Cómo perseguir la verdad (6) Parte 1
En la ocasión anterior hablamos sobre “desprenderse”, que es uno de los principios de práctica sobre cómo perseguir la verdad. La primera parte de “desprenderse” significa desprenderse de las emociones negativas. Ya hemos hablado sobre este tema varias veces. ¿La vez anterior hablamos sobre la emoción negativa de la represión? (Sí). ¿Qué compartimos respecto a eso? ¿Por qué la gente se siente reprimida? (Dios habló acerca de que las personas hacen lo que les da la gana en cuanto a sus deberes, y no están dispuestas a atenerse a las reglas y preceptos de la iglesia ni a estar sometidas a restricciones. Debido a su obstinación y a su fracaso a la hora de actuar según los principios, no pueden desempeñar bien sus deberes, y por tanto a menudo se las poda. Si no reflexionan sobre sus acciones y no resuelven sus problemas buscando la verdad, se sentirán reprimidas). En la ocasión anterior, hablamos sobre una clase de situación en la que las personas se sienten reprimidas, lo cual es una emoción negativa, y se debe sobre todo a que no pueden hacer lo que les da la gana. Esa charla se ocupaba primordialmente de situaciones donde las personas son incapaces de hacer lo que les da la gana, de cuáles son esas cosas que desean hacer y qué conductas comunes están presentes en la gente que se regodea en la emoción de la represión. Entonces hablamos sobre la senda que uno debe tomar para resolver esta emoción. ¿Habéis llegado a alguna conclusión tras oír estas pláticas sobre desprenderse de emociones negativas, ya estén revelando las manifestaciones de las emociones negativas del hombre o indicándole a la gente la senda a seguir para desprenderse de ellas? ¿A qué está dirigida esta práctica de desprenderse de las emociones negativas? Después de escuchar estas charlas, ¿reflexionasteis sobre esto? (Dios, lo que entiendo es que esta práctica está dirigida a los puntos de vista que tienen las personas sobre las cosas). Eso es cierto, ese es un aspecto de esta práctica. Está relacionada con los puntos de vista que la gente tiene sobre las cosas. Estos puntos de vista tienen que ver primordialmente con las diversas ideas y puntos de vista a los que uno se aferra al afrontar a las diversas personas, acontecimientos y cosas, y están dirigidos sobre todo a los distintos problemas que uno se encuentra en su vida y existencia humanas normales. Entre los ejemplos de esto se incluyen: cómo interactuar con los demás, cómo aplacar la animosidad, la actitud que uno debe tener ante el matrimonio, la familia, el trabajo, sus perspectivas, la enfermedad, el envejecimiento, la muerte y los asuntos triviales de la vida. Asimismo, aborda cómo debe uno enfrentarse a su entorno y cómo debe afrontar el deber que se supone que debe desempeñar, entre otras cuestiones. ¿Acaso no toca estos temas? (Sí). En cuanto a las cuestiones más importantes y que atañen a los principios relacionados con una vida y una existencia humanas normales, si uno tiene las ideas, los puntos de vista y la actitud correctos, su humanidad será relativamente normal. Lo que quiero decir con “normal” es tener una razón normal y una perspectiva y postura normales ante las cosas. Solo quienes posean ideas y puntos de vista adecuados tendrán facilidad para comprender y entrar en la verdad cuando la persigan. Esto significa que solo aquellos con ideas normales y puntos de vista, perspectivas y posturas normales sobre las personas y las cosas serán capaces de alcanzar ciertos resultados en su búsqueda de la verdad. Si la perspectiva y la postura de alguien sobre las personas y las cosas, y sus ideas, puntos de vista y posiciones son todos negativos, no se ajustan a la conciencia y la racionalidad de la humanidad normal, y son radicales, obstinados e impuros; resumiendo, si son todos negativos, adversos y depresivos; si una persona que posee este tipo de ideas y puntos de vista negativos persigue la verdad, ¿le resultará fácil comprenderla y practicarla? (No). Para vosotros es bastante sencillo decir eso desde una perspectiva teórica, pero en realidad no lo entendéis. En pocas palabras, con respecto a las diversas emociones negativas sobre las que estamos hablando, si una persona tiene una perspectiva y una postura negativas e inexactas sobre diversas personas, acontecimientos y cosas que se encuentran en su vida y en su senda vital, ¿podrá lograr una comprensión de la verdad? (No). Si siempre está regodeándose en emociones negativas, ¿podrá lograr una comprensión pura de las palabras de Dios? (No). Si siempre está dominada, controlada e influenciada por los pensamientos y puntos de vista de las emociones negativas, ¿acaso no serán negativas su perspectiva y postura sobre todas las cosas, además de sus puntos de vista sobre lo que le sucede? (Sí). ¿Qué se entiende aquí por “negativo”? En primer lugar, ¿podemos decir que va en contra de los hechos y de las leyes objetivas? ¿Viola las leyes de la naturaleza a las que el hombre debe ajustarse, así como la soberanía de Dios? (Sí). Si las personas acarrean con estas ideas y puntos de vista negativos mientras escuchan y leen las palabras de Dios, ¿pueden realmente aceptar Sus palabras y someterse a ellas? ¿Pueden lograr la sumisión a Dios y la compatibilidad con Él? (No). Dadme un ejemplo que ilustre esto, para que vea si lo habéis entendido. Encontrad un ejemplo en el que uno tenga que lidiar con asuntos importantes de su vida y supervivencia, como temas de matrimonio, familia, hijos o enfermedad, sobre su futuro, destino, sobre si su vida va bien, sobre su valía, estatus social, intereses personales, etc. (Recuerdo que Dios compartió la última vez que cuando las personas se enfrentan a una enfermedad, se regodean en emociones negativas como la angustia, la ansiedad y la preocupación, y tienen mucho miedo a morir. Esto afecta su capacidad para cumplir con su deber y llevar una vida normal, y les incapacita para ajustarse a las leyes objetivas. En realidad, la vida y la muerte de las personas, cuándo enferman y cuánto sufren están predestinadas por Dios. Las personas deben afrontar y experimentar estas situaciones con una actitud adecuada y positiva. Deben buscar el tratamiento que necesitan y llevar a cabo el deber que se supone que deben cumplir: han de mantenerse positivas y no quedarse atrapadas en su enfermedad. Pero cuando las personas se regodean en emociones negativas, no creen en la soberanía de Dios, y no creen que Él haya predestinado su vida y su muerte. Solo se sienten preocupadas, asustadas y ansiosas por su enfermedad. Cada vez se sienten más preocupadas y temerosas: no se rigen por la verdad de la soberanía de Dios sobre el destino del hombre, y Dios está ausente en sus corazones). Este es un gran ejemplo. ¿Se relaciona esto con la cuestión de qué punto de vista debe tener la gente sobre el importante asunto de la vida y la muerte? (Sí). ¿Sabéis todos algo sobre este tema? Se trata de afrontar la propia vida y la propia muerte. ¿Está relacionado con problemas dentro del ámbito de la humanidad normal? (Sí). Se trata de una cuestión importante a la que todo el mundo debe enfrentarse. Incluso si eres joven o gozas de buena salud y no has afrontado o experimentado problemas de vida o muerte, inevitablemente llegará un día en que tendrás que hacerlo: es algo a lo que todo el mundo debe enfrentarse. Como persona normal, no importa si te afecta personalmente o si estás muy alejado de ello, en cualquier caso, es el asunto más significativo al que te enfrentarás en la vida. Así que, al afrontar una cuestión tan significativa como la muerte, ¿no debería la gente reflexionar sobre cómo manejar este asunto? ¿No adoptarán algunos métodos humanos para afrontarla? ¿A qué puntos de vista debe aferrarse la gente? ¿No es una cuestión práctica? (Sí). Si la gente se regodea en emociones negativas, ¿qué pensarán? Ya hemos hablado sobre esto antes: si la gente vive según pensamientos y puntos de vista de emociones negativas, ¿están o no sus acciones y expresiones en consonancia con la verdad? ¿Están de acuerdo o no con el pensamiento de la humanidad normal? (No lo están). No concuerdan con el pensamiento de la humanidad normal, y mucho menos concuerdan con la verdad. No concuerdan con los hechos ni las leyes objetivas, y ciertamente no concuerdan con la soberanía de Dios.
¿Cuál es el resultado definitivo de nuestra charla sobre desprenderse de diversas emociones negativas? ¿Cómo puedes actuar y practicar, en concreto, el “desprenderte” para poseer el pensamiento y la razón de la humanidad normal, en otras palabras, para poseer los pensamientos, perspectivas y puntos de vista que alguien con humanidad y razón normales debería poseer? ¿Cuáles son los pasos o las sendas de práctica específicos involucrados en este “desprenderse”? ¿No es el primer paso reconocer si tus puntos de vista sobre los asuntos que afrontas son correctos y si conllevan emociones negativas? Este es el primer paso. Por ejemplo, en relación con lo que hemos planteado antes sobre cómo afrontar la enfermedad y la muerte, primero debes diseccionar tus puntos de vista sobre esos asuntos, si hay emociones negativas en ellos, si sientes angustia, preocupación o ansiedad respecto a ellos y cómo surgen dichas emociones, y debes entonces ahondar en la causa que origina tales problemas. A continuación, sigue analizando, y descubrirás que no has comprendido del todo estas cuestiones. No has reconocido claramente que todo lo que tiene que ver con la humanidad está en manos de Dios y bajo Su soberanía. Incluso cuando caen enfermas o se enfrentan a la muerte, las personas no deben quedarse atrapadas en estas cosas. En cambio, deben someterse a los arreglos e instrumentaciones de Dios, sin dejarse intimidar o abrumar por la enfermedad o la muerte. No deben tener miedo de estas cosas, ni dejar que influyan en su vida normal y en el desempeño de sus deberes. En un aspecto, deben experimentar y apreciar activamente la soberanía de Dios y someterse a Sus instrumentaciones y arreglos mientras padecen la enfermedad, y pueden buscar tratamiento cuando sea necesario. Es decir, deben afrontar, experimentar y apreciar activamente el proceso. Por otra parte, deben desarrollar una comprensión correcta en sus corazones sobre estos asuntos y creer que todo está en manos de Dios. Los seres humanos solo pueden encargarse de su parte, y por lo demás deben someterse a la voluntad del cielo. Porque todo está en manos de Dios, y Él predestina la vida y la muerte de las personas. Aunque hagan lo que se supone que deben hacer, el desenlace final de todo esto no cambia según su voluntad, y no lo determinan las personas, ¿verdad? (Cierto). Cuando te enfrentas a una enfermedad, primero debes examinar tu propio corazón e identificar cualquier emoción negativa. Deberías evaluar tu comprensión del asunto y los puntos de vista que sostienes en tu corazón, si te hallas bajo el control o la esclavitud de las emociones negativas y cómo han surgido estas. Deberías diseccionar lo siguiente, por ejemplo, qué es lo que te preocupa, qué es lo que temes, en qué te sientes inseguro y de qué eres incapaz de desprenderte debido a tu enfermedad, luego examinar la causa de estas cosas que te hacen sentir preocupado, asustado o temeroso, y resolver poco a poco cada una de ellas. Primero debes diseccionar y explorar si estos elementos negativos existen dentro de ti, y si es así, analizar y averiguar si son correctos o si hay elementos que no se alinean con la verdad. Si encuentras elementos que no se alinean con la verdad, debes buscar respuestas en las palabras de Dios y buscar poco a poco la verdad para resolverlos. Deberías esforzarte por alcanzar un estado en el que no estés preocupado, afectado o atado por estos elementos negativos, de modo que no afecten a tu vida normal o al trabajo o al desempeño de tus deberes, ni perturben el orden de tu vida. Y, por supuesto, que de ningún modo afecten a que creas en Dios y lo sigas. En resumen, el objetivo es que, con el tiempo, seas capaz de enfrentarte con sensatez, corrección, objetividad y precisión a este tipo de problemas con los que te encuentras o te vas a encontrar. ¿Acaso no es este el proceso de desprenderse? (Sí). Esta es la senda de práctica específica. ¿Podéis hacer un resumen de qué es la senda de práctica específica? (Primero, uno necesita entender el asunto al que se está enfrentando, analizar si tiene emociones negativas durante este proceso, luego buscar respuestas en las palabras de Dios, buscar la verdad para resolverlas y no dejarse atribular por estas emociones negativas, ni tampoco que sus vidas y el desempeño de sus deberes se vean afectados. Además, deben creer que los asuntos con los que se encuentran surgen de la soberanía y los arreglos de Dios. Con este tipo de comprensión, las personas pueden lograr finalmente la sumisión y llevar a cabo una práctica positiva y proactiva). Decidme, si viven entre emociones negativas, ¿cuál es su conducta habitual cada vez que se enfrentan a una enfermedad? ¿Cómo te das cuenta de que tienes emociones negativas? (Primero, sentiremos mucho miedo, y empezaremos a tener pensamientos aleatorios como: “¿Qué clase de enfermedad es esta? ¿Me traerá mucho sufrimiento si no me puedo curar? ¿Me llevará al final a la muerte? ¿Seré capaz de desempeñar mi deber más adelante?”. Pensamos en estas cosas, nos preocupamos y sentimos miedo. Algunas personas empiezan a prestar más atención a su salud, no están dispuestas a pagar un precio para llevar a cabo sus deberes, les parece que, si pagan menos precio, su enfermedad podría aliviarse. Todas estas son emociones negativas). Las emociones negativas pueden sondearse desde dos ángulos. Desde uno de ellos, has de saber lo que estás pensando en tu propia mente. Cuando caes enfermo, es posible que pienses: “Oh, no, ¿cómo me he contagiado esta enfermedad? ¿Me la ha contagiado alguien? ¿Es porque estoy cansado? Si me sigo cansando, ¿se agravará la enfermedad? ¿Se volverá más dolorosa?”. Este es uno de los ángulos desde el que puedes percibir lo que ronda tu mente. Desde otro punto de vista, cuando tienes esos pensamientos, ¿cómo se manifiestan en tu comportamiento? Las acciones de las personas se ven influenciadas por lo que piensan. Sus acciones, comportamiento y métodos vienen regidos por dichos pensamientos. Cuando sienten tales emociones negativas, estas dan lugar a diversos pensamientos, y gobernadas por ellos, sus actitudes o métodos en relación con el desempeño de sus deberes sufren una transformación. Por ejemplo, en el pasado, a veces empezaban a llevar a cabo sus deberes nada más despertarse. Pero ahora, cuando llega la hora de levantarse de la cama, empiezan a reflexionar: “¿Podría deberse esta enfermedad al agotamiento? Quizá debería dormir un poco más. Antes sufría demasiado y me sentía agotado. Ahora tengo que centrarme en cuidar mi cuerpo para que la enfermedad no empeore”. Gobernados por estos pensamientos activos, acaban levantándose más tarde de lo habitual. A la hora de comer, reflexionan: “Mi enfermedad puede estar relacionada con la falta de nutrición. Antes podía comer de todo, pero ahora tengo que ser selectivo. Debería comer más huevos y carne para que mi nutrición mantenga el ritmo y mi cuerpo se fortalezca; así no tendré que sufrir más por culpa de mi enfermedad”. A la hora de desempeñar sus deberes, también piensan constantemente en cómo cuidar su cuerpo. Antes, después de trabajar una o dos horas seguidas, como mucho hacían estiramientos o se levantaban y se movían un poco. Pero ahora se imponen la norma de moverse cada media hora para no cansarse. Cuando hablan en las reuniones, intentan hacerlo lo menos posible, y piensan: “Tengo que aprender a cuidar mi cuerpo”. Antes, sin importar la pregunta que les hicieran o cuándo se las hicieran, ellos respondían sin dudar. Pero ahora quieren hablar menos para conservar las energías, y si alguien hace demasiadas preguntas, dicen: “Necesito descansar”. Como ves, ahora se preocupan especialmente de su cuerpo físico, al contrario que antes. Además, suelen prestar una atención constante a tomar suplementos dietéticos, comer fruta y hacer ejercicio con frecuencia. Piensan: “Antes era demasiado estúpido e ignorante y no sabía cómo cuidar mi cuerpo. Me dejaba llevar por mi apetito y me entregaba a la glotonería. Ahora que mi cuerpo tiene problemas, si no me enfoco en mi salud, y si mi enfermedad se agrava y no puedo desempeñar mi deber, ¿seguiré recibiendo bendiciones? De ahora en adelante, debo prestar atención a cuidar mi cuerpo y a no dejar que aparezca ninguna dolencia”. Así que empiezan a prestar atención a su salud, y ya no se dedican por completo a desempeñar sus deberes. Incluso se arrepienten y se sienten descontentos por el sufrimiento que padecieron y el precio que pagaron en el pasado mientras desempeñaban sus deberes. ¿Acaso estos pensamientos y comportamientos no están influenciados por emociones negativas y acaso no surgen de ellas? Efectivamente, estos pensamientos y comportamientos están causados por estas emociones negativas. Entonces, ¿pueden estos pensamientos y comportamientos, además de sus emociones negativas, ayudarles a tener más fe en Dios y ser más devotos en el desempeño de sus deberes? Desde luego que no. ¿Cuál será el resultado final? Desempeñarán sus deberes de manera superficial y sin devoción. Cuando hacen las cosas, ¿pueden buscar la verdad y actuar de acuerdo con los principios-verdad? (No). Harán lo que les venga en gana mientras estén gobernados por estas emociones negativas, dejando de lado la verdad, sin atesorarla ni ponerla en práctica. Todo lo que hagan, todo lo que pongan en práctica, girará en torno a los pensamientos generados por sus propias emociones negativas. ¿Puede alguien así alcanzar la búsqueda de la verdad? (No). Entonces, ¿es este el tipo de pensamientos que deberían tener las personas con una humanidad normal? (No). Puesto que este tipo de pensamientos no son los que deberían tener las personas con una humanidad normal, ¿en qué creéis que se equivocan? (La gente no tiene ninguna comprensión de la soberanía y los arreglos de Dios. En realidad, todas estas enfermedades están en manos de Dios. El grado de sufrimiento que una persona debe soportar también viene determinado y arreglado por Él. Sin embargo, cuando una persona vive sumida en emociones negativas, tiende a recurrir a intrigas y se rige por pensamientos y puntos de vista falaces. Confía en los métodos humanos y aprecia su propio cuerpo físico). ¿Es adecuado que una persona aprecie así su cuerpo físico? Cuando a alguien le preocupa tanto su cuerpo físico y lo mantiene bien alimentado, sano y robusto, ¿qué valor tiene para él? ¿Qué sentido tiene vivir así? ¿Qué valor tiene la vida de una persona? ¿Sirve meramente para disfrutar de placeres carnales como comer, beber y divertirse? (No es así). Entonces, ¿qué valor tiene? Compartid vuestros pensamientos. (Para cumplir con el deber de un ser creado, esto es al menos lo que una persona debe lograr en su vida). Así es. Decidme, si las acciones y pensamientos diarios de una persona a lo largo de toda su vida se centran únicamente en evitar la enfermedad y la muerte, en mantener su cuerpo sano y libre de enfermedades, y en esforzarse por alcanzar la longevidad, ¿es este el valor que debería tener su vida? (No). Ese no es el valor que debe tener la vida de una persona. Entonces, ¿cuál es el valor que debe tener? Hace un momento, alguien mencionó el cumplimiento del deber de un ser creado, que es un aspecto específico. ¿Hay algo más? Contadme las aspiraciones que soléis tener mientras oráis o establecéis una determinación. (Someternos a los arreglos e instrumentaciones de Dios respecto a nosotros). (Desempeñar bien el papel que Él nos ha asignado y cumplir con nuestra misión y responsabilidad). ¿Algo más? Por una parte, se trata de cumplir con el deber de un ser creado. Por otra, se trata de hacer lo mejor que puedas todo aquello que esté dentro de tus posibilidades y de tu capacidad, alcanzando al menos un punto en el que tu conciencia no te acuse, en el que puedas estar en paz con tu propia conciencia y resultes aceptable a ojos de los demás. Si lo llevamos un poco más lejos, a lo largo de tu vida, con independencia de la familia en la que hayas nacido, tu formación académica o tus aptitudes, debes entender los principios que las personas han de comprender en la vida. Por ejemplo, qué tipo de senda han de seguir, cómo deben vivir y la manera de tener una vida con sentido; al menos debes explorar un poco el verdadero valor de la vida. No puede vivirse en vano y uno no puede venir a esta tierra en balde. En otro sentido, durante tu vida, debes cumplir tu misión; esto es lo más importante. No hablamos de completar una gran misión, deber o responsabilidad; pero como mínimo, debes cumplir con algo. Por ejemplo, en la iglesia algunas personas ponen todo su empeño en la labor de difundir el evangelio, empleando la energía de toda su vida, pagando un precio enorme y ganando a mucha gente. Por eso, sienten que la vida no ha sido en vano y que tienen valor y consuelo. Cuando se enfrentan a la enfermedad o a la muerte, cuando hacen balance de toda su vida y recuerdan todo lo que han hecho, la senda que han recorrido, hallan consuelo en el corazón. No experimentan acusaciones ni remordimientos. Algunas personas no escatiman esfuerzos cuando son líderes en la iglesia o son responsables de un determinado aspecto del trabajo. Desatan su máximo potencial, empleando todas sus fuerzas, gastando toda su energía y pagando el precio del trabajo que realizan. Mediante su riego, liderazgo, asistencia y apoyo, ayudan a muchos sumidos en sus propias debilidades y negatividad a hacerse fuertes y mantenerse firmes, a no retraerse, sino a volver en su lugar a la presencia de Dios e incluso a dar finalmente testimonio de Él. Además, durante el periodo de su liderazgo, llevan a cabo muchas tareas significativas, eliminando a no pocos malvados, protegiendo a muchos de los escogidos de Dios y recuperando varias pérdidas importantes. Todos estos logros tienen lugar durante su liderazgo. Al volver la vista atrás hacia la senda que recorrieron, recordando el trabajo que hicieron y el precio que pagaron a lo largo de los años, no sienten remordimientos ni acusaciones. Creen que no hicieron nada merecedor de sentir arrepentimiento, y viven con una sensación de valor, firmeza y consuelo en el corazón. Eso es una maravilla. ¿Acaso no es ese el resultado? (Sí). Este sentido de estabilidad y consuelo, esta falta de remordimientos, son el resultado y la recompensa por su búsqueda de cosas positivas y de la verdad. No pongamos un estándar muy alto a las personas. Consideremos una situación en la que alguien se enfrenta a una tarea que debe o quiere hacer en la vida. Tras encontrar su lugar, se mantiene con firmeza en su puesto, lo hace esforzándose mucho, pagando el precio, y dedicando toda su energía a cumplir y terminar aquello en lo que debe trabajar y ha de completar. Cuando se presenta finalmente ante Dios para rendir cuentas, se siente relativamente satisfecho, no alberga acusaciones ni remordimientos en el corazón. Tiene una sensación de consuelo y de recompensa, de que ha vivido una vida valiosa. ¿No es este un objetivo significativo? Decidme, con independencia de su escala, ¿es práctico? (Es práctico). ¿Es específico? Es lo bastante específico, práctico y realista. Entonces, para vivir una vida valiosa y, en última instancia, alcanzar este tipo de recompensa, ¿crees que vale la pena que el cuerpo físico de una persona sufra un poco y pague un pequeño precio, incluso si experimenta agotamiento y enfermedad física? (Merece la pena). Cuando una persona viene a este mundo, no es solo para disfrutar de la carne, ni solo para comer, beber y divertirse. No se debe vivir solo para tales cosas, ese no es el valor de la vida humana ni la senda correcta. El valor de la vida humana y la senda correcta a seguir implican lograr algo valioso y completar uno o varios trabajos de valor. A esto no se le llama carrera, sino que recibe el nombre de senda correcta; también se la denomina la tarea adecuada. Dime, ¿vale la pena pagar el precio con el fin de completar algún trabajo valioso, tener una vida significativa y valiosa, y perseguir y alcanzar la verdad? Si realmente deseas perseguir y entender la verdad, emprender la senda correcta en la vida, cumplir bien con tu deber y tener una vida valiosa y significativa, entonces no debes dudar en emplear toda tu energía, pagar el precio y entregar todo tu tiempo y el alcance de tus días. Si durante este periodo sufres alguna enfermedad, no tendrá importancia, no te aplastará. ¿Acaso no es esto muy superior a toda una vida de bienestar y ociosidad, nutriendo el cuerpo físico hasta el punto en el que esté bien alimentado y sano, y logrando en última instancia la longevidad? (Sí). ¿Cuál de estas dos opciones es más propicia para una vida valiosa? ¿Cuál de las dos puede aportar consuelo y ningún remordimiento a las personas cuando al final se enfrenten a la muerte? (Vivir una vida con sentido). Vivir una vida con sentido significa experimentar resultados y consuelo en el corazón. ¿Qué pasa con los que están bien alimentados y mantienen una tez sonrosada hasta la muerte? No buscan una vida con sentido, así que ¿cómo se sienten cuando mueren? (Como si hubieran vivido en vano). Estas tres palabras son incisivas: vivir en vano. ¿Qué significa “vivir en vano”? (Desperdiciar la vida). Vivir en vano, desperdiciar la vida: ¿en qué se basan estas dos frases? (Al final de sus vidas descubren que no han obtenido nada). ¿Qué debería obtener una persona entonces? (Debería obtener la verdad o lograr cosas valiosas y significativas en esta vida. Debe realizar de forma adecuada aquello que ha de llevar a cabo un ser creado. Si no logra hacer todo eso y solo vive para su cuerpo físico, sentirá que vivió en vano y desperdició su vida). Cuando se enfrenten a la muerte, reflexionarán sobre lo que han hecho a lo largo de su vida. Dirán: “Oh, yo solo pensaba en comer, beber y divertirme todos los días. Mi salud era buena y no sufrí ninguna enfermedad. Toda mi vida ha sido tranquila. Sin embargo, ahora que me hago mayor y estoy a punto de morir, ¿adónde iré después de la muerte? ¿Iré al infierno o al cielo? ¿Cómo arreglará Dios mi final? ¿Cuál será mi destino?”. Se sienten inquietos. Al haber disfrutado de comodidad física durante toda su vida, antes no eran conscientes de ello, pero ahora les inquieta acercarse a la muerte. Al sufrir esta inquietud, ¿acaso no empezarán a pensar en enmendarse? ¿Queda tiempo aún de enmendarse en ese momento? (No). Ya no tienen fuerzas para correr ni para hablar. Incluso si quieren pagar cierto precio o soportar algo de dificultad, su fuerza física es inadecuada. Aunque quieran salir a predicar el evangelio, no están en condiciones físicas de hacerlo. Además, no entienden nada de la verdad y no pueden hablar ni siquiera un poco de ella. Ya no hay tiempo para que se enmienden. Supongamos que quieren escuchar algunos himnos. Mientras los escuchan, se quedan dormidos. Supongamos que su deseo es escuchar un sermón. A la mitad, les entra sueño. Ya no les queda energía y son incapaces de concentrarse. Piensan en lo que han hecho todos estos años y en qué han gastado su energía. Ahora tienen una edad avanzada y quieren ocuparse del trabajo que les corresponde, pero sus cuerpos, cada vez más débiles, ya no se lo permiten. Ya no tienen energías, no serían capaces de aprender nada ni aunque quisieran, y sus reacciones son lentas. No pueden entender muchas verdades, y cuando tratan de hablar con otros, todo el mundo está ocupado y nadie dispone de tiempo para hablar con ellos. Carecen de principios y de senda en todo lo que hacen. ¿Qué les sucede al final? Cuanto más reflexionan, más se inquietan. Cuanto más reflexionan, más remordimientos sienten. Cuanto más reflexionan, más se lamentan. Al final, no les queda más remedio que esperar la muerte. Su vida ha terminado y no hay forma de enmendarla. ¿Sienten remordimientos? (Sí). Es demasiado tarde. No queda tiempo. Cuando se enfrentan a la muerte, se dan cuenta de que disfrutar de una vida de comodidad física es algo totalmente vacío. Lo desentrañan todo y quieren volver atrás para perseguir la verdad y cumplir con su deber y hacer algo bien, pero no pueden conseguir nada ni esforzarse en ningún aspecto. Esta vida está a punto de acabar, termina con arrepentimientos, cargando con remordimientos y desasosiego. ¿Cuál es el resultado final para este tipo de personas a la hora de enfrentarse a la muerte? Solo pueden morir con arrepentimiento, remordimientos e inquietud. Esta vida ha sido en vano. Sus cuerpos físicos no han soportado ninguna adversidad. Solo han disfrutado de la comodidad, sin exponerse al viento ni al sol, ni correr riesgos. No han pagado ningún precio. Han vivido con buena salud, rara vez han padecido enfermedades, apenas se han resfriado. Han cuidado bien de su cuerpo físico, pero, por desgracia, no han cumplido ningún deber ni han obtenido verdad alguna. Solo sienten remordimientos en el momento de la muerte. ¿Y qué pasa si se arrepienten? A eso se le llama sufrir como consecuencia de sus propias acciones.
Si una persona desea tener una vida valiosa y significativa, debe perseguir la verdad. Ante todo, debe tener una visión correcta de la vida, además de los pensamientos y puntos de vista adecuados sobre los diversos asuntos grandes y pequeños a los que se enfrenta en la vida y en su senda vital. Además, debe contemplar todos estos asuntos desde la perspectiva y la postura adecuadas, en lugar de abordar los distintos problemas con los que se encuentra en el transcurso de su vida o en su cotidianeidad haciendo uso de pensamientos y puntos de vista extremos o radicales. Por supuesto, tampoco debe contemplar estas cosas desde una perspectiva secular, y en su lugar ha de desprenderse de pensamientos y puntos de vista tan negativos e incorrectos. Si deseas lograr esto, primero has de analizar, exponer y reconocer los diversos pensamientos negativos que albergan las personas, y luego volverte capaz de cambiar y corregir tus distintas emociones negativas, desprenderte de ellas y alcanzar pensamientos y puntos de vista correctos y positivos, además de las perspectivas y posturas adecuadas desde las que contemplar a las personas y las cosas. Al hacer esto, poseerás la conciencia y razón necesarias para perseguir la verdad. Desde luego, se podría decir específicamente que poseer humanidad normal significa que una persona posee los puntos de vista, las perspectivas y posturas adecuados para contemplar a las personas y las cosas. Si las personas poseen esta clase de humanidad normal y estos pensamientos y puntos de vista correctos, se convierte en un reto mucho menor y resulta más fácil perseguir la verdad. Es como cuando una persona desea alcanzar su destino: si se halla en la senda correcta y avanza en la dirección adecuada, entonces, sin importar la velocidad, acabará por llegar a su destino. Sin embargo, si una persona se dirige a la dirección opuesta de su destino pretendido, entonces, da igual lo rápido o lento que vaya, solo se alejará de su meta. ¿Cómo es esa expresión? “Tratar de ir al sur conduciendo hacia el norte”. Así es justo como algunos creen en Dios y desean alcanzar la salvación, si bien persiguen la fama, el beneficio y el estatus, lo que significa que no tienen modo de alcanzarla. ¿Cuál será su desenlace definitivo? Sin duda será el castigo. Por dar un ejemplo, digamos que una persona contrae cáncer y tiene miedo a morir. Se niega a aceptar la muerte y le ora a Dios sin cesar para que la proteja de ella y alargue su vida unos cuantos años más. Lleva consigo las emociones negativas de angustia, preocupación y ansiedad en su vida diaria, aunque se las arregla para sobrevivir unos pocos años más, y así logra su objetivo y experimenta la felicidad que nace de evitar la muerte. Se siente afortunada y cree que Dios es muy bueno, que es realmente magnífico. Mediante sus propios esfuerzos, repetidas súplicas, amor y cuidado propios, elude la muerte y, al final, continúa viviendo, tal como deseaba. Expresa gratitud por la preservación, la gracia, el amor y la misericordia de Dios. Todos los días le da las gracias a Dios y se presenta ante Él para ofrecerle alabanzas por ello. A menudo llora mientras canta himnos y mientras reflexiona sobre las palabras de Dios, piensa en lo maravilloso que es Él: “En verdad, Dios controla la vida y la muerte; Él me ha permitido vivir”. Mientras desempeña su deber cada día, a menudo se plantea cómo anteponer el sufrimiento al placer, y cómo hacer para que le vaya mejor que a los demás en todo, para poder preservar su propia vida y evitar la muerte; acaba viviendo unos cuantos años más, y se siente bastante satisfecha y feliz. Sin embargo, un día su enfermedad empeora y el médico le da un ultimátum, y le aconseja que se prepare para el final. Ahora se enfrenta a la muerte, está realmente al borde de esta. ¿Cómo va a reaccionar? Su mayor miedo se ha apoderado de su persona, su mayor preocupación por fin se ha materializado. Ha llegado el día que más se resistía a contemplar y experimentar. En un instante, su corazón se hunde y su estado de ánimo toca fondo. Ya no está dispuesta a llevar a cabo su deber y no le quedan palabras para orar a Dios. Ya no quiere alabar a Dios, ni oírle decir palabras o verdades. Ya no cree que Dios sea amor, justicia, misericordia y bondad. Al mismo tiempo, siente remordimientos: “Todos estos años, me olvidé de comer buenos alimentos y de ir más a divertirme durante mi tiempo libre. Ahora ya no tengo la oportunidad de hacer esas cosas”. Su mente se llena de agravios y lamentaciones, y su corazón de dolor, así como de quejas, resentimiento y negación hacia Dios. Entonces, con remordimientos, deja este mundo. Antes de partir, ¿seguía Dios en su corazón? ¿Todavía creía en la existencia de Dios? (Ya no creía). ¿Cómo se llegó a esto? ¿Acaso no comenzó con los puntos de vista erróneos que tenía sobre la vida y la muerte desde el principio? (Sí). No solo defendió pensamientos y puntos de vista incorrectos al comienzo, sino que, lo que es aún más grave, después de esto siguió sus propios pensamientos y puntos de vista en su búsqueda futura, y se ajustó a estos. Nunca se dio por vencida, y siguió adelante y corrió por la senda equivocada sin mirar atrás. El resultado fue que al final perdió la fe en Dios; el trayecto de su fe llegó de esta manera a su fin, y así concluyó su vida. ¿Obtuvo la verdad? ¿La ganó Dios? (No). Cuando acabó muriendo, ¿cambiaron las perspectivas y actitudes hacia la muerte a las que se aferraba? (No). ¿Murió con consuelo, alegría y paz, o con pesar, desgana y amargura? (Murió con desgana y amargura). No ganó nada en absoluto. No alcanzó la verdad, y Dios tampoco la ganó. Entonces, ¿diríais que esta persona ha alcanzado la salvación? (No). No se ha salvado. Antes de su muerte, ¿acaso no corrió de aquí para allá y se gastó mucho? (Sí). Al igual que otras personas, creía en Dios y desempeñaba su deber, y en apariencia, no parecía haber ninguna diferencia entre ella y las demás. Cuando sufrió la enfermedad y la muerte, oró a Dios y aun así no abandonó su deber. Siguió trabajando, incluso al mismo nivel que antes. Sin embargo, hay algo que la gente debe entender y comprender. Los pensamientos y puntos de vista que albergaba esta persona eran sistemáticamente negativos y erróneos. Con independencia de la magnitud de su sufrimiento o del precio que pagara al desempeñar su deber, albergaba estos pensamientos y puntos de vista erróneos en su búsqueda. Estaba siempre gobernada por ellos y cargaba con sus emociones negativas en su deber; buscaba ofrecer el desempeño de su deber a Dios a cambio de su propia supervivencia, de lograr su objetivo. El objetivo de su búsqueda no era entender o ganar la verdad, o someterse a todas las instrumentaciones y arreglos de Dios. El objetivo de su búsqueda era justo lo contrario. Quería vivir de acuerdo con su propia voluntad y requerimientos, para obtener aquello que deseaba buscar. Quería arreglar y orquestar su propio destino e incluso su propia vida y muerte. Y así, al final, el resultado fue que no obtuvo nada en absoluto. No obtuvo la verdad y, en última instancia, negó a Dios y perdió la fe en Él. Incluso cuando se acercaba la muerte, seguía sin comprender cómo debe vivir la gente y cómo un ser creado debe tratar las instrumentaciones y arreglos del Creador. Eso es lo más lamentable y trágico acerca de ella. Incluso al borde de la muerte, no entendió que, a lo largo de la vida de una persona, todo está bajo la soberanía y los arreglos del Creador. Si el Creador quiere que vivas, aunque te aqueje una enfermedad mortal, no morirás. Si el Creador quiere que mueras, aunque seas joven, sano y fuerte, cuando llegue tu hora, vas a morir. Todo se halla bajo la soberanía y los arreglos de Dios, esta es Su autoridad, y nadie puede elevarse por encima de ella. Esta persona no consiguió comprender un hecho tan simple, ¿no es eso lamentable? (Sí). A pesar de creer en Dios, asistir a reuniones, escuchar sermones y desempeñar su deber, a pesar de su fe en la existencia de Dios, se negó repetidas veces a reconocer que el destino humano, incluyendo la vida y la muerte, está en manos de Dios y no sujeto a la voluntad humana. Nadie muere sencillamente porque así lo quiera, y nadie sobrevive solo porque quiera vivir y tema a la muerte. No logró captar un hecho tan simple, no consiguió desentrañarlo ni siquiera cuando se enfrentó a una muerte inminente, y siguió sin saber que la vida y la muerte de una persona no están determinadas por sí mismas, sino que dependen de la predestinación del Creador. ¿Acaso no es algo trágico? (Sí). Por tanto, aunque las distintas emociones negativas puedan parecer insignificantes para la gente, todas ellas están implicadas en la actitud con la que una persona contempla a las personas y las cosas dentro del ámbito de la humanidad normal. Si una persona puede enfocar de forma positiva todas las cosas que ocurren en una vida y existencia humana normal, entonces tendrá relativamente pocas emociones negativas. También puede decirse que su conciencia y razón serán más o menos normales, lo que le facilitará perseguir la verdad y entrar en la realidad, y de esta manera se reducirán las dificultades y obstáculos a los que se va a enfrentar. Si el corazón de una persona se llena de todo tipo de emociones negativas, es decir que rebosa de diversos pensamientos negativos a la hora de afrontar los retos de la vida y la existencia, entonces encontrará más obstáculos y dificultades en su búsqueda de la verdad. Si su voluntad de perseguir la verdad no es fuerte, si no tiene mucho celo o un tremendo deseo por Dios, entonces las dificultades y obstáculos que afrontará en su búsqueda de la verdad serán significativos. ¿Qué significa esto? Significa que luchará por entrar en la realidad-verdad. Dejando a un lado la gravedad de su carácter corrupto, estas emociones negativas lo atarán por sí solas, y le dificultarán cada paso. Cuando algunas personas se enfrentan al odio, a la ira, a diversos tipos de dolor o a otros problemas, los diferentes pensamientos que surgen de ellas son negativos. Es decir, en casi todos los asuntos, básicamente su estado siempre está dominado por emociones negativas. Si careces de la determinación y perseverancia necesarias para resolver estas emociones negativas y salir del estatus propio de ellas, te resultará extremadamente difícil entrar en la realidad-verdad. No será fácil. Esto significa que antes de entrar en la realidad de perseguir la verdad, la gente debe poseer primero los pensamientos, puntos de vista y posturas correctos más fundamentales respecto a cada problema relacionado con la humanidad normal. Solo entonces podrán comprender y aceptar la verdad, y entrar poco a poco en la realidad-verdad. Antes de perseguir la verdad como es debido, primero debes resolver tus diversas emociones negativas y superar esta etapa. Una vez que las personas la han superado, si sus pensamientos y puntos de vista sobre diversos asuntos, así como la perspectiva y la postura desde la que contemplan a las personas y las cosas son todos correctos, entonces perseguir la verdad y entrar en la realidad-verdad les resultará más fácil.
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