Punto 3: Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad (Parte 1)

La tercera técnica que los anticristos usan para controlar a las personas: excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad. Algunas personas aman las cosas positivas, la rectitud, y la luz y hablar sobre la verdad. A menudo buscan hermanos y hermanas que persiguen y buscan la verdad para compartir con ellos. Los anticristos se enfurecen al verlo. Para ellos, todos aquellos que persiguen la verdad son como una aguja en el ojo, una espina en su costado, y serán el objetivo de sus ataques, exclusiones y agresiones. Por supuesto que un anticristo no atacará a estas personas únicamente con tácticas brutales y salvajes tan evidentes que la gente pueda calarlas. Adoptarán la manera de compartir la verdad y, con unas pocas palabras y doctrinas, juzgarán a las personas y arremeterán contra ellas. Esto hace que la gente piense que lo que ellos hacen es adecuado y razonable, que están ayudando, que no hay nada malo en cómo actúan. ¿Cuáles son esos métodos “adecuados y razonables” que usan? (Citar las palabras de Dios para juzgar a las personas y arremeter contra ellas). Correcto: citan las palabras de Dios para dejar en evidencia a las personas y juzgarlas. Ese es su método más común. En apariencia, este modo de expresarse parece justo, razonable y bastante adecuado, pero en el fondo su intención no es ayudar a los demás para beneficiarlos, sino dejarlos en evidencia, juzgarlos, condenarlos y degradarlos. Esto es, sin lugar a dudas, lo que buscan lograr. Entonces, el problema se encuentra en su punto de partida. Aquellos que tienen buen ojo pueden ver que los anticristos hacen esto porque esas personas persiguen y aman la verdad, y representan una amenaza para ellos. ¿Qué amenaza es esa? ¿De qué manera su amor por la verdad pone trabas al anticristo? (Pueden calarlos y discernirlos). Exacto. La amenaza más grande que estos amantes de la verdad suponen para un anticristo es poder discernir todo lo malo que él haga, sea lo que sea; pueden calar su esencia y son propensos, en todo momento y lugar, a desenmascararlos, denunciarlos y sacarlos a la luz, y luego condenarlos, rechazarlos y depurarlos de la iglesia. Si eso sucediera, perderían su estatus y su poder para siempre, y su posibilidad de ser bendecidos se arruinaría por completo. Es por ello que, para un anticristo, la mayor amenaza son las personas que persiguen la verdad, aparte de los disidentes.

Además de estos métodos que aparentan ser adecuados en la superficie, como usar las enseñanzas sobre las palabras de Dios para arremeter contra las personas que persiguen la verdad y juzgarlas, los anticristos llegarán incluso a tomar medidas drásticas en su contra. ¿Qué medidas drásticas son esas? Por ejemplo, se aprovecharán de una trasgresión momentánea de algún líder u obrero: sin importar el contexto, ni si la persona aprendió algo de ello y podría arrepentirse, ni si se trata de una persona que persigue la verdad, exagerarán la importancia de lo ocurrido para juzgar y condenar a esa persona y deshacerse de ella. Los anticristos creen que para deshacerse de las hierbas hay que eliminarlas de raíz, y por eso echan a esas personas de la iglesia, para que no representen una amenaza a su estatus. A toda la gente malvada y los anticristos se les da bien aprovecharse de cosas que pueden ser usadas en contra de los líderes y obreros y, una vez que lo hacen, los condenan como falsos líderes y anticristos. ¡No es cosa baladí! Los líderes y obreros son seleccionados por el pueblo escogido de Dios; ¿por qué te aprovecharías siempre de cosas que usar en su contra? ¿Cuál es tu objetivo al valerte de eso? ¿Será que quieres ocupar su lugar como líder? Una vez que una persona malvada ha acusado a un líder u obrero de la ofensa de ser un falso líder y un anticristo, si puede citar ejemplos y hacer que el pueblo escogido de Dios piense que se ajustan a los hechos, eso se traduce en un problema. Podrían echar a ese líder u obrero de la iglesia con facilidad. Ser un falso líder o un anticristo es una ofensa tan grande que, una vez que se demuestra, el acusado es condenado y su carrera como creyente en Dios se termina. Eso sencillamente lo arruinaría, ¿verdad? ¡Qué malvado es eso! Es más, si el anticristo luego aprovecha la oportunidad para que lo elijan como líder y toma el control de la iglesia, ¿no quedaría el pueblo escogido de Dios bajo el control del anticristo? ¿No se convertiría esa iglesia en el reino del anticristo? (Sí). ¡Ese es un peligro grave! ¿Tienen las personas malvadas y los anticristos alguna otra técnica para atacar y excluir a aquellos que persiguen la verdad? ¿Acaso no envían algunos a hermanos y hermanas que persiguen la verdad a trabajar en lugares de lo más peligrosos con el fin de obtener poder y consolidar su propio estatus? Dicen: “Hay una iglesia recién fundada con muchos hermanos y hermanas que son nuevos en la fe. No tienen fundamentos y les falta sabiduría. Necesitan alguien que comprenda la verdad para que los riegue y los provea. Tú comprendes la verdad de las visiones; esos recién llegados necesitan a alguien como tú para que vaya a regarlos. Nadie más está capacitado para ello”. Y con eso, el anticristo manda una grave amenaza oculta. ¿En verdad lo hace para que esa persona lidere y provea a la iglesia? (No). No. Lo hace porque ese lugar es un entorno hostil y peligroso. Pone a esa persona a hacer la obra de la iglesia en un lugar peligroso, deseando que la atrape el gran dragón rojo. Si la atrapa, no quedará nadie que amenace el estatus del anticristo y así podrá tomar el control de la iglesia. ¿No es esa una de las tácticas de los anticristos? Mandan fuera a la persona con el pretexto de que son muy aptos para regar a los recién llegados y, de esa forma, nadie puede ver sus viles intenciones. ¿No son astutos? Y los hermanos y hermanas piensan que el anticristo es listo y sabio por haber adoptado esas medidas, que es una persona conforme a las intenciones de Dios, pero resulta que los estaba engañando y cegando. Esta técnica del anticristo parece bastante impecable; nadie puede ver con claridad qué sucede en verdad y todos terminan siendo desorientados. A aquellos que son desorientados, lo que el anticristo está haciendo les parece justo y razonable, y que lo hace porque se preocupa por la obra, pero nadie puede alcanzar a ver su intención. Los anticristos son perversos, ¿verdad? Donde sea que haya peligro, allá te harán ir, diciéndose: “¿Acaso no persigues la verdad? ¿Y no te opones a mí? ¿No estás siempre discerniéndome y aferrándote a cosas para usar en mi contra? Muy bien, entonces usaré esta oportunidad para sacarte de aquí. Que te atrapen será lo mejor, ¡nunca podrás recuperarte!”. Lo cierto es que la mayoría de las personas a quienes los anticristos atrapan y persiguen en la iglesia son aquellos cuya búsqueda es mayor. ¿Qué piensan los anticristos de estas personas cuando están siendo perseguidas y excluidas? Se dicen: “Estas personas siempre están escuchando los sermones; entienden algunas verdades. No puedo simplemente impedir que escuchen: los sermones se predican para que los oigan todos, así que no hay forma justificada de impedírselo. Pero digamos que les permito escuchar. Dado que gran parte de lo que se dice en esos sermones permite desenmascarar a los falsos líderes y anticristos, ¿me vendría bien que oyeran lo suficiente y adquirieran conocimiento y discernimiento? Tarde o temprano acabaría teniendo que renunciar a mi posición como líder, ¿no? Eso no me sirve. Tengo que dar el primer paso”. Una vez que un anticristo tiene esa intención, se pone a trabajar en ello. No son muchas las personas que serían capaces de identificar a un anticristo sin antes haber comprendido la verdad. ¿Por qué los anticristos pueden salirse con la suya, mientras que las personas que persiguen la verdad acaban siendo víctimas? Hay un motivo que está presente, sin duda: puede que esas personas tengan en su corazón algo de amor por la verdad y por las cosas positivas, y puede que tengan cierta aspiración por perseguir la verdad, pero simplemente son demasiado cobardes. No comprenden la verdad, les falta discernimiento y son muy tontas; no pueden alcanzar a ver la esencia de un anticristo y nunca podrán llegar a desenmascararlo, lo que permite que el anticristo dé el primer paso y las perjudique con ello. Si ese es el resultado que obtienen o a eso es a lo que han llegado, ¿cómo habrá sucedido? ¿No será que han sido atacadas salvajemente por el anticristo? (Sí). ¿Qué lección deben aprender de todo esto aquellos que persiguen la verdad? ¿Cuál es la actitud que las personas deben tener en términos de cómo tratar a un líder o a un obrero? Si lo que un líder o un obrero hacen está bien y en consonancia con la verdad, puedes obedecerlos; si lo que hacen está mal y no concuerda con la verdad, no debes obedecerlos y puedes exponerlos, oponerte a ellos y plantear una opinión distinta. Si ellos son incapaces de llevar a cabo obra real o cometen actos malvados que causen una perturbación en la obra de la iglesia, y se revelan como falsos líderes, falsos obreros o anticristos, entonces puedes discernir sobre ellos, exponerlos y denunciarlos. Sin embargo, algunos de los escogidos de Dios no comprenden la verdad y son particularmente cobardes; temen que los repriman y atormenten falsos líderes y anticristos, así que no se atreven a defender los principios. Dicen: “Si el líder me saca a patadas, estoy acabado; si hace que todos me expongan o me abandonen, ya no podré creer en Dios. Si me expulsan de la iglesia, Dios no me querrá y no me salvará. ¿Y no habrá sido mi fe para nada?”. ¿No es ridículo ese pensamiento? ¿Tienen esas personas verdadera fe en Dios? ¿Un falso líder o un anticristo representarían a Dios cuando te expulsan? Cuando un falso líder o anticristo te atormenta y expulsa, esto es el trabajo de Satanás, y no tiene nada que ver con Dios; cuando echan o expulsan a las personas de la iglesia, esto solo se ajusta a las intenciones de Dios cuando hay una decisión conjunta entre la iglesia y el pueblo escogido de Dios, y cuando echarlas o expulsarlas se ajusta totalmente a la organización del trabajo de la casa de Dios y a los principios-verdad de las palabras de Dios. ¿Cómo es posible que el ser expulsado por un falso líder o anticristo signifique que no puedas ser salvado? Esta es la persecución de Satanás y el anticristo, y no significa que Dios no vaya a salvarte. Depende de Dios que puedas ser salvado o no. Ningún ser humano está capacitado para decidir si puede salvarte Dios. Debes tener esto claro. Tratar la expulsión por parte de un falso líder o anticristo del mismo modo que la expulsión por parte de Dios, ¿acaso no es malinterpretar a Dios? Lo es. Y esto no es solo malinterpretar a Dios, sino también rebelarse contra Él. También es una especie de blasfemia contra Dios. ¿Y no es ignorante y necio malinterpretar a Dios de esta manera? Cuando un falso líder o anticristo te expulsa, ¿por qué no buscas la verdad? ¿Por qué no buscas a alguien que entienda la verdad para obtener algo de discernimiento? ¿Y por qué no lo denuncias ante los superiores? Esto demuestra que no crees que la verdad impere en la casa de Dios, demuestra que no tienes verdadera fe en Dios, que no eres una persona que crea sinceramente en Dios. Si confías en la omnipotencia de Dios, ¿por qué temes la represalia de un falso líder o un anticristo? ¿Pueden ellos decidir tu destino? Si sabes discernir y detectas que sus actos no concuerdan con la verdad, ¿por qué no hablas con el pueblo escogido de Dios que comprende la verdad? Si tienes boca, ¿por qué no te atreves a hablar? ¿Por qué tienes tanto miedo a un falso líder o un anticristo? Esto demuestra que eres un cobarde, un inútil, un lacayo de Satanás. Si, cuando te ves amenazado por un anticristo o un falso líder, no te atreves a denunciarlo a los superiores, lo que esto demuestra es que ya has sido atado por Satanás y que eres del mismo sentir que ellos; ¿no es esto seguir a Satanás? ¿Cómo puede alguien así pertenecer al pueblo escogido de Dios? Es escoria, ni más ni menos. Quienes son del mismo sentir que falsos líderes y anticristos sin duda no son buenas personas; son malhechores. Tales individuos han nacido para ser secuaces del diablo; son lacayos de Satanás y para ellos no hay redención posible. Todos quienes no se atreven a desenmascarar a los anticristos cuando los ven perpetrando el mal, quienes temen ofenderlos, quienes incluso los protegen y obedecen, ¿no son unos necios ignorantes? Si eres plenamente consciente de los principios-verdad y aun así los vulneras y hasta formas alianzas y pandillas con personas malvadas y anticristos, ¿no estás actuando como un cómplice y secuaz de Satanás? ¿Acaso no te mereces que, a la postre, te traten como a una persona malvada y cómplice de los anticristos? Si crees en Dios, pero en lugar de seguirlo a Él sigues a los anticristos y actúas como uno de sus secuaces o cómplices, ¿no te estás cavando tu propia tumba, no estás firmando tu sentencia de muerte? Si crees en Dios, pero en lugar de someterte a Él, te rindes ante Sus enemigos —los anticristos— y buscas refugio en ellos, tú te has buscado que, como resultado, estos anticristos te manipulen y abusen de ti. ¿No te lo mereces? Si tratas al anticristo como si fuera tu amo, como si fuera tu líder, como si fuera un hombro en el que apoyarte, es que estás refugiándote en Satanás y lo estás siguiendo, lo que significa que te has descarriado y tomado la senda errónea, que has puesto un pie en el camino de no retorno. ¿Qué actitud deberías tener ante los anticristos? Debes desenmascararlos y combatirlos. Si no sois más que uno o dos y sois demasiado débiles para enfrentaros a ellos vosotros solos, tendrás que unir fuerzas con varias personas que comprendan la verdad para denunciar y exponer a estos anticristos, y tendrás que seguir hasta que los echen. Me he enterado de que, en los dos últimos años, el pueblo escogido de Dios de varias zonas pastorales de la China continental se ha unido para destituir a falsos líderes y anticristos de su cargo; algunos de estos incluso dirigían grupos con capacidad de decisión, a pesar de lo cual el pueblo escogido de Dios los destituyó igualmente. El pueblo escogido de Dios no tuvo que esperar a la aprobación de lo Alto; basándose en los principios-verdad, fueron capaces de identificar a estos falsos líderes y anticristos —que no llevaban a cabo ningún trabajo real, siempre estaban atormentando a los hermanos y hermanas, actuaban salvajemente y perturbaban la obra de la casa de Dios— y se encargaron de ellos con prontitud. A algunos los expulsaron de los grupos con capacidad de decisión; a otros los echaron de la iglesia, ¡lo cual es estupendo! Esto demuestra que el pueblo escogido de Dios ya tiene un pie en el camino correcto de la fe en Dios. Algunos de sus miembros ya han comprendido la verdad y ahora poseen algo de estatura, ya no están controlados ni embaucados por Satanás, se atreven a alzarse y combatir contra las fuerzas malignas de Satanás. Asimismo, esto demuestra que las fuerzas de los falsos líderes y anticristos de la iglesia han dejado de tener la sartén por el mango. Por eso, ya no se atreven a que sus palabras y acciones sean tan flagrantes. En cuanto delaten su juego, habrá alguien allí para supervisarlos, discernirlos y rechazarlos. Es decir, en el corazón de quienes comprenden realmente la verdad, no tienen una posición dominante el estatus, la reputación y el poder del hombre. Dichas personas no dan ningún crédito a esas cuestiones. Cuando alguien busca proactivamente la verdad y habla sobre ella; cuando empieza a recapacitar y reflexionar sobre la senda que deberían transitar los creyentes en Dios, así como la manera en que deberían tratar a líderes y obreros; cuando empieza a sopesar a quién debería seguir la gente, qué comportamientos corresponden a quien sigue a un hombre y cuáles a quien sigue a Dios; y luego, tras haber buscado a tientas estas verdades y haberlas experimentado en el transcurso de varios años, cuando haya llegado, sin saberlo, a comprender algunas verdades y tener discernimiento, habrá ganado entonces un poco de estatura. Ser capaz de buscar la verdad en todas las cosas significa haber entrado en el camino correcto de la fe en Dios.

Es una cosa buena, un feliz suceso, que el pueblo escogido de Dios sea capaz de discernir y rechazar a los falsos líderes y anticristos. Algunos líderes no saben realizar ningún trabajo real; lo único que hacen es causar tales trastornos y perturbaciones que nunca reina la tranquilidad en la vida de la iglesia. Todos los hermanos y hermanas los encuentran desagradables y, al final, los rechazan. ¿Es correcto que lo hagan? (Sí). Hay otras veces que, después de elegir un líder, al principio los hermanos y hermanas dicen: “Lo hemos elegido, así que tenemos que cooperar con él en su trabajo”. Al cabo de un tiempo, resulta que fue una elección equivocada: el líder es entusiasta en su fe en Dios, pero carece de entendimiento espiritual. Tiene tendencia a las distorsiones, es sentencioso y arrogante; no comenta ningún asunto con los demás ni hace nada conforme a los principios, sino que actúa con temeridad. Esto provoca brechas de seguridad; los hermanos y hermanas de la iglesia son arrestados continuamente y la obra de la iglesia sufre cuantiosas pérdidas. El líder no solo no reflexiona sobre sí mismo, sino que se justifica, argumenta en su propia defensa y elude la responsabilidad. Al final, el grupo lo destituye de su cargo. ¿Crees que manejaron la situación de la manera correcta? (Sí). ¡Pues claro que sí! Y, nada más encargarse de esa persona, eligen a otra, quien al cabo de un tiempo deja claro que es mucho mejor que aquel falso líder, lo cual demuestra que el grupo tiene discernimiento y ha crecido. Este es el proceso mediante el cual el pueblo escogido de Dios crece en la vida. Es muy normal. ¿Pensabas que, cuando la gente escucha tantos años de sermones, todos adquieren discernimiento y toman las decisiones correctas a la hora de elegir a los líderes y obreros, y que quien salga elegido será el que pueda asumir el cargo realmente? ¿Es así como funciona? (No). Cuando la gente no comprende los principios-verdad, a la hora de elegir a un líder, se centra siempre en elegir a alguien de mente ágil, buen orador, con un don. No es hasta que esa persona lleva un tiempo en su cargo y evidencia ser un falso líder o un anticristo cuando la gente empieza a desarrollar discernimiento; después de eso, no volverán a elegir a una persona semejante. Entonces, ¿a quién hay que elegir exactamente a la hora de elegir líderes y obreros? No existen reglas fijas. Depende más de si alguien es una persona adecuada y de si persigue la verdad. Dicho esto, si alguien es una persona malvada o un anticristo, no debes elegirlo, da igual la clase de persona que sea. De lo contrario, estarás cavando tu propia tumba. ¿No es cierto? (Así es).

Volviendo al tema en el que estábamos, el de que los anticristos atacan y excluyen a quienes persiguen la verdad; básicamente ya hemos dicho todo lo que había que decir al respecto, ¿cierto? ¿Cómo excluyen y atacan los anticristos a quienes persiguen la verdad? Utilizan a menudo métodos que otros consideran razonables y adecuados, incluso se sirven de los debates sobre la verdad para tener algo de lo que aprovecharse, en aras de atacar, condenar y desorientar a otras personas. Por ejemplo, un anticristo cree que, si sus compañeros son personas que persiguen la verdad, estas podrían amenazar su estatus, por lo que pronunciará sermones elevados y discutirá teorías espirituales para desorientar a la gente y conseguir que lo tengan en alta estima. De ese modo puede denigrar y reprimir a sus compañeros y colaboradores, y hacer que la gente piense que, aunque los compañeros de su líder persiguen la verdad, no pueden igualarse a él en términos de calibre y capacidad. Habrá incluso quien dirá: “Nuestro líder da sermones elevados y no hay nadie que se le compare”. Para un anticristo, oír ese tipo de comentarios resulta sumamente satisfactorio. Se dice para sus adentros: “Tú que eres mi compañero, ¿no posees realidades-verdad? ¿Por qué no puedes hablar con la misma elocuencia y elevación que yo? Ahora has quedado totalmente humillado. ¡Careces de las capacidades necesarias y, aun así, te atreves a competir conmigo!”. Es lo que piensa el anticristo. ¿Con qué objetivo? Intenta por todos los medios reprimir, denigrar y ponerse por encima de otras personas. Así es como un anticristo trata a todos quienes persiguen la verdad o trabajan con ellos. Haga lo que haga, todo gira en torno a su propio poder y estatus, y está destinado a ganarse la estima y adoración de los demás. No permite que nadie lo supere; cualquiera que sea mejor que él se ve abocado a que lo denigre, lo excluya y lo reprima. Los anticristos tienen motivaciones y objetivos detrás de todos los métodos que utilizan contra los que persiguen la verdad. En lugar de luchar por salvaguardar la obra de la casa de Dios, su propósito es salvaguardar su propio poder y estatus, así como su posición e imagen en los corazones del pueblo escogido de Dios. Sus métodos y comportamientos perturban y trastornan la obra de la casa de Dios, y también tienen un efecto destructivo en la vida de la iglesia. ¿Acaso no es esta la manifestación más común de los actos malvados de un anticristo? Además de estos actos malvados, los anticristos hacen algo aún más despreciable, y es que siempre tratan de averiguar cómo ganar ventaja sobre los que persiguen la verdad. Por ejemplo, si algunas personas han fornicado o han cometido alguna otra transgresión, los anticristos aprovechan esto como ventaja para atacarlas, buscan oportunidades para insultarlas, exponerlas y calumniarlas, para etiquetarlas y así desalentar su entusiasmo por cumplir con su deber, de modo que se sientan negativas. Los anticristos también hacen que el pueblo escogido de Dios los discrimine, los rehúya y los rechace, para que los que persiguen la verdad queden aislados. Al final, cuando todos los que persiguen la verdad se sienten negativos y débiles, ya no realizan activamente sus deberes y no están dispuestos a asistir a los encuentros; entonces, el objetivo de los anticristos se ha logrado. Como los que persiguen la verdad ya no suponen una amenaza para su estatus y su poder y ya nadie se atreve a denunciarlos o exponerlos, los anticristos pueden sentirse tranquilos. Dentro de la iglesia, las personas más odiadas por un anticristo son aquellas que persiguen la verdad, en especial las que poseen un sentido de la rectitud y se atreven a desenmascarar y denunciar a un falso líder y anticristo. Un anticristo ve a esta gente como una aguja en el ojo, como una espina en el costado. Si ve por un casual a alguien que persigue la verdad y cumple voluntariamente con su deber, surgen en su corazón la inquina y la enemistad, sin la menor pizca de amor. Un anticristo no se limitará a no prestar ayuda ni apoyo a quienes persiguen la verdad, da igual las dificultades que tengan o lo débiles y negativos que sean; no se limitará a hacer caso omiso. Además, en secreto, se alegrará de ello. Y, si alguien había presentado acusaciones contra él o lo había desenmascarado, aprovechará la ocasión para hacer leña del árbol caído, lo inculpará de toda suerte de ofensas para enseñarle una lección, condenarlo, dejarlo sin salida y, en definitiva, volverlo tan negativo que no pueda cumplir con su deber. El anticristo se enorgullece entonces y empieza a regocijarse con los infortunios de esa persona. Las cosas de este estilo son las que mejor se les da a los anticristos; su mayor pericia consiste en excluir, atacar y condenar a quienes persiguen la verdad. ¿Qué albergan los anticristos en sus pensamientos que les vuelve capaces de tal maldad? “Si los que persiguen la verdad escuchan a menudo los sermones, puede que un día vean más allá de mis acciones, y entonces me desenmascararán definitivamente y me sustituirán. Mientras ellos cumplen con su deber, mi estatus, mi prestigio y mi reputación están amenazados. Es mejor golpear primero, buscar oportunidades para aprovecharse de cualquier ventaja para perturbarlos y condenarlos, para volverlos negativos y que pierdan todo deseo de cumplir con su deber. También provocaré conflictos entre los líderes y los obreros y los que persiguen la verdad, de tal manera que los líderes y obreros los aborrecen, se distancian de ellos y ya no valoran ni promocionan a aquellos que persiguen la verdad. De esta manera, ya no tendrán ningún deseo de perseguir la verdad ni de cumplir con su deber. Es mejor que los que persiguen la verdad permanezcan negativos”. Este es el objetivo que desean alcanzar los anticristos. Cuando un anticristo o una persona malvada te atrapa, te condena y te humilla con sus artimañas, ¿sabes discernir lo que está ocurriendo? ¿Sabes calar los ardides de Satanás? Debes aprender a discernir: “Lo que dijo sonaba bastante bien, pero ¿por qué salí de allí con una sensación negativa? ¿Por qué ya no quiero cumplir con mi deber? ¿Por qué tengo recelos de Dios? ¿Había algún problema con lo que dijo? ¿Por qué ha surtido un efecto negativo? ¿Por qué salí de allí con malentendidos y nociones acerca de Dios y sin ningún deseo de someterme ya? ¿Por qué he perdido mi anterior resolución y entusiasmo por gastarme para Dios? Y de repente albergo dudas acerca de la obra de Dios; tengo la sensación de que mis visiones no son claras. No sé para qué sirve desempeñar mi deber así y tengo la sensación de que mis varios años como creyente y las penurias que he sufrido han sido en vano. Sobre mi corazón se cierne ahora la oscuridad”. Es un poco anómalo. ¿Por qué al oír unas palabras que de entrada parecen correctas iban a producirse semejantes consecuencias? ¿No tienes la sensación de que hay algo en esas palabras que no encaja? Entonces, ¿qué tipo de palabras son para que, al oírlas, provoquen en ti esta reacción? ¿Qué tipo de palabras te hacen desconfiar de Dios al oírlas? En primer lugar, una cosa es segura: todas las palabras de los anticristos son desorientadoras; como la serpiente, todas tientan a la gente al pecado y a alejarse de Dios y rechazarlo. Ni una sola de sus palabras provee a las personas ni las ayuda. ¿De dónde proceden? Del diablo Satanás. ¿Tenéis discernimiento en lo que se refiere a las palabras que los anticristos emplean para atacar y condenar a quienes persiguen la verdad? Lo único que temen los anticristos es que las personas persigan la verdad. Tienen miedo de que la gente se someta a Dios, de que la gente se alce para seguir a Dios y asumir el deber de los seres creados; tienen miedo de que la gente se presente ante Dios y busque la verdad. Esto es lo que más temen, lo cual se debe a que, una vez que el pueblo escogido de Dios emprende la senda de la búsqueda de la verdad, su crecimiento en la vida se acelera y, con ello, su estatura aumenta cada vez más. Y, cuando la verdad reine en el corazón de las personas y se convierta en su vida, ese será el último día de los anticristos: se enfrentarán a ser condenados, revelados, descartados y completamente abandonados. Por ese motivo, quienes persiguen la verdad son los más odiados por los anticristos. A ojos de un anticristo, quienes persiguen la verdad son enemigos odiados, blancos de sus ataques y coacciones, así como de su odio y abandono, de su daño y de su abuso, y lo que es más, son objetivos a los que desorientar. Los anticristos no tienen forma de desorientar, controlar o atrapar el corazón de quienes persiguen la verdad, ni pueden abiertamente excluirlos y atacarlos al azar, de modo que lo único que les queda es decir cosas correctas y agradables, empleando tácticas amables para arrastrar a la gente a su nivel. Y, si esas personas no los acompañan y no pueden serles de utilidad, recurrirán a toda clase de tácticas viles para excluirlas; para volverlas negativas y débiles; incluso para que dejen de estar dispuestas a cumplir con su deber, y en definitiva para que abandonen a Dios. Esta es una de las principales acciones malvadas de los anticristos y es otro rasgo distintivo de su esencia-naturaleza. ¿De qué rasgo de su naturaleza se trata? Su insidia, su artería, su malicia. A fin de colmar su ambición y objetivo de reinar en la iglesia, los anticristos recurren continuamente a desorientar, excluir y atacar a quienes persiguen la verdad. Lo hacen para alcanzar su inefable objetivo y dejan a todos cuantos persiguen la verdad negativos y débiles, tibios en su fe, despertando en ellos malentendidos acerca de Dios. Pues una vez que surjan malentendidos y quejas sobre Dios, estas personas dejarán de perseguir la verdad y de cumplir voluntariamente con su deber, con lo que se distanciarán de Dios. ¿Y qué significa eso para un anticristo? En primer lugar, nadie amenazará su posición; en segundo, una vez que estas figuras positivas se vuelvan pasivas y débiles y se distancien de Dios, el anticristo tendrá rienda suelta en la iglesia para desorientar y constreñir a la gente, así como para controlar al pueblo escogido de Dios, de modo que lo seguirán, lo apoyarán y se inclinarán ante él con sumisión ciega. Así, por lo tanto, el anticristo ha logrado su objetivo. Con esto, ¿los anticristos cumplen con su deber? (No). Entonces, ¿cuál es la naturaleza de todas sus acciones? (Están haciendo el mal). “Hacer el mal” es una forma un tanto general de expresarlo; en concreto, perturban y entorpecen a la gente, impiden que recorran la senda de la búsqueda de la verdad y alcancen la salvación por parte de Dios. Cuando un anticristo ve que una persona persigue la verdad, se pone rojo de ira; la odia. ¿Hasta dónde llega ese odio? Cuando ve que alguien persigue la verdad y sigue a Cristo en lugar de seguirlo a él, idolatrarlo y transitar por su misma senda, atacará, excluirá y reprimirá a esa persona, con el ansia de hacerla desaparecer. Hasta ese punto llega su odio. En resumen, a tenor de estas manifestaciones de los anticristos, podemos determinar que no cumplen con el deber del liderazgo, porque no guían a las personas a comer y beber de las palabras de Dios ni a hablar sobre la verdad; tampoco las riegan ni las mantienen para permitirles obtener la verdad. En lugar de ello, trastornan y perturban la vida de iglesia, desbaratan y destruyen su obra e impiden que la gente avance por la senda de perseguir la verdad y alcanzar la salvación. Lo que quieren es que el pueblo escogido de Dios se descarríe y pierda la oportunidad de que le concedan la salvación. Este es el objetivo definitivo que los anticristos quieren conseguir al trastornar y perturbar la obra de la iglesia.

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