Cómo perseguir la verdad (8) Parte 1
Con anterioridad hemos hablado sobre el primer aspecto fundamental de cómo perseguir la verdad, que es desprenderse. Respecto a desprenderse, hemos hablado sobre el primer aspecto de práctica, que consiste en desprenderse de varias emociones negativas. Nuestro objetivo al hablar sobre las diversas emociones negativas de las personas y analizarlas es, ante todo, abordar las ideas y puntos de vista incorrectos y distorsionados escondidos bajo dichas emociones negativas. ¿Es eso cierto? (Sí). Es decir, al resolver las emociones negativas en el corazón de las personas, nuestra meta es abordar las ideas y puntos de vista negativos que guardan en lo más hondo de su corazón hacia diversas personas, acontecimientos y cosas. Ciertamente, las diversas emociones negativas de las personas también podrían resolverse al exponer y analizar distintas emociones negativas y al aportar a la gente la comprensión, los pensamientos y puntos de vista correctos. De este modo, nadie se verá atormentado o limitado por ideas y puntos de vista erróneos y distorsionados cada vez que le ocurra algo, ya sea en su vida cotidiana o en su senda de vida, y en su lugar afrontará cada día, y a las personas, acontecimientos y cosas que le ocurran a diario, con ideas y puntos de vista positivos y correctos que concuerden con la verdad. Así, cuando alguien se encuentre con personas, acontecimientos y cosas en la vida real, no responderá con impulsividad, sino que vivirá dentro del ámbito de la conciencia y la razón humanas normales, y podrá abordar y manejar racionalmente cada situación a la que se enfrente o experimente en su vida y en su senda de vida, haciendo uso de las formas precisas y correctas que ha enseñado Dios. Un aspecto de esta práctica consiste en que la gente viva bajo la guía y la influencia de ideas y puntos de vista correctos. El otro aspecto es que manejen cada situación de forma correcta bajo la guía e influencia de estas ideas y puntos de vista positivos. Claro está que la capacidad de manejar cada situación correctamente no es el objetivo final. El objetivo final es lograr lo que aquellos que creen en Él deben lograr, es decir, temer a Dios y alejarse del mal, someterse a Dios y a Sus arreglos e instrumentaciones, someterse a cada entorno que Él ha dispuesto, y ciertamente someterse al destino propio, sobre el cual Él es soberano, y vivir de forma racional entre todas las personas, acontecimientos, y cosas, en todos los entornos. En resumen, ya sea que estemos compartiendo y analizando las emociones negativas de las personas o las ideas y puntos de vista negativos, todo esto se relaciona con la senda que un ser creado debe transitar, la senda de vida que Dios requiere de una persona normal. Y, por supuesto, también se relaciona con los principios que un ser creado debe tener, en lo referente a cómo contempla a las personas y las cosas, cómo se comporta y actúa. Desprenderse de diversas emociones negativas consiste, en apariencia, en resolver las emociones negativas de las personas y abordar las ideas y puntos de vista negativos y falaces que se ocultan tras esas emociones negativas. Sin embargo, de hecho, también podría decirse que se trata esencialmente de guiar a las personas, proveerlas y ayudarlas, o de enseñarles cómo comportarse y cómo ser una persona sincera y corriente, alguien racional, la persona que Dios requiere que sean, la que Él ama y la que agrada a Dios cuando se encuentra con diversos entornos, personas, acontecimientos y cosas. Es igual que otros aspectos de los principios-verdad, en el sentido de que todos están relacionados con el comportamiento propio. A simple vista, el tema de desprenderse de diversas emociones negativas parece implicar una emoción completamente mundana o un estado en el que la gente está viviendo en el momento. Pero en realidad, estas emociones y estos simples estados están relacionados con la senda que recorren las personas y los principios según los que se comportan. Desde la perspectiva de una persona, puede que parezcan insignificantes y que no sean dignos de mención. Sin embargo, dado que están relacionados con los puntos de vista de la gente y con las perspectivas y planteamientos que adoptan cuando se encuentran con diversas personas, acontecimientos y cosas, estos tienen que ver con el comportamiento propio. Más en concreto, se refiere a cómo contemplar a las personas y las cosas, cómo comportarse y cómo actuar. Al referirse a esto, tales emociones negativas y las ideas y puntos de vista negativos se deben examinar y se ha de reflexionar sobre ellos constantemente en la vida cotidiana de la gente. Ciertamente, también es necesario que las personas sean capaces de corregirse a sí mismas a tiempo, en cuanto descubran durante el proceso de reflexión que tienen emociones negativas o ideas y puntos de vista negativos y falaces, y que sean capaces de reemplazar sin demora estas emociones negativas e ideas y puntos de vista falaces por pensamientos y puntos de vista positivos y correctos que concuerden con los principios-verdad. Esto les permite contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar con las palabras de Dios como fundamento y con la verdad por criterio. También es una forma de transformar las actitudes de las personas para que se alineen con Dios, y de este modo alcanzar el temor a Dios y alejarse del mal. Las cosas anteriores sobre las que hemos hablado son básicamente los detalles clave del primer aspecto, “desprenderse”, en “Cómo perseguir la verdad”. Claro está que entre las diversas emociones humanas, también hay ciertas cosas negativas específicas y menores, o algunas emociones negativas especiales que no son para nada representativas, y que también se relacionan con algunos pensamientos y puntos de vista negativos o falaces. Se puede decir que estas emociones negativas o pensamientos y puntos de vista falaces causan un mínimo efecto en las personas, por lo que no hablaremos en detalle sobre ellos de forma individual.
Todas las emociones negativas sobre las que hemos hablado antes pueden representar en esencia los problemas que existen en la vida real de las personas y en su senda de vida. Estas emociones implican diversos puntos de vista sobre cómo contemplar a las personas y las cosas, y cómo comportarse y actuar. Estos diversos pensamientos y puntos de vista negativos sobre cómo contemplar a las personas y las cosas y cómo comportarse y actuar se relacionan con instrucciones más amplias, con principios fundamentales y con la búsqueda de la verdad por parte de los individuos. Por consiguiente, estas son cosas de las que la gente debería desprenderse y abordar dentro de sus pensamientos y puntos de vista. Restan algunos asuntos particulares, no representativos o más personalizados, como la comida, la ropa, la vida personal, etc., que no afectan a los principios fundamentales de cómo uno contempla a las personas y las cosas, y cómo se comporta y actúa, y podría decirse que no implican hacer una distinción entre cosas positivas y negativas. Por tanto, no entran en el ámbito del tema sobre el que estamos hablando. Por ejemplo, cuando alguien dice: “Me gustan las cosas negras”, eso es su libertad, su gusto y preferencia personal. ¿Implica esto algún principio? (No). No tiene relación con la forma en que uno contempla a las personas y las cosas, y mucho menos con la forma en que se comporta y actúa. Por ejemplo, alguien corto de vista que lleva gafas dice: “Me gustan las monturas de borde dorado”. Y otra dice: “Las monturas doradas están muy pasadas de moda. Prefiero las gafas sin montura”. ¿Se trata esto de principios sobre cómo contemplar a las personas y las cosas, y cómo comportarse y actuar? (No). No tiene nada que ver con eso. Otros dicen: “Las tareas domésticas diarias y la limpieza me generan sentimientos negativos. Me parecen siempre una molestia y mi vida se vuelve agotadora. Incluso comer es fastidioso. Tardo más de una hora en preparar la comida y, después todavía tengo que fregar los platos, limpiar las ollas y ordenar la cocina, cosas que también son especialmente molestas”. Otros dicen: “La vida es un fastidio. Hay que cambiarse de ropa según la estación, y sin embargo pasas demasiado calor en verano por muy fina que sea la ropa, y demasiado frío en invierno por gruesa que te la pongas. Este cuerpo físico es un auténtico incordio”. No quieren lavarse el pelo cuando lo tienen sucio, pero si no lo hacen, les pica. Tienen un aire de dejadez y desorden. No les queda otro remedio que lavarse el pelo, pero se irritan cuando se lo lavan y piensan: “¿No sería estupendo no tener pelo? Es muy molesto tener que estar siempre cortándolo y lavándolo”. ¿Son estas emociones negativas? (Sí). ¿Hay que resolver estas emociones negativas? ¿Pertenecen a las diversas emociones negativas de las que hay que desprenderse? (No). ¿Por qué no? (Estos son solo algunos hábitos y asuntos relacionados con la vida física del cuerpo). Las mujeres, especialmente las adultas, pueden ocuparse de estos asuntos triviales cotidianos, como fregar, ordenar y limpiar lo que ensucian. Los hombres lo tienen un poco más difícil. Les suele resultar difícil cocinar, lavar la ropa y realizar las tareas domésticas. El tema de la colada les parece especialmente complicado. ¿Toca lavar? No les apetece. ¿Y si no lavan? La ropa está demasiado sucia y les preocupa que se burlen de ellos, así que se limitan a enjuagarla un poco en agua. Los hombres y las mujeres tienen enfoques y posturas ligeramente diferentes ante estos asuntos cotidianos triviales. Las mujeres tienden a ser más meticulosas y particulares, prestan atención a la limpieza y la apariencia, mientras que los hombres pueden ser un poco toscos en el manejo de estos asuntos. Pero no tiene nada de malo. No es bueno ser demasiado desordenado; sobre todo cuando convives con otras personas, ya que estarás poniendo en evidencia demasiados de tus fallos y esto provocará que no les caigas bien. Estos fallos son defectos de tu humanidad, y debes superar los que haya que superar, y resolver los que haya que resolver. Sé un poco más diligente, organiza las cosas en tu espacio vital, dobla bien la ropa y las mantas, y limpia y organiza tu entorno de trabajo de vez en cuando para no molestar a los demás: es así de sencillo. No hace falta que te sientas desafiado, ¿verdad? (No). En cuanto a la frecuencia con la que te bañas o te cambias de ropa, mientras que no afecte al estado de ánimo de los demás no pasa nada. Este es el estándar. Si no te bañas, te lavas el pelo o te cambias de ropa durante un largo periodo, empiezas a oler mal y nadie quiere estar cerca de ti, eso no está bien. Deberías lavarte y estar presentable, al menos para no afectar al estado de ánimo de los demás. No deberían tener que taparse la nariz o la boca mientras hablan contigo ni sentirse avergonzados por tu culpa. Si los demás te tratan así y a ti no te importa ni preocupa, entonces puedes seguir viviendo de esa manera. Nadie te ha hecho demasiadas exigencias. Siempre que seas capaz de aceptarlo. Pero si te sientes avergonzado, haz lo posible por gestionar tu entorno personal y tu higiene para no molestar a los demás. El objetivo es no imponer ninguna carga o estrés innecesarios en tu propia vida y tener en cuenta los sentimientos de los otros. No presiones ni fuerces tu influencia sobre los demás. Este es el requisito mínimo de la conciencia y la razón humanas normales. Si ni siquiera posees esto, ¿cómo puedes comportarte con decencia? Por tanto, estas cosas que alguien con humanidad normal debería ser capaz de alcanzar no requieren mucha explicación. La casa de Dios no necesita encargarte tareas especiales o darte órdenes específicas. Deberías ser capaz de manejarlas por ti mismo. Los asuntos personales que he mencionado antes no conllevan principios o criterios sobre cómo contemplar a las personas y las cosas, cómo comportarse y cómo actuar. Por tanto, puedes confiar en la conciencia y la razón humanas más básicas para manejarlos. Una persona con una conciencia y una razón humanas normales debería poseer este nivel de inteligencia. No hay necesidad de darle demasiada importancia y, es más, estos asuntos triviales no deberían tratarse como cuestiones que requieren comprenderse o resolverse mediante la búsqueda de la verdad, porque son cosas que cualquier persona con humanidad normal puede conseguir. Hasta un perro pequeño entiende lo que significa ser decente. Si los humanos no lo entienden, entonces no alcanzan los estándares de ser humanos, ¿verdad? (Sí). Tengo un perro como mascota. Es especialmente bonito, tiene los ojos y la boca grandes y el hocico bien formado. Una vez se peleó con su propio cachorro por la comida y este le mordió en el hocico. Le quedó una pequeña herida en medio del hocico que le afeó el aspecto. Le apliqué rápidamente un medicamento y le dije: “¿Qué podemos hacer ahora? Si a un perro tan bonito le queda una cicatriz, es una imagen muy triste”. Le dije: “A partir de ahora, no nos sigas cuando salgamos. Si la gente te ve una cicatriz en la cara, pensará que eres feo”. Al oír esto, emitió un sonido en señal de acuerdo, se quedó un momento con la mirada perdida y abrió grandes los ojos. Continué: “Te has hecho daño. La herida en el hocico es tan grande que la gente se va a reír de ti si te ve. Te hace falta descansar y curarte. No puedes seguirnos hasta que estés totalmente recuperado”. Tras oír Mis palabras, no emitió ningún otro sonido y no insistió en salir. Pensé, hasta un perro entiende lo que hay que hacer. Al cabo de un tiempo, la herida se curó y mejoró notablemente, así que le permití salir. Una hermana vio al perro y le preguntó: “Oye, ¿qué te ha pasado en el hocico?”. Al oír esto, el perro giró la cabeza y echó a correr sin mirar atrás, directo al coche, y se negó a volver. Cuando la hermana empezó a hablarle, se comportó y bebió agua cuando se lo ofreció. No huyó. Pero en cuanto le preguntó: “¿Qué te ha pasado en el hocico?”, giró la cabeza y echó a correr sin mirar atrás. Cuando volvimos a casa, le pregunté: “Tienes una herida en el hocico, ¿por qué has huido cuando la hermana te ha preguntado por ella? ¿Acaso eres tímido?”. Me miró con expresión tímida, sin parar de bajar la cabeza y sintiéndose demasiado avergonzado para mirarme directo a los ojos. Se acurrucó en Mis brazos, y se dejó acariciar y abrazar. Le dije: “No puedes pelearte más con tu cachorro. Si te haces daño y te vuelven a quedar cicatrices, te vas a volver feo. La gente se va a reír de ti. ¿Dónde vas a esconder la cara?”. Fíjate, hasta un perro de cinco años sabe lo que es la timidez. Sabe que debe esconderse de la gente porque tiene una herida en la cara y teme que se rían de él. Si un perro pequeño tiene este nivel de inteligencia, ¿no deberían tenerla también los humanos? (Sí). Los humanos deberían tenerla, es decir, debería ser algo que poseyeran dentro del ámbito de su razón. ¿Qué significa ser decente? ¿Qué significa edificarse y no resultarle desagradable o repulsivo a los demás? Debes tener este estándar dentro de ti. Es un asunto muy simple en la vida diaria y, con una conciencia y razón humanas normales, puedes manejar las cosas con precisión sin necesidad de hablar sobre verdades como resolver el carácter corrupto o las emociones negativas de las personas. Ciertamente, si vives en tu propia casa, puedes ser un poco desordenado, las normas no son tan estrictas. Sin embargo, si vives con hermanos y hermanas, debes asegurarte de que tu humanidad normal está bien mantenida. Aunque no tenemos requisitos específicos ni normas estrictas al respecto, como ser humano normal, deberías tener una idea sobre estos asuntos. Son cosas que las personas con humanidad normal deben hacer y poseer. No implican pensamientos, puntos de vista, perspectivas o planteamientos respecto a cómo contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar, y ciertamente no implican una senda, dirección u objetivo vital mayor. Por consiguiente, lo mejor para ti sería resolver estos asuntos de acuerdo con los requerimientos de la conciencia y la razón humanas normales, para que los demás no chismorreen o se sientan disgustados contigo por estas cosas. En cuanto a los hábitos personales, las aficiones, las diferencias de personalidad, o las decisiones relativas a cuestiones no relacionadas con los principios, estas cosas que no implican pensamientos y puntos de vista, eres libre de elegir y mantener tus propias costumbres. La casa de Dios no interferirá. Él ha concedido a las personas el libre albedrío y la conciencia básica y la razón, para permitir a los individuos elegir sus propios intereses, aficiones y hábitos, o los estilos de vida que se adapten a sus personalidades. Nadie tiene derecho a controlarte, restringirte o culparte. En cuanto a los asuntos que no tienen que ver con los principios-verdad o los requerimientos de Dios en Sus palabras, para ser específicos, los asuntos que no tienen relación con la forma de contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar, todo el mundo tiene derecho a elegir libremente su propia forma de vida sin que nadie interfiera en ello. Si un líder, jefe de grupo o supervisor te critica o interfiere en tus asuntos personales, tienes derecho a no aceptarlo. En resumen, estos asuntos de humanidad normal no tienen nada que ver con los requerimientos de las palabras de Dios o los principios-verdad. Mientras te sientas cómodo y adecuado, y tu comportamiento no tenga ningún impacto en los demás ni los moleste, está todo bien. Por ejemplo, si te gusta vestirte bien y arreglarte, mientras no afecte a los demás, no hay problema. Pero si es tarde y los demás tienen que irse a dormir a las once y tú sigues haciendo la colada o limpiando, no es aceptable. Si estás en tu casa y no afectas a la vida de los demás, puedes quedarte despierto hasta las cuatro o las cinco de la mañana si quieres. Esa es tu libertad. Sin embargo, ahora que vives con hermanos y hermanas, tus acciones afectarán a sus rutinas y horarios cotidianos. Eso no es bueno. Al hacerlo, no estás ejerciendo correctamente tus derechos y tu libertad, sino que estás siendo obstinado, algo que se considera carecer de humanidad. En aras de tu propia libertad y para satisfacer las preferencias y deseos de tu propia carne, trastornas la vida de los demás e incluso sacrificas su tiempo de descanso. Este comportamiento no concuerda con la conciencia y la razón humanas normales. Debe cambiar. Esto se relaciona con los principios de la conducta propia. No se trata de que haya algo malo en tu estilo de vida personal o en tus hábitos de limpieza. Se trata de un problema con los principios de cómo te comportas. No tienes en cuenta los sentimientos, estados de ánimo o intereses de los demás. Proteges y preservas tus propios intereses a expensas de los de los demás. Esta forma de comportarse no se ajusta a los requerimientos de Dios para comportarse ni a los principios del comportamiento que exige Dios. Por tanto, todas las preferencias, intereses, opciones de estilo de vida, hábitos, libertades, derechos, etc., de la humanidad normal deben permanecer dentro del ámbito de la conciencia y la razón de una persona para ser considerados como humanidad normal. Si sobrepasan los límites de la conciencia y la razón humanas normales, entonces ya no se trata de humanidad normal, ¿verdad? (No). Dentro de los límites de la conciencia y la razón humanas normales, te comportas como una persona normal. Si vas más allá de dichos límites y sigues poniendo el énfasis en tu libertad, entonces no estás actuando como una persona normal; eres infrahumano. Esto es algo que tiene que cambiar, debería quedar claro. ¿Qué debería quedar claro? Debería quedar claro que estos asuntos personales deben tratarse dentro de los límites de la conciencia y la razón humanas normales, y que esto es un principio de conducta propia. Tus hábitos personales, exigencias, opciones de estilo de vida, etc., dependen de ti, siempre que no sobrepasen los límites mencionados. No existen requerimientos específicos al respecto.
En la primera sección de cómo perseguir la verdad, “desprenderse”, nos referimos a lo que supone desprenderse de diversas emociones negativas, como la inferioridad, el odio, la ira, la depresión, la angustia, la preocupación, la ansiedad y la represión, y estas son básicamente las principales cuestiones direccionales y las que implican principios sobre los que debemos hablar. En cuanto a las cuestiones secundarias que no tienen relación con principios o instrucciones, ya hemos hablado mucho sobre ellas. Con respecto a la reticencia, la insatisfacción, el descontento, etcétera, que sientes hacia tus propios asuntos personales, mientras no impliquen pensamientos y puntos de vista auténticos y no afecten los principios acerca de cómo uno contempla a las personas y las cosas, o cómo se comporta y actúa, se trata de tus propios asuntos personales. Debes ajustarte a ellos y abordarlos dentro del ámbito de tu conciencia y razón. Por ejemplo, tienes hambre y no te apetece cocinar, pero te sientes demasiado débil para trabajar con el estómago vacío y, cuando cocinas, te irritas. Puede que pienses: “¿Es esto una emoción negativa?”. No es una emoción negativa, sino tu pereza física y que no te gusta cocinar. Es una cuestión de tu carne corrupta. Si tus condiciones económicas te lo permiten, puedes contratar a alguien que te ayude a cocinar, pero si no tienes estos recursos económicos, solo puedes solucionarlo tú mismo. Los demás no están obligados a resolverte estos problemas vitales; es tu responsabilidad. Estas tareas mundanas de comer, vestirse y barrer y fregar forman parte de la vida humana. Son inherentes a la existencia del hombre. Los humanos somos diferentes a los gatos y los perros. Cuando adoptas a un gatito o un cachorro, eres responsable de su comida y bebida. Si tiene hambre, hay que darle de comer. Sin embargo, esto no funciona con los humanos; los humanos tienen que cuidar estos aspectos de la vida por su cuenta y responsabilizarse por ellos. No suponen una carga; aprender a ocuparse de estas cosas como es debido es algo que las personas con una humanidad normal pueden conseguir. Lo que sucede es que a algunas les puede parecer que nunca antes han hecho tales cosas, sobre todo a ciertos hombres cuyos padres o familiares les ayudaron a mantenerse organizados y les mimaron tanto que nunca aprendieron a cocinar, lavarse la ropa o encargarse de las cosas de su propia vida, esto es consecuencia del entorno familiar. Sin embargo, una vez que dejan a sus padres y empiezan a vivir de forma independiente, son capaces de encargarse de todo por su cuenta, incluso de lavar la ropa y hacerse la cama. De hecho, se trata de cosas que la humanidad normal es capaz de lograr. No son tareas difíciles para ningún adulto y, desde luego, no son agobiantes. Estos problemas se resuelven fácilmente. Si tienes estándares más altos para tu calidad de vida, entonces puedes hacerlo mejor. Si tienes expectativas menos estrictas o más bajas en cuanto a tu calidad de vida, entonces puedes ser más despreocupado al respecto. Todas estas cuestiones no tienen relación con los principios.
En cuanto al primer tema importante de cómo perseguir la verdad, desprenderse de diversas emociones negativas, vamos a concluir aquí nuestra charla, ya que en esencia ha terminado. Lo siguiente en el proceso de búsqueda de la verdad, aparte de desprenderse de emociones negativas, es que uno debe además desprenderse de las búsquedas, ideales y deseos personales. Este es el segundo aspecto principal de “desprenderse” en la práctica de cómo perseguir la verdad, sobre el que vamos a hablar hoy. Desprenderse de las búsquedas, ideales y deseos de las personas, ¿lo entendéis? (Sí, lo entendemos). Acabo de mencionar los objetos de esta práctica específica de “desprenderse”, y también habéis tomado nota de ellos. Examinemos ahora el tema: ¿Qué os viene a la mente cuando hablamos de desprendernos de búsquedas, ideales y deseos personales? ¿Qué ejemplos se os ocurren? (A mí se me vienen a la cabeza los ideales que tiene la gente, aquellos sobre los que Dios nos ha hablado antes, como las personas con un talento especial, por ejemplo la interpretación, que aspiran a convertirse en celebridades o superestrellas. Otras personas que poseen habilidades para la escritura y un poco de talento literario pueden aspirar a llevar a cabo deberes relacionados con los textos en la casa de Dios y convertirse en escritores. Estos son algunos ideales que surgen en las personas). ¿Algo más? (Las personas buscan el éxito, así como sus propias perspectivas y esperanzas, y desean recibir bendiciones). Pensad un poco más, ¿qué otra cosa? ¿Qué se debe enfatizar aquí? Las búsquedas, los ideales y los deseos de los que las personas deberían desprenderse. Aparte de sus deseos lujosos y las esperanzas que depositan en sus perspectivas y su destino, en el contexto de la vida real de las personas, en las circunstancias necesarias de la existencia humana, ¿qué más está implicado en la búsqueda, los ideales y los deseos de los que las personas deben desprenderse? ¿Cuáles son algunos de los asuntos importantes de la vida que pueden afectar a tu fe en Dios y a tu búsqueda de la verdad? (Cuando las personas llegan a la edad de casarse, pueden verse sujetas a las limitaciones del matrimonio. Además, cuando la carrera profesional de una persona entra en conflicto con su fe en Dios, puede optar por buscar una carrera propia. Estos son los dos aspectos de los que también hay que desprenderse). Bien dicho. Vuestra fe en Dios durante los últimos años os ha proporcionado resultados y un reconocimiento. Habéis mencionado correctamente dos aspectos significativos: el matrimonio y la carrera profesional. Estos dos aspectos importantes se encuentran entre las cuestiones relacionadas con los asuntos perennes en la senda de la vida humana. El matrimonio es un asunto importante para todo el mundo, y la carrera profesional de una persona también es una preocupación importante, ineludible e inevitable. ¿Hay otros asuntos importantes además de estos dos? (También está el aspecto del trato con la familia, los padres y los hijos. Cuando estos asuntos entran en conflicto con la fe en Dios y la búsqueda de la verdad, a la gente le resulta difícil desprenderse de ellos). Cuando describáis algo, no utilicéis frases tan largas. Antes mencionamos el matrimonio y la carrera profesional. Entonces, ¿cómo debería llamarse este tema? (Familia). Así es, la familia también es un aspecto importante. ¿Incluye a todas las personas? (Sí). Incluye a todos los individuos, y es lo suficientemente específico y representativo. El matrimonio, la familia y la carrera profesional son cuestiones importantes que tienen que ver con el tema principal: las búsquedas, los ideales y los deseos personales. Hay un total de cuatro temas principales relacionados con desprenderse de las búsquedas, los ideales y los deseos personales. Habéis identificado correctamente tres de ellos, lo cual es estupendo. Parece que este tema requiere una plática detallada, es un tema que ya está presente en vuestras mentes y bastante relacionado con vuestras vidas o con vuestra estatura y experiencia. Hay otro tema, que en realidad es más bien simple. ¿Cuál es? Se trata de los intereses y aficiones de una persona. ¿Acaso no es simple? (Sí). ¿Por qué hablo de los intereses y aficiones de una persona? Examinad el tema más de cerca y comprobad si los intereses y aficiones están relacionados con las búsquedas, los ideales y los deseos personales que tenemos que discutir. (Sí). ¿Tiene el matrimonio relación con ellos? (Sí). ¿Y la familia? (Sí). ¿Está la carrera profesional relacionada con ellos? También. Cada uno de estos cuatro aspectos está relacionado con las búsquedas, los ideales y los deseos de una persona. Cada aspecto implica figuraciones y requerimientos específicos sobre él en lo profundo de su corazón, y las cosas que uno desea obtener en su carne y sentimientos. Cada aspecto consta de elementos específicos y búsquedas concretas, y también implica el esfuerzo que una persona realiza y el precio que paga por ellos. Cada aspecto involucra a los pensamientos y puntos de vista de una persona a lo largo de su vida, e influye en ellos, y puede afectar a su búsqueda de metas correctas. Ciertamente, también influye en cómo uno contempla a las personas y las cosas, y en cómo se comporta y actúa. Si hablara en términos generales, a vosotros os parecería poco claro y difícil de entender. Así que vamos a hablar sobre cada aspecto uno a uno, a examinarlos con detenimiento, para que poco a poco obtengáis un claro entendimiento sobre los asuntos. Cuando os queden claros, puede que la gente busque aquí los principios que debe implementar y acatar.
Vamos a hablar primero sobre intereses y aficiones. Claro está que los intereses y aficiones no tienen relación con las cosas que la gente hace a veces para divertirse, ni con sus pasatiempos temporales o intereses de estudio; no tienen nada que ver con las cosas temporales. Los intereses y aficiones a los que nos referimos aquí son los auténticos anhelos y búsquedas que residen en el ser espiritual de una persona y en lo más profundo de su alma. Llegarán incluso a emprender acciones y a hacer planes en función de estas cosas, es más, realizarán esfuerzos concretos y se esforzarán por satisfacer o seguir desarrollando sus intereses y aficiones, o para realizar un trabajo que esté en consonancia con ellos. En este contexto, los intereses y aficiones implican que los individuos se han fijado metas e ideales, e incluso han pagado un precio, han gastado energía o han emprendido acciones concretas. Por ejemplo, se han dedicado a estudiar conocimientos relevantes en aras de sus intereses y aficiones, han destinado la mayor parte de su vida diaria al estudio de este conocimiento y han obtenido experiencia práctica y una apreciación directa de ellos. Por ejemplo, algunas personas tienen el interés y la afición específicos de pintar, y estas pinturas no son tan sencillas como dibujar retratos o paisajes. Va más allá de esos simples intereses y aficiones. Exploran distintas técnicas de pintura, como bocetos, paisajes y retratos, y algunos incluso estudian pintura al óleo y tinta. El motivo por el que estudian de este modo no surge únicamente de sus intereses y aficiones, sino más bien de los ideales que han desarrollado y determinado, y de los deseos que poseen debido a su interés por la pintura. Incluso desean dedicar toda la energía de su vida a la pintura, convertirse en pintores consumados y dedicarse a esta como profesión. Antes de dedicarse a esta profesión, es necesaria una preparación y planificación exhaustivas, como asistir a escuelas especializadas para recibir educación y formación complementarias, estudiar diversos aspectos de la pintura, realizar bocetos in situ, buscar la guía de expertos y maestros artistas y participar en concursos, entre otras cosas. Todas estas actividades giran en torno a sus búsquedas, ideales y deseos. Ciertamente, estos se basan en sus intereses y aficiones. A partir de estos intereses y aficiones, han desarrollado sus búsquedas, ideales y deseos en la vida. A algunas personas les apasiona estudiar historia, tanto antigua como moderna, nacional o extranjera. A medida que crece su interés, empiezan a verse a sí mismas como personas con talento en este campo y se sienten obligadas a seguir una carrera profesional relacionada con ello. Siguen aprendiendo y ampliando su formación. Desde luego, durante este proceso sus búsquedas, ideales y deseos siguen tomando forma y solidificándose, y finalmente aspiran a convertirse en historiadores. Antes de convertirse en historiadores, la mayor parte de su tiempo y energía gira en torno a este interés y afición. También hay personas que tienen un interés particular por la economía, y disfrutan trabajando con números y estudiando cosas relacionadas con ese campo. Esperan convertirse algún día en figuras destacadas o exitosas en el sector de las finanzas. En resumen, su búsqueda también está basada en su interés y afición, y desarrollan ideales y deseos relacionados con ellos. Al mismo tiempo, también invierten su tiempo, actúan, pagan un precio y gastan energía para aprender, investigar, ampliar su formación y adquirir amplios conocimientos relacionados con sus intereses y aficiones. Otros sienten pasión por las artes, como las artes escénicas, la danza, el canto o la dirección. Después de desarrollar esos intereses y aficiones, movidos por el ímpetu que generan, sus ideales y deseos van tomando forma y solidificándose. A medida que sus ideales y deseos se van convirtiendo en sus objetivos vitales, también dedican sus esfuerzos, su trabajo y sus acciones a perseguir esos objetivos. A algunas personas les gusta trabajar en el campo de la educación. Estudian diversos aspectos de esta, como psicología y otros conocimientos pertinentes, para seguir una carrera relacionada con sus intereses y aficiones. Hay quienes disfrutan con el diseño, la ingeniería, la tecnología, la electrónica o la investigación de insectos, microorganismos y diversos comportamientos animales, patrones de supervivencia, orígenes y demás. A algunos les gusta trabajar en los medios de comunicación y aspiran a ocupar un puesto en ellos como locutores, presentadores, reporteros, etcétera. Las personas, impulsadas por sus diversos intereses y aficiones, siguen aprendiendo y explorando en profundidad, y poco a poco van adquiriendo comprensión. Sus búsquedas, ideales y deseos calan hondo en sus corazones y siguen tomando forma. Ciertamente, durante el proceso en el que sus búsquedas, ideales y deseos van poco a poco tomando forma, las personas también se esfuerzan y avanzan hacia sus ideales y deseos. En cada acción concreta invierten su energía, su tiempo, su juventud e incluso sus emociones y esfuerzos.
Sea cual sea el campo o el sector en el que se mueven los intereses y aficiones de cada uno, con independencia de la categoría a la que pertenezcan, una vez que se inicia una búsqueda y se determinan los ideales y deseos correspondientes, también se fijan los objetivos y la dirección de su vida. Cuando los ideales y deseos de una persona se convierten en sus objetivos vitales, su senda futura en este mundo queda básicamente fijada. ¿Por qué digo que queda fijada? ¿De qué tema estamos hablando? Hablamos del siguiente tema: una vez que has determinado los ideales y deseos que surgen de tus intereses y aficiones, también debes esforzarte y luchar en esa dirección, incluso hasta el punto de tener un espíritu y una mentalidad tan inquebrantables como decididos y de estar dispuesto a invertir la energía, el tiempo y el precio de toda una vida. Tu vida, destino, perspectivas e incluso tu destino final se verá inevitablemente influido por los objetivos vitales que ya hayas determinado, si es que no están vinculados a ellos. ¿Cuál es el aspecto principal que quiero destacar aquí? Una vez que una persona determina sus búsquedas, ideales y deseos basándose en un interés o afición concretos, ya no se quedará de brazos cruzados sin hacer nada. Gracias a los intereses y aficiones específicos, las acciones concretas empiezan a tomar forma. Simultáneamente, bajo la guía de estas acciones concretas, determinarás tus ideales y deseos. A partir de entonces, tu corazón no se detendrá y tus pies no se quedarán quietos. Estás destinado a vivir según tus ideales y deseos. Nunca te conformarás tan solo con adquirir un poco de conocimiento y dejarlo así. Como tienes tanto talento y posees tanto potencial y dones, sin duda buscarás un puesto que te convenga, o te esforzarás sin descanso por elevarte y llegar a ser extraordinario en este mundo y por encima del resto, sin ningún remordimiento. Perseguirás tus ideales y deseos con la firme convicción de la victoria, e incluso estarás dispuesto a pagar cualquier precio y a afrontar cualquier dificultad, peligro y sufrimiento para alcanzarlos. ¿Por qué la gente es capaz de hacer esto? ¿Por qué, después de desarrollar ideales y deseos basados en sus intereses y aficiones, pueden comportarse de esa manera? (Lo hacen para hacer realidad sus ideales, para perseguir cosas más elevadas y para sobresalir por encima de los demás. En consecuencia, no retroceden ante ninguna dificultad, sino que siguen buscando sus ideales y deseos). Existe un instinto innato en las personas. Si nunca saben cuáles son sus puntos fuertes, cuáles son sus intereses y aficiones, les parece que no tienen un lugar, son incapaces de darse cuenta de su propio valor y tienen una sensación de inutilidad. Son incapaces de demostrar su valor. Sin embargo, una vez que una persona descubre sus intereses y aficiones, los convertirá en un puente o un trampolín para darse cuenta de su propia valía. Están dispuestas a pagar el precio de buscar sus ideales, de vivir una vida más valiosa, de ser útiles, de sobresalir entre la multitud y ser vistas, de ser admiradas y validadas, y de convertirse en personas extraordinarias. De este modo, pueden vivir una vida plena, tener una carrera de éxito en este mundo y ver cumplidos sus ideales y deseos, y así vivir una vida valiosa. Cuando los individuos miran a su alrededor, entre la bulliciosa multitud, solo hay unos pocos que estén tan naturalmente dotados como ellos mismos, que se hayan fijado ideales y deseos elevados y que, en última instancia, hayan conseguido estas cosas gracias a un esfuerzo incesante. Se han forjado una carrera haciendo algo que les encanta, han alcanzado la fama, el beneficio y el prestigio que deseaban, han demostrado su valor y se han dado cuenta de su propia valía. Así es la búsqueda de las personas. Cada una, impulsada por sus propios intereses y aficiones, cuenta con sus propias búsquedas, ideales y deseos. Claro está que después de fijarlos, puede que no sean capaces de alcanzar sus intereses y aficiones. Sin embargo, una vez que determinan sus ideales y deseos, una vez que tienen estas búsquedas, ciertamente no se permitirán seguir siendo corrientes. Como se suele decir, a todo el mundo le gusta pavonearse, quieren que los demás piensen que son únicos. Nadie está dispuesto a ser una persona corriente que dice: “Así será mi vida. Podría ser vaquero, agricultor, albañil o conserje. Incluso podría ser mensajero o repartidor de comida a domicilio”. Nadie tiene ese tipo de ideal. Supongamos que dices: “¿Es una especie de ideal llegar a ser un repartidor feliz?”. Todo el mundo responderá: “No, eso no es para nada un ideal. Convertirse en el dueño de una empresa de reparto, en un jefe de fama mundial, eso sí es un ideal y un deseo”. Nadie acepta de buen grado su papel de persona corriente. En cuanto una persona tiene el más mínimo atisbo de un interés o afición, si existe una posibilidad entre un millón de convertirse en una figura prominente de la sociedad o de alcanzar un éxito modesto, no se dará por vencida. Se esforzará al 120 % y pagará por ello el precio que haga falta, ¿verdad? (Sí). La gente nunca se rinde.
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