Cómo perseguir la verdad (8) Parte 2

¿Cuál es la naturaleza de los ideales y deseos que surgen de los intereses y aficiones de las personas? No estamos poniendo aquí en evidencia sus intereses y aficiones, entonces, ¿qué estamos exponiendo y analizando realmente? ¿No se trata de las búsquedas, los ideales y los deseos que surgen de los determinados intereses y aficiones que tienen las personas? (Sí). ¿No estamos poniendo en evidencia los diversos comportamientos que exhiben las personas y las sendas que toman a consecuencia de sus búsquedas, ideales y deseos? ¿No es esta la esencia que estamos exponiendo? (Sí). Entonces, ¿cuáles son las sendas que toma la gente en aras de sus búsquedas, ideales y deseos? ¿A qué tipo de senda conducen las búsquedas, los ideales y los deseos de una persona? ¿Qué tipo de objetivos alcanzan? Mientras hacen realidad sus búsquedas, ideales y deseos, aparte de invertir su energía y tiempo, así como soportar más dolor y toda clase de trabajo físico, fatiga, estrés y otras adversidades similares, lo que es más importante, ¿cuál es la senda que toman? Es decir, mientras buscan la consecución de sus propios ideales y deseos, ¿cuál es la senda que deben seguir para lograr la consecución de sus búsquedas, ideales y deseos? En primer lugar, para que puedan hacer realidad sus propias búsquedas, ideales y deseos en este mundo, ¿qué deben estudiar a modo de primer paso? (Todo tipo de conocimientos). Eso es, deben aprender todo tipo de conocimientos y equiparse con esto. Cuanto más abundantes, amplios y profundos sean sus conocimientos, más cerca estarán de sus búsquedas, ideales y deseos, más probabilidades tendrán de que se les reconozca como personas experimentadas y mayor será su estatus en la sociedad. Al mismo tiempo, cuanto más abundantes, amplios y profundos sean sus conocimientos, más tiempo y energía tendrán que invertir, desde la perspectiva de la energía física. Además, tras adquirir una base de conocimientos, las personas están un paso más cerca de la consecución de sus búsquedas, ideales y deseos. Tener conocimientos suficientes es solo el primer paso, la base fundamental. Después de esto, la gente necesita sumergirse en la sociedad, en las masas, en la gran tinaja colorante o, se podría decir, la picadora de carne de la industria relacionada con sus ideales y deseos, y batallar, luchar y competir con fuerzas de todos lados, y participar en varios concursos, competiciones y seminarios. A la vez que gastan una gran cantidad de energía, las personas también tienen que adaptarse a diferentes situaciones y entornos para lograr hacer realidad sus búsquedas, ideales y deseos. Al mismo tiempo, en esta gran tinaja colorante, las personas deben confiar en sus conocimientos, y más aún en lo que han aprendido de las masas, así como en los métodos, la filosofía y las reglas de supervivencia que ya poseen, para adaptarse a las masas y a los mecanismos y reglas del juego de la sociedad. Mediante este proceso, las personas se acercan poco a poco a los objetivos de sus búsquedas, ideales y deseos. Después de sobrevivir a tantas pruebas, tantos altibajos, ¿cuál es el resultado final? Como ganadores, se llevan la corona, mientras que los perdedores se quedan sin nada. Al final, a partir de este resultado logran las búsquedas, ideales y deseos de su vida, alcanzan sus objetivos vitales y se afianzan bien en su sector. Para entonces, la gente suele haber llegado ya a la mediana edad o a la vejez, y algunos pueden incluso tener una edad avanzada, andar mal de la vista, tener calvicie, pérdida de audición y los dientes sueltos. A esa edad, aunque han alcanzado sus ideales y deseos, también han hecho muchas cosas perniciosas. Han volcado toda su vida en esto. A lo largo de su vida, a fin de convertir en realidad sus ideales y deseos han dicho muchas cosas que iban en contra de su voluntad, han cometido muchos actos que vulneraban la ética y la conciencia, y traspasaban ciertos límites, e incluso han participado en muchos actos inaceptables e inmorales. Han engañado a otros y más de una vez los han engañado a ellos; han derrotado a otros y a ellos también los han derrotado. Tienen la fortuna de haber sobrevivido y de haberse afianzado, y sus vidas parecen perfectas, como si se hubieran dado cuenta de su propia valía y no hubieran vivido en vano. Han luchado toda su vida por sus ideales y deseos, y parece que hayan vivido una vida valiosa y con sentido. Sin embargo, no logran desentrañar la senda de la propia conducta que deberían haber tomado, carecen de cualquier tipo de lema para su vida y han luchado toda su existencia con el único fin de hacer realidad sus ideales y deseos, pugnando contra la humanidad, la sociedad e incluso contra sí mismos. Han perdido la conciencia, los límites y los principios necesarios para la propia conducta. Aunque sus ideales y deseos se han hecho realidad y, tras numerosas vueltas y revueltas, han alcanzado los objetivos que se fijaron en cada etapa de su vida, por dentro no se sienten a gusto ni realizados. Las búsquedas, los ideales y los deseos que han determinado en aras de sus propios intereses y aficiones, por decirlo llanamente, en última instancia los conducen a una senda de búsqueda de fama y beneficio. Aunque tengan la sensación de que, tras alcanzar sus objetivos definitivos, se han dado cuenta de su propia valía, de que están presentes y de que han obtenido y poseen tanto fama como beneficios, siguen ignorando el futuro, su destino y el valor de la existencia humana que la gente debería comprender de verdad. A medida que llegan a la vejez, cada vez son más conscientes de que todo lo que alguna vez buscaron es terriblemente esquivo y hueco. Esto conlleva oleadas de vacío y aprensión. Las personas no se dan cuenta hasta la vejez de que los ideales y deseos que buscaban solo han servido para satisfacer su vanidad y proporcionarles fama y beneficios temporales, que no son más que un consuelo efímero. Tal consuelo se convierte enseguida en una especie de inquietud y aprensión, porque a medida que la gente llega a la vejez, es más propensa a contemplar su futuro, lo que será de ellos y lo que les sucederá después de la muerte Y cuando todas estas preguntas quedan sin respuesta, cuando carecen de pensamientos y puntos de vista correctos sobre estas cuestiones, la gente empieza a sentirse aprensiva e inquieta. Esta inquietud y aprensión persisten hasta que cierran los ojos y mueren. La alegría que proviene de la fama y el beneficio desaparece rápidamente del corazón humano, e incluso cuanto más intenta uno captarla y aferrarse a ella, más fácilmente se desvanece, y esta sensación de alegría se transforma más fácilmente en inquietud y miedo. En consecuencia, con independencia de los ideales y deseos que surgen de los diversos intereses y aficiones de la gente, estos conducen en definitiva a la senda de buscar la fama y el beneficio, y el objetivo final que se alcanza, lo que la gente obtiene, no es más que eso. Esta fama y beneficio solo proporcionan un consuelo temporal y la satisfacción momentánea de la vanidad carnal. Cuando las personas no comprenden la verdad, sienten que sus búsquedas, ideales y deseos son reales, les hacen sentir con los pies en la tierra, más capaces de encontrar su lugar en el mundo, de controlar la dirección de sus vidas y mantener el control sobre ellas, de ocuparse de su propio destino. Sin embargo, cuando sus ideales y deseos se hacen realidad, las personas acaban experimentando un despertar. ¿Cuál es la causa de este despertar? Se dan cuenta de que aquello a lo que han dedicado la energía de su vida es una cosa vacía que no se puede agarrar con la mano ni sentir con el corazón. Cuanto más intentan agarrarlo y aferrarse a él, más se les escapa, y esto les deja una mayor sensación de pérdida y vacío y, por supuesto, un mayor sentimiento de temor y arrepentimiento. Como las personas tienen intereses y aficiones, desarrollan ideales y deseos, y estos les forman una ilusión que les hace creer que cuentan con la capacidad de controlar su vida, de encauzar la senda de esta y de determinar su modo y objetivos de existencia. En la raíz de esta ilusión subyace el hecho de que las personas no persiguen la verdad, no sienten amor hacia ella y, por supuesto, se podría decir que la causa es que no comprenden la verdad. Cuando los individuos no comprenden la verdad a menudo buscan instintivamente cosas que puedan hacer que su carne o su espíritu se sientan satisfechos. Con independencia de lo distantes que puedan estar de ellos estas cosas, mientras sientan que pueden alcanzarlas y aferrarse a ellas, están dispuestos a pagar el precio, incluso gastando toda una vida de energía y tiempo. Como no comprenden la verdad, confunden fácilmente sus intereses y aficiones con un pilar o una especie de cualificación o capital para buscar sus objetivos vitales, y por ello están dispuestas a pagar cualquier precio. No te das cuenta de que una vez que pagas este precio, una vez que te embarcas en esta senda, estás destinado a recorrer una senda controlada por Satanás y por las tendencias mundanas y sus reglas del juego. Al mismo tiempo, estás destinado a sumergirte de manera involuntaria en la tinaja colorante de la sociedad, en la picadora de carne de esta. No importa de qué color te tiña, da igual la forma en que te triture, no importa lo distorsionada que se vuelva tu humanidad, te consuelas diciendo: “Para hacer realidad mis ideales y deseos, y por el bien de mi futuro, debo aguantar”. También te dices sin cesar: “Debo adaptarme a esta sociedad, no importa de qué color me tiña, debo aceptarla y adaptarme a ella”. Mientras te adaptas a todos estos entornos diferentes, también te adaptas a los diferentes colores de los que se te tiñe, y aceptas de forma constante diferentes versiones de ti mismo con diferentes estilos y talantes. De este modo, las personas, sin saberlo, se vuelven cada vez más insensibles, cada vez tienen un menor sentido de la vergüenza, y a su conciencia y su razón les cuesta cada vez más guiar o controlar sus pensamientos, deseos y elecciones. Al final, en mayor o menor medida, la mayoría de las personas alcanzan sus ideales y deseos cuando los buscan. Desde luego, por mucho que unos pocos individuos busquen, o por grande que sea su esfuerzo y las dificultades por las que pasen, siguen siendo incapaces de hacer realidad sus ideales y deseos. Con independencia del resultado final, ¿qué ganan los seres humanos? Los que tienen éxito obtienen fama y beneficio, mientras que los que fracasan, si bien no logran obtener esta fama y beneficio, reciben lo mismo que los que sí han tenido éxito: los diversos daños y pensamientos negativos inculcados por Satanás, por esta humanidad malvada y por todo el mecanismo social y la malvada influencia de la sociedad. De no ser así, ¿por qué la gente utilizaría con frecuencia frases como: “está de vuelta de todo”, “viejo zorro conspirador”, “serpiente curtida y astuta” o “ha capeado muchos temporales”, etcétera? Porque, mientras buscas tus ideales y deseos, también “aprendes” mucho en esta gran tinaja colorante y en esta picadora de carne que es la sociedad. Se “aprenden” cosas que no existen en tus instintos físicos; el término “aprender” debe ir entre comillas. ¿A qué se refiere “aprender”? A que la sociedad, Satanás y la humanidad malvada te adoctrinan con distintos pensamientos que desafían la conciencia y la razón humanas normales, y hacen que vivas cada vez con menos conciencia y razón, cada vez más desprovisto de vergüenza, y desprecies cada vez más a la gente normal y a los que caminan por la senda correcta. Al mismo tiempo, ¿cuál es el peor resultado? No solo despreciarás cada vez más a las personas con humanidad, conciencia y razón normales, sino que al mismo tiempo envidiarás y admirarás los actos despreciables de quienes traicionan su conciencia y moralidad, y sentirás envidia de los abundantes beneficios materiales o económicos que obtienen de sus actos despreciables y su mal comportamiento. ¿No es esta la consecuencia? (Sí). Esta es una consecuencia más aterradora, es decir, mientras las personas buscan hacer realidad sus ideales y deseos, su semblante se vuelve cada vez más sombrío y aterrador, su conciencia y su razón se pierden poco a poco, y su perspectiva moral y vital y su comportamiento se vuelven cada vez más perversos, feos, despreciables y sórdidos.

Desde el momento en que una persona desarrolla intereses y aficiones hasta el que hace realidad sus ideales y deseos, durante este proceso, se podría decir que la senda que camina y las actividades en las que participa (es decir, toda su situación de vida actual) constituyen una situación de vida que está en las garras de la sociedad y las tendencias malvadas. De hecho, también es un proceso durante el cual las personas aceptan de buen grado la manipulación, el atropello y la explotación de Satanás mientras buscan la consecución de sus ideales y deseos. Ciertamente, también es un proceso durante el cual Satanás corrompe a las personas cada vez más y más específicamente en todo. En cada situación que se te presenta, Satanás te inculca continuamente la idea de que, para alcanzar tus objetivos, debes utilizar cualquier medio necesario, abandonando las cosas que son positivas y que la humanidad normal debería defender, como la dignidad humana, la integridad personal, los límites morales, la propia conciencia y los criterios de conducta propia. A medida que te desorienta para que renuncies progresivamente a todo ello, también desafía tu conciencia, tu razón y tus límites morales, así como la poca vergüenza que te queda. Cuando termina de desafiarlos, te lleva a transigir continuamente en medio de la desorientación, la tentación, el control y el atropello de las tendencias malvadas. Durante el proceso de realizar compromisos constantes, eliges adoptar los pensamientos y puntos de vista inculcados por Satanás respecto a cómo contemplar a las personas y las cosas y cómo comportarse y actuar, y practicas activamente los pensamientos y puntos de vista que Satanás te ha impartido, así como las formas y métodos para comportarse y actuar. Te involucras en todo esto de mala gana e involuntariamente; pero, al mismo tiempo, con el fin de hacer realidad tus ideales y deseos, lo haces de manera voluntaria y activa, con una actitud muy complaciente. En resumen, durante este proceso las personas permanecen pasivas, pero desde otra perspectiva, se pliegan activamente al control y la corrupción de Satanás. Mientras buscan la consecución de sus ideales y deseos, viven todo el tiempo en la gran tinaja colorante de las tendencias malvadas de la sociedad, en sus garras. Del mismo modo, viven en una mentalidad compleja y contradictoria de estar dispuestos y de no estarlo, y en un entorno real que es a la vez complejo y contradictorio. A través de este proceso, a medida que las personas se acercan a los ideales, deseos y objetivos vitales que han estado buscando, se parecen cada vez menos a un ser humano, su conciencia se adormece cada vez más y su razón disminuye. Sin embargo, en el fondo la gente cree que tiene ideales y deseos, algunos incluso dicen que sus ideales y deseos son sus convicciones, que tener convicciones en el corazón significa que tienen creencias, y que uno debe tener creencias en la vida. Creen que son seres humanos normales porque tienen creencias, y que por lo tanto deben continuar sus búsquedas de acuerdo con sus antiguos métodos y leyes de supervivencia, y que mientras los resultados de esto sean buenos, y los acerquen a sus ideales y objetivos vitales, entonces cualquier precio que paguen por ello merece la pena, aunque signifique perderlo todo. En consecuencia, dentro de la mentalidad contradictoria de estar tanto dispuesto como no dispuesto, la gente continuará aceptando el control de Satanás, sus pensamientos, y su manipulación y engaño. Incluso cuando son muy conscientes de que han sido corrompidos por la sociedad y las tendencias malvadas, en este tipo de circunstancias, seguirán buscando sin descanso la consecución de sus ideales y el logro de sus objetivos vitales. Incluso pueden felicitarse por el hecho de que son capaces de recurrir a cualquier medio necesario y por nunca haberse rendido, y se alegran de su capacidad de persistir hasta ahora. Al observar los comportamientos que la gente muestra durante la búsqueda de sus ideales y deseos, así como las sendas que toma y sus diversas transformaciones, ¿qué clase de senda es la de buscar la consecución de los ideales y deseos de la gente? (Es una senda que conduce a la destrucción). Es una senda sin retorno, en la que cuanto más se avanza por ella, más se aleja uno de Dios. También podría decirse que se trata de una senda de destrucción. Los objetivos de la vida, aquellos a los que conducen los ideales y deseos que han determinado las personas, tienen a Satanás esperando en la línea de meta. Y a lo largo del camino hacia esas metas vitales, lo que las acompaña y las sigue no es la verdad, no son las palabras de Dios. Entonces, ¿quién es? (Es Satanás, junto con sus tendencias malvadas y diversas filosofías para los asuntos mundanos). Los acompaña Satanás, su control, corrupción, engaño y reiteradas tentaciones. Se trata de una senda sin retorno, una senda de destrucción, ¿no es así? (Así es). Porque mientras las personas buscan sus ideales y deseos, lo que en realidad buscan como meta no es la consecución de sus ideales y deseos, sino que utilizan la búsqueda de estas cosas como su fuerza motriz y fundamento para adquirir fama y beneficio. Esa es la esencia y la verdad del asunto. Esta senda solo hace que la gente anhele cada vez más la fama y el beneficio, las tendencias malvadas del mundo. Esta senda solo lleva a las personas a hundirse cada vez más, a que aumente su depravación, pierdan racionalidad y queden despojadas de conciencia, y se alejan así de las cosas positivas. Al mismo tiempo, las aleja aún más de las formas de vida más prácticas y de los objetivos vitales que debería tener alguien con una humanidad normal. Esto solo puede hacer que las actitudes corruptas de las personas se arraiguen más profundamente, y solo puede distanciarlas más de la soberanía y la instrumentación de Dios. Ciertamente, también hace que a la gente le resulte cada vez más difícil discernir entre las cosas positivas y las negativas. Esto es un hecho. Entonces, ¿cómo podemos resolver estos problemas? Una vez comprendida la esencia de las búsquedas, los ideales y los deseos humanos, ¿sobre qué deberíamos hablar? Se debería hablar sobre cómo desprenderse de las búsquedas, los ideales y los deseos de las personas, ¿verdad? (Sí).

Ahora mismo estábamos hablando acerca de que buscar la consecución de los propios ideales y deseos es una senda sin retorno, un camino que lleva a la destrucción. Entonces, ¿deberían las personas abandonar ese modo de vida? (Sí). Deben desprenderse de la manera en que viven y cambiarla; no se trata de un enfoque ni de una senda adecuados para la vida. Al no ser lo adecuado, uno debe desprenderse de ello, cambiar su forma de vivir y adoptar un enfoque correcto de la vida y la existencia. Sin duda, deben adoptar un enfoque correcto respecto a la forma en que tratan los intereses y aficiones, y las búsquedas, ideales y deseos personales. Sus talentos y dones, junto con sus intereses y aficiones, les permiten determinar sus búsquedas, ideales y deseos y, al mismo tiempo, les permiten desarrollar las metas que buscan. Estas metas no son adecuadas y conducirán a las personas a una senda sin retorno, que las aleja de Dios y las acaba conduciendo a la destrucción. Si estas no son las correctas, ¿cuál es el proceder correcto? Vamos a examinar primero si es adecuado que la gente tenga intereses y aficiones, es decir, si sus intereses y aficiones se pueden incluir en la categoría de cosas negativas. (No, no pueden incluirse). Los intereses y aficiones de las personas no son malos de por sí y, por supuesto, no se puede decir que sean negativos. No deben condenarse ni criticarse. Forma parte de la humanidad normal que la gente tenga intereses, aficiones y talentos en determinados ámbitos; todo el mundo los tiene. A algunas personas les gusta bailar, a otras cantar, dibujar, actuar, la mecánica, la economía, la ingeniería, la medicina, la agricultura, la navegación o ciertos deportes; a otras les gusta estudiar geografía, geología o aviación y, por supuesto, a otras les puede agradar el estudio de temas aún más oscuros. Con independencia de los intereses y aficiones de una persona, todos forman parte de la humanidad y de la vida humana normal. No hay que denigrarlos diciendo que son cosas negativas, ni criticarlos, y mucho menos prohibirlos. Es decir, cualquier interés y afición que tengas es legítimo. Ya que son legítimos y se les debe permitir existir, ¿cómo deben tratarse los ideales y deseos relacionados con ellos? Por ejemplo, a algunas personas les gusta la música. Dicen: “Quiero ser músico o director de orquesta”, y dejan de lado todo lo demás para ponerse a estudiar y perfeccionarse en la música, y el objetivo y la dirección de su vida pasan a ser consolidarse como un músico. ¿Es esto lo correcto? (No). Si no crees en Dios, si formas parte del mundo y te pasas la vida haciendo realidad los ideales y deseos determinados por tus propios intereses y aficiones, no tenemos nada que decir al respecto. Ahora bien, como creyente en Dios, si tienes tales intereses y aficiones y quieres dedicar toda tu existencia a hacer realidad los ideales y deseos determinados por tus propios intereses y aficiones y pagar un precio de por vida para concretarlos, ¿es esta senda buena o mala? ¿Vale la pena fomentarla? (No vale la pena). No hablemos todavía de si vale la pena fomentarla o no; todo se debe estudiar con seriedad, así que ¿cómo lo haces con el fin de determinar si este asunto está bien o mal? Has de considerar si las búsquedas, ideales y deseos que has determinado tienen alguna conexión con las enseñanzas de Dios y Su salvación y con las expectativas que Él tiene hacia ti, con la voluntad de Dios de salvar a la humanidad, con tu misión y tu deber, si te ayudarán a completar tu misión y cumplir con tu deber más eficazmente, o si aumentarán tus posibilidades de salvarte y te ayudarán a lograr la satisfacción de la voluntad de Dios. Como persona corriente, tienes derecho a buscar tus ideales y deseos, pero a medida que haces realidad tus propios ideales y deseos y buscas esta senda, ¿te conducirán estos por la senda de la salvación? ¿Te llevarán por la senda de temer a Dios y evitar el mal? ¿Te conducirán al final hacia la absoluta sumisión y adoración a Dios? (No). Eso seguro. Ya que no será así, como creyente en Dios, ¿son positivos o negativos los ideales y deseos determinados por tus intereses, aficiones e incluso tus talentos y dones? ¿Deberías tenerlos o no? (Son negativos; no deberíamos tenerlos). No deberías tenerlos. Entonces, ¿en qué se convierte la naturaleza de los ideales y deseos de una persona? ¿Se convierte en cosas positivas o negativas? ¿En un derecho que debes tener o en algo que no debes tener? (Se convierte en algo negativo, en algo que no debes tener). Se convierte en algo que no debes tener. Hay quien dice: “Entonces, si no debo tenerlos, significa que me estás quitando mis derechos”. No te estoy quitando tus derechos; estoy hablando de qué tipo de senda debe seguir la gente y de cómo perseguir la verdad. No te estoy quitando tus derechos; la libertad de elección es tuya, puedes elegir. Pero en cuanto a cuál es la naturaleza de este asunto y cómo debe juzgarse, contamos con una base para nuestros argumentos y no hablamos de manera aleatoria. Si tomas las palabras de Dios como base y hablas desde la perspectiva de la verdad, entonces los ideales y deseos de una persona no son cosas positivas. Ciertamente, para ser más precisos, si como creyente en Dios deseas perseguir la verdad y alcanzar la salvación, si deseas perseguir la verdad y llegar a temer a Dios, evitar el mal y someterte a Él, entonces no deberías tener los mismos ideales y deseos que la gente mundana. En otras palabras, si quieres perseguir la verdad y alcanzar la salvación, entonces debes desprenderte de tus propias búsquedas, ideales y deseos. Dicho de otro modo, si quieres perseguir la verdad y alcanzar la salvación, entonces no debes buscar tus propios ideales y deseos, y especialmente no debes utilizar la búsqueda de estos ideales y deseos con el fin de obtener fama y beneficio. ¿Se puede decir así? (Sí). Ahora está todo claro. Como creyente en Dios, ya que estás dispuesto a perseguir la verdad y deseas alcanzar la salvación, debes desprenderte de tus búsquedas, ideales y deseos, debes abandonar esta senda, que es la de la búsqueda de fama y beneficio, y desprenderte de estos ideales y deseos. No debes elegir la consecución de tus ideales y deseos como el objetivo de tu vida, sino perseguir la verdad y alcanzar la salvación.

Hay quien pregunta: “Ya que no puedo hacer realidad mis búsquedas, ideales y deseos, y me he desprendido de todos ellos, ¿qué debo hacer respecto a mis intereses y aficiones?”. Eso es asunto tuyo. Aunque puedas tener intereses y aficiones, mientras no perturben tu búsqueda normal, no interfieran en el desempeño de tu deber y el cumplimiento de tu misión, y no afecten a tus objetivos de vida o la senda que tomes, entonces puedes mantener dichos intereses y aficiones. Desde luego, también puede entenderse de esta manera: dado que estos intereses y aficiones forman parte de tu humanidad, también se podría decir que te han sido concedidos por Dios. Todos los aspectos, como la apariencia, la familia, los antecedentes y el hábitat de supervivencia de una persona han sido predestinados por Dios. Por tanto, no podemos negar que los intereses y aficiones que tienes también te han sido concedidos por Dios. Este hecho no se puede negar, es cierto. Por ejemplo, algunas personas son buenas con los idiomas, el dibujo, la música, para distinguir sonidos, colores, etcétera. Con independencia de que estas cosas sean sus habilidades especiales o sus intereses y aficiones, se puede decir que todas ellas forman parte de la humanidad. ¿Por qué Dios concede a las personas determinados intereses y aficiones? Para que su vida humana sea un poco más rica y colorida, para que pueda ir acompañada de ciertos elementos de entretenimiento y ocio sin que le afecten a la hora de caminar por la senda correcta de la vida, de modo que su vida sea menos árida, menos aburrida y monótona. Por ejemplo, cuando llega el momento de cantar himnos en las reuniones, alguien que sepa tocar un instrumento musical puede acompañar el canto tocando el piano o la guitarra. Si nadie sabe tocar, todo el mundo se vería privado de este placer. Si hay alguien dispuesto a acompañar, el resultado será mucho mejor que si se canta sin acompañamiento, y todo el mundo lo disfrutará. Al mismo tiempo, amplía los horizontes, enriquece las experiencias, la vida adquiere más sustancia, la gente siente que la vida es más bella y su estado de ánimo se vuelve más alegre. Esto es beneficioso tanto para su humanidad normal como para la senda que toman en la fe en Dios. Por ejemplo, si te gusta dibujar, cuando la vida de los hermanos y hermanas se ha vuelto monótona, puedes hacer dibujos humorísticos, y representar los rostros y las expresiones negativas de ciertas personas, así como sus comentarios negativos, en forma de caricaturas ingeniosas y humorísticas, y luego reunirlas en un pequeño folleto para compartirlo con todo el mundo, incluidos esos aguafiestas. Cuando lo vean y digan: “Vaya, ¿este del dibujo soy yo?”, les hará reír y se sentirán felices, y dejarán de ser negativas. ¿No es algo bueno? No les ha supuesto demasiado esfuerzo, pero les ha ayudado a salir de su negatividad con bastante facilidad. En tu tiempo libre, dibujar, tocar instrumentos musicales, debatir sobre arte o explorar la actuación e interpretación de diversos personajes, incluidos los distintos tipos de personas negativas, los diferentes tipos de individuos arrogantes y las diversas manifestaciones de anticristos que actúan arbitrariamente, puede ayudar a mejorar el discernimiento y ampliar los horizontes de las personas. ¿No es esto algo bueno? ¿Cómo no van a ser útiles estos intereses y aficiones? Resultan beneficiosos para las personas. Sin embargo, si surgen ideales y deseos a causa de tus intereses y aficiones, y estos te conducen hacia una senda sin retorno, entonces no son buenos para ti. Sin embargo, si aplicas tus intereses y aficiones a tu vida de un modo que sea esclarecedor para tu humanidad, que contribuya a que tu vida sea más exuberante y colorida, que te haga más ingenioso y alegre, y que vivas mejor nutrido, libre y liberado, entonces tus intereses y aficiones tendrán un efecto positivo, todos saldrán beneficiados y te proporcionarán edificación, al tiempo que no afectarán al desempeño de tu deber ni al cumplimiento de tu misión. Desde luego, en cierta medida te ayudarán a cumplir con tu deber. Cuando te sientas abatido o desanimado, cantar una canción, tocar un instrumento o poner música alegre y rítmica puede levantarte el ánimo y permitirte presentarte ante Dios en oración. Ya no albergarás negatividad, no te quejarás ni querrás abandonar. Al mismo tiempo, descubrirás tus debilidades y defectos, y te darás cuenta de que eres demasiado frágil e incapaz de soportar el endurecimiento o los contratiempos. Tocar un instrumento te ayudará a mejorar tu estado de ánimo; a esto se le llama saber vivir. ¿No han tenido estos intereses y aficiones un efecto positivo? (Sí). Los intereses y aficiones pueden considerarse herramientas que, bien utilizadas, pueden cambiar tu estado de ánimo, y esto te permite llevar una vida más normal y racional. Hasta cierto punto, pueden acelerar o facilitar tu entrada en la realidad-verdad y proporcionarte una herramienta adicional para ayudarte a desempeñar tus deberes. Ciertamente, la humanidad de algunas personas es mala y malvada; son siempre ambiciosas, poseen el carácter de un anticristo, o son anticristos. Para ellas, tener intereses y aficiones puede ser problemático, ya que podrían utilizarlos como un capital y no pensar más que en sí mismas, lo que sin duda alimenta su agresividad y audacia a la hora de realizar actos malvados. Por tanto, los intereses y aficiones en sí no son intrínsecamente malos o negativos. Las personas buenas y normales los utilizan para cosas positivas, mientras que los individuos malos, malvados y negativos los utilizan para acciones malvadas y malas obras. Así pues, los intereses y aficiones pueden hacerte mejor o peor, ¿no es así? (Sí). Volvamos al tema de cómo desprenderse de las búsquedas, ideales y deseos de las personas. Después de comprender la esencia de los intereses y aficiones, la gente no debe ver los intereses y aficiones de nadie a través de unas gafas de colores, y desde luego no debe rechazar a las personas con cualquier interés o afición, ya que estos forman parte de la humanidad normal y la gente debe tratarlos correctamente. A menos que tus intereses y aficiones empiecen a afectar la vida de los demás o a causarles molestias, o si los preservas a costa de afectar o molestar a los demás, entonces es inapropiado. Aparte de esto, tus intereses y aficiones son legítimos, y se espera que la gente pueda tratarlos adecuadamente y hacer un uso y empleo razonable de ellos. Desde luego, la mejor manera y la más correcta de utilizarlos y emplearlos es dejar que tus intereses y aficiones tengan la mayor repercusión posible en el trabajo que realizas y en las obligaciones que cumples, y emplearlos al máximo sin dejar que se desperdicien. Hay quien dice: “Mis intereses y aficiones pueden desempeñar un papel importante en el cumplimiento de mis deberes, pero creo que mis conocimientos en este ámbito no son suficientes ni lo bastante amplios ahora mismo. Quiero profundizar y realizar un estudio mejor y más sistemático de los temas relacionados con esta materia, para luego aplicarlo a mis deberes. ¿Puedo hacerlo?”. Sí, puedes. La casa de Dios os anima sin cesar a seguir aprendiendo. El conocimiento es una herramienta, y si no contiene nada que corroa o erosione el pensamiento, puedes estudiarlo y profundizar en él. Puedes utilizarlo como una herramienta positiva y beneficiosa para cumplir con tus deberes, y así permitirle que sea eficaz y tenga un impacto. ¿No es esto algo bueno? ¿Acaso no es un enfoque adecuado? (Sí). Ciertamente, este método de práctica también es una forma adecuada de manejar tus intereses y aficiones, y al mismo tiempo también es una forma correcta de desprenderse de las búsquedas, los ideales y los deseos personales. Estás utilizando y empleando tus intereses y aficiones correctamente, no para alcanzar metas personales o para buscar la satisfacción de ambiciones y apetencias personales. Se trata, pues, de una forma legítima y precisa de practicar y, por supuesto, también es una forma adecuada y positiva de hacerlo. Además, también sirve como senda concreta de cómo desprenderse de búsquedas, ideales y deseos.

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