Solo hay entrada en la vida en la práctica de la verdad (Parte 1)

¿Por dónde debería empezar una persona a la hora de dar el primer paso para la entrada en la vida? ¿Qué ha de tener una persona para alcanzar la entrada en la vida? ¿Cuáles son las cosas más cruciales e importantes que debe perseguir y obtener para entrar en las realidades-verdad? ¿Habéis considerado alguna vez tales cuestiones? ¿Qué es la entrada en la vida? La entrada en la vida es un cambio en la vida diaria de una persona, en sus acciones, en su dirección de vida y en el objetivo de su búsqueda. Habiendo sido necio e ignorante en el pasado, y habiendo actuado siempre de acuerdo con los pensamientos, nociones e imaginaciones de la carne, ahora una persona puede llegar a entender que debe actuar de acuerdo con las palabras de Dios, a través de Su desenmascaramiento, riego y provisión. Además, esta persona ha experimentado una transformación como resultado de las palabras de Dios, en la vida cotidiana, respecto a sus puntos de vista y su estilo de conducta y en lo referente a su dirección y objetivos en la vida. Esta es la entrada en la vida. ¿Cuál es la base de la entrada en la vida? (Las palabras de Dios). Así es. La entrada en la vida es inseparable de las palabras de Dios y es inseparable de la verdad; cada palabra que pronuncia Dios es la verdad. ¿Qué se manifiesta en las personas que han logrado la entrada en la vida? (Son capaces de confiar en las palabras de Dios para vivir). Así es. Son capaces de confiar en las palabras de Dios para vivir. Sus acciones, discurso y pensamientos respecto a problemas, puntos de vista, posturas y perspectivas dependen de las palabras de Dios y de la verdad. Son manifestaciones de haber alcanzado la entrada en la vida. Por consiguiente, ¿con qué está conectada primordialmente la entrada en la vida? (Con las palabras de Dios). Está conectada con las palabras de Dios y la verdad. Por tanto, ¿podría ahora definirse a una persona con entrada en la vida como alguien que persigue la verdad, y a una persona que de veras persigue la verdad como alguien con entrada en la vida? (Sí). ¿Cuál es el objetivo de definir las cosas de esta manera? ¿En qué dirección deberíamos apuntar nuestra enseñanza? (En la de perseguir la verdad). Perseguir la verdad es el tema principal que quiero compartir hoy. En el momento presente, no tenéis demasiado clara la relación entre la entrada en la vida y perseguir la verdad, no os resulta muy evidente. Siempre estoy hablando sobre la entrada en la vida, transformar las actitudes de las personas y diseccionar la senda de Pablo. ¿Cuál es el tema principal en torno al cual gira todo esto? Perseguir la verdad. No importa si disecciono la senda que siguió Pablo o hablo sobre la senda hacia la perfección que siguió Pedro; da igual de lo que hable, al final, ¿qué clase de senda tengo como objetivo que siga todo el mundo? (La senda de perseguir la verdad). Cuando las personas son capaces de perseguir la verdad, de entrar en las realidades-verdad, de vivir según las palabras de Dios, de entender Sus intenciones y de hacer las cosas de acuerdo con los principios de las palabras de Dios, ¿acaso no están claros los objetivos que persiguen y las sendas que recorren? (Sí). Perseguir la verdad es un tema que a la gente le resulta imposible evitar cuando cree en Dios, busca transformar su carácter y persigue la salvación. Solo aquellos que persiguen la verdad son auténticos creyentes y pueden lograr la salvación. Algunas personas tienen pasión y están dispuestas a gastarse para Dios, pero no persiguen necesariamente la verdad. Aunque todo el mundo está dispuesto a perseguirla, algunas personas son de poco calibre, les falta capacidad de comprensión y no pueden captar la verdad. Algunos no tienen entendimiento espiritual; da igual cómo escuchen los sermones, nunca los entienden, ni tampoco las palabras de Dios cuando las leen. Siempre comprenden las cosas de manera distorsionada y tratan de aplicar preceptos. Son personas que no tienen entendimiento espiritual. Hay gente en la iglesia con entendimiento espiritual y otra que no lo tiene; la hay también de pobre calibre, que carece de capacidad de comprensión, y están aquellos de buen calibre que cuentan con una comprensión pura de las palabras de Dios; los hay que persiguen la verdad y los hay que no. Todos estos diferentes tipos de personas cuentan con estados y manifestaciones diferentes, y has de ser capaz de discernirlos entre sí con claridad.

Para empezar, hablemos del primer tipo de persona, de aquellas que no tienen entendimiento espiritual. Por ejemplo, hablamos sobre un aspecto de la verdad y, al terminar de hablar sobre este aspecto de la verdad y sobre los estados, actitudes, intenciones y manifestaciones de las personas, hay algunas que no entienden lo que se ha dicho, sobre lo que se ha hablado, que no se pueden comparar a sí mismas con ello ni saben qué relación tienen su comportamiento y manifestaciones, su carácter corrupto y su esencia-naturaleza con la verdad sobre la que se ha hablado. Además, no saben qué tiene esto que ver con las cosas que persiguen en su vida, o por qué se ha predicado este sermón; lo único que entienden de este es doctrina, e interpretan preceptos en él. Cuando alguien les pregunta qué han entendido, dicen: “Aunque se hablaron sobre muchos temas hoy, el eje principal era el mismo: si ocurre algo, ora más”. Hay otros que dicen: “Entiendo. Dios hace que la gente sea buena, que no haga cosas malas y realice muchas buenas acciones. A Dios le gusta esto”. Todavía hay otros que aseguran: “Dios le dice a la gente que debe gastarse para Él y dar mucho de sí mismos”. ¿Han entendido las palabras de Dios? (No). Todos ellos piensan que han entendido Sus palabras, pero en realidad van a tientas por la oscuridad y solo se han agarrado a una frase de ellas. Su entendimiento es demasiado unilateral y no entienden qué quiso decir Dios en absoluto. Para aquellos que no entienden las palabras de Dios, da igual cuánto diga, lo único que ven son preceptos, doctrina, una clase de teoría, de perspectiva o de dicho. En lo que respecta a ponerlo en práctica, ¿cómo lo hacen? Por ejemplo, cuando hablamos sobre la verdad de someterse a Dios, tras escuchar, afirman: “Haré cualquier cosa que me pida Dios. Esto es lo que significa escuchar Sus palabras y someterse a Él”. ¿Acaso no es demasiado simplista? Esto es lo único que pueden entender. No entienden qué manera de practicar las palabras de Dios es la auténtica sumisión a Él, cómo buscar Sus intenciones y alcanzar la sumisión a Él, cómo seguir la guía del Espíritu Santo y cómo practicar la verdad de acuerdo con las palabras de Dios, ni mucho menos cómo colocarse a Su lado y proteger la obra de la iglesia. Mientras más tenga algo que ver con las verdades que son clave para someterse a Dios, más incapaces son de captarlo. Lo único que saben hacer es seguir preceptos. Esto es lo que significa no tener entendimiento espiritual. Además de seguir preceptos y quedarse atascada en la rutina de su propio pensamiento, la gente que no tiene entendimiento espiritual es impermeable a la razón. ¿Cuál es la principal expresión de la gente que no tiene entendimiento espiritual? (Seguir preceptos). Así es. A menudo adoptan una frase o un acontecimiento y lo designan como precepto o un modo a seguir. ¿Tratan entonces estas personas la verdad de la misma manera? (Sí). Aquellos que no tienen entendimiento espiritual recuerdan un aspecto de las manifestaciones de la verdad que has compartido hoy; designan esas palabras y comportamientos como preceptos que se deben practicar, y recuerdan sin falta cada uno de ellos. Luego, la próxima vez, al encontrarse en una situación diferente, si nadie comparte, aplicarán esos métodos y preceptos anteriores indiscriminadamente, y los pondrán en práctica. Esta es una manifestación concreta de las personas que no tienen entendimiento espiritual. ¿Cómo se sienten tales personas cuando siguen preceptos? (Cansadas). No se sienten cansadas; si fuera así, pararían. Les parece que practican la verdad; no sienten que sigan una serie de preceptos ni que no tengan entendimiento espiritual. Menos aún sienten que no han entendido la verdad o que carecen de comprensión de lo que son los principios-verdad. Al contrario, creen que han entendido el lado práctico de la verdad, además de los principios de este aspecto de ella. Al mismo tiempo, creen que han entendido las intenciones de Dios y que, si pueden actuar conforme a sus preceptos, habrán entrado en este aspecto de la realidad-verdad, satisfecho las intenciones de Dios y puesto la verdad en práctica. ¿Acaso no es esto lo que piensan aquellos que no tienen entendimiento espiritual? (Sí). ¿Esta manera de pensar concuerda con los estándares que requiere Dios? ¿Practicar siguiendo preceptos es en realidad una manifestación de perseguir la verdad? (No). ¿Por qué no? (Porque cuando sucede algo no buscan la verdad y no dedican esfuerzo a contemplar el asunto; se limitan a aferrarse tercamente a la manera en la que han hecho siempre las cosas). Así actúan el tipo de personas que no tienen entendimiento espiritual; se aferran tercas a viejas costumbres, son holgazanas, no buscan la verdad cuando algo sucede ni piensan sobre las cosas ni tampoco investigan. Además, aunque investiguen, ¿son capaces de entender lo que significa? (No). ¿Por qué no? (Porque no tienen entendimiento espiritual). Correcto. En resumen, las personas como estas no tienen entendimiento espiritual y nunca entenderán la verdad.

En realidad, en el fondo, la gente que no tiene entendimiento espiritual está dispuesta a perseguir la verdad, pero lo plantean de la manera equivocada. Para ser precisos, confían principalmente en seguir preceptos, no salirse de lo establecido y atenerse a la doctrina, o en aplicar las maneras de hacer las cosas de los demás e imitar sus palabras. ¿Cuál es entonces la esencia de esta clase de persona? ¿Por qué consideran el seguir los preceptos como practicar la verdad, y piensan que practicarla así es perseguir la verdad? ¿Por qué se da este problema? Existe una raíz, ¿sois capaces de verla? (Tratan sus puntos de vista, nociones y figuraciones como la verdad. No entienden las palabras de Dios y no han captado de veras Sus intenciones). Esto es parte de ello. ¿Qué más? (Son arrogantes y sentenciosos, y cuando sucede algo no buscan la verdad. Tratan las cosas que piensan que son correctas como la verdad). Así son algunas personas que no tienen entendimiento espiritual, pero esta no es la raíz del problema. ¿Qué hizo que personas así se manifestaran de esta manera? Aquellos que no tienen entendimiento espiritual y a los que les gusta seguir los preceptos escuchan sermones con mucha atención, sobre todo cuando conciernen a su práctica. Por ejemplo, cómo cumplir su deber y cómo hacer bien lo que deben. Prestan atención, pero el problema principal es que no pueden hacer comparaciones entre su estado y lo que oyen en el sermón. Por ejemplo, si este habla sobre la rebeldía de las personas, después de escucharlo, piensan: “¿Rebelde? ¡Yo no lo soy! Si a las personas no se les permite ser rebeldes, entonces, si me encuentro con una situación como esta en el futuro, no debería alzar la voz. Solo debería sobrellevarlo e interpretar el tono y las expresiones de las personas. Me fijaré en lo que dice la gente a mi alrededor y en cómo hacen las cosas y seguiré el ejemplo. Entonces no seré rebelde, ¿verdad?”. Después de escuchar un sermón, las conclusiones que sacan son apenas un compendio de su propia lógica y sus métodos de práctica. No tienen respuesta a todos los estados que se exponen en el sermón, y no pueden establecer comparaciones consigo mismos. Su mente está atolondrada. ¿Qué quiero decir con “atolondrada”? No saben de qué habla en realidad el sermón. Por dentro piensan: “¿Sobre qué se está hablando? ¿Por qué no se dice de manera más sencilla? Hoy se habla sobre este asunto y mañana será otro”. Desde su perspectiva, practicar la verdad es fácil: haced solo lo que se os pide. En lo que se refiere a todos los estados y actitudes corruptas que se ponen al descubierto en el sermón, no pueden compararse con ellos. Se muestran imprecisos y se quedan en blanco cuando se trata de qué pensamientos, ideas y diversas actitudes corruptas revelan las personas en cada tipo de circunstancia durante el proceso de entrada en la vida. No pueden distinguir los detalles ni establecer comparaciones consigo mismos. ¿Cómo se sienten las personas que no pueden realizar comparaciones consigo mismas después de escuchar la verdad? (Piensan que se refiere a otras personas y que no tiene nada que ver con ellas). Eso es. Esta es la característica principal, no pueden hacer comparaciones consigo mismas. Cuando ven palabras que desenmascaran los estados corruptos de la gente, creen que solo se refieren a otros. Son capaces de admitirlo cuando los problemas promedio y comunes que tienen las personas se ponen al descubierto, pero, en cuanto a las palabras que se refieren a las actitudes corruptas o a la esencia de las personas, rotundamente no las aceptan; no lo admitirán bajo ninguna circunstancia, es como si admitirlo significara que estuvieran condenados. Este es el problema que tienen en común todas las personas que no tienen entendimiento espiritual. Cuando se enfrentan a que Dios desenmascare todo tipo de estados y manifestaciones de las personas, y todas las maneras en que se revela su esencia-naturaleza, ni aceptan nada de eso ni se comparan con ello, ni tampoco reflexionan. En cambio, a menudo toman estas palabras y estos problemas y los proyectan en otras personas, creen que no tienen nada que ver con ellos. No solo es que la gente como esta no acepte la verdad, sino que no cuentan con procesos normales de pensamiento, sus palabras son evasivas y dan rodeos, y no te responden a la pregunta que les has hecho. Por ejemplo, si les preguntas si han comido ya, dicen que no quieren agua; si les preguntas si tienen sueño, contestan que no tienen sed. Se hallan a menudo en esta clase de estado atolondrado y en un marco mental embrollado. Así es como se manifiestan las personas que no tienen entendimiento espiritual. Hay personas que no tienen entendimiento espiritual en todas las iglesias. Aunque tienen problemas en común, existen también sutiles diferencias. ¿Hay algunas personas que carecen por completo de entendimiento espiritual? (Sí). Aquellos que llevan menos de tres años creyendo en Dios son muy difusos en asuntos como creer en Dios, la entrada en la vida, perseguir la verdad, perseguir la transformación de sus actitudes y ser perfeccionados. Solo confían en la pasión para llevar a cabo su deber, hacer esto o aquello por Dios, y se encuentran en la etapa de dedicar esfuerzo y contribuir con mano de obra. No entienden los asuntos relacionados con la entrada en la vida ni tienen en absoluto concepto alguno de la entrada en la vida y de perseguir la verdad. Solo les gusta hacer cosas que son visibles desde fuera, y apoyarse en su pasión para hacerlo. Son personas que carecen por completo de entendimiento espiritual. ¿Puede aquel que en esta etapa carece por completo de entendimiento espiritual categorizarse como alguien que no persigue la verdad? (No). No lleva el tiempo suficiente creyendo en Dios, así que todavía no se le puede etiquetar. Dado que sigue aún en una etapa apasionada, no entiende nada sobre los objetivos del plan de gestión de Dios, la senda de las personas hacia la salvación o las diferentes sendas que sigue cada tipo de persona, así que su falta de entendimiento espiritual es perdonable; es algo normal. Sin embargo, respecto a aquellos que ya han entendido qué es la entrada en la vida y ya han empezado a familiarizarse con todas las verdades relativas a la entrada en la vida y la transformación de las actitudes, ¿hay algunos entre ellos que carezcan por completo de entendimiento espiritual? (Sí). Siguen existiendo. Aunque alguien que carezca por completo de entendimiento espiritual esté dispuesto de corazón a perseguir la verdad, no es capaz de lograrlo, por lo que se puede decir con certeza que en ningún caso las personas que carecen por completo de entendimiento espiritual son personas que persiguen la verdad, y sus manifestaciones no serán en absoluto las de alguien que persigue la verdad.

¿De qué maneras diferentes se manifiestan las personas que poseen entendimiento espiritual y aquellas que no lo tienen? Las que no tienen entendimiento espiritual no son conscientes e ignoran fundamentalmente las verdades sobre las que Dios ha hablado, además de los estados, el contexto e indicaciones de Sus palabras, y no pueden compararse a sí mismas con ello. Aquellos que tienen entendimiento espiritual son justo lo contrario. Por ejemplo, Si hablo sobre la rebeldía de las personas y que en ella hay intransigencia, egoísmo y terca necedad, así como malentendidos sobre Dios y resistencia y oposición contra Él, cuando hablo sobre estados relativos a este tema, no importa si doy un ejemplo, hablo sobre un aspecto de la verdad, toco un estado que existe en tu corazón o hablo sobre temas relativos a los principios-verdad; si de veras entiendes lo que oyes, entonces eres una persona con entendimiento espiritual. Si entiendes lo que oyes y eres capaz de ponerlo en práctica, eres alguien que practica la verdad. Cuando las personas que tienen entendimiento espiritual oyen las palabras de Dios, son capaces de una comprensión pura, e incluso pueden entender la verdad. No importa de lo que hable Dios, son capaces de mantener el ritmo y de establecer comparaciones entre su estado y las palabras de Dios, y pueden encontrar una senda para practicar. Esta es la manifestación de tener entendimiento espiritual. Después de que las personas que tienen entendimiento espiritual lean las palabras de Dios, su corazón resplandece y obtienen algo de ello. Su espíritu es particularmente libre, y sienten que hay una senda que pueden seguir. Por tanto, cada vez que escuchan un sermón ganan algo de este y, cada vez que leen las palabras de Dios, salen enriquecidos. Así es como se manifiesta el entendimiento espiritual. No importa lo que comparta Dios, después de que aquellos que tengan entendimiento espiritual lo oigan, las imágenes aflorarán en su mente y, cuando Dios desenmascara los estados de las personas, pueden realizar comparaciones. Cuando Él habla acerca de malentendidos sobre Dios, ellos lo aplican a su estado y se dan cuenta de que: “Esta exigencia mía y estas figuraciones que tengo son en realidad malentendidos sobre Dios”. Han hecho la conexión. Cuando Él habla sobre la resistencia y oposición hacia Dios, si tienen estas mismas emociones, viven en los mismos estados y albergan en su interior estas actitudes y esencias, pueden establecer una comparación entre ellos. ¿Qué clase de cosas pueden usar para hacer comparaciones? Pensamientos, ideas o las acciones y comportamientos que exhiben; todo ello se puede usar para establecer comparaciones. Cuando las personas entienden lo que dice Dios y de qué habla exactamente, y saben qué comportamiento, revelaciones, manifestaciones, estados y esencias de los que poseen coinciden con los estados que Dios ha puesto al descubierto y de los que se habla en los sermones, entonces han manifestado entendimiento espiritual. ¿Podéis distinguir si tenéis o no entendimiento espiritual? (A veces sí y otras no). Esto se puede remediar, pero, si no tienes ninguno en absoluto, entonces eso augura problemas. Si sabes de qué hablan las palabras de Dios la mayor parte del tiempo, aunque no puedas establecer comparaciones contigo mismo, pero sabes que tienes estados de esa clase, o los has percibido en otros, y conoces este aspecto de la verdad y cómo deberías entrar en ella, entonces ya cuenta como tener entendimiento espiritual. Sin embargo, ¿es esta clase de persona capaz de manifestar entendimiento espiritual cada vez que oye un sermón? No, a veces tiene entendimiento espiritual y a veces no. Porque la entrada en la vida afecta a muchos aspectos de la verdad. Hay algunas verdades que entiendes y en las que has entrado, y otras que no entiendes y en las que no has entrado. Hay algunas verdades que no te has encontrado en absoluto y de las que ni siquiera has oído hablar. Ahora la has oído, si bien es complicado saber si eres capaz de comprenderla o no, e incluso puede que tengas nociones o malentendidos al respecto. Sin embargo, esto es normal. Si hay algunos aspectos de la verdad que entiendes, entonces estos son aspectos en los cuales tienes entendimiento espiritual; si hay algunos aspectos de la verdad que no entiendes, entonces estos son aspectos en los que no tienes entendimiento espiritual; si hay algunos aspectos de la verdad de los que nunca has oído hablar y que siguen resultando bastante ajenos, o sobre los que incluso tienes nociones, entonces se trata de aspectos en los que tu carencia de entendimiento espiritual es incluso mayor. Has de pasar por un periodo de experiencia hasta que comprendas la verdad antes de lograr el entendimiento espiritual en esos aspectos. Por ejemplo, algunas personas tienen malentendidos sobre Dios, pero todavía piensan: “No he malinterpretado a Dios; nunca lo he hecho. ¡Mi amor por Él no podría ser más grande! ¿Cómo iba entonces a malinterpretarlo?”. Estas son las palabras que dicen aquellos que no tienen entendimiento espiritual. Si dices: “La gente suele malinterpretar a Dios, pero no pueden controlarlo; los malentendidos afloran en cualquier momento y lugar. Sin embargo, de momento, parezco no ser consciente de ningún aspecto en el que haya malinterpretado a Dios o haya estado en contradicción con Él. Necesito examinar las cosas con lupa, tener experiencias y orar a Dios y pedirle que instrumente situaciones para revelarme estas cosas”. Es lo ideal. Es el deseo que debes tener en mente: te debes seguir esforzando por mejorar. Si alguien dice: “Nunca he malinterpretado a Dios. Se está refiriendo a otras personas”, el hecho de que puedan decir algo tan absurdo muestra que no tienen entendimiento espiritual. ¿Qué actitudes revelan primordialmente aquellos que no tienen entendimiento espiritual? Arrogancia y una terca necedad. ¿Qué es la terca necedad? Significa que eres tan necio como terco. ¿Cómo se manifiesta en términos concretos? (No son conscientes de las actitudes corruptas que todos los demás son capaces de ver, y piensan que ellos no las tienen. Son también especialmente sentenciosos y creen que están por completo en lo cierto). No solo piensan que no tienen este aspecto de la corrupción, también piensan que les va bien. Su carácter arrogante los controla por dentro, y piensan que nunca harían algo así. Da igual lo que digan los demás, mientras ellos no se hayan dado cuenta, ni hayan visto ni experimentado algo, creen que no hace falta reflexionar, entender ni aceptarlo. Esta es la terca necedad. ¿Cuál es otra manera de describirla? Es cuando eres impermeable a la razón. ¿Existen otros términos? (Estupidez). Sí, la terca necedad está ampliamente conectada con la estupidez; ambas son necias y tercas. Por ejemplo, otros dicen: “Deberías tener cuidado. Beber agua fría todo el tiempo puede ralentizar la digestión y darte dolor de estómago”. Y responden: “Mi cuerpo tiene una salud excelente. No me pasa nada malo. Te preocupas por nada”. ¿No es esto terca necedad? (Sí). Parecen muy tercos y necios porque, a pesar de no haber experimentado algo, son muy sentenciosos. ¿Por qué digo que son tercos y necios? Porque carecen de experiencia y, sin embargo, se atreven a contradecir lo que dice alguien que sí la tiene. No confirman la exactitud de esas palabras ni extraen ninguna lección de ellas, sino que creen que tienen mucha razón y no aceptan lo que dicen los demás. Esto es terco y necio, además de arrogante y sentencioso. En su entrada en la vida, Pedro fue capaz de aprender de los fracasos de los demás. ¿Qué dicen las palabras de Dios? (Dios dice que Pedro “asimiló lo que fue bueno de los tiempos pasados y rechazó lo que fue malo” [La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo conocer la realidad]). Los tercos y necios no son siquiera capaces de aceptar las cosas que suceden justo delante de sus ojos ni aprenden de ellas. La gente considera que esto es ser estúpido, pero en realidad se trata de un problema de carácter, es una consecuencia de un carácter arrogante.

Volvamos al tema de cómo se manifiestan aquellos que tienen entendimiento espiritual y cómo se manifiestan los que no lo tienen. ¿Cuál acabo de decir que era la manera principal en la que se manifiestan aquellos que tienen entendimiento espiritual? Decidme. (Aquellos que tienen entendimiento espiritual son capaces de entender qué estados humanos son desenmascarados por las palabras de Dios, y establecen comparaciones con sus propios pensamientos, ideas, acciones y conductas en su vida cotidiana. Entienden lo que dice Dios). Has tocado la mayoría de los puntos principales. Cuando las personas que tienen entendimiento espiritual leen las palabras reveladoras de Dios, son capaces de establecer comparaciones consigo mismas y saben a qué verdades se refieren las palabras de Dios, en qué deben entrar las personas, qué actitudes humanas son desenmascaradas por Sus palabras y qué estados y manifestaciones humanas dejan estas en evidencia. Son capaces de compararse a sí mismos con todas estas cosas y ser conscientes de ellas. De este modo se manifiesta el entendimiento espiritual. Antes, cuando hablé sobre cómo se manifiestan las personas que tienen entendimiento espiritual, formulamos una pregunta, que era si tienen entendimiento espiritual en todos los asuntos. ¿Lo tienen? (No. En algunos asuntos son capaces de compararse con los estados desenmascarados por las palabras de Dios y, por tanto, manifiestan entendimiento espiritual; mientras que en asuntos que todavía no han experimentado son incapaces de establecer comparaciones consigo mismas, así que no tienen entendimiento espiritual). Si todavía no han experimentado algo y no son capaces de establecer comparaciones consigo mismas, entonces no tienen entendimiento espiritual. ¿Y si hay cosas que han experimentado, pero no entienden las verdades que contienen y por tanto no las aceptan o no las reconocen como la verdad? ¿Cuenta eso como entendimiento espiritual? (No). Eso tampoco es tener entendimiento espiritual. ¿Y si no entienden que lo que oyen es la verdad? ¿Cuenta eso como tener entendimiento espiritual? (No). ¿Alguno de vosotros os manifestáis de estas formas? Por ejemplo, en lo que respecta a verdades relativas a la sumisión, hay quien dice: “Hemos de ser sumisos en este asunto. Las personas no tienen nada sobre lo que jactarse, y es su deber y su obligación ser sumisas”. Tras oír esto, piensas para tus adentros: “¿Qué clase de verdad es esta? ¿También hay que ser sumiso en este tema? Según yo lo veo, ¡aquí no hace falta ser sumiso!”. ¿Acaso no te falta entendimiento espiritual en tal asunto? (Sí). En realidad, esto no tiene nada que ver con lo profundas o lo superficiales que sean tus experiencias; es puramente una cuestión de si tienes o no entendimiento espiritual. Pondré un ejemplo. Cuando se le puso a prueba, ¿qué dijo Job? (“Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” [Job 1:21]).* Una vez que la gente le oye decir esto, ¿es capaz de entender la verdad que contiene? (No). Por tanto, ¿tienen entendimiento espiritual en este asunto? (No). No. Cualquier persona es capaz de experimentar los dos asuntos de que Dios dé y Dios quite, ¿verdad? (Sí). Ya los has experimentado, pero no entiendes la verdad que contienen, por tanto, ¿tienes entendimiento espiritual sobre estos asuntos? (No). No lo tienes. ¿Qué verdad contienen las palabras que dijo Job? (Que Dios es soberano y gobierna sobre todas las cosas). Dios es soberano sobre todos los asuntos y todas las cosas, y en Él reside la decisión de dar o de quitar. Entonces, ¿qué deberían practicar las personas? (La sumisión). Correcto. Deberían someterse, aceptar y elogiar la soberanía de Dios. Cuando entienden estas palabras y la verdad que ellas contienen, entonces tienen entendimiento espiritual acerca de este asunto. Si la gente no entiende la verdad contenida en estas palabras, es que no tienen entendimiento espiritual sobre ello. En este momento, ¿tenéis entendimiento espiritual de las palabras de Job? (No). Si lo que comprendes es doctrina, dices: “Job tuvo una buena experiencia. Dios dijo que Job era una persona justa, así que no cabe duda de que todo lo que hizo fue conforme a la verdad y pudo satisfacer las intenciones de Dios”. Entiendes la doctrina. Por tanto, ¿cuándo se convertirá esta doctrina en tu realidad-verdad? (Cuando Dios instrumente de veras las circunstancias en las que se me quitan cosas, y sea capaz de agradecérselo y alabarlo, someterme a Él y no quejarme, y de ahí en adelante practicar este aspecto de la verdad). Eres capaz de practicarlo, pero ¿consiste tu práctica en seguir preceptos y copiar a los demás, o en un verdadero entendimiento de la soberanía de Dios en lo profundo de tu corazón? Aquí radica una diferencia, ¿no es así? ¿Cuál consiste en entrar en la realidad-verdad? Hay muchas personas que, al ver el ejemplo que dio Job, son capaces de decir las mismas cosas que dijo este, pero, al hacerlo, ¿se limitan a copiarle o es que sus palabras, como las de Job, se pronuncian tras varias décadas de experiencia, una vez conscientes de la verdad y del hecho de que Dios es soberano sobre el género humano? ¿Cuál de estas es la realidad-verdad? (La que proviene de la experiencia es la realidad). Solo aquello que sientes y entiendes mediante la experiencia es la realidad-verdad; copiar cosas que dicen los demás no es la realidad. La frase que dijo Job contenía en ella un aspecto de realidad, pero, cuando la gente dice la misma frase copiando sus palabras, se convierte en una consigna que usan para revestirse y disfrazarse de personas espirituales. Estas personas son fraudes religiosos. Algunos a los que eligen para convertirse en líderes en la iglesia y que cuentan con responsabilidad y estatus hablan a menudo con los hermanos y hermanas acerca de estas palabras que dijo Job: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová”.* ¿Cómo se siente la gente que escucha? Sienten que: “Estas palabras provienen de Dios. Surgieron a partir del esclarecimiento del Espíritu Santo y de la guía de Dios. Son extremadamente prácticas”. Menos de un año después, se relega a esos líderes por no hacer obra real, por demorar la entrada en la vida de los escogidos de Dios y retrasar el progreso de la obra de la iglesia, y después se vuelven negativos y se quejan. La gente así dice las mismas palabras que Job, pero no han experimentado lo mismo que él ni poseen un entendimiento, una experiencia o una comprensión profundos de estas palabras. Por tanto, cuando hablan, ¿copian o son sinceros? (Copian). En cuanto a lo que piensan en el fondo, cuando hablan, sus palabras incluyen sentimientos personales, y son sinceras. Albergan un deseo, que es que, cuando Dios les conceda cosas, siempre puedan alabarlo y agradecerle las bendiciones y dones que les ha concedido, y que, cuando Dios se las quite, no se quejen de ningún modo, sino que sean capaces de alabar a Dios como lo hizo Job y agradecerle Su guía y soberanía. Sin embargo, esto no es más que un deseo, no es algo que hayan experimentado aún. Cuando su posición y su título han desaparecido y son solo creyentes normales, ¿predican con el ejemplo? (No). No puedo asegurar que no prediquen con el ejemplo en absoluto, pues eso depende del tipo de persona que sean. Los que persiguen la verdad se sirven de estas palabras para evaluar su propio comportamiento, las usan como guía para su experiencia y son capaces de establecer comparaciones consigo mismos, y encuentran una senda de práctica en ellas. No se alteran demasiado ni se vuelven muy negativos, y pueden cumplir su deber con normalidad. Por el contrario, la gente que no persigue la verdad y que en su lugar repite consignas se halla en problemas; se manifiestan de manera diferente. ¿Cuáles son las maneras más obvias en las que habéis visto que se revelen las personas de este tipo? (Después de que los releguen, algunos líderes no tratan de conocerse a sí mismos ni se someten. Creen que relegarlos fue injusto y se vuelven negativos y se quejan. La siguiente vez que hay una elección se esfuerzan por recuperar el poder, y al final se convierten en un anticristo y se les expulsa). Este es el caso más grave. ¿Qué otras manifestaciones se dan? (Algunos se limitan a trabajar en un empleo normal después de que los releguen, y no cumplen un deber). ¿Qué clase de persona es esta? ¿Por qué antes alardeaban y repetían consignas? Repetían estas cosas para que los demás los oyeran, y usaron estas consignas, doctrina y palabras agradables para adornarse, ganarse a la gente y hacer que los adoraran. Ese era su objetivo. ¿Qué otras manifestaciones hay? (Antes de que los releguen, algunos líderes y obreros dan la impresión aparente de perseguir con ahínco y dicen: “Jehová dio y Jehová quitó”,* pero, tras relegarlos, son negativos y no pueden recomponerse, e incluso arremeten y se enfadan con la gente, creen que todo lo que se gastaron y dieron de sí mismos con anterioridad fue en vano, como si la casa de Dios les debiera algo). La gente que dice estas cosas y actúa de tal modo tiene un grave problema. Para empezar, uno debe discernir la naturaleza de que digan estas cosas. No persiguen la verdad; copian las palabras de Job, se fabrican una preciosa corona para su cabeza y se hacen pasar por personas espirituales para alardear y desorientar a la gente. ¿Acaso no es esta una manifestación de jugar con la verdad y de blasfemar contra Dios? Decidme, ¿qué tipo de personas, cuando pierden su fama, ganancia y estatus, reaccionan de manera especialmente fuerte, se meten de lleno en la negatividad, dejan de llevar a cabo su deber, empeoran una situación que ya era mala al considerarse a sí mismos una causa perdida, e incluso dejan de creer? (Aquellos de pobre humanidad y las personas malvadas). Eso es. Los de pobre humanidad y las personas malvadas sin duda no son personas que persiguen la verdad, pero, si aquellos con buena humanidad no persiguen la verdad, ¿se manifestarán también de esa manera? Lo harán, sin duda. Aparte de que las personas malvadas se manifiesten de esta manera, hay otra situación conectada directamente con lo que persigue la gente y la senda que recorren. Aunque en apariencia parezca que las personas que no aman la verdad poseen algo de humanidad, nada bueno saldrá de ahí, y todas tienen esencias malvadas, son capaces de vulnerar la verdad y resistirse a Dios y, si tienen estatus, son capaces de hacer el mal. Hay otro problema más grave, y es que las personas así son especialmente proclives a perseguir el estatus. Si no se les permite tener estatus ni ser líderes, es como si les hubieran quitado la vida. ¿Son capaces de aceptarlo? Cuando tienen estatus, por mucho que sufran o maltrato que soporten, están dispuestas. Sin embargo, uno no puede decir que sean personas que persigan la verdad solo porque estén dispuestas o porque aguantan un sufrimiento y pagan un precio. Eso estaría mal. Lo que persiguen es la fama, la ganancia y el estatus; lo que persiguen son los beneficios del estatus. ¿En qué se asemeja esto a Pablo? (Pablo perseguía una corona). Eso es cierto. Perseguía una corona, la de la justicia. Esto es lo que persiguen las personas como Pablo; tratan la búsqueda de una corona como una búsqueda apropiada, como la de la verdad. Después de esto, ¿tendréis algo de discernimiento respecto a la gente de esta clase? (Sí). Supongamos que alguien arremete contra la gente y se enfada con ella después de que lo releguen y de perder su estatus, y no presta ninguna atención a los hermanos y hermanas que ve ni habla con ellos y, cuando se le pide que difunda el evangelio, dice: “No voy a difundir el evangelio. ¡No voy a prestarte servicio! Piensas en mí cuando me necesitas, pero me apartas de una patada y me relegas cuando no. ¡No soy tan estúpido!”. ¿Qué clase de palabras son estas? ¿Son fáciles de discernir? ¿Cómo va a ser un creyente? No es ningún tipo de verdadero creyente ni de buena persona. ¿Qué tipo de personas tienen una reacción más fuerte después de que las releguen? (Las que persiguen la fama, la ganancia y el estatus). Acabáis de decir ahora que las personas de este tipo tienen una pobre humanidad o que no persiguen la verdad ni la entrada en la vida. ¿Guarda esto relación con la esencia de este problema? (No). Lo que decís parece tener cierto sentido, pero no está conectado con la esencia de este problema. No es la esencia de este problema. Acabáis de decir que la razón por la que algunas personas se quejan y se dan por vencidas después de que las releguen es porque su humanidad es pobre. ¿Por qué digo que esto es doctrina? Porque ciertas personas tienen una humanidad bastante buena y se entregan y se gastan con sinceridad, es solo que no persiguen la verdad y siempre persiguen la reputación y el estatus. En consecuencia, cuando al final las relegan, reaccionan de un modo muy fuerte. Esto demuestra que las maneras en las que se manifiestan no son simplemente problemas de pobre humanidad, sino de su carácter; ¡su carácter está muy gravemente corrupto! Algunos lo resumen en una frase y dicen: “Esta persona no persigue la verdad. Esa es la razón”. Se trata de una afirmación demasiado amplia. Hay muchas maneras en las que se puede manifestar el hecho de no perseguir la verdad, ejemplo de ello es quejarse, no cumplir tu deber de manera leal, etcétera. No se pueden explicar todos los problemas solo con la frase “no persiguen la verdad”. Es demasiado general y no es concreta. Es una explicación que se basa en la doctrina.

Ahora voy a hablar sobre cómo se manifiesta la carencia de entendimiento espiritual. ¿Qué actitud adoptan hacia la verdad aquellos que no tienen entendimiento espiritual? ¿Cómo abordan su propio estado, sus manifestaciones y la corrupción que revelan? ¿Son capaces de poseer las manifestaciones de una persona que persigue la verdad? (No). ¿Cuál es el mayor problema que se da aquí? (No entienden qué manifestaciones o estados humanos dejan en evidencia las palabras de Dios, y son incapaces de usar estas cosas para establecer comparaciones consigo mismos). Lo principal es que no pueden establecer comparaciones consigo mismos. ¿Se puede decir que entienden la verdad si no son capaces de establecer comparaciones consigo mismos? (No). Cuando tú hablas de una cosa, ellos siempre dicen algo completamente opuesto; siempre están en tu contra y debaten contigo. No hay un enfoque común en el problema que debates con ellos, y no es el mismo asunto, pero aun así se sienten bastante justificados. Así es como se manifiestan aquellos que no tienen entendimiento espiritual. Los que no tienen entendimiento espiritual no pueden entender la verdad. ¿Son capaces de perseguir la verdad? (No). Esto es problemático. Si no son capaces de perseguir la verdad, ¿pueden entonces tener entrada en la vida? (No). Es imposible que aquellos que no persiguen la verdad tengan entrada en la vida; eso es incuestionable. Si una persona ha creído en Dios durante varios años, pero no entiende la verdad en absoluto, ¿es alguien que persiga la verdad? Desde luego que no lo es. Hay quienes dicen: “Eso no es siempre así. Aunque algunas personas no entienden la verdad, son muy apasionadas y renuncian a todo para gastarse para Dios. ¿Cómo no van a ser alguien que persigue la verdad?”. ¿Es correcto este punto de vista? A la hora de evaluar si una persona persigue la verdad, uno no puede solo fijarse en si renuncia a todo para gastarse para Dios. Lo principal en lo que hay que fijarse es a qué le da importancia su corazón. Si es a practicar la verdad, entrar en ella y ganarla, y es eficaz en su entrada en la vida, entonces se trata de alguien que persigue la verdad. Si renuncia y se gasta para obtener una corona y una recompensa, y ha renunciado y se ha gastado durante muchos años, ha sufrido mucho, pero no ha sido capaz de entender la verdad o de entrar en la realidad ni de entender a Dios, entonces, ¿de veras su renuncia y su gasto es la búsqueda de la verdad? Queda patente que no es alguien que persigue la verdad, dado que su renuncia y su gasto no han causado que entienda la verdad o entre en las realidades-verdad. Por tanto, el hecho de que renuncie y se gaste no significa que persiga la verdad. La gente así es como Pablo. Pablo se pasó media vida predicando y obrando para el Señor, pero no ganó la verdad ni tampoco se ganó al Señor. Por tanto, ¿puedes decir que Pablo fue alguien que perseguía la verdad? En lo que respecta a si una persona persigue la verdad, es crucial que uno se fije en si tanto el objetivo que persigue como su intención le dan importancia a ganar la verdad. Si de veras le da importancia a dedicar esfuerzo a la verdad y se ha mostrado eficaz en cosas como practicar la verdad y entrar en la realidad, solo entonces se trata de alguien que persigue la verdad. Todo el que de veras persigue la verdad es capaz de practicarla, y solo aquellos que practican la verdad son los que cuentan con entrada en la vida. Si alguien dice ser una persona que persigue la verdad, pero no la practica, ¿diríais que esa persona tiene entrada en la vida? Desde luego que no. ¿Cómo puede alguien que no practica la verdad tener entrada en la vida? Es del todo imposible. Si cree que es alguien que persigue la verdad y tiene entrada en la vida, deberías preguntarle: “¿Cuál es la prueba de tu entrada en la vida?”. No basta con fiarse de su palabra. Si no hay pruebas, lo que dice no se sostiene. Si dices que eres alguien que persigue la verdad, ¿cuántas verdades entiendes? ¿Cuántas verdades has puesto en práctica? ¿En qué aspectos de las realidades-verdad has entrado? ¿Puedes hablar sobre tu testimonio vivencial? Si no puedes, estás engañando y desorientando a la gente al decir que eres una persona que persigue la verdad. ¿Por qué digo que Pablo no era alguien que persiguiera la verdad? Porque las cartas que escribió no contenían ningún testimonio en absoluto de experiencia vivencial: no era capaz de hablar sobre un verdadero entendimiento de Dios, ni mucho menos de amor o de sumisión al Señor Jesús. Ni siquiera contaba con un entendimiento de su propio carácter corrupto. Solo decía que era el peor de los pecadores. Lo decía partiendo del hecho de que lo castigaron por resistirse al Señor Jesús. Al decir que era el peor pecador, simplemente admitió el hecho de que había pecado al resistirse fanáticamente al Señor Jesús. ¿Significa esto que entendió de veras su propio carácter y esencia corruptos? (No). Por eso digo que, en lo que respecta a qué constituye perseguir la verdad, y a qué clase de persona tiene entrada en la vida, se debe determinar en función de si entiende la verdad y la practica, en lugar de simplemente según lo que dice ella. ¿Entendéis lo que digo ahora? ¿Por qué estamos compartiendo en tanto detalle? ¿Es necesario? (Sí). ¿Por qué es necesario? Estoy compartiendo así para diseccionar vuestros puntos de vista falaces, arreglar las cosas que erróneamente creéis que son ciertas, ayudaros a encontrar una salida, a desprenderos de cosas que pensáis de manera equivocada que son ciertas, y luego entrar en la senda de la auténtica búsqueda de la verdad. La gente tendrá entonces de veras entrada en la vida, y será capaz de lograr la auténtica búsqueda de la verdad. Aquellos que no tienen entendimiento espiritual no entienden los asuntos de la entrada en la vida ni de transformar las actitudes. Creen que ya han transformado muchos aspectos de sí mismos, y han logrado la entrada en la vida. Por ejemplo, han cambiado algunos malos hábitos: ya no comen ni duermen demasiado, no son holgazanes y son más hacendosos que antes, así que piensan que esto significa que tienen entrada en la vida. Hay otros que piensan en cómo solían regañar siempre a los demás, pero ahora no lo hacen; son capaces de decirles cosas buenas y constructivas y a veces pueden ayudarlos. Dado que pueden hacer tales cosas, consideran que ya están practicando la verdad y que han sufrido una transformación. Hay quienes piensan que tienen entrada en la vida porque pueden renunciar a la búsqueda de la fama, la ganancia, el estatus y los placeres físicos. Este es un problema común a todas las personas. Han practicado lo que entienden, lo que consideran correcto y bueno según sus nociones, y ya han hecho frente a muchos malos hábitos y rasgos problemáticos de la carne, o han cambiado el régimen de su estilo de vida debido a que creen en Dios y persiguen la verdad. Al mismo tiempo, han renunciado a muchos beneficios carnales, han renunciado a su familia y a su trabajo, y han abandonado su matrimonio y el mundo secular. Creen que se han transformado y se han salvado, y dicen: “¿Podría desprenderme de todo esto si no creyera en Dios? ¿Podría sufrir una transformación tan grande?”. ¿No es este el mayor malentendido que cometen los creyentes? (Sí). Sin tener en cuenta si la gente tiene entendimiento espiritual o no, todos caen en este malentendido. ¿Por qué digo que es un malentendido? ¿Por qué digo que aquí existe un problema grave? Sobre todo porque la gente cree en Dios, pero no entiende Su intención, lo cual significa que no comprenden qué es exactamente lo que Dios exige de ellos. En su lugar, piensan de acuerdo con nociones y figuraciones humanas, creen que poder desprenderse de su familia, de su trabajo, de sus sentimientos, del mundo secular, de los enredos de la carne e incluso de su propiedad significa que tienen entrada en la vida. Esto es un malentendido. En realidad, la intención de Dios es que, cuando las personas creen en Dios, deben corregir su carácter corrupto, arreglar su problema de resistirse a Dios y resolver la raíz de los pecados que cometen. Para hacer esto, las personas deben entender la verdad y comprender el carácter de Dios antes de ser capaces de despojarse de su carácter corrupto y alcanzar la verdadera sumisión a Dios. Esto es lo que Dios exige de la gente, y también la obra que Él realiza de salvar a las personas. Puesto que no saben nada de la obra de Dios, ni perciben la meta y el efecto que Él quiere lograr a través de esta obra, sustituyen la verdad por nociones y figuraciones humanas e interpretan las búsquedas de las personas y lo que son capaces de lograr como la intención de Dios y lo que Él exige de ellas. Este es el malentendido que tiene la gente cuando cree en Dios. Estas cosas que son capaces de conseguir solo evidencian su pasión y, cuando renuncian a cosas, lo que buscan en realidad es realizar una transacción con Dios: lo hacen a cambio de una recompensa y una corona. Creen que las transacciones como esta merecen realmente la pena y que van a salir ganando. Esa es la razón por la que renuncian a todo. Renunciar a cosas no significa que tengan las realidades-verdad, ni que sean capaces de someterse a Dios. Si bien renuncian y se gastan, ¿entienden de veras la verdad? (No). Si no entienden la verdad, ¿están su renuncia y su gasto mancillados? No cabe duda. Entonces, ¿qué persiguen en concreto al gastarse y sufrir así? A la gente como esta nunca le importó qué es la verdad o cuáles son las exigencias de Dios, siempre les parece que nada de esto tiene que ver con ellos. En sus corazones, cualquier cosa que piensen que es acertada, que es buena, y que es la entrada en la vida, eso es lo que practican y, después de hacerlo, piensan que Dios lo ha conmemorado. Tratan estas cosas como fichas con las que negociar y como capital. ¿Son manifestaciones de que persiguen la verdad? (No). Se trata de un malentendido en el que cae la gente que no persigue la verdad. Es una de las maneras en las que interpreta las cosas la gente que malinterpreta la entrada en la vida. Entonces, ¿cómo se evalúa y se prueba que estas cosas no son manifestaciones de que persigan la verdad, y que no tienen entrada en la vida? ¿Qué hechos se pueden usar para verificar que estas cosas que dicen son equivocadas? (Actúan sin los principios-verdad). Esto es parte de ello. Actúan en función de lo que se imaginan. En apariencia, parecen auténticos creyentes; son capaces de renunciar a cosas y de gastarse, pero no tienen principios en sus acciones. ¿Por qué no tienen principios? Porque no persiguen la verdad. Las perspectivas desde las que contemplan las cosas son todavía las mismas nociones y figuraciones con las que empezaron. Hay un mayor problema que tiene la gente así: ¿se someten a los entornos que Dios instrumenta? ¿Entienden por qué Dios instrumenta estos entornos? (No). ¿Es esto suficiente para probar que no tienen auténtica entrada en la vida? (Sí). Han hecho muchos cambios en sus malos hábitos y rasgos problemáticos, y han realizado muchos sacrificios. En definitiva, cuando se les pone a prueba, no solo no entienden la intención de Dios, sino que todavía son capaces de quejarse y no pueden someterse. ¿Qué problema es este? Es que no tienen entrada en la vida. Aquellos que no la tienen no poseen las realidades-verdad, ¿no es cierto? (Sí). Cuando suceden cosas, confían por completo en sus propias nociones, figuraciones y preferencias naturales. Cuando te pones de veras serio con ellos y les pides que se sometan, no son sumisos en absoluto; solo confían en las razones, excusas y figuraciones humanas, buscan toda clase de maneras de defenderse y logran su objetivo de no someterse a Dios y negar Su obra. Hay incluso personas que son tan extremas que no solo son incapaces de someterse, sino que aun así intentan pensar en todos los modos de probar que sus propias nociones y figuraciones son correctas, que los métodos y sendas en los que piensan son correctos, y que las acciones y las instrumentaciones de Dios no lo son necesariamente. Esto revela que no tienen entrada en la vida; todo lo que hacen y todo lo que dan o cambian de sí mismos no es entrada en la vida, solo son hábitos malvados que ya no existen. Han cambiado un poco sus hábitos personales, su régimen y su forma de vida, e incluso puede que haya cambiado el temperamento de algunas personas; hablan con mayor amabilidad y de una manera más educada, y su comportamiento externo puede resultar más estándar, pero a la hora de hacer las cosas carecen de realidad-verdad y nunca llevan a cabo nada de acuerdo con las palabras de Dios o la verdad; todo son sus propias figuraciones y deseos personales. No poseen un verdadero entendimiento de Dios; solo saben hablar acerca de un poco de teoría espiritual, y se han quedado atrapados en las nociones, figuraciones y sentimientos humanos. ¿Qué pensáis, son lamentables estas personas? (Sí). ¿Y hay muchas así? (Sí). ¿Cómo sabéis que hay tantas? (Porque yo soy una de ellas). Esto os toca la fibra, ¿verdad? Entonces contad vuestras experiencias al respecto. (Voy a compartir una. Un hermano llamó la atención sobre mis defectos delante de muchos otros hermanos y hermanas, y en ese momento me sentí humillada. A fin de recuperar mi orgullo, intenté defenderme y justificarme. No acepté los comentarios del hermano). El orgullo te limitaba. ¿Por qué el orgullo siempre limita a las personas? Porque la gente que tiene dignidad tiene la piel fina, ¿es eso? (No). En realidad, lo hacen porque quieren mantener una imagen perfecta a ojos de los demás. Les importa su estatus y quieren mostrarse particularmente perfectos, libres de defectos. Quieren dejar una impresión perfecta en la mente de la gente, así como no permitir que perciban la verdad sobre cómo son en realidad. Esta es la consecuencia de un carácter arrogante. ¿Se ha resuelto ahora este problema? (Todavía no. Lo sigo revelando a menudo). Si una persona es capaz de reflexionar sobre sí misma y reconocer su propio carácter corrupto, resultará fácil cambiar. Si no reflexiona sobre sí misma, si es incapaz de reconocer su propio carácter corrupto y si está insensibilizada a sus problemas y carece de consciencia, entonces le será difícil cambiar. Si ya posee consciencia y percibe que su carácter arrogante es grave, que sus búsquedas están descarriadas y que aún se halla lejos de perseguir la verdad, pero cuando la podan se muestra negativa durante unos días y siempre busca maneras de recobrar el orgullo en cualquier situación, ¿puede cambiar una persona así? Es difícil que logre cambiar. Entonces, ¿cómo debe resolver este problema? Con solo aceptar la verdad y reflexionar sobre sí misma aún alberga esperanzas de arreglar el problema. Si no puede aceptar la verdad, no tiene forma de solucionar el problema. La clave es que la gente debe tener la determinación y el deseo de perseguir la verdad. Cuando posean un corazón con una enorme sed de verdad, podrán amarla y aceptarla y tendrán fuerzas para practicarla y rebelarse contra la carne. Solo al aceptar la verdad pueden arreglar por completo el problema de un carácter corrupto y, una vez que este se haya arreglado, podrán practicar la verdad y tendrán entrada en la vida.

Aquellas personas que no tienen entendimiento espiritual, que siempre malinterpretan la verdad y la entrada en la vida, piensan que perseguir la verdad es fácil, que no es más que modificar unos pocos malos hábitos o unos rasgos problemáticos, o renunciar de vez en cuando a cosas que van en su propio interés, que, mientras no cometan maldad y perseveren en su fe hasta el final, han obtenido la vida y pueden intercambiar esas cosas por las recompensas y las bendiciones de Dios. ¿Persiguen la verdad aquellos que basan su creencia en Dios en puntos de vista como estos? (No). ¿Pueden tener entrada en la vida los que no persiguen la verdad? (No). Hay muchas personas que no tienen nada claro en qué consiste la entrada en la vida. Piensan que uno tiene entrada en la vida solo con dedicar un poco de esfuerzo, llevar a cabo algunos deberes, cambiar ciertos malos hábitos y rasgos problemáticos, hacer lo que se les dice y someterse un poco. Ven la entrada en la vida de una manera demasiado simplista. Al creer en Dios de este modo, ¿transformarán su carácter-vida? (No, solo cambian en apariencia, su esencia no ha cambiado). Ahora habéis cambiado un poco, pero ¿se producen cambios en vuestro comportamiento externo, o bien en vuestro carácter-vida? ¿Habéis encontrado una salida a vuestros puntos de vista incorrectos sobre la entrada en la vida y habéis empezado a obtenerla? ¿Sois capaces de evaluar qué partes de vosotros mismos han cambiado y cuáles no? Si se os encargó cumplir un deber y en principio fuisteis incapaces de someteros, ¿hasta qué punto sois capaces ahora de hacerlo? Por ejemplo, pongamos que eres un hermano, si se te pide que prepares comida y laves los platos todos los días para los demás hermanos y hermanas, ¿te someterías? (Eso creo). Tal vez lo hicieras a corto plazo, pero, si se te pidiera que llevaras a cabo ese deber a largo plazo, ¿te someterías? (Podría someterme a veces, pero es posible que con el tiempo no pudiera hacerlo). Esto significa que no te has sometido. ¿Qué provoca que la gente no se someta? (Se debe a que albergan en su corazón nociones tradicionales. Creen que los hombres deberían trabajar fuera de casa y las mujeres ocuparse de las tareas domésticas, que cocinar es un trabajo de mujeres y que un hombre se rebaja por cocinar. Por eso no es fácil someterse). Eso es. Hay discriminación sexual en lo que respecta a la división de las labores. Los hombres piensan: “Nosotros deberíamos estar fuera de casa ganándonos la vida. Tareas como cocinar y lavar deben hacerlas las mujeres. A nosotros no se nos debería obligar a hacerlas”. Sin embargo, ahora se dan circunstancias especiales y se te pide que las hagas, así que, ¿qué haces? ¿Qué complejos debes superar para poder someterte? Este es el quid de la cuestión. Debes superar tu discriminación sexual. No existe ningún trabajo que deban hacer los hombres y tampoco otro que deban hacer las mujeres. No dividas las labores de este modo. El deber que cumple la gente no debe determinarlo su sexo. Puedes dividir las labores de esta manera en tu propia casa y en tu vida cotidiana, pero esto tiene que ver con tu deber, ¿cómo debes interpretarlo entonces? Deberías recibir este deber de Dios y aceptarlo, y cambiar los puntos de vista incorrectos que tienes dentro. Deberías decir: “Es cierto que soy un hombre, pero soy miembro de la iglesia y un ser creado a ojos de Dios. Llevaré a cabo lo que me encargue la iglesia; las cosas no se dividen en función del sexo”. Primero debes desprenderte de tus puntos de vista incorrectos, y luego aceptar tu deber. ¿Es aceptar tu deber verdadera sumisión? (No). En los días sucesivos, si alguien dice que tu comida está demasiado salada o que le falta sabor, u opina que algo no te salió bien y no quiere comérselo, o te pide que prepares algo nuevo, ¿lo podrás aceptar? Llegado ese punto, te sentirás incómodo y pensarás: “Soy un hombre con amor propio, ya me he rebajado a prepararle la comida a estos hermanos y hermanas, y aun así señalan todos estos problemas. No me queda nada de orgullo”. Llegado este punto, no te quieres someter, ¿verdad? (No). Esta es una dificultad. Cuando no te puedes someter, el motivo es que un carácter corrupto se está revelando y causando problemas, y eso te hace incapaz de practicar la verdad y someterte a Dios. Llegado este punto, tu corazón estará en conflicto; tus pensamientos te controlan y te hacen creer que te has rebajado, y te sientes molesto en tu interior. ¿Qué deberías hacer en ese momento? (Buscar la verdad). ¿Cómo buscas la verdad? Has de orar: “Dios, da igual lo que me pidan los demás, yo lo trataré como mi deber. Da igual a quién sirva o para quién haga cosas en apariencia, lo aceptaré todo de Dios. Este es mi deber y debo someterme; no necesito mi orgullo. En la casa de Dios, los deberes no se dividen entre los de alto o bajo nivel, los de alto o bajo estatus, los deberes para hombres o para mujeres, los de los viejos o de los jóvenes. Solo están los deberes que se hacen bien y los que no, aquellos que se hacen con lealtad y los que no”. Después de que te hayas desprendido de tu orgullo, estatus, posición y dignidad, ¿te has desprendido por completo de ti mismo? (No). En ti se producirá todavía una reacción. A veces la gente te faltará al respeto, pensará que eres estúpido y te tratará como a alguien inferior, diciendo: “¡Un hombre que es tan feliz cocinando no va a llegar a nada! Yo nunca lo haría”. Te conducirán en la dirección equivocada, te inculcarán ideas y nociones incorrectas e influirán en tu práctica. Consideran una forma de humillación cosas positivas como que le des importancia a la entrada en la vida, seas una persona normal y seas leal a tu deber, y por tanto te tratan como a un inferior y te juzgan. Si no eres capaz de asimilarlo, caerás de inmediato en la negatividad y pensarás que este deber siempre te hace rebajarte delante de los demás y que la gente te trate como alguien inferior y te mandonee. Entonces, no te volverás a someter, ¿verdad? Cuando nadie te trata como alguien inferior ni te juzga, crees que ya eres capaz de someterte, que ya tienes entrada en la vida y posees algo de realidad-verdad y de estatura. ¿Es correcta esta manera de pensar? Entonces, cuando alguien te juzga y desafía tu estatura, ¿por qué te vuelves negativo y piensas esto?: “¿Cuánto tiempo más me he de pasar cocinando antes de que esto se acabe? Esta persona siempre me menosprecia. No está bien que lo haga, ¡no puedo aceptarlo!”. Ha vuelto a aparecer el problema. Cuando no puedes aceptarlo, ¿también te quejas al mismo tiempo y dices esto?: “¿Cómo puede asignarme el líder esta clase de deber a mí? ¿Por qué me escogió a mí en concreto en vez de a otro? ¿Parezco fácil de intimidar? La gente me intimida, el líder no me mira con buenos ojos y Dios no me protege”. Tu carácter rebelde ha vuelto a asomar la cabeza. ¿Qué problema hay aquí? ¿Podría ser que tu estatura es demasiado pequeña? Ni siquiera puedes soportar esta pequeña afrenta, y eso hace que te vuelvas negativo y te quejes. ¿En esto consiste tener realidades-verdad? No tienes ninguna realidad-verdad. Existe un método muy sencillo para resolver este problema, y es que en tu corazón debes pensar: “No importa quién me menosprecie o me mire con desdén, debería llevar a cabo mi deber. No puedo abandonar la comisión de Dios. No lo hago por otros ni tampoco para que los demás me aprecien, ¿de qué sirve que lo hagan? He de cumplir bien mi deber para satisfacer a Dios”. Así es como debes pensar en tu corazón. Ahora, cuando cocinas, ¿no te sientes más seguro de ti mismo? ¿Se ha resuelto el problema entonces? En realidad, no por completo. En última instancia, te hallas en un estado constante de conflicto, cayendo sin cesar en la debilidad y la negatividad y luego volviéndote a levantar; se te está templando sin parar. Has examinado todos los estados y no estás dispuesto a vivir siempre de una manera tan gravosa. No quieres que estas dificultades te asolen siempre, que te perturben o te limiten. Quieres cumplir bien tu deber, de una manera fácil y sencilla. Así que ¿cómo consigues esto? Debes buscar la verdad de manera constante, atenerte continuamente a tu convicción, y practicar de acuerdo con las palabras de Dios es siempre lo correcto. Dices: “Nadie puede perturbarme. Este es mi deber, esta es la comisión que Dios me encomendó, esta es mi responsabilidad y mi obligación. Da igual quién se burle de mí, quién me haga dudar de mi cordura o me tiente, no sirve de nada. Para mí es un honor poder cumplir mi deber y, si puedo hacerlo, toda la gloria va para Dios. Si no puedo lidiar con ello, entonces me habré humillado. Quien me tome a broma y menosprecie este deber no es alguien que persiga la verdad”. ¿Acaso no es un hecho? (Así es). Es un hecho. Cuando se puso a prueba a Job, Satanás lo perturbó y tentó, pero ¿dudó Job? (No). Porque la verdad y las palabras y el camino de Dios se encontraban en su corazón. Cuando te enfrentas a circunstancias y pruebas, el que seas capaz de defender la verdad y la comisión que Dios te encomendó depende de hasta qué punto conozcas, comprendas y aceptes la verdad. Algunas personas siempre dudan de la verdad y no pueden llegar hasta una posición de certeza respecto a ella o, en cuanto a su deber, nunca están seguros de cómo deben hacer algo ni de si es la manera correcta de hacerlo. Jamás son capaces de atenerse a aquello que es correcto; algunas personas, acontecimientos y cosas siempre les perturban y, cuando se les acercan personas malas, malvadas, demonios o satanases y les dicen cosas que los tientan o perturban, se vuelven débiles y se desorientan. ¿No significa esto que su estatura es pequeña? (Sí). ¿Es fácil arreglar la corta estatura? En teoría, sí. Depende de si eres capaz de estar seguro de que el camino que sigues lo guía Dios. Cuando cumples tu deber, debes practicar la verdad y aceptar la comisión de Dios. Esto es crucial. Lo único que hay que temer es que en tu corazón tengas una visión sesgada de tu deber y pienses que este te hace rebajarte y no vale para nada. Cuando cuentas con puntos de vista sesgados y, además, otros te perturban, se vuelve aún más problemático. No puedes cumplir bien tu deber si tienes el corazón lleno de confusión. Cuando se puso a prueba a Job, había mucha gente a su alrededor que lo perturbaba. ¿Qué fue lo que dijo su mujer? (“Maldice a Dios y muérete” [Job 2:9]). Con lo cual quiso decir: “No creas. Si aquello en lo que creías fuera realmente Dios, ¿por qué te sucederían estas cosas?”. ¿Qué dijo Job? (“Como habla cualquier mujer necia, has hablado” [Job 2:10]). Job condenó a su mujer porque ya tenía la certeza de que Dios era el Dios verdadero, de que Él hizo esto, de que se trataba de Su soberanía y era obra de las manos de Dios. Job estaba muy seguro, así que, una vez que la gente de hoy entiende la verdad, ¿por qué no pueden atenerse al camino verdadero y mantenerse firmes en su testimonio? Porque los corazones de la gente están demasiado mancillados; no solo no entienden la verdad, sino que no son personas que amen la verdad ni la busquen. Por tanto, por muchas palabras y doctrinas que pueda decir la gente o por muchas consignas rotundas que puedan escupir, en última instancia, no pueden mantenerse firmes. En cuanto alguien de la iglesia dice algo ligeramente diferente, o alguien dice cosas que perturban o desorientan, o que condenan y humillan, les parece que se están burlando de ellos y los están humillando, y se quedan completamente destruidos. Alguien ha transformado su carácter si se manifiesta de esta manera, si se halla en constante conflicto interior y ajusta sin cesar sus puntos de vista, pero, al mismo tiempo, también acepta continuamente la soberanía y las disposiciones de Dios, continúa comprendiendo la verdad, entra poco a poco en diferentes facetas de esta, entra en todas las verdades, y al final es capaz de evitar que cualquier tipo de persona, acontecimiento y cosa lo perturbe, afecte o controle, y cree firmemente que los principios-verdad que practica son correctos.

Las citas bíblicas marcadas (*) han sido traducidas de AKJV.

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