Cómo perseguir la verdad (13) Parte 2
La vez pasada también hablamos de otro tema, el de desprenderse de los efectos condicionantes que la familia ejerce sobre ti. Los efectos condicionantes de la familia de una persona comienzan desde que el individuo es joven. A medida que llega a la edad adulta, empieza a aplicar poco a poco en su vida estos pensamientos y puntos de vista condicionados. Para el momento en que ha adquirido cierta cantidad de experiencia vital, pone en práctica libremente estos diversos pensamientos y puntos de vista condicionados en ella por su familia y, sobre esta base, ha acumulado distintos principios, estilos y trucos para lidiar con las cosas, que son incluso más sofisticados, más concretos y más beneficiosos para sí misma. Podría decirse que los efectos condicionantes que ejerce la familia sirven como imprimación de la persona a medida que esta hace la transición a la sociedad y a sus grupos comunitarios, y le permite utilizar con libertad diferentes estilos y trucos para lidiar con las cosas en la vida con los demás. Dado que estos efectos condicionantes que ejerce la familia son una imprimación, están arraigados y profundamente enraizados en el corazón de cada persona. Estas cosas influencian su vida, la manera en que se comporta y actúa, y también su perspectiva sobre la vida. Pero como estos efectos condicionantes no son positivos, también son cosas de las cuales la gente debe desprenderse en su búsqueda de la verdad. No importa si los pensamientos y puntos de vista que tal condicionamiento te inculca se forman o no en las profundidades más recónditas de tu corazón, o si ocupan o no una honda posición dominante, y desde luego no importa si ya se ha confirmado que son ciertos o si ya los has practicado a lo largo de tu existencia: estos efectos condicionantes afectarán tu vida de diversas maneras, tanto en la actualidad como en el futuro, e influirán en la senda de vida que escojas y afectarán tu actitud y los principios según los cuales abordas las cosas. Puede decirse que la amplia mayoría de las familias brindan a las personas los trucos y las filosofías más elementales para los asuntos mundanos, de modo que puedan vivir y sobrevivir en la sociedad. Por ejemplo, la vez pasada hablamos sobre las cosas que los padres dicen siempre, como “El orgullo es tan necesario para la gente como respirar” y “El hombre deja su reputación allá por donde va, de la misma manera que un ganso grazna allá por donde vuela”, así como “Para llegar a la cima, hay que soportar un gran sufrimiento” y “Las primeras espigas que se cortan son las que sobresalen”. ¿Qué más? “La armonía es un tesoro y la paciencia, una virtud” y “Por la boca muere el pez”. Estas diversas ideas y puntos de vista que tu familia condicionó en ti, sin importar si los aplicas o los practicas de manera explícita en la vida diaria, son tu imprimación. ¿Qué quiero decir con “imprimación”? Me refiero a algo que te inspira y te induce a aceptar las filosofías satánicas para los asuntos mundanos. Estos dichos de tu familia te han inculcado la manera más elemental de lidiar con el mundo y de sobrevivir, de modo que tras ingresar a esta sociedad te esfuerces por conseguir fama, beneficios y estatus, intentes simular, ocultarte y protegerte mejor y te empeñes en sobresalir entre los demás, ser el mejor y mantenerte en la cima. Para ti, estas cosas con las cuales tu familia te condiciona son reglas y trucos para lidiar con el mundo que te impulsan a ingresar a la sociedad y asimilar las tendencias malignas.
La vez pasada hablamos de los efectos condicionantes que la familia ejerce sobre las personas. Existen muchos más efectos condicionantes que estos, así que sigamos hablando de ellos. Por ejemplo, algunos padres les dicen a sus hijos: “De cada tres personas, hay al menos una que algo me puede enseñar”. ¿Quién dijo esto? (Confucio). Exacto, lo dijo Confucio. Algunos padres les dicen a sus hijos: “Debes aprender habilidades donde sea que vayas. Una vez que las aprendas, contarás con una destreza en un campo especializado, ya no tendrás que preocuparte por no tener trabajo y serás la autoridad a consultar en cualquier situación. Uno de los sabios de antaño lo expresó bien: ‘De cada tres personas, hay al menos una que algo me puede enseñar’. Cuando estés cerca de otras personas, fíjate quién tiene una destreza en un campo especializado. Apréndela en secreto sin que nadie se entere y, una vez que la domines, se convertirá en tu habilidad, serás capaz de ganar dinero para mantenerte y siempre tendrás cubiertas las necesidades básicas de la vida”. ¿Cuál es el propósito de tus padres al hacerte aprender habilidades cuando estés con los demás? (Progresar en el mundo). El propósito de aprender habilidades es fortalecerte, ser el mejor, aprender destrezas de otros en secreto y, poco a poco, reforzar tus puntos fuertes. Si tienes gran fortaleza ante los demás, contarás con un medio de vida y también con fama y fortuna. Y cuando tengas fama y fortuna, la gente te tendrá en alta estima. Si no tienes habilidades reales, nadie te tendrá en alta estima, así que debes aprender en secreto las destrezas de los demás, aprender sus puntos fuertes y habilidades, y poco a poco convertirte en alguien más fuerte que ellos; esta es la única manera de ser el mejor. Algunos padres les dicen a sus hijos: “Para presumir hay que sufrir”, igualmente con la intención de que sus hijos se ganen el respeto y la alta estima de los demás. Si te esfuerzas, eres diligente y soportas grandes dificultades para aprender habilidades sin que nadie te vea, una vez que las hayas adquirido podrás impresionar a todos con tu brillantez. Asimismo, cuando la gente te menosprecie o te hostigue, podrás hacer alarde de tus talentos y ya nadie se atreverá a hostigarte. Aunque parezcas corriente y ordinario y no hables mucho, tendrás algunas habilidades, como destrezas técnicas que están fuera del alcance de la gente común, de modo que los demás te admirarán por ello, se sentirán inferiores frente a ti y te verán como alguien que los puede ayudar. De este modo, ¿acaso no aumenta tu valía ante la gente? Y a medida que esta aumenta, ¿no te confiere eso un aspecto digno? Si quieres esforzarte por conseguir un estatus distinguido ante los demás, debes soportar dificultades y sufrir cuando nadie te ve. Sin importar cuántas dificultades soportes, simplemente aguanta y sigue adelante, y todo tu sufrimiento merecerá la pena una vez que la gente vea lo capaz que eres. ¿Cuál es el objetivo de tus padres al decirte “Para presumir hay que sufrir”? Su objetivo es que adquieras un estatus distinguido ante los demás y que te tengan en alta estima, en lugar de que te discriminen u hostiguen, de manera que no solo seas capaz de disfrutar de las cosas buenas de la vida, sino que además te ganes el respeto y el apoyo de otros. La gente con esta clase de estatus social no solo no es objeto de hostigamiento por parte del resto, sino que las cosas les resultan fáciles donde sea que vayan. Siempre que la gente te vea venir, dirá: “Ah, eres tú, ¿a qué debemos el placer de tu visita? ¡Es un gran honor verte! ¿Vienes a ocuparte de algún asunto? Yo me encargo. Ah, ¿has venido a comprar billetes? Bueno, no es necesario hacer fila. Yo te consigo la mejor ubicación. Después de todo, somos amigos”. Tú lo aceptas y piensas: “¡Guau! Esta fama que tengo de verdad hace maravillas. Los ancianos tienen razón al decir ‘Para presumir hay que sufrir’. La sociedad es así realmente, está muy centrada en la realidad. Si no tuviera esta reputación, ¿quién me prestaría atención? Si haces fila como una persona normal, los demás podrían verte con desprecio y criticarte, y tal vez ni siquiera te vendan cuando llegues al frente de la fila”. Cuando esperas en fila para ver a un médico en el hospital, alguien te ve desde el otro lado del salón y te dice: “¿No eres fulano de tal? ¿Para qué haces fila? Enseguida te consigo un especialista para que no tengas que esperar”. Tú respondes: “Aún no he pagado”. Y te dice: “No es necesario, pago yo”. Lo meditas y piensas: “Es bueno ser famoso. Soportar todo ese sufrimiento cuando nadie me veía no fue en vano después de todo. Realmente disfruto de un trato especial en la sociedad. Esta sociedad está muy centrada en la realidad, solo tienes que ser famoso para que te reciban bien. ¡Es fantástico!”. Una vez más, te regocijas porque tu sufrimiento no fue en vano, y piensas que mereció la pena padecer toda esa adversidad y ese sufrimiento cuando nadie te veía. Siempre te sorprendes: “No necesito hacer fila para ver a un médico en el hospital”, piensas. “Consigo buenos asientos cuando compro billetes de avión y recibo un trato especial en todas partes. Gracias a mi influencia, incluso puedo ingresar de manera ilegítima. ¡Es genial! Así debería ser la sociedad, la igualdad no es necesaria. La gente debería recibir en función de lo que contribuye. Si no sufres cuando nadie te ve, ¿puedes parecer digno cuando sí te están mirando? Fíjate en mí, por ejemplo. Sufrí cuando nadie me veía, para que cuando me miren pueda recibir un trato especial como este, porque lo merezco”. Siendo así, ¿de qué depende la gente si quiere relacionarse con los demás y conseguir resultados en la sociedad? Confía en que sus talentos y habilidades respaldarán su capacidad de hacer las cosas. Que alguien tenga éxito o no en lo que emprende o lo bueno que sea para conseguir resultados en la sociedad no se basa en el talento ni la humanidad de esa persona, y tampoco en si tiene la verdad. En la sociedad no hay equidad ni igualdad. Y siempre y cuando tengas suficiente diligencia, soportes el sufrimiento cuando nadie te vea y seas lo suficientemente tiránico y temible, podrás adquirir un alto estatus ante los demás. Igual que antaño, cuando la gente competía por convertirse en maestro del mundo de las artes marciales, soportaba gran sufrimiento y practicaba día y noche sin parar, hasta que finalmente dominaba todos los estilos de las diferentes escuelas de artes marciales y había desarrollado un estilo propio único, el cual practicaba a la perfección hasta que se hacía invulnerable. ¿Y qué sucedía al final? En el torneo de artes marciales, derrotaba a los luchadores de todas las escuelas principales y se ganaba el estatus de maestro del mundo de las artes marciales. A fin de parecer digno ante los demás, estaba dispuesto a soportar cualquier clase de sufrimiento, e incluso practicaba ciertas artes oscuras a puertas cerradas. Tras ocho o diez años de práctica, se hacía tan experto que nadie del mundo de las artes marciales podía derrotarlo en el cuadrilátero ni asesinarlo fuera de él, e incluso aunque tomara veneno podía expulsarlo de su cuerpo. Así, consolidaba su posición como maestro del mundo de las artes marciales y nadie podía amenazar su posición: de esto se trata parecer digno ante los demás. A fin de lograrlo, en la antigüedad las personas realizaban exámenes imperiales y ganaban honores académicos. En la actualidad, la gente va a la universidad, se postula para ingresar a posgrados y estudia un doctorado; también perseveran en los estudios a pesar de las dificultades, y se esclavizan día y noche aprendiendo conocimientos inútiles, año tras año. A veces están tan cansados que no quieren seguir estudiando, y ansían tomarse un descanso, pero sus padres los reprenden diciendo: “¿Cuándo vas a demostrar un ápice de compromiso? ¿Todavía quieres parecer digno frente a los demás? Si es así, ¿cómo vas a hacerlo sin sufrir cuando nadie te ve? No te vas a morir por no tomarte un breve descanso, ¿no? ¡Ve a estudiar! ¡Haz la tarea!”. Dicen: “Ya he terminado la tarea y he repasado las lecciones de hoy. ¿Me dejas descansar un rato?”. Pero sus padres replican: “De ninguna manera. Para presumir hay que sufrir”. Lo meditan y piensan: “Mis padres hacen todo esto por mi bien, entonces ¿por qué soy tan testarudo y me interesa tanto divertirme? Debo hacer lo que me dicen. Se dice que es peligroso no hacer caso a los mayores, así que debo escuchar a mis padres. Van a ser así el resto de su vida. Si no los honro, los voy a decepcionar. Además, todavía me falta mucho por vivir, así que ¿qué es un poco de sufrimiento a largo plazo?”. Al pensar en esto, dedican toda su energía a estudiar, repasar las lecciones y hacer la tarea. Se quedan despiertos estudiando hasta pasada la medianoche y, por muy cansados que estén, logran superarlo. En su senda vital, la gente está constantemente adoctrinada por los efectos condicionantes de la familia, a través de ideas y expresiones como “Para presumir hay que sufrir”, las cuales la animan y motivan. En aras de su futuro y sus perspectivas, y para parecer dignos ante los demás, todo el tiempo aprenden habilidades y conocimientos sin que nadie sepa. Se dotan de conocimientos y diversas destrezas para hacerse más fuertes. También se fijan en las proezas de distintas personalidades de antaño o personas exitosas para alentarse a sí mismos y despertar su espíritu de lucha. Todo esto lo hacen con el objetivo de desechar la pobreza, la mediocridad y la bajeza futuras, y de cambiar su destino de ser objeto de discriminación, a fin de convertirse en alguien superior, un miembro de la élite, y una persona a quienes los demás admiren. Estos efectos condicionantes de la familia siguen pasando por su mente una y otra vez hasta que, poco a poco, estos comentarios y dichos se convierten en ideas y puntos de vista arraigados en ellos, en su forma habitual de lidiar con el mundo, y también se convierten en su perspectiva intrínseca sobre la existencia y la meta que persiguen.
Algunos padres les dicen a sus hijos: “Debes aprender a hacer amigos. Como dice el dicho: ‘Así como una cerca necesita el apoyo de tres postes, un hombre capaz necesita el apoyo de otras tres personas’. Incluso el injuriado político de la dinastía Song, Qin Hui[a], tenía tres amigos. Donde sea que vayas, aprende a llevarte bien con los demás y a mantener buenas relaciones interpersonales. Como mínimo, debes conseguirte algunos buenos amigos. Una vez que ingreses a la sociedad, te encontrarás con toda clase de dificultades en la vida, el trabajo y el desarrollo de tus negocios. Si no tienes amigos que te ayuden, tendrás que afrontar todo tipo de dificultades y situaciones delicadas tú solo. Si conoces ciertos trucos para hacerte de algunos buenos amigos, cuando vuelvas a encontrarte con estas situaciones delicadas y dificultades, esos amigos tomarán la iniciativa de sacarte del problema y ayudarte a tener éxito en tus proyectos. Si quieres lograr grandes cosas, debes bajarte del pedestal y hacer amigos. Debes ser capaz de mantener de tu lado a toda clase de personas poderosas a fin de que estas apoyen tus proyectos y tu vida y existencia futuras. Debes poder aprovecharte de distintas personas para que te ayuden a lograr cosas y te sirvan”. Por lo general, los padres no comunican de manera explícita esta clase de idea o punto de vista ni les dicen directamente a sus hijos que tienen que aprender a hacer amigos, aprovecharse de la gente y ser capaces de encontrar amigos que los ayuden a tener éxito en sus proyectos. Sin embargo, hay algunos padres que tienen estatus y una posición en la sociedad, o que son especialmente astutos y maquinadores, y que influencian a los hijos a través de sus palabras y su conducta. Además, cuando los hijos ven y escuchan sus ideas, puntos de vista y formas de lidiar con el mundo a través de las cosas que los padres dicen y hacen en la vida diaria, esto ejerce un efecto condicionante sobre ellos. Al estar condicionado por no juzgar y discernir correctamente entre las cosas positivas y las negativas, sin darte cuenta te ves influenciado por las palabras y los actos de tus padres y aceptas sus ideas y puntos de vista, o bien estos se implantan sin que te des cuenta en lo profundo de tu corazón y se convierten en el fundamento y el principio más elementales conforme a los cuales haces las cosas. Es posible que tus padres no te digan directamente que “hagas más amigos, aprendas a hacer que la gente haga cosas por ti, te aproveches de los puntos fuertes de los demás y aprendas a sacar provecho de quienes te rodean”. No obstante, te contaminan y condicionan practicando con sus actos las ideas y los puntos de vista que predican. Así, tus padres se convierten en tus primeros maestros en este asunto, al iniciarte en lo relativo a cómo lidiar con las cosas, cómo llevarte bien con la gente y cómo hacer amigos en esta sociedad, y también en lo atinente a cuál es el objetivo de hacer amigos, por qué deberías tenerlos, qué clase de amigos deberías tener, cómo lograr establecerte en la sociedad, las cuestiones básicas y los métodos para lograrlo, y demás cuestiones. De este modo, tus padres te condicionan practicando lo que predican. Sin darte cuenta, a medida que pasas de la niñez a la vida adulta, estas ideas y puntos de vista van tomando forma poco a poco, pasan de ser una simple conciencia a pensamientos, puntos de vista y acciones concretos, de manera que, paso a paso, se implantan profundamente en tu corazón y tu alma, y se convierten en tu forma y filosofía para los asuntos mundanos. ¿Qué opinas del dicho “Así como una cerca necesita el apoyo de tres postes, un hombre capaz necesita el apoyo de otras tres personas” como manera de lidiar con el mundo? (Es mala). ¿Existen realmente los amigos de verdad en este mundo? (No). Entonces, ¿por qué una cerca necesita el apoyo de tres postes? ¿Qué sentido tiene que tenga tres postes? Hacerla más estable. No lo sería con dos postes, y uno solo no serviría de nada. Así pues, ¿a qué principio para lidiar con el mundo se refiere esto? Hasta un hombre capaz, por muy capaz que sea, no puede aplaudir con una sola mano y no llegaría muy lejos. Si quieres lograr algo, necesitas de la ayuda de la gente. Y si quieres que la gente te ayude, tienes que aprender a comportarte y a lidiar con el mundo, y a hacer muchos amigos y reunir una fuerza para conseguir resultados. Para lograr cualquier cosa, sea grande o pequeña, ya sea abrirse camino profesional, establecerse en la sociedad o lograr algo aún más importante, debes rodearte de gente en la que confíes o que tengas en alta estima, y a la que puedas utilizar para que te ayude a concretar los proyectos que quieras llevar a cabo; caso contrario, será como tratar de aplaudir con una sola mano. Desde luego, estas son las reglas para hacer cualquier cosa en este mundo, porque no existe la equidad en la sociedad, solo el complot y la puja. Si recorres la senda correcta y emprendes causas justas, nadie dará su visto bueno, eso no funcionará en esta sociedad. Independientemente de la clase de proyecto que emprendas, debes contar con gente para que te ayude y para conformar una fuerza en la sociedad. Donde sea que vayas, si hay quienes se rinden ante ti y te temen, tendrás una posición firme en la sociedad, te resultará mucho más fácil emprender tus proyectos y habrá gente que te dará luz verde. Esta es una actitud y una manera de lidiar con el mundo. Sin importar lo que quieras hacer, tus padres siempre te dirán “Así como una cerca necesita el apoyo de tres postes, un hombre capaz necesita el apoyo de otras tres personas”. Por tanto, ¿es correcto o incorrecto este principio para lidiar con el mundo? (Incorrecto). ¿Por qué es incorrecto? (Que una persona pueda lograr cosas no depende de su poder o talento, sino de la soberanía y los arreglos de Dios). Depende de la soberanía y los arreglos de Dios; este es un aspecto. Además, ¿qué objetivo tiene la gente al querer que los demás la ayuden en la sociedad? (Poder superar al resto). Exacto. El objetivo de contar con estos tres postes de apoyo es hacerte de un lugar y establecerte con firmeza. De este modo, nadie te puede derribar, e incluso si se derriba un poste, los otros dos estarán allí para sostenerte. Las personas que tienen cierto grado de poder pueden hacer cosas con facilidad en esta sociedad, sin preocuparse por la ley, los sentimientos de la gente o la opinión pública. ¿Acaso no es este su objetivo? (Sí). Así, puedes convertirte en alguien que tenga la voz de mando y que sea escuchado en la sociedad, y en alguien que ni la ley ni ninguna opinión pública pueda desestabilizarte ni inquietarte. Tendrás la última palabra en cuanto a las tendencias de esta sociedad y en cualquier grupo social. Serás la autoridad de consulta. De este modo, ¿acaso no puedes hacer lo que te plazca? Puedes ignorar la ley, los sentimientos de la gente, la opinión pública, la moralidad y la condena de la conciencia. ¿Es este el objetivo que las personas desean lograr? (Sí). Es el objetivo que desean lograr. Es el fundamento básico de los actos de la gente que le permite lograr sus ambiciones y deseos. Mira, algunos se juran lealtad fraternal en la sociedad. Entre ellos, un hermano anciano es director ejecutivo de alguna empresa, un hermano más joven es presidente de cierto grupo y otros más son políticos o jefes del hampa. Algunas personas tienen amigos que son directores de hospital, jefes de cirugía o de enfermería, y otras hacen buenos amigos en su propia industria laboral. ¿Realmente la gente hace estas amistades porque comparten las mismas opiniones e intereses? ¿O porque de verdad quieren defender juntos causas justas? (No). Entonces, ¿por qué lo hacen? Hacen estas amistades porque quieren reunir una especie de fuerza, expandirla y mejorarla, y en definitiva apoyarse en ella para hacerse de un lugar y sobrevivir en la sociedad, vivir en la cima y disfrutar de una vida de lujos y complacencia. Nadie se atreverá a hostigarlos, e incluso si han cometido delitos la ley no osará castigarlos. Y si en verdad cometen delitos, sus amigotes saldrán en su ayuda. Un amigo hablará por ellos, otro ayudará a suavizar las cosas ante la justicia y presionará a los políticos de alto rango para conseguir clemencia, de modo que saldrán de la comisaría en menos de veinticuatro horas. Por muy grave que sea el delito que cometieron, no llegará a nada y ni siquiera tendrán que pagar una multa. Al final, la gente común dirá: “¡Madre mía, esa persona es fenomenal! ¿Cómo salió del apuro tan rápido tras cometer un delito tan grave? Si fuéramos nosotros, estaríamos acabados, ¿no? Terminaríamos presos, ¿no es así? Mira los amigos que tiene. ¿Por qué nosotros no podemos hacer amigos así? ¿Cómo es que esa gente está fuera de nuestro alcance?”. Y la gente tendrá envidia. Todo esto lo causa la falta de justicia social y el surgimiento constante de tendencias malignas en la sociedad. En ella, la gente no tiene ningún sentido de la seguridad. Siempre quieren ganarse el favor de ciertas fuerzas y comparar las fuerzas de cada uno. En especial quienes viven en lo más bajo de la sociedad, aunque tengan ciertas formas de ganarse la vida, no saben cuándo se encontrarán con algún peligro o dificultad, y tienen mucho miedo de toparse con algún desastre inesperado o algún contratiempo, en especial en lo relativo a la ley, y por eso van por la vida tratando siempre de evitar tener algo que ver con la policía o la justicia. Dado que la gente no tiene sentido de la seguridad en esta sociedad, constantemente tiene que hacer amigos y encontrar aliados poderosos en quienes confiar. Mira, cuando los niños están en la escuela, tienen que hacerse de un par de amigos para jugar. De lo contrario, siempre acaban siendo hostigados cuando están solos. Y no se atreven a contarle al maestro que los hostigan, porque en cuanto lo hagan, sin duda les van a dar una paliza de regreso a casa a la salida de la escuela. Aunque los maestros sean amables contigo y tu desempeño académico sea bastante bueno, si no sabes hacer amigos o unirte a los matones que te rodean, acabarás metido en problemas si te unes al bando incorrecto. Y, en ocasiones, aunque no te unas al bando incorrecto, ellos intentarán descarriarte cuando vean que estudias mucho y, si no les haces caso, te darán una paliza o te hostigarán. Hasta los entornos escolares hacen que la gente se sienta insegura; este mundo da mucho miedo, ¿no te parece? Por consiguiente, los efectos condicionantes que la familia ejerce sobre ti en este aspecto, en un sentido, provienen del hecho de que tus padres dan el ejemplo y, en el otro, también de las inseguridades de las personas acerca de la sociedad. Como en ella no existe la equidad, ni ninguna fuerza o ventaja que pueda resguardar tus derechos humanos y tus intereses, a menudo a la gente la acosa el terror y el temor hacia esta sociedad. En consecuencia, aceptan naturalmente los efectos condicionantes de la idea de que “Así como una cerca necesita el apoyo de tres postes, un hombre capaz necesita el apoyo de otras tres personas”. Como en los entornos reales en los que existe la gente tales ideas y puntos de vista son necesarios para ayudar a su supervivencia, esto les permite pasar de una vida de soledad y aislamiento a otra en la cual sienten confianza y seguridad. Por lo tanto, en este mundo, para las personas es muy importante confiar en una fuerza y en los amigos.
Respecto a las maneras en las cuales las personas se ven condicionadas por su familia, además del dicho que acabamos de mencionar, que era: “Así como una cerca necesita el apoyo de tres postes, un hombre capaz necesita el apoyo de otras tres personas”, existen otras formas más concretas en las que la familia educa a los individuos. Por ejemplo, los padres tienden a educar a sus hijas diciendo cosas como “‘Una dama se embellece para quienes la admiran, mientras que un caballero sacrifica la vida por quienes lo comprenden’. Además, ‘En este mundo, no hay mujeres feas, solo perezosas’. Las mujeres deben aprender a quererse a sí mismas, a vestirse bien y ponerse lindas. Así, donde sea que vayas, le agradarás a los demás, y más gente hará cosas por ti y te dará el visto bueno. Si le agradas a la gente, naturalmente no te complicarán ni te dificultarán las cosas”. Algunos padres les dicen a sus hijas: “Las chicas deben aprender a vestirse bien, a maquillarse y, lo que es aun más importante, deben aprender a ser dulces”. Lo que en realidad están diciendo es que tienes que aprender a alardear de ti misma. También dicen cosas como: “No seas una mujer fuerte. ¿De qué le sirve a una mujer ser tan fuerte e independiente? Las que son así nunca se visten bien, sino que viven como hombres, van y vienen con prisa todo el día, y tampoco son dulces. Las mujeres nacieron para que los hombres las consientan. No necesitan ser independientes ni aprender ninguna habilidad. Solo tienen que aprender a vestirse bien, a complacer a los hombres y hacer bien lo que les corresponde hacer. La mujer que agrada a los hombres y que estos valoran será feliz toda la vida”. Algunas mujeres son condicionadas por sus padres en este aspecto. Por un lado, se fijan en cómo se comportan sus madres como mujeres. Por el otro, tras ser condicionadas por sus padres, se convierten en mujeres muy agradables de ver, ya que siempre se visten bien y se embellecen. ¿Existe gente así? (Sí). Las mujeres que crecen en esta clase de entorno familiar otorgan gran importancia a su aspecto, su ropa y su identidad femenina. No salen de la casa sin primero maquillarse y cambiarse. Algunas, por muy ocupadas que estén en el trabajo, necesariamente tienen que lavarse el cabello, ducharse y perfumarse antes de salir de casa; de lo contrario, no salen, y cuando no tienen nada que hacer, no hacen más que mirarse al espejo y arreglarse el cabello. ¡A saber cuántas veces por día estas mujeres se miran al espejo! Están profundamente condicionadas por ideas y puntos de vista tales como: “Una dama se embellece para quienes la admiran, mientras que un caballero sacrifica la vida por quienes lo comprenden”, así que prestan mucha atención a su figura y al aspecto de su rostro. No salen si su semblante se ve incluso un poco desmejorado a causa del cansancio y no se muestran en público si en el rostro tienen signos de acné. Si, un día, no tienen ganas de maquillarse, no salen. O bien, si se cortaron el pelo, pero no les quedó muy bien y no se ven tan lindas, no van a trabajar, no sea cosa que la gente las mire mal. Las mujeres así se pasan el día entero viviendo por tales cosas. Si tienen una picadura de mosquito en la mano, la mantienen oculta a la vista, o si la tienen en la pierna, la mantienen tapada porque no se ven lindas de falda, y tampoco salen ni pueden cumplir con el deber. Cada pequeña cosilla es susceptible de alterarlas y de detenerlas en seco, de modo que la vida se les hace sumamente dura y agotadora. A fin de mantener la dignidad de una dama y evitar ponerse feas, se esmeran y esfuerzan muchísimo por cuidarse el rostro, la figura y el peinado, y para evitar ponerse feas desechan los malos hábitos y la holgazanería de antes. Sin importar lo ocupadas que estén en el trabajo, deben vestirse bien y embellecerse de forma meticulosa y exquisita. Si no llevan las cejas bien delineadas, vuelven a maquillarlas. Si el colorete no está aplicado de manera uniforme, vuelven a aplicarlo. A menos que hayan dedicado al menos una o dos horas a maquillarse, no salen de su casa. Algunas mujeres, en cuanto se levantan por la mañana, comienzan con esta payasada de ducharse, vestirse y cambiarse. Piensan una y otra vez, se prueban esto y aquello, hasta que llega el mediodía y aún no han salido de casa. Les debe de resultar muy difícil que estas cosas sin sentido consuman su tiempo y energía escasos. No logran hacer absolutamente nada importante y, en cuanto abren los ojos, en lo único que piensan es vestirse bien y embellecerse. Algunas de estas personas están influenciadas por las ideas y los puntos de vista de la madre, a otras la madre les dice explícitamente lo que deben hacer, mientras que otras más aprenden del ejemplo que les da la madre a través de sus actos. En síntesis, todas estas son maneras en las que la familia condiciona a las personas.
Algunas familias sostienen la idea de que “A las hijas hay que criarlas como ricas, y a los hijos, como pobres”. ¿Habéis escuchado este dicho? (Sí). ¿Qué significa? Todos son niños, así que ¿por qué habría que educar a las niñas como ricas y a los niños como pobres? La cultura tradicional por lo general valora a los hombres y asigna menor importancia a las mujeres, entonces ¿por qué este dicho parece valorar a las niñas más que a los niños? Si se cría a una hija como una niña rica, ¿en qué clase de hija se convertirá? ¿En qué se convertirá? (En alguien bastante malcriado, vanidoso y autoritario). Alguien que es caprichoso, frágil, incapaz de soportar ninguna dificultad, incapaz de querer, irracional, irrazonable y que no puede diferenciar entre lo bueno y lo malo: ¿a qué puede llegar una persona así? ¿Es esta la forma correcta de educar a una persona? (No). Criar a alguien así lo perjudicará. Si crías a tu hija como una niña rica, aunque ella crezca en un entorno familiar que cubra todas sus necesidades básicas y tenga una pizca de sofisticación, ¿comprenderá los principios de comportamientos reales? Si no es así, este tipo de enfoque sobre la crianza la perjudica y la daña, en vez de protegerla. ¿Cuál es la motivación de los padres al criar a sus hijas sobre la base de este principio? Una hija criada de este modo será sofisticada y no se enamorará fácilmente de hombres que le regalen lindos vestidos, que le den algo de dinero para gastos o que no paren de hacerle obsequios y favores miserables. Por consiguiente, el hombre promedio no va a deslumbrarla. Tendría que ser extremadamente rico y un perfecto caballero, sumamente sofisticado, maquinador y calculador, a la vez que muy astuto para robarle el corazón y deslumbrarla, y para ganarse su mano en matrimonio. ¿Te parece que es bueno o malo casar a tu hija con alguien así? Sin duda no es algo bueno, ¿no? Además, si crías a tu hija como una niña rica, aparte de saber divertirse, vestirse bien y comer buena comida, ¿será capaz de discernir a las personas tal como son en realidad? ¿Contará con técnicas de supervivencia? ¿Será capaz de vivir con otras personas durante largo tiempo? No necesariamente. Tal vez le cueste mantener su vida en orden, en cuyo caso la gente así es inútil. Es malcriada, mandona y autoritaria, caprichosa e insolente, autoindulgente y despótica, inflexible e insistente, y lo único que sabe hacer es comer, beber y divertirse. Además de todo eso, no tendrá siquiera el sentido común elemental necesario para arreglárselas en la vida, lo que de manera imperceptible ocasionará problemas para su supervivencia y vida familiar futuras. No es bueno que los padres eduquen así a su hija. No le enseñaron a tener principios para comportarse, sino solo a disfrutar de la vida. Así pues, si ella no es capaz de ganar suficiente dinero en el futuro, ¿acaso no tendrá que soportar adversidades? ¿No le resultará difícil arreglárselas? ¿Será capaz de soportarlo? ¿No será frágil cada vez que encuentre dificultades en el futuro? ¿Tendrá la perseverancia necesaria para afrontar todas estas penurias? Probablemente no. Respecto a la gente que disfruta demasiado de la vida material, que está excesivamente acostumbrada a una vida de comodidad y lujo y que jamás ha sufrido por nada, ¿cuál es el mayor problema que tiene su humanidad? Que es frágil y no tiene la voluntad de soportar la adversidad, y la gente así sufrirá la perdición. Así pues, la educación que los hijos reciben de su familia, ya sea a través de los padres o de las tendencias sociales, proviene esencialmente de los seres humanos. Ya sea que estos múltiples dichos se conviertan en una idea o un punto de vista, o que se transformen en una forma de vida o de supervivencia para las personas, hacen que estas observen tales cuestiones desde una perspectiva extrema, prejuiciosa y distorsionada. En síntesis, estos dichos derivados de la familia influencian, en mayor o menor medida, la manera en la que la gente contempla a las personas y las cosas, y en la forma en que se comporta y actúa. Y dado que estas cosas influyen sobre ti, influirán asimismo en tu búsqueda de la verdad. Por lo tanto, independientemente de si estos dichos, ideas y puntos de vista de los padres de uno son nobles y altruistas, o poco cultos y estúpidos, todo el mundo debería volver a estudiarlos, evaluarlos y aprender a discernirlos tal como realmente son. Si llegan a ejercer cierta influencia sobre ti, causan alguna perturbación en tu vida y tu búsqueda de la verdad, convierten a tu vida en un verdadero desastre o te impiden buscar la verdad y aceptarla siempre que te enfrentes a personas, acontecimientos y cosas, entonces sencillamente deberías desprenderte de ellos.
En la sociedad también circulan afirmaciones con relación a los conceptos del cociente emocional, o EQ, y el cociente intelectual, o IQ. Estas afirmaciones sugieren que no es necesario que las personas tengan un coeficiente intelectual alto, solo un gran coeficiente emocional. El IQ tiene más que ver con la aptitud de una persona, mientras que el EQ está más relacionado con los trucos mediante los cuales esta lidia con el mundo. Esta es Mi comprensión elemental de estos dos términos. Tal vez tu cociente intelectual sea bastante alto y seas muy académico, tengas muchos conocimientos y seas un gran comunicador, y tu capacidad para sobrevivir sea bastante sólida, pero tu inteligencia emocional no sea elevada y no cuentes con trucos para lidiar con el mundo o, incluso si eres un tanto tramposo, tus recursos no sean muy sofisticados. En tales casos, tus conocimientos, habilidades y competencia en cierto campo especializado solo te permiten arreglártelas en la sociedad y hacerte de un medio de vida básico. A la gente con gran inteligencia emocional se le da especialmente bien ser astuta. Hará uso de diversas fuerzas en la sociedad, entornos geográficos ventajosos u oportunidades favorables, y de información ventajosa para crear expectativa y manipular las cosas, y exagerará una cosa corriente como algo que tiene cierto impacto en la sociedad o dentro de una comunidad, de modo que ella misma se haga famosa y, en última instancia, se destaque entre la multitud y se convierta en alguien con fama y estatus. Alguien así tiene gran inteligencia emocional y cuenta con trucos. Los tramposos, en esencia, son reyes demonios taimados. La sociedad actual promueve la alta inteligencia emocional, y algunas familias a menudo pueden condicionar a sus hijos de esta manera, diciendo: “Es bueno que tengas un IQ elevado, pero también debes tener alta inteligencia emocional. La necesitas para interactuar con tus compañeros de clase, colegas, familiares y amigos. Lo que más fomenta esta sociedad no es la fuerza, sino ser tramposo, saber simular, promocionarse a uno mismo y aprovecharse de todas las diversas fuerzas y condiciones ventajosas de la sociedad para que funcionen a tu favor y te sirvan, ya sea que lo hagas para conseguir amasar una fortuna o hacerte famoso. Toda la gente así tiene una inteligencia emocional elevada”. Algunas familias en particular o ciertos padres con fama y prestigio en la sociedad a menudo educan a sus hijos de este modo, y les dicen: “Un hombre que tiene inteligencia emocional le agrada tanto a hombres como a mujeres, mientras que el que no, no le agrada a nadie. Una mujer con inteligencia emocional será del agrado de una enorme cantidad de hombres y mujeres, y muchos hombres irán detrás de ella. Por el contrario, si una mujer carece de inteligencia emocional, pocos estarán interesados en ella, por muy hermosa que sea”. Al vivir en la sociedad actual, si las personas no disciernen tales afirmaciones de su familia, sin darse cuenta se verán influidas por estas ideas y puntos de vista, a menudo medirán su propio IQ y, en especial, se compararán con ciertos estándares a fin de determinar si tienen inteligencia emocional y cuánto mide realmente su EQ. Sin importar que tengas o no una comprensión clara de tales cosas, basta con decir que los efectos condicionantes de tu familia en este aspecto ya habrán comenzado a influir sobre ti. Tal vez sean imperceptibles y no ocupen un lugar prominente en tus pensamientos. Pero cuando escuches estas cosas y no las disciernas, en cierta medida ya habrás empezado a estar condicionado.
Existen otros efectos condicionantes que provienen de la propia familia. Por ejemplo, los padres a menudo les dicen a sus hijos: “Cuando estás con otras personas, no sabes cómo mantenerte alerta y siempre eres estúpido y despistado. Como dice el dicho: ‘Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz’. Así pues, cuando la gente te habla, debes aprender a escuchar lo que dice; de lo contrario, ¡acabarás traicionado y lo lamentarás!”. ¿Dicen esto a menudo los padres? ¿Qué es lo que en realidad quieren decir? No seas honesto, sé más calculador. Es decir, lee siempre entre líneas lo que la otra persona dice, escucha siempre con atención para detectar el sentido tácito que subyace a sus palabras, aprende a adivinar lo que en verdad quieren decir, y luego adopta las medidas o los trucos correspondientes en función de ese sentido implícito. No seas pasivo, de lo contrario acabarás traicionado y lo lamentarás. Desde la perspectiva de tus padres, todas estas palabras son bienintencionadas y están orientadas a protegerte para que no hagas estupideces o para que los demás no te traicionen en esta comunidad malvada, y para evitar que te engañen o hagas alguna tontería. Pero ¿es este dicho coherente con la verdad? (No). No lo es. A veces la gente es capaz de detectar significados ocultos en lo que dicen los demás. Aunque no prestes atención, de todos modos puedes detectar significados ocultos. Así pues, ¿qué debes hacer? Según este dicho que te mencionan tus padres: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz”, debes cuidarte de los demás y estar alerta ante ellos en todo momento; al mismo tiempo que te cuidas, debes adoptar medidas de resguardo para que no te perjudiquen ni te embauquen. Y lo que es aun más importante: debes dar el primer golpe y no colocarte en una situación pasiva o un dilema. ¿Es este el objetivo final que desean lograr los padres al mencionarte este dicho? (Sí). El objetivo es que siempre que te relaciones con los demás no seas pasivo, no importa si te perjudican o no. Debes tomar la iniciativa y empuñar el cuchillo, de manera que cuando alguien quiera dañarte no solo puedas protegerte, sino también tomar la iniciativa atacándolo e hiriéndolo, y siendo más temible y despiadado que él. Este es realmente el objetivo y el significado central de las palabras de tus padres. Al analizarlo así, resulta evidente que este dicho no concuerda con la verdad y que es completamente incoherente con lo que Dios quiso expresar cuando le dijo a la gente: “sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas”. Los principios y abordajes prudentes que Dios les comunica a las personas son para ayudarlas a discernir las artimañas taimadas de los demás, para que se protejan a fin de no caer en la tentación ni relacionarse con gente malvada, para que eviten utilizar métodos malvados para lidiar con el mal y, en cambio, utilicen los principios-verdad para tratar cualquier maldad y persona malvada. Por el contrario, el método que los padres comunican a sus hijos: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz”, trata sobre retribuir el mal con el mal. Por lo tanto, si la otra persona es malvada, tú deberías ser aun más malvado. Si sus palabras conllevan un significado oculto, tú eres superior a ella, puedes identificarlo y, a la vez, sobre la base de tal significado oculto, puedes utilizar métodos y trucos correspondientes para lidiar con ella, contraatacar, someterla y hacer que te tema, se someta a ti y sepa que no le conviene hostigarte ni meterse contigo. Esto es lo que significa contrarrestar el mal con el mal. Desde luego, la senda y el criterio de práctica que se te comunican y el resultado que se logra a través de este dicho te llevarán a hacer el mal y desviarte del camino verdadero. Cuando tus padres te dicen que te comportes así, no te están pidiendo que seas alguien que tenga la verdad o que se someta a ella, ni que seas un auténtico ser creado. Te piden que contrarrestes y derrotes el mal utilizando métodos que son incluso más malvados que los de la persona malvada que tienes enfrente. Esto es lo que ellos quieren decirte. ¿Hay algún padre que diga lo siguiente?: “Si alguien malvado te ataca, practica el control. Debes ignorarlo y discernir lo que realmente es. En primer lugar, identifica la esencia interior de la persona malvada y discierne lo que realmente es. En segundo lugar, reconoce tus propias acciones malvadas y actitudes corruptas que son similares o iguales a las suyas, y luego busca la verdad para resolverlas”. ¿Acaso hay padres que digan esto a sus hijos? (No). Si tus padres te dicen: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz. Debes tener cuidado, de lo contrario los demás te van a traicionar y lo lamentarás, y debes aprender a golpear primero”, sin importar su intención original al decirte esto o el efecto último que se logre, te hace aun más temible, más poderoso, más imperioso, más autoritario y más desalmado, de modo que las personas malvadas te tengan miedo e incluso te eviten al verte, y no se atrevan a meterse contigo. ¿Acaso no es así? (Sí). Entonces, ¿podría decirse que el objetivo de tus padres al mencionarte este dicho no es convertirte en alguien con sentido de la justicia o que posea la verdad, y tampoco en una persona prudente que sea “astuta como las serpientes e inocente como las palomas”? Su objetivo es transmitirte que tienes que ser alguien poderoso en la sociedad, ser incluso más malvado que el resto, y ser alguien que utiliza el mal para protegerse, ¿verdad? (Sí). Tus padres, al decirte: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz”, ya sea su intención original o el efecto final que se logre, y sea que te comuniquen los principios y métodos de práctica para hacer tales cosas, o que, en cambio, te cuenten sus pensamientos y puntos de vista sobre esas cosas, desde luego nada de esto concuerda con la verdad y es contrario a las palabras de Dios. Tus padres hacen que te conviertas en una persona malvada, no recta, ni tampoco en una persona prudente que tema a Dios y evite el mal. Ciertamente, la educación y el condicionamiento que te han impuesto tus padres no son cosas positivas ni son una senda correcta. Si bien intentaban protegerte y tenían las mejores intenciones al hacerlo, el efecto que lograron es maligno. No solo no lograron protegerte, sino que te señalaron la senda incorrecta, con lo que te llevaron a cometer el mal y convertirte en una persona malvada. No solo no lograron protegerte, sino que en realidad te perjudicaron al hacerte caer en la tentación y la falta de justicia, y al desviarte del cuidado y la protección de Dios. Desde este punto de vista, es más probable que los efectos condicionantes que tu familia ejerció sobre ti te hagan egoísta e hipócrita y que codicies la fama, el beneficio y el estatus social, que asimiles mejor las tendencias malvadas, que te faciliten artimañas más sofisticados para relacionarte con los demás, y te hagan evasivo, desalmado, imperioso y autoritario con la gente, de manera que nadie se atreva a meterse contigo ni a ponerte una mano encima. Desde el punto de vista de tus padres, han utilizado estos métodos para condicionarte a fin de que estés protegido en la sociedad, o bien, en cierta medida, para que te conviertas en una persona digna. Sin embargo, desde la perspectiva de la verdad, no te permiten ser un auténtico ser creado. Hacen que te apartes de las enseñanzas de Dios y de los métodos a través de los cuales Él te reprende para que te comportes, y asimismo hacen que te desvíes cada vez más del objetivo que Dios te manda perseguir. Independientemente de las intenciones originales de tus padres al condicionarte y educarte, en definitiva estas ideas con las que ellos te condicionaron no te han reportado más que fama, beneficios y vacío, así como todas las acciones malvadas que has vivido y revelado, y también te han provisto una confirmación adicional de la utilidad de estos efectos condicionantes en la sociedad. Y nada más.
En relación con estos dichos derivados del condicionamiento que tu familia ejerce sobre ti, como: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz”, si se los considerara en forma aislada, no les darías mucha importancia. Te parecería que estos dichos son comunes y de uso extendido, y que tales dichos, ideas y puntos de vista no conllevan grandes problemas. Sin embargo, si los comparas con la verdad y los analizas en detalle con ella, resulta evidente que estos efectivamente implican grandes problemas. Por ejemplo, si tus padres siempre te dicen: “Cuando alguien golpea el gong, escucha el sonido; cuando alguien habla, escucha su voz”, y tú aplicas con habilidad este modo de vida, cuando te encuentres con gente, sin darte cuenta, especularás de forma constante y subconsciente sobre cosas como: “¿Qué quiere decir con esto? ¿Por qué lo dijo?”. Y, naturalmente, especularás sobre los pensamientos de los demás, escucharás constantemente lo que dicen y te relacionarás con ellos con este modo de pensar habitual, de manera que no contemplarás la verdad, ni cómo llevarte bien con otros, cuáles son los principios para relacionarse o comunicarse con los demás, ni cómo lidiar con el sentido implícito que identificas en las palabras de la gente, cuál es el camino que Dios enseña o cómo discernir sobre este tipo de personas y cómo abordarlas, además de otros principios de práctica similares que tus padres jamás te comunicaron. Lo que ellos te dijeron fue que aprendieras a anticiparte a lo que piensan los demás, y tú has ejecutado muy bien esta manera de practicar; has alcanzado el punto en que la dominas y ya no puedes dejar de hacerlo. Por lo tanto, estas cuestiones exigen que la gente con frecuencia se calme, piense con detenimiento y dedique esfuerzo a entender las cosas. Por un lado, debes analizar y discernir estas cosas con claridad. Por el otro, cuando te encuentres en esta situación, debes hacer el esfuerzo de cambiar tu forma de pensar y de contemplar a las personas y las cosas. Es decir, debes modificar tus pensamientos y puntos de vista sobre cómo lidiar con tales asuntos. Cuando vuelvas a escuchar a alguien hablar e intentes especular sobre lo que realmente quiere decir, despréndete de esta manera de pensar y de lidiar con la gente, y reflexiona: “¿Qué quiere decir con esto? No habla de forma directa y siempre se anda con rodeos. Es una persona falsa. ¿Qué diablos era eso de lo que hablaba? ¿Cuál es la esencia de eso? ¿Puedo percibirla con claridad? Si es así, hablaré con él utilizando argumentos y puntos de vista que sean coherentes con la verdad, explicaré el asunto de forma clara y haré que entienda la verdad de este aspecto. Le ayudaré y corregiré sus pensamientos y puntos de vista incorrectos. Además, su manera de hablar es falsa. No quiero saber qué quiere decir con eso ni por qué habla con tantos rodeos. No quiero dedicar esfuerzo ni energía a tratar de especular sobre lo que realmente quiere decir. No quiero pagar ese precio ni hacer nada en este sentido. Solo tengo que reconocer que es una persona falsa. Aunque lo es, no voy a ser parte de su engaño. Por muchos rodeos que él dé, seré directo con él, diré lo que haga falta decir y las cosas como son. Como dijo el Señor Jesús: ‘Antes bien, sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no”’ (Mateo 5:37). Abordar el engaño con honestidad es el criterio más elevado para practicar la verdad”. Si practicas de esta forma, te desprenderás de los modos con los que tus padres te condicionaron y que te enseñaron, y tus principios de práctica también cambiarán. Entonces, serás una persona que persigue la verdad. Sin importar de qué aspectos del condicionamiento de tus padres te desprendas, cuando vuelvan a suceder cosas similares, modificarás tus pensamientos y puntos de vista incorrectos al respecto tomando las palabras de Dios con fundamento y utilizando la verdad como criterio, y las convertirás en pensamientos y puntos de vista que sean enteramente correctos y positivos. Es decir, si juzgas, contemplas y abordas este asunto con las palabras de Dios y la verdad como fundamento y criterio de práctica, estás practicando la verdad. Por el contrario, si sigues adoptando los modos que tus padres te enseñaron —o las ideas y los puntos de vista que te inculcaron— como criterio, fundamento y principios de práctica para abordar este asunto, entonces esta manera de obrar no implica la práctica ni la búsqueda de la verdad. Al final, lo que la gente gana con perseguir la verdad es valorarla y experimentarla. Si no persigues la verdad, no lograrás valorarla ni experimentarla. Lo único que lograrás es una valoración y experiencia de poner en práctica este dicho con el cual tus padres te condicionaron. Así pues, mientras otros hablan de su experiencia y valoración de las palabras de Dios, tú no logras pronunciar palabra, pues no tienes nada que decir. Solo tienes una valoración y experiencia prácticas de las ideas y los puntos de vista con los cuales tu familia te condicionó. Sencillamente no logras decir nada sobre ellos y no tienes manera de compartirlos. Por consiguiente, lo que sea que pongas en práctica es lo que, en definitiva, vas a valorar. Si lo que practicas es la verdad, lo que lograrás es valorar y experimentar las palabras de Dios y la verdad. Si pones en práctica la educación y las enseñanzas que tus padres te dieron, lo que valorarás es la experiencia del condicionamiento y la educación tradicional de tu familia, y lo único que conseguirás son las ideas que te inculca Satanás y que él te corrompa. Cuanto más intensamente valores estas cosas, más sentirás que las ideas y los puntos de vistas corruptores de Satanás son útiles y prácticos, y este te corromperá con mayor profundidad. ¿Y si practicas las verdad? Tendrás una valoración y una experiencia cada vez mayores de la verdad y de las palabras y los principios que Dios te expresa y sentirás que la verdad es lo más valioso, que Dios es la fuente de la vida humana y que Sus palabras son la vida de las personas.
Nota al pie:
a. El texto original no contiene la frase “el injuriado político de la dinastía Song”.
El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.