Cómo pueden existir tales cosas en el mundo? Si es así, son solo producto de la imaginación humana. Como dice el dicho: ‘El día tiene sus pensamientos, la noche, sus sueños’. Todo esto son meras ilusiones”. Cuando se enteran de que los hermanos y hermanas han experimentado algunas señales y prodigios, un poco de la gracia y las bendiciones especiales de Dios y ciertas cosas que escapan al alcance de las personas corrientes, los anticristos no se lo creen. Entonces, ¿es posible que crean en el esclarecimiento y la guía que obtienen los hermanos y hermanas mientras experimentan las palabras de Dios? Tampoco creen en eso. No creen que Dios esclarezca, ilumine y guíe a las personas. Piensan que todo proviene de la mente humana, del análisis y entendimiento del hombre basados en el conocimiento, y que esto es lo que produce tales testimonios vivenciales. Creen: “Si la gente piensa a conciencia y se esfuerza a fondo en esta dirección, ¿acaso no obtendrán algo de conocimiento? Si yo también le dedicara esfuerzo y pensara y contemplara a conciencia esta cuestión, como por ejemplo escribiendo un artículo, a mí también se me podría ocurrir un testimonio vivencial”. Por tanto, en lo que respecta a los testimonios vivenciales de los hermanos y hermanas, en los que dan testimonio sobre cómo Dios los guio, los esclareció e iluminó, cómo los juzgó, castigó, podó y disciplinó, y cómo instrumentó situaciones para tratar de refinarlos, además de cómo llegaron a entender las intenciones de Dios a partir de esto, entre otras cosas, los anticristos no admiten ni creen en ninguna de estas acciones de Dios. Les parece que todo ello es imposible. Los anticristos no admiten ni creen en estos acontecimientos que suceden entre los hermanos y hermanas. ¿Se confirma así la esencia de los anticristos de negarse por completo a admitir la identidad de Dios? De hecho, esta no es la prueba más contundente para demostrar la esencia de los anticristos de negarse a admitir la identidad de Dios.

Vamos a salir de manera temporal del ámbito de la iglesia y de los hermanos y hermanas, y a examinar los puntos de vista de los anticristos respecto a diversos asuntos que se dan en los grupos de personas y en la vida real. ¿Qué asuntos son estos? (El nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte de las personas, así como los cambios sociales, los giros políticos y el acaecimiento de desastres. Los anticristos desconocen la soberanía de Dios en cualquiera de estas cosas). (Los anticristos no creen que el destino de las personas esté en manos de Dios, en cambio, quieren crear una hermosa patria con sus propias manos). Estas son manifestaciones concretas que tienen que ver con la esencia del asunto. ¿Son los anticristos capaces de ver que el destino, la vida y la muerte de los humanos, así como todas las experiencias por las que pasa cada persona en la vida se hallan bajo la soberanía de Dios? No son capaces de verlo. Por ejemplo, en la sociedad hay un dicho popular: “Construir puentes y arreglar caminos conduce a la ceguera, mientras que los asesinos y pirómanos se aseguran de multiplicar su prole”. ¿Es este dicho una norma sustantiva para algo? ¿Es la verdad? ¿Es una teoría filosófica? (No). ¿De dónde proviene entonces? Desde luego, no de aquellos que creen en Dios; se trata de un fenómeno superficial en las condiciones de vida de diversas personas en el transcurso del desarrollo humano. La gente cree que falta justicia en el mundo, que, cuantas más buenas obras realice una persona, más probable es que se quede ciega y se enfrente en mayor medida a la retribución, al tiempo que, cuantas más maldades haga alguien, mayor es su prosperidad y su éxito en el mundo. ¿Se ajustan de alguna manera a este dicho las leyes de desarrollo de diversas cosas que se dan en el género humano? También existe el dicho: “Los buenos mueren jóvenes, los malvados viven hasta muy avanzada edad”. ¿Qué clase de gente acuñó este dicho? A este tipo de dichos se los conoce como refranes populares, ¿qué tipo de personas son capaces de hablar empleando estos refranes? ¿Son creyentes en Dios? ¿Se trata de personas que crean en Su existencia? (No). Hay ciertos tipos de cínicos que no triunfan en la sociedad ni entre la gente, que afrontan obstáculos por todas partes, con destinos difíciles y aspiraciones sin cumplir y que no prosperan vayan donde vayan. En cierto modo, se creen competentes y capaces, si bien no han podido hacerse un nombre, triunfar, superar a otros ni honrar a sus ancestros. Dondequiera que vayan, se los excluye, acosa y reprime, y carecen de la capacidad de liberarse de todo ello. Al final concluyen: “No hay justicia en la sociedad ni en el género humano, no existe nada semejante a la recompensa para los buenos, el castigo para los malvados ni la retribución. Las malas personas hacen cosas malas sin que se las castigue, mientras que las buenas que han hecho mucho bien, como hacer donaciones y ayudar a los pobres, al final no reciben recompensas. Así que no seas bueno; es inútil. Las buenas personas se acaban quedando ciegas; en vez de eso, uno debe ser malo”. Debido a que no tienen éxito en el mundo ni entre los grupos de personas, se quejan de la falta de justicia y rectitud en el mundo y de la ausencia de un salvador en él. Creen que todo el mundo los ha agraviado porque nadie ve sus puntos fuertes ni su experiencia ni los colocan en puestos importantes. Por tanto, se inventan esta especie de teoría retorcida para quejarse sobre el género humano y el mundo. En realidad, ¿hay razones por las que sucedan estas diversas cosas? ¿Son relaciones causales? ¡Por supuesto! Los anticristos comparten el mismo punto de vista que estas personas; no creen que Dios sea soberano sobre todas las cosas ni que sea justo todo aquello sobre lo que Dios —que posee la identidad de Dios— tiene soberanía. Por tanto, los anticristos no solo no logran reconocer que todo lo que Él hace representa Su identidad, sino que también creen en las teorías y herejías retorcidas que circulan en la sociedad, a las que toman como ciertas; para ellos, solo a los que son capaces de prosperar en este mundo, a los que la gente idolatra y sigue, se los puede calificar como los dioses de su corazón y son los únicos que poseen la identidad de dioses en este. Por ejemplo, en las leyendas chinas, hay figuras como la Reina madre del Oeste, el Emperador de Jade, los Ocho inmortales, Guanyin y el Buda; es a estos a los que verdaderamente idolatran los anticristos en su corazón. En estas leyendas, el Emperador de Jade es el más grande; cuenta con el poder de castigar a los pecadores en el reino celestial y lo hace arrojándolos al reino mortal. Los anticristos sienten una gran admiración por él cuando oyen esto y piensan: “¡El Emperador de Jade es realmente un dios! ¡Tiene el porte, el aspecto y las dotes de un dios!”. Estas leyendas, junto con los supuestos inmortales a los que el público general hace ofrendas, han dejado una profunda huella en la gente. Su creencia es que: “Estos supuestos inmortales poseen grandes habilidades y poderes. Merecen el título de dioses. Pueden aportar un dictamen de resolución en el reino celestial acerca de todas las cosas injustas e insatisfactorias que ocurren en el mundo y, si buscas rectitud, ellos pueden darte respuesta. Por ejemplo, figuras históricas como Bao Gong y Guan Gong defienden la rectitud para el género humano en el reino espiritual. Cuando alguien sufre un agravio y los tribunales son injustos, si lleva su caso ante Bao Gong o Guan Gong, eso le garantiza obtener justicia”. La gente cree que estos personajes de los cuentos populares pueden administrar justicia en los seres humanos, castigar a los malvados y remediar todo lo que no es justo en el mundo, de modo que aquellos que sufren y padecen ya no derramen más lágrimas. Consideran que a la pobre gente en lo más bajo de la sociedad, a los ineptos y los acosados, les basta con hacerles ofrendas a estas figuras, creer en ellas y seguirlas para escapar de todo su sufrimiento y resolver todo el maltrato y la represión a la que se enfrentan. Del mismo modo, en su corazón y su mente, los anticristos creen que los dioses deberían ser como los supuestos Bodhisattva y Buda, que solucionan todo el sufrimiento humano y rescatan a la gente del mar de las miserias. Por ejemplo, un hombre cuya madre tenía una enfermedad terminal y sin posibilidad de ayuda médica era muy buen hijo y no quería que ella muriera, así que a diario quemaba tres varitas de incienso y ofrendaba alimentos y bebidas deliciosos a un ídolo de la Bodhisattva Guanyin. Hizo entonces un juramento: si la enfermedad de su madre se curaba y vivía otros 30 años, a cambio, él renunciaría a 30 años de su propia vida, se haría vegetariano para el resto de sus días y se abstendría de volver a quitarle jamás la vida a un ser vivo. Tras quemar el incienso, hacer una reverencia y hacer este juramento, así como ofrecer su corazón sincero, su madre sanó de su enfermedad. ¿Significaba eso que la Bodhisattva había oído este juramento? ¿Quería eso decir que su madre viviría 30 años más y él 30 menos? No. Pero, como él lo creía, estaba convencido de que era verdad. Entonces empezó a cumplir su juramento y se hizo vegetariano. Un día se preguntó: “Mi madre se ha curado y su longevidad ya no es un problema, ¿puedo entonces romper mi juramento en el futuro? ¿Puedo comerme un muslo de pollo? Si quiero, me puedo comer uno”. Justo después de comerse el muslo de pollo, se sintió bien y con el corazón en paz, pero al día siguiente tuvo vómitos y diarrea y se pasó varios días enfermo, sin ningún signo de mejora. Al cuarto día se preguntó: “¿Es un castigo de la Bodhisattva? ¿Acaso no me permite comer carne? Parece que aquellas palabras que dije de veras surtieron efecto, ¡no puedo comer carne!”. Al pensar en ello, quemó enseguida otras tres varitas de incienso, ofrendó mucha comida deliciosa y reconoció su pecado. Al día siguiente estaba curado. Cuando vio que la Bodhisattva era tan eficaz, creyó incluso con mayor firmeza que: “Cuando la gente actúa, la Bodhisattva observa. ¡No debo intentar engañarla, he de atenerme a mi juramento o afrontar su castigo!”. A partir de ese momento, le pareció más aún que el título de “Bodhisattva” era sagrado e inviolable. Quemaba tres varitas de incienso diarias y hacía ofrendas durante las celebraciones y los días festivos. Con el tiempo, se reforzó en él la creencia de que los ídolos a los que las personas hacen ofrendas como el Emperador de Jade, la Bodhisattva Guanyin, Guan Gong y otros son dioses. El estatus de estos en su corazón se volvió si cabe más inquebrantable, sin dudas ni sospechas. Aunque los anticristos no hayan experimentado estas cosas ni hecho ofrendas a estos ídolos o figuras de barro en casa, a veces oyen hablar de ello o se encuentran con tales cosas en sus círculos sociales. Por ejemplo, se enteran de que el Buda curó a alguien de su enfermedad o impartió justicia al aplicar la retribución en unas personas malvadas, o cómo alguien se hizo rico después de que un maestro de feng shui reordenara algunos elementos en su casa, o cómo el hecho de que alguien consultara a un maestro de feng shui o a uno de yin yang acerca de tumbas y la elección de cementerios propició que sus descendientes se convirtieran en altos cargos o gozaran de gran éxito en sus carreras, entre otros casos. Esto deja en la mente de los anticristos la impresión de que los dioses deberían poseer capacidades y poderes como los de los supuestos budas y emperadores que las personas se encuentran y ven en sus vidas cotidianas. Piensan incluso que los dioses deberían ser como esos ídolos a los que la gente hace ofrendas, exhibir señales y prodigios entre las personas para provocar terror y asombro. Y, si un dios no hace esto, les parece que no se le debe considerar tal. Con esa opinión y comprensión de los dioses, ¿en qué se torna para los anticristos el concepto de un dios? En su mente, un ser como el Emperador de Jade, que en cualquier momento o lugar era capaz de enviar soldados celestiales para desterrar al reino mortal a aquellos que vulneraban las leyes del cielo, es realmente un dios y el que posee la identidad de un dios. O un ídolo al que las personas hacen ofrendas que les pueden permitir hacerse ricos y convertirse en altos cargos; para los anticristos, tales seres también se consideran dignos de poseer la identidad de dioses. Esta es la percepción interna y la comprensión de la identidad de los dioses que tienen los anticristos. Así pues, cuando Dios obra en la tierra donde yace el gran dragón rojo y arrestan a algunos hermanos y hermanas, y la iglesia sufre daños y la obra de Dios se ve obstruida y perturbada, ¿qué piensan los anticristos? “Si este es dios, ¿por qué le pasan estas cosas a la iglesia? Cuando arrestan a los hermanos y hermanas, dios debería desplegar visiones en el cielo y lanzar truenos y furia para que los malvados policías que los están arrestando huyan despavoridos cual ratas asustadas. ¿Por qué no he oído nunca que ocurrieran tales acontecimientos? Dado que esta gente sigue a dios y son su pueblo escogido, ¿por qué él no los rescata y protege? El gran dragón rojo persigue con gran saña y crueldad a aquellos que siguen a dios. ¿Por qué no viene dios a la tierra a administrar justicia al género humano? ¿Por qué no obstruye dios al gran dragón rojo? ¿Por qué no lo castiga? Desde luego, no puede ser que dios con la identidad de dios solo pueda hablar y proveer la verdad, ¿no? Comparado con el Emperador de Jade, la Bodhisattva Guanyin y el Buda, no parece que dios posea grandes dotes ni destrezas. Dicen que dios tiene poder y autoridad, pero ¿dónde se hallan? ¿Realmente es dios alguien que solo puede proporcionar la verdad y carece del poder y la autoridad de dios? Cuando los hermanos y hermanas están a punto de ser arrestados, dios debería erigir un muro frente a los malvados policías, o bien cegarlos y dejarlos lisiados, hacer que caigan en la locura o se vuelvan idiotas. Antes de que se aproxime el peligro, dios debería hacerles saber a todos con claridad que hay un riesgo inminente, la gente debería oír una voz, sentir una fuerte sensación y tener un pensamiento claro. ¿Por qué dios no hace esas cosas? ¿Por qué no da ninguna pista cuando se acerca una situación de este tipo? Ante los arrestos, torturas y persecuciones que sufre la gente, ¿por qué dios no detiene o castiga a estos diablos ni a los malvados policías? Cuando esposan a los hermanos y hermanas, cuando los golpean con las porras, ¿por qué dios no hace nada? Si fuera el Emperador de Jade o la Bodhisattva Guanyin, nunca permitirían que sus seguidores sufrieran así. No cabe duda de que intervendrían y ayudarían, cegarían a los policías malvados, distorsionarían sus rostros, los volverían locos, harían que se les pudrieran las manos y los pies, les causarían enfermedades terminales y harían que se mataran entre ellos. ¿Por qué dios no hace esto? ¿Dónde está exactamente dios? ¿Existe siquiera? Cuando llegan los problemas, dios no rescata a las personas, aunque le oren, y tampoco dispone circunstancias para que escapen del peligro. Cuando los policías malvados torturan a esta gente indefensa, el sentido común dicta que un dios debería intervenir, ayudar y no solo quedarse quieto, puesto que a los dioses no les gusta ver injusticias en el mundo y se supone que salvan a las personas de la miseria y liberan a todos los seres del sufrimiento. ¿Por qué el dios en el que creo ahora no hace nada de esto? ¿Existe en realidad el dios en el que creo?”. Después de experimentar muchas cosas, los anticristos están siempre confundidos y dubitativos. Acuden incluso a que les lean la fortuna y a maestros de yin yang mientras creen en Dios, a fin de averiguar qué les aguarda el futuro, para comprobar si los van a meter en prisión, si su trabajo va a desarrollarse con fluidez, si algún villano va a intentar vengarse de ellos o existe alguna manera de evitar la cárcel, si es que ese es su destino.

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