Solo al practicar la verdad es posible despojarse de las cadenas de un carácter corrupto (Parte 2)

¿Es la búsqueda de la verdad tan complicada o tan difícil como la búsqueda de una disciplina de erudición? En realidad no es tan difícil, solo depende de si una persona ama o no la verdad. Perseguir la verdad no es difícil en sí mismo; requiere menos esfuerzo que estudiar un campo especializado de la ciencia; es incluso más fácil que ganarse la vida. ¿Por qué? La realidad de la verdad es lo que deben vivir y poseer quienes tienen una humanidad normal. Se relaciona con la humanidad normal de las personas, por lo que no está desconectada de sus pensamientos e ideas, de todo lo que piensan, de todas las acciones y comportamientos que tienen durante su vida cotidiana ni de sus mentes. La verdad no es una teoría, ni un campo académico, ni una profesión. La verdad no está vacía. Está estrechamente relacionada con la humanidad normal: la verdad es la vida que una persona con humanidad normal debería poseer. Puede corregir todos tus defectos, tus malos hábitos y tus pensamientos negativos e incorrectos. Puede transformar tu carácter satánico, puede convertirse en tu vida, puede permitirte poseer humanidad y razón, puede normalizar tus pensamientos y tu mentalidad, puede hacer que cada parte de ti sea normal. Si la verdad se convierte en tu vida, lo que vivas y todas tus manifestaciones de humanidad serán normales. Así pues, la búsqueda y la práctica de la verdad no es algo oscuro, insondable, ni algo especialmente difícil. Ahora mismo, aunque améis un poco la verdad y estéis dispuestos a esforzaros por ser mejores, aún no habréis encontrado la senda en absoluto. El primer paso siempre es el más difícil. Mientras podáis poner en práctica la verdad y saborear su dulzura, pensaréis que perseguir la verdad es cosa fácil.

Si una persona no asume la verdad como su vida y vive siempre dentro de un carácter corrupto, ¿cómo se manifiesta eso? Cuando una persona no ha conseguido la verdad, naturalmente no tiene forma de liberarse de las restricciones y grilletes de su naturaleza satánica. Las actitudes corruptas que brotan de ella son, lógicamente, de arrogancia y soberbia, de dictarse la propia ley, de arbitrariedad e imprudencia, de mentiras y trampas, de insidia y engaños, de aferrarse al prestigio y a los intereses, de no buscar más que el beneficio, y de egoísmo y vileza. Además, en su trato con los demás, estas personas son propensas a desconfiar, juzgar y atacar al otro. Siempre hablan y actúan en función de las propias preferencias; siempre tienen intenciones y objetivos personales, y siempre tienen ideas preconcebidas sobre los demás. Siempre se vuelven negativas cuando se enfrentan a reveses o fracasos. A veces, son más que arrogantes; otras, son tan negativas que podrían enterrarse en un hoyo en el suelo. Siempre van a los extremos: si no están enseñando los colmillos y blandiendo las garras, son negativas e intentan dar lástima. Nunca son normales. Este es el estado en el que os encontráis ahora. Estáis dispuestos a sufrir y a pagar un precio, y estáis llenos de resolución y determinación, pero no tenéis la realidad verdad. Si una persona asume la realidad verdad como su vida, ¿cómo se manifestará? En primer lugar, será capaz de someterse a Dios y de vivir con semejanza humana; será una persona honesta, alguien cuyo carácter vital ha cambiado. Hay varias características del cambio del carácter vital. La primera característica es ser capaz de someterse a las cosas que son correctas y se ajustan a la verdad. No importa quién ofrezca una opinión, si es viejo o joven, si puedes llevarte bien con él o no, si lo conoces, si estás familiarizado con él, si tu relación con él es buena o mala, siempre que lo que diga sea correcto, se ajuste a la verdad y sea beneficioso para la obra de la casa de Dios, serás capaz de escucharlo, adoptarlo y aceptarlo, sin dejarte influir por otros factores. Ser capaz de aceptar y someterse a las cosas que son correctas y conformes a la verdad es la primera característica. La segunda característica es ser capaz de buscar la verdad cuando algo sucede; no se trata solo de ser capaz de aceptar la verdad, sino también de practicarla, y no manejar los asuntos según tu propia voluntad. No importa qué te suceda, serás capaz de buscar cuando no veas las cosas con claridad, y de examinar cómo manejar el asunto y cómo practicar de un modo que se ajuste a los principios verdad y satisfaga los requerimientos de Dios. La tercera característica es considerar la voluntad de Dios sin importar el asunto que enfrentes, rebelándote contra la carne para lograr la sumisión a Dios. Considerarás la voluntad de Dios sin importar el deber que estés cumpliendo, y cumplirás tu deber de acuerdo con los requerimientos de Dios. No importa cuáles sean los requerimientos que Dios tenga para este deber, actuarás de acuerdo con tales requerimientos al llevarlo a cabo y actuarás para satisfacer a Dios. Debes captar este principio, y cumplir con tu deber con responsabilidad y fidelidad. Eso es lo que significa considerar la voluntad de Dios. Si no sabes cómo considerar la voluntad de Dios o cómo satisfacer a Dios en un determinado asunto, entonces debes buscar. Debéis compararos con estas tres características del cambio de carácter, y comprobar si las poseéis o no. Si tenéis experiencia práctica y sendas de práctica en estas tres áreas, entonces manejaréis los asuntos con principios. Independientemente de lo que os suceda o del problema con el que estéis lidiando, debéis buscar siempre cuáles son los principios de práctica, qué detalles incluye cada principio verdad y cómo practicar sin vulnerar los principios. Una vez que hayáis adquirido claridad sobre estos asuntos, naturalmente sabréis cómo practicar la verdad.

Cuando todo va bien, algunas personas parecen no manifestar ningún carácter corrupto evidente, y por ello piensan que son buenas, que han cambiado y que tienen la realidad verdad. Pero cuando les sobrevienen tentaciones o asuntos importantes relacionados con los principios verdad, se revela su carácter corrupto. Caen en la negatividad y la confusión, sin saber cómo practicar lo que es correcto, acosados por las dificultades. Por ejemplo, ser una persona honesta y hablar con la verdad es practicar la verdad. Cuando intentas hablar con la verdad, ¿a qué dificultades te enfrentas? ¿Qué obstáculos encuentras? ¿Qué cosas te limitan y te atan, y te impiden hablar con sinceridad? El orgullo, el estatus, la vanidad, así como los sentimientos y las preferencias personales; todas estas cosas pueden surgir en cualquier momento, y frenan a las personas y les impiden practicar la verdad. Estas cosas son actitudes corruptas. No importa en qué situación te encuentres, las actitudes corruptas pueden hacer que tu estado se vuelva anormal y producir todo tipo de cosas negativas que te limitan y controlan en todos los sentidos, que te frenan y te dificultan la práctica de la verdad y el servicio a Dios. Todo esto te hará sentir increíblemente cansado. Por fuera, la gente aparenta ser libre, pero en realidad están fuertemente atados por sus actitudes corruptas y satánicas. No tienen ninguna libertad de elección; es extremadamente difícil para ellos dar siquiera un solo paso, y viven vidas agotadoras. A menudo, les cuesta mucho esfuerzo hablar con la verdad o hacer algo práctico. No pueden cumplir bien con su deber o ser fieles a Dios, aunque quieran, y si desean practicar la verdad o dar testimonio de Dios, será aún más difícil. ¡Qué agotador! ¿Acaso no viven en la jaula de sus actitudes corruptas y satánicas? ¿No están viviendo bajo la oscura influencia de Satanás? (Así es). Entonces, ¿cómo pueden desprenderse de ella? ¿Hay otra senda aparte de practicar la verdad y ganar la entrada en la vida? En absoluto. ¿Puede el conocimiento de la cultura tradicional salvar a las personas y liberarlas de la influencia de Satanás? ¿Y el conocimiento de la Biblia? ¿Qué tal ser capaz de razonar sobre doctrinas espirituales? No, ninguna de estas cosas puede salvar a las personas y liberarlas de la influencia de Satanás. Solo aceptando la obra de Dios y todas las verdades que Dios ha expresado se puede resolver el problema de las actitudes corruptas; solo entonces las personas pueden alcanzar una comprensión de la verdad, conseguir la verdad y liberarse de la influencia de Satanás. Si alguien se esfuerza por ser una buena persona y no hace nada malo, pero no cambia su carácter, ¿puede liberarse de la influencia de Satanás? ¿Puede una persona conseguir la verdad estudiando el Tao Te Ching, las escrituras budistas o la cultura tradicional? ¿Puede llegar a conocer a Dios? ¿Puede purificarse su carácter corrupto si se aferra a la cultura tradicional y no persigue la verdad? ¿Puede alcanzar la salvación de Dios? Las personas que lo hacen se engañan a sí mismas y no pueden resolver ninguno de sus problemas. Hay muchas personas que han creído en Dios durante muchos años, pero su fe sigue siendo confusa. No tienen interés en perseguir la verdad; se contentan con simplemente cumplir con su deber. Piensan que mientras no hagan el mal, o hagan menos mal, y mientras hagan más cosas buenas y caritativas, mientras hagan más por ayudar amorosamente a los demás, mientras nunca abandonen la iglesia ni traicionen a Dios, eso complacerá a los demás, y complacerá a Dios, y tendrán parte en el reino de Dios. ¿Se sostiene esta idea? ¿Ser una buena persona puede permitir que alguien se deshaga de su carácter corrupto? ¿Puede alcanzar la salvación de esta manera? ¿Tendrá parte en el reino? Todos vosotros podéis ver que hay muchas supuestas “buenas personas” en el mundo que hablan con palabras moralistas; aunque por fuera no parecen haber cometido ninguna gran maldad, en realidad son sumamente taimadas y poco confiables. Son muy buenos para orientarse hacia donde sopla el viento, y hablan de forma hábil y astuta. Son falsas buenas personas e hipócritas: solo fingen ser buenos. Los que caminan por el sendero del medio son las personas más insidiosas de todas. No ofenden a nadie, son hábiles y astutos, saben seguir el juego en todas las situaciones y nadie puede ver sus defectos. Son como un Satanás viviente. ¿Hay gente así entre vosotros? (Sí). ¿No creéis que vivir así es agotador? (Sí, es agotador). Entonces, ¿habéis pensado en una manera de cambiar? ¿Cómo cambiar? ¿Cómo se empieza a avanzar? (Practicando la verdad). No digáis “practicando la verdad”, “comprendiendo la verdad” o “entrando en la realidad verdad”. Esos son alardes, y están más allá del alcance del hombre, por lo que esas palabras parecen vacías. En cambio, debemos empezar por los detalles. (Siendo una persona honesta). Esa es una práctica concreta. Sé una persona honesta, o para ir un poco más al detalle: sé una persona sencilla y abierta, que no encubre nada, que no miente, que no tiene pelos en la lengua, y sé una persona directa que tiene sentido de la justicia, que puede hablar con la verdad. Las personas deben lograr esto primero. Digamos que hay una persona malvada que hace algo que perturba la obra de la iglesia, y un líder acude a ti para comprender mejor la situación. Tú sabes quién es el responsable, pero como tienes una buena relación con esa persona y no quieres ofenderla, mientes y dices que no lo sabes. El líder pide más detalles, y tú te vas por las ramas, inventando una excusa para encubrir a la persona malvada. ¿No es eso engañar? No le dijiste al líder la verdad sobre la situación, sino que la ocultaste. ¿Por qué harías eso? Porque no querías ofender a nadie. Para ti, lo primero es proteger las relaciones interpersonales y no ofender a nadie, y lo último es decir la verdad y practicar la verdad. ¿Qué es lo que te controla? Te controla tu carácter satánico, que te ha sellado la boca y te ha impedido hablar con la verdad; solo eres capaz de vivir según tu carácter satánico. ¿Qué es un carácter corrupto? Un carácter corrupto es un carácter satánico, y una persona que vive según su carácter corrupto es un Satanás viviente. Su discurso siempre conlleva tentación, siempre se anda con rodeos y nunca es directo; incluso si lo mataran a golpes, no hablaría con la verdad. Esto es lo que sucede cuando el carácter corrupto de una persona se vuelve demasiado grave; pierde completamente su humanidad y se convierte en un diablo. Muchos de vosotros preferiríais ofender y engañar a Dios para proteger vuestras relaciones con los demás, y el estatus y la reputación que tenéis con otras personas. ¿Una persona que actúa así ama la verdad? ¿Es alguien que persigue la verdad? Es alguien que engaña a Dios con los ojos bien abiertos, que no tiene ni un ápice de un corazón temeroso de Dios. Se atreve a engañar a Dios; ¡su ambición y rebeldía deben ser verdaderamente grandes! Tales personas por lo general todavía piensan que aman y temen a Dios, y a menudo dicen: “Cada vez que pienso en Dios, pienso en cuán inmenso, cuán grande y cuán insondable es. Dios ama a la humanidad, ¡Su amor es tan real!”. Puede que digas palabras bonitas, pero no desenmascararías a una persona malvada si la vieras perturbar la obra de la iglesia. Eres complaciente con la gente, solo proteges tu propio prestigio, beneficio y estatus, en lugar de proteger los intereses de la casa de Dios. Cuando conoces el verdadero estado de las cosas, no hablas con la verdad, te andas con rodeos, y proteges a la gente malvada. Si te pidieran que hablaras con la verdad, te resultaría muy difícil. Dices tantas tonterías, solo para evitar decir la verdad. Cuando hablas, das tantas vueltas, piensas tanto y vives de una manera tan agotadora, todo para proteger tu propia reputación y orgullo. ¿Le agrada a Dios la gente que actúa así? Dios detesta sobre todo a las personas taimadas. Si quieres liberarte de la influencia de Satanás y alcanzar la salvación, entonces debes aceptar la verdad. Primero debes empezar por convertirte en una persona honesta. Sé franco, di la verdad, no te dejes dominar por tus sentimientos, deja a un lado tus simulaciones y artimañas, y habla y trata los asuntos con principios: esta es una manera fácil y feliz de vivir, y podrás vivir ante Dios. Si siempre vives de acuerdo con filosofías satánicas, y siempre confías en mentiras y engaños para pasar tus días, entonces estarás viviendo bajo el poder de Satanás, y estarás viviendo en tinieblas. Si vives en el mundo de Satanás, solo te volverás cada vez más taimado. Has creído en Dios durante tantos años, has escuchado tantos sermones, pero tu carácter corrupto aún no ha sido purificado, y ahora sigues viviendo según tu carácter satánico, ¿no te sientes asqueado por eso? ¿No sientes vergüenza? No importa cuánto tiempo hayas creído en Dios, si sigues siendo como un incrédulo, entonces ¿de qué sirve que creas en Dios? ¿Puedes realmente alcanzar la salvación creyendo en Dios de esta manera? Tus objetivos en la vida no han cambiado, ni tampoco tus principios y métodos; lo único que tienes que un incrédulo no tiene es el título de “creyente”. Aunque sigas a Dios exteriormente, tu carácter de vida no ha cambiado en absoluto, y al final no alcanzarás la salvación. ¿No te estarás haciendo ilusiones en vano? ¿Creer así en Dios puede ayudarte a conseguir la verdad vida? En absoluto.

Hoy hemos hablado de las tres características del cambio de carácter. Resumid esas tres características. (La primera característica es la capacidad de aceptar y someterse a las cosas que son correctas y que se ajustan a la verdad. La segunda es la capacidad de buscar la verdad y ponerla en práctica cuando te sucede algo, y de no manejar los asuntos según tu propia voluntad. La tercera característica es la capacidad de pensar en la voluntad de Dios, de rebelarse contra la carne y lograr la sumisión a Dios, pase lo que pase). Todos vosotros deberíais contemplar estas tres características y compartirlas. Debéis compararos con ellas en vuestra vida real, y entrenaros para practicarlas y entrar en ellas; de esa manera, podréis obtener la verdad y lograr un cambio de carácter. No importa qué aspecto de la verdad se esté compartiendo, para quienes aman la verdad será fácil aceptarlo. Los que estén dispuestos a poner en práctica la verdad podrán conseguirla, y los que la consigan podrán lograr un cambio de carácter. Los que no tienen conciencia ni razón, que no aman la verdad, no pueden aceptarla ni ponerla en práctica, por lo que no podrán conseguirla. Que una persona pueda o no conseguir la verdad o lograr un cambio de carácter depende de su búsqueda personal.

16 de agosto de 2015

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