166 Conozcamos la belleza de Dios

Los hermanos y hermanas de esta tierra de inmundicia

estamos perseguidos por el gran dragón rojo.

Hemos acabado odiándolo.

Impide nuestro amor por Dios

y atrae nuestra codicia para futuros planes.


Nos tienta a ser negativos, a resistirnos a Dios.

Nos ha engañado, corrompido y devastado hasta ahora,

hasta el punto de ser incapaces de devolver el amor de Dios.


Que Dios nos ilumine, para conocer Su belleza,

amar a nuestro Dios con todo el corazón,

y mostrar ese amor en diferentes aspectos.

Que Dios nos otorgue corazones firmes de amor por Él.

Es lo que Dios espera, es lo que Dios espera,

es lo que Dios espera.


Tenemos el impulso en nuestros corazones,

pero muy a nuestro pesar, no podemos hacer nada.

Todos somos sus víctimas.

Por eso, odiamos al dragón rojo profundamente,

y sólo podemos esperar que Dios lo destruya.


Deberíamos dedicar nuestro corazón

a hacer la voluntad de Dios, que es amar a Dios.

Esa es la senda que deberíamos recorrer.

Así deberíamos pasar nuestra vida.

Tomando como meta hacer la voluntad de Dios,

y viviendo una vida llena de sentido.


Que Dios nos ilumine, para conocer Su belleza,

amar a nuestro Dios con todo el corazón,

y mostrar ese amor en diferentes aspectos.

Que Dios nos otorgue corazones firmes de amor por Él.

Es lo que Dios espera, es lo que Dios espera,

es lo que Dios espera.


Y así podremos morir sin remordimientos,

con un corazón lleno de satisfacción y consuelo.

¿Eres alguien con ese propósito?


Que Dios nos ilumine, para conocer Su belleza,

amar a nuestro Dios con todo el corazón,

y mostrar ese amor en diferentes aspectos.

Que Dios nos otorgue corazones firmes de amor por Él.

Es lo que Dios espera.

Que Dios nos ilumine, para conocer Su belleza,

amar a nuestro Dios con todo el corazón,

y mostrar ese amor en diferentes aspectos.

Que Dios nos otorgue corazones firmes de amor por Él.

Es lo que Dios espera, es lo que Dios espera,

es lo que Dios espera, es lo que Dios espera.

Anterior: 165 La mancha eterna

Siguiente: 167 Con el amor de Dios, no tengo nada que temer

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

Contenido relacionado

Ajustes

  • Texto
  • Temas

Colores lisos

Temas

Fuente

Tamaño de fuente

Interlineado

Interlineado

Ancho de página

Índice

Buscar

  • Buscar en este texto
  • Buscar en este libro

Conéctate con nosotros en Messenger