Cómo perseguir la verdad (12) Parte 1

En las últimas reuniones, hemos hablado sobre temas relativos al matrimonio en “desprenderse de las búsquedas, los ideales y los deseos de las personas”, ¿verdad? (Sí). Básicamente ya hemos terminado de compartir sobre los temas referentes al matrimonio. Esta vez, debemos hablar sobre temas relacionados con la familia. Vamos a fijarnos primero en qué aspectos de la familia tienen relación con las búsquedas, los ideales y los deseos de las personas. A nadie le debería resultar ajeno el concepto de familia. Entre las primeras cosas que vienen a la mente cuando surge este tema, se encuentran la composición y los miembros de una familia, así como algunos asuntos y personas relacionados con ella. Existen muchos temas de esta índole que implican a la familia. Independientemente del número de imágenes y pensamientos que surjan en tu mente, ¿guardan estos relación con la cuestión de “desprenderse de las búsquedas, los ideales y los deseos de las personas”, sobre la que vamos a hablar hoy? Antes de comenzar con nuestra charla, ni siquiera sabes si esas cosas están relacionadas. Así pues, antes de seguir adelante con ella, ¿sois capaces de decirme qué entiende la gente por el concepto de “familia” o cualquier cosa que se os ocurra de la que haya que desprenderse en lo que respecta a la familia? Hemos hablado con anterioridad de varios aspectos relativos a las búsquedas, los ideales y los deseos de las personas. ¿Habéis identificado qué implica cada aspecto de este tema sobre el que hemos compartido? Con independencia de a qué aspectos nos refiramos, la cuestión no radica en las cosas de las que debe desprenderse la gente, sino en las ideas y los puntos de vista equivocados que tienen al respecto, así como en los diversos problemas que experimentan en relación con este asunto. Estos diversos problemas son la esencia de lo que debemos compartir sobre dichos aspectos. Se trata de asuntos que afectan a la búsqueda de la verdad de las personas, o para ser más precisos, todos son problemas que impiden a la gente perseguir y entrar en la verdad. Es decir, si experimentas desviaciones o problemas en tu conocimiento de algún asunto, también se producirán los problemas correspondientes en tu postura, enfoque o manejo de dicha cuestión, y estos últimos problemas son los temas sobre los que hemos de compartir. ¿Por qué hemos de hablar sobre ellos? Porque esos problemas tienen un impacto significativo o inmenso en tu búsqueda de la verdad y en tus puntos de vista correctos y conforme a los principios al respecto, y además afectan naturalmente a la pureza de tu método de práctica en relación con ese asunto y a tus principios para lidiar con él. Del mismo modo que compartimos sobre los temas de los intereses personales, las aficiones y el matrimonio, vamos a hablar del tema de la familia porque se tienen muchas ideas, puntos de vista y posturas incorrectos sobre ella, o porque la propia familia ejerce mucha influencia negativa sobre las personas, algo que las conduce de manera natural a adoptar ideas y puntos de vista incorrectos. Estas ideas y puntos de vista incorrectos afectarán a tu búsqueda de la verdad y te llevarán a los extremos, de tal modo que cuando te encuentres con cuestiones que atañan la familia o afrontes problemas relacionados con ella, no tendrás los puntos de vista ni la senda correctos para enfocar o afrontar estos asuntos y cuestiones ni para resolver los diversos problemas que se deriven de ellos. Este es el principio por el que se rigen nuestras enseñanzas sobre cada tema, y también constituye el problema principal que se ha de resolver. Entonces, en lo que respecta al tema de la familia, ¿se os ocurre qué influencias negativas ejerce esta sobre vosotros, y de qué maneras obstaculiza vuestra búsqueda de la verdad? En el transcurso de tu fe y el desempeño de tu deber, y mientras persigues y practicas la verdad o buscas los principios-verdad, ¿de qué maneras influye y pone trabas la familia en tu pensamiento, tus principios de conducta, tus valores y tu perspectiva de vida? En otras palabras, naciste en el seno de una familia, entonces ¿qué influencias, qué ideas y puntos de vista incorrectos, y qué obstáculos y trastornos te genera esa familia en tu vida diaria como creyente y en tu búsqueda y conocimiento de la verdad? Del mismo modo que la enseñanza sobre el tema del matrimonio se rige por un principio, igual sucede con el tema de la familia. No te exige desprenderte del concepto de familia en un sentido formal, ni en lo que respecta a tu pensamiento y puntos de vista, así como tampoco que te desprendas de tu familia física real ni de ningún miembro de esta. Lo que te exige es que te desprendas de las diversas influencias negativas que la propia familia ejerce sobre ti, así como de los obstáculos y trastornos que esta provoca en tu búsqueda de la verdad. Más en concreto, se puede decir que tu familia causa enredos y problemas específicos y precisos que puedes sentir y experimentar en el transcurso de la búsqueda de la verdad y el cumplimiento de tu deber, y que te limitan de tal manera que eres incapaz de liberarte o llevar a cabo eficazmente tus deberes y perseguir la verdad. Esos enredos y problemas dificultan que te deshagas de las restricciones e influencias que causa la palabra “familia” o de las personas o asuntos que esta conlleva, y hacen que te sientas oprimido en el trascurso de tu fe y en el cumplimiento de tu deber a causa de la existencia de la familia o de las influencias negativas que esta ejerce sobre ti. Esos enredos y problemas también afectan a menudo a tu conciencia e impiden que tu cuerpo y mente se liberen, y suelen hacer que pienses que, si fueras en contra de las ideas y los puntos de vista que adquiriste de tu familia, no tendrías humanidad y perderías tu moralidad y los estándares y principios mínimos de conducta. Cuando se trata de asuntos familiares, a menudo te debates entre la línea roja de la moralidad y la práctica de la verdad, incapaz de encontrar una salida y escapar de ahí. ¿Qué problemas concretos se plantean? ¿Se os ocurre alguno? ¿Sentís alguna vez en vuestra vida cotidiana algunas de las cosas que acabo de mencionar? (Por medio de la enseñanza de Dios, recuerdo que, debido a que tenía algunos puntos de vista erróneos acerca de mi familia, no podía practicar la verdad y me provocaba remordimientos hacerlo. En el pasado, cuando acababa de terminar mis estudios y quise dedicarme a cumplir con mi deber, sufrí un conflicto interior. Creía que, como mi familia me había criado y financiado los estudios durante todo ese tiempo, ahora que me había graduado en la universidad, si no ganaba dinero y la mantenía, no sería un buen hijo y carecería de humanidad, lo cual me pesaba en la conciencia. En aquel momento, me debatí acerca de esa cuestión durante varios meses, hasta que finalmente encontré una salida en las palabras de Dios, y decidí hacer todo lo posible por cumplir con mi deber. Creo que esas opiniones erróneas sobre la familia sí afectan a las personas). Este es un ejemplo típico. Son grilletes invisibles que la familia impone sobre las personas, y también son problemas que los sentimientos, las ideas o los puntos de vista de las personas respecto a su familia causan en relación con su vida, sus búsquedas y su fe. En cierta medida, esos problemas generan una presión y una carga en lo más profundo de tu corazón, que en el fondo dan lugar de vez en cuando a algunos malos sentimientos. ¿Quién puede añadir algo más? (Dios, albergo la opinión de que, como una niña que ya es mayor, debería mostrar piedad filial y encargarme de todas las preocupaciones y problemas de mis padres. Sin embargo, dado que me dedico a mis deberes a tiempo completo, soy incapaz de ser una buena hija con mis padres o de hacer algunas cosas por ellos. Al ver que mis padres siguen afanándose por ganarse la vida, en el corazón siento que tengo una deuda con ellos. Cuando empecé a creer en Dios, estuve a punto de traicionarlo por ese motivo). Esto es también uno de los efectos negativos que la inculturación de la familia ejerce sobre el pensamiento y las ideas de alguien. Tú casi traicionaste a Dios, pero hay quienes realmente lo hicieron. Algunas personas no pudieron desprenderse de su familia debido a sus fuertes nociones familiares. Al final, optaron por seguir viviendo en aras de su familia y renunciaron a cumplir con sus deberes.

Todo el mundo tiene una familia, cada uno se cría en una familia distinta, y procede de un entorno familiar diferente. La familia es muy importante para todos, y es algo que deja una gran huella en la vida de una persona, algo que proviene de muy dentro y a lo que es difícil renunciar y desprenderse. Aquello de lo que la gente no puede desprenderse y a lo que les resulta difícil renunciar no es la casa familiar o todos los electrodomésticos, utensilios y objetos que hay en ella, sino los miembros que componen esa familia, o el ambiente y el afecto que la inundan. Ese es el concepto de familia que existe en la mente de las personas. Por ejemplo, los miembros de más edad de la familia (abuelos y padres), los de edad similar a la tuya (hermanos, hermanas y cónyuge) y la generación más joven (tus propios hijos) son los miembros importantes en el concepto que la gente tiene de familia, y también son componentes esenciales en todas las familias. ¿Qué significa la familia para la gente? Significa un sustento emocional y un apoyo espiritual. ¿Qué más significa la familia? Un lugar donde uno puede encontrar calidez, donde puede desahogarse o ser indulgente y caprichoso. Algunos dicen que la familia es un refugio seguro, un lugar donde uno puede obtener sustento emocional, donde comienza la vida de una persona. ¿Qué más? Describídmelo. (Dios, creo que el hogar familiar es un lugar para que las personas crezcan, un lugar donde los miembros de la familia se hacen compañía y dependen los unos de los otros). Muy bien. ¿Qué más? (Yo solía pensar que la familia era un refugio acogedor. Por mucha injusticia que haya sufrido en el mundo, siempre que vuelvo a casa, mi ánimo y mi espíritu se relajan en todos los aspectos gracias al apoyo y la comprensión de mi familia, así que me parecía que la familia era un refugio seguro en ese sentido). El hogar familiar es un lugar lleno de consuelo y calidez, ¿no? Para la gente, la familia es importante. Cuando alguien es feliz, espera compartir su alegría con su familia; cuando está afligido y triste, también espera poder confiar sus problemas a su familia. Siempre que alguien tiene sentimientos de alegría, ira, tristeza o felicidad, tiende a compartirlos con su familia, sin ningún tipo de presión o carga. Para toda persona, la familia es algo cálido y hermoso, una forma de sustento para el espíritu al que la gente no puede renunciar ni del que puede prescindir en ningún momento de su vida, y el hogar familiar es un lugar que proporciona un enorme apoyo a la mente, el cuerpo y el espíritu de las personas. Por consiguiente, la familia es una parte indispensable de la vida de cada uno. Ahora bien, ¿qué tipo de influencias negativas tiene ese lugar, el cual es tan importante en la existencia y la vida de las personas, en su búsqueda de la verdad? Para empezar, se puede afirmar con certeza que, por muy importante que sea la familia en la existencia y la vida de las personas, o por muy relevante que sea el papel que esta desempeña y la función que cumple en su existencia y su vida, también provoca algunos problemas, tanto grandes como pequeños, en su senda hacia la búsqueda de la verdad. Aunque desempeña un papel importante en el transcurso de la búsqueda de la verdad, también genera todo tipo de molestias y problemas difíciles de evitar. Es decir, a lo largo de la búsqueda y la práctica de la verdad de las personas, los diversos problemas psicológicos e ideológicos que crea la familia, así como los relacionados con los aspectos formales, les causan muchas complicaciones. ¿Qué conllevan exactamente esos problemas? Por supuesto, en el proceso de la búsqueda de la verdad, las personas ya han experimentado esos problemas en mayor o menor medida, lo único que ocurre es que no los han considerado ni analizado detenidamente para averiguar cuáles son exactamente las cuestiones inherentes. Es más, no han identificado la esencia de esos problemas, y mucho menos los principios-verdad que se deberían entender y acatar. Así pues, hoy hablaremos sobre el tema de la familia y acerca de los problemas y obstáculos que esta pone en el camino de la búsqueda de la verdad, así como sobre las búsquedas, los ideales y los deseos de los que las personas deberían desprenderse en relación con el tema de la familia. Se trata de un problema muy real.

Si bien el tema de la familia es importante, plantea problemas específicos. El problema sobre el que vamos a hablar hoy es la influencia negativa, la interferencia y el obstáculo a los que se enfrentan las personas en la senda de la búsqueda de la verdad como consecuencia de la familia. ¿Cuál es el primer problema del que uno debe desprenderse con respecto a la familia? La identidad que uno hereda de la familia. Se trata de un asunto importante. Hablemos en concreto de la importancia de esta cuestión. Cada persona procede de una familia distinta con unos antecedentes y un entorno de vida diferentes, su propia calidad de vida, y un modo y unos hábitos de vida específicos. Cada cual hereda una identidad propia de su entorno de vida y de sus antecedentes familiares. Esa identidad distintiva no solo representa el valor específico de cada persona en la sociedad y entre los demás, sino que también es un símbolo y un marcador diferenciado. ¿Qué indica ese marcador? Indica si una persona es considerada distinguida o inferior en el grupo al que pertenece. Esa identidad distintiva determina el estatus de una persona en la sociedad y entre las demás personas, y ese estatus se hereda de la familia en la que ha nacido. Por lo tanto, tu origen familiar y el tipo de familia en el que vives son muy importantes, porque influyen en tu identidad y estatus entre otras personas y en la sociedad. Así pues, tu identidad y estatus determinan si tu lugar en la sociedad es distinguido o inferior, si eres respetado, apreciado y admirado por los demás, o bien si te desprecian, te discriminan y pisotean. Justamente porque la identidad que la gente hereda de su familia afecta a su situación y a su futuro en la sociedad, dicha identidad heredada es muy decisiva e importante para cada persona. Debido precisamente a que esta influye en tu prestigio, estatus y valía en la sociedad, así como en tu sentido del honor o la humillación en esta vida, tú mismo tiendes a conceder gran importancia a tus antecedentes familiares y a la identidad que has heredado de tu familia. Dado que este asunto tiene un impacto abrumador en ti, te resulta muy importante y significativo en la senda de tu existencia. Al tratarse de una cuestión tan importante y significativa, ocupa un lugar crucial en lo más profundo de tu alma y, desde tu punto de vista, es sumamente trascendental. No solo concedes gran importancia a la identidad que has heredado de tu familia, sino que también observas la identidad de cualquier persona que conoces o desconoces desde el mismo punto de vista, con los mismos ojos y de la misma manera, y utilizas ese punto de vista para analizar la identidad de todas las personas con las que entras en contacto. Te sirves de su identidad para juzgar su talante y determinar cómo tratar e interactuar con ellas, ya sea en términos amistosos e igualitarios, sometiéndote a ellas y siguiendo cada una de sus palabras, o simplemente tratándolas y contemplarlas con una mirada despectiva y discriminatoria, o incluso asociándote e interactuando con ellas de manera inhumana y en términos no equitativos. Estas maneras de ver a los demás y enfocar las cosas vienen en gran medida determinadas por la identidad que una persona obtiene de su familia. El origen y la posición de tu familia determinan el tipo de estatus social que tendrás, y el tipo de estatus social que tienes condiciona los modos y principios con los que ves y tratas a las personas y las cosas. Por lo tanto, la actitud y los modos que adopta una persona para enfrentarse a las cosas dependen, en gran medida, de la identidad que heredó de su familia. ¿Por qué digo “en gran medida”? Existen algunas circunstancias particulares, de las que no hablaremos. Para la gran mayoría, la situación es la que acabo de describir. Todas las personas suelen estar influidas por la identidad y el estatus social que heredan de su familia, y los modos que adoptan para ver y tratar a las personas y las cosas también suelen estar relacionados con esa identidad y estatus social, lo que resulta muy natural. Precisamente porque se trata de algo inevitable y es un punto de vista sobre la existencia que la familia aporta de forma natural, el origen de dicho punto de vista y de la forma de vida de una persona depende de la identidad que esta hereda de su familia. Esa identidad determina los modos y principios con los que una persona ve y trata a las personas y las cosas, así como su actitud a la hora de elegir y tomar decisiones relativas a la forma de ver y tratar a las personas y las cosas. De forma ineludible, esto les genera un problema muy grave. El origen de sus ideas y puntos de vista a la hora de ver y tratar a las personas y las cosas se encuentra, por un lado, inevitablemente influido por la familia y, por otro, por la identidad que una persona hereda de esta, y es muy difícil que se desprendan de esa influencia. De ahí que sean incapaces de tratarse a sí mismas de forma correcta, racional y justa, o de tratar a los demás con justicia, y que también sean incapaces de tratar tanto a las personas como a todo lo demás de una forma que concuerde con los principios-verdad que enseña Dios. En lugar de eso, son flexibles en su manera de tratar los asuntos, aplicar los principios y tomar decisiones, en función de las diferencias entre su propia identidad y la de los demás. Dado que los modos en que las personas ven y tratan las cosas en la sociedad y entre los demás están influidos por la posición de su familia, estos modos deben contradecir los principios y modos de tratar las cosas que Dios les ha comunicado. Para ser más precisos, esos modos deben ser antagónicos a esos principios y modos que ha enseñado Dios, estar en conflicto con ellos y vulnerarlos. Si los modos de hacer las cosas de las personas se basan en la identidad y el estatus social que heredan de su familia, estas adoptarán de forma inevitable modos y principios diferentes o particulares de hacer las cosas, debido a sus propias identidades distintivas o especiales y a las de los demás. Esos principios que adoptan no son la verdad, ni están de acuerdo con ella. No solo vulneran la humanidad, la conciencia y la razón, sino que, lo que es aún más grave, también vulneran la verdad, porque determinan lo que alguien debe aceptar o rechazar en función de sus preferencias e intereses, así como el grado de sus mutuas exigencias. Por lo tanto, en ese contexto, los principios conforme a los que la gente ve y trata las cosas son injustos, no están de acuerdo con la verdad y se basan por completo en las necesidades emocionales de las personas y en su necesidad de obtener beneficios. Al margen de si has heredado de tu familia una identidad distinguida o inferior, dicha identidad ocupa un lugar en tu corazón, e incluso una posición muy importante en el caso de algunas personas. Así pues, si quieres perseguir la verdad, esa identidad influirá e interferirá forzosamente en tu búsqueda. Es decir, en el proceso de la búsqueda de la verdad, es inevitable que te encuentres con preguntas tales como de qué manera debes tratar a las personas y enfocar las cosas. En lo que respecta a esas cuestiones y asuntos importantes, no podrás evitar ver a las personas y las cosas a partir de las perspectivas o los puntos de vista asociados a la identidad que heredaste de tu familia, ni tampoco utilizar esa forma tan primitiva o socializada de observar a las personas y abordar las cosas. Tanto si la identidad que adquieres de tu familia hace que sientas que tu estatus en la sociedad es distinguido o bajo, sea como fuere, esa identidad tendrá un impacto en tu búsqueda de la verdad, tu perspectiva de vida adecuada y tu senda correcta de búsqueda de la verdad. Más concretamente, influirá en tus principios a la hora de abordar las cosas. ¿Lo entiendes?

Las distintas familias aportan a las personas diversas identidades y estatus sociales. Tener un buen estatus social y una identidad distinguida es motivo de disfrute y regocijo, mientras que quienes heredan su identidad de una familia humilde y modesta se sienten inferiores y avergonzados en su trato con los demás, y también consideran que no se les toma en serio ni se les tiene en alta estima. A menudo, también sufren discriminación, lo que les provoca angustia y baja autoestima en su interior. Por ejemplo, puede que los padres de algunos sean pequeños agricultores que trabajen la tierra y vendan verduras; los padres de otros pueden ser comerciantes y disponer de un pequeño negocio, como un puesto callejero o de venta ambulante; otros pueden trabajar en la industria artesanal, confeccionando y haciendo arreglos de ropa, o dedicarse a la artesanía para ganarse la vida y mantener a toda la familia. Algunos padres pueden trabajar en el sector de servicios como limpiadores o niñeras; otros, en mudanzas o transportes; algunos pueden ser masajistas, esteticistas o barberos, y otros reparan cosas, como zapatos, bicicletas, gafas, etcétera. Es posible que ciertos padres tengan conocimientos artesanales más avanzados y reparen objetos como joyas o relojes, mientras que otros pueden tener un estatus social aún más bajo y depender de la recogida y venta de residuos para mantener a sus hijos y sacar adelante a su familia. Todos esos padres tienen un estatus profesional relativamente bajo en la sociedad y, como consecuencia obvia, el estatus social de todos los miembros de su familia también será bajo. Así que, a ojos del mundo, las personas que proceden de esas familias tienen un estatus y una identidad inferiores. Justamente porque la sociedad adopta esa forma de ver la identidad de una persona y de medir su valía, si tus padres son pequeños agricultores y alguien te pregunta: “¿A qué se dedican tus padres? ¿Cómo es tu familia?”, responderás: “Mis padres… oh, es que… no vale la pena mencionarlo”, y no te atreverás a decir a qué se dedican, porque te da demasiada vergüenza. Cuando te encuentras con compañeros de clase y amigos o sales a cenar, la gente se presenta y habla de sus buenos antecedentes familiares o de su elevado estatus social. Sin embargo, si procedes de una familia de pequeños agricultores, pequeños comerciantes o vendedores ambulantes, no quieres decirlo y te avergüenzas. Hay un dicho popular en la sociedad que dice: “No le preguntes a un héroe por sus orígenes”. Este enunciado suena muy noble, y a quienes tienen un estatus social bajo les ofrece una pizca de esperanza y un rayo de luz, así como un ápice de consuelo. Pero ¿por qué es popular en la sociedad un dicho así? ¿Es porque la gente que vive en ella presta demasiada atención a su identidad, valía y estatus social? (Sí). Los que proceden de entornos humildes siempre carecen de confianza, así que utilizan este dicho para consolarse, además de para tranquilizar a los demás, pues piensan que, si bien su estatus e identidad son inferiores, cuentan con un estado mental superior, lo cual es algo que no puede adquirirse por medio del aprendizaje. Por muy humilde que sea tu identidad, si tu estado mental es superior, demuestra que eres una persona honorable, incluso más que aquellas con una identidad y un estatus distinguidos. ¿Qué problema sugiere esto? Cuanto más dice la gente: “No le preguntes a un héroe por sus orígenes”, más demuestra que se preocupan por su identidad y estatus social. Sobre todo cuando la identidad y el estatus social de alguien son muy humildes y bajos, dicha persona utiliza ese dicho para consolarse y compensar el vacío y la insatisfacción de su corazón. Los padres de algunas personas son peores incluso que los pequeños comerciantes, vendedores ambulantes, pequeños agricultores y artesanos, o que aquellos que realizan en la sociedad cualquiera de esos trabajos insignificantes, humildes y de muy bajos ingresos, de modo que la identidad y el estatus social que esas personas heredan de sus padres son aún más bajos. Por ejemplo, algunos padres tienen bastante mala fama en la sociedad, no hacen realmente lo que deberían y no tienen una ocupación socialmente aceptable ni unos ingresos fijos, por lo que les cuesta asumir los gastos de su familia. Otros apuestan con frecuencia y pierden dinero cada vez que lo hacen. Al final, la familia queda arruinada y sin un céntimo, incapaz de afrontar los gastos cotidianos. Los niños que nacen en esa familia visten ropas raídas, pasan hambre y viven en la pobreza. Cada vez que se celebran reuniones de padres y profesores en la escuela, los padres no acuden y los profesores saben que están enfrascados en sus apuestas. No hace falta decir qué tipo de identidad y estatus tienen esos niños a ojos de los profesores y entre sus compañeros de clase. Los niños que nacen en ese tipo de familia están condenados a sentir que no pueden mantener la cabeza alta ante los demás. Aunque estudien mucho y trabajen duro, y a pesar de que tengan una mentalidad fuerte y destaquen entre el resto, la identidad que heredan de esa familia ya ha determinado su estatus y valor a ojos de los demás, lo que puede provocar que una persona se sienta muy deprimida y angustiada. ¿De dónde procede esa angustia y depresión? De la escuela, de los profesores, de la sociedad y, sobre todo, de los puntos de vista incorrectos de la humanidad con respecto al trato con las personas. ¿No es así? (Sí). Algunos padres no tienen demasiada mala fama en la sociedad, pero han hecho cosas desagradables. Por ejemplo, en el caso de padres que han sido condenados y encarcelados por malversación de fondos y aceptación de sobornos, o porque infringieron la ley al cometer algo ilegal o dedicarse a la especulación y el lucro. El resultado es que tienen un impacto negativo y adverso en su familia, ya que obligan a sus familiares a sufrir esa desgracia junto a ellos. Por lo tanto, pertenecer a ese tipo de familia tiene en efecto un mayor impacto en la identidad de una persona. No solo su identidad y estatus social son bajos, sino que también se la desprecia, e incluso se la tacha con etiquetas como “malversador” y “miembro de una familia de ladrones”. Una vez que se tacha a alguien con este tipo de etiquetas, su identidad y su estatus social se verán aún más afectados, lo que agravará su situación en la sociedad y la hará sentirse aún más incapaz de levantar la cabeza. Por mucho que te esfuerces o por muy amable que seas, no podrás cambiar tu identidad ni tu estatus social. Desde luego, estas consecuencias son también el efecto que tiene la familia en la identidad de una persona. Luego hay estructuras familiares que son relativamente complicadas. Por ejemplo, hay quienes no tienen madre biológica, sino una madrastra, que no es muy amable ni considerada con ellos y que no les ofreció demasiados cuidados ni amor maternal cuando eran pequeños. Para esas personas, pertenecer a una familia así les confiere una identidad particular, la de ser indeseadas. En el contexto de esa identidad particular, en su corazón surgen más sombras y sienten que su estatus entre los demás es inferior al de cualquier otra persona. No tienen sentimientos de felicidad, ni sentido de la existencia, ni mucho menos un propósito por el que vivir, y se sienten especialmente inferiores y desafortunadas. Hay otras personas cuya estructura familiar es compleja porque su madre, debido a circunstancias especiales, pasó por una sucesión de matrimonios, de modo que tienen varios padrastros y no saben quién es su verdadero padre. Ni que decir tiene qué tipo de identidad obtendría una persona así por pertenecer a esa familia en concreto. Su estatus social sería bajo a los ojos de los demás, y de vez en cuando habría gente que utilizaría esas cuestiones o algunas opiniones relativas a la familia para humillarla, calumniarla y provocarla. Eso no solo rebajaría la identidad y el estatus de la persona en la sociedad, sino que también la haría sentirse avergonzada e incapaz de dar la cara ante los demás. En resumen, la identidad y el estatus social particulares que las personas heredan al formar parte de una familia determinada, como esas que he mencionado, o la identidad y el estatus social comunes y corrientes que heredan por pertenecer a una familia normal y corriente, es una especie de ligero dolor en lo más profundo de su corazón. Es tanto un grillete como una carga, pero la gente no soporta deshacerse de ello y no está dispuesta a dejarlo atrás. Porque para cada persona, el hogar familiar es el lugar donde nació y creció, y también es un espacio lleno de sustento. Para aquellos cuya familia les impone un estatus social y una identidad humildes y bajos, la familia es a la vez buena y mala, porque psicológicamente no pueden vivir sin ella, pero en lo que se refiere a sus necesidades reales y objetivas, la familia les ha acarreado desgracias de diverso grado, impidiéndoles obtener el respeto y la comprensión que merecen entre otras personas y en la sociedad. Así pues, para ese sector de la población, el hogar familiar es un lugar que aman y odian por igual. Nadie en la sociedad valora ni tiene en alta estima a ese tipo de familia, sino que más bien es discriminada y menospreciada por los demás. Precisamente por eso, los que nacen en ese tipo de familia también heredan la misma identidad, estatus y valor. La vergüenza que sienten por pertenecer a esa familia suele repercutir en sus emociones más profundas, en su visión de las cosas y también en su forma de afrontarlas. En gran medida, eso afecta inevitablemente a su búsqueda de la verdad, y también a la práctica de esta mientras la persiguen. Justamente porque esas cosas pueden afectar a la búsqueda y a la práctica de la verdad, con independencia de cuál sea la identidad que hayas heredado de tu familia, debes desprenderte de ella.

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