Palabras diarias de Dios: La aparición y la obra de Dios | Fragmento 66

Yo gobierno en el reino, y, aún más, Yo gobierno en el universo entero; soy tanto el Rey del reino como el líder del universo. A partir de ahí, voy a reunir a todos los que no son los elegidos y comenzaré Mi obra entre los gentiles, y anunciaré Mis decretos administrativos a todo el universo, a fin de poderme embarcar satisfactoriamente en el siguiente paso de Mi obra. Utilizaré el castigo para difundir Mi obra entre los gentiles, lo que quiere decir que usaré la fuerza contra todos aquellos que son gentiles. Naturalmente, esta obra se llevará a cabo al mismo tiempo que Mi obra entre los elegidos. Cuando Mi pueblo gobierne y ejerza el poder en la tierra, también será el día en que todas las personas en la tierra hayan sido conquistadas, y, adicionalmente, llegará el momento para Mi descanso, y sólo entonces me presentaré ante todos los que han sido conquistados. Me presento ante el reino santo y me oculto de la tierra de la inmundicia. Todos los que hayan sido conquistados y se hayan vuelto obedientes a Mí, podrán ver Mi rostro con sus propios ojos, y oír Mi voz con sus propios oídos. Esta es la bendición para aquellos que nazcan en los últimos días, esta es la bendición predestinada por Mí, y ningún hombre la puede alterar. Hoy obro de esta manera por el bien de la obra del futuro. Toda Mi obra está interrelacionada, en toda ella hay una llamada y una respuesta: nunca se ha detenido ningún paso repentinamente, y nunca un paso ha sido llevado a cabo en forma independiente de cualquier otro. ¿No es esto así? ¿No es la obra del pasado la fundación del trabajo de hoy? ¿No son las palabras del pasado las precursoras de las palabras de hoy? ¿No son los pasos del pasado el origen de los pasos de hoy? Cuando Yo formalmente abra el rollo de pergamino será cuando la gente en todo el universo ha de ser castigada, será cuando la gente en todo el mundo ha de ser sometida a pruebas, y será el clímax de Mi obra; todas las personas viven en una tierra sin luz, y todas las personas viven en medio de la amenaza de su entorno. En otras palabras, es la vida que el hombre nunca ha experimentado desde el momento de la creación hasta el momento presente, y nadie a lo largo de los siglos ha “disfrutado” jamás este tipo de vida, y por eso digo que hago un trabajo que nunca antes ha sido hecho. Este es el verdadero estado de las cosas, y este es el significado interno. Debido a que Mi día se acerca en toda la humanidad, porque ya no parece distante, sino que ya se encuentra directamente frente a los ojos del hombre, ¿quién no podría sentir temor como resultado? ¿Y quién no podría deleitarse en esto? La inmunda ciudad de Babilonia finalmente ha llegado a su fin; el hombre se ha encontrado con un mundo completamente nuevo, y el cielo y la tierra han sido cambiados y renovados.

Cuando me presente ante todas las naciones y todos los pueblos, las nubes blancas se agitarán en el cielo y me envolverán. También cantarán las aves en la tierra y bailarán con alegría para Mí acentuando la atmósfera de la tierra, y por tanto causarán que todas las cosas en la tierra cobren vida, que ya no se “sedimenten”, sino que, al contrario, vivan en medio de una atmósfera de vitalidad. Cuando estoy en medio de las nubes, el hombre percibe vagamente Mi rostro y Mis ojos, y en este momento siente un poco de miedo. En el pasado, él ha escuchado registros históricos sobre Mí por medio de leyendas, y como resultado él sólo cree la mitad sobre Mí, y de la otra mitad duda. Él no sabe dónde estoy, o cuán grande es Mi rostro, ¿es tan ancho como el mar, o tan inmenso como los pastos verdes? Nadie conoce estas cosas. Sólo cuando el hombre ve Mi rostro entre las nubes hoy, es cuando el hombre siente que ese Yo de la leyenda es real, y de esta manera se vuelve un poco más favorable hacia Mí, y es sólo a causa de Mis acciones que su admiración por Mí es un poco mayor. Pero el hombre aún no me conoce, y sólo ve una parte de Mí en las nubes. A partir de entonces, extiendo Mis brazos y se los muestro al hombre. El hombre está sorprendido y cubre con las manos su boca, profundamente temeroso de ser derribado por Mi mano, y así, añade un poco de reverencia a su admiración. El hombre fija su mirada sobre cada uno de Mis movimientos, con un profundo temor de que sea derribado por Mí cuando él no esté prestando atención, sin embargo, ser observado por el hombre no me restringe, y continúo haciendo la obra que está en Mis manos. Es sólo en todas las obras que realizo que el hombre siente algún aprecio hacia Mí, y por tanto se acerca poco a poco a Mi presencia para asociarse conmigo. Cuando Mi totalidad sea revelada al hombre, el hombre verá Mi rostro y, a partir de ese momento, ya no me ocultaré ni me esconderé ante el hombre. Por todo el universo, apareceré públicamente ante todos, y todos los que sean de carne y hueso contemplarán todas Mis obras. Todos los que sean del espíritu, con seguridad vivirán en paz en Mi hogar, y sin duda disfrutarán de maravillosas bendiciones junto a Mí. Todos por quienes me preocupo con seguridad escaparán del castigo, y con certeza evitarán el dolor del espíritu y la agonía de la carne. Apareceré públicamente ante toda la gente, gobernaré y ejerceré poder, para que el hedor de los cadáveres ya no impregne el universo; en vez de ello, Mi nítida fragancia se extenderá por el mundo entero; porque Mi día se acerca, el hombre está despertando, todo sobre la tierra está en orden, y ya han pasado los días de sobrevivencia de la tierra, ¡porque Yo he llegado!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 29

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