Punto 1: Tratan de ganarse el corazón de la gente (Parte 3)

¿Qué clase de cosas hacen los anticristos mientras llevan a cabo su deber como líderes? Acabamos de hablar sobre cómo intentan ganarse el corazón de las personas y también atacan y excluyen a los disidentes, pero los anticristos comparten otra manifestación común: ¿cuál es su actitud hacia aquellos que persiguen la verdad? (De odio). ¿Y a qué les lleva eso? ¿Se limitan únicamente a odiar a esas personas? No, buscan maneras de excluirlas y reprimirlas. Atacan y excluyen a los disidentes. Es posible que estos disidentes sean personas algo confusas que no saben ganarse el favor de los demás ni servirse de filosofías para los asuntos mundanos. Podrían también ser gente que es relativamente fervorosa y que persigue bastante la verdad. Por tanto, ¿cuál es la tercera técnica de los anticristos? Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad. Hay otra más, y es que intentan asegurarse un hueco en el corazón de la gente. ¿Cómo se le llama a eso? (Ocupar el corazón de la gente). Eso es lo que intentan lograr. ¿De qué medios se sirven para ello? (Se enaltecen y dan testimonio de sí mismos). ¿Y cuál es el objetivo de los anticristos al enaltecerse y dar testimonio de sí mismos? Ocupar el corazón de las personas y controlarlas. ¿De qué clase de cosas suelen hablar cuando se enaltecen y dan testimonio de sí mismos? Una de ellas es de sus cualificaciones. Por ejemplo, algunas personas hablan sobre cómo han acogido a ciertos líderes de iglesia de alto nivel. Los hay incluso que dicen: “He acogido a Dios Mismo y fue bastante amable conmigo; no cabe duda de que seré hecho perfecto”. ¿Qué quieren decir con eso? (Intentan que la gente los tenga en alta consideración). Cuentan con un objetivo al decir esas cosas. Otros dicen: “Me he puesto en contacto con lo Alto. Tienen una opinión muy elevada de mí y me han instado a que trabaje con afán en mi búsqueda”. En realidad, nadie tiene ni idea de lo que piensa de ellos lo Alto. Algunos exageran mucho las cosas y a veces incluso se las inventan. No sabrían qué hacer si un grupo de personas se reuniera para constatar y comprobar sus historias. Lo Alto bien podría decirle a alguien: “Eres de buen calibre y tienes capacidad de comprensión. Deberías practicar mediante la escritura de tu testimonio vivencial. Cuando tengas experiencia de vida podrás convertirte en líder”. ¿Qué inferencia se extrae de eso? Aunque esa persona sea talentosa, todavía necesita formarse y experimentar cosas durante un periodo de tiempo. Cuando alardea y presume antes de formarse o adquirir experiencia, ¿cuál es la naturaleza de ello? Está siendo arrogante y vanidosa, y ha perdido la razón, ¿no es así? Incluso si el hermano de lo Alto dice que esa persona posee calibre y tiene talento, lo hace únicamente para darle ánimos u ofrecerle una valoración. ¿Qué objetivo tiene esa persona al ir por ahí presumiendo de ese modo? Hacer que la gente la tenga en alta consideración, que otros la idolatren. Lo que dice es: “Mira, el hermano de lo Alto me tiene en alta consideración, ¿por qué tú no? Ahora que te lo he contado, tú también deberías tenerme en alta consideración”. Ese es el objetivo que desea lograr. También están aquellos que dicen: “Antes era líder. Fui el líder de una región, de un distrito, de una iglesia. No paraba de caerme de la escalera y de volver a subir por los peldaños. Me han ascendido y degradado varias veces. Al cielo le acabó por conmover mi sinceridad y hoy vuelvo a ser un líder de nivel superior. Y ni una vez he sido negativo”. Cuando le preguntas por qué nunca se ha sentido negativo, responde: “Tengo fe en que el destino del oro verdadero es acabar reluciendo”. Esa es la conclusión a la que han llegado. ¿Es eso la realidad-verdad? (No). ¿Qué es entonces, si no es la realidad-verdad? Una teoría extraña; también podríamos decir que es una falacia. ¿Qué consecuencia puede tener el hecho de que hablen así? Hay quien podría decir: “Esta persona persigue de veras la verdad. No cayó en la negatividad después de que lo ascendieran y degradaran tantas veces. Y ahora lo han vuelto a hacer líder; el destino del oro verdadero es acabar reluciendo. Es solo cuestión de tiempo que sea perfeccionado”. ¿Acaso no era este su objetivo? En realidad, esto es exactamente a lo que aspiraban. Con independencia de la manera con la que hablen los anticristos, su objetivo siempre es hacer que la gente los tenga en alta consideración y los idolatre, y ocupar cierto lugar en su corazón, incluso el puesto de Dios; estos son los objetivos que los anticristos desean lograr cuando dan testimonio de sí mismos. Cada vez que la motivación detrás de lo que las personas dicen, predican y comparten es hacer que los demás las tengan en alta estima y las idolatren, tal comportamiento es enaltecerse y dar testimonio de uno mismo, y se hace para ocupar un lugar en el corazón de los demás. Aunque las maneras de hablar de estas personas no son las mismas por completo, en mayor o menor medida causan el efecto de dar testimonio de sí mismas y hacer que otros las idolatren. Tales conductas existen en distinto grado en casi todos los líderes y obreros. Si alcanzan cierto punto donde no pueden contenerse, les resulta difícil frenarse y albergan una intención y un objetivo particularmente fuertes y claros, deseosos de conseguir que la gente los trate como si fueran Dios o un ídolo y de ese modo lograr su objetivo de limitar y controlar a los demás y de obligar a otros a que los obedezcan e idolatren, entonces la naturaleza de todo eso es enaltecerse y dar testimonio de sí mismos, y ahí subyace un atributo de los anticristos. ¿De qué medios se suelen servir las personas para enaltecerse y dar testimonio de sí mismas? (Hablan sobre el capital). ¿Qué incluyen las conversaciones sobre el capital? Hablar sobre cuánto tiempo llevan creyendo en Dios, cuánto han sufrido, qué precio han pagado, cuánta obra han hecho, lo lejos que han viajado, así como a cuántas personas han ganado y cuánta humillación han padecido al difundir el evangelio. Hay quienes también suelen hablar sobre cuántas veces los han arrestado y metido en la cárcel sin que por ello hayan vendido nunca a la iglesia ni a los hermanos y hermanas, cómo se han mantenido firmes en su testimonio, etc.; todas estas cosas se engloban dentro de las conversaciones sobre el capital. Con el pretexto de hacer la obra de la iglesia, llevan a cabo su propia empresa, con lo que consolidan su estatus y crean una buena impresión de sí mismos en el corazón de las personas. Al mismo tiempo, emplean todo tipo de métodos y argucias para ganarse el corazón de las personas, e incluso llegan al punto de atacar y excluir a cualquiera que tenga opiniones diferentes a las suyas. En particular, hacen todo lo que está en su mano para excluir y reprimir a los que persiguen la verdad y se atienen a los principios. ¿Y qué métodos emplean con aquellos que son necios e ignorantes, y atolondrados en su fe, así como con quienes llevan poco tiempo creyendo en Dios y son de pequeña estatura? Los desorientan, los atraen e incluso los amenazan, y se sirven de estas estrategias para lograr su objetivo de consolidar su estatus. Todas estas son las tácticas de los anticristos.

Esto es algo que sucede a menudo en las iglesias: algunos hermanos y hermanas escuchan los sermones y las charlas en las que lo Alto dice que si un líder u obrero hace algo que vulnere los arreglos de la obra de la casa de Dios, el pueblo escogido de Dios tiene derecho a denunciarlo. Después de oír esto y de discernir que un líder de su iglesia trabaja de manera no acorde con los arreglos de la obra, algunos de esos hermanos y hermanas deciden que quieren denunciar a dicho líder. Entonces, este se entera y piensa para sí: “Resulta que hay quien tiene la osadía de denunciarme. ¡Cómo se atreven! ¿Quién es esa gente?”. A continuación, investiga uno a uno a las varias docenas de miembros de la iglesia. ¿Hasta dónde llega en su investigación? Averigua la edad de todos ellos, desde cuándo llevan creyendo en Dios, qué deberes han cumplido en el pasado, cuáles son sus deberes actuales, con quién se relacionan, si pueden o no ponerse en contacto con lo Alto y otros aspectos. Dedica mucho esfuerzo a indagar sobre esas cosas. Después de completar su meticulosa investigación, descubre que hay dos o tres personas que parecen sospechosas, así que, en la siguiente reunión, el líder predica un sermón que se centra concretamente en esa cuestión. Afirma: “La gente debe tener conciencia. ¿Quién te ha guiado hasta ahora en tu fe en dios? Ahora entiendes muchas verdades. Si yo no organizara reuniones ni compartiera contigo, ¿podrías entender esas verdades? Nuestra iglesia ha recibido a muchas personas mediante la difusión del evangelio, y nuestra obra evangélica ha experimentado un enorme progreso. Si yo no estuviera aquí dirigiéndola, ¿seríais capaces de lograr que viniera alguien? ¿A quién, sino a mí, le tenéis que agradecer todo eso?”. Algunos reflexionan un poco sobre ello y piensan: “Al único al que se lo debería agradecer es a Dios. ¿Qué contribuciones ha hecho el hombre?”. Sin embargo, el líder continúa y dice: “Si no os hubiera traído estos libros de las palabras de dios, ¿habríais sido capaces de conseguirlos? Sin tenerme a mí para organizar las reuniones, ¿seríais capaces de congregaros? ¡La gente debe tener conciencia! Por tanto, si tenéis conciencia, ¿qué deberíais hacer? Cuando vuestro líder cometa un pequeño error puntual, no deberíais investigarlo tan a fondo. Al aferrarte a sus defectos y negarte a desprenderte de ellos, ¿acaso estás tratando de organizar una revuelta contra él? Si surge un asunto menor, hemos de gestionarlo internamente. ¿Qué sentido tiene denunciar? Quienes denuncian asuntos son incompetentes y de poca estatura. ¿Es apropiado informar de todo a lo Alto? ¿Cómo va a tener tiempo lo Alto para resolver tales problemas? Si hay que resolverlos, que lo hagan los líderes de la iglesia. ¿Es que no pueden discutirse las cosas a puerta cerrada? ¿Hay que informar de todo a lo Alto? ¿Acaso no le supondrá una molestia? Escucha, si me informas de algo, encontraré una solución con calma y de manera amistosa sin necesidad de podarte. En cambio, ¿sabes cuál será la actitud de lo Alto si les informas a ellos? Con lo Alto no se juega, son como leones y águilas. ¿Puede la gente de baja estatura como nosotros llegar a su nivel? No saldrá nada bueno de que denuncies un problema a lo Alto; no cabe duda de que te podarán. Es algo que me ha ocurrido muchas veces. ¿Cómo va a saber gestionarlo alguien de tan poca estatura como tú? Puede que incluso dejes de creer, ¿y quién sufrirá las consecuencias de ello? Si quieres denunciar algo, sufrirás las consecuencias. Cuando llegue el momento y se te pode y te vuelvas negativo y débil, no vengas a echarme la culpa a mí. Si quieres informar de ello, yo no te lo voy a impedir. Adelante, hazlo, ¡me enteraré de quién denuncia!”. ¿Se atrevería alguien a presentar una denuncia cuando este líder se muestra tan intimidante? (No). Algunos querrían, pero les asustaría mucho hacerlo. ¿No son inútiles las personas así? ¿De qué tienen miedo? ¿Cómo pueden temer tanto al líder? Aunque ese líder quisiera atormentarlas hasta la muerte, su vida no está en sus manos. ¿Cómo se atrevería a atormentarlas sin el permiso de Dios? Después de que ese líder les dijera unas cuantas palabras aterradoras, hay personas que realmente tendrían demasiado miedo como para presentar una denuncia. Pensarían para sus adentros: “No se ve a Dios por ninguna parte. ¿Se encargará lo Alto del líder si presento una denuncia? ¿Y si no lo hace? ¿Se vengará el líder de mí? ¿Podré seguir cumpliendo mi deber con normalidad después? No debo presentar una denuncia entonces. Además, este asunto no es de mi incumbencia. Nadie más lo ha denunciado, así que ¿por qué iba a hacerlo yo?”. Se echarían atrás sin atreverse a denunciar. ¿Es probable que un anticristo muestre misericordia hacia esa gente? (No). ¿Qué les hará? Una vez que haya averiguado quién tiene intención de denunciarlo, quién no opina igual que él, empezará a pensar: “Siempre estás tramando algo, siempre quieres soltar ideas rimbombantes, siempre pretendes causar problemas, siempre quieres informar sobre mis problemas… ¡Es indignante! Has estado buscando la oportunidad de ponerte en contacto con lo Alto para denunciar mi situación. Ahora te echas atrás, no te atreves a hacerlo; pero quién sabe, si se te presenta la ocasión, a lo mejor todavía me denuncias. ¡Voy a ir a por ti!”. Así pues, el anticristo se pondrá a buscar pretextos y oportunidades para desacreditar a esas personas, para hacer que los hermanos y hermanas sientan repulsión hacia ellas. Entonces buscará toda clase de maneras para atraparlas, crearles problemas y mancillar su reputación. ¿Y qué piensan después esas personas para sus adentros? “¡Esto es terrible! He desobedecido al líder, he intentado denunciarlo sin pensar y ahora sufro las consecuencias. He de recordar esta lección: ¡no debo ofender al líder en ningún caso! Ahora mismo es este líder el que lleva la voz cantante. Si dice ‘blanco’, yo no puedo decir ‘negro’; si dice ‘uno’, yo no puedo decir ‘dos’. He de hacer lo que el líder me pida que haga. No debo contactar para nada con lo Alto para informar de problemas. ¡Esto es muy serio! El líder me ha hecho sufrir y lo Alto no lo sabe. ¿Quién me defenderá? Es como eso que dicen: ‘¡Donde hay patrón no manda marinero!’”. Estas personas se han vuelto negativas. No creen que la verdad gobierne en la casa de Dios, ni mucho menos que Dios sea soberano sobre todas las cosas. ¿Tienen todavía a Dios en su corazón? No, no tienen a Dios en su corazón. Les falta auténtica fe en Dios, quieren denunciar un problema pero tienen miedo de esa persona malvada, carecen de todo tipo de discernimiento de las fuerzas perversas, esa persona malvada las ha hecho sufrir en el lugar donde ostenta el poder y se han convertido en inútiles. Al principio contaban con un poco de sentido de la rectitud, lo que constituye una cualidad deseable, sin embargo, como no entienden la verdad ni saben cómo actuar de acuerdo con los principios, esa persona malvada, ese falso líder y anticristo, las ha machacado hasta tal punto que han perdido toda la fe; no saben cómo confiar en Dios para buscar la verdad o actuar con sabiduría. Ahora se asustan y se cohíben cada vez que ven a un anticristo. ¿Cómo de asustadas están? Piensan: “Las personas malvadas ostentan el poder en este mundo. He de comportarme bien, sea cual sea el grupo en el que esté. Estoy falto de esa clase de ferocidad y agallas, así que, dondequiera que vaya, tendré que soportar el maltrato y obedecer a otros por propia voluntad; he de tratarlos como a mis ancestros. Si dicen ‘blanco’, no puedo decir ‘negro’. No puedo expresar opiniones disonantes ni presentar denuncias relacionadas con los problemas de los demás, así como tampoco meter la nariz en los asuntos de nadie. Solo me puedo concentrar en creer en Dios. No he de ofender a los líderes y obreros ni atenerme a los principios-verdad ni anhelar la luz ni amar la rectitud; en este mundo no hay luz ni rectitud. ¡Solo me centraré en aguantar hasta el final y recordaré, dondequiera que vaya en el futuro, que he de priorizar siempre el mantenimiento de la paz!”. Esa es la conclusión a la que llegan. ¿Acaso no les ha vencido ese anticristo? (Sí). ¿Qué lo confirma? Después de que el anticristo las reprima, están muertas de miedo, demasiado asustadas para decir o hacer nada. Han perdido su fe sincera y ya no llevan a cabo sus deberes con lealtad. En su corazón, la pequeña llama de su amor por la rectitud se ha extinguido; ese anticristo las ha derrotado y vencido por completo. ¿Acaso no son inútiles las personas así? ¿No son cobardes? (Sí). ¿En qué lo percibes? Si les preguntas: “¿Cómo le va a tal o cual en vuestra iglesia?”, responderán: “No le va mal”. Si continúas: “¿Y qué tal ese nuevo líder de la iglesia que habéis elegido entre todos? ¿Lo conoces?”, responderán: “No lo conozco bien”. Si les preguntas: “¿Cómo es ahora la vida de la iglesia allí? ¿Ha causado alguien perturbaciones?”, dirán: “Está bien, va bien”. Sea lo que sea lo que les preguntes, responderán siempre con estas pocas palabras. ¿Acaso no es porque están asustadas? ¿Por qué están tan asustadas? Porque no conocen la justicia de Dios, no son capaces de detectar la perversidad, la crueldad, la implacabilidad y la oscuridad de Satanás; no saben lo que quiere decir el gobierno de la verdad ni qué significado tiene eso, así que están asustadas. Por tanto, cada vez que preguntes, su respuesta será vaga y oscura; no obtendrás de ellas ninguna respuesta sobre lo que sucede realmente en la iglesia ni averiguarás lo que piensan de verdad en su interior. Se encerrarán en sí mismas con tal fuerza que ni siquiera estarás seguro de lo que están hablando. No dirán nada sobre los problemas que existen en la iglesia ni de cómo son los líderes y obreros, y no te enterarás de ninguna de las dificultades a las que se enfrenta el pueblo escogido de Dios. No averiguarás nada semejante, pues solo conversarán contigo de ese modo. ¿Y qué sentirás cuando las escuches? Sentirás que hay algo que separa vuestros corazones. Su mentalidad es: “No pretendas enterarte de nada sobre mí. No quiero revelarte ninguna información ni nada de lo que está sucediendo en realidad. No te acerques. Si intentas averiguar a través de mí lo que está sucediendo en la iglesia, es que tratas de causarme problemas y trastornar mi entorno de vida, mi rutina y mi situación actuales. No te involucres en ningún aspecto de mi vida; déjame gestionar estas cosas por mi cuenta”. Temen que el anticristo las haga sufrir o se vengue de ellas, y les da miedo denunciar cualquier problema de la iglesia. ¿No es eso rendirse ante el anticristo? ¿Acaso no las ha desorientado y controlado este? (Sí). Y ese anticristo se complace al observarlo. Ha atormentado a la gente hasta tal punto que ya no se atreven a denunciar sus problemas, así que tiene un firme control sobre la iglesia. ¿Hay mucha gente en la iglesia controlada de esta manera por un anticristo? ¿Alguna vez habéis impedido a alguien que denuncie un problema? Puede que lo hayáis hecho sin ser conscientes de ello o que lo hagáis en el futuro. Por tanto, ¿se puede considerar un problema que los anticristos se ganen a las personas y las controlen? (Sí). Hay quien dice: “Ciertas personas en la iglesia tienen miedo de un anticristo, pero no creen en este ni lo siguen, ni mucho menos lo sirven. Es solo que ese anticristo los ha constreñido un poco y ha demorado su entrada en el camino correcto de la fe en Dios. ¿Por qué dices que eso es un problema?”. Por un lado, al fijaros en los métodos que usan los anticristos para ganarse y controlar a las personas, deberíais ser capaces de ver que su esencia-naturaleza es la esencia de Satanás; es hostil a la verdad y a Dios. Los anticristos quieren competir con Dios por las personas, por Su pueblo escogido. Por otro lado, los métodos y las maneras que emplean los anticristos pueden sin duda causar un efecto en las personas que son necias, ignorantes, están confusas y no entienden la verdad. De hecho, pueden desorientar a esas personas, hacer que el comportamiento de estas se someta a su control, que les consulten todo y que los obedezcan en todo momento. Los anticristos no solo hacen que esas personas mantengan la boca cerrada, sino que también controlan sus acciones, influyen en sus pensamientos e ideas y en la dirección hacia la que caminan. Estos son los efectos y las consecuencias que causan las acciones de los anticristos en los necios e ignorantes.

Acabo de hablar de diversas verdades relacionadas con el cumplimiento del deber de un líder u obrero. He dejado en evidencia ciertos problemas que poseen los líderes y obreros, y me he centrado sobre todo en las manifestaciones del tipo más grave de persona. ¿Y cuál es ese tipo? (Los anticristos). ¿Cuál es una manifestación común que comparten todos los anticristos? Tratan de hacerse con el poder y de controlar la iglesia. Su deseo de poder supera a todo lo demás. El poder es su vida, es su raíz; es el tema, la dirección y el objetivo en torno a los cuales gira todo lo que hacen en la vida. Por tanto, las acciones de los anticristos y las actitudes que estos revelan son idénticas a las tácticas que emplea Satanás para desorientar, ganarse y controlar a las personas. Se puede decir que todo lo que hace esta clase de persona los convierte en nada menos que un portavoz, una personificación y una expresión de Satanás; el objetivo principal de cada una de sus acciones y de toda su conducta es poseer poder. ¿Y a quién tratan de controlar? Son las personas a las que guían, las cuales siguen a Dios, las que se encuentran en el ámbito de su poder, aquellas que son capaces de controlar. Hace un momento, hablamos también sobre las técnicas que usan los anticristos para controlar a las personas. La primera es ganarse su corazón; la segunda es atacar y excluir a los disidentes; la tercera es excluir y atacar a quienes persiguen la verdad; la cuarta es enaltecerse y dar testimonio de sí mismos constantemente; y la quinta es desorientar, atraer, amenazar y controlar a las personas. Estas cinco manifestaciones principales son técnicas y medios básicos que emplean los anticristos para obtener poder y poseer y controlar a las personas. Estas son las categorías generales. A continuación, las diseccionaremos y hablaremos sobre ellas en mayor detalle.

Disección de cómo tratan de ganarse los anticristos el corazón de la gente

A. Atraer a la gente con pequeños favores

La primera técnica que emplean los anticristos para controlar a las personas es ganarse su corazón. ¿Cuántas maneras hay de ganarse el corazón de la gente? Una manera es atraerla con pequeños favores. A veces los anticristos le dan a la gente algunas cosas buenas, a veces les hacen cumplidos, a veces les hacen pequeñas promesas. Y a veces, los anticristos perciben que ciertos deberes pueden poner a la gente en el candelero o que hay quien piensa que tales deberes pueden suponer ventajas para quienes los lleven a cabo y hacer que todo el mundo los estime, así que asignan esos deberes a aquellos a los que quieren ganarse. El término “pequeños favores” abarca muchas cosas. A veces son cosas materiales, otras intangibles, otras son palabras agradables que la gente quiere oír. Por ejemplo, una persona flaquea cuando le sucede algo y pierde la motivación en su deber, y al comparar esa debilidad suya con las palabras de Dios, se da cuenta de que se trata de deslealtad hacia Dios, falta de voluntad en el cumplimiento de su deber y carencia de verdadera sumisión, y se siente muy reprobada. Un líder, al ver esto, puede decir: “Lo que sucede es que tu estatura es pequeña. Dios no enfocará este asunto de esa manera. Llevas poco tiempo creyendo. No puedes esperar tanto de ti mismo. Este tipo de cosas llevan su tiempo, no puedes apresurarte. Dios no hace grandes exigencias a las personas. En cuanto a ti, alguien que lleva poco tiempo creyendo en Él, es normal que a veces seas un poco débil; no deberías preocuparte por ello”. Lo que esto significa es que ser débil no es algo de lo que uno deba preocuparse, y menos aún lo es el hecho de continuar siendo débil, que se trata de una negatividad normal y que Dios no se acuerda de ello. Algunas personas son demasiado sentimentales y siempre las limitan sus sentimientos cuando llevan a cabo su deber, y su líder dice: “Esto se debe a tu escasa estatura. No pasa nada”. Algunos son holgazanes y desleales en su deber, pero su líder no se lo recrimina, sino que les dedica palabras agradables a cada momento, justo las que quieren oír, con la intención de agradarles y que le digan lo bueno que es, así como de demostrarles que es comprensivo y amoroso. Esa gente piensa: “Nuestro líder es como una madre amorosa. Siente un amor sincero por nosotros. Sin duda representa a Dios. ¡Proviene realmente de Él!”. La consecuencia tácita de lo anterior es que su líder puede actuar como portavoz de Dios, puede representarlo. ¿Es ese el objetivo de ese líder? Tal vez no esté tan claro, pero uno de sus objetivos es obvio: que la gente diga que es un líder maravilloso, que es considerado con los demás, empático con sus debilidades y muy comprensivo respecto a su corazón. Cuando un líder de la iglesia ve que los hermanos y hermanas llevan a cabo los deberes de manera superficial, puede que no se lo recrimine, aunque debería. Cuando tiene claro que se están menoscabando los intereses de la casa de Dios, no se preocupa por ello, no hace averiguaciones de ningún tipo ni hace la menor ofensa a los demás. De hecho, en realidad no muestra consideración por las debilidades de las personas; en lugar de eso, su intención y objetivo es ganarse el corazón de la gente. Es totalmente consciente de que: “Mientras haga esto y no ofenda a nadie, pensarán que soy un buen líder. Tendrán una opinión buena y elevada de mí. Me darán su aprobación y seré de su agrado”. No le importa cuánto daño se haga a los intereses de la casa de Dios, cuántas pérdidas sufra la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios ni en qué medida la vida en la iglesia de este se vea perturbada, sino que se limita a insistir en su filosofía satánica y a no ofender a nadie. No existe nunca autorreproche en su corazón. Cuando ve que alguien causa trastornos y perturbaciones, como mucho puede intercambiar algunas palabras con esa persona al respecto, con lo que minimiza el asunto y se lo quita de encima. No hablará sobre la verdad ni le indicará a esa persona la esencia del problema, y menos aún diseccionará su estado ni compartirá nunca cuáles son las intenciones de Dios. Un falso líder nunca pone al descubierto ni disecciona los errores que las personas cometen a menudo ni las actitudes corruptas que estas suelen revelar. No resuelve ningún problema real, sino que siempre consiente las prácticas erróneas y revelaciones de corrupción de las personas, y por muy negativas o débiles que sean estas, no se lo toma en serio. Se limita a predicar algunas palabras y doctrinas y a pronunciar unas cuantas exhortaciones para gestionar la situación de manera superficial e intentar mantener la armonía. En consecuencia, el pueblo escogido de Dios no sabe cómo reflexionar sobre sí mismo ni autoconocerse, no se resuelven las actitudes corruptas que revelan, sean cuales sean, y viven entre palabras y doctrinas, nociones y figuraciones, sin ninguna entrada en la vida. En su fuero interno llegan a creer: “Nuestro líder tiene incluso una mayor comprensión de nuestras debilidades que Dios. Nuestra estatura es demasiado pequeña para estar a la altura de los requerimientos de Dios. Nos basta con cumplir con los requerimientos de nuestro líder; al someternos a él, nos estamos sometiendo a Dios. Si llega un día en el que lo Alto despida a nuestro líder, nos haremos oír; a fin de mantenerlo en su puesto e impedir que lo despidan, negociaremos con lo Alto y lo obligaremos a aceptar nuestras exigencias. Así es como haremos lo correcto por nuestro líder”. Cuando la gente tiene esos pensamientos en su interior, cuando han establecido esa relación con su líder y ha surgido en su corazón esa clase de dependencia, envidia y adoración hacia este, llegan a tener incluso mayor fe en el líder y siempre quieren escuchar sus palabras, en lugar de buscar la verdad en las palabras de Dios. Un líder semejante casi ha ocupado el lugar de Dios en el corazón de la gente. Si un líder está dispuesto a mantener este tipo de relación con el pueblo escogido de Dios, si eso le produce una sensación de gozo en el corazón y cree que el pueblo escogido de Dios debería tratarlo así, entonces no hay diferencia entre ese líder y Pablo, ya ha tomado la senda de un anticristo y este ya ha desorientado al pueblo escogido de Dios, que carece por completo de discernimiento. De hecho, ese líder no posee la realidad-verdad y no soporta ninguna carga respecto a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Solo sabe predicar palabras y doctrinas y mantener sus relaciones con los demás. Se le da bien alardear por medio de métodos hipócritas, y su discurso y acciones concuerdan con las nociones de las personas, de modo que las desorienta. No sabe cómo compartir la verdad ni se conoce a sí mismo, lo que hace imposible que guíe a otros hacia la realidad-verdad. Solo trabaja en aras de su reputación y estatus, y solo dice palabras agradables que atrapan a la gente. Ya ha logrado el efecto de hacer que lo idolatren y lo admiren y ha impactado y demorado gravemente la obra de la iglesia y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. ¿Acaso una persona así no es un anticristo? Algunos se comportan de la misma manera que los anticristos, pero cuando ven a uno quedar en evidencia, son capaces de compararse con ellos. Sienten que la senda en la que se hallan es también la senda de los anticristos, que deberían refrenarse de caer al desastre y arrepentirse ante Dios de inmediato, así como dejar de centrarse en su estatus e imagen personales; piensan que deberían ensalzar y dar testimonio de Dios en todas las cosas, hacer que la gente reserve un lugar para Dios en su corazón y honrar Su grandeza; les parece que solo entonces conocerán la verdadera paz en su corazón. Solo alguien que hace esto ama y puede aceptar la verdad. Si una persona tiene una naturaleza de anticristo, también sentirá inquietud en el corazón cuando oiga palabras que pongan al descubierto a los anticristos, pero no podrá aceptar el juicio y el castigo de las palabras de Dios ni abrirse y destapar sus actitudes corruptas. Eso demuestra que no puede aceptar la verdad y que le resulta imposible arrepentirse de manera sincera. Insistirá en afirmar su estatus y en disfrutar de los beneficios de este y del hecho de que el pueblo escogido de Dios la idolatre y admire. Esto hace que aquellos a los que ha desorientado se desvíen del camino verdadero y de las palabras de Dios; se apartan de Dios y siguen a esa persona en lugar de a Dios. Sin embargo, tal persona no reflexiona sobre sí misma en absoluto. Sin ser consciente de que ya está inmersa en el peligro, sigue teniendo una buena opinión de sí misma y continúa desorientando a los demás y ganándoselos. Mientras la gente haga caso de lo que dice esa persona y la obedezca, esta hará oídos sordos al modo superficial e irresponsable que tienen de cumplir con su deber. Es más, disfrutará con deleite de esas personas ignorantes y necias que la idolatran y admiran, e incluso las protegerá y no permitirá que nadie las desenmascare ni las discierna. Al hacer esto, ¿acaso no establece el anticristo un reino independiente para sí mismo? Un anticristo no hace ningún trabajo real, no habla sobre la verdad para resolver problemas, no guía a la gente para que coma y beba las palabras de Dios y entre en la realidad-verdad. Solo trabaja para conseguir estatus, fama y ganancia, solo le importa hacerse un sitio, proteger el lugar que ocupa en el corazón de la gente y hacer que todo el mundo lo idolatre, lo admire y lo siga todo el tiempo; esos son los objetivos que quiere alcanzar. Así es como un anticristo intenta ganarse el corazón de la gente y controlar al pueblo escogido de Dios. ¿Acaso no es perversa esa manera de obrar? ¡Es sencillamente repugnante! Obran así un tiempo, hacen que la gente tenga buena disposición hacia ellos, les tenga confianza, dependa de ellos, pero ¿cuáles son las consecuencias? Esas personas no solo son incapaces de entender la verdad, no solo no logran progresar en absoluto en su entrada en la vida, sino que además adoptan al anticristo como padre espiritual, como sustituto de Dios, lo que permite al anticristo reemplazar el estatus de Dios en el corazón de dichas personas. Cuando alguien tiene un problema, ya no acude ante Dios y, tenga el problema que tenga, no ora a Dios, no confía en Él ni busca la verdad en Sus palabras. En lugar de eso, acude al líder para preguntarle al respecto. Le pide al líder que le muestre el camino y lo admira y depende de él cada vez más. No sabe cómo buscar a Dios ni cómo admirarlo y confiar en Él, mucho menos cómo comportarse de acuerdo con la verdad y con los principios. Le suceda lo que suceda, espera con la respiración contenida a que el líder decida. Hace cualquier cosa que el líder le diga que debe hacer y acata cualquier indicación que le dé. Al llevar a la gente hasta este punto, ¿acaso el anticristo no la está desorientando y controlando? ¿Por qué el pueblo escogido de Dios no busca la verdad en Dios cuando le sucede algo? ¿Por qué el pueblo escogido de Dios obedece ciegamente lo que dice su líder, sin someter a examen sus palabras ni ejercer el discernimiento? ¿Por qué el pueblo escogido de Dios puede someterse de inmediato a las palabras del líder, nada más oírlas, pero es incapaz de hacer lo mismo con las palabras de Dios? Buscan los deseos de su líder en lugar de buscar los de Dios; hacen caso de las palabras de su líder en lugar de las de Dios y en vez de buscar la verdad y someterse a ella. Confían en su líder para actuar, así como para que los apoye y hable y tome decisiones por ellos, en lugar de confiar en Dios, admirarlo y someterse a Él. ¿Acaso no han ocupado estos supuestos líderes cierto lugar en el corazón de las personas? Esta es la consecuencia de que un anticristo las desoriente y las atrape.

Cuando a ciertas personas les ocurre algo y les dices que oren a Dios, aseguran que su estatura es demasiado pequeña y que no saben buscar. Si les dices que coman y beban las palabras de Dios, responden que no tienen calibre y no pueden alcanzar la gran luz. Si les dices que escuchen sermones, afirman que su contenido es demasiado elevado y profundo para ellas, que se les escapa. Creen que si una persona es de pobre calibre, tiene debilidades y es inadecuada en todo, necesita buscar líderes. Supongamos que les preguntas: “¿Por qué necesitas buscar a un líder? ¿Por qué no buscas a Dios y acudes ante Él?”, replican: “Es muy difícil para la gente acudir ante Dios: tenemos nociones, nuestro calibre es escaso y somos lentos de entendederas e insensibles. Las palabras de Dios no son siempre muy directas, y en ellas no hay ningún ejemplo que demuestre lo que quieren decir. Nuestro líder nos dice sin rodeos lo que hacer, de una manera tan directa como que uno más uno es dos. En lo que respecta a leer las palabras de Dios, si puedo hacerlo en voz alta, mejor que mejor, pero no tengo ni idea de qué significan y no sé qué requiere Dios del ser humano o cómo practicar de una manera que se ajuste a las intenciones de Dios. Nunca puedo encontrar respuestas. Al ver que soy una persona de escaso calibre, alguien tan pequeño de estatura, que es insensible e idiota, que no puede desentrañar nada, he de preguntar a nuestro líder sobre cualquier cosa que suceda para que lleve la voz cantante. Nuestro líder puede encontrar las respuestas por mí; yo solo hago lo que él me diga. Esa es la clase de persona que soy: simple y obediente”. “No tiene nada de malo ser simple y obediente, pero ¿de verdad posee vuestro líder la realidad-verdad? ¿Es realmente alguien que se somete a Dios? Si lo único que sabe hacer es predicar palabras y doctrinas y no es alguien que se someta a Dios, ¿acaso someterte al líder significa que te sometes a Dios?”. Afirman: “Nuestro líder es de alto calibre y todo lo que dice es correcto. Eso prueba que entiende la verdad y que se ajusta a las intenciones de Dios”. Hay un poco de razonamiento lógico en esto que mencionan, ¿verdad? Todo se basa en sus sentimientos personales. Su calibre es escaso y les falta discernimiento, por lo que, si de verdad hubiera algo malo en su líder, no serían capaces de detectarlo. La mayoría de la gente es necia, ignorante y de escaso calibre, pero de ahora en adelante dejemos a un lado ese motivo. Si lo miramos desde la perspectiva del líder, si la gente exhibe esas manifestaciones, tiene esa dependencia de su líder y alberga esa clase de punto de vista y actitud hacia este, ¿acaso no existe alguna conexión con las tácticas y los métodos del líder para ganarse el corazón de la gente? (Sí). ¿Cómo de grande es esa conexión? ¿Se relaciona directamente con la manera de trabajar del líder? Podemos decir con certeza que hay una conexión absoluta, directa, y que esas cosas están relacionadas al cien por cien. ¿Por qué digo esto? Hay muchos líderes a los que, basándose en su voluntad subjetiva, les gustaría llevar a la gente ante Dios, pero como no entienden la verdad ni saben resolver diversos problemas reales, solo son capaces de gestionar algunas tareas administrativas y asuntos generales, y alardean para que la gente los estime, con lo que emprenden la senda de los anticristos sin darse cuenta. Se valen de sus propias formas y medios para seguir tratando de ganarse el corazón de la gente y controlarlo, así como su conducta y sus pensamientos, de modo que hagan siempre lo que ellos dicen a través de sus acciones, su práctica de la verdad y de todos los aspectos del cumplimiento de su deber. Si las personas se someten a un anticristo y no se someten realmente a Dios, si se someten al anticristo mucho más de lo que se someten a Dios y el desempeño de sus deberes no produce ningún resultado ni llevan a cabo adecuadamente el deber del ser humano, ¿serán esas personas las que se salvarán? La gente dispone de sendas “correctas” de práctica para obedecer y ser leal a los líderes y obreros, pero ni siquiera practican correctamente cuando se trata de someterse a Dios y serle leal; nadie habla sobre esto ni realiza este aspecto de trabajo real. A todos les gusta hablar y actuar por el bien de su propio estatus y reputación, y se devanan los sesos y se olvidan de comer o dormir a fin de trabajar para que el pueblo escogido de Dios los obedezca y adore. Obviamente, todo esto lo hacen para lograr su objetivo de reinar en la iglesia como líder u obrero. ¿Qué razón hay para esto? Que toda la humanidad corrupta tiene el mismo carácter y las mismas preferencias. Cuando alguien te señala una senda y estás muy dispuesto a practicarla, eso no significa que estés practicando la verdad, sino que estás haciendo lo que esa persona dice y obedeciéndola. Así pues, ¿por qué la gente no está dispuesta a presentarse ante Dios ni a buscarlo? Porque en la humanidad del hombre no hay nada que se ajuste a la verdad. Todo lo que a la gente le gusta, lo que anhela y lo que alberga en su corazón es contrario a la verdad, la contradice. Por eso, si le pides a alguien que busque la verdad cuando le ocurre algo, le resultará más difícil que volar a la luna, pero si le pides que le haga caso a una persona, le será mucho más fácil. Es evidente que los anticristos consiguen resultados muy rápido cuando emplean la técnica de ganarse el corazón de la gente para controlarla. Basta un comentario de pasada para que alguien tenga una opinión favorable de ellos; basta un comentario casual que albergue alguna intención o punto de vista para que alguien los vea desde una nueva perspectiva, con una nueva luz. Esto revela con exactitud qué hay en el interior de las personas. Significa que, si no persigues la verdad y en su lugar tomas la senda de la búsqueda de estatus y poder, el impacto y la consecuencia que tendrá todo lo que hagas sobre cualquier miembro de la especie humana corrupta serán que este dé la espalda al camino verdadero, que evite la verdad, que se aparte de Dios y lo rechace. Esa es la única consecuencia, el único desenlace. Es fácil darse cuenta.

La primera manifestación del intento de los anticristos por ganarse el corazón de la gente es atraerla con pequeños favores. Los pequeños favores no son necesariamente cosas materiales, sino que abarcan un amplio espectro. A veces se trata de palabras amables, otras veces son el cumplimiento de los deseos o preferencias de una persona, y en ocasiones tantean los pensamientos de alguien y le dicen cualquier cosa agradable que quiera oír, con la intención de que piense que su líder es muy bueno y comprensivo. En otras palabras, los anticristos exageran su tolerancia, amor, calidez y supuesta consideración para ocultar su ambición secreta de controlar a las personas. Por ejemplo, si los hermanos y hermanas han donado algunas cosas buenas, puede que los anticristos compartan unas cuantas con aquellos que se lleven bien con ellos. Se sirven de esos pequeños favores para ganarse y comprar el corazón de la gente. Si hay un trabajo poco exigente en la iglesia, uno que no requiera exponerse a los elementos y permita situar a alguien en primer plano, se lo asignarán a aquel que se lleve bien con ellos. ¿Por qué son capaces de hacer esto? En parte es porque no aman de manera innata la verdad y actúan sin principios. El otro motivo es porque reservan ese buen deber para aquellos con los que se llevan bien, a quienes después les dicen cosas agradables para que sientan gratitud hacia ellos. Al hacerlo, logran su objetivo de ganarse el corazón de estas personas. Esta táctica no consiste meramente en hacer pequeños regalos y pronunciar de vez en cuando palabras dulces; en ello hay una intención, un objetivo. ¿Y qué objetivo es ese? Tiene como fin hacer que la gente los valore de manera favorable en su corazón. Si hay un grupo de diez personas, los anticristos empezarán por evaluarlas: “De estas diez, hay dos que son buenas aduladoras. No me tengo que preocupar por ellas, me harán la pelota igual. Luego hay dos atolondrados; harán lo que yo les diga si les concedo algunas ventajas. Otras dos son personas con algo de calibre; mientras predique unos cuantos sermones elevados y les diga algunas palabras impresionantes, cederán ante mí. Además, hay tres que parecen perseguir la verdad, así que serán un poco más difíciles de manejar. Hará falta que entienda con claridad su situación real, vea lo que necesitan y luego los satisfaga. Si alguno de ellos no me cree y no me obedece, acabaré por encargarme de él y echarlo. Aunque hasta la última persona esté en mi contra, lo único que puede causarme son unos pocos problemas, y me resultará fácil ocuparme de ello”. Con solo echar un vistazo, son capaces de determinar a quién pueden manejar en un grupo y a quién no. ¿Cómo pueden saberlo tan rápido? Porque su corazón está lleno de políticas y filosofías satánicas. Los principios de su conducta y sus maneras de comportarse e interactuar con los demás no consisten en tener una relación amistosa con la gente ni relaciones interpersonales normales, como tampoco en ayudar o proveer a los demás, edificarlos o relacionarse con ellos como iguales, o emplear los principios-verdad para gestionar los asuntos y tratar con otras personas. No poseen en absoluto el menor de estos principios. ¿Cuáles son sus principios? Piensan: “¿Cómo me considera cada persona en su corazón? No hace falta que me tome molestias con aquellos que me tienen en alta estima, que me llevan en el corazón y me temen, respetan y adoran. A continuación, he de hacer tal o cual cosa con aquellos que no me adoran, y esto o aquello es lo que debo hacer con los que sí lo hacen, si bien no se han doblegado del todo ante mí. Y en cuanto a aquellos que en general no prestan mucha atención a los demás, he de hacer esta o aquella cosa respecto a ellos”. Cuentan con un procedimiento por pasos para controlar a las personas. ¿Por qué siguen estos pasos y tienen estos pensamientos? Porque el deseo de poder en su corazón es incontrolable. Si tuvieran una relación amistosa con las personas del grupo, se sentirían bastante insatisfechos e indignos. Por tanto, ¿cuál es su objetivo? Hacer que todo el mundo tenga un lugar para ellos en su corazón; si no es el primero, el segundo, y si no es el segundo, el tercero. Relacionarse con los demás de igual a igual no les sirve. Como líderes, ¿pueden estas personas prestar atención a aquellas opiniones de los demás que difieren de las suyas? No. ¿En torno a qué gira todo lo que hacen? (Al poder). Todo lo que hacen gira en torno al poder. ¿Qué cosas hacen que giran en torno al poder? Primero, escarban en tu corazón y se aferran a él; es decir, primero te compran y te obligan a abrirte a ellos, sacan de ti tus verdaderos sentimientos y averiguan tu opinión sincera sobre ellos. Una vez que conocen lo anterior, ajustan sus métodos a cada situación y actúan en cada caso de manera individual. Quieren controlar el corazón de las personas, y cuando se topan con alguien que no piensa como ellos, alguien que no los adora, que no les es leal, es cuando atacan y atormentan a esa persona. Por tanto, el estímulo de los anticristos para ganarse el corazón de la gente es el poder. ¿Y cuáles son los métodos y técnicas que usan para adquirir poder? Entienden profundamente, toman y controlan el corazón de la gente. ¿Qué controla los pensamientos de las personas? Su corazón y su naturaleza. Cuando el corazón de alguien está controlado por un anticristo, las ideas y pensamientos de esa persona ya no tienen importancia. Una vez que los anticristos controlan el corazón de alguien, controlan por completo a la persona.

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