Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo (Parte 2)

Aquellos quienes llevan a sus hijos y a sus parientes totalmente incrédulos a la iglesia son demasiado egoístas y muestran su buena intención. Estas personas sólo recalcan el amor sin tomar en cuenta si creen o si es la voluntad de Dios. Algunos llevan a sus esposas delante de Dios o llevan a sus padres delante de Dios, e independientemente de si el Espíritu Santo está de acuerdo o lleva a cabo Su obra, a ciegas “adoptan personas talentosas” para Dios. ¿Qué beneficio se puede obtener de extender esta buena intención hacia estas personas que no creen? Incluso si estos incrédulos que están sin la presencia del Espíritu Santo luchan por seguir a Dios, todavía no pueden ser salvados como alguien creería que pueden. Aquellos quienes reciben la salvación en realidad no son tan fáciles de ganar. Aquellos quienes no han experimentado la obra del Espíritu Santo y las pruebas, y no han sido perfeccionados por Dios encarnado, no pueden ser completados en absoluto. Por lo tanto, a estas personas les falta la presencia del Espíritu Santo desde el momento cuando comienzan a seguir a Dios sólo de nombre. De acuerdo con sus condiciones y estados actuales, simplemente no pueden ser completadas. Así que, el Espíritu Santo no decide dedicar mucha energía en ellas ni les provee ningún esclarecimiento ni las guía de ningún modo; Él sólo les permite continuar y en última instancia revela sus resultados, esto es suficiente. El entusiasmo y las intenciones del hombre provienen de Satanás y de ninguna manera pueden completar la obra del Espíritu Santo. No importa qué clase de persona sea alguien, se debe tener la obra del Espíritu Santo, ¿puede una persona completar a una persona? ¿Por qué un esposo ama a su esposa? ¿Y por qué una esposa ama a su esposo? ¿Por qué los hijos son obedientes a sus padres? ¿Y por qué los padres miman a sus hijos? ¿Qué clase de intenciones realmente albergan las personas? ¿No es con el fin de satisfacer los planes propios y los deseos egoístas? ¿Realmente es para el plan de gestión de Dios? ¿Es para la obra de Dios? ¿Es para cumplir con el deber de una criatura? Aquellos quienes primero creyeron en Dios y no pudieron obtener la presencia del Espíritu Santo, nunca pueden obtener la obra del Espíritu Santo; se ha determinado que estas personas van a ser destruidas. No importa cuánto amor tenga uno por ellas, esto no puede reemplazar la obra del Espíritu Santo. El entusiasmo y el amor del hombre representan las intenciones del hombre, pero no pueden representar las intenciones de Dios y no pueden reemplazar la obra de Dios. Incluso si se extiende la mayor cantidad de amor o piedad posibles hacia esas personas que sólo de nombre creen en Dios y pretenden seguirlo, pero que no saben lo que es creer en Dios, ni siquiera así obtendrán la simpatía de Dios ni obtendrán la obra del Espíritu Santo. Incluso si la gente que con sinceridad sigue a Dios es de bajo calibre y no puede entender muchas verdades, puede todavía obtener ocasionalmente la obra del Espíritu Santo, pero los que son más bien de buen calibre pero no creen sinceramente, simplemente no pueden obtener la presencia del Espíritu Santo. Simplemente no hay posibilidad de salvación para estas personas. Incluso si leen o de vez en cuando escuchan los mensajes o cantan alabanzas a Dios, al final no podrán permanecer durante el tiempo del reposo. Que una persona busque con sinceridad no es algo determinado por la forma cómo los demás la juzguen o cómo la gente a su alrededor la vea, sino por cómo el Espíritu Santo obra en ella y si ella tiene la presencia del Espíritu Santo, y todo esto se determina más por si su carácter cambia y por si tiene el conocimiento de Dios después de experimentar la obra del Espíritu Santo por un cierto periodo; si el Espíritu Santo obra en una persona, el carácter de esta persona cambiará gradualmente y su punto de vista de creer en Dios poco a poco se hará más pura. Sin importar por cuánto tiempo siga a Dios, mientras haya cambiado, esto quiere decir que el Espíritu Santo obra en ella. Si no ha cambiado, esto quiere decir que el Espíritu Santo no obra en ella. Incluso si estas personas prestan algún servicio, sus intenciones las incitan a obtener una buena fortuna. Un servicio ocasional no puede reemplazar un cambio en su carácter. Finalmente ellas serán destruidas, porque no se necesita que ellas presten servicio dentro del reino, ni tampoco se necesita a nadie, cuyo carácter no haya cambiado, que preste servicio a aquellas personas que han sido perfeccionadas y que son fieles a Dios. Esas palabras del pasado, “Cuando alguien cree en el Señor, la fortuna le sonríe sobre toda su familia”, son adecuadas para la Era de la Gracia, pero no tienen conexión con el destino del hombre. Sólo fueron apropiadas para una etapa durante la Era de la Gracia. El significado implícito de estas palabras se dirige a la paz y las bendiciones materiales que la gente goza; no quieren decir que toda la familia de quien cree en el Señor va a ser salvada ni tampoco quieren decir que cuando se tiene buena fortuna, toda su familia también será traída al reposo. Que se reciban bendiciones o se sufran desgracias se determina de acuerdo a la esencia de alguien, y no se determina de acuerdo a la esencia común que se comparte con otros. El reino sencillamente no tiene esta clase de dicho o esta clase de regla. Si alguien es al final capaz de sobrevivir es porque ha cumplido los requisitos de Dios, y si alguien es al final incapaz de quedarse durante el tiempo del reposo, es porque esta persona es desobediente a Dios y no ha satisfecho los requisitos de Dios. Todos tienen un destino congruente. Estos destinos se determinan de acuerdo a la esencia de cada persona y no tienen nada que ver con las demás. La conducta malvada de un hijo o una hija no se les puede transferir a sus padres, y la justicia de un hijo o una hija no se puede compartir con sus padres. La conducta malvada de uno de los padres no se les puede transferir a sus hijos, y la justicia de uno de los padres no la puede compartir con sus hijos. Cada quien lleva sus respectivos pecados y cada quien goza su respectiva fortuna. Nadie puede sustituir a otro. Esto es justicia. En la opinión del hombre, si los padres tienen buena fortuna, también sus hijos, y si los hijos hacen el mal, sus padres deben expiar por sus pecados. Esta es la perspectiva del hombre y la forma en la que el hombre hace las cosas. No es la perspectiva de Dios. El resultado de cada quien se determina de acuerdo a la esencia que surge de su conducta y siempre se determina con propiedad. Nadie puede llevar los pecados de otro; más aún, nadie puede recibir castigo en lugar de otro. Esto es incuestionable. El cuidado cariñoso de uno de los padres por sus hijos o hijas no quiere decir que puede hacer obras justas en lugar de sus hijos, ni el afecto obediente de un hijo o hija a sus padres quiere decir que puede hacer obras justas en lugar de sus padres. Este es el verdadero significado detrás de las palabras, “Habrá dos personas en el campo; se tomará una y se dejará la otra. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; se tomará una y se dejará la otra”. Nadie puede llevar a sus hijos malhechores al reposo sobre la base de su profundo amor por sus hijos ni tampoco puede llevar a su esposa (o esposo) al descanso sobre la base de su propia conducta justa. Esta es una norma administrativa; no puede haber excepciones para nadie. Los hacedores de justicia son hacedores de justicia y los malhechores son malhechores. Los hacedores de justicia van a poder sobrevivir y los malhechores van a ser destruidos. Los santos son santos; no son inmundos. Los inmundos son inmundos y no tienen ni una sola parte santa. Todas las personas malvadas serán destruidas y todas las personas justas sobrevivirán incluso si los hijos de un malhechor hacen obras justas e incluso si los padres de una persona justa hacen obras malvadas. No existe relación entre un esposo creyente y una esposa incrédula y no existe relación entre los hijos creyentes y los padres incrédulos. Son dos clases incompatibles. Antes de entrar al reposo, se tienen parientes físicos, pero una vez que se ha entrado en el reposo, ya no se tienen parientes físicos de los cuales hablar. Los que cumplen su deber y los que no son enemigos; los que aman a Dios y los que odian a Dios se oponen entre sí. Los que entran en el reposo y los que han sido destruidos son dos clases incompatibles de criaturas. Las criaturas que cumplen su deber podrán sobrevivir y las criaturas que no cumplen su deber serán destruidas; lo que es más, esto durará por la eternidad. ¿Amas a tu esposo con el fin de cumplir tu deber como criatura? ¿Amas a tu esposa con el fin de cumplir tu deber como criatura? ¿Eres sumiso a tus padres incrédulos con el fin de cumplir tu deber como criatura? La opinión del hombre en cuanto a creer en Dios, ¿es correcta o no? ¿Por qué crees en Dios? ¿Qué quieres ganar? ¿Cómo amas a Dios? Los que no pueden cumplir con su deber como criaturas, y no pueden hacer un esfuerzo completo, van a ser destruidos. Las personas hoy en día tienen relaciones físicas entre ellas así como asociaciones de sangre, pero después todo esto se hará pedazos. Creyentes e incrédulos no son compatibles sino que más bien se oponen entre sí. Los que están en el reposo creen que hay un Dios y son obedientes a Dios. Los que son desobedientes a Dios habrán sido todos destruidos. Las familias ya no existirán sobre la tierra; ¿cómo podría haber padres o hijos o relaciones entre esposos y esposas? ¡La misma incompatibilidad entre la creencia y la incredulidad habrá roto estas relaciones físicas!

En un principio no hubo familias entre la humanidad, sólo hombre y mujer, dos clases de personas. No había países, por no decir nada de familias, pero debido a la corrupción del hombre, se organizaron en clanes individuales todo tipo de personas, desarrollándose más tarde en países y naciones. Estos países y naciones estaban constituidos por pequeñas familias individuales y de esta manera todos los tipos de personas fueron distribuidos entre varias razas de acuerdo a las diferencias en el idioma y las fronteras divisorias. De hecho, independientemente de cuántas razas haya en el mundo, la humanidad sólo tiene un antepasado. En el principio sólo hubo dos clases de personas y estas dos clases fueron hombre y mujer. Sin embargo, debido al progreso de la obra de Dios, el transcurrir de la historia y los cambios geográficos, en diversos grados estas dos clases de personas se desarrollaron en más clases de personas. En última instancia, independientemente del número de razas de los que consista la humanidad, toda la humanidad sigue siendo la creación de Dios. No importa a qué raza pertenezcan las personas, todas son Sus criaturas; todas son descendientes de Adán y Eva. Aunque las manos de Dios no los hayan formado, son los descendientes de Adán y Eva a quienes Dios creó personalmente. No importa a qué clase las personas pertenezcan, todas son Sus criaturas; ya que pertenecen a la humanidad, a la que Dios creó, su destino es el que la humanidad debe tener y están divididas de acuerdo a las reglas que organizan a la humanidad. Es decir, los malhechores y los justos son, después de todo, criaturas. Las criaturas que hacen el mal al final serán destruidas y las criaturas que hacen obras justas sobrevivirían. Esta es la disposición más propia para estas dos clases de criaturas. Los malhechores no pueden, por su desobediencia, negar que son creación de Dios pero que Satanás los ha despojado y que, por lo tanto, no pueden ser salvos. Las criaturas con una conducta justa no pueden confiar en el hecho de que van a sobrevivir para negar que Dios los ha creado pero que han recibido la salvación después de que Satanás los corrompió. Los malhechores son criaturas que son desobedientes a Dios; son criaturas que no pueden ser salvas y que Satanás ha despojado completamente. Las personas que hacen el mal también son personas; son personas que se han corrompido al extremo y son personas que no pueden ser salvas. Así como también son criaturas, las personas de una conducta justa también han sido corrompidas, pero son personas que están dispuestas a liberarse de su carácter corrupto y son capaces de obedecer a Dios. Las personas de conducta justa no rebosan de justicia; más bien, han recibido la salvación y han sido liberados de su carácter corrupto para obedecer a Dios; al final se mantendrán firmes, pero esto no quiere decir que Satanás no las ha corrompido. Después de que termine la obra de Dios, entre todas Sus criaturas, habrá aquellos quienes serán destruidos y aquellos quienes sobrevivirán. Esta es una tendencia inevitable de Su obra de gestión. Nadie puede negar esto. Los malhechores no pueden sobrevivir; los que obedecen y siguen a Dios hasta el final sin duda van a sobrevivir. Como esta obra es la de la gestión de la humanidad, habrá aquellos quienes permanecerán y aquellos quienes serán eliminados. Estos son resultados diferentes para diferentes clases de personas y estas son las disposiciones más apropiadas para Sus criaturas. La disposición final de Dios para la humanidad es dividir destruyendo familias, destruyendo naciones y destruyendo fronteras nacionales. Es una sin familias y sin fronteras nacionales, porque el hombre viene, después de todo, de un solo antepasado y es creación de Dios. En resumen, las criaturas malhechoras serán destruidas y las criaturas que obedecen a Dios sobrevivirán. De esta manera, no habrá familias ni países y sobre todo no habrá naciones en el reposo del futuro; esta clase de humanidad es la clase más santa de la humanidad. Adán y Eva fueron creados en el principio para que el hombre se hiciera cargo de todas las cosas en la tierra; en el principio el hombre era el amo de todas las cosas. La intención de Jehová al crear al hombre fue permitirle al hombre existir sobre la tierra y que también cuidara de todas las cosas sobre ella, porque el hombre originalmente no había sido corrompido y también era incapaz de hacer el mal. Sin embargo, después de que el hombre se corrompió, ya no fue el cuidador de todas las cosas. Y el fin de la salvación de Dios es restaurarle al hombre esta función, restaurar la razón original del hombre y su obediencia original; la humanidad en el reposo será el retrato del resultado que Su obra de salvación espera alcanzar. Aunque ya no será una vida como la del jardín del Edén, su esencia será la misma; la humanidad no seguirá siendo meramente su anterior ser incorrupto, sino más bien una humanidad que fue corrompida y que después recibió la salvación. Estas personas que han recibido la salvación, al final (es decir, después de que haya terminado Su obra) entrarán en el reposo. De igual manera, los resultados de los que han sido castigados también serán revelados totalmente al final y sólo van a ser destruidos después de que Su obra haya terminado. Esto quiere decir que después de que Su obra esté terminada, aquellos malhechores y aquellos que han sido salvados todos ellos se pondrán de manifiesto, porque la obra de poner de manifiesto a todas las clases de personas (independientemente de si son los malhechores o los salvados) se llevará a cabo sobre todas las personas de manera simultánea. Los malhechores serán eliminados y los que permanezcan serán puestos de manifiesto simultáneamente. Por lo tanto, los resultados de todas las clases de personas se pondrán de manifiesto de manera simultánea. Él no va a permitir que primero un grupo de las personas que han sido salvadas entre al reposo antes de hacer a un lado a los malhechores y juzgarlos o castigarlos un poco a la vez; la verdad no es en realidad así. Cuando los malhechores sean destruidos y los que puedan sobrevivir entren en el reposo, Su obra en todo el universo habrá terminado. No habrá ningún orden de prioridad entre los que reciben las bendiciones y los que sufren la desgracia; los que reciben las bendiciones vivirán eternamente y los que sufren la desgracia perecerán por toda la eternidad. Estos dos pasos de la obra se terminarán de manera simultánea. Es precisamente porque hay personas desobedientes que la justicia de esas personas obedientes será puesta de manifiesto, y es precisamente porque hay aquellos quienes han recibido las bendiciones que la desgracia sufrida por esos malhechores por su conducta malvada será puesta de manifiesto. Si Dios no pusiera de manifiesto a los malhechores, esas personas que con sinceridad obedecen a Dios nunca verían el sol; si Dios no llevara a un destino conveniente a los que lo obedecen, los que son desobedientes a Dios no podrían recibir su retribución merecida. Este es el proceso de Su obra. Si Él no llevara a cabo esta obra de castigar el mal y recompensar el bien, Sus criaturas nunca podrían entrar en sus destinos respectivos. Una vez que la humanidad haya entrado en el reposo, los malhechores serán destruidos, toda la humanidad entrará en el camino correcto y cada clase de persona estará con los de su propia especie de acuerdo a las funciones que deba llevar a cabo. Sólo esto será el día del reposo de la humanidad y la tendencia inevitable para el progreso de la humanidad, y sólo cuando la humanidad entre en el reposo el gran y último logro de Dios alcanzará la culminación; esto será la coda de Su obra. Esta obra terminará con toda la vida física decadente de la humanidad y terminará con la vida de la humanidad corrupta. A partir de aquí la humanidad entrará en un nuevo reino. Aunque el hombre lleva una existencia física, hay diferencias importantes entre la esencia de su vida y la esencia de la vida de la humanidad corrupta. La relevancia de su existencia y la relevancia de la existencia de la humanidad corrupta también son diferentes. Aunque esta no es la vida de una nueva clase de persona, se puede decir que es la vida de una humanidad que ha recibido la salvación y una vida con una humanidad y una razón recuperadas. Estas son personas que alguna vez fueron desobedientes a Dios, a las que Dios una vez conquistó y después salvó; estas son personas que humillaron a Dios y después dieron testimonio de Él. Su existencia, después de sufrir y sobrevivir a Sus pruebas, es la más significativa; son personas que dieron testimonio de Dios delante de Satanás; son personas que son aptas para vivir. Los que van a ser destruidos son personas que no pueden dar testimonio de Dios y no son aptas para vivir. Su destrucción se deberá a su conducta malvada y la destrucción es su mejor destino. Cuando el hombre entre después en el buen reino, no existirá ninguna de las relaciones entre esposo y esposa, entre padre e hija o entre madre e hijo que el hombre imagina que encontrará. En ese tiempo, el hombre seguirá a los de su propia especie y la familia ya habrá sido destruida. Al haber fracasado por completo, Satanás nunca más volverá a molestar a la humanidad y el hombre ya no va a tener un carácter satánico corrupto. Aquellas personas desobedientes ya habrán sido destruidas y sólo aquellas personas obedientes sobrevivirán. Y de este modo muy pocas familias sobrevivirán intactas; ¿cómo podrían todavía existir las relaciones físicas? La vida física pasada del hombre se prohibirá totalmente, ¿cómo podrían todavía existir las relaciones físicas entre las personas? Sin el carácter satánico corrupto, la vida de las personas ya no será la vieja vida del pasado sino una nueva vida. Los padres perderán hijos y los hijos perderán padres. Los esposos perderán esposas y las esposas perderán esposos. Las personas hoy tienen relaciones físicas entre ellas. Cuando todas hayan entrado en el reposo ya no habrá más relaciones físicas. Sólo esa humanidad tendrá justicia y santidad; sólo esa humanidad será la que adore a Dios.

Dios creó a la humanidad, la colocó sobre la tierra y la guió hasta el día de hoy. Él después salvó a la humanidad y sirvió como una ofrenda por el pecado para la humanidad. Al final Él aún debe conquistar a la humanidad, salvar por completo a la humanidad y restaurarla a su semejanza original. Esta es la obra a la que Él se ha dedicado desde el principio hasta el final, restaurando al hombre a su imagen original y a su semejanza original. Él establecerá Su reino y restaurará la semejanza original del hombre, lo que significa que restaurará Su autoridad sobre la tierra y restaurará Su autoridad entre toda la creación. El hombre perdió su corazón que teme a Dios después de que Satanás lo corrompió y perdió la función que debería tener una de las criaturas de Dios, convirtiéndose en un enemigo desobediente a Dios. El hombre vivió bajo el dominio de Satanás y siguió las órdenes de Satanás; en consecuencia, Dios no tuvo manera de obrar entre Sus criaturas, y menos pudo ganar el temor de Sus criaturas. Dios creó al hombre y este debe adorar a Dios, pero el hombre en realidad le dio la espalda a Dios y adoró a Satanás. Satanás se convirtió en ídolo en el corazón del hombre. De esta manera Dios perdió Su posición en el corazón del hombre, lo que quiere decir que Él perdió la relevancia de Su creación del hombre, y para restaurar la relevancia de Su creación del hombre Él debe restaurar la semejanza original del hombre y desechar del hombre su carácter corrupto. Para rescatar al hombre de Satanás, debe salvar al hombre del pecado. Sólo de esta manera puede poco a poco restaurar la semejanza original del hombre y restaurar la función original del hombre y al final restaurar Su reino. La destrucción final de esos hijos de desobediencia también va a ser llevada a cabo con el fin de permitirle al hombre adorar mejor a Dios y vivir mejor sobre la tierra. Ya que Dios creó al hombre, Él hará que el hombre lo adore; ya que desea restaurar la función original del hombre, la va a restaurar por completo y sin ninguna adulteración. Restaurar Su autoridad quiere decir hacer que el hombre lo adore y hacer que el hombre lo obedezca; quiere decir que Él va a hacer que el hombre viva por Él y que perezcan Sus enemigos debido a Su autoridad; quiere decir que hará que hasta la última parte de Él continúe entre la humanidad sin ninguna resistencia por parte del hombre. El reino que anhela establecer es Su propio reino. La humanidad que espera es una que lo adore y lo obedezca por completo y tenga Su gloria. Si no salva a la humanidad corrupta, la relevancia de Su creación del hombre quedará en nada; no tendrá más autoridad entre los hombres y Su reino ya no será capaz de existir en la tierra. Si no destruye a esos enemigos que le son desobedientes, no podrá obtener toda Su gloria ni tampoco podrá establecer Su reino sobre la tierra. Estos son los símbolos de la terminación de Su obra y los símbolos de la terminación de Su gran logro: destruir completamente a aquellos entre la humanidad que lo desobedecen y llevar al reposo a los que han sido perfeccionados. Cuando la humanidad haya sido restaurada a su semejanza original, cuando la humanidad pueda cumplir sus deberes respectivos, guardar su sitio y obedecer todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y aquellos quienes se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear al hombre; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, Su autoridad entre todas las cosas y Su autoridad entre Sus enemigos. Estos son los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y entrará en una vida que sigue el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con el hombre y entrará en una vida eterna que compartirán Dios y el hombre. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra desaparecerán como lo harán los lamentos sobre la tierra. Todo lo que sobre la tierra se opone a Dios no existirá. Sólo Dios y esas personas que Él ha salvado permanecerán; sólo Su creación permanecerá.

Las citas de la Biblia en este artículo han sido traducidas de AKJV.

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