Punto 15: No creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo (I) Parte 2

Durante el proceso de creer y seguir a Dios, siempre surgen nociones en los anticristos relativas a Su identidad y esencia, y siempre se cuestionan por qué Él se limita a hablar y no muestra señales ni prodigios. Aunque los anticristos también leen las palabras de Dios, su intención no es buscar ni aceptar la verdad, sino leerlas con una mentalidad de estudio y reflexión. El resultado es que no solo no alcanzan a desarrollar una fe auténtica, sino que en su lugar se vuelven más dubitativos y albergan más nociones sobre el Dios encarnado mientras más escrutan. La noción principal es que creen que cristo debería poseer humanidad sobrenatural. Piensan: “Si cristo tiene humanidad normal y no realiza señales ni prodigios, ¿cómo se puede demostrar que es dios?”. En el corazón de los anticristos, solo el espíritu de dios es dios y solo una encarnación que puede mostrar señales y prodigios es dios. Si una encarnación solo posee humanidad normal y no realiza señales ni prodigios, aunque pueda expresar la verdad, no se la considera dios. Por consiguiente, no es una sorpresa que los anticristos siempre duden de la esencia del Dios encarnado. No importa cuántas cosas le sucedan, el tipo de persona que es un anticristo nunca trata de abordarlas buscando la verdad en las palabras de Dios, y mucho menos trata de dilucidarlas por medio de ellas, lo cual se debe completamente a que no creen que cada renglón de las palabras de Dios sea la verdad. Por más que la casa de Dios comparta la verdad, los anticristos siguen siendo poco receptivos y, en consecuencia, carecen de la actitud correcta, sea cual sea la situación a la que se enfrenten; en particular, en cuanto a la forma de abordar a Dios y a la verdad, los anticristos se niegan tercamente a dejar de lado sus nociones. El dios en el que creen es un dios que realiza señales y prodigios, un dios sobrenatural. A cualquiera que pueda realizar señales y prodigios —ya sea la Bodhisattva Guanyin, Buda o Mazu— lo llaman dios. Creen que solo aquellos que pueden realizar señales y prodigios son dioses que poseen la identidad de dioses y que aquellos que no pueden, por muchas verdades que expresen, no son dioses necesariamente. No entienden que expresar la verdad es el gran poder y omnipotencia de Dios; en cambio, creen que solo realizar señales y prodigios es el gran poder y omnipotencia de los dioses. Por tanto, en cuanto a la obra práctica del Dios encarnado de expresar la verdad para conquistar y salvar a las personas, de regar, pastorear y guiar al pueblo escogido de Dios, permitiéndole experimentar realmente el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de Dios, así como llegar a comprender la verdad, despojarse de sus actitudes corruptas y convertirse en personas que se someten a Dios y lo veneran, entre otras cosas, los anticristos consideran que todo esto es obra del hombre y no de Dios. En la mente de los anticristos, los dioses deberían esconderse detrás de un altar y procurar que la gente les haga ofrendas, comerse los alimentos que les ofrezcan, inhalar el humo del incienso que quemen, tenderles una mano cuando se hallen en problemas, mostrarse muy poderosos y prestarles ayuda inmediata dentro de los límites de lo que para ellos resulta comprensible, así como satisfacer sus necesidades cuando la gente pide ayuda y son honestos en sus súplicas. Para los anticristos, solo un dios semejante es un dios verdadero. Mientras tanto, todo lo que Dios hace en la actualidad se encuentra con el desprecio de los anticristos. ¿Y por qué? A juzgar por la esencia-naturaleza de los anticristos, lo que ellos requieren no es la obra de riego, pastoreo y salvación que el Creador realiza sobre los seres creados, sino prosperidad y el cumplimiento de sus aspiraciones en todas las cosas, no ser castigados en esta vida e ir al cielo en el mundo que vendrá. Su punto de vista y sus necesidades confirman su esencia de odio a la verdad. Los anticristos aman la perversidad, lo sobrenatural y los milagros e incluso idolatran las acciones y las palabras endiabladas de Satanás y los espíritus malvados —que son negativas y perversas— como si fueran divinas y la verdad. Consideran que son elementos que adorar y perseguir durante toda la vida y que se deben apreciar y propagar por el mundo. En consecuencia, sus nociones y opiniones sobre la identidad de Dios nunca cambiarán mientras sigan a Dios. Si tales personas no pueden lograr sus ambiciones en la casa de Dios, si no se las asciende ni se las utiliza y no logran alcanzar rápidamente un gran éxito, estarán dispuestas a traicionar a Dios en cualquier ocasión, momento y lugar. Algunas llevan creyendo 10 años, otras 20, por lo que se podría pensar que cuentan con una base y no abandonarían a Dios, si bien, en realidad, están dispuestas a traicionarlo y a regresar al mundo secular en cualquier momento. Aunque no dejen la iglesia, su corazón ya se ha alejado de Dios y lo ha traicionado. Cuando las circunstancias lo permitan o surjan oportunidades, creerán en falsos dioses y espíritus malvados. Si se les presenta la ocasión de obtener un éxito meteórico, convertirse en altos cargos, hacerse famosos y disfrutar de gloria y riqueza, no dudarán en dejar la iglesia y seguir las tendencias del mundo secular. Algunos anticristos cuestionan: “Si él es dios, ¿por qué sufre la persecución y la caza del gran dragón rojo? Si él es dios, ¿por qué no exhibe señales y prodigios para aniquilar al gran dragón rojo? Muchos en el pueblo escogido de dios han sido capturados y perseguidos por el gran dragón rojo. ¿Por qué dios no los protege ni los rescata de la persecución de Satanás?”. Es lo mismo que pensaban los fariseos del judaísmo: “Si Jesús es dios, ¿cómo es posible que lo crucificaran? ¿Por qué no se salvó él mismo?”. Los anticristos nunca entienden esto porque no aceptan la verdad ni creen que las palabras de Dios harán que todo se cumpla. Solo creen en lo que ven y no tienen fe en el valor ni en el significado demostrado por toda la obra que ha hecho Dios. No creen que toda palabra que Él expresa es la verdad ni que cada una de Sus palabras se vaya a cumplir ni vaya a suceder. Tampoco creen que la sabiduría de Dios se ejerza según las maquinaciones de Satanás ni que Él use al gran dragón rojo para que rinda servicio como un contraste que ponga en evidencia Su omnipotencia y sabiduría. No creen que Dios sea soberano sobre todas las cosas ni que Sus palabras hagan que todo suceda, así que ¿siguen siendo los anticristos creyentes en Dios? No. Los anticristos son personas que niegan y se resisten a Dios, son unos puros incrédulos.

¿Cuáles son las razones principales para el rechazo de los anticristos a reconocer la identidad de Dios? Una es que Dios no remedia toda la injusticia en el mundo, no administra justicia para el género humano ni castiga de inmediato a aquellos que hacen el mal, como los anticristos imaginan que debería hacer, según sus nociones. Cada día suceden multitud de acontecimientos injustos entre todas las cosas sobre las que Dios tiene soberanía y, sin embargo, Él parece mostrarse indiferente ante esto y no dice ni una sola palabra ni responde de ningún modo. A ojos de los anticristos, todo lo que ven que ocurre en el mundo dentro del ámbito de aquello con lo que se encuentran no encaja con sus nociones ni debería ocurrir. ¿Por qué creen que no debería ocurrir algo semejante? Piensan: “Si dios existe, ¿por qué no se ocupa de estas cosas? Si dios existe, ¿por qué tantas personas malvadas siguen viviendo bien? ¿Por qué los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres? ¿Por qué los ricos comen espléndidamente todos los días y se lo pasan tan bien mientras hay tantos que siguen teniendo que mendigar para comer? ¿Por qué se acosa, reprime y explota a la gente ingenua? ¿Por qué hay quienes son mano de obra y sudan trabajando más de ocho horas al día por tan poco salario, mientras que otros ganan en una hora más de lo que se podría ganar en toda una vida? ¿Por qué dios no se ocupa de estas injusticias sociales y mundanas? ¿Por qué unos nacen en una cuna de oro mientras otros lo hacen en la pobreza y la miseria? ¿Por qué unos pueden disfrutar de gloria y riqueza, y del entrañable amor de su familia durante toda su vida mientras otros no, aunque hayan nacido en el mismo entorno social?”. Son enigmas que nunca tienen solución en el corazón de los anticristos. Les parece que, puesto que creen en Dios, tendrían que cederle a Él la responsabilidad de todo aquello que no alcanzan a dilucidar ni a comprender, todos esos rompecabezas que no pueden resolver, que ha de ser Él quien les proporcione las soluciones y que deberían encontrar respuesta a ellas en las palabras de Dios. Sin embargo, después de creer en Dios entre tres y cinco años, no son capaces de encontrar tales respuestas y, tras creer ocho o diez años, siguen sin hallarlas. Una vez que llevan 20 años de fe, se preguntan: “¿Por qué no he conseguido aún ninguna respuesta? ¿Por qué no ha resuelto dios estas cuestiones? ¿Por qué dios no actúa como la Bodhisattva Guanyin o el Emperador de Jade? ¡Dios tiene autoridad, poder y la identidad de dios, así que debería hacer estas cosas! En especial en la iglesia, ¿por qué la gente malvada aparece a menudo y provoca trastornos y perturbaciones, e incluso algunos roban ofrendas sin sufrir ninguna consecuencia? Hay quienes mienten a menudo y otros difunden nociones y rumores sin sufrir la disciplina ni el castigo de dios; algunos dejan de creer en él de manera abrupta y se ponen a trabajar en la sociedad y, al cabo de unos cuantos años, se hacen ricos sin pasar siquiera por momentos difíciles. Hay creyentes que tienen vidas peores que las de aquellos que no creen en dios. De hecho, los creyentes en dios están sufriendo y muchos son perseguidos, no pueden regresar a sus hogares y viven en la pobreza y la miseria. Esto no es lo que implica creer en dios, ¿verdad? Este no es el valor de seguir a dios, ¿verdad? Esta no es la vida cotidiana que dios quiere darle a la gente, ¿verdad? Cuando la gente se enfrenta a cosas que es incapaz de conseguir, ¿por qué dios no hace algo extraordinario a fin de que esta lo entienda y lo consiga de inmediato? Hay muchos aspectos que no comprenden y no saben por qué dios actúa de la manera en que lo hace. ¿Por qué no enciende dios una luz para iluminar el corazón de la gente? ¿Por qué no les concede inspiración? Cuando la gente hace el mal y causa trastornos y perturbaciones, dios no se alza ni maldice directamente a esas personas malvadas ni hace que se enfrenten a la retribución. No he visto muchos casos en los que dios haga tales cosas. A veces las personas necesitan del esclarecimiento, la iluminación y la provisión de dios, ¿por qué no pueden entonces sentirlo ni verlo? ¿Dónde está dios?”. Todos los porqués como estos siguen sin respuesta en el corazón de los anticristos. No entienden por qué estas cosas y estos fenómenos nunca cambian, no dan un giro y ni mucho menos mejoran. Piensan que creer en Dios debería transformar a las personas por entero y que todas sus vidas, sus perspectivas mentales, sus pensamientos y, en especial, su calidad de vida y sus capacidades y talentos, deberían desarrollarse por completo en una dirección positiva. ¿Por qué no pueden ver estos cambios después de 10 o 20 años de observación? Aquello con lo que fantasea la gente o en lo que sueña en sus nociones nunca se resuelve ni se materializa después de que empiece a creer en Dios. Por tanto, ¿qué quiere decir creer en Dios? ¿Cuál es el valor de creer en Él y seguirlo? Estas preguntas se siguen sin resolver ni responder en el corazón de los anticristos y no se materializan ni se cumplen de la manera que ellos imaginan, así que el dios que los anticristos tienen en mente no existe jamás. Y, naturalmente, Aquel que posee la identidad de Dios siempre será negado en las mentes de los anticristos.

En la creencia en Dios de los anticristos hay demasiada adulteración. En realidad, los anticristos no creen de veras en Dios, es todo una farsa. Creen en Dios del mismo modo que los no creyentes idolatran a diablos e ídolos. Todo lo que hace Dios les parece difícil de aceptar y siempre albergan dudas y preguntas, que ocultan en su corazón y a las que no se atreven a darles voz. Además, son dados a fingir, así que, por muchos años que hayan creído en Dios, siguen siendo unos absolutos incrédulos. Miden a Dios y todas Sus acciones según sus fantasías, sus diversas figuraciones y nociones acerca de Él, además de conforme a un poco del conocimiento humano y las nociones de moralidad tradicionales. Se sirven de estas cosas para medir la identidad de Dios y si existe o no. ¿Y cuál es el resultado final? Niegan la existencia de Dios y no reconocen la identidad y esencia del Dios encarnado. ¿Acaso no es equivocado el estándar según el cual los anticristos miden si el Dios encarnado posee la identidad y esencia de Dios? Hablando claro, los anticristos veneran el conocimiento y a las grandes figuras famosas, así que nunca tienen objeciones ni sienten aversión por las cosas que vengan de ellas. Así pues, ¿por qué desprecian a Cristo cuando ven que es una persona normal y corriente y empiezan a sentir aversión y odio cuando se dan cuenta de que Él expresa tantas verdades? Es porque lo que veneran y adoran no es positivo en absoluto, ni siquiera un poco. ¿Qué les gusta a los anticristos? Lo extraño, la perversidad, los milagros y las cosas sobrenaturales, mientras que, a ojos de los anticristos, condenan la normalidad y practicidad de Dios, Su amor auténtico hacia el hombre, Su sabiduría, fidelidad, santidad y justicia. Por ejemplo, Dios instrumentó una situación para que los hermanos y hermanas desarrollaran discernimiento y aprendieran una lección de manera práctica. ¿Qué situación fue esa? Dispuso que alguien que había estado poseído por un demonio viviera entre ellos. Al principio, la manera de hablar y de hacer las cosas de esta persona era normal, al igual que su razón; no parecía problemática en absoluto. Sin embargo, pasado un periodo de contacto, los hermanos y hermanas descubrieron que todo lo que decía eran sinsentidos y que carecía de una estructura y un orden adecuados. Más adelante ocurrieron ciertas cosas sobrenaturales: siempre les contaba a los hermanos y hermanas que había tenido tal o cual visión y había obtenido una u otra revelación. Cierto día, por ejemplo, se le reveló que debía hacer bollos al vapor —tenía que hacerlos— y al día siguiente resulta que era necesario que saliera, así que se llevó los bollos consigo. Después, se le reveló en un sueño que debía partir hacia el sur, alguien lo esperaba a diez kilómetros de distancia. Fue a ver y allí mismo había alguien que se había perdido; le dio testimonio a esta persona de la obra de Dios de los últimos días y esta lo aceptó. Siempre obtenía una revelación, oía alguna voz o le sucedían cosas sobrenaturales. Cada día, cuando había que decidir qué comer, adónde ir, qué hacer o con quién relacionarse, no seguía las leyes de la vida humana normal, ni buscaba las palabras de Dios como fundamento o principio, ni tampoco a personas con las que compartir. Confiaba siempre en sus sentimientos y esperaba una voz, una revelación o un sueño. ¿Era normal esta persona? (No). Su rutina cotidiana y sus tres comidas diarias parecían seguir patrones regulares, pero siempre oía voces. Hubo quien lo discernió y dijo que se trataba de manifestaciones de la posesión de un espíritu maligno. Los hermanos y hermanas lo fueron discerniendo poco a poco, hasta que un día sufrió un brote de una enfermedad mental, empezó a decir locuras y salió corriendo desnudo y con el pelo alborotado, psicótico. Y así se zanjó por fin el asunto. ¿Acaso no tienen ahora los hermanos y hermanas una percepción y un discernimiento de las manifestaciones específicas de un espíritu maligno en acción y de la posesión demoníaca? Por supuesto, algunos ya se habían encontrado con tales cosas antes y poseían discernimiento de ellas, mientras que otros no llevaban mucho tiempo creyendo en Dios y no habían experimentado nada semejante, por lo que era posible que los desorientaran. Al margen de si los habían desorientado o tenían discernimiento, si Dios no hubiera dispuesto este entorno, ¿podrían haber tenido verdadero discernimiento de la obra o de la posesión de un espíritu malvado? (No). ¿Cuál era entonces el propósito y el significado de que Dios dispusiera este entorno e hiciera estas cosas? Era que obtuvieran discernimiento de manera práctica y aprendieran una lección, así como que supieran discernir a aquellos que poseen la obra de los espíritus malignos o a aquellos a quienes los demonios han poseído. Si simplemente le contaran a la gente qué es la obra de un espíritu maligno, como un maestro que enseña con un libro y solo habla de teorías de manual, sin hacer que sus estudiantes realicen ejercicios ni entrenamientos reales, la gente solo entendería algunas doctrinas y enunciados. Solo puedes explicar con claridad cuál es la obra de un espíritu maligno y cuáles son sus manifestaciones concretas cuando hayas sido testigo directo de ello, lo hayas visto con tus propios ojos y escuchado con tus propios oídos. Y entonces, cuando te vuelvas a encontrar con tales personas, serás capaz de discernirlas y rechazarlas, así como de abordar y manejar tales asuntos de manera adecuada. Así pues, ¿acaso no es mucho más práctico lo que ganas en un entorno así que lo que obtienes al asistir a reuniones y escuchar sermones todo el día? La gente que posee un pensamiento normal y una racionalidad y persigue la verdad tendrá un correcto entendimiento de las maneras en las que Dios hace estas cosas. No se van a quejar diciendo: “¿Por qué permite Dios que aparezcan espíritus malignos en la iglesia? ¿Por qué no me lo advirtió de antemano? ¿Por qué no depura a los espíritus malignos?”. ¡No se quejarán de estas cosas, en cambio, se mostrarán agradecidos, alabarán a Dios por Su excelente y sabia obra y dirán que Él ama mucho al ser humano! Sin embargo, los anticristos no aceptan la verdad y, al mismo tiempo, tienen el corazón lleno de nociones y figuraciones sobre Dios, además de que idolatran mucho en su interior a los diablos y a los ídolos y comparan y miden todo lo que hace el Dios verdadero comparándolo con dichos ídolos. Así pues, cuando se encuentran con tales situaciones, primero se preguntan: “¿Es esta la obra de dios? ¿Cómo podéis ser tan estúpidos? ¿Cómo puede dios permitir que aparezcan espíritus malignos en la iglesia?”. ¿Acaso no es erróneo este entendimiento? Primero niegan que esto sea obra de Dios y además consideran: “No cabe duda de que un dios no haría eso. Los dioses no quieren que la gente sufra. Cuando la Bodhisattva Guanyin ve a la gente sufrir, de sus estatuas brotan lágrimas; desea liberar a todos los seres del tormento, llevar a todo el mundo ante el nombre del Buda y aliviar todo el sufrimiento del mundo humano. Los dioses deberían ser compasivos, cuidar de su pueblo escogido y no permitir que los espíritus malignos aparezcan en la iglesia. Sin duda, esto no puede ser obra de dios”. Una vez que suceden tales cosas, los anticristos empiezan a dudar aun más de la identidad de Dios en su interior, al tiempo que no están dispuestos a aceptar las acciones de Dios ni cien ni mil veces, e incluso las juzgan y condenan. Asimismo, se burlan de los hermanos y hermanas que aceptan esto de Dios, diciendo: “Idiotas, aún creéis que todo es obra suya. ¡Un dios no obraría así! Un dios ha de guardar y cuidar a sus corderos, y protegerlos con sus manos. Los dioses son refugios para las personas, que no deberían sufrir todas estas adversidades. Tal como obran los dioses, nada malo ni negativo debería sucederle a la gente”. El corazón de los anticristos está lleno de dudas, negaciones, nociones y condena hacia Dios. En consecuencia, haga lo que haga Dios, a sus ojos está mal y no es lo que Él debería hacer, además de ser una prueba y algo que usar en contra de Dios para condenarlo y negarlo. En esto se revela por completo la esencia-naturaleza de los anticristos de resistirse a Dios. Por ejemplo, cuando los hermanos y hermanas soportan la tortura y persecución del PCCh, la policía calienta al rojo vivo hierros de marcar eléctricos y los presiona contra sus cuerpos, lo que les causa tal dolor que se desmayan, y a todos los presentes se les hiela la sangre. ¿Qué piensan los anticristos al ver esta escena? “¡Estos satanases y diablos son tan crueles! No tienen humanidad ni sienten lástima ni compasión. Sus métodos son demasiado brutales, ¡no puedo ni mirar! Si yo estuviera allí, enfriaría los hierros de marcar y los convertiría en algodón para que tocaran el cuerpo de la gente de manera delicada, amable y suave, como la mano de un dios que acaricia a sus corderos, de tal modo que la gente sienta su corazón compasivo, su amor y calidez, y surja en ellos una mayor fe y determinación de seguirlo. Sin embargo, los seres humanos son solo seres humanos; somos impotentes para hacer nada mientras vemos lo mucho que sufren nuestros hermanos y hermanas y nuestros semejantes. ¿Y dónde está dios? ¿Por qué no detiene la mano de estos satanases y diablos en este momento? ¿Por qué no enfría los hierros de marcar al rojo vivo? Cuando estos tocan a los hermanos y hermanas, ¿por qué no hace que no sientan dolor? Si se tratara de la Bodhisattva Guanyin, ella lo haría sin duda, pues no quiere ver a los seres vivos maltratarse ni matarse entre ellos, no quiere ver que ninguno sufra siquiera un poco de acoso ni dolor. Tiene a todos los seres en mente, su corazón es más vasto que el firmamento y su amor no conoce límites. ¡Eso es un dios de verdad! ¿Por qué dios no se comporta así? No soy un dios, no tengo esa capacidad. Si fuera un dios, no dejaría que mi gente sufriera así”. Les pase lo que les pase, los anticristos tienen sus propios puntos de vista, afirmaciones, opiniones e incluso “ideas brillantes”. Da igual lo que les suceda, nunca lo vinculan a las palabras de Dios, nunca buscan la verdad para entenderlo a Él, para dar testimonio de Él, para confirmar Su identidad y dónde y cómo se expresa la esencia de Dios que posee Su identidad; los anticristos no practican de esa manera. En su lugar, miden a Dios y compiten contra Él a la mínima oportunidad sirviéndose de las perspectivas de Satanás, de diversos espíritus malignos o de la Bodhisattva Guanyin y Buda. ¿Cuál es el resultado final de esto? Los anticristos niegan a Dios a la mínima oportunidad, negando Sus acciones y Su esencia, el significado y el valor de todo lo que hace y cómo esto edifica a las personas. Niegan el efecto que Dios pretende lograr en las personas al obrar de esta manera y la existencia de Sus intenciones. Al negar el significado y el valor de todo lo que hace Dios, ¿acaso no están los anticristos negando Su identidad? (Sí). Estas manifestaciones y esencia de los anticristos, los pensamientos que revelan, y la ira, las exigencias, la insatisfacción y las cuestiones que se plantean sobre Dios cuando algo les sucede, entre otras cosas, son todas manifestaciones concretas de que los anticristos no reconocen la identidad de Dios. Estos son los hechos.

¿Qué esencia de los anticristos habéis observado mediante la charla y disección que acabamos de hacer acerca de las manifestaciones y el origen de la negación de la identidad de Dios por parte de los anticristos? ¿Sois capaces de observar que los anticristos son cínicos respecto a este mundo y aman la equidad y la justicia? ¿Se trata de personas que poseen una humanidad bondadosa, compasión, misericordia y un gran amor, así como odio hacia la perversidad? (No). ¿Qué clase de personas son entonces los anticristos? (Personas malvadas que odian y sienten aversión por la verdad, que son antagonistas de Dios en todo momento). Ese es un aspecto. ¿Qué más? ¿Acaso los anticristos no aprueban el dicho de la sociedad: “Construir puentes y arreglar caminos conducen a la ceguera, mientras que los asesinos y pirómanos se aseguran de multiplicar su prole”? ¿Acaso no significa esto que se lamentan del estado del mundo y se compadecen del género humano? ¿Cuál es la naturaleza de que estén de acuerdo con este dicho? ¿Acaso no contiene una especie de queja sobre la injusticia del cielo? Aunque no puedan hacer nada al respecto, los anticristos albergan tal resentimiento y emociones y se quejan de lo injusto que es el cielo: “¿No se dice que el cielo es justo y tiene ojos? ¿Por qué entonces aquellos que hacen el bien en este mundo no obtienen recompensas y los malvados prosperan? ¿Dónde está la justicia en este mundo? ¿Cómo surgieron estas cuestiones sobre la injusticia en él? ¡Porque el cielo está ciego y es injusto!”. El significado implícito de esto es que no hay justicia con Dios y que solo Buda y Guanyin son justos. Por tanto, el corazón de los anticristos está lleno de resentimiento, quejas, negación y condena respecto a lo que hace el Dios real. ¿Cuál es la causa de todo esto? ¿Qué razón hay para ello? Lo causa la esencia de los anticristos. ¿De qué esencia se trata? Para concretar, el corazón de los anticristos está lleno de nociones y figuraciones acerca de la definición de un dios; ni saben ni entienden cómo obra y salva a las personas el Dios real exactamente. Su evaluación de todo lo que hace Dios se basa en sus propias nociones y figuraciones. ¿Y en qué se basan estas? Se basan por entero en las diversas herejías y falacias que el rey diabólico Satanás ha inculcado en los seres humanos. Al margen de lo perversas o sesgadas que puedan ser estas herejías y falacias, se ajustan a las nociones, los requisitos psicológicos y las necesidades emocionales de la gente, y son precisamente estos aspectos los que se convierten en los criterios que adoptan los anticristos para comportarse y medir todas las cosas, además de en su estándar para medir a Dios; los anticristos están equivocados hasta la médula. Otra razón más importante es que a los anticristos les gusta el poder y lo grandilocuente. Por ejemplo, pongamos que una persona nace en un palacio y goza de un trato excepcional todos los días, disfrutando de la mejor comida y de la mejor ropa, sin que haga falta que mueva un dedo y obteniendo todo lo que quiere. ¿La gente que cree en Dios aspira a esta clase de vida? Una persona normal sentirá un poco de envidia o de celos, pero luego pensará: “Todo esto lo ha ordenado Dios. Vivimos dondequiera que Dios nos coloque. Esa clase de vida no encaja necesariamente con nosotros. ¿Puede uno creer en Dios en un entorno así? ¿Puede uno comprender la verdad y salvarse? Eso sería complicado. Con lo que Dios nos concedió es suficiente, mientras podamos creer en Él y nos hallemos en las condiciones adecuadas para leer Sus palabras, hacer nuestro deber y al final lograr la salvación, ese es el mayor gozo”. Pero ¿pensarían los anticristos de esa manera? (No). Lo que pensarían es: “¿Por qué no era mi padre un emperador? Si mi padre fuera rico o un emperador, mi vida sería digna de ser vivida. ¿Por qué su padre es un emperador? ¿Por qué disfruta de una vida despreocupada, sin preocuparse por la comida o la ropa, obteniendo cualquier cosa que desea y con dinero y poder siempre a su disposición? ¡El cielo es injusto! No es que él sea muy competente, no tiene ningún talento ni tampoco educación ni cerebro. ¿Cuál es el criterio que lo ha llevado a conseguir todo esto? ¿Por qué no me puede tocar a mí? Si no puedo conseguir esas cosas y otros sí, ¡los voy a odiar! Y, si no puedo odiarlos a ellos, ¡odiaré al cielo por ser injusto y disponer un mal destino para mí, y odiaré mi mala suerte, odiaré a la persona vil que me bloquea el camino y odiaré el mal feng shui de mi casa!”. ¿Qué se les pasa por la mente? Una vez que el odio surge en el corazón de los anticristos, de su boca pueden salir todo tipo de argumentos falaces.

De cara al exterior, los anticristos parecen muy benévolos, pero el hecho es que nada de lo que idolatran y buscan es positivo. Los proverbios y dichos que predican puede que suenen a que lamentan el estado del mundo y se compadecen del género humano, y a que albergaran buena voluntad en sus corazones, aunque en realidad son unos absolutos diablos y satanases. Si obtienen poder y ascienden en este mundo, ¿son capaces de hacer el mal? ¿Pueden ser buenas personas? Son bribones llenos de pecados atroces. Ya que no pueden obtener poder y no prosperan mucho en el mundo, se sienten un poco agraviados y empiezan a creer en Dios y seguirlo. Sin embargo, en esencia, no quieren perseguir la verdad en absoluto y, en especial, no aman las cosas positivas, sino que sienten aversión por ellas y aman a las fuerzas del mal, el poder, la vida de lujo y las malvadas tendencias del mundo. Así pues, desprecian todo aquello que expresa y hace Dios, que posee Su identidad y esencia, así como condenan, juzgan y difaman tales cosas. Por muy valiosa o significativa que sea la obra de Dios para las personas, no la reconocen ni la aceptan. No solo no aceptan la identidad y esencia de Dios, sino que también quieren hacerse pasar por un dios, fingiendo que son un salvador que puede liberar a todos los seres del sufrimiento, que puede garantizar que aquellos que construyen puentes y arreglan caminos no se queden ciegos, que se castigue a los asesinos y los pirómanos y no tengan una prole que se multiplique, así como que aquellos en el escalón más bajo de la sociedad que padecen sufrimiento dejen por fin de sufrir y dispongan de un lugar para reparar sus agravios. Quieren eliminar todo el dolor del mundo y rescatar a la gente de la miseria. ¡Pues sí que albergan los anticristos un “amor universal” y un “gran amor” infinito en el fondo de su corazón! Al fin y al cabo, ¿qué razón exacta hay detrás de que los anticristos no reconozcan la identidad y esencia de Dios? Dicen: “Haga lo que haga dios, él no se parece a un dios. Yo soy el más divino, estoy más cualificado para ser un dios. Esto se debe a que lo que él hace no se ajusta a mis gustos ni a los gustos ni las necesidades de las masas; solo yo puedo entender las necesidades y la mente de estas, soy el único que puede liberar a todos los seres del sufrimiento y ser el salvador de la especie humana”. Sus ambiciones y su esencia se han puesto al descubierto, ¿no? ¿Cuál es exactamente la verdadera forma de los anticristos que poseen tales ambiciones y tal esencia? La del arcángel, el diablo Satanás. Niegan la identidad de Dios y no creen en Su existencia porque ellos mismos quieren ser un dios. Creen que sus pensamientos son los que debe tener un dios y que sus manifestaciones, carácter y esencia de gran amor son lo que debe poseer un dios. Para ellos, solo es un dios aquel que posee una mentalidad que se lamenta del estado del mundo y se compadece de la especie humana al ver todas las injusticias que hay en el mundo. Creen que el Dios en el que creen no posee estas cualidades, que solo ellos cuentan con esa mente y ese gran corazón, poseyendo esta especie de virtud y gran amor. Esta es la esencia de los anticristos, las diversas manifestaciones y la esencia de su rechazo a reconocer la identidad de Dios. Por consiguiente, si veneras a los anticristos como si fueran dioses y los idolatras, no van a sentir resentimiento hacia ti. Si los sigues, dices que su identidad y esencia son las de los dioses, que tienen la misma mente y gran amor que Buda y que son dioses, serán felices y estarán completamente satisfechos contigo. Esta es la esencia de los anticristos. ¿Acaso no es perversa esta esencia que exhiben? Por mucho que ensalces el nombre de Dios y Sus maravillosas obras y que des testimonio de todo lo que ha hecho y del precio que ha pagado por la salvación del hombre, ellos se mostrarán desafiantes de corazón, diciendo: “Esto no lo puedo elogiar. Yo no lo veo así; todo esto son solo pensamientos ilusorios e imaginaciones humanas”. Cuando das testimonio de Dios, de Su sabiduría, Su omnipotencia, Su concienzuda intención de salvar a la humanidad y del precio que ha pagado, y das testimonio de Su esencia, Su identidad y de todo lo que el Creador ha hecho en el género humano, solo hay un tipo de persona que sienta inquietud: los anticristos. ¿Y qué piensan? “¿Por qué siempre hablas sobre dios? Yo también te he regado y apoyado mucho. Te he amado, te he ayudado, te he comprado medicinas cuando estabas enfermo, te he respaldado, he compartido contigo y te he acompañado cuando otros te habían abandonado. ¿Por qué no me alabas a mí?”. En cuanto alguien da testimonio de Dios o lo alaba, los anticristos se sienten molestos y los odian movidos por la envidia. ¿Qué sienten los creyentes en Dios normales cuando oyen a alguien alabar a Dios? Primero dirán “amén” a lo que dijera esa persona y al testimonio vivencial que compartiera. Además, escucharán con atención, pensando: “Dios obró sobre ellos de esa manera; Dios es maravilloso, ¡ama de veras a los seres humanos! Yo también buscaré la verdad si me encuentro en situaciones similares en el futuro. Le hacen daño a Dios al actuar de esa manera; yo me he comportado así alguna vez en el pasado, solo que no era consciente de ello. ¡Estoy en deuda con Dios! No me di cuenta de que es beneficioso para la gente que Dios actúe de ese modo. Parece que tengo menos estatura que esta persona, mi comprensión no es pura y mi calibre es escaso. Oro para que Dios me esclarezca y me guíe, como alguien con poca estatura que soy. ¿Cómo no se sumieron en la debilidad al enfrentarse a las pruebas? Tenían la guía de las palabras de Dios. Si yo me enfrentara a tales circunstancias, caería en la debilidad e incluso podría tropezar. Dios me ha mostrado la gentileza de reparar en mi pequeña estatura y de no hacer que me tenga que enfrentar todavía a esa clase de situación. ¡Todo lo que hace Dios es bueno!”. Sin embargo, a los anticristos no les alegra oír esto: “¿Qué? ¿Todo lo que hace dios es bueno? ¿Dónde se halla esta bondad? Si todo lo que hace dios es tan bueno, ¿por qué la gente es negativa y débil? Si todo lo que hace dios es bueno, ¿por qué se expulsa a cierta gente? Si todo lo que hace dios es bueno, ¿por qué siempre hay trastornos y perturbaciones en el transcurso de difundir el evangelio y llevar a cabo deberes? He hecho muchas buenas obras, me he esforzado, he realizado ofrendas y me he ganado a personas cuando he predicado el evangelio. ¿Por qué nadie me alaba? ¿Por qué no me ha dado dios algo a cambio, una recompensa? Si a la gente le avergüenza alabarme abiertamente, me vale con que solo lo hagan a mis espaldas. ¿Por qué nadie me alaba ni me elogia? ¿Acaso carezco de méritos?”. Se molestan. Si alguien elogia a una persona corriente, a los anticristos no les afectará mucho. Sin embargo, en cuanto alguien da testimonio del gran poder de Dios, de Su gran amor y sabiduría o de Su identidad, los anticristos sienten odio y celos. Cada vez que alguien está dispuesto a someterse a Dios, a convertirse en un ser creado apropiado y en una persona que no excede sus límites y se somete bajo el dominio del Creador, a los anticristos no les gusta y dicen: “¿Por qué te sometes de manera tan voluntaria y activa a dios? ¿Por qué te resulta tan difícil escuchar cualquier cosa que digo? ¡No me equivoco en mis palabras!”. Les gusta que la gente los siga, los alabe a cada momento, que lleve su nombre en la boca, los guarde en su corazón e incluso sueñe con su bondad y sus puntos fuertes y los alabe ante cualquiera que se encuentre. Si se ponen enfermos y no aparecen, la gente dirá: “¿Qué hacemos sin ti? ¡Si no estás, nos dispersamos, no somos capaces de seguir creyendo ni de continuar con nuestra vida!”. Si los anticristos oyeran esto, no cabrían en sí de gozo y para poder oírlo estarían dispuestos a padecer cualquier sufrimiento o a pasarse días sin comer ni dormir. Sin embargo, si nadie los alaba, ni los tiene como ejemplo, ni los idolatra ni los toma en serio, se sienten molestos y albergan odio en su corazón; así es el típico anticristo. En resumen, los anticristos nunca reconocerán la identidad de Dios. No aceptan Su identidad y esencia, ni mucho menos la obra que ha hecho en ellos Aquel que posee la identidad y esencia de Dios, del mismo modo que tampoco reconocen ni aceptan toda la obra que Él ha realizado entre el género humano.

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