La entrada en la vida comienza con el cumplimiento del deber (Parte 2)

A fin de cumplir con el deber con un nivel aceptable, primero debes tener la mentalidad adecuada. Cuando se manifiesta tu carácter corrupto, asimismo debes corregir tu estado. Cuando seas capaz de abordar correctamente tu deber, cuando te hayas liberado de las limitaciones e influencias de toda clase de personas, acontecimientos o cosas, cuando puedas someterte a Dios por completo, entonces podrás cumplir bien con el deber. El secreto para hacerlo es siempre priorizar tu deber y tus responsabilidades. Durante el cumplimiento de tu deber, siempre debes examinarte: “¿Tengo una actitud superficial hacia el cumplimiento de mi deber? ¿Qué cosas me perturban y hacen que sea superficial al cumplir mi deber? ¿Lo estoy haciendo de todo corazón y con todas mis fuerzas? ¿Actuar de esta manera permitirá que Dios confíe en mí? ¿He sometido por completo mi corazón a Dios? ¿Cumplir con el deber de este modo concuerda con los principios? ¿Cumplir con el deber así logrará los mejores resultados?”. Deberías reflexionar sobre estas cuestiones a menudo. Cuando descubras problemas, deberías buscar activamente la verdad y encontrar las palabras de Dios relevantes para resolverlos. Así, serás capaz de cumplir bien con el deber, y tendrás paz y gozo en el corazón. Si cuando cumples el deber con frecuencia surgen problemas, la mayoría de ellos provienen de problemas en tus intenciones; son los problemas de un carácter corrupto. Cuando se manifiesta el carácter corrupto de una persona, esta tiene problemas en su interior y su estado es anormal, lo que afecta directamente su capacidad de cumplir con el deber. Los problemas que afectan la propia capacidad de cumplir con el deber son grandes y graves; pueden afectar directamente su relación con Dios. Por ejemplo, algunas personas desarrollan nociones y malentendidos sobre Dios cuando su familia padece catástrofes. Algunos se vuelven negativos cuando soportan padecimientos en su deber y nadie lo nota ni los elogia. Alguna gente no cumple bien con el deber, siempre es superficial y se queja de Dios cuando recibe la poda y el trato. Algunos no están dispuestos a cumplir con el deber porque siempre están pensando en una vía de escape. Todos estos problemas afectan directamente una relación normal con Dios. Se trata de problemas de un carácter corrupto. Todos ellos derivan del hecho de que la gente no conoce a Dios, que siempre maquina y piensa en sí misma, lo que impide que piense en la voluntad de Dios o que se someta a Sus planes. Esto produce toda clase de sentimientos negativos. Así es precisamente la gente que no busca la verdad. Ante problemas menores, se vuelven negativos y débiles, descargan la frustración en el cumplimiento de su deber, desobedecen a Dios y se resisten a Él, y quieren renunciar a sus responsabilidades y traicionar a Dios. Todas estas cosas son las diversas consecuencias que producen las limitaciones de un carácter corrupto. Una persona que ama la verdad es capaz de dejar de lado su propia vida, su futuro y destino, y solo quiere buscar y obtener la verdad. Piensa que no hay tiempo suficiente, teme no ser capaz de cumplir con su deber y no ser perfeccionada, así que es capaz de dejar todo de lado. Su mentalidad consiste en volverse a Dios y someterse a Él. No la atemorizan las dificultades, y si se siente negativa o débil, lo resuelve naturalmente leyendo algunos pasajes de las palabras de Dios. Las personas que no buscan la verdad están atribuladas, y sin importar cómo les hables de ella, son incapaces de resolver por completo sus problemas. Incluso si momentáneamente recapacitan y son capaces de aceptar la verdad, de todos modos desisten posteriormente, así que es muy difícil lidiar con esta clase de persona. No se trata de que no entienda nada de la verdad, sino de que no la atesora o no la acepta en el corazón. Al final, esto hace que sea incapaz de dejar de lado su propia voluntad, su egoísmo, futuro, destino y desenlace, que siempre surgen para perturbarla. Si una persona es capaz de aceptar la verdad, entonces, a medida que la comprenda, todas esas cosas que corresponden a un carácter corrupto desaparecerán naturalmente, y tendrá entrada en la vida y estatura; ya no será un niño ignorante. Cuando una persona tiene estatura, será cada vez más capaz de entender las cosas, cada vez más capaz de discernir entre toda clase de personas, y no estará limitada por ninguna persona, acontecimiento o cosa. No se verá influenciada por nada que los demás digan o hagan. No estará sujeta a la interferencia de las fuerzas malignas de Satanás ni al engaño y las perturbaciones de falsos líderes y anticristos. Si esto sucede, ¿acaso no aumentará gradualmente la estatura de una persona? Cuando más entienda la verdad, más rápido progresará su vida, y le resultará fácil tener éxito en su deber y entrar en la realidad verdad. Cuando tengas entrada en la vida y tu vida esté creciendo gradualmente, tu estado se volverá cada vez más normal. Las personas, los acontecimientos y las cosas que anteriormente lograban perturbarte y limitarte ya no serán un problema para ti. Ya no tendrás más dificultades al cumplir con el deber, y tu relación con Dios se volverá cada vez más normal. Cuando sepas ampararte en Dios, cuando sepas buscar Su voluntad, cuando conozcas tu lugar, cuando sepas lo que deberías hacer y lo que no, y qué asuntos requieren o no que te hagas responsable, ¿tu estado no será cada vez más normal? Vivir así no te cansará, ¿verdad? No solo no estarás cansado, te sentirás sumamente relajado y feliz. ¿Tu corazón no se llenará de luz a consecuencia de ello? Tu mentalidad será normal, las manifestaciones de tu carácter corrupto disminuirán y serás capaz de vivir en presencia de Dios, de vivir con humanidad normal. Cuando la gente vea tu perspectiva mental, pensará que ha habido una gran transformación en ti. Estarán dispuestos a compartir contigo, sentirán paz y gozo en su interior, y también se beneficiarán. A medida que aumente tu estatura, tu discurso y tus actos se tornarán más adecuados y ajustados a los principios. Cuando veas gente débil y negativa, serás capaz de ayudarlos mucho, sin cohibirlos ni sermonearlos, sino utilizando tus propias experiencias reales para ayudarlos y beneficiarlos. Así, no solo te estarás esforzando en la casa de Dios, serás una persona útil, capaz de asumir la responsabilidad y de hacer cosas más significativas en ella. ¿Acaso no es esa la clase de persona que a Dios le agrada? Si eres una persona que agrada a Dios, ¿no le agradarás a todo el mundo también? (Así es). ¿Por qué le agrada a Dios esa clase de persona? Porque es capaz de hacer cosas prácticas ante Él, no es proclive a adular, se maneja de manera práctica y es capaz de ayudar y guiar a los demás hablando sobre sus experiencias verdaderas. Es capaz de ayudar a otros a resolver cualquier problema, y cuando hay dificultades en el trabajo de la iglesia, es capaz de señalar el camino y resolver los problemas de forma activa. Esto es lo que significa cumplir fielmente con el propio deber. Es capaz de ayudar a sus hermanos y hermanas a resolver sus problemas, lo que demuestra que tiene entrada en la vida. El hecho de que pueda hacer tantas cosas prácticas demuestra que practica la verdad y que vive en presencia de Dios. Como tiene la realidad verdad, también es capaz de conducir a los demás para que entren en ella. Si no posees la realidad verdad o no tienes experiencias verdaderas, ¿puedes conducir a los demás ante la presencia de Dios? Si tú mismo no vives en presencia de Dios, no puedes conducir a los demás ante Él. Si solo te esfuerzas al cumplir con tu deber, sin buscar los principios verdad en absoluto, y no estás dispuesto a satisfacer a Dios, entonces no estás viviendo en presencia Suya. Aquellos que no viven en presencia de Dios ¿son capaces de aceptar Su escrutinio? ¿Son capaces de soportar Sus exámenes? ¿Son capaces de mantenerse firmes en medio de las pruebas? (No, no son capaces de hacerlo). ¿Puede esta clase de persona dar testimonio de Dios? ¿Puede testimoniar sobre Él? (No, no puede). ¿Qué clase de persona es incapaz de dar testimonio de Dios? ¿Es alguien que de verdad cree en Dios? Como mínimo, aún no ha entrado en la realidad verdad de las palabras de Dios, y sigue existiendo fuera de Sus palabras. Alguien que ha creído en Dios durante muchos años sin ninguna entrada en la vida, que no puede dar su testimonio vivencial, y mucho menos dar testimonio de Dios, que no puede compartir el evangelio exitosamente con nadie, es indigno de llamarse testigo de Dios. Así pues, quien tiene una estatura inmadura y carece de entrada en la vida jamás puede dar testimonio de Dios. La conclusión tácita es que esta clase de persona no vive en presencia de Dios. Si no vives en presencia de Dios, no tienes entrada en la vida y no eres testigo de Dios, ¿te reconocerá Él como uno de Sus seguidores? No lo hará. Dios te ha dado la oportunidad de cumplir con tu deber, y tú estás dispuesto a hacerlo, pero a partir de tu conducta Él ha visto que no puedes dar testimonio Suyo, incluso tras creer en Él durante tanto tiempo. No solo careces de verdadero conocimiento empírico, también vives de acuerdo con tus nociones y fantasías, no tienes ninguna realidad verdad y no vives en presencia de Dios. Si Él te da una prueba, no la soportas; si Él te poda y trata contigo, no lo toleras; si Él te juzga y castiga, renuncias a tus responsabilidades y te pones de mal humor, y Él piensa: “Esta persona es como un tigre al que nadie se atreve a tocar. Donde sea que Yo vaya a hacer Mi obra o a hablar, esta clase de persona no es digna de seguirme, no es digna de estar Conmigo”. ¿Por qué diría Él esto? Porque esta clase de persona no entiende la verdad, no tiene una comprensión pura, carece de experiencias verdaderas y no comprende la voluntad de Dios. Si no comprende la voluntad de Dios, ¿puede ser compatible con Él? Si no comprende Su voluntad, ¿puede aprehenderla? ¿Puede aceptar la verdad? Es difícil de decir, y son todas cosas inciertas. Así pues, si esta clase de persona estuviera con Dios, tendría recelos acerca de Él en todo, y no lo comprendería, lo que daría lugar a todo tipo de malentendidos, quejas y críticas constantes acerca de Dios. Al final, esto conduciría a la rebeldía. ¿Podría Dios querer a alguien que se rebela contra Él? ¿Podría Dios permitirle convertirse en Su seguidor? No podría. Si quieres que Dios te dé el visto bueno como uno de Sus seguidores, debes concentrarte primero en la entrada en la vida. Debes empezar por entenderte a ti mismo, ser capaz de desechar tu carácter corrupto, lograr la capacidad de aferrarte a tu deber y cumplirlo conforme a los requisitos de Dios; eso es lo primero. Centrarse en la entrada en la vida es en aras de cumplir bien con el deber, que es de lo que esencialmente se trata todo esto. Deberías empezar a buscar la entrada en la vida a partir de cumplir con tu deber y, a partir de la entrada en la vida, deberías entender y obtener la verdad paso a paso, hasta que llegues al punto en que tengas estatura, en que tu vida crezca poco a poco y tengas experiencias reales con la verdad. Entonces deberías dominar toda clase de principios de práctica, de modo que seas capaz de cumplir con el deber sin verte limitado ni perturbado por ninguna persona, acontecimiento o cosa. Así, poco a poco vivirás en presencia de Dios. No te perturbará ninguna clase de persona, acontecimiento ni cosa, y tendrás experiencia con la verdad. A medida que se incremente tu experiencia, serás más capaz de dar testimonio de Dios, y a medida que seas más capaz de dar testimonio de Dios, paulatinamente te convertirás en una persona útil. Cuando te conviertas en una persona útil, podrás cumplir con el deber con un nivel aceptable en la casa de Dios, podrás ponerte en el lugar de un ser creado y someterte a los arreglos y las instrumentaciones de Dios, y podrás mantenerte firme. Solo esta clase de persona es un ser creado aceptable que cuenta con el elogio de Dios. Entonces serás digno de todo lo que Dios te ha dado.

¿Cuál es la clave para entrar en la realidad verdad? Debes aprender a practicar la verdad y a manejar los asuntos de acuerdo con los principios. ¿De qué sirve siempre hacer promesas y expresar tu voluntad? Si siempre haces promesas y expresas tu voluntad, pero sigues siendo incapaz de practicar la verdad, entonces eso no sirve absolutamente de nada. Lo más crucial y lo más real es lograr la entrada en la vida durante el cumplimiento de tu deber, a partir de buscar la verdad para resolver los distintos problemas que aparecen mientras cumples el deber, y para corregir tus actitudes erróneas respecto de él. ¿Qué significa tener entrada en la vida? Tener entrada en la vida significa que tienes experiencia con la verdad y conocimiento de ella, y que eres capaz de practicarla correctamente. ¿Tenéis todos vosotros entrada en la vida en este momento? ¿Sois capaces de dar testimonio de Dios? ¿Acaso no seguís atascados en la doctrina la mayor parte del tiempo? ¿No os detenéis en la doctrina, sin realmente tener conocimiento de la verdad o experiencia con ella? Si no puedes lograr experiencias reales y conocimiento de la verdad, no puedes dar testimonio de Dios. La mayor parte del tiempo tu conocimiento es perceptual. Eres ambivalente, pues sientes que tanto una cosa como otra son correctas; cuando Dios dice algo, es como si fuera la verdad para ti, y cuando Él dice otra cosa, eso también es la verdad. Sientes que todas las palabras de Dios son la verdad, y dices amén y las elogias, pero no puedes compararte con ellas. Cuando haces las cosas, sigues estando confundido, y no sabes qué verdades utilizar para resolver tus problemas. ¿No estáis la mayoría de vosotros en este estado? Si bien entendéis mucho y podéis hablar mucho de doctrina, no podéis usarla en la vida real. Aún no sabéis practicar la verdad ni sabéis aplicar las palabras de Dios en la vida real, y suceda lo que os suceda, no sabéis buscar la verdad para resolver vuestros problemas. Esto se debe a que vuestra estatura es muy escasa. Cuando sepáis experimentar, practicar y aplicar las palabras de Dios en vuestra vida real, y cuando sepáis buscar la verdad para resolver los problemas cuando os suceda algo, vuestra vida crecerá. Saber practicar la verdad es señal de que tu vida está creciendo. Algún día, cuando seas capaz de resolver los problemas con la verdad, cuando tengas cierto conocimiento de Dios, cuando, a partir de compartir tu verdadero conocimiento de Dios, puedas dar testimonio de Su obra, Su carácter santo y justo y Su omnipotencia y sabiduría, serás capaz de dar genuino testimonio de Dios y estarás cualificado para ser usado por Él. Si entiendes mucho y eres capaz de hablar de doctrina todo el día, pero no puedes resolver nada relacionado con tus propios problemas o no sabes cómo resolverlos, eso demuestra que las cosas que entiendes no son la verdad, que no son más que palabras y doctrinas. Aunque hables de doctrina de forma muy realista, en realidad, se trata solo de un conocimiento perceptual que aún no ha alcanzado la racionalidad. Si bien la gente se edifica tras escucharte, tiene los mismos sentimientos que tú, y tu conocimiento incluso es capaz de lograr ciertos resultados en ella, no eres capaz de hablar de ello con demasiada claridad ni de resolver los problemas en su totalidad. Esto demuestra que las doctrinas de las que has hablado son solo un conocimiento perceptual. No puedes afirmar que sean la realidad verdad, mucho menos que hayas entrado en la realidad verdad. Ahora bien, ¿cómo resuelves el problema de hablar de palabras y doctrinas? Requiere que reflexiones sobre los distintos tipos de corrupción que se revelan en ti mientras cumples con el deber, que reflexiones sobre los orígenes de cada problema que enfrentes, que luego busques la verdad, y que uses las palabras de Dios para resolver por completo el carácter corrupto que has revelado. Ya sea que lo que manifiestes sea arrogancia y santurronería o tortuosidad y engaño, ya sea egoísmo y maldad o superficialidad y mentira a Dios, debes reflexionar sobre estas actitudes corruptas hasta percibirlas con claridad. Así, sabrás qué problemas existen mientras cumples con el deber y qué tan lejos estás de alcanzar la salvación. Solo cuando puedas ver claramente tu carácter corrupto serás capaz de conocer en qué radican las dificultades y los obstáculos en el cumplimiento de tu deber. Solo entonces serás capaz de resolver los problemas de raíz. Por ejemplo, supongamos que no asumes responsabilidad en el cumplimiento de tu deber y, en cambio, siempre actúas de manera superficial, lo que perjudica tu trabajo, pero a ti te preocupa tu imagen, así que no estás dispuesto a hablar sinceramente de tu estado y tus dificultades ni a practicar el autoexamen y autoconocimiento, y por el contrario siempre buscas excusas para lidiar con las cosas superficialmente. ¿Cómo deberías resolver este problema? Debes orar a Dios y hacer introspección, diciendo: “Oh Dios, si hablo de ese modo, es solo para proteger mi imagen. Es mi carácter corrupto el que habla. No debería hablar así. Debo sincerarme, mostrarme tal como soy, y contar en voz alta qué pienso verdaderamente en mi interior. Prefiero sufrir la humillación y que se resienta mi imagen antes que satisfacer mi propia vanidad. Solo quiero satisfacer a Dios”. De esta manera, renunciando a ti mismo y contando en voz alta qué piensas verdaderamente en tu interior, practicas ser una persona honesta y, además, no actúas en función de tu voluntad ni proteges tu imagen. Eres capaz de poner en práctica las palabras de Dios, practicar la verdad de acuerdo con Su voluntad, realizar tu deber con seriedad y cumplir plenamente con tus responsabilidades. Así, no solo practicas la verdad y cumples bien con tu deber, también defiendes los intereses de la casa de Dios y se satisface Su corazón. Esta es una forma justa y honrosa de vivir, digna de ser llevada ante Dios y los hombres. ¡Qué maravilla! Practicar de esta manera es un tanto difícil, pero si tus esfuerzos y tu práctica se orientan en esta dirección, aunque fracases un par de veces, sin duda tendrás éxito. ¿Y qué significa para ti el éxito? Significa que cuando practicas la verdad, eres capaz de dar este paso que te libera de las ataduras de Satanás, un paso que te permite renunciar a ti mismo. Significa que eres capaz de dejar de lado la vanidad y el prestigio, de dejar de buscar tu propio beneficio y dejar de hacer cosas egoístas y mezquinas. Cuando pones esto en práctica, le muestras a la gente que eres alguien que ama la verdad, que anhela la verdad, la justicia y la luz. Este es el resultado que logras al practicar la verdad. Al mismo tiempo, también le causas vergüenza a Satanás. Satanás te corrompió, te hizo mirar por ti mismo, te hizo egoísta, te hizo pensar en tu propio prestigio. Pero ahora, estas cosas satánicas ya no pueden atarte, te has liberado de ellas, ya no estás controlado por la vanidad, el prestigio o tus propios intereses personales, y practicas la verdad, por lo que Satanás acaba totalmente humillado y no hay nada que pueda hacer. Entonces ¿acaso no sales victorioso? Cuando sales victorioso, ¿no te mantienes firme en tu testimonio de Dios? ¿Acaso no peleas la buena batalla? Cuando has peleado la buena batalla, tienes paz y alegría y una sensación de tranquilidad en tu corazón. Si a menudo tienes un sentimiento de culpabilidad en tu vida, si tu corazón no halla descanso, si no tienes paz ni alegría, y a menudo te sientes abrumado por la preocupación y la ansiedad por todo tipo de cosas, ¿qué demuestra esto? Simplemente que no practicas la verdad, que no te mantienes firme en tu testimonio de Dios. Cuando vives en medio del carácter de Satanás, es posible que falles en practicar la verdad con frecuencia, que le des la espalda a la verdad, que seas egoísta y vil; solo defiendes tu imagen, tu reputación, tu estatus y tus intereses. Vivir siempre para ti mismo te acarrea un gran dolor. Tienes tantos deseos egoístas, enredos, grilletes, recelos y preocupaciones que no albergas la menor paz ni alegría. Vivir en aras de la carne corrupta es sufrir de manera excesiva. Quienes buscan la verdad son diferentes. Cuanto más entienden la verdad, más libres son y más se liberan; cuanto más practican la verdad, más paz y alegría tienen. Cuando obtengan la verdad, vivirán por completo en la luz, gozarán de las bendiciones de Dios y no sufrirán en modo alguno.

En este momento, ¿en qué estado vivís todos vosotros mayormente? ¿Vivís en un estado positivo o negativo la mayor parte del tiempo? (Vivimos en un estado negativo la mayor parte del tiempo). Para alguien que siempre vive en un estado negativo, persistir en cumplir su deber sin renunciar a sus responsabilidades no es algo sencillo. Todos vosotros a menudo sois pasivos, pero no sabéis cómo resolverlo. En ocasiones, requiere de mucho esfuerzo resolver vuestro estado pasivo, y cuando las cosas no resultan como queréis, nuevamente os volvéis pasivos. Siempre os revolcáis en vuestra pasividad y no podríais levantaros aunque quisierais; no podéis cumplir bien con ningún deber, y sois tan incompetentes que nadie puede ayudaros. ¿No cansa vivir así? (Sí). Entonces, ¿cómo lidiáis plenamente con el problema de la pasividad? Decididamente debéis comprender un poco de la verdad. La cantidad de doctrina de la que podáis hablar no resolverá vuestros problemas. Una vez que alguien comprenda realmente la verdad, y una vez que sea capaz de resolver toda pasividad o las dificultades que enfrente, no le resultará tan agotador cumplir con su deber. Una persona solo puede ser libre y estar liberada obteniendo la verdad. En este momento, aquello de lo que todos vosotros más carecéis es de la verdad, pero obtenerla no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana. Debéis tener un conocimiento genuino de la obra de Dios, y ser capaces de ver el carácter corrupto de la gente con claridad. Esto lleva tiempo, y debéis buscar la verdad a fin de comprenderlo. Todos vosotros podéis sentir el dolor de vivir con un carácter corrupto, lo comprendéis profundamente. ¿Habéis experimentado la paz y felicidad que se producen en vuestro corazón tras entender la verdad, cuando sois capaces de practicar la verdad y observar los principios verdad? ¿Tenéis muchas experiencias como esa? Si estas experiencias son realmente abundantes, eso implica que poseéis completamente la realidad verdad. Tendréis la sensación de vivir en la luz y en presencia de Dios. Si ocasionalmente disfrutáis de un poco del esclarecimiento de Dios, estaréis muy complacidos. Si ocasionalmente os amparáis en Dios en lugar de la gente, y Dios os otorga un poco de luz, un camino a seguir en el cual no habíais pensado y se resuelve el asunto, estaréis muy complacidos. No basta con tener estas pequeñas experiencias con frecuencia; debéis continuar esforzándoos por alcanzar la verdad. Por un lado, debéis entender la verdad sobre las visiones, tener una comprensión perfectamente clara de la obra de Dios y conocer verdaderamente el carácter de Dios. Así, cuando nuevamente encontréis dificultades al cumplir con vuestro deber, al menos eso no dará lugar a nociones ni a desobediencia. Este es un aspecto de las cosas. Asimismo, debéis esforzaros por alcanzar la entrada en la vida. Deben resumirse las verdades que deben practicarse y en las que debe entrarse, como llegar a conocerse a uno mismo, ser honesto, aprender a someterse a Dios, cómo ampararse en Él, cómo cumplir fielmente con el deber, cómo discernir entre toda clase de personas, cómo tratar a Satanás, qué sabiduría se debería poseer, etc. La única manera de temer a Dios y evitar el mal, y de convertirse en una persona perfecta, es experimentar estos diferentes aspectos de la verdad y entrar en ellos. Así pues, ¿en cuántos aspectos de la realidad verdad habéis entrado ahora? ¿En qué aspectos de la realidad verdad no habéis entrado aún? Debéis llevar un registro de esto en el corazón. Cuando hayáis entrado en muchas verdades relativas a la práctica, vuestra vida ya habrá crecido, y tendréis verdadera estatura. Cuando vuestra estatura haya aumentado hasta cierto nivel, seréis capaces de ingresar al camino de ser perfeccionados por Dios y tendréis real estatura. No es un asunto que se pueda apresurar: Roma no se construyó en un día. En este momento, ¿qué es lo más crucial e importante que tenéis que resolver? Que debéis cumplir bien con vuestro deber y tener entrada en la vida al hacerlo. Eso es clave. No podéis simplemente esforzaros, debéis volcar el corazón en ello. Dios no quiere que vendas tu trabajo al cumplir con el deber de un ser creado; en cambio, Él quiere que le ofrezcas tu sinceridad. Al cumplir con tu deber, debes tener entrada en la vida. Solo tendrás vida una vez que tengas entrada en la vida, solo podrás madurar cuando tengas vida, y quienes tienen vida son los únicos que poseen la verdad.

10 de agosto de 2015

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