Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (III) Parte 4

Hay algunas personas que, aunque creen en Dios, no se esfuerzan de manera voluntaria y alegre por Él; en vez de eso, llevan a cabo su deber de mala gana. Solo piensan en ser mano de obra para recibir bendiciones, pero no están dispuestas a esmerarse en pos de la verdad. Cuando cumplen sus deberes, a menudo lo hacen superficialmente y sin ser meticulosas, y se conforman con solo lograr algunos resultados para que no las echen. Sin embargo, independientemente de si la gente cree en Él de manera genuina y de si se esfuerza por Él, Dios le da la oportunidad de arrepentirse. Él no te condenará porque no entiendas la verdad o porque actúes de manera superficial cuando llevas a cabo tu deber. Él te escrutará sin cesar para ver si eres capaz de aceptar la verdad y si puedes arrepentirte realmente y tomar la senda de vida correcta. Depende de tu elección. Algunas personas no entendían ninguna verdad cuando comenzaron a cumplir sus deberes, pero por escuchar sermones a menudo y reunirse y compartir con frecuencia, poco a poco llegan a comprender la verdad. Su corazón se vuelve cada vez más inteligente y ven que les falta mucho, que no poseen ninguna verdad en absoluto y que no siguen principios en su cumplimiento del deber, sino que solo hacen algunas tareas en función de sus propios deseos. Sienten que llevar a cabo sus deberes de esta forma no está de acuerdo con las intenciones de Dios y su corazón se arrepiente; comienzan a esmerarse en pos de la verdad y obtienen resultados cada vez mejores al cumplir sus deberes. De esta manera, por un lado, ganan entrada en la vida y, por otro, gradualmente llegan a estar calificados para el cumplimiento de estos. Así es una persona que puede aceptar la verdad en el cumplimiento de sus deberes. A medida que su comprensión de la verdad se vuelve más clara, puede ver mejor sus propias revelaciones de corrupción. Puede orar a Dios y confiar en Él en su corazón, estar dispuesta a desechar su corrupción, poner en práctica la verdad y tomar la senda de la búsqueda de la verdad. Ese es el crecimiento paulatino de la vida en el transcurso del cumplimiento del deber de uno. Todos aquellos que siguen a Dios llegan a comprender la verdad y entran en la realidad-verdad mientras cumplen sus deberes. Si uno no ama la verdad, ¿puede haber un cambio como ese? Por supuesto que no. Algunas personas son particularmente arrogantes y vanidosas. Cuando vienen a la casa de Dios, en especial después de cumplir con su deber, se vuelve evidente hasta qué punto lo son: con los brazos cruzados sobre el pecho o las manos en las caderas, se muestran desafiantes e insatisfechas. ¿Por qué son tan arrogantes? En su interior, dicen: “Para creer en dios y cumplir mi deber, he renunciado al mundo, a mi familia y a mi trabajo. ¿No es un precio alto? He renunciado a mucho por dios. ¿No debería compensarme de algún modo? Además, de acuerdo con mi estatus e ingreso en la sociedad, ¿la casa de dios no debería, al menos, darme el mismo trato? Ahora que estoy llevando a cabo mi deber, ¿no puede dios darme algún favor especial? Soy un talento especial, soy mucho mejor que la gente común. Debería tener estatus en la casa de dios. Si otros pueden liderar, yo también puedo hacerlo. Mi estatus no debería ser más bajo que el de los demás y debería gozar de un tratamiento más elevado que las personas corrientes. Más importante aún, ¿puede dios asegurarme que recibiré bendiciones y tendré un buen destino en el futuro?”. A partir de lo que piensan en su corazón, podemos ver que han venido a hacer un trato con Dios, no a esforzarse sinceramente por Él. Esas personas piensan de la misma manera que lo hacía Pablo; quieren cumplir su deber a cambio de las bendiciones de Dios. Sin embargo, su razón es mucho peor que la de Pablo, está muy por debajo. ¿Por qué lo digo? Porque Pablo, de hecho, sufrió considerablemente a lo largo de los muchos años que difundió el evangelio, y los frutos de aquella tarea fueron mucho mejores que los de la gente común. Al menos, sus pasos recorrieron la mayor parte de Europa, y fundó muchas iglesias en todo ese continente. En este sentido, los anticristos comunes no se pueden comparar con la razón de Pablo o con lo mucho que él contribuyó con mera mano de obra. No obstante, la persona que mencioné antes se vuelve increíblemente arrogante después de cumplir con su deber. ¿No es eso una gran falta de razón? No tiene razón en absoluto y, como un bandido, una vez que se hace con la oportunidad de recibir bendiciones, no puede soltarla. Las personas como esa siempre están buscando, deliberadamente, oportunidades para ponerse en primer plano en la casa de Dios, aunque solo se trate de convertirse en líder de grupo o en supervisor. En resumen, cuando vienen a la casa de Dios no están dispuestas a ser un creyente corriente. No importa que alguien pueda admitir que es un ser creado común, que no es otra cosa que un ser creado corriente como todos los demás seres vivos; estas personas no aceptarán ese punto de vista, nunca permitirán que las ofendan de esa manera. Creen que deberían tener un tratamiento especial y que Dios debería darles gracias y bendiciones especiales. También quieren gozar de los beneficios especiales del estatus en la casa de Dios. No permiten que la casa de Dios dude de sus talentos y mucho menos permiten que la gente indague sobre su trabajo; todos deben tener una fe absoluta en ellas porque han renunciado a todo por Dios y son totalmente leales a Él. ¿No es una exigencia poco razonable? ¿Está dotada de razón esta persona? ¿Cuántas personas como ella hay? ¿Qué porcentaje de la iglesia puede ser? Las personas así siempre piensan que tienen alguna habilidad y talento, por eso presumen de lo brillantes que son. ¿Y qué implica ese supuesto talento? Que pueden alardear, decir un montón de tonterías, cambiar la manera de hablar en función de la persona a la que se dirigen y tener más aptitud para el engaño que las personas corrientes. Creen que eso es tener talento y habilidad, y quieren usar esa habilidad para pavonearse y engañar. ¿Qué implica el verdadero talento? Tener habilidades especiales. Cuando Dios creó al hombre, les dio a los distintos tipos de personas diferentes especialidades. Algunas personas son buenas en literatura, algunas son buenas en medicina, algunas son buenas en el estudio de habilidades, otras son buenas en la investigación científica, etcétera. Es Dios quien les da las especialidades a las personas, y no son algo de lo que alardear. No importa qué especialidades tenga uno, eso no quiere decir que uno comprenda la verdad y desde luego no significa que uno posea la realidad-verdad. Las personas tienen ciertas especialidades, y si creen en Dios, deberían usarlas para llevar a cabo sus deberes. Esto es aceptable para Dios. Alardear de determinada especialidad o querer usarla para hacer tratos con Dios es algo muy carente de razón. Dios no favorece a tales personas. Hay gente que tiene determinada habilidad y, por eso, cuando viene a la casa de Dios, siente que es mejor que los demás, quiere gozar de un trato especial y siente que tiene un empleo seguro, estable y con beneficios de por vida. Consideran esa habilidad una especie de capital. ¡Qué arrogancia! Así que, ¿cómo debes considerar esos dones y especialidades? Si esas cosas son útiles en la casa de Dios, entonces son simplemente herramientas para que cumplas tu deber. No tienen nada que ver con la verdad. No importa cuántas tengas; las habilidades y talentos solo son especialidades de los humanos y no están relacionadas con la verdad. Tus dones y especialidades no significan que comprendes la verdad, y sin duda tampoco significan que posees la realidad-verdad. Si usas tus dones y especialidades para cumplir con tu deber y llevarlo a cabo adecuadamente, entonces han sido utilizados en el lugar apropiado y Dios aprueba su uso. Sin embargo, si los usas para presumir, para dar testimonio de ti mismo y para construir un reino independiente, entonces tus pecados serán grandes y te convertirás en un grave infractor al oponerte a Dios. Dios es quien concede los dones. Si no los puedes utilizar para cumplir tu deber y dar testimonio de Dios, entonces eres demasiado inescrupuloso y falto de razón y estás profundamente en deuda con Él. ¡Es una rebeldía atroz! No obstante, no importa lo bien que utilices tus dones y especialidades, eso no significa que poseas la realidad-verdad. Poseer la realidad-verdad es practicar la verdad y actuar conforme a los principios. Los dones y talentos siempre serán dones y talentos. No tienen nada que ver con la verdad. Independientemente de cuántos dones y talentos poseas y de lo buena que sea tu reputación o lo alto que sea tu estatus, eso nunca significará que tienes la realidad-verdad. Los dones y talentos nunca se convertirán en la verdad. No tienen nada que ver con ella. Sin embargo, los anticristos no piensan de esta manera y son precisamente esas cosas las que ellos valoran enormemente. Por ejemplo, cierta persona tiene talento para la actuación. Después de representar el papel principal en una película rodada en la casa de Dios, comienza a darse aires. No alcanza con que tres personas la asistan con el maquillaje para satisfacer sus necesidades. Antes era una persona común, pero ahora que cree en Dios, después de llevar a cabo su deber como actor, comienza a darse aires. ¿No está buscando problemas? ¡Creo que es exactamente lo que hace! No tiene una apariencia especial, y sus habilidades actorales no son nada del otro mundo. Simplemente es apta para interpretar ciertos roles, así que le dan otro papel. ¿No la están exaltando? Cuando le dan una oportunidad de cumplir su deber, hasta se da aires. Mientras actúa, ordena a quienes la rodean que la atiendan, que le traigan té y le sirvan agua, lo que enfurece a los hermanos y hermanas que ven la situación. Yo dije: “¡Depuradla!”. Y la iglesia la depuró. ¿No se debe echar a esas personas? Esa persona pensaba que la iglesia no podía filmar películas sin ella, por eso tuvo el atrevimiento de darse aires. No esperaba esta consecuencia. Su naturaleza la llevó a eso. Tales personas valoran el conocimiento, el talento, el aprendizaje y la experiencia. Atribuyen demasiada importancia a estas cosas, pero ignoran lo más precioso de todo: la verdad. No se dan cuenta de que la verdad reina en la casa de Dios. Si no persiguen la verdad, por muy elevados que sean sus conocimientos o grande su elocuencia, no podrán mantenerse firmes. Más tarde o más temprano, se las revelará y se las descartará. ¿Le resulta fácil a la gente comprender esta pizca de doctrina? Aquellos que han creído en Dios durante muchos años, pero no pueden siquiera ver esto con claridad son solo personas atolondradas que no tienen ningún valor. Si fuesen un poco sensatas, no serían tan arrogantes. Tales personas son diablos y satanases que se delatan a sí mismos. Bueno, Yo señalé directamente este asunto para que vosotros pudierais entenderlo con claridad, para que pudierais distinguirlo un poco y verlo a fondo. Si Yo no lo señalara claramente, ¿seríais capaces de distinguirlo de esta manera? ¿Seríais capaces de deshaceros de esas personas? La gente no puede ver el problema, por eso debo ser directo. Si no lo fuera, el problema no se podría resolver. Si dependéis únicamente de las pocas doctrinas que comprendéis, no seréis capaces de resolver ningún problema.

Los anticristos siempre se consideran dotados de talentos especiales. Piensan que son graduados universitarios profundamente instruidos y que poseen una gran cantidad de conocimiento. Atesoran y aprecian enormemente su conocimiento y las teorías espirituales que aprenden e incluso tratan estas cosas como si fuesen la verdad. Más aún, con frecuencia toman ese conocimiento y esa experiencia que consideran correctos y los utilizan para enseñar, desorientar o condicionar a quienes los rodean. En particular, hablan a menudo de su pasado “glorioso” y lo usan para persuadir y convencer a otras personas y lograr que estas los admiren e idolatren. ¿Y cuál es ese pasado “glorioso” que tienen? Algunos de ellos dirán: “Una vez fui profesor universitario. Todos mis alumnos eran estudiantes de máster o doctorado. Cada vez que daba una clase, no había ni un asiento vacío; todos los estudiantes estaban en completo silencio y me contemplaban con adoración y admiración en la mirada. Yo ni siquiera me ponía nervioso. ¡Qué magnífico e impresionante era todo! Nací con ese talento y ese coraje”. Otros dirán: “Aprendí a conducir cuando tenía 14 años. Llevo 40 años conduciendo y mis habilidades de conducción son de primera”. ¿Qué quieren decir con esto? Quieren decir: “Tú solo llevas conduciendo unos días. ¿Qué sabes? Yo soy un conductor experto que ha conducido toda la vida. Tengo todo tipo de experiencia. En el futuro, deberías preguntarme a mí si hay algo que no entiendes. Debes escuchar lo que tengo que decir”. Cuando tienen algún tipo de habilidad, los anticristos piensan que son extraordinarios, se hacen los misteriosos, fanfarronean y dan testimonio de sí mismos para que otros los admiren y los idolatren. Cuando las personas de este tipo tienen una pequeña fortaleza o un don, eso las hace creer que son mejores que el resto y desean liderarlos. Cuando otras personas acuden a ellas en busca de respuestas, los anticristos les dan lecciones desde la superioridad y si, después, esas personas siguen sin comprender, ellos simplemente lo atribuyen a su calibre escaso, aunque, en realidad, son los propios anticristos los que no han brindado una explicación clara. Por ejemplo, al ver que alguien no puede reparar una máquina defectuosa, un anticristo dirá: “¿Cómo es posible que aún no sepas hacer esto? ¿Acaso no te he dicho ya cómo hacerlo? Te lo expliqué muy claramente y aún no lo entiendes. Realmente tienes un calibre escaso. No aprendes ninguna de las veces que te lo enseño”. Sin embargo, cuando la persona le pide que repare la máquina, se quedará mirándola un buen rato y tampoco sabrá cómo hacerlo; incluso ocultará a la persona el hecho de que no sabe cómo repararla. Después de pedirle a esa persona que se marche, el anticristo investigará en secreto e intentará descifrar cómo hacer la reparación, pero seguirá sin poder lograrlo. Terminará por desmontar la máquina, hará un desastre total y no podrá volver a armarla. Entonces, por miedo a que los demás vean lo que ha hecho, esconderá las piezas. ¿Es vergonzoso no saber hacer algunas cosas? ¿Existe alguien que pueda hacerlo todo? No hay nada vergonzoso en no saber hacer algunas cosas. No olvides que eres solo una persona corriente, nadie te admira ni te idolatra. Una persona corriente es solo eso: una persona corriente. Si no sabes cómo hacer algo, solo di que no sabes hacerlo. ¿Por qué intentas aparentar? La gente se indignará contigo si estás siempre aparentando. Tarde o temprano te delatarás y, entonces, perderás tu dignidad y tu integridad. Este es el carácter de un anticristo; siempre se cree un manitas, alguien que puede hacer de todo, que es hábil y competente en todas las cosas. ¿Eso no le traerá problemas? ¿Qué haría si tuviese una actitud honesta? Diría: “No soy competente en esta habilidad técnica, solo tengo un poco de experiencia. He puesto en práctica todo lo que sé, pero no comprendo estos problemas nuevos que estamos encontrando. Por lo tanto, tenemos que adquirir un poco de conocimiento profesional si queremos cumplir nuestro deber adecuadamente. Adquirir conocimiento profesional nos permitirá llevar a cabo nuestro deber de manera eficaz. Dios nos ha encargado esto, así que es nuestra responsabilidad cumplirlo bien. Debemos ir y adquirir esos conocimientos con base en una actitud de responsabilidad hacia nuestro deber”. Esto es practicar la verdad. Una persona con el carácter de un anticristo no haría eso. Si una persona tiene al menos un poco de razón, dice: “Yo solo sé hasta aquí. No es necesario que me admires y yo no necesito darme aires. ¿No facilitará eso las cosas? Es horrible estar siempre aparentando. Si hay algo que no sabemos, podemos aprenderlo juntos y luego trabajar en armonía para llevar a cabo nuestro deber adecuadamente. Debemos tener una actitud responsable”. Al ver esto, la gente pensaría: “Esta persona es mejor que nosotros; cuando le surge un problema no se obliga ciegamente a ir más allá de sus límites ni les traslada el problema a otros ni elude la responsabilidad. En cambio, se hace cargo y lo aborda con una actitud seria y responsable. Esta es una buena persona, seria y responsable en su trabajo y en su deber. Es de fiar. La casa de Dios hizo bien en encargarle esta tarea importante. ¡Dios realmente escruta la profundidad del corazón de las personas!”. Al cumplir su deber de esta manera, mejoraría sus habilidades y se granjearía la aprobación de todos. ¿Cómo surge esa aprobación? Primero, la persona está abordando su deber con una actitud seria y responsable; segundo, es capaz de ser una persona honesta y tiene una actitud práctica y deseosa de aprender; tercero, no se puede descartar que tenga la guía y el esclarecimiento del Espíritu Santo. Una persona así tiene la bendición de Dios; eso es lo que puede obtener alguien con conciencia y razón. Aunque tiene actitudes corruptas, limitaciones y defectos, y hay muchas cosas que no sabe hacer, de todas formas, está en la senda de práctica correcta. No aparenta ni engaña; tiene una actitud seria y responsable hacia su deber y una actitud anhelante y devota hacia la verdad. Los anticristos jamás serán capaces de hacer esas cosas porque su manera de pensar siempre será diferente de la de quienes aman y persiguen la verdad. ¿Por qué piensan diferente? Porque llevan dentro la naturaleza de Satanás, viven según el carácter de Satanás para alcanzar su objetivo de asumir el poder. Siempre procuran utilizar distintos medios para incurrir en conspiraciones y trucos, y desorientan a la gente de una forma u otra para que los adore y los siga. Por eso, con el fin de engañar a las personas, encuentran todo tipo de formas de aparentar, engatusar, mentir y engañar para hacer creer a los demás que ellos tienen razón en todo, que son buenos en todo y que pueden hacer cualquier cosa; que son más inteligentes y más sabios que los demás, que entienden más que los demás, que son mejores que los demás en todo, que están por encima de los demás en todos los sentidos, incluso que son lo mejor de lo mejor en cualquier grupo. Tienen esa necesidad. Este es el carácter de los anticristos. Así, aprenden a fingir que son algo que no son y muestran cada una de estas diversas prácticas y manifestaciones.

Piénsalo: ¿cuál es el carácter que poseen las personas que gustan de fingir que son algo que no son? ¿Qué fingen ser? No fingen ser diablos o figuras negativas; fingen ser algo noble, bueno, hermoso y amable, ser algo que la gente valore y admire; fingen ser estas cosas que la gente elogia y aprueba. Fingen saber y comprender todo, poseer la verdad, ser figuras positivas y ser la realidad-verdad. ¿No están buscando su propia destrucción? ¿Acaso tienen esa realidad? ¿Acaso tienen esa esencia? No. Es precisamente por eso que se dice que están fingiendo. Entonces, ¿alguien diría que ellos son la personificación de la verdad porque poseen la realidad-verdad? ¿Tiene sentido esa afirmación? (No). Aunque poseas algunas realidades-verdad, de ninguna manera eres la personificación de la verdad. Por lo tanto, ¡cualquiera que finja ser la personificación de la verdad es un individuo arrogante y absurdo! Una persona que solo posee una pizca de realidad-verdad y, sin embargo, se atreve a fingir ser la personificación de la verdad es como una gota de agua que afirma ser un mar vasto y sin límites. ¿No es ese el colmo de la arrogancia? ¿No es una insolencia descarada? Para fingir ser la personificación de la verdad, una persona debe tener el capital necesario. ¿Y qué usan los anticristos para fingir ser la personificación de la verdad? Esas cosas que acabo de mencionar: el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas. Esto incluye tanto las habilidades y talentos especiales que las personas adquieren a través del aprendizaje como los dones con los que nacen. Algunas personas tienen el don de hablar en lenguas, mientras que otras tienen el don o la elocuencia para predicar. Otras han aprendido o dominado ciertas habilidades profesionales especiales. Por ejemplo, algunas personas son particularmente excepcionales en la danza, la música, las artes plásticas, los idiomas o la literatura, mientras que otras son expertas en política, lo que significa que son especialmente buenas en manipular a las personas, que destacan en diplomacia, etcétera. En resumen, incluye a las personas con talentos especiales en todos los ámbitos de la vida. Puede que estas personas con talentos o dones especiales no tengan necesariamente cierto estatus o una trayectoria profesional definida en la sociedad. Algunas viven en lugares pequeños, sin embargo, pueden hablar sobre una amplia variedad de asuntos del pasado hasta la actualidad de forma clara y lógica y con especial elocuencia. Las personas con estos talentos especiales que tienen el carácter de un anticristo no se conformarán con las cosas tal y como son cuando vengan a la casa de Dios; albergarán ciertas ambiciones y deseos y serán, poco a poco, reveladas.

Con respecto al punto de que los anticristos fingen ser la personificación de la verdad una vez que han adquirido un poco de experiencia y conocimiento y han aprendido algunas enseñanzas, hemos hablado del alcance de dichos conocimiento, experiencia y enseñanzas. ¿Y cuál ha sido el foco de esta conversación? (Fingir). Así es. El quid de la cuestión es que los anticristos fingen ser la personificación de la verdad. Conocimiento, experiencia, enseñanzas; ninguna de esas cosas es la verdad ni se relaciona en absoluto con ella. Estas cosas incluso están en contra de la verdad y Dios las condena. Tomemos como ejemplo el conocimiento. ¿La historia cuenta como forma de conocimiento? (Sí). ¿Cómo se originaron el conocimiento y los libros de historia sobre la historia humana, la historia de ciertos países o grupos étnicos, la historia moderna, la historia antigua o incluso ciertas historias no oficiales? (Los escribieron personas). Entonces, ¿las cosas que escriben las personas concuerdan con la historia real? ¿No están las ideas y puntos de vista de las personas en desacuerdo con los principios, los medios y los métodos de las acciones de Dios? ¿Se relacionan con la historia real esas palabras expresadas por el hombre? (No). No hay una relación. Por eso, independientemente de lo precisas que sean las crónicas que contienen los libros de historia, solo son conocimiento. Independientemente de lo elocuentes que sean esos historiadores y de la lógica y la claridad con la que narren esas historias, ¿a qué conclusión llegarás después de escucharlos? (Sabremos de esos acontecimientos). Sí, sabrás de ellos. Sin embargo, ¿narran las historias con el mero objetivo de informarte de esos acontecimientos? Tienen cierta idea con la que desean adoctrinarte. ¿Y en qué se centra ese adoctrinamiento? Eso es lo que debemos analizar y diseccionar. Dejad que os dé un ejemplo para que podáis comprender con qué quieren adoctrinar a la gente. Después de analizar la historia desde la antigüedad hasta el presente, la gente finalmente acuñó un dicho; ha observado un hecho en la historia humana y es que “Los vencedores reciben la gloria y los vencidos no obtienen nada”. ¿Es eso conocimiento? (Sí). Ese conocimiento surge de los hechos históricos. ¿Ese dicho se relaciona de alguna manera con los medios y métodos mediante los cuales Dios ejerce Su soberanía sobre todas las cosas? (No). De hecho, es todo lo contrario; los contradice y se opone a ellos. Entonces, te han adoctrinado con este dicho. Y si no comprendes la verdad o si eres un no creyente, ¿qué podrías pensar después de oírlo? ¿Qué percepción tendrías de él? Primero, estos historiadores o libros de historia hacen una lista de todos los acontecimientos de este tipo, y emplean suficiente evidencia y hechos históricos para corroborar la precisión del dicho. Al principio, puede que solo lo hayas leído en un libro y apenas sepas algo del dicho en sí mismo; podrías comprender solo cierta dimensión de él o comprenderlo solo hasta cierto punto, hasta que te enteras de estos acontecimientos. No obstante, una vez que escuchas estos hechos históricos, tu reconocimiento y aceptación se vuelven más profundos. De ninguna manera dirás: “En algunos casos no es así”. En lugar de eso, dirás: “Así es como son las cosas; si se observa la historia desde la antigüedad hasta el presente, la especie humana se ha desarrollado de esta manera: ¡los vencedores reciben la gloria y los vencidos no obtienen nada!”. Al percibir el asunto de esa manera, ¿qué puntos de vista y actitudes tendrás hacia tu comportamiento, tu carrera profesional y tu vida diaria, así como hacia las personas, los acontecimientos y las cosas que te rodean? ¿Esa percepción cambiará tu actitud? (Sí). Lo hará por encima de todo. ¿Y de qué manera cambiará tu actitud? ¿Guiará y cambiará la dirección de tu vida y los métodos que aplicas para los asuntos mundanos? Quizás antes creías que “La armonía es un tesoro y la paciencia, una virtud” y que “Los buenos viven en paz”. Ahora, pensarás: “Dado que ‘Los vencedores reciben la gloria y los vencidos no obtienen nada’, si quiero convertirme en un funcionario, debo tener cuidado con Fulano. No está de mi lado, así que no puedo ascenderlo aunque lo merezca”. Al pensar de esta manera, tu actitud cambiará, y lo hará rápidamente. ¿Cómo se producirá ese cambio? Será porque has aceptado la idea y el punto de vista de que “Los vencedores reciben la gloria y los vencidos no obtienen nada”. Escuchar muchos datos solo reafirmará que este punto de vista es correcto para ti en la vida real humana. Creerás firmemente que debes aplicarlo a tus propias acciones y a tu comportamiento para poder perseguir tu vida futura y tus expectativas. ¿No te habrán cambiado esa idea y ese punto de vista? (Sí). Y mientras generan cambios en ti, también te están corrompiendo. Así es como sucede. Tal conocimiento te cambia y te corrompe. Así que, al mirar la raíz del asunto, independientemente de la precisión con que estén expuestas estas historias, finalmente se las resume en ese dicho y tú eres adoctrinado con esa idea. Ese conocimiento, ¿es la personificación de la verdad o la lógica de Satanás? (La lógica de Satanás). Correcto. ¿Lo he explicado con suficiente detalle? (Sí). Ahora está claro. Si no crees en Dios, pasarán dos vidas y aún seguirás sin entender esto; cuanto más vivas, más sentirás que eres necio, más pensarás que no eres lo suficientemente implacable y que deberías ser más despiadado, más artero, más siniestro y una persona peor y más malvada. Te dirás a ti mismo: “Si él puede matar, yo debo causar incendios. Si él mata a una persona, yo debo matar a diez. Si él mata sin dejar rastro, yo haré daño a las personas sin que se enteren; ¡incluso haré que sus descendientes me agradezcan durante tres generaciones!”. Esa es la influencia que la filosofía, el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas de Satanás han ejercido sobre la humanidad. En realidad, no es más que maltrato y corrupción. Por lo tanto, cualquier tipo de conocimiento que se predique o se propague por este mundo te adoctrinará con una idea o punto de vista. Si no puedes discernir esto, serás envenenado. En definitiva, una cosa es cierta ahora: no importa si este conocimiento viene de la gente corriente o de fuentes oficiales, si es reverenciado por una minoría o por la mayoría; nada de eso es relevante a la verdad. La verdad es la realidad de todas las cosas positivas. Su exactitud no depende de la cantidad de personas que la reconocen. La realidad de las cosas positivas es, en sí misma, la verdad. Nadie puede cambiar eso y nadie puede negarlo. La verdad siempre será la verdad.

Hablemos del hecho de que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas. Desde que Dios comenzó a conducir a la humanidad, Él también ha llevado una historia y una cuenta. ¿Cómo ve Dios a la historia humana? Lo que Él quiere que la gente vea es la verdad, y las evaluaciones que hace la gente y las conclusiones que saca sobre las cosas no son la verdad. Sin embargo, ¿por qué los seres humanos no consideran la historia con base en las palabras de Dios y la verdad? Porque los seres humanos sienten aversión por la verdad, la odian y no aceptan nada de ella en absoluto. Por eso son capaces de inventar una serie de teorías engañosas, ridículas y absurdas. Por ejemplo, el Señor Jesús fue concebido por el Espíritu Santo. Esta es una cosa positiva. Sin embargo, ¿qué dice Satanás sobre ello? Satanás no reconoce el hecho de la concepción por medio del Espíritu Santo e incluso blasfema que el Señor Jesús es un bastardo, que nació del hombre. Satanás toma la palabra más sucia de la especie humana, una afirmación que la gente menosprecia y desprecia, y la aplica al nacimiento del Señor Jesús. ¿No es esto una distorsión de los hechos? (Sí). La concepción por el Espíritu Santo es la obra de Dios. E independientemente de la forma que tome, una cosa es cierta sobre la obra de Dios: es la verdad, la verdad inmutable. Entonces, ¿por qué Satanás no acepta un hecho tan obvio, un hecho que fue predeterminado y testimoniado por Dios? ¿Por qué Satanás ignora esto y hasta describe al Señor Jesús como un hijo ilegítimo nacido del hombre? (Porque odia la verdad y odia las cosas positivas). ¡Desacredita a Dios deliberadamente! Satanás es muy consciente de este hecho; lo ve perfectamente claro en el reino espiritual. ¿Por qué lo hace, entonces? ¿Cuál es su motivo, su intención? ¿Por qué difundir tal afirmación? Para vilipendiar y desacreditar a Dios deliberadamente. ¿Cuál es la finalidad de desacreditar a Dios? Hacer que la gente crea que Jesús es un hijo ilegítimo, que lo considere deshonroso y, por consiguiente, no crea en Él. Satanás piensa: “Si las personas no tienen fe en ti, no podrás completar tu obra, ¿no es así?”. En realidad, la verdad siempre será la verdad. Aunque toda la especie humana la rechazó en su momento, al final, dos mil años después, el Señor Jesús tiene seguidores y gente que lo elogia por todo el mundo, la cruz se exhibe de forma destacada en todas partes y Satanás ha fracasado. ¿Ha funcionado la afirmación de Satanás? (No). Por lo tanto, no es la verdad; no se sostiene, y desacreditar al Señor Jesús es inútil. Independientemente de si esta acción que Dios llevó a cabo se ajusta a las nociones y figuraciones de las personas o si contradice la cultura tradicional, los dichos y la ética moral de la especie humana, a Dios no le importa. ¿Por qué a Dios no le importa? ¿Qué implicaciones tiene? Dado que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, ¿pueden estas palabras endiabladas de Satanás destruir la obra de Dios? No podéis verlo con claridad, ¿verdad? (No). Decidme, ¿acaso no está todo en manos de Dios? (Sí). ¿Podría la afirmación endiablada de Satanás, solo esas pocas palabras, destruir el plan de gestión de Dios? ¿Es posible? (No). Satanás quiere triunfar, pero ¿puede hacerlo? La verdad siempre será la verdad. Ese es el poder de la verdad. El poder de la verdad es algo que nadie, incluido Satanás, puede cambiar. Incluso ahora, Satanás continúa diseminando esa afirmación. ¿Funciona? No. La obra de la Era de la Gracia ha terminado; el evangelio del Señor Jesús se ha difundido hasta los confines de la tierra y la nueva obra del juicio de los últimos días lleva muchos años en marcha. Satanás ha fracasado hace mucho tiempo y ha sido humillado. Así que, ¿sirve de algo que esté enfadado y frustrado ahora? No, no sirve de nada. Por eso, sin importar la opinión o lo alto que sea el nivel de conocimiento o la cantidad de gente entre la que se aplique y se disemine dicha opinión, nada de eso sirve; no se sostendrá. La obra de Dios es imparable, ni siquiera Satanás puede detenerla. ¿Realmente un puñado de personas insignificantes cree que puede detener la obra de Dios? ¡Eso es un delirio! Muchos de vosotros crecisteis con esos rumores y aceptasteis los puntos de vista desorientadores de Satanás; vuestra cabeza estaba llena de cosas, como la lógica, las filosofías, el conocimiento y la ciencia de Satanás. ¿Qué pasó entonces? Cuando las palabras de Dios vinieron a vosotros, oísteis Su voz a pesar de todo y regresasteis ante Él. Los rumores y las palabras endiabladas de Satanás fueron inútiles, no detuvieron el avance de la obra de Dios en lo más mínimo. El pueblo escogido de Dios en todos los países ha comenzado a aceptar la obra de Dios en los últimos días. Todos los días comen y beben de las palabras de Dios, escuchan sermones y comparten. Llevan a cabo sus deberes por Dios y dan testimonio de Él. Satanás medita sobre esto y dice: “¿Por qué no funcionan mis abundantes palabras de desorientación? He hecho muchas cosas para reprimir, arrestar y maltratar al pueblo escogido de dios, ¿por qué no han tenido prácticamente ningún efecto? ¿Por qué, por el contrario, está aumentando la cantidad de creyentes en dios?”. Entonces sabe, en su corazón, que Dios es realmente omnipotente, y después es completamente humillado; de ahí el dicho: “Satanás siempre será derrotado a manos de Dios”. ¿Es esto un hecho? (Sí). ¡Las palabras de Dios realmente pueden lograrlo todo! Satanás y todos los reyes diablos le rinden servicio a Dios. En las manos de Dios, son objetos de servicio y contrastes. ¿Tienen algo que ver con nosotros esos objetos de servicio y esos contrastes? (No). No, no tienen nada que ver. Solo debemos enfocarnos en creer en Dios, no tenemos nada que ver con ellos. Ya sean reyes o bandidos, le pertenecen a Satanás y serán destruidos. Solo tenemos que seguir a Dios con todo nuestro corazón, rebelarnos eternamente contra Satanás y acompañar únicamente a Dios. Eso es lo correcto.

He dado un ejemplo de conocimiento y experiencia, así que ahora deberíais tener una comprensión más precisa de estas cosas. ¿De qué sirve hablar sobre ellas? Por un lado, con el fin de permitirte utilizar estos hechos y ejemplos para discernir a los anticristos y también para reconocer en ti mismo ese aspecto del carácter de los anticristos. Por otro lado, ¿acaso este tipo de discusión no puede frenar a algunas personas y evitar que actúen de manera imprudente? (Sí). En el pasado, a la hora de llevar a cabo su deber, ciertas personas eran propensas a depender de la experiencia y de modos anticuados y se aferraban a sus propias maneras de actuar, con lo que trastornaban y perturbaban la obra de la casa de Dios, que, en consecuencia, se encargó de ellas. Ellas valoraban sus prácticas y su experiencia anticuadas por encima de todo y nunca tenían en cuenta las cuestiones más importantes: lo que Dios había dicho o exigido a la gente o cómo ceñirse a los principios-verdad. También se aferraban tercamente a sus prácticas obsoletas y además usaban una lógica absurda como fundamento: “Siempre lo hemos hecho así”, “En el lugar de donde venimos, siempre se ha hecho de esta manera. Así es como lo hacían nuestros ancestros”. ¿Por qué siempre resaltaban este tipo de cosas? Esto demostraba que no aceptaban cosas nuevas, que no aceptaban la verdad. No podían ver con claridad la torpeza, el atraso y la ridiculez de esas maneras anticuadas. No eran conscientes de que hay nuevas formas de hacer las cosas, formas más avanzadas, más precisas y más apropiadas. Siempre se mantenían fieles a sus maneras desfasadas; se apoyaban en su antigua experiencia y creían que eran muy avanzadas, que estaban practicando la verdad. ¿No son personas absurdas? “Siempre se ha hecho así en el lugar de donde somos”, “La manera en que lo hice antes”, “Siempre lo hemos hecho así”… ¿Acaso esas antiguas costumbres, esos arcaísmos, pueden reemplazar los principios-verdad? ¿Acaso si alguien actúa de manera anticuada significa que está practicando la verdad? Esas personas no entendían ni una sola cosa ni podían ver nada con claridad. ¿No son unos dinosaurios al aferrarse a las antiguas costumbres y ser tan obstinadas? ¡Es demasiado difícil para las personas así aceptar la verdad! Dime, independientemente de que algo sea nuevo o antiguo, ¿cómo lo abordas? ¿Cómo te ocupas de ello? ¿En qué te basas para hacerlo? Si cada uno tiene solo una cantidad limitada de conocimiento sobre una cosa, ¿cómo la abordas de una manera que sea correcta y que concuerde con los principios? Primero, debes preguntarle a alguien que tenga cierta experiencia en el tema. Siempre que encuentres a alguien experto, tendrás una senda. Si no lo encuentras, puedes resolver el problema completamente conectándote a internet para buscar consejo o información. Y mientras buscas, aún debes seguir orando a Dios y acudiendo a Él; permite que Él abra un camino. ¿Cómo llamamos a esto? Los llamamos los principios de práctica. Algunos de vosotros pensáis en vuestro interior: “Soy un profesional en este ámbito y tengo una gran cantidad de experiencia. Incluso he recibido premios por hacerlo, por lo que tengo este capital. Dado que este trabajo se me ha encargado a mí, soy yo quien está a cargo. Tengo la autoridad de tomar decisiones y todo depende de mí. Todos deben seguir mis órdenes y obedecerme. Nada de lo que otros digan importa, ¡y quienquiera que no esté de acuerdo conmigo debe callarse!”. ¿Es correcta esta manera de pensar? Definitivamente no lo es. Tu actitud y el carácter que estás revelando son problemáticos. En tu corazón crees que aceptar esta comisión te da derecho a ejercer poder. Quieres tomar las decisiones y no permites que nadie más opine. Es como si no necesitaras un compañero de trabajo o que todos expresaran su opinión; todo se hace de acuerdo con lo que tú dices, todo depende de ti. ¿Qué tipo de carácter es este? ¿No es demasiado arrogante y carente de razón? Este es el carácter de un anticristo. Puede que tengas un calibre un poco mejor que otras personas, puede que tengas cierta percepción y un poco de experiencia en el asunto; sin embargo, hay una cosa que debes tener clara: ninguna de esas cosas que posees es la verdad. Si te crees alguien con mejor calibre, alguien que tiene algo de percepción, de talento, alguien que posee un poco de conocimiento, y consideras que esas cosas son la verdad y crees que tú eres la verdad y que todos deben seguir tus órdenes y obedecer tus disposiciones, ¿no es ese el carácter de un anticristo? Si realmente haces las cosas de esta manera, entonces no eres nada menos que un anticristo. ¿Qué tiene de malo considerar que tus dones son la verdad? El calibre, la percepción, los talentos y el conocimiento que posees no son malos. Entonces, ¿qué estamos diseccionando aquí? Lo que estamos diseccionando es tu carácter, el carácter corrupto que subyace a esas cosas; un carácter arrogante, sentencioso. Cuando consideras que tus dones son la verdad, crees que tienes la verdad porque posees dichos dones. Reemplazas la verdad por tales dones. Así que, ¿qué tipo de carácter es este? ¿No es ese el carácter de un anticristo? Todos los anticristos consideran que sus pensamientos, sus aprendizajes, sus dones y sus talentos son la verdad. Creen que al poseer esos dones poseen la verdad. Por ello demandan que otros los obedezcan, sigan sus órdenes y se sometan a su poder. Ahí es donde se equivocan los anticristos. ¿Tú realmente posees la verdad? No tienes una verdadera comprensión de Dios ni un corazón temeroso de Él; mucho menos eres una persona que se somete a Él, y no posees la verdad en lo más mínimo; sin embargo, eres arrogante, vanidoso y sentencioso. Te crees que posees la verdad y que otros deben obedecerte y seguir tus órdenes. Eres un auténtico anticristo.

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