Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 421

Para acudir ante Dios y aceptar Sus palabras como tu vida propia, debes estar primero en paz delante de Dios. Solo cuando estás en paz ante Dios, Él te esclarecerá y te dará conocimiento. Cuanta más paz tengan las personas delante de Él, más capaces serán de recibir Su esclarecimiento y Su iluminación. Todo esto requiere que las personas tengan piedad y fe. Solo así pueden ser perfeccionadas. La lección fundamental para entrar en la vida espiritual es estar en paz en presencia de Dios. Solo si estás en paz en presencia de Dios, tu entrenamiento espiritual será efectivo. Si tu corazón no puede estar en paz ante Dios, no podrás recibir la obra del Espíritu Santo. Si tu corazón está en paz delante de Dios, independientemente de lo que estés haciendo, eres alguien que vive en presencia de Dios. Si tu corazón está en paz delante de Dios y se acerca a Él, no importa lo que estés haciendo, esto demuestra que eres una persona que está en paz delante de Dios. Si, cuando hablas con los demás, o cuando caminas, eres capaz de afirmar: “Mi corazón se está acercando a Dios, no está centrado en las cosas externas, y puedo estar en paz delante de Dios”, entonces eres una persona que está en paz delante de Dios. No te involucres en cosas que puedan atraer tu corazón a asuntos externos o con personas que puedan separar tu corazón de Dios. Deja a un lado cualquier cosa que pueda distraer tu corazón de estar cerca de Dios, o mantente alejado de ellas. Esto es más beneficioso para tu vida. Ahora es precisamente el momento para la gran obra del Espíritu Santo, la hora en que Dios está perfeccionando personalmente a las personas. Si, en este momento, no puedes estar en paz delante de Dios, entonces no eres alguien que regresará ante Su trono. Si persigues otras cosas en vez de a Dios, no habrá manera de que seas perfeccionado por Él. Los que pueden escuchar tales declaraciones de Dios, pero no pueden estar en paz ante Él en el presente, son personas que no aman la verdad ni a Dios. Si no quieres ofrecerte en este momento, ¿a qué esperas? Ofrecerse a sí mismo es acallar el corazón ante Dios. Esta sería una ofrenda sincera. Quienquiera que ofrezca su corazón a Dios de verdad, ahora puede ser ciertamente completado por Dios. Nada, sea lo que sea, puede perturbarte, sea para podarte o tratarte, o sea que te encuentres con la frustración o con el fracaso; tu corazón debería estar siempre en paz delante de Dios. Independientemente de cómo te traten las personas, tu corazón debería estar en paz ante Dios. Independientemente de a qué circunstancias te enfrentes, sean adversidades, sufrimientos o persecución, o diferentes pruebas, tu corazón debería estar siempre en paz ante Dios. Esta es la senda de ser perfeccionado. Solo si estás verdaderamente en paz delante de Dios, Sus palabras actuales estarán claras. Entonces puedes practicar de un modo más correcto y sin desviación la iluminación y el esclarecimiento del Espíritu Santo, entender con mayor claridad las intenciones de Dios, que proporcionarán una dirección más clara a tu servicio, comprender con mayor precisión el movimiento y la guía del Espíritu Santo y tener la certeza de vivir bajo Su guía. Estos son los efectos que se logran al estar en verdadera paz delante de Dios. Cuando las personas no tienen claras las palabras de Dios, no tienen senda para practicar, no pueden entender las intenciones de Dios o carecen de principios de práctica; esto se debe a que sus corazones no están en paz delante de Dios. El propósito de estar en paz delante de Él consiste en ser serio y pragmático, buscar la corrección y la transparencia en las palabras de Dios, y en última instancia llegar a comprender la verdad y conocer a Dios.

Si tu corazón no está a menudo en paz delante de Dios, Él no tiene manera de perfeccionarte. No tener determinación equivale a no tener corazón, y las personas sin corazón no pueden estar en paz delante de Dios. Estas personas no saben cuánta obra realiza Dios ni lo mucho que Él habla, ni tampoco saben cómo ponerlo en práctica. ¿Acaso no son personas sin corazón? ¿Pueden las personas sin corazón estar en paz delante de Dios? Dios no tiene ninguna forma de perfeccionar a personas sin corazón, no son diferentes a las bestias de carga. Dios ha hablado con tanta claridad y transparencia, pero tu corazón sigue sin moverse y sigues sin estar en paz delante de Dios. ¿No eres un salvaje estúpido? Algunas personas se desvían al practicar el estar en paz en presencia de Dios. Cuando es hora de cocinar, no cocinan, y cuando es tiempo de hacer tareas, no las hacen, sino que siguen orando y meditando. Estar en paz delante de Dios no significa no cocinar, no hacer tareas o no vivir la vida, sino ser capaz de acallar el corazón propio delante de Dios en todas las circunstancias normales y tener sitio para Dios en el corazón. Cuando oras, debes arrodillarte de forma adecuada ante Dios para orar; cuando haces las tareas o preparas comida, acalla el corazón delante de Dios, medita sobre Sus palabras o canta himnos. Independientemente de la situación en la que te encuentres, debes tener tu propia forma de práctica, debes hacer todo lo posible para acercarte a Dios y debes intentar con todas tus fuerzas acallar tu corazón ante Dios. Cuando las circunstancias lo permiten, ora con resolución; cuando no lo permiten, acércate a Dios en tu corazón mientras haces la tarea que te ocupa. Cuando comas y bebas las palabras de Dios, come y bebe Sus palabras; cuando puedas orar, entonces ora; cuando puedas contemplar a Dios, entonces contémplale; haz todo lo posible para entrenarte de acuerdo con tu propio entorno. Algunas personas pueden estar en paz delante de Dios cuando no pasa nada, pero tan pronto como sucede algo, su mente se distrae. Esto no es estar en paz delante de Dios. El camino correcto a la experiencia es este: en ninguna circunstancia, el corazón propio debe dejar a Dios ni sentirse perturbado por las personas, los eventos ni las cosas de afuera, y solo entonces esta es una persona que está en paz verdaderamente delante de Dios. Algunas personas afirman que, cuando oran en las asambleas, su corazón puede estar en paz delante de Dios, pero, cuando están en comunión con otros, no pueden estar en paz delante de Él y sus pensamientos se distraen. Esto no es estar en paz delante de Dios. Hoy en día, la mayoría de las personas están en esta condición, sus corazones son incapaces de estar siempre en paz delante de Dios. Así que debéis esforzaros más en ejercitaros en este ámbito, en entrar paso a paso en el camino correcto de la experiencia vital y en embarcaros en el camino de ser perfeccionados por Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de acallar el corazón delante de Dios

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