Dios mismo, el único VI

La santidad de Dios (III) Parte 4

Volvamos a hablar de los medios que Satanás usa para corromper al hombre. Acabamos de exponer las diversas formas en que Dios obra en el hombre y que cada uno de vosotros podéis experimentar por vosotros mismos, así que no entraré en demasiados detalles. Sin embargo, en vuestro corazón quizás sólo tengáis una vaga idea de los medios que emplea Satanás para corromper al hombre o, al menos, carecéis de detalles, así que os beneficiará que hablemos sobre ello. ¿Queréis entenderlo? (Sí). Tal vez algunos de vosotros preguntarán: “¿Por qué hablar otra vez de Satanás? Ya hemos visto que es malo y lo aborrecemos, así que ¿puede todavía corrompernos?”. En realidad, aunque podáis detestarle, no veis más allá de ello por completo. Hay cosas con las que todavía os tenéis que enfrentar, porque de otro modo no podéis romper realmente la influencia de Satanás.

Con anterioridad hemos explicado las cinco formas en que Satanás corrompe al hombre, ¿no es así? Entre ellas están los medios que emplea y que el hombre debería percibir. Las maneras en que Satanás corrompe al hombre son tan sólo una especie de tapadera; más insidiosos son los medios que se esconden detrás de esta fachada, y él quiere usar estos medios para alcanzar sus metas. ¿Cuáles son estos medios? Resumidlos para Mí. (Engaña, seduce y amenaza). Cuantos más enumeráis, más os acercáis. Se diría que él os ha dañado profundamente y que tenéis fuertes sentimientos al respecto. (También usa palabras dulces y mentiras, influye, engaña y ocupa a la fuerza). Ocupa a la fuerza; esto proporciona una impresión extremadamente profunda, ¿no es así? Las personas temen la ocupación contundente de Satanás. ¿Alguno más? (Perjudica violentamente a las personas, usa amenazas e incentivos y miente). Las mentiras son la sustancia de sus actos y lo hace para engañarte. ¿Cuál es la naturaleza de la mentira? ¿Acaso no es la misma que la del engaño? El objetivo de mentir es, en realidad, engañaros. ¿Algún otro? Hablad. Decidme todos los que conocéis. (Induce, perjudica, ciega y engaña). La mayoría de vosotros os sentís igual respecto a este engaño, ¿verdad? (Usa la adulación servil, controla al hombre, lo agarra, lo aterroriza y le impide que crea en Dios). Prácticamente sé a qué os referís e igualmente son todos acertados. Sabéis todos algo de esto, así que vamos a resumirlo.

Existen seis medios principales que Satanás emplea para corromper al hombre.

El primero es el control y la coacción. Es decir, Satanás hará todo lo posible por tomar el control de tu corazón. ¿Qué significa “coacción”? (Quiere decir compulsión). Te amenaza y te obliga a prestarle atención, haciéndote pensar en las consecuencias si no obedeces. Estás asustado y no te atreves a desafiarle, así que no tienes elección sino estar bajo su influencia.

El segundo es el engaño y el timo. ¿Qué entraña “engañar y timar”? Satanás se inventa algunas historias y mentiras, te tima para que las creas. Nunca te dice que el hombre fue creado por Dios, pero tampoco afirma directamente que no te hiciera Él. No usa en absoluto la palabra “Dios”, sino otra cosa como sustituta y se sirve de ella para engañarte y que, básicamente, no tengas ni idea de la existencia de Dios, y nunca te permite saber quién es exactamente Dios en realidad. Este timo incluye, por supuesto, muchos aspectos y no sólo este.

El tercero es el adoctrinamiento obligado. ¿Existe esto? (Sí). ¿El adoctrinamiento forzado de qué? ¿El adoctrinamiento contundente se realiza por elección del hombre? ¿Se hace con su consentimiento? (No). No importa que no consientas. En tu inconsciencia, se derrama dentro de ti, inculcándote el pensamiento de Satanás, sus normas de vida y su malvada esencia.

El cuarto es las amenazas e incentivos. Es decir, Satanás emplea diversos medios para que le aceptes, le sigas, trabajes a su servicio; intenta lograr sus metas por cualquier medio necesario. A veces te concede pequeños favores, pero sigue atrayéndote para que cometas pecado. Si no le sigues, te hará sufrir y te castigará, y usará diferentes formas de atacarte y atraparte.

El quinto es el engaño y la parálisis. “Engaño y parálisis” significa que Satanás se inventa unas afirmaciones e ideas amables que están en concierto con las nociones de las personas para dar la impresión de que está tomando en consideración la carne o el pensamiento de las personas sobre su vida y su futuro, cuando en realidad sólo pretende engañarte. A continuación, te paraliza para que no sepas qué está bien y qué está mal, de manera que sigas su camino sin darte cuenta y así pases a estar bajo su control.

El sexto es la destrucción del cuerpo y de la mente. ¿Qué parte del hombre destruye Satanás? (Su mente y todo su ser). Él destruye tu mente y hace que seas impotente para resistirte; esto significa que tu corazón se vuelve lentamente hacia Satanás a pesar de ti mismo. Infunde estas cosas en ti cada día, usando a diario estas ideas y culturas para influenciarte y alimentarte, destruyendo poco a poco tu voluntad, haciendo que no desees ya ser una buena persona, induciéndote a no querer perseverar defendiendo aquello que tú llamas justicia. Sin darte cuenta, dejarás de tener la fuerza de voluntad para nadar contracorriente, río arriba y, en su lugar, caer con él. “Destrucción” significa que Satanás atormenta tanto a las personas que ya no son ni hombre ni fantasma, y entonces aprovecha la oportunidad para devorarlas.

Cada uno de estos medios que Satanás emplea para corromper al hombre puede dejarle impotente para resistirse; cualquiera de ellos puede ser fatal para los seres humanos y no les deja lugar para resistirse en absoluto. En otras palabras, cualquier cosa que Satanás hace y cualquier medio que emplea pueden hacerte degenerar, colocarte bajo el control de Satanás, enredarte en una ciénaga de maldad, de manera que no puedas escapar. Estos son los medios que Satanás emplea para corromper al hombre.

Podemos decir que Satanás es malo, pero con el fin de confirmarlo todavía debemos considerar cuáles son las consecuencias de la corrupción del hombre a manos de este, y qué caracteres y esencias le produce al hombre. Todos vosotros sabéis algo de esto, así que hablad de ello. Una vez que Satanás ha corrompido al hombre, ¿qué caracteres satánicos expresan y revelan? (Arrogante y altivo, egoísta y despreciable, deshonesto y astuto, insidioso y malicioso, y sin humanidad). En conjunto, podemos afirmar que no tienen humanidad, ¿verdad? Que hablen otros hermanos y hermanas. (Una vez que los hombres han sido corrompidos por Satanás, son más típicamente arrogantes y santurrones, engreídos y presumidos, avariciosos y egoístas. Estos son los más graves). (Después de que el hombre haya sido corrompido por Satanás, actúa sin escrúpulos en lo material y en lo espiritual. Entonces se vuelven hostiles hacia Dios, se resisten y desobedecen a Él y pierden la conciencia y la razón que el ser humano debería tener). Lo que habéis dicho es, básicamente, todo lo mismo con algunas diferencias menores solamente; sólo algunos de vosotros estáis más preocupados con los pequeños detalles. Resumiendo, “arrogante” ha sido la palabra que habéis mencionado con mayor frecuencia: arrogante, astuto, malicioso y egoísta. Pero todos habéis pasado por alto lo mismo. Las personas sin conciencia, que han perdido su razón y que no tienen humanidad, pero sigue habiendo algo tan importante que ninguno de vosotros ha dicho. ¿Qué es? (Traicionar). ¡Correcto! Nadie había dicho “traicionar”. La consecuencia final de estos caracteres que existen en cualquier hombre, una vez que han sido corrompidos por Satanás, es que traicionan a Dios y ya no lo reconocen. Independientemente de lo que Dios le dice al hombre o de la obra que Él realiza en ellos, no admiten lo que saben que es la verdad, y es evidente que ya no reconocen a Dios y lo traicionan: esta es la consecuencia de la corrupción del hombre a manos de Satanás, y es lo mismo para todos los caracteres corruptos del hombre. Entre los métodos que usa para corromper al ser humano —el conocimiento que el ser humano aprende, la ciencia que sabe, las supersticiones, las culturas tradicionales y las corrientes sociales que comprende—, ¿hay alguno que este pueda usar para decir lo que es justo y lo que es injusto? ¿Existe algún estándar desde el que se pueda trabajar? (No). ¿Hay algo que pueda ayudar al hombre a saber lo que es santo y lo que es malo? (No). No hay patrón ni fundamento que pueda ayudar al hombre. Aunque las personas conozcan el término “santo”, no hay quien sepa en realidad lo que es santo. ¿Pueden, pues, estas cosas que Satanás le trae al hombre permitirle que conozca la verdad? Nunca pueden permitírselo. ¿Pueden permitirle vivir con una humanidad creciente? ¿Pueden permitirle vivir en un entendimiento en aumento de cómo adorar de verdad a Dios? (No). Es obvio que no pueden permitir que el hombre adore a Dios, ni pueden permitir que el hombre conozca qué son la santidad y el mal. Por el contrario, el hombre se vuelve cada vez más degenerado y más lejos de Dios, más malo y más pervertido. Esta es la razón principal subyacente al motivo de decir que Satanás es malo. Una vez diseccionadas tantas esencias malvadas de Satanás, ¿habéis visto que Satanás tenga algún elemento de santidad en sus esencias o en vuestra comprensión de su esencia? (No). Eso es seguro, ¿verdad? ¿Habéis visto alguna esencia de Satanás que comparta alguna similitud con Dios? (No). ¿Comparte alguna expresión de Satanás algún parecido con Dios? (No). Ahora quiero preguntaros, usando vuestras propias palabras, ¿qué es exactamente la santidad de Dios? Antes que nada, ¿con qué se dice que está relacionada la santidad de Dios? ¿Con la esencia divina? ¿O tal vez con algún aspecto de Su carácter? (Se dice que está relacionada con la esencia de Dios). Debemos obtener una posición clara en nuestro tema deseado. Se dice que está relacionada con la esencia de Dios. En primer lugar, hemos usado el mal de Satanás como contraste de la esencia de Dios, ¿has visto, pues, algo de la esencia de Satanás en Dios? (No). ¿Y qué hay de la esencia humana? (No). (Él no es arrogante ni egoísta, ni traiciona y, en este aspecto, también se ve revelada la esencia santa de Dios). Hmm. ¿Algo más que añadir? (Dios no tiene indicios del carácter corrupto de Satanás. Lo que este tiene es totalmente negativo, mientras que lo que Dios tiene es sólo positivo. Podemos ver que Dios siempre está junto a nosotros. Desde que éramos muy pequeños hasta ahora, y sobre todo cuando habíamos perdido nuestro camino, Él siempre estaba allí, vigilante y manteniéndonos a salvo. En Él no hay astucia ni engaño. Él habla con claridad y sin rodeos, y esta es también la verdadera esencia de Dios). ¡Muy bien! (En la obra de Dios no podemos ver nada del carácter corrupto de Satanás, ni duplicidad ni jactancia, ni promesas vacías ni astucia. Lo único en lo cual el hombre puede creer es Dios, y Su obra es fiel y sincera. Por la obra de Dios podemos ver a Dios diciendo a las personas que sean honestas, que tengan sabiduría, que sean capaces de distinguir el bien del mal y que tengan discernimiento de las diversas personas, eventos y cosas. En esto podemos ver la santidad de Dios). ¿Algo más que añadir? ¿Habéis acabado? (Sí). ¿Estáis satisfechos con lo que habéis dicho? ¿Cuánto entendimiento hay exactamente en vuestros corazones? ¿Y cuánto comprendéis de la santidad de Dios? Sé que todos y cada uno de vosotros tiene en su corazón algún nivel de entendimiento perceptual, porque cada individuo puede sentir la obra de Dios en ellos y, en diversos grados, obtienen muchas cosas de Dios; consiguen gracia y bendiciones, son esclarecidos e iluminados, y reciben el juicio y el castigo de Dios para que el hombre pueda tener alguna comprensión simple de la esencia de Dios.

Aunque la santidad de Dios que estamos explicando hoy puede parecerle extraña a la mayoría de las personas, sin tomar en consideración cómo puede parecer que hemos comenzado este tema, y tendréis un entendimiento más profundo a medida que recorréis el camino que tenéis por delante. Te exige que llegues a sentir poco a poco y a comprender desde el interior de vuestra propia experiencia. Ahora vuestra comprensión perceptual de la esencia de Dios sigue requiriendo un largo periodo de tiempo para aprender, confirmar, sentirlo y experimentarlo, hasta que un día conozcáis, desde el centro mismo de vuestro corazón, que la santidad de Dios es Su impecable esencia, Su amor generoso que es el amor desinteresado de todo lo que Dios le concede al hombre, y llegaréis a conocer que Su santidad es sin mancha e irreprochable. Estas esencias de Dios no son palabras que Él usa para presumir de Su identidad, sino que Él usa Su esencia para tratar en silencio y con sinceridad con todos y cada uno de los individuos. En otras palabras, la esencia de Dios no está vacía ni es teórica o doctrinal, y desde luego no es una especie de conocimiento. No es una clase de educación para el hombre, sino que en vez de la verdadera revelación de las propias acciones de Dios, es la esencia revelada de lo que Dios tiene y es. El hombre debería conocer esta esencia y comprenderla, ya que todo lo que Dios hace y cada palabra que pronuncia es de gran valor y extraordinaria relevancia para cada persona. Cuando llegas a entender la santidad de Dios, entonces puedes creer realmente en Él, cuando llegas a entender la santidad de Dios, puedes comprender de verdad el verdadero significado de las palabras “Dios Mismo, el Único”. Ya no imaginarás que puedes escoger caminar por otros caminos ni estarás dispuesto a traicionar todo lo que Dios ha dispuesto para ti. Al ser la esencia de Dios santa, esto significa que sólo por medio de Él puedes recorrer el camino brillante y correcto que cruza la vida; sólo a través de Dios puedes conocer el significado de la vida, puedes vivir una vida real, poseer la verdad, conocerla y obtener la vida de la verdad. Sólo Dios mismo puede ayudar al hombre a apartarse del mal y librarse del daño y del control de Satanás. Aparte de Dios, nadie ni nada puede salvarte del mar de sufrimiento, para que dejes de sufrir: esto queda determinado por la esencia de Dios. Sólo Él mismo te salva tan desinteresadamente, sólo Él es responsable en última instancia por tu futuro, tu destino y tu vida, y Él lo dispone todo para ti. Esto es algo que nada creado o no creado puede conseguir. Porque nada creado o no creado posee una esencia de Dios como esta, ninguna persona o cosa tiene la capacidad de salvarte o dirigirte. Esta es la importancia de la esencia de Dios para el hombre. Quizás vosotros sintáis que estas palabras que he pronunciado puedan, en realidad, ayudar un poco en principio. Pero si buscas y amas la verdad, de aquí en adelante, en tu experiencia, estas palabras no sólo cambiarán tu destino, pero sobre todo te llevarán al camino correcto a través de la vida. Entiendes esto, ¿verdad? (Sí). Entonces, ¿tenéis algún interés ahora en reconocer la esencia de Dios? (Sí). Es bueno estar interesado. Acabaremos aquí la exposición de nuestro tema hoy sobre reconocer la santidad de Dios.

Me gustaría hablaros sobre algo que hicisteis y que me sorprendió al principio de nuestra reunión de hoy. Algunos de vosotros albergabais, quizás, una sensación de gratitud ahora mismo u os sentíais agradecidos y quisisteis expresar físicamente lo que teníais en vuestra mente. Esto supera el reproche y esto no es ni correcto ni incorrecto. ¿Pero qué es lo que me gustaría deciros? Lo que hicisteis no es erróneo y tampoco deseo reprobaros en modo alguno. Me gustaría que entendierais algo. ¿Qué es? Primero me gustaría preguntaros sobre lo que acabáis de hacer. ¿Era postrarse o arrodillarse para adorar? ¿Puede alguien decírmelo? (Creemos que es postrarse. Nos postramos de este modo). Creéis que era postrarse; ¿cuál es, pues, el significado de postrarse? (Adorar). Entonces, ¿qué es arrodillarse para adorar? La razón por la que no os había mencionado esto inmediatamente es porque nuestro tema de enseñanza hoy es muy importante y Yo no quería afectar vuestro estado de ánimo. ¿Os postráis en vuestras reuniones habituales? (No). ¿Os postráis cuando eleváis vuestras oraciones? (Sí). ¿Os postráis cada vez que oráis, cuando las condiciones lo permiten? (Sí). Es maravilloso. ¿Pero qué es lo que me gustaría que entendierais hoy? Son los dos tipos de persona cuyas genuflexiones Dios acepta. No necesitamos consultar la Biblia ni las conductas de algunos de los personajes espirituales, y os diré algo cierto aquí y ahora. En primer lugar, postrarse y arrodillarse para adorar no es lo mismo. ¿Por qué acepta Dios las genuflexiones de aquellos que se postran? Es porque Dios llama a alguien e invita a esta persona a aceptar Su comisión, así que se postra para Dios. Este es el primer tipo de persona. El segundo es cuando alguien que teme a Dios y se aparta del mal se arrodilla para adorar. Sólo hay esos dos tipos de persona. ¿A cuál pertenecéis vosotros? ¿Sois capaces de decirlo? Esta es la verdad factual, aunque pueda herir un poco vuestros sentimientos. No hay nada que decir sobre las genuflexiones de las personas durante la oración: esto es adecuado y es como debería ser, porque cuando las personas oran mayormente ruegan por algo, abren sus corazones a Dios y se ponen cara a cara delante de Él. Es comunicación e intercambio, conversación íntima con Dios. Pero cuando me encuentro en la enseñanza con vosotros, no os he pedido que os postréis. Con esto no pretendo reprocharos lo que habéis hecho hoy. Sabéis que sólo quiero dejároslo claro para que entendáis este principio, ¿verdad? (Lo sabemos). Para que no sigáis haciendo esto. ¿Tienen, pues, las personas alguna oportunidad de postrarse y arrodillarse ante el rostro de Dios? Siempre habrá una oportunidad. Más tarde o más temprano llegará el día, pero no es el momento ahora. ¿Lo veis? (Sí). ¿Os entristece esto? (No). Esto es bueno. Tal vez estas palabras os motivarán o inspirarán para que podáis saber en vuestros corazones la situación actual entre Dios y el hombre y qué tipo de relación existe ahora entre ellos. Aunque hemos hablado hace poco e intercambiado muchas cosas, el entendimiento que el hombre tiene de Dios sigue estando lejos de ser suficiente. El ser humano sigue teniendo un gran trecho que recorrer en este camino para buscar entender a Dios. No es Mi intención obligaros a hacer esto con urgencia ni apremiaros para expresar estos tipos de aspiraciones o sentimiento. Lo que hicisteis hoy puede revelar y expresar vuestros verdaderos sentimientos, y Yo lo percibí. Por tanto, mientras lo hacíais, sólo quise ponerme en pie y daros Mis buenos deseos, porque anhelo que todos vosotros estéis bien. Por ello, en cada palabra y acto, hago todo lo posible para ayudaros, guiaros, de manera que podáis tener el entendimiento correcto y el punto de vista adecuado de todas las cosas. Podéis entender esto, ¿verdad? (Sí). Fantástico. Aunque las personas tengan algún entendimiento de los diversos caracteres de Dios, los aspectos de lo que Dios tiene y es, y de la obra que Dios realiza, la mayoría de esta comprensión no va más allá de leer palabras en una página, entenderlas en principio o sólo pensar en ellas. Aquello de lo que las personas más carecen son el real entendimiento y la visión que procede de la experiencia actual. Aun cuando Dios usa diversas formas de despertar el corazón del hombre, sigue habiendo un largo camino por recorrer antes que el corazón del hombre despierte por fin. No quiero ver a nadie sintiéndose como si Dios los hubiera excluido, que Él los ha dejado y les ha vuelto la espalda. Sólo me gustaría ver a todos en el camino de buscar la verdad y procurar entender a Dios, marchando con valentía hacia adelante con voluntad resuelta, sin recelo, sin llevar carga alguna. Independientemente de los errores que has cometido, de lo lejos que has llegado a desviarte o de lo mucho que hayas transgredido, no dejes que esto se convierta en cargas o exceso de equipaje que llevar contigo en tu búsqueda por entender a Dios: sigue caminando hacia delante. Sin importar cuándo ocurra, el corazón de Dios que es la salvación del hombre no cambia jamás: esta es la parte más preciosa de la esencia de Dios. ¿Os sentís un poco mejor ahora? (Sí). Espero que podáis escoger el acercamiento correcto a todas las cosas y a las palabras que he pronunciado. Acabemos esta enseñanza aquí, pues. ¡Adiós a todos! (¡Adiós!).

11 de enero de 2014

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