Cómo identificar la esencia-naturaleza de Pablo (Parte 1)

Habéis hablado durante bastante tiempo sobre el apartado de las palabras de Dios titulado “El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine”. ¿Qué temas aborda y a qué verdades atañe? (Atañe a la senda que recorre el hombre como creyente). El tema gira fundamentalmente en torno a las sendas que tomaron Pedro y Pablo, ¿me equivoco? Después de haber compartido tanto tiempo, estoy seguro de que habéis obtenido algo de ello, probablemente muchas cosas. Debéis resumir lo esencial de los sermones que habéis escuchado durante este periodo, para luego ordenar los puntos principales y experimentar de acuerdo con ese modo de pensar, así como las cosas y los aspectos importantes que habéis resumido. Esto os ayudará a experimentar la obra de Dios, a cumplir vuestro deber adecuadamente y a dar un buen testimonio en la vida real. Espero que cuando terminéis de resumir, vuestra entrada en la vida y vuestra estatura espiritual den un gran paso hacia delante. Así pues, cuando resumáis las realidades-verdad que se supone que debéis entender a partir de ese capítulo, ¿empezaréis por la experiencia de Pablo o por la de Pedro? (Por la de Pablo). ¿Por qué? (Si reflexionamos sobre nosotros mismos basándonos en las razones por las que fracasó Pablo, sabremos si nos hallamos en su misma senda. A continuación, nos fijaremos en qué tipo de senda seguía Pedro, para así tener una meta y una dirección en la que perseguir). De hecho, debería ser así. Extraed lecciones y resumid las experiencias de todo lo que vivió Pablo y el camino que recorrió. Entended en qué camino se encontraba, por qué Dios exige a los creyentes que sigan la senda correcta y cuál es esta. Si eres capaz de seguir la senda de la búsqueda de la verdad, podrás evitar descarriarte en situaciones de la vida real y también cuando experimentes la obra de Dios durante el cumplimiento de tu deber. Además, podrás evitar trastornar la obra de Dios, caer por error en la senda incorrecta o acabar siendo objeto de castigo, como le sucedió a Pablo.

Ahora, a raíz de las experiencias de Pablo, resumamos las características del camino que tomó, de su forma de creer en Dios y de las metas y la dirección que persiguió. Primero nos fijaremos en la calidad humana de Pablo y en su carácter desde semejantes ángulos. A juzgar por la vida de Pablo y las historias sobre lo que le sucedió, su carácter abarca varios aspectos: arrogancia, sentenciosidad, falsedad, odio a la verdad, perversidad y ferocidad. No importa cuántos de los principales aspectos del carácter de Pablo sea capaz la gente de percibir o resumir, solo con mencionar estos ya es probable que te parezca bastante hueco, ¿tengo razón? Cuando mencionas estos aspectos de su carácter, ¿se encuentran vinculados a sus búsquedas, la dirección de su vida y la senda que siguió como creyente? Al referirte a su arrogancia, ¿puedes mencionar algún hecho que respalde tu argumento? ¿Qué te hace percibir que es arrogante? ¿Qué te hace verlo falso? ¿Por qué te parece que odia la verdad? Si solo resumes la esencia de estos aspectos de su carácter y no hablas de sus búsquedas, la dirección de su vida y la senda que siguió como creyente, solo se trata de palabras huecas, y no conllevarán un uso positivo ni beneficioso para nadie en este momento. Es mejor hablar desde la perspectiva de las búsquedas y la senda de Pablo. No es sencillo entender la esencia de una persona. La esencia-naturaleza de una persona no se puede deducir cuando no hace nada o solo unas cuantas cosas sin importancia. Has de examinar cómo se revela habitualmente y la intención y motivación tras sus acciones, es decir, fijarte en sus búsquedas, en sus deseos y en la senda que sigue. Un aspecto más importante si cabe es tener en cuenta cómo se maneja alguien cuando se enfrenta a una situación que Dios ha dispuesto para él, o cuando Dios le hace algo de manera personal, como ponerlo a prueba, refinarlo y podarlo, o cuando lo ilumina y guía personalmente. Dios se fija principalmente en estos aspectos. ¿Con qué se corresponden? Se corresponden con los principios por los que una persona actúa, vive, se comporta e interactúa con el mundo, así como con las metas y la dirección que persigue, la senda que recorre, cómo vive, conforme a qué vive y los fundamentos de su existencia. Con esto se corresponden. Por eso afirmo que si obviamos todas esas cosas y nos ceñimos a hablar de la esencia-naturaleza de Pablo, por más que digamos o por muy exhaustivos que seamos, solo son palabras huecas. Si queremos examinar la esencia de Pablo desde cada uno de los aspectos de quién es, y ayudar a la gente de hoy en día, o proporcionarles un espejo en el que contemplarse, primero debemos resumir la senda que siguió Pablo, las metas que persiguió, la base de su existencia y su actitud hacia Dios. Si diseccionamos cada aspecto de su carácter abordándolo desde estos ángulos, ¿acaso no contaremos con una base? Compartir y resumir de esta manera sirve en parte para que puedas ver a Pablo con mayor claridad, pero sobre todo para que cuando la gente de hoy en día se enfrente a la salvación y la soberanía de Dios, sepa cómo encararla y también cómo perseguir la verdad, de modo que pueda evitar seguir los pasos de Pablo y evite terminar siendo castigado como él. Este es el método más eficaz.

Al observar todas las formas en que Pablo se presentaba a sí mismo, deberíais ser capaces de distinguir su esencia-naturaleza, y de concluir por entero que la dirección, las metas, el origen y la motivación de sus búsquedas eran erróneos, y que dichas cosas eran rebeldes a Dios y se resistían a Él, le desagradaban y las detestaba. ¿De qué forma fundamental se presentaba Pablo primero a sí mismo? (Se esforzaba y trabajaba a cambio de una corona). ¿Dónde visteis que se presentara de esa manera o que se hallara en tal estado? (A través de sus palabras). En sus famosos dichos. Normalmente, los dichos famosos son positivos, sirven de ayuda y son beneficiosos para aquellos con resolución, esperanza y aspiraciones. Tienen la capacidad de animar y motivar a tales personas, pero ¿cuál era la función de los famosos dichos de Pablo? Había muchos. ¿Puedes citar alguno de los más conocidos? (“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia” [2 Timoteo 4:7-8]). ¿Qué aspecto de su esencia-naturaleza representan estas palabras? ¿Cómo deberíamos definirlo según la verdad? (Arrogante, sentencioso y que negocia con Dios). Su naturaleza arrogante le impulsó a decir estas palabras; no correría la carrera, no obraría y ni siquiera creería en Dios si al final no le esperaba una corona. Después de escuchar tantos sermones, ahora cualquiera debería ser capaz de reconocer la manifestación y el estado que reveló Pablo, pero ¿sois capaces de definirlo? Cuando decimos “resumir”, nos referimos a definir algo; las palabras que usas para definir algo son el verdadero entendimiento. Cuando eres capaz de definir algo con precisión, eso demuestra que entiendes el asunto con claridad; cuando no puedes definirlo y solo copias las definiciones de otros, es una prueba de que en realidad no lo entiendes. ¿Qué mentalidad o estado indujo a Pablo a pronunciar esas palabras en aquel momento? ¿Con qué intención lo hizo? ¿Qué esencia de sus búsquedas os muestran estas palabras? (La de obtener bendiciones). Corrió mucho, se esforzó y dio tanto de sí mismo porque su propósito era obtener bendiciones. Esa era su esencia-naturaleza, y lo que habitaba en lo más profundo de su corazón. Justo ahora, mientras diseccionabais el tema, habéis dicho que Pablo estaba negociando con Dios. ¿Qué actitud de Pablo refleja esto? Ahora estamos tratando de resumir la actitud más sincera de Pablo respecto a una corona, la obtención de bendiciones y la fe en Dios; no tratamos de resumir si Pablo estaba negociando con Dios y si era un verdadero creyente. Decidme de nuevo. (No amaba la verdad y era desdeñoso). Eso no es una actitud, es parte de su carácter. Ahora mismo nos referimos a su actitud. (Era codicioso). Este es un aspecto de su esencia-naturaleza, igual que su intención de obtener bendiciones y su deseo. ¿Qué es una actitud? Por ejemplo, digo que comer picante muy a menudo es malo para el estómago, y alguien responde: “Sé que la comida picante es mala, ¡pero a mí me gusta! ¿Qué voy a comer que no sea comida picante?”. Yo respondo: “Por el bien de tu salud, si no comes nada picante, te daré cinco dólares en cada comida para que te compres otra cosa”. Entonces se pone muy contento y dice: “De acuerdo. ¡No comeré comida picante!”. Se llega a un acuerdo y lo mantiene. Pero ¿por qué es capaz de abstenerse de comer picante? En realidad, es por el dinero. Si no se lo diera, no podría controlarse; seguiría comiendo cosas picantes igual que antes. Dejó de comer picante solo porque hay algo que ganar: dinero. Esa es su actitud. Es lo que se oculta en lo profundo de su corazón. ¿Dejó de comer picante porque practicara la verdad, hiciera lo que se le dijo o por querer agradar a Dios? (No). Por ninguna de esas razones. No se abstiene de comer picante porque practique la verdad o le preocupe su salud; su actitud es somera y superficial. Lo considera una transacción y lo hace para ganarse favores. Si no logra su objetivo y no recibe el dinero, volverá a comer lo que quiera y puede que hasta en mayor cantidad que antes. Es posible que este no sea el ejemplo más apropiado, pero ¿qué similitudes encontramos al compararlo con Pablo? (Es similar a cuando las motivaciones de Pablo eran obtener bendiciones y alcanzar un trato con Dios). Pablo consideraba que pelear la buena batalla, correr la carrera, obrar, esforzarse e incluso regar a la iglesia eran fichas que podía usar a cambio de conseguir la corona de la justicia, y también sendas hacia ella. Por tanto, no importa que sufriera, se esforzara o corriera la carrera, da igual lo mal que lo pasara, en su mente la única meta era obtener la corona de la justicia. Consideraba la búsqueda de bendiciones y de la corona de la justicia como el objetivo adecuado de la fe en Dios, y el hecho de sufrir, esforzarse, obrar y correr la carrera como sendas hacia ello. Todo su buen comportamiento externo era para aparentar; lo hacía a cambio de obtener bendiciones al final. Ese es el primero de los grandes pecados de Pablo.

Todo lo que dijo e hizo Pablo, lo que reveló, la intención y la meta tanto de su obra como de la carrera que corrió, además de su actitud hacia ambas; ¿hay algo respecto a estas cosas que se corresponda con la verdad? (No). No hay nada en él que se corresponda con la verdad, y nada de lo que hizo se ajusta a lo que el Señor Jesús ordenó hacer a la gente. Sin embargo, ¿reflexionó Pablo sobre ello? (No). No lo hizo en absoluto, ni tampoco buscó. Entonces, ¿en qué se basó para asumir que su pensamiento era correcto? (En sus nociones y figuraciones). Esto conlleva un problema: ¿cómo pudo convertir algo que imaginaba en la meta que perseguiría toda su vida? ¿Alguna vez se lo planteó o se preguntó: “¿Es correcto lo que pienso? Solo yo pienso así, nadie más. Me pregunto si será un problema”? No solo no albergó esas dudas, sino que plasmó sus pensamientos en cartas que envió a todas las iglesias, de modo que todo el mundo pudo leerlas. ¿Qué naturaleza tiene este comportamiento? Aquí subyace un problema, ¿por qué Pablo nunca se cuestionó si su pensamiento concordaba con la verdad ni se planteó buscar la verdad o comparar sus acciones con lo que dijo el Señor Jesús? En lugar de eso, consideró aquello que imaginaba y que pensaba que era cierto en sus nociones como las metas a perseguir. ¿Qué problema hay en ello? Que consideró aquello que imaginaba y que pensaba que era cierto como la verdad y como una meta a perseguir. ¿No es eso sumamente arrogante y sentencioso? ¿Ocupaba Dios todavía un lugar en su corazón? ¿Era capaz aún de tratar las palabras de Dios como la verdad? En el caso de que no lo fuera, ¿cuál sería entonces su actitud hacia Él? ¿Quería también ser Dios? De no ser así, no consideraría aquello que imaginaba en sus propios pensamientos y nociones como metas que debía perseguir, ni tampoco perseguiría sus nociones o lo que imaginaba como si se tratara de la verdad. Creía que lo que pensaba era la verdad, y que concordaba con ella y con las intenciones de Dios. Además, compartió lo que consideraba correcto con los hermanos y hermanas en las iglesias y lo inculcó en ellos, con lo que obligó a todo el mundo a atenerse a las ridículas cosas que dijo, sustituyó las palabras del Señor Jesús por las suyas y se sirvió de semejantes ridiculeces para dar testimonio de que, para él, vivir es Cristo. ¿Acaso no es ese el segundo gran pecado que cometió Pablo? ¡Es un problema de suma gravedad!

A lo largo de las eras ha habido mucha gente como Pablo, ¿por qué lo usamos a él a modo de ejemplo clásico? Porque está documentado en la Biblia y porque las herejías y falacias que dijo, así como él mismo, causan un enorme impacto en todos los cristianos. Se puede decir que ha provocado un daño demasiado grande. Ha desorientado y envenenado a muchos. No solo ha envenenado a muchas generaciones de personas, sino que ese veneno cala muy hondo. ¿Cómo de hondo? (Todos los cristianos lo ven como un modelo a seguir e imitar; practican sus palabras como si fueran las de Dios). Si compartes las palabras de Cristo y las de Dios, a nadie le parecen nada del otro mundo. Sin embargo, cuando compartes las palabras de Pablo, se sientan de inmediato a escuchar. ¿Esto qué significa? (Que tratan a Pablo como a Cristo). Cuando la gente trata a Pablo como a Cristo, es que este ha ocupado el lugar del Señor Jesucristo en el corazón de dichas personas. ¿Acaso no se trata de un pecado de proporciones extremas? (Lo es). ¡Pablo es el mayor anticristo de la historia! La intención de sus palabras es tremendamente evidente; sus metas y su vileza quedan patentes; su esencia es sumamente dañina y venenosa. ¡Este asunto es de una naturaleza gravemente problemática! Por eso tengo que exponerlo y diseccionarlo. Si no lo hiciera, Pablo continuaría desorientando a la gente. Sin embargo, si diseccionara los problemas que plantea Pablo, tendría que hacer que este sirviera para un mejor propósito para las personas de hoy en día, como un ejemplo de lo que no se debe hacer. Acabamos de resumir dos de los pecados de Pablo. ¿Cuál fue el primero? (Pablo consideraba que la obra y el hecho de correr la carrera eran fichas que podía intercambiar por una corona. Veía la obtención de bendiciones y una corona como una meta adecuada que debía perseguir). Cierto. El mayor problema de Pablo era que trataba esas cosas como metas que debía perseguir. Desde el principio, era una transacción que conllevaba rebeldía y una naturaleza perversa, pero Pablo la consideraba una meta que era adecuado perseguir. Ese es el problema más grave. ¿Cuál era el segundo? (Pablo consideraba como la verdad las cosas que imaginaba y que pensaba que eran correctas según sus nociones. Nunca reflexionó sobre esto ni buscó al respecto; en lugar de eso, desorientó a la gente y obligó a los hermanos y hermanas a sumarse a sus palabras y absurdas teorías, lo que hizo que lo trataran como a Cristo). Este tema es particularmente grave. Tomad debida nota de estos asuntos, una vez que los hayamos resumido, deberíais compararos con ellos. Cuando debatimos un tema, debemos hablar primero de ese aspecto en particular de la verdad y luego hacer las comparaciones. Diseccionar lo que exhibió Pablo sirve como advertencia para todo el mundo, además de para decirle a la gente que deberían elegir la senda correcta, encontrar luego una senda de práctica adecuada y evitar seguir los pasos de Pablo. Entonces, serás completamente eficaz.

Pablo comete otro grave pecado, y es el de realizar por completo su obra en función de su calibre mental, de su conocimiento académico y de su conocimiento y teoría teológicos. Esto es algo propio de su esencia-naturaleza. Deberíais resumirlo, y luego examinar qué actitud tiene hacia estas cosas. Se trata de un pecado muy fundamental e importante que la gente ha de entender. Reflexionad un momento sobre qué manifestaciones de Pablo guardan relación con este pecado. Examinad cuál es su esencia-naturaleza por medio de estas manifestaciones, y obtened una imagen clara de a qué le dio importancia en su fuero interno, de cuáles son sus metas. En su intención y metas radica el motivo por el cual empezó a recorrer la senda errónea. Estas son las cosas más importantes que has de entender con claridad. ¿Qué dones tenía Pablo? (Pablo poseía una buena comprensión de gran cantidad de conocimiento bíblico de la Era de la Ley). En ese momento solo existía el Antiguo Testamento. Pablo estaba familiarizado con esas escrituras y las conocía muy bien, como los maestros teólogos, los pastores, los predicadores y los padres de la actualidad. Su conocimiento teológico puede que fuera incluso más amplio que el de ellos, pero lo adquirió después de nacer en este mundo. ¿Qué poseía Pablo desde su nacimiento? (Sus habilidades innatas). Pablo era inteligente por naturaleza, se le daba bien hablar, se expresaba de manera adecuada y no tenía miedo escénico. Centrémonos en hablar sobre sus habilidades, dones, inteligencia y capacidades innatas, así como del conocimiento que adquirió a lo largo de su vida. ¿Qué significa el hecho de que se le diera bien hablar? ¿De qué manera se revelaba y presentaba? Le gustaba explayarse en teorías elevadas, hablaba constantemente sobre doctrinas, teorías y conocimientos espirituales profundos, así como sobre sus famosos textos y dichos que la gente menciona a menudo. ¿Con qué adjetivo se resumen las palabras que decía Pablo? (Vacías). ¿Les resultan constructivas a las personas las palabras vacías? Cuando las oyen, se llenan de valor, pero pasado un tiempo, su entusiasmo se desvanece. Las cosas de las que hablaba Pablo eran vagas e ilusorias, no se podían exponer en términos concretos. En las teorías de las que hablaba, no puedes encontrar ninguna senda de práctica ni una dirección en la que practicar; no puedes hallar nada que pueda aplicarse de manera precisa a la vida real; ya se trate de teorías o fundamentos, ninguno es aplicable en la vida real. Por eso digo que las teorías religiosas y la doctrina espiritual de las que Pablo hablaba son palabras vacías y nada prácticas. ¿Qué objetivo tenía Pablo al hablar sobre tales cosas? Hay quien dice: “Siempre hablaba sobre ellas porque quería atraer a más personas y hacer que lo veneraran y admiraran. Quería ocupar el lugar del Señor Jesús y ganarse a más gente, de modo que acabara siendo bendecido”. ¿Es este el tema del que queremos hablar hoy? (No). Resulta sumamente normal que alguien a quien nunca se le ha podado, juzgado ni castigado, que no ha pasado por pruebas ni refinamiento, que tiene dones como los suyos y la esencia-naturaleza de un anticristo, se exhiba de esta manera y muestre semejante comportamiento, por lo que no ahondaremos en este asunto. ¿En qué vamos a ahondar? En la esencia de este problema suyo, en la causa y motivación fundamentales que hay detrás de sus acciones y en el impulso que lo llevó a actuar de ese modo. Independientemente de que las personas de hoy en día consideren todas las cosas de las que hablaba como doctrina, teorías y conocimiento teológico, como dones innatos o como su propia interpretación de las cosas, en general, el mayor problema de Pablo era que trataba las cosas que provenían de la voluntad humana como la verdad. Por eso tuvo el valor de usar esas teorías teológicas de manera decidida, valiente y abierta para atraer a las personas y enseñarles. Esta es la esencia del problema. ¿Se trata de un problema grave? (Sí). ¿Qué cosas consideraba como la verdad? Los dones con los que nació, además del conocimiento y la teoría teológica que adquirió a lo largo de su vida. Aprendió sus teorías teológicas a través de los maestros, de la lectura de las escrituras y también a partir de lo que él entendía e imaginaba. Trataba las nociones y figuraciones de su entendimiento humano como la verdad, pero ese no era el problema más grave, había otro incluso mayor. Consideraba esas cosas como la verdad, pero ¿pensaba por aquel entonces que eran la verdad? ¿Albergaba alguna idea sobre cómo era la verdad? (No). ¿Cómo trataba entonces esas cosas? (Como la vida). Trataba todas esas cosas como la vida. Pensaba que mientras más sermones predicara, o más elevados fueran, más grande sería su vida. Trataba esas cosas como la vida. ¿Se trata de un asunto grave? (Sí, es grave). ¿Qué impacto tuvo? (Afectó a la senda que siguió). Eso por un lado. ¿Qué más? (Pensaba que obtener esas cosas lo llevaría a la salvación y le permitiría entrar en el reino de los cielos). Esto sigue estando relacionado con el hecho de obtener bendiciones; pensaba que mientras mayor fuera su vida, más grande sería su oportunidad de entrar en el reino de los cielos y ascender a ellos. ¿De qué otra manera se puede decir “ascender a los cielos”? (Reinar y ostentar el poder junto a Dios). Su propósito al entrar en el reino de los cielos era reinar y ostentar el poder junto a Dios, pero este no era su objetivo final, tenía otro más. Habló sobre ello. ¿Cómo lo expresó? (“Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia” [Filipenses 1:21]). Dijo que para él vivir es Cristo, y que morir es ganancia. ¿Qué significa? ¿Que se convertirá en Dios cuando muera? ¡Su ambición no conoce límites! ¡Su problema es muy grave! Por tanto, ¿hacemos mal por diseccionar el caso de Pablo? En absoluto. Nunca debió tratar sus dones y el conocimiento que adquirió como la vida. Ese es su tercer gran pecado. Se puede observar la esencia-naturaleza de Pablo en cualquiera de esos tres pecados. Las características de su esencia-naturaleza se ponen de manifiesto en cada uno de ellos; nada se esconde ni se omite. Su esencia-naturaleza queda representada en todos sus pecados.

A continuación, vamos a examinar los problemas más fundamentales y graves de Pablo, los que más le representan. ¿Qué palabras utilizaba más a menudo Pablo en las cartas que escribió? Acudid a lo que dice el texto original de la Biblia, lo analizaremos y diseccionaremos, veremos qué había en realidad en su mente, y por qué Dios lo detestaba y odiaba. ¿Por qué a alguien tan famoso y fundamental para la obra de las primeras iglesias como fue Pablo se le acabó castigando? ¿Cómo evaluó Dios a Pablo en Su mente? ¿Cómo lo veía? ¿Por qué lo evaluó Dios de ese modo y emitió tal veredicto? ¿En qué se basó para, en última instancia, definir a Pablo y determinar su final? Haced una lista con todas esas cosas para que la gente tenga acceso a los hechos de cómo se resistió a Dios, de modo que no piense que se le condenó erróneamente. Cuando alguien no entiende la verdad, es más propenso a definir a los demás en función de su apariencia externa. ¿En qué se basa para hacerlo? Por una parte, en la cultura tradicional y en las enseñanzas de la sociedad. Por otra, en la educación recibida en casa y en las ideas y los conceptos de blanco y negro y del bien y el mal. Por último, en la educación recibida en la escuela. Juntas, tales cosas constituyen un completo sistema satánico de educación. La consecuencia de que Satanás inculque estas cosas en las personas es que definan esto como bueno, aquello como malo, eso como lo correcto y lo otro como lo equivocado, según sus propias nociones y preferencias. ¿Qué base tienen todas estas definiciones que hace la gente? En realidad, se basan en teorías y filosofías satánicas; los fundamentos que tiene la gente no provienen en absoluto de Dios ni de la verdad. Por eso los humanos corruptos están equivocados, al margen de la manera en que definan a una persona o un acontecimiento; dicha definición no guarda conexión con la verdad y no concuerda con las intenciones de Dios; no tiene nada que ver con Él ni con Sus palabras. Dios emite veredictos sobre las personas y los acontecimientos de acuerdo con Su carácter y esencia. ¿Cuál es el carácter y la esencia de Dios? Es la verdad. La verdad es la expresión y la realidad de todas las cosas positivas. Dios dicta veredictos sobre todo lo que existe, y sobre todas las personas, acontecimientos y cosas con los que la gente entra en contacto, de acuerdo con la verdad. Dios dicta Sus veredictos sobre las personas según su esencia-naturaleza, las motivaciones de sus acciones, la senda que caminan y su actitud hacia las cosas positivas y la verdad. Esta es la base de las conclusiones de Dios. Los veredictos de Dios sobre todas las cosas concuerdan con la verdad. ¿En qué se basa Satanás para definirlas? (En su propia lógica). La filosofía y la lógica satánicas, que son exactamente opuestas a la verdad. Satanás ha corrompido a toda la humanidad. Los humanos no poseen la verdad; representan a Satanás y lo encarnan. Definen todas las cosas de acuerdo con la lógica y las filosofías satánicas. Por tanto, ¿qué conclusiones alcanzan cuando las definen? Unas totalmente opuestas y que contradicen la verdad. ¿Habéis encontrado las palabras que solía usar Pablo en sus cartas? Leedlas. (“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios” [1 Corintios 1:1]). ¿Veis? Así es como Pablo clasifica a Dios y a Cristo: “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios”. ¿Qué lugar ocupa Pablo en esta clasificación? (El tercer lugar). En la mente de Pablo, ¿quién es el número uno? (Dios). ¿Y el número dos? (El Señor Jesús). Jesucristo. ¿Quién va tercero? (El propio Pablo). Él mismo. “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios”. Pablo usaba a menudo esta frase, la cual tiene bastante sustancia. Para empezar, sabemos que Pablo es un apóstol del Señor Jesucristo. Por tanto, desde la perspectiva de Pablo, ¿quién es el Señor Jesucristo? El Hijo del hombre, y el segundo después de Dios en el cielo. Independientemente de que Pablo llamara al Señor Jesucristo Maestro o Señor, desde su perspectiva, el Cristo en la tierra no era Dios, sino un hombre que podía enseñar a la gente y hacer que lo siguieran. ¿Qué función tenía Pablo como apóstol de un hombre así? Compartir el evangelio, visitar las iglesias, predicar sermones y escribir cartas. Creía que hacía esas cosas en nombre del Señor Jesucristo. En su corazón, pensaba: “Te ayudaré yendo donde Tú no puedas llegar, y echaré un vistazo en Tu nombre allá donde no quieres ir”. Ese era el concepto de apóstol que tenía Pablo. En su clasificación mental, tanto él como el Señor Jesús eran gente corriente. Se veía a sí mismo y al Señor Jesucristo como iguales, como seres humanos. En su mente, no había ninguna diferencia esencial entre sus posiciones, tampoco entre sus identidades, y ni mucho menos entre sus ministerios. Solo sus nombres, edades, circunstancias familiares y contextos eran diferentes, y contaban con dones y conocimientos externos diferentes. En la mente de Pablo, él era igual que el Señor Jesucristo en todo lo demás, y también se le podía llamar el Hijo del hombre. La única razón de que fuera el segundo después del Señor Jesucristo se debía a que él era el apóstol del Señor Jesús; ejercía la potestad del Señor Jesucristo y era enviado por Él a visitar las iglesias y a llevar a cabo la obra de la iglesia. Esa es la posición e identidad que Pablo creía tener en calidad de apóstol; así es como él lo interpretaba. Además, la segunda palabra al principio de la frase: “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo” es “llamado”. A partir de esta palabra vemos la mentalidad de Pablo. ¿Por qué usó las seis palabras “llamado […] por la voluntad de Dios”? No creía que el Señor Jesucristo lo hubiera llamado para que fuera Su apóstol, sino que pensaba: “El Señor Jesucristo no tiene el poder para ordenarme que haga nada. No voy a hacer lo que Él me mande; no voy a hacer nada por Él. En cambio, haré esas cosas según la voluntad de Dios en el cielo. Soy igual que el Señor Jesucristo”. Esto indica otra cosa: Pablo pensaba que era un Hijo del hombre, igual que el Señor Jesucristo. Las seis palabras “llamado […] por la voluntad de Dios” ponen en evidencia que Pablo negaba y dudaba de la identidad del Señor Jesucristo en el fondo de su corazón. Pablo decía que era apóstol del Señor Jesucristo por voluntad de Dios, que Dios le dijo que lo fuera, que Él lo ordenó y estableció, y que se convirtió en apóstol del Señor Jesucristo porque Dios lo llamó y lo quiso así. En la mente de Pablo, esa era la relación entre sí mismo y el Señor Jesucristo. Sin embargo, esta no es siquiera la peor parte. ¿Cuál es? Que Pablo pensara que era apóstol del Señor Jesucristo por voluntad de Dios, no por la del Señor Jesucristo, que no fue el Señor Jesús el que lo llamó, sino que lo hizo el Dios en el cielo. Pensaba que nadie tenía el poder o la capacidad para hacerle apóstol del Señor Jesucristo, que solo Dios en el cielo contaba con ese poder y lo guiaba directamente. Por tanto, ¿qué indica esto? Que en lo más profundo del corazón de Pablo, creía que el Dios en el cielo era el número uno y que el número dos era él mismo. ¿Dónde colocaba entonces al Señor Jesús? (En su misma posición). Ese es el problema. Proclamaba de palabra que el Señor Jesús era el Cristo, pero no reconocía que la esencia de Cristo era la de Dios; no entendía la relación entre Cristo y Dios. Era esa falta de entendimiento lo que causaba un problema tan grave. ¿En qué sentido era grave? (No admitía que el Señor Jesús era Dios encarnado. Negaba al Señor Jesús). Sí, eso es realmente grave. Negaba que el Señor Jesucristo fuera Dios hecho carne, que fuera la carne de Dios cuando bajó del cielo a la tierra, y que el Señor Jesús fuera la encarnación de Dios. ¿No implica esto que Pablo negaba la existencia del Dios en la tierra? (Sí). Si negaba la existencia del Dios en la tierra, ¿podría reconocer las palabras del Señor Jesús? (No). Si no reconocía Sus palabras, ¿podría entonces aceptarlas? (No). No aceptaba las palabras del Señor Jesucristo, Sus enseñanzas ni Su identidad, por tanto, ¿podía aceptar Su obra? (No). No aceptaba la obra del Señor Jesucristo ni el hecho de que Él fuera Dios, y aun así esa no era la peor parte. ¿Cuál si no? Hace dos mil años, el Señor Jesús vino a la tierra a hacer la mayor obra de todas, la de redención en la Era de la Gracia, donde se encarnó y se convirtió a semejanza de la carne pecaminosa y fue crucificado como ofrenda de pecado para toda la humanidad. ¿Era esta una gran obra? (Sí). Se trataba de la obra de redimir a toda la humanidad, y la hizo Dios mismo. Sin embargo, Pablo la negó con obstinación. Negó que la obra de redención que realizó el Señor Jesús la hiciera Dios mismo, lo cual equivalía a negar el hecho de que Dios la hubiera llevado a cabo. ¿Se trata de un problema serio? ¡Es extremadamente serio! No solo es que Pablo no tratara de entender el hecho de la crucifixión del Señor Jesucristo, sino que no lo admitía, y eso equivale a negarlo. No admitía que Dios fuera al que crucificaron y quien redimió a toda la humanidad, ni tampoco que Dios sirviera como ofrenda de pecado para esta. Esto implica que no admitía que se hubiera redimido a toda la humanidad después de que Dios hiciera Su obra ni que se le hubieran perdonado a esta sus pecados. Al mismo tiempo, tampoco creía que a él se le hubieran perdonado sus propios pecados. No admitía el hecho de que el Señor Jesús hubiera redimido a la humanidad. Desde su perspectiva, todo eso se había borrado. Este es el problema más serio. Acabo de mencionar que Pablo fue el mayor anticristo de los últimos dos mil años; este hecho ya se había revelado. Si estos hechos no se hubieran documentado en la Biblia, y Dios dijera que Pablo lo había desafiado y era un anticristo, ¿se lo creería alguien? En absoluto. Por suerte, se conservó un registro en la Biblia de las cartas de Pablo, y existen pruebas fehacientes en ellas. De otro modo, no habría nada que respaldara lo que digo, y puede que no lo aceptarais. Ahora que hacemos referencia a las palabras de Pablo y las leemos, ¿cómo veía este todas las cosas que dijo el Señor Jesús? Le parecía que no eran iguales a ni una sola de sus propias doctrinas religiosas. Así pues, después de que el Señor Jesús dejara este mundo, aunque Pablo difundió el evangelio, obró, predicó y pastoreó a las iglesias, nunca predicó las palabras del Señor Jesús, y ni mucho menos las practicó ni las experimentó. En lugar de eso, predicó su propio entendimiento del Antiguo Testamento, que estaba obsoleto y eran palabras vacías. Durante los últimos dos mil años, aquellos que creen en el Señor lo hacen de acuerdo con la Biblia, y todo lo que aceptan son las teorías vacías de Pablo. En consecuencia, las personas llevan dos mil años en la oscuridad. Si le dices a un grupo de religiosos de la actualidad que Pablo estaba equivocado, protestarán y no lo aceptarán, puesto que todos lo admiran. Es su ídolo y su padre fundador, y ellos son los buenos hijos de Pablo y sus descendientes. ¿Hasta qué punto los han desorientado? Ya se hallan del mismo lado que Pablo, en oposición a Dios; tienen las mismas opiniones que él, la misma esencia-naturaleza y el mismo método de búsqueda. Pablo los ha absorbido por completo. Este es el cuarto gran pecado de Pablo. Negó la identidad del Señor Jesucristo y la obra que hizo Dios en la Era de la Gracia, después de la Era de la Ley. Es algo muy serio. Otro aspecto grave es que se colocó a sí mismo al mismo nivel que el Señor Jesucristo. En la era en la que vivió Pablo, conoció al Señor Jesucristo pero no lo veía como a Dios, sino que lo trataba como a una persona corriente, como si fuera otro miembro de la raza humana, un hombre de la misma esencia-naturaleza que los humanos corruptos. Pablo no trató en ningún caso al Señor Jesús como Cristo, y mucho menos como a Dios. Este es un asunto muy serio. ¿Por qué haría Pablo tal cosa? (No reconoció que Dios encarnado poseía la esencia de Dios, así que no trató al Señor Jesucristo como tal). (No vio las palabras del Señor Jesús como la verdad, ni tampoco que el Señor Jesucristo fuera la encarnación de la verdad). (En apariencia, Pablo afirmaba creer en el Señor Jesús, pero en lo que realmente creía era en un dios vago en el cielo). (No buscó la verdad, así que fue incapaz de darse cuenta de que Cristo era la verdad y la vida). Continuad. (Pablo dijo que, para él, el vivir era Cristo. Quería convertirse en Dios y sustituir al Señor Jesús). Todo lo que habéis dicho concuerda con los hechos. Cada una de las formas en las que Pablo se manifestó y cada uno de sus pecados era más grave que el anterior.

Analicemos esta frase que dijo Pablo: “Me está reservada la corona de justicia”. Son unas palabras impresionantes. Fíjate en las que escogió: “la corona de justicia”. En general es muy atrevido usar la palabra “corona”, pero ¿quién se atrevería a usar “justicia” como expresión atributiva para definir una corona? Solo Pablo se atrevería a usarla. ¿Por qué la usó? Esta palabra tiene un origen y se escogió con cuidado; ¡existen profundas connotaciones tras sus palabras! ¿Qué connotaciones? (Trataba de presionar a Dios con esta palabra). Por un lado, quería presionar a Dios. Sin duda, su intención era realizar una transacción, y también hay una parte que consiste en tratar de ponerle condiciones a Dios. Por otro lado, ¿se escondía algún propósito detrás de que siempre predicara sobre la corona de justicia? (Quería descarriar a la gente, y hacerle pensar que, si no conseguía una corona, Dios no era justo). Hay una cualidad de instigación y desorientación en predicar así sobre esto, lo que está relacionado con los deseos y ambiciones de Pablo. Para acabar por materializar y cumplir con su deseo de obtener una corona de justicia, usaba la táctica de predicar sobre ello en todas partes. En parte, su meta al predicar estas palabras era instigar y desorientar a la gente; era inculcar un pensamiento determinado en aquellos que escuchaban, concretamente: “Alguien como yo que se esfuerce tanto, que viaje tanto y que persiga de la manera que yo lo hago, será capaz de conseguir la corona de justicia”. Tras escuchar esto, la gente pensaba con naturalidad que Dios solo era justo si una persona como Pablo recibía la corona. Les parecía que debían perseguir, viajar y esforzarse como lo hacía Pablo, que no podían escuchar al Señor Jesús, y que Pablo era el referente, el Señor, y la dirección y la meta hacia las que la gente debía caminar. Además, consideraban que, si hacían las cosas a la manera de Pablo, conseguirían la misma corona y el mismo final y destino que él. Por una parte, Pablo incitaba y desorientaba a la gente. Por otra, su meta era de lo más siniestra. En el fondo de su corazón, pensaba: “En las improbables circunstancias de que no consiga una corona, que resulte que solo haya sido cosa de mi propia imaginación y mi pensamiento ilusorio, significará que todo el mundo que cree en Cristo, incluido yo mismo, estaba equivocado en su fe. Significará que no existe un Dios en la tierra, y también negaré Tu existencia en el cielo, Dios, ¡y no podrás hacer nada al respecto!”. Lo que pretendía decir era: “Si no consigo esta corona, no solo los hermanos y hermanas te negarán, sino que te impediré ganar a todas las personas a las que he instigado y que conocen estas palabras. También impediré que te ganen ellas a Ti, y al mismo tiempo, negaré Tu existencia como Dios en el cielo. No eres justo. Si yo, Pablo, no puedo conseguir una corona, ¡nadie más lo hará!”. Esta era la parte siniestra de Pablo. ¿Acaso no es el comportamiento de un anticristo? Es el comportamiento de un demonio anticristo: instigar, desorientar y engatusar a la gente, además de clamar abiertamente contra Dios y oponerse a Él. En lo profundo de su corazón, Pablo pensó: “Si no consigo una corona, Dios no es justo. Si la consigo, solo entonces es una corona de justicia y solo entonces la justicia de Dios es realmente justa”. Este es el origen de su “corona de justicia”. ¿Qué hacía con eso? Instigar y desorientar abiertamente a aquellos que seguían a Dios. Usaba al mismo tiempo esos métodos para clamar abiertamente contra Dios y oponerse a Él. En otras palabras, su comportamiento era de rebelión. ¿Cuál era la naturaleza de su comportamiento? En apariencia, las palabras que usaba Pablo parecían corteses y adecuadas, sin nada de malo. ¿Quién no creería en Dios para conseguir una corona de justicia y que lo bendijeran? Incluso la gente sin calibre, como poco, cree en Dios para entrar en el cielo. Les alegraría incluso que les pidieran barrer las calles o guardar una puerta del cielo. Que alguien tenga esa intención y objetivo en la fe en Dios se puede considerar adecuado y entendible. Sin embargo, ese no era el único objetivo de Pablo. Dedicó mucho esfuerzo, invirtió mucha energía y armó mucho alboroto a la hora de predicar sobre su corona de justicia. Lo que dijo Pablo ponía al descubierto su naturaleza maliciosa, además de cosas ocultas y oscuras en su fuero más interno y profundo. En su momento, Pablo se hizo un gran nombre y muchos lo idolatraron. Iba por todas partes predicando esas teorías e ideas altisonantes, sus nociones y figuraciones, además de las cosas que había aprendido en sus estudios y las que había deducido con su propia mente. Cuando Pablo las predicó por todas partes, ¿qué impacto debió de tener en la gente de aquella época y con qué gravedad debió de dañarla y envenenarla en el fondo de su corazón? Además, ¿cómo de grande ha sido el impacto en las personas de las siguientes generaciones que se enteraron de esas cosas a partir de sus cartas? Los que han leído sus palabras no pueden deshacerse de tales cosas por mucho que lo intenten, ¡se les ha envenenado demasiado profundamente! ¿Hasta qué punto? Ha aparecido un fenómeno llamado “el efecto Pablo”. ¿Qué es el efecto Pablo? Hay un fenómeno en la religión según el cual la gente está influenciada por los pensamientos, puntos de vista, argumentos y actitudes corruptas que reveló este. Afecta en particular a las personas cuyas familias han creído en Dios durante varias generaciones, a las que han seguido a Cristo durante muchas décadas. Dicen: “Nuestra familia lleva generaciones creyendo en el Señor y no sigue las tendencias mundanas. Nos hemos distanciado del mundo secular, y hemos renunciado a nuestras familias y carreras para entregarnos a Dios. Lo hacemos todo igual que lo hacía Pablo. Si no recibimos coronas o no entramos en el cielo, tendremos algo de lo que discutir con Dios cuando venga”. ¿No es ese un argumento de la gente? (Sí). Y esa tendencia es bastante significativa. ¿De dónde proviene? (De lo que predicó Pablo). Es el maligno resultado del tumor que plantó Pablo. Si Pablo no incitara así a la gente ni dijera siempre: “Me está reservada la corona de justicia” y “Para mí, el vivir es Cristo”, sin el trasfondo de aquella época de la historia, ahora las personas no tendrían conocimiento de esas cosas. Aunque tuvieran esa forma de pensar, carecerían del descaro de Pablo. Todo se debió al estímulo y la instigación de Pablo. Si llega el día en el que no las bendigan esas personas tendrán el atrevimiento de desafiar abiertamente al Señor Jesús, e incluso querrán ascender al tercer cielo y disputar ese asunto con el Señor. ¿Acaso no se trata de la rebelión del mundo religioso contra el Señor Jesús? ¡Está claro que Pablo ha causado un fuerte impacto en el mundo religioso! Ahora que he hablado hasta este punto, podéis deducir cuál fue el quinto pecado de Pablo, ¿verdad? A la hora de resumir el origen de “la corona de justicia” de la que habló Pablo, el foco se halla en la palabra “justicia”. ¿Por qué mencionó “justicia”? En la tierra, fue porque quería instigar y desorientar al pueblo escogido de Dios, de modo que pensaran igual que él. En el cielo, quería presionar a Dios con esta palabra y clamar contra Él. Esa era la meta de Pablo. Aunque nunca la verbalizó, la palabra “justicia” ya dejó a las claras su meta y su inclinación a clamar contra Dios. Ya quedó al descubierto; todo esto son hechos. Con base en ellos, ¿puede la esencia-naturaleza de Pablo resumirse solo como arrogante, sentenciosa, falsa y que no ama la verdad? (No). No se puede resumir en esos términos. Al hacer Yo referencia a estos hechos y diseccionarlos, analizarlos y definirlos, deberíais ser capaces de ver la esencia-naturaleza de Pablo con mayor claridad y minuciosidad. Ese es el efecto que se logra al analizar una esencia tomando como base los hechos. Cuando Pablo clamó contra Dios, no estaba experimentando en privado un episodio emocional sin importancia, cierto carácter rebelde o una incapacidad para someterse. No se trataba de un problema común relacionado con la revelación de un carácter corrupto, sino que se había intensificado hasta utilizar abiertamente todo tipo de métodos para instigar y desorientar a las personas mediante cartas y en ámbitos públicos, de modo que todos juntos se unieran para alzarse airadamente y clamar contra Dios. Pablo no solo clamó contra Dios, sino que incitó a todo el mundo a que también lo hiciera. No solo era arrogante, ¡era un diablo! Este pecado es más grave que el último. ¿Es bueno o malo que hablemos de pecados cuya gravedad es cada vez mayor? (Es bueno). ¿En qué sentido? (Porque así adquirimos más discernimiento de Pablo). Cuando cuentes con mayor discernimiento, serás capaz de desgranar minuciosamente y de ver con claridad las diversas manifestaciones y revelaciones de corrupción de Pablo, así como su verdadero rostro. Al hacerlo, ¿habrás alcanzado nuestro objetivo? (No). Deberás considerar todas las manifestaciones de Pablo que hemos resumido, así como el contenido principal, los temas y la esencia de estas, y ponerlas en relación contigo mismo y los que te rodean. Cuando hayas percibido claramente la gran diferencia que existe entre la senda por la que caminas y tu propia esencia, en comparación con la de Pablo, habrás obtenido resultados completamente satisfactorios y alcanzado nuestro objetivo de diseccionar a Pablo. Hay quienes dicen: “No existen en mí manifestaciones de la búsqueda de la corona de justicia de Pablo”. Es posible que tus manifestaciones y tu esencia no sean tan fuertes como las de Pablo, pero sí que hay cierta coincidencia entre tu esencia y la suya. Él poseía manifestaciones así, y tú posees estados semejantes. Se puede decir que las manifestaciones de Pablo representaban un 10 o un 12 en la escala, ¿y las tuyas? (Yo me encuentro en un siete o un ocho). Pablo revelaba esas cosas en todo momento y siempre estaba lleno de ellas. Aunque es posible que tú no las reveles todo el tiempo, lo haces a menudo. Es probable que pases la mitad de tu vida haciendo tales cosas y viviendo en esos estados. Sobre todo, cuando Dios te pone pruebas, cuando la obra de Dios no concuerda con tus nociones, cuando Él te poda, y cuando los ambientes que instrumenta para ti no cumplen con tus expectativas, puede que ese tipo de estados afloren dentro de ti; puede que clames contra Dios y te opongas a Él. En momentos así, podría serte útil nuestro análisis de cómo Pablo instigaba y desorientaba a la gente. ¿Por qué? Porque ahora tu mente es consciente de la gravedad de la naturaleza de las manifestaciones de Pablo; no eran simples revelaciones de actitudes corruptas, sino más bien de una esencia-naturaleza diabólica que se opone a Dios. Cuando surjan estados semejantes en ti, te darás cuenta de la gravedad del problema. Entonces debes darte la vuelta, arrepentirte y abandonar ese estado incorrecto. Deberás alejarte de él, buscar la verdad y una senda de sumisión a Dios. Esa es la verdadera senda que los humanos deben seguir, y la ley a la que los seres creados deben atenerse. Esta charla ayuda a la gente.

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