Palabras sobre la búsqueda y práctica de la verdad (Fragmento 16)
El propósito de que la gente comprenda y practique la verdad es que la viva, que viva la semejanza humana y que convierta en su vida las verdades que comprenda y sepa poner en práctica. ¿Qué significa convertirlas en la vida de uno? Significa que se vuelven fundamento y causa de sus actos, de su vida, de su conducta y su existencia: cambian la manera de vivir de uno. ¿De acuerdo con qué cosas vivía antes la gente? Tuviera convicción o no, vivía confiando en actitudes satánicas y no de acuerdo con las palabras de Dios ni con la verdad. ¿Así debe vivir un ser creado? (No). ¿Qué le pide Dios al hombre? (Que la gente viva de acuerdo con Sus palabras). Vivir de acuerdo con las palabras de Dios: ¿no es este el objetivo que debería tener la gente que realmente crea en Él? (Sí). Un ser creado debería tener como forma de vida la confianza en las palabras de Dios. A ojos de Dios, esas personas son auténticos seres creados. Por tanto, debes meditar habitualmente acerca de cuáles de tus palabras, actos, principios de conducta, objetivos vitales y formas de tratar con el mundo son compatibles con los principios-verdad y con lo que Dios les pide a muchos y cuáles de ellos no guardan relación con las palabras y exigencias de Dios. Si lo meditas a menudo, poco a poco alcanzarás la entrada. Si no lo meditas, no sirve de nada hacer meros esfuerzos superficiales; al final no te servirá de nada actuar por inercia, seguir los preceptos y participar en ceremonias. Entonces, ¿qué es la fe en Dios? La fe en Dios es, en realidad, el proceso de alcanzar la salvación de Dios y el proceso de transformación de un ser humano corrompido por Satanás en lo que, a ojos de Dios, es un auténtico ser creado. Si alguien sigue dependiendo de su naturaleza y carácter satánicos para vivir, ¿acaso es un ser creado cualificado a ojos de Dios? (No). Dices que crees en Dios, le reconoces, reconoces Su soberanía y que Él te lo da todo, pero ¿vives las palabras de Dios? ¿Vives de acuerdo con Sus exigencias? ¿Sigues el camino de Dios? ¿Un ser creado como tú puede presentarse ante Dios? ¿Eres capaz de convivir con Él? ¿Tienes un corazón temeroso de Dios? ¿Son compatibles con Él lo que vives y la senda que recorres? (No). Entonces, ¿cuál es el significado de tu fe en Dios? ¿Has entrado en el camino correcto? Tu fe en Dios es solo fachada y palabrería. Crees en el nombre de Dios y lo reconoces, y reconoces que Dios es tu Creador y Soberano pero, en esencia no has aceptado la soberanía de Dios o Sus instrumentaciones, y no puedes ser totalmente compatible con Él. Es decir, el significado de tu fe en Dios no se ha concretado del todo. Aunque creas en Él, no has desechado tu corrupción y alcanzado la salvación, y no has entrado en la realidad-verdad en la que deberías haber entrado en tu fe en Dios. Esto es un error. Visto así, la fe en Dios no es nada sencillo.
Ahora bien, ¿sentís en vuestros corazones que es importante entender la palabra de Dios y practicar la verdad? (Sí). Todos sabéis que es importante practicar la verdad, pero hacerlo no es un asunto sencillo, sino que está plagado de dificultades. ¿Cómo se puede solucionar esto? Debéis acudir a Dios en oración cada vez que os sobrevengan dificultades, y buscar la verdad en las palabras de Dios, para que podáis resolver vuestras propias dificultades, arreglar vuestras propias debilidades y las dificultades del entorno externo, y alcanzar la práctica de la verdad. Al experimentar esto, tendréis la esperanza de obtener la aprobación de Dios. Si has comprendido más la verdad y también eres capaz de practicarla, entonces puedes convertirte en alguien que sigue el camino de Dios y, al hacerlo, tu fe recibirá la aprobación de Dios. Si dices que reconoces el nombre de Dios, y crees que Él tiene soberanía sobre todas las cosas y es el Creador, pero no hay absolutamente nada en tu vida que se relacione con la verdad, con los requisitos de Dios, o con lo que un ser creado debe hacer, entonces ¿acaso no tendrás al final un resultado problemático? ¿Puede alguien que no tiene nada que ver con estas cosas acercarse a Dios? Tú dices que puedes llegar a Dios, pero ¿aprueba Dios una fe como la tuya? No. ¿Y qué significa eso? Significa que Dios no reconoce ni necesita a un ser creado como tú. Si Dios no reconoce ni aprueba tu fe, ¿podrá entonces aprobarte como persona? (No puede). Este es el fin: Dios no te salvará, ¡y tu destino estará decidido! ¿Es este el resultado que queréis para vosotros? (No lo es). ¿Qué tipo de resultado queréis? (Contar con la aprobación de Dios). Para ser aprobado por Dios, ¿qué es lo primero que debes comprender? ¿En qué debes entrar primero? En primer lugar, debes saber qué es lo que a Dios le agrada y qué es lo que le desagrada que la gente haga. Primero haz un resumen de estas cosas, para que las entiendas claramente; luego, cuando las hagas, sabrás cómo actuar. Así de sencillo. ¿Es fácil resumir tales cosas? Es muy fácil. De aquellos que hicieron el mal y fueron descartados en el pasado, resume las cosas que hicieron que Dios aborrece, resume las lecciones que sus fracasos te enseñaron, y no hagas ninguna de esas cosas malas. Luego, haz un resumen del buen comportamiento de aquellos que fueron aprobados por Dios, y haz más de estas cosas. De esta manera, podrás conseguir la aprobación de Dios. Tienes que averiguar qué hacer y practicar para ser más acorde con las intenciones de Dios, y tienes que comprender en tu corazón qué personas y cosas Dios aborrece más, y cuáles son las que más le complacen. Debéis saber cómo distinguir entre ellas, y es mejor clasificarlas y resumirlas para tener una comprensión clara. Lo más importante es tener este estándar y límite en tu corazón. Con este principio, este estándar, este límite, tendrás principios para hacer las cosas, y serás capaz de hacer las cosas de acuerdo con estos principios. Si no tienes este principio y estándar, entonces no tendrás ninguna certeza al hacer las cosas, y no podrás distinguir cuáles de las cosas que haces son malas y cuáles son buenas. Quizás pienses que algo no es malo, pero a los ojos de Dios lo es; o tal vez creas que algo es bueno, pero a los ojos de Dios es malo. Si haces todas estas cosas, ¿no es eso problemático? Si de manera voluntaria e interminable haces cosas que Dios no aprueba, y solo haces unas pocas cosas que Dios aprueba, pero piensas que has hecho muchas, ¿no te estás confundiendo? Si la mayoría de las cosas que haces Dios las considera malas, ¿puede aún Él aprobarte? (No puede). Sabiendo que Dios no aprueba algo, ¿deberías hacerlo de todas formas, o no deberías? (No debería). ¿Si lo haces, es una acción malvada o una buena obra? (Una acción malvada). ¿Cómo se le llama si reconoces que es una acción malvada y posteriormente no vuelves a hacerla? Abandonar la violencia en tus manos, lo cual es una manifestación del verdadero arrepentimiento. Si sabes que has hecho el mal y estás seguro de que Dios no lo aprueba, entonces debes tener un corazón arrepentido. Si no reflexionas sobre ti mismo y por el contrario defiendes y racionalizas tu maldad, entonces tienes un problema: seguramente serás descartado y ya no estarás capacitado para cumplir con tu deber. Por tanto, ¿cuál es el principio que hay que dominar y la senda que hay que seguir para cumplir con nuestro deber? ¿Con qué intenciones se debe proceder para obtener la aprobación de Dios? (Busca la verdad y capta las intenciones de Dios en todas las cosas). Todo el mundo sabe esto, pero sabiéndolo, ¿puede ponerse en práctica? Una vez que lo has comprendido, ¿puedes ponerlo en práctica? (No podemos). Entonces ¿qué puedes hacer? Debes orar y confiar en Dios, debes sufrir por la verdad y dejar de lado tus ambiciones, deseos, intenciones y comodidades de la carne. Si no las dejas a un lado, pero aun así quieres obtener la verdad, ¿no estás alimentando quimeras? Algunas personas desean tanto comprender como obtener la verdad; quieren gastarse para Dios, sin embargo, no pueden desprenderse de nada. No pueden desprenderse de su futuro, de las comodidades de la carne, de su unión familiar, de sus hijos y de sus padres, ni pueden desprenderse de sus intenciones, sus objetivos o sus deseos. No importa lo que les suceda, siempre se ponen a sí mismos, sus propios asuntos y sus propios deseos egoístas en primer lugar, y ponen la verdad en último lugar; la satisfacción de los intereses de la carne y su carácter satánico y corrupto ocupa el primer lugar, y practicar la palabra de Dios y satisfacerlo es secundario y ocupa el último lugar. ¿Acaso tales personas pueden contar con la aprobación de Dios? ¿Pueden alguna vez entrar en la realidad verdad, o satisfacer las intenciones de Dios? (Nunca pueden). ¿Es seguir el camino de Dios si, aparentemente, has cumplido con tu deber y no has estado ocioso, pero tu carácter corrupto no se ha corregido en lo más mínimo? (No lo es). Todos entendéis estas cosas, pero cuando se trata de poner en práctica la verdad, es un trabajo arduo. Tus sufrimientos y el precio que pagas se deben emplear en practicar la verdad, no en acatar preceptos y seguir procesos. No importa cuánto sufras por la verdad, vale la pena, y el sufrimiento que soportas por practicar la verdad para satisfacer las intenciones de Dios es aceptable para Él y está aprobado por Él.
¿Cuáles son los problemas que afrontáis ahora? Uno de ellos es que no entendéis los detalles de muchas verdades y no tenéis ningún criterio en vuestro corazón mediante el cual podáis distinguirlas; además, es difícil practicar las verdades que sí comprendéis. Supongamos que practicar la verdad es difícil al principio, pero cuanto más la practicas, más fácil te resulta; cuanto más la practicas, menos prevalece tu carácter corrupto; la verdad se va imponiendo progresivamente, al igual que la voluntad de practicarla; tu estado va volviéndose cada vez más normal, y los deseos egoístas de la carne y tus ideas humanas pasan a ser cada vez menos dominantes. Esto es normal, y hay esperanza de que obtengas la aprobación de Dios. Sin embargo, supongamos que llevas practicando la verdad mucho tiempo y que, a pesar de ello, tus intereses, deseos egoístas, intenciones y carácter corrupto siguen teniendo el control sobre todos los aspectos y detalles de tu vida. Practicar la verdad sigue siendo un trabajo muy duro para ti, e incluso aunque cumplas tu deber, la mayor parte de lo que haces no tiene relación con la práctica de la verdad. ¿No creéis que esto es problemático? ¡Sin duda lo será! Da igual la iglesia en la que estés o cómo sea tu entorno; esas cosas no son importantes. Lo que importa es si mejora progresivamente tu estado de búsqueda de la verdad, si tu relación con Dios se va normalizando, al igual que tu conciencia, razón y humanidad, y si tu lealtad y sumisión a Dios van en aumento. Si las cosas positivas dentro de ti aumentan y prevalecen, hay esperanza de que alcances la verdad. Si en tu interior nunca ha habido señal alguna de esas cosas positivas, no habrás progresado lo más mínimo y no se habrá producido ni un solo cambio en tu carácter. ¿Cómo puedes tener entrada en la vida si no practicas la verdad en absoluto? Algunos dicen: “La he practicado y me he esforzado. ¿Cómo puede ser que no vea resultados?”. ¿Qué significa esta ausencia de resultados? Significa que no has practicado la verdad. No importa cuántas veces hayas intentado practicarla, la consecuencia definitiva es que sigues abrumado por tu carácter corrupto y tu naturaleza satánica, lo que quiere decir que no has estado usando la realidad-verdad ni la palabra de Dios para superar tu carácter satánico y corrupto. ¿Es posible expresarlo de esa forma? (Sí). Entonces, ¿eres un triunfador o un fracasado? (Un fracasado). Eso es ser un fracasado, no un triunfador. Cuando practicas la verdad, se libra una batalla en tu corazón. No puedes dejar a un lado tus intenciones, pero entiendes lo que dice la verdad y cuáles son las exigencias de Dios. En el transcurso de esa batalla, dejas la verdad a un lado, no la practicas. Finalmente, satisfaces tus deseos egoístas, revelas tu carácter corrupto y vives conforme a tu naturaleza satánica, sin practicar la verdad. ¿Cuál es entonces la consecuencia final? (El fracaso). Supongamos que finalmente no ganas la batalla y que vives como antes, conforme a tu carácter satánico: eliges no practicar según las palabras de Dios, priorizas tus intereses personales, sacias tus deseos y tu egoísmo, pero no satisfaces a Dios ni te posicionas del lado de la verdad. Eso quiere decir que eres un fracasado de los pies a la cabeza, y este es un tipo de resultado de una batalla. ¿Cuál es otro tipo de resultado de una batalla? Las personas también libran batallas internas cuando les suceden cosas. Sienten incomodidad, dolor y debilidad, incluso su dignidad y su personalidad se ven cuestionadas, y no pueden satisfacer su vanidad. Además, se enfrentan a la poda, sufren el menosprecio de los demás o la humillación y pierden tanto su dignidad como su personalidad. Sin embargo, cuando afrontan este tipo de situación, pueden orar a Dios, y una vez lo han hecho, su corazón sale reforzado y pueden ver claramente esas cosas al buscar la verdad. Practicarán la verdad con vigor extraordinario, firmes en su determinación. “No deseo tener una imagen, ni un estatus, ni vanidad. Incluso si los demás me menosprecian y no me comprenden, en este momento elijo satisfacer a Dios y practicar la verdad, de manera que Él me apruebe y quede complacido conmigo en este asunto y así no lastime Su corazón”. Finalmente dejarán de lado su imagen y su vanidad, sus intenciones, ambiciones y egoísmo, y se mantendrán en el lado de Dios, de la verdad y de la rectitud. Tras practicar la verdad, su corazón queda satisfecho, en paz y lleno de gozo. Sienten la bendición de Dios y consideran que es bueno practicar la verdad, ya que al hacerlo, su corazón obtiene satisfacción y alimento, y tienen la sensación de vivir como seres humanos, en lugar de ser cautivos y estar sometidos al control de su carácter satánico y corrupto. Tras haber dado testimonio ante Dios y haberse mantenido firmes en el testimonio y la postura propios de un ser creado, sienten tranquilidad, deleite y felicidad en su corazón. Ese es otro tipo de consecuencia. ¿Cómo es una consecuencia como esta? (Es algo bueno). ¿Pero ese “algo bueno” es fácil de alcanzar? (No). Ese “algo bueno” debe lograrse a través de un proceso de batalla, y es posible que, en la batalla, la gente fracase una o dos veces. No obstante, el fracaso aporta lecciones: hace que las personas experimenten en su conciencia el peso de no practicar la verdad, la deuda que tienen con Dios, y el sufrimiento y el dolor que afligen sus corazones. Al enfrentarse más adelante a circunstancias como esas, de manera inconsciente las personas irán mejorando progresivamente a la hora de superar sus actitudes satánicas y corruptas; paulatinamente, escogerán sin dudarlo la práctica de la verdad para complacer al corazón de Dios. Este es el proceso normal por el que se triunfa sobre un carácter satánico y corrupto y se practica la verdad para satisfacer las intenciones de Dios.
A ver, ¿os parece difícil practicar la verdad? ¿O lo difícil es hacer lo que os plazca, sin practicar la verdad? (Practicar la verdad es difícil). ¿Y qué me decís de hacer lo que os plazca? (Eso es fácil). Esto revela vuestra verdadera estatura: ninguno de vosotros ha cambiado lo más mínimo y aún sois incapaces de practicar la verdad. ¡Qué estatura más lamentable! Todos vosotros consideráis que practicar la verdad es difícil y hacer lo que os plazca es fácil, lo que demuestra que todavía no sois capaces de practicar la verdad. Para vosotros se ha vuelto algo natural seguir las apetencias de la carne; os habéis acostumbrado a ello como si fuera una norma, y por eso practicar la verdad os parece demasiado difícil: vivís en el miedo perpetuo a que vuestro amor propio y estatus se vean perjudicados, de modo que no practicáis la verdad, sino que actuáis conforme a vuestras propias ideas. Con un solo pensamiento uno se convierte en un cobarde, en un fracasado cautivo de su propio carácter satánico y corrupto y pierde el testimonio y la aprobación de Dios. Es tan sencillo como eso. ¿Pero acaso es igual de fácil convertirse en alguien que practique la verdad y dé testimonio ante Dios? Tiene que haber un proceso para ello. Cuando uno acepta la verdad, siempre tiene lugar una batalla en su mente y a cada momento las cosas resultan de una manera u otra diferente. Se da una batalla interna constante, y al final, esa lucha llega a una conclusión: aquellos que aman la verdad la practican, dan testimonio y se convierten en triunfadores, y quienes no la aman son obstinados en exceso, les falta demasiada humanidad, tienen poca personalidad y resultan despreciables; las personas así eligen satisfacer sus propios deseos y egoísmo y están totalmente bajo el control de su carácter satánico y corrupto. Cuando os ocurren cosas en vuestra vida diaria, ¿triunfáis sobre vuestro carácter satánico y corrupto? ¿O sois cautivos y estáis sometidos a su control? ¿En qué estado os encontráis la mayor parte del tiempo? En base a esto, puedes calibrar si eres o no una persona que practica la verdad. Si puedes superar tu carácter satánico y corrupto la mayoría de las veces y convertirte en alguien que dé testimonio, entonces eres una persona que practica y ama la verdad. Si la mayor parte del tiempo satisfaces tus propios deseos egoístas y eres incapaz de superar tu carácter satánico y corrupto y de estar del lado de la verdad, de practicarla y de satisfacer a Dios, entonces eres alguien que no practica la verdad ni tiene la realidad-verdad. Resulta obvio que aquellos que carecen de la realidad-verdad son quienes creen en Dios, pero no tienen entrada en la vida. Así que medíos a vosotros mismos: ¿estáis del lado de la carne la mayoría de las veces? ¿U os mantenéis en el lado de la verdad? Los asuntos menores que no tienen que ver con la verdad no cuentan, pero cuando ocurren cosas importantes que te exigen tomar una decisión, ¿estás del lado de la verdad o te mantienes en el lado de la carne? (Al principio estamos del lado de la carne, pero después de una batalla nos mantenemos en el lado de la verdad, una vez que hemos comprendido parte de la verdad a través de la oración y la búsqueda). Es acertado decir que uno puede mantenerse en el lado de la verdad una vez que la ha entendido, pero rebelarse contra la carne no significa necesariamente que estés practicando la verdad. No se trata de que la estés practicando al rebelarte contra la carne y no hacer lo que deseas, sino que, para practicar la verdad, debes acatar y practicar los principios de la verdad. Así pues, ¿cuáles son las situaciones en las que soléis encontraros? (Lo que llamamos rebelarse contra la carne no es realmente practicar la verdad, en realidad, se trata de ejercer autocontrol). Ese suele ser el caso de la mayoría de la gente, ¿no os parece? (Así es). Entonces, ¿en qué estado os encontráis ahora mismo? ¿Todavía os falta entrar en las realidades-verdad? (Sí). Creer en Dios sin entrada en la vida significa que no habéis entrado aún en la realidad-verdad; ese es el estado en que vivís, así que hay muchas cosas que no sois capaces de distinguir. ¿Por qué no podéis distinguirlas? Porque habéis comprendido únicamente algunas palabras y doctrinas, pero todavía no habéis entendido la verdad ni habéis entrado en la realidad, por lo que desconocéis muchos de los estados que estamos tratando. No los habéis experimentado, así que no podéis explicarlos con claridad. Eso es así. Sea lo que sea, tienes que experimentarlo por ti mismo, y una vez que lo hayas hecho, conocerás los detalles. Tus sensaciones, pensamientos y el proceso de tu experiencia contendrán todos esos detalles, y esos detalles son cosas reales. Sin ellos, tan solo dispones de un conocimiento superficial, que te limitas a repetir como un loro. Un conocimiento de esas características implica que te has quedado en una comprensión literal, no la has interiorizado todavía, y sigues estando lejos de entrar en la realidad-verdad. ¿Es posible expresarlo de esta forma? (Sí). Debéis practicar conforme a lo que hemos hablado hoy y tenéis que aprender a reflexionar. Para practicar la verdad también debes reflexionar, y si reflexionas mientras practicas y practicas mientras reflexionas, entenderás cada vez más los detalles de la verdad, profundizarás cada vez más en tu conocimiento de la verdad y, de esa forma, podrás experimentar realmente en qué consiste la realidad-verdad. Tan solo una vez que lo hayas aprendido y experimentado podrás poseer la realidad-verdad.
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