Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (II) Parte 4

Disección de cómo hacen los anticristos que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios

III. Disección de que los anticristos prohíban a otros intervenir, hacer indagaciones o supervisarlos en el trabajo

Continuando con el tema de nuestra última enseñanza está el punto ocho de las diversas maneras en las que se manifiestan los anticristos: quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios. Hemos dividido este punto en cuatro apartados. Tratamos dos de ellos en nuestra última reunión: el primero era la incapacidad de los anticristos para colaborar con nadie; el segundo, el deseo y la ambición de los anticristos de controlar y conquistar a la gente. ¿Cuál es el tercero? Prohibir a otros intervenir, hacer indagaciones o supervisarlos en cualquier trabajo que hayan asumido. ¿A qué nos referimos con cualquier trabajo que hayan asumido? Cualquier programa de trabajo del que sea responsable un líder u obrero, así como el trabajo que sea responsabilidad de un supervisor de grupo o un líder de grupo; también podría ser trabajo profesional en algún área o el trabajo de una sola persona. La persona que haya asumido el trabajo puede ser un líder u obrero, o un hermano o hermana común. Si prohíben a otros intervenir, hacer indagaciones o supervisarlos, ¿en qué estado están? ¿Qué comportamientos están relacionados con esta prohibición? Este es otro comportamiento que encaja en la octava manifestación de los anticristos, otra revelación de su esencia. En cada tipo de deber hay una parte del trabajo que es profesional y una parte que implica directamente entrada en la vida. El trabajo profesional abarca todos los aspectos de asuntos como la técnica, el conocimiento, el aprendizaje y la dotación de personal. Todos ellos están incluidos. Algunas personas, al aceptar un trabajo, comienzan a desempeñarlo por su cuenta. No lo hablan con otros y, cuando tienen dificultades, no quieren buscar la contribución de los demás; solo quieren ser los únicos árbitros y tener la última palabra. Puede que otras personas presenten sus ideas y contribuciones con la esperanza de ayudarlas un poco, pero ¿acaso ellas las aceptan? (No). No, no pueden. ¿Qué tipo de carácter es ese? ¿Qué carácter las gobierna para que quieran prohibir a los demás intervenir en su cumplimiento del deber y hacer indagaciones sobre este o supervisarlo? Piensan: “Conozco esta línea de trabajo y sé la teoría. La iglesia me ha asignado esta tarea, así que la haré por mi cuenta”. A menudo aseguran que conocen la profesión y que son profesionales del sector para justificar su negativa a revelar cualquier información relacionada con el trabajo o los avances en este a otras personas. Ni siquiera quieren que los demás conozcan las meteduras de pata, errores o percances que surgen en el trabajo. En cuanto cualquiera se entera de algo así y quiere hacer indagaciones, involucrarse o saber más, los anticristos se niegan a responder, y puntualizan: “Las cosas dentro de mi ámbito laboral son mi territorio. No tienes derecho a hacer indagaciones. La iglesia no te asignó esta tarea, me la asignó a mí, y la debo mantener en confidencialidad”. ¿Es esa una explicación razonable? ¿Está bien que la mantengan “en confidencialidad”? (No). ¿Por qué? ¿Sería poner en peligro la información hablar con otras personas sobre el estado de la obra, las meteduras de pata y los problemas que han surgido en ella y sobre su plan y su dirección? (No). No, excepto por algunos detalles específicos que plantearían un riesgo para la iglesia si salieran a la luz y que no sería adecuado desvelar a nadie. En esos casos, está bien no decirlos. Pero si están usando la confidencialidad como excusa y no dejan que los demás sepan nada de lo que está dentro de su ámbito laboral y se resisten y niegan a las indagaciones, preguntas o solicitudes de información tanto de los hermanos y hermanas comunes como de los líderes y obreros, entonces, ¿cuál es el problema ahí? Puede que quieran hacer algo de una manera determinada, por ejemplo. Alguien les dice: “Si lo haces así, los intereses de la casa de Dios se verán perjudicados y tú te desviarás del camino. ¿Y si lo hacemos de este otro modo?”. Y ellos por dentro piensan: “Si lo hago como tú dices, eso les demostrará a los demás que mi manera de hacerlo no sirve, ¿no es así? Entonces, tú te llevarás el mérito por el trabajo, ¿no? Eso no me vale; prefiero desviarme del camino antes que hacerlo como tú dices. Debo ceñirme a mi manera. No me importa si perjudica los intereses de la casa de dios, lo que importa es mi reputación y mi estatus; ¡lo que importa es mi prestigio!”. Incluso si lo que hacen está mal, entonces simplemente se equivocarán, y no permitirán que nadie intervenga. ¿No es ese el carácter de un anticristo? (Sí). ¿Cuál es la esencia de no permitir que nadie intervenga? Es dedicarse a sus iniciativas propias. Lo importante para ellos no son los intereses de la casa de Dios y su obra no es en lo que se enfocan. No trabajan bajo ese principio. En cambio, trabajan poniendo el foco en sus intereses personales y en su estatus y prestigio; la obra y los intereses de la casa de Dios deben estar al servicio de su propio estatus y de sus propios intereses. Es por eso que no dejan que otros intervengan en su trabajo o que hagan indagaciones al respecto. Creen que, en cuanto alguien interviene en él, su estatus y sus intereses se verán amenazados, y que sus defectos y deficiencias, así como los problemas y anormalidades en su trabajo, correrán el riesgo de quedar expuestos. Así pues, se empecinan en prohibir que otros intervengan y no aceptan la colaboración ni la supervisión de nadie.

Cualquiera que sea el trabajo al que se dedique un anticristo, teme que lo Alto sepa más de él y haga indagaciones. Si lo Alto, en efecto, indaga sobre el estado del trabajo o del personal, el anticristo solo dará cuenta de unas pocas trivialidades de manera superficial, algunas cosas que él cree que está bien que lo Alto sepa y que no generará consecuencias que lo haga. Si lo Alto insiste en indagar sobre el resto de las cosas, el anticristo pensará que se está entrometiendo en su deber y en sus “asuntos internos”. Ya no le dirá nada más, sino que se hará el tonto, engañando y ocultando las cosas. ¿No se está negando a la supervisión de la casa de Dios? (Sí). ¿Y qué hará si alguien descubre uno de sus problemas y está por dejarlo en evidencia e informar a lo Alto? Lo impedirá, lo interceptará, hasta lo amenazará: “Si dices esto y provocas que lo alto nos pode, la culpa recaerá sobre ti. Si se debe podar a alguien, ¡ese serás tú!”. ¿No está intentando establecer un reino independiente? (Sí). No permite que ni siquiera lo Alto haga indagaciones, y nadie tiene derecho a saber nada de las cosas que están dentro del ámbito de su trabajo o de cuestionarlo sobre esas cosas y mucho menos de hacer recomendaciones. Si él se ha hecho con un programa de trabajo, solo él puede tener la última palabra sobre las cuestiones que están dentro del ámbito de ese trabajo; solo él puede arbitrar; solo él puede hablar y actuar como le da la gana, y tiene una justificación para todo lo que hace. ¿Cuál es el curso de acción que emplea en cuanto alguien hace indagaciones? La superficialidad y los encubrimientos. ¿Y qué más? (El engaño). Correcto: el engaño. Te mostrará, incluso, una falsa fachada. En cierta iglesia, por ejemplo, puede que un líder o diácono del evangelio haya ganado, claramente, solo a tres personas en la iglesia de la que es responsable en el período de un mes, mucho menos que en otras iglesias. Siente que no hay manera de dar cuenta de eso a lo Alto, así que ¿qué hace? Cuando eleva un informe sobre su trabajo, añade un cero después del tres y dice que ha ganado a treinta personas. Alguien se entera y lo cuestiona: “¿No es eso un engaño?”. “¿Un engaño?”, dice él. “Bueno, será correcto el mes que viene, cuando ganemos a treinta personas para compensar, ¿no es así?”. Para eso, tiene una justificación. Si alguien más se toma el asunto en serio y quiere informar de los hechos a lo Alto, él creerá que esa persona está generándole problemas, que tiene algo en su contra. Entonces, la reprimirá y se encargará de ella; le causará problemas. Con eso, ¿no está castigando a la gente? ¿No está haciendo el mal? Nunca busca los principios-verdad en su trabajo, así que ¿con qué objetivo lo desempeña? Para asegurar su estatus y su sustento. Cualesquiera sean las cosas malas que haga, no informa a la gente de la intención y el motivo subyacentes. Los debe mantener en estricta confidencialidad; esas cuestiones son información clasificada para él. ¿Cuál es el tema más sensible para las personas así? Es cuando les preguntas: “¿Qué has estado haciendo últimamente? ¿Tu cumplimiento del deber ha dado resultados? ¿Ha habido trastornos o perturbaciones en el campo de tu trabajo? ¿Cómo los has manejado? ¿Estás en el punto del trabajo en que deberías estar? ¿Has estado cumpliendo tu deber de manera leal? Las decisiones que has tomado, ¿han perjudicado los intereses de la casa de Dios? ¿Se han reemplazado los líderes que no están calificados? ¿Se ha ascendido y formado a las personas de calibre bueno y que, relativamente, persiguen la verdad? ¿Has reprimido a las personas que han sido desobedientes contigo? ¿Qué conocimiento tienes de tu carácter corrupto? ¿Qué tipo de persona eres?”. Estos son los temas más sensibles para ellas. Que les pregunten estas cosas es lo que más miedo les da, así que, en lugar de esperar que se las preguntes, se apresuran a encontrar otro tema con el que cubrirlas. Querrán despistarte por todos los medios y evitar que sepas cuál es la situación real, tal y como es. Siempre te mantienen desinformado, nunca permiten que sepas hasta dónde han llegado con su trabajo. No hay un ápice de transparencia ahí. Esas personas, ¿tienen verdadera fe en Dios? ¿Tienen temor de Dios? No. Nunca informan de manera proactiva sobre su trabajo ni sobre los percances en este; jamás preguntan, buscan ni se sinceran sobre los desafíos y la confusión con los que se han topado en su trabajo, sino que llegan al punto de ocultar esas cosas, engatusando y engañando a los demás. No hay transparencia en absoluto en su trabajo y es solo cuando lo Alto los presiona a informar de los hechos y a dar explicaciones que, a regañadientes, dicen algo. Prefieren morir antes que hablar de cualquier problema que ataña a su reputación y su estatus; morirían antes de pronunciar una sola palabra sobre ello. En vez de eso, fingen no haber entendido. ¿No es ese el carácter de un anticristo? ¿Qué clase de persona es esta? ¿Se resuelve fácilmente este tipo de problema? Si lo Alto la quisiera guiar en su trabajo, ¿cuál sería su actitud? La superficialidad. Parecerá que accede y hasta sacará un cuaderno o un ordenador y tomará notas con vehemencia, pero, después de eso, ¿habrá entendido las indicaciones y se pondrá a trabajar? (No). Estará adoptando una pose para que la veas, montando una escena para desorientarte. ¿Qué está pensando en realidad? “Dado que este trabajo se me ha asignado a mí, se hace lo que yo digo. Nadie se puede entrometer en lo que quiero hacer. ‘Aunque tengan menos poder que los jefes regionales hay que obedecer a los jefes locales’, así que tengo este derecho. Si no es así, no me pidáis que lo gestione. Despedidme”. Eso es lo que piensa y así es como actúa. ¿Qué carácter es ese? ¿No es ese el carácter de un anticristo? (Sí). Eso significa problemas. No tienes permitido intervenir ni hacer indagaciones y tampoco investigar ni hacer preguntas. Es muy sensible a eso. Piensa: “¿Lo alto está tratando de controlar mis problemas y mi trabajo? ¿Quién se ha ido de la lengua?”. Desesperado, hace un enérgico esfuerzo para descubrir quién ha sido el que lo ha comprometido. Al final, sus dudas se reducen a dos personas y las envía a hacer las maletas. ¿Qué problema es este? Es el carácter de un anticristo.

¿Cuál es el principal sello distintivo del carácter de un anticristo? Aferrarse al estatus y controlar a los demás. El anticristo gana estatus para poder controlar a otros. Mientras tenga estatus, tendrá a la gente bajo su control de manera legítima. ¿Por qué digo que lo hace de manera legítima? Porque la casa de Dios le asignó su trabajo; los hermanos y hermanas lo eligieron para hacerlo. Por ende, ¿no sentirá que es legítimo hacerlo? (Sí). Entonces, eso le sirve para sacarle el máximo provecho, con esto en mente: “Vosotros me habéis elegido, ¿no es así? Si me elegisteis, debéis confiar en mí. Como dice ese dicho de los no creyentes: ‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’”. Aquí hasta utilizan una máxima satánica. ¿Es eso decir la verdad? (No). Es herejía y falacia satánicas. Si haces indagaciones sobre su trabajo, saldrá con una teoría como esa: “‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’. Si me usas, no puedes sospechar de mí. Si no sabes la clase de persona que soy, si no puedes calarme, entonces, no me uses. Pero me estás usando, y en vista de eso, debo mantenerme firme en esta posición. Debe hacerse lo que yo diga”. Debe hacerse lo que él diga en todas las cuestiones del trabajo; no servirá no permitírselo o encontrarle un compañero ni hacer que otros lo supervisen y lo guíen. Si alguien viene a controlar su trabajo, simplemente se negará; siente que no ha hecho nada malo y que no necesita ser controlado. Por derecho, aprovecha su estatus y su autoridad para tomar el control de otros, del lugar de trabajo y de la obra de la iglesia. ¿No está estableciendo un reino independiente? ¿No es un anticristo? Puede que la casa de Dios le pida que haga ese trabajo y cumpla ese deber, pero no le permitirá ejercer el poder como un dictador. Esa persona, ¿no ha malinterpretado la intención de Dios y las disposiciones de Su casa? ¿Por qué siempre está intentando hacerse con estatus y poder en lugar de cumplir bien su deber? (Porque la gobierna el carácter de un anticristo). Correcto. Ese es el carácter de un anticristo. ¿Por qué lo malinterpreta cuando la iglesia le encarga un trabajo? Porque, de por sí, le gusta controlar a la gente. Esa es su esencia-naturaleza, eso es lo que es. Encárgale un trabajo y sentirá que ahora tiene poder y estatus y, por ello, control sobre su territorio. Si vas a su territorio, debes hacer lo que dice. Por ejemplo, la casa de Dios en una ocasión dispuso que un líder fuera a controlar el trabajo de un anticristo. Tanto ese líder como el anticristo eran líderes de iglesia; tenían el mismo rango. El anticristo dijo: “Tú eres líder de una iglesia, yo soy líder de una iglesia. Tenemos el mismo rango. Tú no te entrometes en lo mío y yo no me entrometeré en lo tuyo. No compartas conmigo, ¡no estás en posición de hacerlo! Y quieres preguntar cómo van las cosas en nuestra iglesia. ¿Acaso lo alto te lo pidió? Muéstrame las pruebas”. El líder respondió: “Lo Alto solo me pidió que transmitiera un mensaje. Si no me crees, ve y pregunta”. El anticristo dijo: “Entonces, ¿qué te da derecho a compartir conmigo y a hacer acusaciones en mi contra? ¿Qué te da derecho a hacer indagaciones sobre las cosas que corresponden a mi trabajo? ¡No tienes autoridad para hacerlo!”. ¿Concuerdan con la verdad esas palabras? (No). ¿Qué forma de proceder es esa? Una que solo es propia de un anticristo. Hay un dicho entre los no creyentes: “En la fuerza está la razón”. Ellos compiten por ver quién tiene un rango más alto, quién tiene más fuerza, quién es más competente. Compiten por ver quién tiene más gente a cargo. Y en la casa de Dios, los anticristos compiten con otros por esas mismas cosas. ¿No han venido al lugar equivocado? Una persona que tiene actitudes corruptas pero que no es un anticristo, ¿habitualmente piensa de esta manera al encontrarse con el líder de una iglesia que tiene el mismo rango que ella? Revelará algo, pero será capaz de compartir normalmente con ese líder de iglesia. De ninguna manera dirá: “¿Estás en posición de hacer indagaciones sobre mi trabajo?”. No lo dirá porque tiene razón normal y un corazón temeroso de Dios. ¿Cómo se comportará alguien con razón normal? Pensará: “Dios nos eleva haciendo que lideremos la iglesia; esa es Su comisión y es nuestro deber. Si Él no nos hubiese encomendado que lo hiciéramos, no seríamos nada. No es ningún tipo de puesto oficial. Yo puedo hablar contigo sobre la obra de la iglesia, sobre cómo van las cosas con los hermanos y hermanas y sobre mi experiencia de trabajo”. ¿Hablará un anticristo sobre esas cosas con otras personas? No. De ninguna manera las revelará. Esta es la razón por la que una característica de los anticristos es el deseo de tener estatus y poder que supera al de la gente común, y es por eso que son más astutos e insidiosos que la gente común. ¿En qué se manifiesta su astucia e insidia? (No te dicen nada. No te dicen nada directamente). En que sienten que todo asunto es un secreto, algo de lo que no deben hablar con otras personas. En cada asunto se cuidan de los demás; mantienen todo escondido, tapado y oculto. Así que, ¿pueden interactuar y comunicarse normalmente en su trato con los demás? ¿Pueden decir algo desde el corazón? No. Solo ofrecen algunos clichés superficiales y palabras agradables para evitar que evalúes la situación subyacente. Después de un tiempo de haber estado en contacto con ellos, pensarás: “A juzgar por las apariencias, esta persona no parece ser malvada, pero ¿por qué siempre siento que su corazón se encuentra muy lejos de los demás? ¿Por qué siempre es tan incómodo estar en contacto con ella? Siempre tengo la sensación de que es indescifrable”. ¿Tenéis esa sensación? (Sí). Ese es el carácter de un anticristo: se cuida de todos. ¿Y por qué lo hace? Porque, a su modo de ver, cualquiera puede representar una amenaza para su estatus. Si no es cuidadoso, si baja la guardia, podría permitir que otros conozcan lo que realmente le ocurre, su verdadero yo, y entonces se le hará imposible conservar su estatus. Por eso, cuando se topa con alguien que pregunta sobre el estado de su trabajo y de su deber o sobre su estado personal, cubrirá y esconderá lo que pueda. Lo que no pueda esconder, encontrará la manera de suavizarlo, o se ocultará de ti. Algunos anticristos tienen un carácter extraño: aunque viven entre otras personas, no los verás interactuar normalmente con nadie, y no tienen una comunicación normal con los demás. Cada día se mantienen al margen; aparecen a la hora de comer y después se esfuman de nuevo. Siempre hacen bomba de humo. ¿Por qué no interactúan con la gente? Le dirán cualquier cosa a su familia, así que ¿por qué no tienen nada que decirles a los hermanos y hermanas? Los no creyentes tienen un dicho: “Por la boca muere el pez”. Esas personas están comprometidas con ese principio; no se permiten hablar despreocupadamente, ya que pueden decir algo que las delate y deje al descubierto una de sus debilidades. No pueden saber qué palabra podría hacer que otros las menospreciaran o podría permitirles saber lo que realmente les ocurre, así que hacen todo lo posible por evitar a los demás. ¿Esa evasión es accidental o hay algo en su interior que la controla? Hay algo ahí, controlándola. ¿Es algo recto y honorable o turbio? (Turbio). Por supuesto que es turbio. Esta no es la única manera en la que se comportan los anticristos. La mayor parte del tiempo, no se comunican ni interactúan normalmente con los demás; a veces, sin embargo, son muy elocuentes y capaces de hablar, pero ¿de qué cosas hablan? ¿Cuál es su contenido? Predican las palabras y doctrinas para lucirse. Dicen que pueden hacer trabajo real y resolver problemas reales cuando, de hecho, no tienen ninguna habilidad real. Pregúntales qué defectos tienen, si tienen un carácter arrogante, y dirán: “¿Hay alguien en la especie humana corrupta que no sea arrogante?”. Fíjate, hasta su arrogancia tiene una base. Incluyen a todos dentro de ella, como si su arrogancia fuera bastante apropiada. Jamás buscan la verdad y no parecen percibir que haya ningún problema ni dificultad en el trabajo. Y tú no te darás cuenta de la situación real preguntándoles. Cuando no tienen nada que hacer, simplemente se quedan sentados en silencio, y cuando hablan, hablan de sus cualificaciones. Nunca se sinceran; nunca dicen qué rebeldías o deseos extravagantes tienen en su interior o cómo intentan cerrar acuerdos con Dios o a quién le han dicho una mentira o cuáles son sus ambiciones al trabajar. Nunca sacan esos temas y, cuando otros lo hacen, no les interesa. Hasta en cuestiones relativas a cosas que están dentro del ámbito de su trabajo, solo hablarán poco y someramente. En resumen, cualquiera que se acerque a ellos, durante el tiempo que sea, tendrá gran dificultad si desea saber más sobre cualquier cosa que esté dentro del ámbito de su deber, ya sea relacionada con el personal, la práctica profesional o los avances de la obra. Cualquiera que sea el ángulo desde el que los abordes —ya trates de hacer la pregunta de manera indirecta, se la hagas directamente o a alguien cercano a ellos—, no te resultará sencillo obtener resultados. Es muy difícil. ¿No es eso insidioso? (Sí). ¿Por qué es tan difícil obtener de ellos cualquier información sobre las cosas tal y como son? ¿Por qué mantienen las cosas tan bien escondidas? ¿Cuál es su objetivo? Quieren mantenerse seguros en su estatus y su sustento. Creen: “No fue tarea fácil alcanzar este estatus, llegar a donde estoy hoy; ¿no me resultaría problemático ponerme en ridículo cometiendo un error en un momento de descuido? Además, si la casa de dios se enterara de las cosas malas que he hecho, ¿quién sabe si no se encargaría de mí?”. Por mucho que hables sobre ser sincero y sobre ser una persona honesta y cumplir un deber con lealtad, ¿calará el mensaje? No. Para ellos, hay un solo credo: por la boca muere el pez. Si les dices todo a los demás, eres un incompetente, ¡un bueno para nada! Ese es su credo. Tal es el carácter de los anticristos.

Sea cual sea el trabajo que esté haciendo un anticristo, prohíbe que otros intervengan y hagan indagaciones, y mucho más prohíbe que la casa de Dios lo supervise. ¿Cuál es su objetivo al hacerlo? Principalmente desea controlar al pueblo escogido de Dios para asegurar su estatus y su poder, lo que significa que está asegurando su sustento. Ese es su objetivo principal. Ya seáis líderes u obreros, ¿tenéis miedo de que la casa de Dios haga indagaciones y supervise vuestro trabajo? ¿Teméis que la casa de Dios descubra lagunas y errores en vuestro trabajo y os pode? ¿Teméis que después de que lo Alto conozca vuestro verdadero calibre y estatura, os vean de manera diferente y no os consideren para un ascenso? Si tienes estos temores, eso demuestra que tus motivaciones no son en aras de la obra de la iglesia, sino que estás trabajando en aras de la reputación y el estatus, lo que evidencia que tienes el carácter de un anticristo. Si tienes el carácter de un anticristo, eres susceptible de recorrer la senda de los anticristos y cometer todo el mal que estos causan. Si, en tu corazón, no temes que la casa de Dios supervise tu trabajo, y eres capaz de brindar respuestas reales a las preguntas e indagaciones de lo Alto, sin esconder nada, y decir todo lo que sabes, entonces, independientemente de si lo que dices es correcto o incorrecto, sin importar la corrupción que reveles, aunque reveles el carácter de un anticristo, de ninguna manera se te definirá como tal. La clave es si eres capaz de conocer tu propio carácter de anticristo y de buscar la verdad a fin de resolver este problema. Si eres una persona que acepta la verdad, tu carácter de anticristo puede corregirse. Si sabes perfectamente bien que tienes el carácter de un anticristo y, sin embargo, no buscas la verdad para resolverlo, si incluso intentas ocultar o mentir acerca de los problemas que ocurren y eludes la responsabilidad y si no aceptas la verdad cuando se te somete a la poda, entonces este es un problema grave, y no eres distinto a un anticristo. Sabiendo que tienes el carácter de un anticristo, ¿por qué no te atreves a enfrentarlo? ¿Por qué no puedes abordarlo con franqueza y decir: “Si lo Alto pregunta sobre mi trabajo, diré todo lo que sé, e incluso si las cosas malas que he hecho salen a la luz y lo Alto deja de utilizarme tras enterarse y yo pierdo mi estatus, de todos modos diré claramente lo que tengo que decir”? Tu temor a la supervisión y las indagaciones sobre tu trabajo por parte de la casa de Dios demuestra que valoras tu estatus más que la verdad. ¿Acaso no es este el carácter de un anticristo? Apreciar el estatus por encima de todo es el carácter de un anticristo. ¿Por qué valoras tanto el estatus? ¿Qué beneficios puedes obtener del estatus? Si el estatus te condujera a desastres, dificultades, vergüenza y dolor, ¿lo seguirías atesorando? (No). Hay tantos beneficios que se obtienen al tener estatus, como la envidia, el respeto, el aprecio y los halagos de los demás, así como su admiración y veneración. El estatus también te brinda una sensación de superioridad y privilegio que te confiere orgullo y una sensación de autoestima. Además, al contrario que los demás, puedes disfrutar de ciertas cosas, como los beneficios del estatus y el trato especial. Estas son cosas en las que ni siquiera te atreves a pensar, y son aquello que has anhelado en sueños. ¿Valoras estas cosas? Si el estatus es meramente vano, sin significado real, y defenderlo no sirve para nada, ¿acaso no es una tontería valorarlo? Si puedes dejar de lado cosas como los intereses y los placeres de la carne, entonces la fama, la ganancia y el estatus ya no te atarán. Por tanto, ¿qué es necesario resolver antes que los problemas relacionados con valorar y perseguir el estatus? En primer lugar, detecta la naturaleza del problema de cometer el mal y hacer trampa, ocultar y encubrir, así como de rechazar la supervisión, las indagaciones y la investigación por parte de la casa de Dios, a fin de gozar de los beneficios del estatus. ¿No se trata eso de resistencia y oposición descaradas contra Dios? Si puedes detectar la naturaleza y las consecuencias de codiciar los beneficios del estatus, el problema de perseguirlo se resolverá. Si eres incapaz de detectar la esencia de codiciar los beneficios del estatus, este problema jamás se resolverá.

¿Vosotros os asociáis para trabajar y para llevar a cabo vuestros deberes? ¿Aceptáis supervisión? ¿Habéis hecho algo para evitar que otros intervengan o hagan indagaciones? Si alguien indaga, te resistes y le dices: “¿Quién te crees que eres para interferir en mis asuntos? Mi estatus es de un rango superior al tuyo y, en mi trabajo, se hace lo que yo digo. Si lo Alto no ha hecho indagaciones, ¿qué te da derecho a ti de hacerlas?”. ¿Algo así? ¿Cuál es el principal carácter de los anticristos? Poseer estatus y aferrarse al poder; no hacer nada que beneficie la obra de la casa de Dios, nada que surja de tener en cuenta sus intereses, sino ser superficial y engañoso y hacer las cosas por inercia. Por fuera parecen estar afanados en sus tareas, pero mira las cosas que hacen: primero, estas no avanzan; segundo, son ineficientes, y tercero, no tienen demasiado impacto. Se han convertido en un desastre total. Hay una sola cosa a la que no renuncian y es a utilizar la oportunidad que les brinda su trabajo para hacerse con el poder y no dejarlo ir. Mientras tengan poder, están bien. Cualquiera que sea el trabajo que estén llevando a cabo, ya tenga que ver con una profesión, con asuntos externos, con habilidades técnicas o con otros aspectos, en general, no hay transparencia en ello. ¿Esa falta de transparencia es accidental? No. Lo que es accidental no es una cuestión de carácter, sino que tiene que ver con una falta de calibre y con no saber cómo hacer el trabajo. ¿Por qué, entonces, digo que este carácter es el carácter de un anticristo? Porque están actuando de manera intencional. Tienen una intención en su interior: conscientemente evitan que te enteres de esas cosas y conscientemente se esconden de ti y evitan verte. Reducen al mínimo su conversación y comunicación contigo; reducen al mínimo sus intercambios contigo. Reducen al mínimo su exposición a estas cosas para que no estés siempre culpándolos e indagando sobre ellos, para que no sepas demasiado acerca de lo que ocurre de verdad, para que no veas su verdadero rostro. ¿No es eso intencional? ¿No hay una intención en ello? ¿Cuál es su intención y su objetivo? Quieren engañarte, salir del paso fingiendo; te dan una impresión falsa y evitan que sepas cómo son las cosas en realidad. De esa manera, se habrán asegurado su estatus, y eso les complacerá. ¿No es esa la naturaleza de la cuestión? (Sí). Es el carácter de los anticristos: engañar conscientemente, engatusar y ocultar las cosas. Todo eso es consciente. Decidme, ¿qué programa de trabajo existe que mantenga a la gente tan ocupada que no tenga tiempo de reunirse con otros? Ninguno, ¿verdad? Ningún programa de trabajo lo mantiene a uno tan ocupado que no tenga tiempo de comer o dormir ni un momento para reunirse con otros. Todavía no estamos tan atareados. Se puede sacar algo de tiempo para esas cosas. Entonces, ¿por qué estas personas no tienen tiempo? No quieren reunirse contigo, no quieren que hagas indagaciones sobre su trabajo. ¿No es ese el carácter de un anticristo? (Sí). ¿Qué clase de personas son? ¿No son incrédulos? Lo son. Todos y cada uno de los anticristos son incrédulos. Si no lo fueran, no se apropiarían de la obra de la casa de Dios ni tendrían a aquellos que siguen a Dios bajo su control. No harían cosas así. El primer comportamiento de los incrédulos es que no tienen en absoluto un corazón temeroso de Dios. Conspiran en pos de sus propios intereses bajo el pretexto de creer en Dios; son audaces e insensatos y no tienen miedo en absoluto. Su creencia en Dios no es fe verdadera, sino un eslogan. No tienen ni un poco de temor de Dios en su corazón.

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