Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (1) Parte 4
Así, en lo que respecta a la forma en que Dios desempeña Su obra en los últimos días, a pesar del hecho de que hay quienes producen ciertas figuraciones y nociones sobre ello, en su mayor parte estas no pueden obstaculizar su fe en Dios, y la gente no dirá a la ligera que no cree en Dios y que lo niega. ¿En qué consiste este fenómeno? Es el resultado que se logra por medio de las palabras de Dios. Las palabras y la obra de Dios han conquistado a las personas, que básicamente aceptan a Cristo como su Dios. En este sentido, han establecido un fundamento básico sobre el camino verdadero, y lo consideran claro y seguro. ¿Se han resuelto sus malentendidos sobre Dios cuando se ha logrado este resultado? (No). Que no sea así demuestra que todavía albergan muchas figuraciones, exigencias y nociones sobre el Dios encarnado y Cristo. Estas nociones pueden guiar tus pensamientos, el rumbo y las metas de tu búsqueda, y también influir con frecuencia en tu estado. Cuando las cosas que te encuentres no afecten a tus nociones, aún eres capaz de comer y beber de las palabras de Dios y cumplir tu deber con normalidad. En el momento en que algo choca con tus nociones y va más allá de ellas y surgen contradicciones, ¿cómo lo resuelves? ¿Das rienda suelta a tus nociones o las podas, las refrenas y te rebelas contra ellas? Hay quienes tienen nociones cuando les suceden cosas y no solo no se desprenden de ellas, sino que también van por ahí difundiéndoselas a los demás y buscan oportunidades para airearlas, de modo que hay otros que también llegan a tenerlas. Algunos también alegan: “Decís que todo lo que hace Dios es significativo, pero no creo que este suceso en particular lo sea para nada”. ¿Es apropiado decir esto? (No). ¿Cuál es la senda correcta que tomar? Cuando alguna gente tiene nociones sobre Dios, pueden darse cuenta de que su relación con Él no es normal, que se han creado malentendidos sobre Dios y que no resolverlos será peligroso, que es probable que tengan discrepancias con Dios, lo cuestionen e incluso lo traicionen. Entonces le oran y abandonan sus nociones. Primero niegan su propia opinión incorrecta y luego buscan la verdad para resolverla. Al hacerlo, pueden llegar a someterse a Dios con facilidad. Si alguien se forma nociones, pero todavía cree que son ciertas, y si al final son incapaces de desprenderse por completo de ellas o de resolverlas, con el tiempo estas influirán en su entrada en la vida. En casos graves, pueden incluso rebelarse contra Dios y resistirse a Él, y la consecuencia es que no soporten pensar en ello. Si es alguien que persigue la verdad, que ya entiende algunas verdades y que en ocasiones se crea nociones sobre las cosas, esto no supone un gran problema, y sus nociones no tendrán una gran influencia en él. Dado que posee la verdad en su interior, esta dirige sus pensamientos y su comportamiento y lo guía en el cumplimiento de su deber, sus nociones no afectarán a que siga a Dios. Tal vez un día escuche un sermón o alguna charla y lo entienda, y sus nociones se resuelvan. Algunos se forman nociones sobre las instrumentaciones y disposiciones de Dios, y luego no les apetece realizar sus deberes ni ponen esfuerzo en desempeñarlos, siempre se hallan en un estado negativo y en su corazón albergan discrepancias, insatisfacción y resentimiento; ¿es correcto este comportamiento? ¿Es algo fácil de resolver? Por ejemplo, supongamos que piensas que eres listo, pero Yo digo que eres tonto y no tienes entendimiento espiritual. Al oírlo, te enfadas y discrepas de ello, y te dices para tus adentros: “Nadie se ha atrevido nunca a decirme que no tengo entendimiento espiritual. Hoy es la primera vez que lo oigo y no puedo aceptarlo. ¿Podría liderar la iglesia si no lo tuviera? ¿Podría hacer tanta obra?”. Ha surgido una contradicción, ¿verdad? ¿Qué deberías hacer? ¿Le resulta sencillo a la gente hacer introspección cuando les ocurre esto? ¿Qué clase de persona puede hacer introspección? Aquella que acepta y busca la verdad. Si eres alguien que posee razón, debes primero negarte a ti mismo cuando esto te suceda; negarse a uno mismo significa reconocer que no se posee la verdad. Aunque tengas ideas y opiniones, no son necesariamente certeras. Por tanto, practicar negarte a ti mismo en tales circunstancias es hacer lo correcto, no implica degradarte. Después de hacerlo, sentirás paz en el corazón, serás más educado y se corregirá tu actitud. Cuando oigas a Dios decir que eres un idiota y no tienes entendimiento espiritual, deberías guardar silencio ante Él y aceptar Sus palabras con una mentalidad sumisa. Aunque no tengas ninguna conciencia o entendimiento de las palabras de Dios y no sepas si son correctas o no, en tu fe debes reconocer que: “Dios es verdad, ¿cómo iba a decir Él algo equivocado?”. Aunque lo que diga Dios sea algo que difiere de lo que piensas, debes aceptar las palabras de Dios en base a la fe; aunque no las entendieras, debes aceptarlas como la verdad. Está garantizado que lo correcto es hacerlo así. Si las personas no aceptan las palabras de Dios como la verdad cuando no las entienden, eso implica una gran falta de razón, y es algo de lo que deben avergonzarse. Por tanto, someterse a Dios nunca puede ser un error. Esto no es doctrina, es algo práctico, y estas palabras provienen de la experiencia. Después, cuando seas capaz de tomarte las palabras de Dios como la verdad y de aceptarlas, debes empezar a hacer introspección. Al cumplir tu deber y relacionarte con otros, no solo descubrirás que no posees entendimiento espiritual, sino que también eres increíblemente estúpido y tienes muchos fallos y defectos, y te darás cuenta de que eso supone un serio problema. ¿Acaso no significa que vas a ser capaz de entender y aceptar lo que ha dicho Dios? Debes aceptar tales palabras, primero como un precepto, una definición o un concepto, y luego en la vida real debes pensar en una manera de contrastarte con Sus palabras y entenderlas y experimentarlas. Tras pasar un tiempo haciendo esto, alcanzarás una evaluación correcta sobre ti mismo. Cuando eso ocurra, ¿seguirás albergando malinterpretaciones sobre Dios? ¿Te negarías a aceptar Su evaluación si no hubiera desacuerdos entre tú y Dios sobre este asunto? (No). Serás capaz de aceptarla y ya no serás rebelde. Cuando puedas aceptar la verdad y entiendas a conciencia estas cosas, serás capaz de dar un paso al frente y hacer progresos. Si no aceptas la verdad, te quedarás anclado en el mismo sitio y no harás progresos. ¿Es importante aceptar la verdad? (Lo es). La gente debe renunciar a sus nociones sobre Dios, y no deben albergar ninguna hostilidad hacia lo que Él dice ni discrepar de ello; esta es la única actitud para aceptar la verdad. Algunas personas se vuelven débiles y negativas porque las sustituyen. No quieren cumplir su deber y siempre se muestran pasivas y holgazanean en su trabajo. Desde fuera, parece que es porque no tienen estatus y lo aprecian demasiado, pero de hecho esto no es así. Simplemente se sienten débiles y negativas porque la evaluación que ha hecho Dios de ellas, o la que han realizado sus hermanos y hermanas, no coincide con la que hacen de sí mismas, es más pobre que su propia evaluación y entendimiento. Por eso no están convencidas y se sienten agraviadas, de modo que deciden ser negativas y hostiles y considerarse un caso perdido, pensando: “¿No has dicho que no soy lo bastante bueno? Ahora te vas a enterar, no voy a hacer nada en absoluto”. En consecuencia, se producen retrasos en su deber, ofenden a Dios y su propia entrada en la vida se para en seco. Es una pérdida significativa.
Alguna gente dice: “No puedo aceptar que Cristo diga que soy malo. Aceptaría que el Dios del cielo dijera que hay algo malo en mí. El Dios encarnado tiene una humanidad normal; Sus juicios pueden ser equivocados, y lo que hace no puede ser cien por cien correcto. Se puede cuestionar que Él se equivoque en Su evaluación y condena de las personas, o en cómo las maneja y hace arreglos para ellas. Así que no tengo miedo de lo que Cristo, el Dios de la tierra, diga de mí, porque Él no puede condenarme o determinar mi desenlace”. ¿Existen tales personas? Claro que sí. Cuando las podo, dicen: “¡El Dios del cielo es justo!”. Cuando trato con ellos, dicen: “¡Creo en Dios, no en una persona!”. Usan estas palabras para rechazarme. ¿Y qué son esas palabras? (Son una negación de Dios). Así es, son una negación y una traición a Dios. Lo que significan es: “Esto no depende de ti, sino del Dios del cielo”. En sus nociones y en su comprensión de Dios, estas personas nunca se darán cuenta de la relación entre el Cristo encarnado y el Dios en el cielo, es decir, de cuál es la relación entre la carne y el Espíritu en el cielo. A sus ojos, esta insignificante persona en la tierra nunca será más que una persona y, no importa cuántas verdades exprese ni cuántos sermones predique, sigue siendo un ser humano; incluso si hace completas a algunas personas y les trae la salvación, seguirá estando en la tierra, seguirá siendo una persona incapaz de trascender al Dios del cielo. Así, estas personas creen que la fe en Dios debe ser la fe en el Dios del cielo; para ellos, solo la creencia en el Dios del cielo es la verdadera creencia en Dios. Este tipo de personas creen como les da la gana. Creen en lo que les hace felices, y se imaginan que Dios es lo que ellos quieren que sea. También siguen su propia imaginación cuando se trata del Cristo encarnado: “Si este Dios en la tierra fuera un poco más amable conmigo, si se asegurase de que las cosas me fueran bien, entonces lo respetaría y lo amaría. Si Él no es bueno conmigo, si tiene un problema conmigo, si tiene una mala actitud hacia mí y siempre me poda, entonces no es mi Dios; elijo creer en el Dios del cielo”. La gente con esta actitud no es una minoría. Os incluye también a vosotros, ya que me he encontrado con gente así. Cuando todo va bien, son muy amables conmigo y me atienden atentamente, pero, en cuanto los sustituyo, se vuelven contra Mí. Así que, cuando estaban siendo buenos con Dios, ¿de verdad creían que este era Dios y Cristo? No. Lo que están viendo es la identidad y el estatus de Dios, cada uno de sus movimientos no es más que una adulación del estatus y la identidad de Dios. En todo momento, solo identifican al Dios indefinido del cielo como el verdadero Dios; da igual cuántas verdades exprese este Dios en la tierra o lo edificante y beneficioso que sea para el hombre, el mero hecho de que viva en Su humanidad normal y sea de un cuerpo carnal significa que no puede ser el Dios del cielo, e independientemente de cómo estas personas adulen, sirvan y respeten a este Dios de la tierra, en sus corazones siguen creyendo que el Dios del cielo es el único Dios verdadero. ¿Qué pensáis de este punto de vista? Es justo decir que tal punto de vista existe en lo profundo del corazón de muchas personas, que está enterrado en lo profundo de su subconsciente. Al mismo tiempo que aceptan la provisión y la guía de Cristo, también están observándolo, estudiándolo y cuestionándolo, al tiempo que también esperan que el Dios justo del cielo venga a juzgar todo lo que han hecho. ¿Y por qué quieren que el Dios del cielo las juzgue? Porque prefieren seguir sus preferencias, nociones y figuraciones para dar rienda suelta a su deseo de que el Dios del cielo —el Dios de su imaginación— se comporte con ellas como ellas quieran, mientras que el Dios de la tierra no hará tal cosa; el Dios de la tierra solo expresa la verdad y habla los principios-verdad. Y ellas piensan: “El amor hacia el hombre del Dios en el cielo es desinteresado, incondicional y sin límites, mientras que, en cuanto dices o haces algo equivocado y el Dios en la tierra lo descubre, Él te usa como ejemplo negativo en Sus sermones y comienza a diseccionarte, así que la gente debe tener más cuidado, debe mantenerse más oculta, y no puede hacerle saber cuándo pasa algo”. Dime, ¿es que no soy capaz de diseccionar las cosas que tratas de ocultarme? No me hace falta diseccionar lo que haces; me basta con hacerlo con tus actitudes y estados. No necesito tomar como ejemplo estas cosas que haces; aún puedo hablar sobre la verdad y dar sermones para resolver problemas igualmente, y puedo seguir ayudando a la gente a entender la verdad. Los incrédulos creen de corazón que esta carne, este Dios, no es capaz de conocer aquello que no ven Sus ojos, y mucho menos cualquier cosa relacionada con el reino espiritual o la verdad. Creen que ni siquiera le es posible observar aquello de lo que son capaces las personas dominadas por sus actitudes corruptas, y que no puede entender del todo la esencia corrupta del hombre; los incrédulos tienen esta lógica y este razonamiento. Siempre se aproximan a Cristo con una actitud de estudio, cuestionamiento e incluso escéptica y, además, para medir a Cristo, usan la misma vara que para el hombre, así como el conocimiento que entienden y las cosas que imaginan. Por ejemplo, al hablar con los demás, hay quienes creen que la gente desconoce sus pensamientos profundos y qué clase de actitudes tienen, y me hablan a Mí también de la misma manera, me tratan como si fuera una persona corriente, creen que no sé nada; ¿acaso no es eso no conocer a Dios? Les mienten a otras personas y a estas no les importa, y a su vez también me mienten a Mí, sueltan risitas, me consideran como a un igual, me quieren tratar siempre como a un amigo. Creen que pueden actuar de esa manera porque están familiarizados conmigo, y les parece que es posible que Yo no sepa nada. ¿Acaso no se trata de una noción humana? Eso es, y además es ignorancia humana, y en esta acecha un carácter perverso satánico; este carácter perverso es el que lleva a la gente a crearse nociones. Decidme, ¿hace falta que Yo viva con alguien, que observe en todo momento sus pensamientos y puntos de vista y que comprenda por completo su trasfondo para poder desenmascarar o calar su naturaleza? (No). No, pero a vosotros os resultaría imposible lograrlo. Aunque os asociéis con gente y viváis con ellos todos los días, seguís siendo incapaces de calar su esencia-naturaleza. No importa lo que os suceda, solo podéis calar la superficie de las cosas y no su esencia. Solo podríais tener un poco de discernimiento de alguien si Dios lo pusiera en evidencia por completo, de otro modo no seríais capaces de calarlo, aunque os asociarais con esa persona durante varios años. A Mí me basta con estar en contacto con alguien un día o dos, en los que haga y diga ciertas cosas y exprese ciertos puntos de vista que me lleven a obtener un conocimiento básico sobre qué clase de persona es. Sin embargo, hay algunos que todavía no han hecho nada, con los que no me he relacionado ni me he encargado de nada, pero sobre los que coloco un signo de interrogación, y en el momento que se topan con un problema y expresan algún punto de vista, su esencia-naturaleza se expone en seguida. Mucha gente dice: “¿Eres capaz de calarlos en cuanto se expone su esencia-naturaleza? ¿En qué basas Tu percepción? ¿Cómo es que nosotros no podemos hacerlo?”. Si no entiendes la verdad, no vas a ser capaz de medir a nadie, y nunca tendrás los criterios necesarios para hacerlo. Si no los tienes, no podrás calarlos. En cambio, Yo sí los tengo. Por una parte, entiendo la verdad, así que soy más perceptivo y rápido a la hora de medir a alguien y, por otra, el Espíritu de Dios está obrando. Hay quienes piensan: “Cuando la gente ha vivido mucho tiempo en este mundo puede calar las cosas y a las personas”. Esa no es una percepción real, ¿qué es lo que calan? Los tipos de fraudes que existen en esta sociedad, como los políticos, los de negocios o los financieros, o los relacionados con la pornografía. La gente que ha experimentado o ha oído más sobre ellos puede evitarlos. A los que los han sufrido y experimentado menos se les suele engañar a menudo, pero a medida que les sucede en más ocasiones, ganan experiencia y son capaces de calarlos. Así es como logran calar las cosas. Sin embargo, en cuanto a la corrupción y la naturaleza del hombre, a su esencia corrompida por Satanás, si la gente no posee la verdad, entonces nunca contará con la sabiduría para calar tales cosas ni podrá calar las actitudes que revelan los diversos tipos de personas que hay detrás de un asunto ni el origen del problema. Si no eres capaz de hacer nada de esto, no sabrás ocuparte del asunto ni de las personas, acontecimientos y cosas relacionados; no tendrás manera de encargarte ni la sabiduría para hacerlo. Por eso, cuando te enfrentas a un asunto así, te sientes muy nervioso y agitado, y te resulta difícil abordarlo. Si entiendes la verdad con claridad, podrás penetrar en las actitudes corruptas de la gente y en la esencia de estas. Al ver cuáles son las actitudes corruptas que revelan, llegarás a conocer su esencia, y entonces sabrás qué clase de cosas son, qué clase de personas son, sabrás cómo protegerte de ellas, cómo discernirlas y cómo lidiar con este asunto. ¿No es esta la fuente de la sabiduría? (Así es). Por consiguiente, Cristo puede calar al hombre y proveerlo: ¿cuál es el origen de todo ello? Por decirlo en términos doctrinales, todo procede del Espíritu de Dios. Dicho en términos más prácticos, es porque Cristo posee la verdad que proviene de Dios. Es así. Cuando un día lleguéis a tener la realidad-verdad como vuestra vida, poseeréis sabiduría y la capacidad de calar a las personas.
Hay otro aspecto relacionado con las nociones humanas, y se refiere a las que la gente se crea sobre la obra de Dios. ¿Cómo surgen estas nociones? Algunas provienen de su comprensión previa de la fe, y otras de sus propias figuraciones sobre la obra de Dios. Por ejemplo, la gente solía imaginarse la obra del juicio de Dios como si hubiera un gran trono blanco en el cielo con Dios juzgando a todos los pueblos. En la actualidad, todos sabéis que tales figuraciones no son realistas, tales cosas son imposibles. Sea cual sea el caso, la gente tiene muchas figuraciones sobre la obra, la gestión y el tratamiento del hombre por parte de Dios, y la mayoría de estas figuraciones provienen de las predilecciones humanas. ¿Por qué digo esto? Porque la gente no quiere sufrir. Siempre quieren seguir a Dios hasta el final con facilidad, disfrutar de abundante gracia, heredar Sus bendiciones y luego entrar en el reino de los cielos. ¡Qué idea tan maravillosa! La idea más común y extravagante que el género humano corrupto tiene sobre la obra de Dios es entrar a sus anchas en el reino de los cielos montado en un palanquín. Además, cuando la gente se encuentra con la obra de Dios, la mayoría de las veces es incapaz de entenderla; no sabe la verdad que contiene o cuál es el objetivo de Dios al hacer esta obra ni por qué Dios se comporta así con el hombre. Por ejemplo, he descrito previamente el amor de Dios usando las palabras “vasto” e “inmenso”, pero creo que es probable que nunca hayáis entendido lo que quería decir con estas dos palabras. ¿Cuál fue Mi objetivo al usar estas dos palabras? Era llamar la atención de todos, para que os pusierais a reflexionar sobre ellas. Superficialmente, estas palabras parecen vacías. Tienen un cierto significado, pero no importa cuánto piense la gente en ellas, lo único que se les ocurre es: “Vasto, significa tan infinito como el cielo; es decir, el corazón de Dios es infinito, ¡no existen límites para Su amor hacia el género humano!”. El amor de Dios no es el tipo de amor que puede imaginar la mente del hombre. Las personas son incapaces de imaginar este amor, no deben usar el aprendizaje y el conocimiento para interpretar esta palabra, sino que deben usar otro método para apreciarla y experimentarla. En última instancia, llegas a sentir verdaderamente que el amor de Dios es diferente del amor del que hablan las personas, que el verdadero amor de Dios es diferente a cualquier otro tipo de amor, a diferencia del amor que entiende todo el género humano. Entonces, ¿qué es exactamente este amor de Dios? ¿Cómo deberías entender el amor de Dios? Primero, no debes abordarlo con las nociones y figuraciones del hombre. Consideremos el amor de una madre, por ejemplo: el amor de una madre hacia sus hijos es incondicional, es extremadamente protector y cálido. Ahora mismo, ¿está al mismo nivel de sensación y significado el amor que sentís por parte de Dios hacia el hombre que el amor de una madre? (Sí). Entonces esto es un problema, está mal. Debes distinguir el amor de Dios del amor de los padres, del de un esposo, esposa o hijos, del de tu familia, de la preocupación de los amigos, y llegar a conocer el amor de Dios de nuevo. ¿Qué es el amor de Dios? El amor de Dios no tiene sentimientos carnales y no se ve afectado por las relaciones de sangre. Es el amor puro y simple. Entonces, ¿cómo debe la gente entender el amor de Dios? ¿Por qué hemos venido a discutir el amor de Dios? El amor de Dios está encarnado en la obra de Dios, de modo que la gente lo reconoce, lo acepta y lo experimenta, y finalmente se da cuenta de que es el amor de Dios, y reconoce que esta es la verdad, que el amor de Dios no son palabras vacías, ni cualquier forma de comportamiento por parte de Dios, sino la verdad. Cuando lo aceptes como la verdad, serás capaz de reconocer este aspecto de la esencia de Dios a partir de él. Si lo tratas como una forma de comportamiento, tendrás dificultades para reconocerlo. ¿Qué se entiende por “comportamiento”? Tomemos como ejemplo a las madres: entregan su juventud, su sangre, sudor y lágrimas para criar a sus hijos, y les dan lo que quieren. Sin importar si su hijo ha hecho el bien o el mal o qué senda toma, una madre da desinteresadamente, cubre las necesidades de su hijo, nunca enseña, ayuda o guía al niño sobre cómo seguir la senda correcta, solo lo cuida, lo ama y lo protege constantemente, hasta el punto de que, en última instancia, el niño no puede diferenciar el bien del mal. Este es el amor de una madre o cualquier tipo de amor nacido de la carne, los sentimientos y las relaciones carnales del hombre. El amor de Dios, por su parte, es exactamente lo contrario. Si Dios te ama, lo expresa a menudo castigándote, disciplinándote y podándote. Aunque tus días pueden pasar incómodos entre castigos y disciplina, una vez que hayas experimentado esto, descubrirás que has aprendido mucho, que tienes discernimiento y eres sensato a la hora de relacionarte con otras personas, y también que has llegado a comprender algunas verdades. Si el amor de Dios fuera como te imaginas, como el amor de una madre o un padre, si Él fuera tan escrupuloso en Su cuidado e invariablemente indulgente, ¿podrías conseguir estas cosas? No. Así pues, el amor de Dios que la gente es capaz de comprender es diferente a Su verdadero amor, el que se experimenta en Su obra; deben abordarlo según las palabras de Dios y buscar la verdad en ellas a fin de conocer qué es el amor verdadero. Si no busca la verdad, ¿cómo va a poder alguien que es corrupto conjurar de la nada un entendimiento de lo que es el amor de Dios, cuál es el objetivo de Su obra en el hombre y dónde residen Sus meticulosas intenciones? La gente nunca entendería tales cosas. Este es el malentendido más probable que tienen sobre la obra de Dios, y es el aspecto de Su esencia que les resulta más difícil de entender. Han de experimentarlo profundamente y en persona, e involucrarse en ello y apreciarlo a fin de poder entenderlo. Normalmente, cuando la gente dice “amor” se refiere a darle a alguien lo que le gusta, a no dar algo amargo cuando se quiere algo dulce, o si alguna vez se da algo amargo, es para tratar una enfermedad; es decir, tiene que ver con el egoísmo, los sentimientos y la carne del hombre; hace referencia a los objetivos y las motivaciones. No obstante, al margen de lo que Dios haga contigo, de cómo te juzgue y castigue, te reprenda y te discipline, o de cómo te pode, aunque malinterpretes a Dios, e incluso si te quejas de Él en tu corazón, Dios continuará obrando en ti con una paciencia infatigable. ¿Cuál es el objetivo último de Dios al hacer esto? Emplea este método para despertarte, para que algún día entiendas las intenciones de Dios. Sin embargo, cuando Dios observa este desenlace, ¿qué ha ganado Él? En realidad, nada. ¿Y por qué digo esto? Porque todo lo tuyo viene de Dios. A Él no le hace falta ganar nada. Lo único que necesita es que la gente lo siga de la manera adecuada y que entre de acuerdo con lo que Él requiere mientras desempeña Su obra, que viva en última instancia la realidad-verdad, que viva con la semejanza del hombre y Satanás no la confunda, seduzca ni tiente, poder rebelarse contra este, someterse y venerar a Dios, y entonces Él queda bien satisfecho, y Su gran obra se lleva a cabo. ¿Qué gana Dios? Dios te gana a ti y tú puedes alabarlo a Él. Sin embargo, ¿qué significa tu alabanza para Dios? ¿Dejaría de ser Dios si no lo alabaras? ¿Dejaría de ser todopoderoso si no lo alabaras? ¿Cambiaría Su esencia o Su estatus si no lo alabaras? (No). Así es. De esto solo se puede decir que es el amor y la obra de Dios. ¿Aparece este significado en vuestra comprensión del amor de Dios como algo tan vasto e inmenso? (No). Vuestro entendimiento no ha llegado a ese punto. Incluso cuando alguien le rompe el corazón a Dios, y otros piensan que es imposible que Él vaya a salvarlos, ¿cuál es la actitud de Dios cuando hacen introspección, se dan cuenta de su errada forma de obrar, se arrepienten y dejan de lado la maldad en sus manos y aceptan la salvación de Dios? Él los acepta igualmente. Mientras la gente tome la senda correcta, Dios no les tendrá en cuenta sus transgresiones. Este es el amor de Dios. ¿Qué noción del hombre se ha de remediar aquí? La relativa a la manera en la que Dios ama. La gente debe dejar atrás sus diversas nociones y figuraciones, deben buscar la verdad y entenderla para poder deshacerse de dichas nociones. Es fácil dejarlas atrás, pero cambiar a fondo las que son propias no lo es tanto. Si te vas a encontrar con un problema similar en el futuro y tu noción se vuelve a formar, ¿qué clase de problema es este? Demostraría que tal noción está profundamente arraigada en ti. Aunque puedes deshacerte de algunas nociones si compartes la verdad, en el caso de otras te resultará imposible. Puede que fuera fácil deshacerse de una noción sobre cierto asunto, pero hacer que la gente resuelva por completo sus nociones no resulta sencillo. Se deben entender muchas verdades antes de resolver por completo el problema de las propias nociones. Para ello se requiere que la gente busque la verdad en los asuntos con los que se topa, que experimente y aprecie el amor de Dios de manera práctica, y además que Dios realice muchas acciones para que puedan conocerlo. Solo una vez que la gente conozca a Dios, se eliminará a conciencia el problema de que alberguen nociones y figuraciones respecto a Él.
Lo que necesitáis diseccionar ahora son las nociones sobre la obra de Dios y en qué consisten, y ante todo resumir tus diversas figuraciones, conflictos y requerimientos sobre la obra de Dios, Su soberanía y arreglos y la manera en la que obra. Estas cosas pueden impedir que te sometas a las instrumentaciones y arreglos de Dios y es posible que causen que malinterpretes y sientas discrepancias respecto a todo lo que Dios ha hecho contigo. Tales nociones son muy serias y merece la pena diseccionarlas. Por ejemplo, los hay que leen las palabras de Dios que juzgan y condenan a las personas, y luego se forman nociones y afirman: “Dios dice que no ama a aquellos como yo, así que tal vez no me salve”. ¿No es esto una noción? ¿Qué consecuencia tendrá? Da igual la corrupción que tengas o qué clase de persona seas, sabes que a Dios no le gusta la gente que se rebela contra Él, ¿por qué no te arrepientes entonces? Si aceptas la verdad, desechas tu corrupción y te sometes por completo a Dios, ¿acaso no le agradarás? ¿Por qué circunscribes a Dios y dices que no te va a salvar? Estos pensamientos negativos que tienes te impedirán seguir a Dios y experimentar Su obra, provocarán que te estanques y te abandones a la desesperanza, e incluso que rechaces a Dios. Los anticristos y las personas malvadas aparecen en ciertas iglesias y causan perturbaciones, y así desorientan a algunas personas; ¿es esto algo bueno o malo? ¿Se trata del amor de Dios o acaso está Él jugando con la gente y la está poniendo en evidencia? No lo entendéis, ¿verdad? Dios hace que todas las cosas estén a Su servicio para perfeccionar y salvar a aquellos que Él desea salvar, y la verdad es lo que ganan en última instancia aquellos que la buscan y la practican sinceramente. Sin embargo, algunos que no buscan la verdad se quejan y dicen: “No es correcto que Dios obre de esta manera. ¡Me hace sufrir mucho! Por poco me uno a los anticristos. Si Dios realmente dispone esto, ¿cómo puede permitir que la gente se una a los anticristos?”. ¿Qué sucede aquí? Que no sigas a los anticristos demuestra que cuentas con la protección de Dios; si te unes a ellos, eso es traicionar a Dios y Él ya no te quiere. Así pues, ¿es bueno o malo que tales anticristos y personas malvadas causen perturbaciones en la iglesia? A primera vista, parece algo malo, pero, cuando esos anticristos y personas malvadas quedan en evidencia, tú adquieres mayor discernimiento, a ellos se los depura y tu estatura aumenta. Cuando vuelvas a encontrarte con personas así en lo sucesivo, podrás discernirlas incluso antes de que ellas se muestren tal como son, y las rechazarás. Esto te permitirá aprender lecciones y beneficiarte; sabrás discernir a los anticristos y Satanás ya no te desorientará. Por tanto, decidme, ¿acaso no es bueno que los anticristos perturben y desorienten a la gente? Solo cuando su experiencia ha llegado a este punto, la gente puede ver que Dios no ha actuado según sus nociones y figuraciones, y que Él permite que el gran dragón rojo cause perturbaciones de manera frenética y que los anticristos desorienten a Su pueblo escogido, para que Él pueda poner a Satanás a Su servicio con el objeto de perfeccionar a Su pueblo escogido, y es entonces que la gente comprende las meticulosas intenciones de Dios. Hay quien dice: “Los anticristos me han desorientado dos veces y todavía no puedo distinguirlos. Si viene un anticristo todavía más astuto, me desorientará otra vez”. Entonces deja que suceda de nuevo para que puedas experimentarlo y aprender la lección: Dios debe hacer las cosas de esta manera para poder salvar al género humano de la influencia de Satanás. Aquí es posible usar dos definiciones para describir la manera en que obra Dios, las cuales expresan que las diferentes formas en que lo hace son extraordinarias y van más allá de la imaginación de la gente común. ¿Por qué defino la obra de Dios usando estas dos expresiones, “extraordinario” y “más allá de la imaginación”? Porque el género humano corrupto no puede entender estas cosas ni la verdad, ni la forma de obrar de Dios, ni Su sabiduría a la hora de luchar contra Satanás; el género humano al completo no halla respuesta a estas cosas. ¿Y cómo es que la gente alberga aún ideas y nociones? Porque aprenden un poco de conocimiento, entienden algo de doctrina y tienen sus propias preferencias, así que se forman ciertas nociones y figuraciones. En lo que respecta a los asuntos del reino espiritual y la obra que desempeña Dios, sin embargo, no entienden estas cosas en absoluto. En los últimos días, el Creador se enfrenta directamente a todo el género humano y pronuncia Sus palabras. Esta es la primera vez que esto ha pasado jamás desde la creación del mundo. Es decir, Él se enfrenta a todo el género humano y desempeña abiertamente acciones de este modo, publicita Su plan de gestión y luego lo implementa y lo lleva a cabo entre los seres humanos; esta es la primera vez que ha ocurrido. La gente no encuentra respuestas y es ajena a este pensamiento del reino de Dios, a Su esencia y a la manera en que obra, por tanto, es normal que alberguen nociones sobre estas cosas, pero esto no significa que se ajusten a la verdad. Sean como sean las nociones de las personas normales, siguen yendo en contra de la verdad, no concuerdan con las palabras de Dios y entran en conflicto con Sus intenciones. Si estas nociones no se resuelven a tiempo, supondrán una enorme obstrucción para que la gente experimente la obra de Dios y para su propia entrada en la vida. Por tanto, en lo que respecta a las nociones humanas, da igual cuánto concuerden con las figuraciones e ideas de la gente, mientras no se conformen a la verdad y a las palabras de Dios, todas van en contra de la verdad y contradicen a Dios, no son compatibles con Él. Da igual cuánto concuerden con las figuraciones de las personas, la gente siempre debería tratar de discernirlas, no deberían en ningún caso aceptar ciegamente sus nociones. ¿Qué debería aceptar el género humano? Las palabras de Dios, la verdad y todo lo positivo que proviene de Él. En cuanto a las cosas que pertenecen a Satanás, por buenas que sean o por muy de acuerdo que les parezca que están con sus propias figuraciones, la gente no las debe aceptar, sino rechazarlas. Es la única manera de lograr la sumisión a Dios y de satisfacer las exigencias del Creador.
Las nociones de las personas solo se pueden resolver mediante las palabras de Dios y haciendo uso de la verdad; no se pueden dejar de lado predicando doctrina y dando exhortaciones; no es tan sencillo. La gente no se compromete con los asuntos justos, pero son propensas a aferrarse a varias nociones o a cosas perversas y distorsionadas que les resulta difícil dejar de lado. ¿Cuál es la causa de esto? Tienen actitudes corruptas. Ya sean grandes o pequeñas las nociones de la gente, sean graves o no, si no tienen actitudes corruptas, estas nociones son fáciles de resolver. Al fin y al cabo, solo se trata de maneras de pensar. Sin embargo, debido a las actitudes corruptas de las personas, como la arrogancia, la intransigencia e incluso la perversidad, las nociones se convierten en una mecha que provoca que la gente discrepe, malinterprete e incluso emita juicios sobre Dios. ¿Quién puede aún someterse y alabar a Dios si alberga nociones sobre Él? Nadie. Dado que albergan nociones, la gente es conflictiva con Dios, se queja sobre él, lo juzga e incluso lo condena. Esto es suficiente para demostrar que las nociones surgen de las actitudes corruptas, que causan la aparición de nociones al manifestarse y son todas una rebeldía contra Dios y una muestra de resistencia a Él. Hay quien dice: “Tengo nociones, pero no me resisto a Dios”. Es un discurso engañoso. Aunque no digan nada, siguen discrepando en su corazón, y su comportamiento es conflictivo. Al ser así, ¿pueden tales personas someterse aún a la verdad? Es imposible. Gobernados por un carácter corrupto, se aferran a sus nociones a causa de sus actitudes corruptas. Y así, al igual que las nociones se resuelven, también lo hace el carácter corrupto de las personas. Si este se resuelve, entonces muchos de sus pensamientos inmaduros e infantiles, e incluso las cosas que ya se han convertido en nociones, no son un problema para ellos; son solo pensamientos y no afectan el cumplimiento de tu deber o a tu sumisión a Dios. Las nociones y el carácter corrupto están conectados. A veces hay una noción en tu corazón, pero no dirige tus acciones. Cuando no infringe tus intereses inmediatos, la ignoras. Ignorarla, sin embargo, no significa que no haya un carácter corrupto en tu noción, y, cuando sucede algo que está en conflicto con tu noción, te aferras a ella con una cierta actitud, una actitud dominada por tu carácter. Este carácter puede ser intransigencia, puede ser arrogancia y crueldad; hace que te despaches a gusto con Dios diciendo: “Mi punto de vista ha sido ratificado académicamente muchas veces. La gente lo ha mantenido durante miles de años, así que ¿por qué no puedo hacerlo yo? Las cosas que Tú dices que contradicen a las nociones humanas son incorrectas, así que ¿cómo puedes decir que son la verdad y están por encima de todas las cosas? ¡Mi perspectiva es la más alta de todo el género humano!”. Una noción puede llevar a que se comporten así, a tal fanfarronería. ¿Qué causa esto? (El carácter corrupto). Así es, el carácter corrupto. Existe una relación directa entre las nociones y el carácter corrupto de la gente, y sus nociones deben ser resueltas. Una vez que las nociones de la gente sobre la fe en Dios hayan sido resueltas, les resulta fácil someterse a los arreglos de la obra de la casa de Dios y así realizan bien su deber con mayor fluidez, no dan rodeos, no trastornan ni perturban ni hacen nada que cause vergüenza a Dios. Si no se abordan las nociones y figuraciones de la gente, les resulta fácil hacer cosas que causen trastornos y perturbaciones. En los casos más graves, las nociones de las personas pueden provocar en ellas todo tipo de discrepancias con la encarnación de Dios. Al referirnos a las nociones, son sin duda puntos de vista equivocados reñidos con la verdad, se oponen por completo a ella y pueden causar que surjan toda clase de sentimientos conflictivos hacia Dios. Este conflicto te hace cuestionar a Cristo y te vuelve incapaz de aceptarlo o someterte a Él, mientras que también afecta a tu aceptación de la verdad y a la entrada en la realidad-verdad. En casos incluso más graves, las diversas nociones sobre la obra de Dios que tiene la gente provocan que niegue la obra de Dios, Sus maneras de obrar y Su soberanía y arreglos, en cuyo caso no tienen esperanza alguna de salvación. No importa sobre qué aspecto de Dios tenga la gente nociones, detrás de ellas acechan sus actitudes corruptas, las cuales pueden empeorar, darles incluso un pretexto mayor para abordar la obra de Dios, a Él mismo y el carácter de Dios por medio de sus propias actitudes corruptas. ¿Y acaso esto no anima a la gente a resistirse a Dios con sus actitudes corruptas? Esta es la consecuencia de las nociones para el hombre.
Aunque anteriormente hemos hablado a menudo sobre las nociones humanas, nunca hemos compartido de manera sistemática y en detalle sobre qué aspectos y asuntos alberga nociones la gente, ni sobre la clase de nociones que se crean. Al compartir y diseccionar esto punto por punto hoy, os he proporcionado una línea clara a seguir para que sepáis qué tipo de nociones tenéis, y para que podáis disponer de una senda para resolverlas una a una. Si la gente puede resolver estas nociones una a una, todos los aspectos de la verdad se les aclararán cada vez más. De este modo, su senda hacia delante será cada vez más clara, y la que recorren en su fe en Dios se volverá más sólida y radiante a medida que avancen más en ella.
20 de septiembre de 2018
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