Palabras sobre otros temas (Fragmento 79)

¿Cuáles son vuestras impresiones después de cantar el himno “Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas”? ¿Se os ocurren algunas ideas? Todos han atravesado en la vida muchas dificultades, pero en realidad no conocen el motivo, y nadie considera en profundidad cuál es la raíz de estas dificultades, si vale la pena o si está bien que las personas vivan de esta forma. Cuando las personas son jóvenes, siempre quieren tener ropa bonita para ponerse y cosas ricas para comer, y sienten que esta es la manera de ser felices. Cuando crecen, empiezan a darse cuenta de que necesitan esforzarse en sus estudios para destacarse entre la multitud y disfrutar de una buena vida. Al llegar a la vida adulta, empiezan a querer ganar mucho dinero, alcanzar la fama y el beneficio y lograr poder e influencia. Quieren estar por encima de los demás. Siempre intentan obtener un puesto en el Gobierno y ganarse el respeto y la admiración de la gente. Cuando tienen hijos, esperan que sus descendientes triunfen sin parar durante generaciones y continúen prosperando y progresando. ¿Cuál es el propósito detrás de todos estos pasos que siguen las personas? ¿Por qué piensan de esta forma? ¿Por qué todas viven de esta manera? Viven sin tener una senda. ¿Por qué digo que no tienen una senda? Porque no saben de dónde vienen ni adónde van, y no tienen idea de lo que se supone que tienen que hacer en esta vida, cómo deberían vivir o cómo recorrer la senda de sus vidas. No conocen estas cosas. Entonces, ¿por qué las personas pueden perseguir sin descanso la fama, el beneficio y una vida feliz hasta la muerte sin mirar atrás? Porque están corruptas por Satanás y han desarrollado un modo de pensar y una manera de ver la vida que son equivocados. Creen que vivir así es correcto, y para ellas es adecuado y aceptable perseguir la fama y el beneficio. Piensan que ganar fama y beneficio es la felicidad en sí misma y viven de acuerdo con estas creencias. Por eso, las personas corren por la senda de perseguir fama y beneficio, y el resultado es que nunca encuentran la felicidad, incluso hasta la muerte. Todos viven de esta manera. No hay otra senda que tomar en este mundo. Todos quieren ganar dinero y disfrutar de una buena vida. La vida es difícil sin dinero, y con él pueden hacerse muchas cosas, por lo que todos quieren ganar más. Cuando sus vidas se vuelven prósperas, quieren aferrarse a su riqueza y desean que sus hijos sigan con su legado, y nadie entiende que vivir de esta manera es algo vacío. Todos dejan este mundo con arrepentimientos, preguntas sin responder y una sensación de reticencia. Las personas pasan por esta vida en la pobreza y la riqueza, y sus vidas son largas y cortas. Algunas son gente común, mientras que otras son funcionarios de alto rango y personajes importantes. Hay personas de todos los niveles de la sociedad, pero todas viven básicamente de la misma forma: compiten por la fama y el beneficio de acuerdo con sus deseos, ambiciones y actitudes satánicas, y no descansan en paz si no logran estos objetivos. En vista de estas circunstancias, las personas pueden plantearse: “¿Por qué la gente vive de esta forma? ¿No hay otra senda que tomar? ¿De verdad viven únicamente para comer y beber bien todo el tiempo hasta morir? ¿Adónde van entonces? ¿Por qué tantas generaciones han vivido del mismo modo? ¿Cuál es la raíz de todo esto?”. Los seres humanos no saben de dónde vienen, cuál es su misión en la vida ni quién está a cargo y tiene la soberanía sobre todo esto. Pasa una generación tras otra, y cada una de ellas vive y luego muere de la misma manera. Todas vienen y van de la misma manera, y ninguna encuentra la vía o la senda verdadera para vivir. Ninguna busca la verdad en esto. Desde la antigüedad hasta ahora, todos han vivido igual. Todos buscan y esperan, deseando ver cómo será la humanidad sin que nadie sepa o llegue a verla. A fin de cuentas, las personas simplemente no saben quién es Aquel que gobierna y tiene la soberanía sobre todo esto o si acaso Él siquiera existe. No saben cuál es la respuesta a esto, y lo único que pueden hacer es vivir inútilmente, anhelando cosas año tras año y aguantando cada día hasta ahora. Si supieran cuál era el porqué de todo esto, ¿les daría eso una senda que seguir en la vida? ¿Serían capaces de escapar de este sufrimiento y de no tener que continuar viviendo de acuerdo con los deseos y las esperanzas humanos? Cuando la gente entienda por qué vive, por qué muere y quién está a cargo de este mundo; cuando llegue a comprender la respuesta de que Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas es el Creador, entonces tendrá una senda que seguir. Las personas sabrán que deberían buscar la verdad en las palabras de Dios para encontrar un camino hacia adelante y que no necesitan vivir en semejante sufrimiento, dependiendo de deseos y esperanzas. Si descubren el motivo por el que viven y mueren, ¿no habrá una solución a todas las miserias y dificultades humanas? ¿Acaso esto no ofrecerá una liberación a las personas? Habrán encontrado verdaderamente la liberación y serán totalmente libres.

¿Acerca de qué deberíais reflexionar en vuestros corazones después de escuchar la canción “Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas”? Si el género humano supiera por qué vive y muere y quién es en realidad el Soberano de este mundo y de todas las cosas y Aquel que reina sobre todo, dónde está Él exactamente y lo que Él requiere al hombre; si el género humano pudiese entender estas cosas, las personas sabrían cómo tratar al Creador y cómo alabarlo y someterse a Él, obtendrían apoyo en sus corazones, sentirían paz, serían felices y dejarían de sufrir semejante tormento y dolor. En el análisis final, deben entender la verdad. La senda que eligen en la vida es fundamental, y la manera en que viven también es importante. Cómo vive uno y la senda por la que uno camina es lo que determina que su vida sea dichosa o triste. La gente debería entenderlo. Cuando las personas escuchan este himno, puede que se despierte en sus corazones un sentimiento muy profundo: “Las vidas de todo el género humano siguen este tipo de tendencia; la gente de la antigüedad no fue una excepción y la gente actual es igual que entonces. La gente actual no ha cambiado. Entonces, ¿hay un Soberano entre los hombres, un Dios legendario que está a cargo de todo? Si el género humano puede encontrar a Dios, Aquel que está a cargo de todo, ¿no será capaz de sentir felicidad? Ahora encontrar la raíz del género humano es la clave. ¿Dónde está esta raíz? Una vez que encuentre esta raíz, el género humano puede vivir en otro tipo de mundo. Si la gente no puede encontrarla y continúa viviendo el mismo tipo de vidas de siempre, ¿podrá alcanzar la felicidad?”. Si la gente no cree en Dios, incluso sabiendo que el género humano es profundamente corrupto, ¿qué hará, entonces? ¿Puede resolver el problema real de la corrupción? ¿Conoce la senda que conduce a la salvación? Aunque quieras cambiar para mejor y vivir como un ser humano, ¿eres capaz de hacerlo? ¡No hay senda que pueda seguirse para lograrlo! Algunas personas, por ejemplo, viven para sus hijos. Tal vez afirmes que no quieres hacer lo mismo, pero ¿acaso puedes lograrlo? Algunas personas se apresuran y se esmeran para obtener riqueza, fama y beneficio. Tal vez afirmes que no tienes apuro en conseguir estas cosas, pero ¿eres realmente capaz de lograrlo? Sin saberlo, ya has emprendido esta senda y, aunque quieras cambiar de forma de vida, no puedes hacerlo. ¡La forma en la que vives en este mundo está más allá de tu control! ¿Cuál es la raíz de esto? Es que las personas no creen en el Dios verdadero y no han ganado la verdad. ¿Qué es lo que sustenta el espíritu del hombre? ¿Dónde buscan apoyo espiritual? Lo buscan en la unión de la familia; la dicha matrimonial; el disfrute de las cosas materiales; la riqueza, la fama y el beneficio; su posición, sus sentimientos y sus profesiones; así como la felicidad de la próxima generación. ¿Hay alguien que no busque estas cosas para encontrar el apoyo espiritual? Quienes tienen hijos lo encuentran en sus hijos; quienes no tienen hijos lo encuentran en sus profesiones, en el matrimonio, en su posición social y en la fama y el beneficio. Las maneras de vivir que así se crean son, en consecuencia, las mismas; quedan sujetos al control y el poder de Satanás y, a pesar de sí mismos, todos se apresuran y se esmeran por la fama, el beneficio, sus expectativas, sus profesiones, sus matrimonios, sus familias, o por la próxima generación, o por placeres físicos. ¿Es esta la senda correcta? Por mucho que se esmeren las personas por el mundo, por muchos logros profesionales que hayan obtenido, por muy felices que sean sus familias, por muy grande que sea su familia, por muy prestigiosa que sea su condición social, ¿pueden seguir la senda correcta de la vida humana? Al perseguir la fama y el beneficio, el mundo, o al dedicarse a sus profesiones, ¿pueden ver que Dios creó todas las cosas y tiene la soberanía sobre el destino del género humano? Esto no es posible. Si las personas no reconocen que Dios tiene la soberanía sobre el destino del género humano, sin importar su búsqueda o senda en particular, la senda por la que caminan es equivocada. No es la senda correcta, sino la senda equivocada, la senda del mal. No importa si has encontrado o no satisfacción en tu apoyo espiritual, y tampoco es importante dónde encuentras ese apoyo: la fe genuina no es eso y tampoco es la senda correcta de la vida humana. ¿Qué es tener fe genuina? Es aceptar la apariencia y la obra de Dios, y aceptar toda la verdad que Dios ha expresado. Esta verdad es la senda correcta para la vida humana, así como la verdad y la vida que la gente debería seguir. Caminar por la senda correcta de la vida es seguir a Dios y, bajo la guía de Sus palabras, poder comprender la verdad, distinguir el bien del mal, saber qué es positivo y qué es negativo y entender Su soberanía y omnipotencia. Cuando las personas verdaderamente entienden en sus corazones que Dios no solo creó los cielos y la tierra y todas las cosas, sino que también es el Soberano del universo y de todo, pueden obedecer todas Sus instrumentaciones y disposiciones, vivir de acuerdo con Sus palabras, temer a Dios y evitar el mal. Caminar por la senda correcta para la vida humana es precisamente esto. Al seguir la senda correcta en la vida, las personas pueden entender por qué la gente vive y cómo debería hacerlo para permanecer en la luz y recibir la bendición y la aprobación de Dios.

¿Para qué vivís ahora? ¿Comprendéis? (Vivimos para completar las misiones y encomiendas de Dios y para cumplir bien el deber de los seres creados). Si quieres cumplir bien el deber de un ser creado y completar la encomienda de Dios, esto es un deseo subjetivo tuyo y la senda de vida que has elegido, y es correcto. Pero hay algo que debes saber: la gente vive en este mundo, y Dios es quien lo organiza. Cada persona viene al mundo con una misión. No llega por azar; Dios todo lo gobierna, organiza e instrumenta sin el menor error. Cuando todos llegan al mundo, todo lo que aprenden o hacen es para desempeñar un papel en él. ¿Cuál es este papel? Que deben completar una tarea en este mundo; deben hacer ciertas cosas. Por ejemplo, dos personas contraen matrimonio y tienen un hijo, y los tres forman una familia completa. En esta familia, la esposa vive para cumplir con su misión, que es cuidar a su hijo y a su esposo, ocupándose de la familia. ¿Para qué vive el hijo, entonces? ¿Qué papel desempeña? Como heredero de la familia, da continuidad a su linaje. Es la próxima generación de esta familia, que ahora está completa gracias a que ha llegado este hijo, y este es el primer papel que desempeña. Ya sea un hijo o una hija, tiene su propia misión. En lo que respecta a su destino futuro, ¿qué credenciales académicas, habilidades o profesión tendrá una vez que llegue a adulto, cuándo creerá en Dios y qué deber llevará a cabo más adelante? ¿Acaso no es Dios quien planifica y organiza todos estos pasos? (Así es). ¿Tienen el poder de elegir? (No lo tienen). Desde el momento en que alguien nace en una familia, no hay un solo paso de su destino que sea su propia elección, y Dios todo lo organiza. Dios todo lo organiza, y hay verdad en este hecho. Esto atañe a para qué vive la gente. Por ejemplo, si estudias música y tienes las condiciones y el entorno familiar para hacerlo, ¿acaso estudiar música es algo que has elegido? (No lo es). Naciste en este entorno, aprendiste una habilidad profesional gracias al apoyo de este entorno y lograste esta misión. ¿Qué te permitió lograrla? Fue porque Dios así lo ordenó, no porque tú lo eligieras. ¿No se logró gracias a la instrumentación de Dios? ¿Quién decidió que cumplas tu deber y que apliques lo que sabes y has aprendido para ello? (Dios). Lo decidió Dios, no tú. Si hablamos de manera objetiva, ¿para qué vives ahora? (Vivimos para Dios). En realidad, es lo mismo para cada persona. Todos están vivos por la soberanía y organización de Dios, se den cuenta o no de ello y sean conscientes o no de ello. Las personas son como las fichas de un juego. Donde quiera que Dios te coloque, sea lo que sea que te haga hacer y por mucho tiempo que Él te haga permanecer en cualquier lugar, todo se encuentra bajo Su instrumentación. Por lo que respecta a la instrumentación de Dios, en realidad, toda la gente vive a efectos de Su soberanía y organización y por Su gestión, y no controla nada. No importa lo capaz o talentoso que seas, no puedes ir más allá del destino que Dios ha ordenado para ti. Nadie puede vivir más allá de estos límites ni escapar al destino y la vida que el Creador ha establecido y organizado para ellos. Todas estas son cuestiones sobre las que la gente, en realidad, no tiene idea alguna, y hasta ahora han estado sucediendo sin que lo sepan y más allá de su voluntad, bajo la instrumentación y la soberanía de Dios. Visto de manera objetiva, ¿qué es lo que han entendido las personas? (Su vida y muerte no dependen de ellas, sino de la soberanía e instrumentación de Dios). (No deberían intentar estar a cargo de su propio destino, y deberían someterse a la soberanía y organización de Dios). Progresarás si logras verlo de esta manera. ¿Qué verdades deberías entender para ser capaz de someterte a Dios? Sin importar en qué tipo de familia vivas y cómo sean las cosas como tu aptitud, tu intelecto y tus pensamientos; tu destino y todo lo que tiene que ver contigo se encuentran bajo la instrumentación de Dios. No tienes ni voz ni voto al respecto. Esta es la senda que la gente debe elegir: entender cómo Dios ha organizado todo lo que a ti respecta, cómo Él es quien lo guía, cómo Él es quien lo guiará en el futuro, intentando entender la voluntad y la intención de Dios, y luego viviendo el curso del destino que el Creador gobierna e instrumenta. No se trata de competir, agarrar o apoderarse de las cosas. No se trata de escrutar o resistirse a la voluntad del Creador; no se trata de escrutar u oponerse a todo lo que Dios ha organizado para ti. ¿No hace esto que vivas de manera correcta y adecuada? Esto pone fin a dudas como: “¿por qué viven las personas, y por qué mueren?” o el dolor de que “los que están vivos repiten la misma trágica historia de los que han perecido”. Las personas sienten que en realidad no hay dificultad alguna en vivir esta vida, y han encontrado la fuente de la vida. Entienden de qué se trata el destino, saben cómo la gente debe someterse a lo que el Creador dispone y no se resisten. Esta es una manera de vivir con sentido. Las personas ya no dependen de sus figuraciones ni de su propia fortaleza para luchar y pelear por la felicidad. Saben que todo eso no es más que tontería y tozudez, y no lo hacen más. Han aprendido a someterse a la soberanía y organización del Creador, ¡y cuánto sufrimiento han evitado gracias a esto! Entonces, ¿estáis viviendo de esta manera ahora? ¿Sentís que estáis viviendo de una manera que no es justa y que nadie aprecia? Sabéis que Dios es quien organiza y os otorga vuestros talentos y vuestro deber, pero aún os parece que no es justo y que este deber no os permite lograr vuestras ambiciones. En realidad, vuestras metas son de una naturaleza más grandiosa, pero este ámbito en particular en el que estáis cumpliendo vuestro deber no os permite lograrlas de verdad. ¿Pensáis de esa manera? (No). No tenéis ambiciones ni deseos, no tenéis requisitos extravagantes, habéis dejado a un lado todo aquello que debíais, y lo único que os falta es entender la verdad para resolver vuestras actitudes corruptas. Esto hace que la senda que deben recorrer las personas y la dirección en la que deben avanzar sean cada vez más claras. Ya no es necesario que se hagan preguntas como: “¿Por qué viven las personas? ¿Y por qué mueren? ¿Quién es Aquel que todo lo gobierna?”. Más allá de lo que persigas o de cuáles sean tus deseos, solo si regresas ante la presencia del Creador, llevas a cabo obedientemente lo que debes hacer y cumples bien y completas tu deber, puedes vivir de una manera que te aporte una clara consciencia y que sea correcta y adecuada. No implica sufrimiento alguno. Este es el significado y el valor de vivir.

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