La vida solo tiene valor si se cumple bien con el deber de un ser creado (Parte 1)

Todos vosotros ahora estáis ocupados cumpliendo vuestros deberes, formándoos para predicar y dar testimonio de la palabra y obra de Dios en los últimos días. Ya sea al producir películas o cantar himnos para dar testimonio de Dios, ¿esos deberes que lleváis a cabo tienen algún valor para la humanidad corrupta? (Sí lo tienen). ¿Cuál es su valor? Su valor radica en ayudar a las personas a aventurarse en la senda correcta tras conocer esas palabras y verdades expresadas por Dios, así como en permitirles comprender que forman parte de la creación y deben comparecer ante el Creador. Muchas personas son incapaces de captar o comprender muchas de las situaciones que afrontan. Se sienten desamparadas, creen que la vida carece de sentido y contenido, y no tienen sustento espiritual. ¿Cuál es el origen de todo esto? La respuesta a todo esto se encuentra en la palabra de Dios. A lo largo de los años en que habéis creído en Dios, todos vosotros habéis leído buena parte de Su palabra y comprendido cierta cantidad de verdades. Por eso vuestro deber a cumplir es utilizar la palabra de Dios para esclarecer a esas personas y revertir sus pensamientos y pareceres erróneos, lo que les permitirá entender la verdad que reside en la palabra de Dios y no dejarse engañar por la oscuridad y el mal del mundo, y las ayudará además a buscar el camino verdadero, encontrar al Creador, escuchar Su voz y leer Sus palabras. Eso les permitirá interiorizar algunas verdades y ver la obra de salvación que Dios ejecuta, de modo que puedan volver a Él y aceptar Su obra. Ese es exactamente el deber que tenéis que llevar a cabo. Todos vosotros sabéis en lo profundo del corazón cuántas verdades habéis comprendido y cuántos problemas habéis resuelto desde que comenzasteis a creer en Dios. Hoy en día son muchas las personas, tanto religiosas como incrédulas, que buscan el camino verdadero y van al encuentro con el Salvador. No conocen las respuestas a preguntas específicas tales como por qué viven y mueren las personas, cuál es el valor y el significado de sus vidas, o de dónde provienen y hacia dónde se dirigen. Están esperando que prediquéis el evangelio, deis testimonio de Dios y las guieis hacia el Creador. ¡Es por eso que los deberes que estáis cumpliendo ahora son tan significativos! Por un lado, vosotros mismos experimentáis la obra de Dios y, por el otro, también testificáis sobre la obra de Dios ante los demás. Cuanto más lo experimentéis, mayores serán las verdades que tendréis que comprender y adquirir, y mayor será la tarea que deberéis realizar. Esta es una excelente oportunidad para que Dios perfeccione a las personas. Debéis orar a Dios y acudir a Él sin importar cuántas dificultades afrontéis al desempeñar vuestras tareas; cuando todos leen la palabra de Dios y profundizan la búsqueda conjunta de la verdad, no existe problema que no pueda resolverse. Hay muchas verdades en la palabra de Dios que necesitáis entender, por eso debéis reflexionar y enseñar sobre ellas a menudo. De ese modo, obtendréis el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo. No existe problema que no pueda resolverse si confiáis en Dios; debéis tener plena fe en ello.

Después de crear la humanidad, Dios elaboró un plan de gestión. En los últimos miles de años, esta humanidad no asumió ninguna responsabilidad o comisión importante para dar testimonio del Creador, y la obra que Dios produjo en la humanidad fue relativamente oculta y sencilla. Sin embargo, en los últimos días, las cosas ya no son iguales. El Creador ha comenzado a pronunciar palabras. Él ha expresado muchas verdades y ha revelado los misterios de Su plan de gestión, pero la humanidad corrupta está atontada y adormecida: las personas ven pero no saben, escuchan pero no entienden, tal como si su corazón se hubiera vuelto insensible. ¡Por eso todos vosotros tenéis una gran responsabilidad! ¿Y por qué es tan grande? Además de difundir estas palabras y verdades expresadas por Dios, resulta aún más importante que deis testimonio del Creador a todos y cada uno de los seres humanos creados, y que conduzcáis a todos esos seres humanos que hayan escuchado el evangelio de Dios hacia el Creador, de modo que puedan comprender el significado de la creación de la humanidad por parte de Dios y entender que, como seres humanos creados, deben retornar al Creador, escuchar Sus declaraciones y aceptar todas las verdades que Él ha expresado. Así es como los seres humanos pueden ser sometidos a la soberanía y organización del Creador. ¿Es posible obtener estos resultados tan solo al leer algunos fragmentos de la palabra de Dios? ¿O al aprender a cantar algunos himnos? ¿O al realizar solo un aspecto de la tarea? No. Por lo tanto, si os proponéis desempeñar correctamente vuestros deberes, tenéis que dar testimonio de las acciones del Creador, así como de Su soberanía y organización, mediante métodos diversos y formas diferentes. De este modo, seréis capaces de traer más personas ante el Creador, así como de ayudarlas a aceptar y someterse a Su soberanía y organización. ¿Acaso no es esa una gran responsabilidad? (Lo es). Entonces, ¿qué actitud debéis adoptar con respecto a vuestros deberes? ¿Está bien ser torpes? ¿Está bien hacer la vista gorda? ¿Está bien hacer las cosas de un modo tibio y superficial? ¿Procrastinar y abordar las cosas con desinterés? (No). Entonces, ¿qué debéis hacer? (Comprometeros incondicionalmente). Debéis comprometeros incondicionalmente, utilizando cada porción de energía, experiencia y conocimiento que tengáis. Los incrédulos no comprenden qué es lo más significativo que puede realizar una persona en la vida, pero vosotros sí comprendéis algo de eso, ¿no es así? (Sí). Aceptar lo que Dios os ha confiado y cumplir vuestra propia misión: esas son las cosas más trascendentales. ¡Los deberes que estáis llevando a cabo ahora son valiosos! Quizás no veas los efectos ahora mismo, y quizás no obtengas grandes resultados en este momento, pero no pasará mucho tiempo hasta que coseches los frutos. A la larga, si el trabajo está bien hecho, no habrá dinero que valga para medir la contribución que eso implica para la humanidad. Dichos testimonios verdaderos son más preciados y valiosos que cualquier otra cosa, y además perdurarán por toda la eternidad. Esas son las buenas obras de todos los seguidores de Dios y vale la pena conmemorarlas. Todo en la vida del hombre es vacío e indigno de conmemoración, excepto creer en Dios, perseguir la verdad y llevar a cabo su deber como ser creado. Incluso si has consumado las proezas más trascendentales; incluso si has ido al infinito y más allá; incluso si has logrado avances científicos que resultaron beneficiosos o útiles para la humanidad, todo eso es fútil y pasajero. ¿Qué es lo único que no será pasajero? (La palabra de Dios). Solo perdurarán la palabra y los testimonios de Dios, así como todos los testimonios y obras que atestigüen a favor del Creador y las buenas acciones de las personas. Esas cosas durarán para siempre y poseen un valor excepcional. Por lo tanto, liberaos de todas vuestras restricciones, asumid ese gran esfuerzo y no os dejéis limitar por ninguna persona, hecho o situación; dedicaos sinceramente a Dios y verted toda vuestra energía y esfuerzo en el cumplimiento de vuestros deberes. ¡Eso es lo que Dios bendice por encima de todo y merece cualquier dosis de sufrimiento!

Ahora sigue a Dios, escucha Su palabra y acepta la comisión del Creador. A veces resulta un tanto difícil y agotador, y por momentos te sometes a cierta dosis de humillación y refinamiento. Pero eso es algo bueno, no es malo en absoluto. ¿Qué conseguirás finalmente? Lo que conseguirás es la verdad y la vida, y en última instancia la aprobación y afirmación del Creador hacia tu persona. Dios dice: “Tú me sigues y gozas de mi favor, estoy complacido contigo”. Si Dios no dice otra cosa más que tú eres un ser creado ante Sus ojos, entonces no has vivido en vano y eres útil. Ser reconocido por Dios de este modo resulta maravilloso y no es una proeza menor. Si las personas siguen a Satanás, ¿qué obtendrán? (La destrucción). Antes de ser destruidas, ¿en qué se convertirán esas personas? (Se convertirán en demonios). Esas personas se convertirán en demonios. No importa cuántas habilidades adquieran, cuánto dinero ganen, cuánta fama y fortuna obtengan, de cuántos beneficios materiales gocen ni cuán elevado sea su estatus en el mundo secular; en su interior se volverán cada vez más corruptas, malvadas y desagradables, más rebeldes e hipócritas y, en última instancia, se convertirán en fantasmas vivientes: se volverán inhumanas. Entonces, ¿cómo se ven esas personas ante los ojos del Creador? ¿Tan solo como “inhumanas”? ¿Cuál es la visión y la actitud del Creador hacia ese tipo de persona? Es de aversión, disgusto, aborrecimiento, rechazo y, en última instancia, de maldición, castigo y destrucción. Las personas recorren diferentes sendas y llegan a diferentes desenlaces. ¿Vosotros qué sendas elegís? (Creer en Dios y seguirlo). Optar por seguir a Dios es elegir la senda correcta: es aventurarse en la senda de la luz. Si desean vivir una vida valiosa y significativa, tener una conciencia clara, retornar sinceramente a Dios y quedarse a Su lado, las personas deben entregarse incondicionalmente, satisfacerlo y glorificarlo al cumplir sus deberes como seres creados: no pueden ser tibias. Deberías decir: “En el transcurso de mi vida en este mundo, no espero reunir una fortuna, destacarme entre los demás ni honrar a mis antepasados para lograr la supremacía entre mis pares o ser bien considerado; no lucharé por ninguna de esas cosas. No seguiré esa senda. Simplemente seguiré a Dios y dedicaré mi vida, mi energía y todas las habilidades, los dones y talentos que tenga al cumplimiento de mi deber. Entregaré todo eso a Dios. Durante este tiempo, incluso si soy desdeñado por los demás y a veces sometido al tratamiento o a la poda, o soy incomprendido por mis hermanos y hermanas, o si Dios me refina, me pone a prueba y me ocasiona demasiado sufrimiento, o si no gozo de los placeres de la carne en esta vida y me encuentro solo y descuidado, acepto todas esas cosas y entrego todo mi ser a Dios”. ¡Esa es la voluntad que debes tener! Es con una voluntad semejante que uno puede atravesar muchas adversidades, pero sin esa voluntad, si uno solo siente un deseo o una ráfaga repentina de entusiasmo, las cosas no funcionarán: no hay motivación. Mientras están ocupadas con sus deberes, algunas personas se saltan comidas y descansan un poco menos, y cuando ven que no lucen bien piensan: “Esto no está funcionando. No importa cuán ocupado esté, necesito descansar; no puedo envejecer prematuramente ni afrontar tantas adversidades. Es importante que me ocupe de mi salud”. ¿Qué opinas de estos pensamientos? Desconsideran la voluntad de Dios. Atesoran más la carne que su propio deber y la comisión de Dios; ante el primer contacto con el sufrimiento, pierden su predisposición y retroceden como una tortuga que repliega su cabeza y comienzan a quejarse; no son capaces de preocuparse por las cuestiones que le preocupan a Dios ni de pensar en las cosas que piensa Dios; desconsideran Su voluntad. Si un líder dice que una tarea es muy urgente, las personas que son así responderán: “Me tiene sin cuidado, no quiero tener inconvenientes. No me interesa”. ¿Existen las personas así? (Sí, existen). Las personas así son egoístas, deleznables y traicioneras. Son engañosas, indignas de confianza y no quieren sinceramente a Dios. Dirán también que han dedicado su vida a Dios, pero esas son meras palabras: estas personas no se ocupan de cuestiones prácticas, no sufren la más mínima adversidad ni pagan ningún precio. Dios no se deleita con personas así ni tampoco les concede Su bendición. Algunas personas se tornan reacias a cumplir sus deberes ni bien sienten un poco de sufrimiento en la carne. Los jóvenes, en particular, se preocupan mucho por su aspecto y se entristecen cuando ven que sus rostros están demacrados, su piel ya no es tersa o encuentran canas en el cabello. Se sienten constantemente preocupados por volverse viejos y feos, por no encontrar pareja o por no poder formar una familia. ¿Las personas así pueden obtener la verdad? ¿Cuál es el principio de Dios para juzgar si las personas son capaces de pagar un precio al cumplir sus deberes y para determinar si pueden hacerlo a un nivel aceptable? Dios simplemente desea que las personas sean sinceras. A veces las personas piensan: “Tan solo ofreceré mi corazón y eso ya bastará”. Sin embargo, siguen haciendo lo que hacen normalmente, sin cambiar en lo más mínimo. ¿Cómo contempla Dios este asunto? Por un lado, Dios observará tus aspiraciones y, por el otro, observará tus acciones reales. Dios examinará esas cosas. Si posees la aspiración y la voluntad, y a la vez estás dispuesto a pagar un precio real, entonces incluso si te sientes débil en algunos momentos, Dios verá que tu corazón no se ha dado por vencido y sigue intentando mejorar, que amas la verdad, la equidad, la justicia y las cosas positivas, y no te abandonará. Algunas personas tienen buenos discursos, pero sus corazones son indiferentes; no ponen en práctica la verdad en lo más mínimo y lo único que hacen es intentar engañar a los demás. No tienen otra alternativa más que hablar de ese modo, así es como tratan a quienes los rodean. Pueden sonar un tanto respetables, pero en realidad no están dispuestos a pasar a la acción. Incluso si pasan a la acción, no ponen en práctica lo que dicen. Por el contrario, hacen lo que sea que quieran, lo que sea que los beneficie y lo que sea que los proteja. ¿No hay una discrepancia entre sus palabras y sus acciones? ¿Dios es capaz de ver esa discrepancia? Dios escudriña y tiene plena capacidad para verlo. Algunas personas son taimadas y hacen un poco de trampa. Creen que Dios no lo sabe, que no le interesa o no lo ve. ¿Eso realmente es así? ¿De qué forma trata Dios a las personas honestas y a quienes hacen trampa? ¿Podéis ver la diferencia en el trato que Dios tiene con estos dos tipos de personas? (Dios bendice a los honestos y aborrece a los taimados). ¿Cómo bendice Dios a las personas honestas? ¿Qué pensáis acerca de que las personas honestas reciban la bendición de Dios? (Las personas honestas obtienen resultados a partir de sus deberes). (Dios esclarece a las personas honestas y les permite comprender fácilmente la verdad y entrar en la realidad). (Dios ama y cuida a las personas honestas y solo los honestos pueden ingresar al reino de Dios). Todas estas afirmaciones son correctas y constituyen las bendiciones de Dios para las personas honestas. ¿No podéis notar ahora la diferencia y la actitud de Dios en el modo en el que trata a las distintas personas y a quienes recorren diferentes sendas? Las personas honestas también hacen cosas insensatas y experimentan debilidades, pero poseen el esclarecimiento y la guía de Dios, gozan de Su protección y pueden ver Sus bendiciones en todas partes. Dios las disciplina, poda y trata, o las pone a prueba y las refina, para hacerlas cambiar y crecer. Las personas que siempre hacen trampa en sus palabras y acciones, se muestran siempre huidizas y eluden la responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes, son quienes no aceptan la verdad en absoluto. No poseen la obra del Espíritu Santo y eso es como vivir en una ciénaga, en la oscuridad. Por mucho que avancen a tientas, por mucho que se esfuercen en el intento, no pueden ver la luz ni hallar una dirección. Cumplen sus deberes sin inspiración y sin la guía de Dios, se topan contra la pared en muchas cuestiones y sin querer quedan expuestas mientras hacen algunas cosas. ¿Cuál es el propósito de exponerlas? Es que todos sean capaces de distinguir y captar qué tipo de personas son. En realidad, todos estos tipos de personas son hacedores de servicios. Cuando terminen de rendir servicio, si no han experimentado ninguna transformación real, comenzarán a quedar expuestas y descartadas. Aquellos que hayan cometido todo tipo de hechos malvados serán castigados y, al igual que los incrédulos, sufrirán todo tipo de muertes horrorosas. Algunas personas han pronunciado palabras blasfemas y presuntuosas y, por lo tanto, Dios ya no las quiere y las entrega a Satanás. ¿Entregarlas a Satanás puede seguir arrojando buenos resultados? Sin la protección de Dios, Satanás las atormentará y actuará sobre ellas; las poseerán los demonios, tendrán una apariencia fantasmagórica y las torturarán finalmente los espíritus malignos hasta la muerte. ¿Acaso Dios no trata a las distintas personas de modos diferentes? Cuando Dios obra sobre las personas, Él las moviliza, les brinda esclarecimiento y guía, y transforma sus estados internos. A las buenas personas les gusta ser cada vez más honestas, porque solo al ser honestas pueden desempeñar bien sus deberes y aventurarse en la senda de búsqueda de la verdad. Solo al ser honestas es que pueden recibir la obra del Espíritu Santo y reflexionar constantemente sobre sí mismas, no rebelarse contra Dios, someterse a Dios en los hechos que les acontecen, buscar la verdad y luchar por ella en todas las cosas. Eso es exactamente lo que Dios exige a las personas. Y una vez que cumplen con Sus exigencias, Él obra sobre ellas, las esclarece, las ilumina, las guía y las bendice. Dios aparta a aquellos que están hastiados de la verdad y la odian. ¿Cómo trata Dios a las personas perjudiciales y malvadas que cometen todo tipo de hechos malvados y que constantemente interrumpen y perturban la obra de la iglesia? Dios las dejará expuestas y las entregará a Satanás. Comenzarán a ocasionar problemas y a revelar su verdadero rostro, dirán cosas adversas y negativas sin quererlo y sembrarán discordias al actuar como payasos. Harán muchas cosas malas, lo que ocasionará interrupciones y perturbaciones en la iglesia, y cuando el pueblo escogido de Dios entienda la verdad, y sea capaz de distinguir y exponer a esas personas, se las desalojará y expulsará. ¿Esa es su propia elección? (No). Así es como terminan las cosas para las personas que no aceptan la verdad y no se ocupan de sus correspondientes deberes. Cuando las personas no transitan la senda correcta, si Dios las entrega a Satanás y a sus pequeños demonios, entonces quedarán completamente arruinadas e irreparablemente abandonadas. Una vez que queden expuestas, pensarán: “¿Qué está sucediendo? ¿Causé algún problema? ¿Ocasioné interrupciones, generé perturbaciones? ¿Por qué no fui consciente de ello?”. Dios lo inspecciona todo, y si crea los entornos para desenmascararlas y descartarlas, entonces eso sucederá muy rápidamente. Es posible que, después de uno o dos incidentes, se descubra que son malvadas y se las trate como tales. Hay ciertas cuestiones de las que Dios se ocupa personalmente, mientras que para otras utiliza a los pequeños demonios, a Satanás o a los espíritus malignos para que le rindan servicio. Por un lado, Él perfecciona y edifica al pueblo escogido de Dios. Por el otro, Él desenmascara y descarta a las personas malignas. Si sopesas eso utilizando tus propias nociones y piensas que no se trata de algo hecho por Dios, que Él no hace tales cosas, que no es Él quien las instrumenta, ¿acaso eso no está mal? Todas las cosas están en manos de Dios y lo sabrás después de haberlo experimentado.

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