577 Ofrece tu cuerpo y tu mente para cumplir la comisión de Dios
Ⅰ
Como miembros de la raza humana,
como cristianos devotos,
es nuestra obligación y responsabilidad
ofrecer nuestros cuerpos y mentes
para cumplir la comisión de Dios.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Ⅱ
Si nuestras mentes y cuerpos no son
para la justicia o la comisión de Dios
seremos indignos de los mártires
que murieron en pos de ella,
y aún más indignos de Dios, que nos ha provisto todo.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Porque todo nuestro ser vino de Dios
y existe gracias a Su soberanía.
Adaptado de La Palabra, Vol. 1. La aparición y obra de Dios. Apéndice II: Dios preside el destino de toda la humanidad