Solo al practicar la verdad es posible despojarse de las cadenas de un carácter corrupto (Parte 1)
¿Qué es la entrada en la vida? Es cuando, después de comprender la verdad, las personas llegan a conocer a Dios, a someterse a Él, a reflexionar y conocer su carácter corrupto, y a desecharlo, y así son capaces de poner en práctica la verdad. Cuando uno es capaz de poner en práctica la verdad y someterse verdaderamente a Dios, ha entrado en la realidad verdad. Los que pueden poner en práctica la verdad son los que tienen entrada en la vida. Tan pronto como la verdad se convierte en la vida de alguien, ya no estará limitado por ninguna persona, asunto o cosa; podrá someterse verdaderamente a Dios, amarlo de verdad y adorarlo de verdad. Eso es lo que significa poseer la realidad verdad y un verdadero testimonio; ese es el resultado final de la entrada en la vida. Si una persona cree en Dios por muchos años, pero aún vive con un carácter satánico, y actúa de acuerdo con sus propios deseos, sin orar ni buscar la verdad, creyendo por años sin cambiar ni siquiera un poco, y apenas se diferencia de un incrédulo, entonces, una persona así no tiene entrada en la vida, no ha obtenido la verdad y no ha ganado la vida. Si no has obtenido la verdad, entonces, estás viviendo bajo el poder de Satanás. No podrías someterte a Dios, amar a Dios, practicar la verdad, o ser fuerte, aunque lo desearas. Si no puedes ser fuerte, ¿en qué clase de estado estarás atrapado? ¿No estarás siempre atrapado en un estado de negatividad? Siempre estarás condicionado por tu entorno, tendrás temor a que te descarten, con temor al disgusto de Dios, con temor a esto y aquello, cumpliendo pasivamente y a regañadientes con un poco de tu deber, y haciendo unas pocas buenas obras. Básicamente, serás arrastrado, guiado e impulsado, y la parte de ti que es activa y proactiva será muy pequeña, por lo que los resultados que obtengas al cumplir con tu deber serán insatisfactorios. Tales personas nunca son capaces de entregar sus corazones a Dios, por lo que están constreñidas y atadas por muchas personas, asuntos y cosas, y siempre están atrapadas en un estado negativo. Debido a esto, viven vidas muy agotadoras. Sufren mucho dolor y no pueden encontrar libertad y alivio. Después de un tiempo, su propia fuerza de voluntad ya no puede sostenerlas, y viven cada día dentro de un carácter satánico, igual que los incrédulos. ¿Puede este tipo de creencia en Dios permitir a una persona alcanzar la salvación? Algunas personas dicen: “Soy entusiasta, estoy dispuesto a hacer cosas por Dios. Soy joven, tengo energía y determinación, y no temo a las dificultades”. ¿Sirve de algo todo eso? No. Tu energía es inútil, por mucha que tengas. ¿Cuánto tiempo puede sostener a una persona el poco vigor que tiene? Seguirá fracasando y tropezando con frecuencia, y se paralizará cuando caiga en la negatividad. No sirve de nada que creas en Dios si no entiendes la verdad, o si no tienes verdadera fe. Si solo tienes entusiasmo o energía, no servirá de nada. Esas cosas no son la vida, son solo el entusiasmo y el interés momentáneos de una persona. Las personas tienen un carácter corrupto. Sean hombres o mujeres, viejos o jóvenes, todos tienen breves estallidos de energía, entusiasmo pasajero, impulsos pasajeros; todos tienen momentos en los que se enfervorizan, en los que están estimulados, pero eso es el coraje que nace de la impulsividad, y no es duradero. Las teorías, los ideales y los sueños de la gente se derrumban en un abrir y cerrar de ojos, y sin la verdad, la gente no puede mantenerse firme. ¿Puede una persona que vive de la impulsividad cumplir bien con su deber? ¿Puede satisfacer a Dios? (No, no puede). Por eso, la gente debe tener entrada en la vida, debe entrar en la realidad verdad. Hay quienes dicen: “¿Por qué es tan agotador entrar en la realidad verdad? ¿Por qué estoy atado por tantas complicaciones? ¿Qué debo hacer?”. ¿Puede la gente confiar en sí misma para resolver este problema? Hay quien dice: “Tengo fuerza de voluntad y determinación. No me asustan las dificultades. Estoy decidido. Superaré todos los obstáculos, me embarcaré en estos retos. No tengo miedo de nada. No importa lo difícil que sea, ¡persistiré hasta el final!”. ¿Es esto útil? En realidad puede sostenerla por un tiempo, pero sus dificultades prácticas seguirán existiendo, y seguirá echando raíces dentro de ella un carácter corrupto, y este no habrá cambiado. Si persistes en seguir a Dios hasta el fin, pero no has cambiado tu carácter de vida ni has entrado en la realidad verdad, ¿puedes obtener la aprobación de Dios? Todavía no. Creer en Dios no es una cuestión de si puedes o no persistir hasta el final. La clave es si puedes o no obtener la verdad, la vida y la aprobación de Dios. Esto es lo más importante. Si una persona no puede entrar en la realidad verdad, si no puede hacer de la verdad su vida, entonces ¿durará mucho su estallido de entusiasmo o vigor? No puede durar. La gente debe comprender la verdad, y usarla para reemplazarlo. Cuando una persona ha resuelto su carácter corrupto y posee la fe y los principios para practicar la verdad, será capaz de perseverar inquebrantablemente y seguir intentándolo a pesar de todos los contratiempos. Independientemente de los entornos, los obstáculos o incluso las tentaciones que encuentre, siempre confiará en Dios y acudirá a Él para triunfar sobre Satanás. Para lograr este resultado, debes presentarte ante Dios con frecuencia, confiar en Él, contarle tus dificultades en oración y hablarle con sinceridad. Además, al cumplir con tu deber en la realidad, y durante tu vida real, debes buscar cómo actuar para que puedas practicar la verdad. Debes buscar y compartir con personas que comprendan la verdad, que tengan la capacidad de comprenderla, y de este modo obtener un poco de esclarecimiento y edificación, y encontrar una senda de práctica. Cuando seas capaz de practicar la verdad, ¿no resolverá eso tu problema? Si siempre te contienes y no compartes, pensando en tu interior: “Tal vez algún día mi estatura aumente, y naturalmente entenderé la verdad, así que no necesito ocuparme de ello ahora”; este tipo de pensamiento es vago, poco realista, y probablemente causará contratiempos. Este problema puede resolverse buscando y compartiendo con personas que entienden la verdad. Si tienes capacidad de comprensión, también puedes resolver el problema leyendo las palabras de Dios. ¿Por qué no te tomas en serio la resolución de este problema? Si no buscas la verdad para resolverlo, ¿el problema desaparecerá por sí solo? Esa es una idea tonta.
Cuando os suceden cosas actualmente, ¿sois capaces de buscar la verdad? ¿Habéis aprendido a buscar la verdad? Aparte de dominar algunos principios en vuestro campo profesional, ¿sois capaces de buscar la verdad cuando se trata de vuestra propia entrada en la vida, de mejorar vuestros diversos estados y cambiar vuestro carácter corrupto? Si sigues quejándote cuando tratan contigo porque hiciste algo que vulneró los principios, si sigues sintiéndote limitado porque te han podado y tratado, y si llegas al extremo de renunciar a ti mismo, pensando que te van a descartar, y te vuelves negativo y holgazán, entonces, ¿acaso tu carácter satánico no es tan grave que te sofoca? Cuando se trata de comprender la verdad, las dificultades de las personas son demasiado grandes y numerosas; cuando se encuentran con problemas, sus partes negativas emergen demasiado rápido y durante demasiado tiempo, y practican la verdad demasiado despacio y demasiado poco. Cuando las personas se encuentran con ciertos entornos, o perciben ciertas miradas de los demás, o escuchan ciertas palabras, o se enteran de ciertos tipos de información, surgen en ellas cosas negativas, sin importar el momento ni el lugar. Son efusiones naturales de un carácter corrupto. ¿Qué prueba esto? Prueba que no hay ningún elemento de la verdad en la vida humana. Las cosas no procesadas que brotan naturalmente de la gente, ya sea que las pienses en tu cabeza, o las digas con tu boca, o si son algo que pretendes o planeas hacer —ya sea intencional o no—, todas estas cosas están relacionadas con tu carácter corrupto. ¿De dónde brotan las actitudes corruptas de la gente? Se puede decir con certeza que las actitudes corruptas de las personas brotan de su naturaleza satánica, esa es la fuente. Considerando las cosas corruptas que brotan de las personas, está claro que estas no tienen nada de la realidad verdad, que no tienen ninguna humanidad normal y que no tienen ningún sentido normal. Ahora mismo, podéis analizaros a vosotros mismos. Si prestáis atención y os concentráis en hacer introspección, podréis saber si vuestras intenciones, pensamientos y puntos de vista son correctos o no, y si están de acuerdo con la verdad o no. En general, podréis discernir un poco estas cosas y comprenderlas. Entonces, después de comprender estas cosas, ¿seréis capaces de buscar una solución en la verdad? ¿O dejaréis que se desarrollen por sí solas, pensando: “Quiero pensar así, pensar así es beneficioso para mí. Los demás no tienen derecho a interferir. Si no digo estas cosas en voz alta o no actúo en consecuencia, si solo pienso en ellas, ¿no está bien?”? ¿No hay personas que hacen esto? ¿Esto qué manifiesta? Saben claramente que pensar así está mal, pero no buscan la verdad, no dejan de lado esos pensamientos ni los abandonan. Persisten en pensar y actuar de esa manera, completamente despreocupados. Estas personas no aman la verdad, y no pueden mantenerse firmes.
Algunas personas no cumplen un deber, y nadie se pone serio con ellas; estas personas piensan que, como creyente en Dios, es suficiente con solo leer las palabras de Dios, vivir una vida de iglesia, y por lo general no hacer cosas malas o actuar de manera disoluta como los incrédulos; piensan que tal vez al final reciban algunas bendiciones, y podrán sobrevivir. La gente se aferra a este tipo de ilusiones en su fe en Dios. En apariencia, no cometen errores graves, pero no tienen ninguna entrada en la vida ni han obtenido ninguna realidad verdad. En el momento en que alguien se pone serio con ellos, se dan cuenta de que están llenos de problemas y defectos, y se vuelven negativos, pensando: “Se acabó, ¿verdad? He creído en Dios durante años, y no he ganado nada con ello. Parece que creer en Dios realmente no es fácil”. Se vuelven fríos y ya no están dispuestos a esforzarse por alcanzar la verdad. Después de un tiempo, se sienten vacíos, y sienten que necesitan perseguir la verdad para tener esperanza. Cuando empiezan a cumplir con su deber, y la gente vuelve a ponerse seria con ellos, por fin sienten lo siguiente: “La gente tiene que poseer la verdad, de lo contrario es demasiado fácil que cometa errores. Si la gente no persigue la verdad, siempre cometerá transgresiones, y será tratada. Si confía en su entusiasmo para hacer las cosas, también será tratada. Debo ser prudente en todo. De ningún modo debo hablar ni actuar imprudentemente. No debo meter las narices en las cosas. Es mejor ser cobarde que destacar”. Piensan que practicar así es perfectamente apropiado, que nadie puede señalar ningún error en ello, pero han pasado por alto el punto más crucial, que es que deben perseguir la verdad. No persiguen la verdad ni persiguen su propia entrada en la vida, y ese es su defecto fatal. Cuando cumplen con su deber, se conforman simplemente con hacer el trabajo. Para completar su trabajo, trabajan de sol a sol, y a veces están tan ocupados que ni siquiera les importa si se saltan dos comidas. Pueden sufrir de verdad y pagar un precio, pero no tienen entrada en la vida. En todo momento, están en guardia contra los demás, por miedo a cometer un error y que sean tratados. ¿Es correcto este tipo de estado? ¿Es alguien que persigue la verdad? Si la gente cumple con su deber así hasta el final, ¿podrá obtener la verdad o entrar en la realidad verdad? (No). ¿No hay muchas personas así entre vosotros? ¿No os encontráis a menudo en este mismo estado? (Sí). ¿Estáis alerta, pensando que es una mala manera de actuar, que estáis viviendo en un estado negativo? Cuando os ocurren cosas, siempre actuáis como cobardes, siempre actuáis como complacientes, siempre transigiendo, siempre tomando el camino del medio, sin ofender a nadie jamás ni meter las narices en las cosas, sin ir nunca demasiado lejos; es como si os mantuvierais en vuestra posición, ciñéndoos a vuestro deber, haciendo lo que se os pide que hagáis, sin poneros ni delante ni detrás, y siguiendo la corriente; decidme, ¿pensáis que si persistís en cumplir con vuestro deber de esta manera hasta el final podréis obtener la aprobación de Dios? ¿Sois conscientes de que este tipo de estado es bastante peligroso, que no solo seréis incapaces de obtener la perfección de Dios, sino que también es probable que ofendáis el carácter de Dios? ¿Este tipo de persona tibia persigue la verdad? ¿Es el tipo de persona que teme a Dios y rehúye el mal? Una persona que vive en este tipo de estado a menudo manifiesta los pensamientos propios de un complaciente, y no tiene un corazón temeroso de Dios. Si uno simplemente siente horror y miedo sin motivo alguno, ¿es ese un corazón temeroso de Dios? (No). Aunque se entreguen por completo a su deber, renuncien a su trabajo y a su familia, si no le dan a Dios su corazón y se guardan de Él, ¿es ese un buen estado? ¿Es ese el estado normal de entrar en la realidad verdad? ¿No es aterrador en lo que puede llegar a convertirse este estado en el futuro? Si una persona continúa en este estado, ¿puede obtener la verdad? ¿Puede obtener la vida? ¿Puede entrar en la realidad verdad? (No). ¿Sois conscientes de que vosotros mismos poseéis este mismo estado? Cuando os dais cuenta de ello, ¿pensáis para vosotros mismos: “¿Por qué siempre estoy en guardia contra Dios? ¿Por qué pienso siempre así? ¡Pensar así es tan espantoso! Es oponerse a Dios y rechazar la verdad. Ponerse en guardia contra Dios es lo mismo que resistirse a Él”? El estado de estar en guardia contra Dios es igual que ser un ladrón: no te atreves a vivir en la luz, tienes miedo de revelar tus rostros demoníacos y, al mismo tiempo, tienes miedo: “Con Dios no se juega. Él puede juzgar y castigar a la gente en todo momento y lugar. Si enfadas a Dios, en los casos leves te podará y tratará contigo, y en los graves te castigará, te enfermará o te hará sufrir. La gente no puede soportar esas cosas”. ¿Acaso la gente no tiene estos malentendidos? ¿Es este un corazón temeroso de Dios? (No). ¿No es aterrador este tipo de estado? Cuando una persona está en este estado, cuando se pone en guardia contra Dios, y siempre tiene estos pensamientos, cuando siempre tiene este tipo de actitud hacia Dios, ¿está tratando a Dios como tal? ¿Es esto creer en Dios? Cuando una persona cree en Dios de esta manera, cuando no trata a Dios como tal, ¿no es eso un problema? Como mínimo, las personas no aceptan el carácter justo de Dios ni aceptan el hecho de Su obra. Piensan: “Es cierto que Dios es misericordioso y amoroso, pero también es iracundo. Cuando la ira de Dios cae sobre una persona, es desastroso. Puede herir de muerte a la gente en cualquier momento, y destruir a quien quiera. No provoques la ira de Dios. Es cierto que Su majestad y Su ira no permiten ofensa alguna. Mantén las distancias con Él”. Si una persona tiene este tipo de actitud y estas ideas, ¿puede presentarse plena y sinceramente ante Dios? No puede. ¿No hay entonces una distancia entre ella y Dios? ¿No hay muchas cosas que los separan? (Sí). ¿Qué cosas impiden a la gente presentarse ante Dios? (Su futuro y su destino). (La fama, el beneficio y el estatus). ¿Qué más? ¿Qué cosas hacen que la gente esté harta de la verdad, que la rechace, que rechace la provisión de vida de Dios y Su salvación? Reflexiona sobre esto: ¿Qué aspectos de las personas les impiden presentarse sinceramente ante Dios y practicar la verdad, y entregar sus cuerpos y corazones a Dios para que se haga cargo de ellos y los gobierne? ¿Qué cosas hacen que la gente le tenga miedo a Dios y lo malinterprete? Las personas tienen un carácter corrupto, así como filosofías satánicas y pensamientos satánicos; son taimadas, se guardan de Dios a cada paso, desconfiando de Él y malinterpretándolo. Cuando está adulterada por todas estas cosas, ¿puede una persona confiar verdaderamente en Dios? ¿Puede aceptar las palabras de Dios como su vida? Algunas personas dicen: “Como y bebo de las palabras de Dios todos los días. Cuando leo Sus palabras y me siento conmovido por ellas, oro. Atesoro las palabras de Dios como la verdad. Las leo todos los días, y a menudo oro en silencio y canto himnos alabando a Dios”. Aunque este tipo de vida espiritual es bueno, si estas personas siguen confiando en sus propias ideas a la hora de reaccionar ante las cosas que les suceden, si no buscan la verdad en absoluto, y ninguna de las doctrinas que entienden les hace efecto, ¿qué está pasando? La gente no ama la verdad. Dicen atesorar las palabras de Dios, pero no se comparan con ellas y no las ponen en práctica. Esto es muy problemático, y es muy difícil para la gente entrar entonces en la realidad verdad. Las personas nunca comprenden la verdad ni tienen el menor conocimiento de Dios, por lo que ciertamente tienen conceptos y malentendidos acerca de Dios, y hay un muro entre ellos y Dios. ¿No tenéis todos vosotros experiencia personal de esto? Tú dices: “No quiero ponerme en guardia contra Dios, quiero confiar verdaderamente en Él, pero cuando me sucede algo, no puedo evitar ponerme en guardia contra Él. Quiero envolverme y separarme de Dios, y usar filosofías satánicas para protegerme. ¿Qué me pasa?”. Esto muestra que la gente no tiene la verdad, todavía vive según filosofías satánicas y sigue controlada por Satanás. Esa es la lamentable semejanza que tienen las personas debido a su naturaleza satánica: les resulta difícil poner en práctica la verdad. No practicar la verdad es la mayor barrera para entrar en la vida. Si este problema no se resuelve, es difícil que una persona entregue su corazón a Dios, obtenga Su obra o entre en la realidad verdad. ¿Todos vosotros habéis experimentado esto? ¿Cómo se puede resolver este asunto? Debéis reflexionar y tratar de conoceros a vosotros mismos, y ver qué cosas os impiden practicar la verdad. Es fundamental resolver este problema.
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