Seis indicadores de crecimiento vital (Parte 3)
A medida que experimentas la obra de Dios, primero debes aceptar las palabras Suyas que ponen al descubierto la esencia-naturaleza del hombre. Si eres capaz de ver con claridad el carácter corrupto de las personas y la verdad de su corrupción, y si llegas realmente a conocerte a ti mismo, ¿acaso no es este el camino a seguir para alcanzar la salvación? La forma en que abordes las palabras de Dios que juzgan y desenmascaran al hombre es fundamental. Ante todo, debes reflexionar y entender las palabras de Dios que dejan en evidencia la naturaleza del hombre. Si eres capaz de ver con claridad que lo que las palabras de Dios han puesto al descubierto concuerda totalmente con tu estado real, entonces recogerás lo sembrado. Algunas personas, tras leer las palabras de Dios, siempre las comparan con otros. Siempre piensan que van dirigidas a los demás, y que las palabras que Dios ha declarado no tienen nada que ver con ellas, por muy severas que sean. Eso es problemático, esta clase de persona no acepta la verdad. Entonces, ¿cómo debes abordar las palabras de Dios? Cada vez que las leas, debes compararlas contigo mismo, cotejarlas con tu propio estado, con tus propios pensamientos y puntos de vista y con tu propio comportamiento. Si realmente puedes compararte con ellas y buscas la verdad para resolver tus propios problemas, entonces, de esta manera, recogerás lo sembrado. A continuación, debes usar la realidad de la verdad que entiendes para ir a ayudar a los demás, ayudarlos a entender la verdad y resolver los problemas, a presentarse ante Dios y aceptar Sus palabras y la verdad. Esto demuestra amor por el prójimo, y puedes recoger de ello lo sembrado. Te beneficia a ti y a los demás, es una cosecha doble. Actuar de esta manera te convierte en una persona útil en la casa de Dios. Si posees tal realidad-verdad, puedes dar testimonio de Dios. ¿Acaso no te ganas entonces Su aceptación? Debes usar los mismos métodos para aceptar y someterte al resto de las palabras con las que Dios ha desenmascarado a la gente, y luego diseccionarte y llegar a conocerte a ti mismo. ¿Sabéis cómo compararos a vosotros mismos de esta manera? (Un poco). Si Dios dijera que eres Satanás, que eres un diablo, que tienes un carácter corrupto y que te resistes a Él, podrías ser capaz de comparar estas cosas más importantes contigo mismo; sin embargo, cuando Sus palabras tocan ciertos estados y efusiones para determinar qué clase de persona eres, no las puedes comparar contigo mismo y no puedes aceptarlas; eso es un gran problema. ¿Qué significa? (Significa que no nos conocemos realmente a nosotros mismos). No te conoces realmente a ti mismo y no aceptas la verdad, ¿no es así? (Sí). La gente necesita llegar a experimentar lentamente las palabras que Dios usa para dejar en evidencia a las personas, como “gusanos”, “demonio inmundo”, “no vales un céntimo”, “basura” e “inútil”. ¿Acaso el objetivo de Dios al desenmascarar a las personas es condenarlas? (No). ¿Entonces, cuál es? (Que se conozcan a sí mismas y despojarlas de su corrupción). Correcto. El objetivo de Dios al poner al descubierto estas cosas es permitirte conocerte a ti mismo, obtener la verdad en el proceso y entender Sus intenciones. Si Dios te deja en evidencia como un gusano, como alguien de baja condición, un inútil, ¿cómo debes practicar? Podrías decir: “Dios dice que soy un gusano, así que seré un gusano. Dios dice que soy un inútil, así que seré un inútil. Dios dice que no valgo ni un céntimo, así que seré una basura inservible. Dios dice que soy un demonio inmundo, que soy Satanás, entonces seré un demonio inmundo, seré Satanás”. ¿Es esa la manera de obtener la verdad? (No). El objetivo de Dios al decir estas palabras, Su objetivo principal en todo Su juicio, castigo y desenmascaramiento, es permitir a la gente comprender Sus intenciones, tomar la senda de practicar la verdad, conocer a Dios y someterse a Él. Si la gente siempre malinterpreta a Dios mientras recorre esta senda, si a menudo es incapaz de aceptar plenamente Su juicio y castigo, y si su rebeldía es demasiado grande, entonces, ¿qué puede hacer? Debes presentarte a menudo ante Dios, aceptar Su escrutinio, permitirle que te guíe a través de numerosas pruebas y refinaciones, y permitirle que disponga circunstancias para purificarte. La corrupción de las personas es muy profunda, necesitan que Dios las purifique. Si no cuentan con la voluntad para hacerlo, si siempre se consienten con comodidades, si siempre son atolondradas y no buscan la verdad en absoluto, entonces sus esperanzas de obtener la verdad son muy escasas. Hay muchas manifestaciones prácticas de que Dios escruta lo más profundo del corazón de las personas que se pueden ver a partir de las numerosas cosas presentes en las actitudes corruptas de las personas que Dios deja en evidencia. Solo Él es capaz de ver lo que hay dentro de la esencia-naturaleza del hombre. Por tanto, si no escuchas las palabras de Dios, no vives del modo que Dios te ha indicado y no crees en Él ni desempeñas tu deber de la manera que Él te ha instruido, entonces no tienes manera de embarcarte en la senda de satisfacer las intenciones de Dios. No tienes manera de tomar el camino correcto de la fe en Dios, y es muy difícil que alcances la salvación. ¿Es correcto lo que digo? (Sí). ¿Puede la gente satisfacer a Dios al creer en Él según sus propios métodos? (No). Los métodos de las personas, sus figuraciones y las formas y maneras a las que llegan no concuerdan con la verdad, así que esta clase de fe en Dios nunca puede satisfacerle.
Acabo de hablar del cuarto indicador de cómo juzgar si una persona ha experimentado o no crecimiento en su entrada en la vida, que es hasta qué punto alguien es capaz de someterse a Dios ante las personas, los acontecimientos y las cosas con las que se encuentra. ¿Qué determina el grado en que eres capaz de someterte a Dios? Si eres incapaz de comprender o entender las palabras de Dios, si no puedes captar en absoluto las cosas que Dios dice y requiere, ¿puedes someterte a Él? (No). Eso es demasiado difícil. Entonces, en definitiva, ¿qué se necesita para lograr la sumisión? (Comprender la verdad). Si una persona comprende la verdad, ¿no equivale eso a comprender las intenciones de Dios? (Sí). Solo cuando comprende las intenciones de Dios puede lograr paulatinamente la sumisión a Él y la satisfacción de Sus intenciones.
Al juzgar si una persona ha experimentado o no crecimiento en su entrada en la vida, hay otro indicador fundamental: si eres capaz o no de entender las intenciones de Dios y obtener la verdad entre las cosas que te encuentras. Ahora, cuando la mayoría de vosotros os encontráis con un asunto o circunstancia, ¿cuánta verdad sois capaces de entender de ello? ¿Sois capaces de obtener la verdad? ¿Obtenéis la verdad en la mayoría de los asuntos o no podéis obtenerla casi nunca y actuáis siempre de forma atolondrada y dejáis cabos sueltos? (Dejamos cabos sueltos casi todo el tiempo). Ese es vuestro verdadero estado, la mayor parte del tiempo no podéis obtener la verdad. ¿Qué demuestra esto? Demuestra que vuestra estatura es muy escasa y que, cuando os encontráis con muchos asuntos, no tenéis la estatura ni la realidad-verdad necesarias para resolver los problemas. Da igual que te enfrentes a pruebas o tentaciones, no te mantienes firme en tu testimonio, así que no tienes la realidad-verdad. Si no puedes reconocer tus propios problemas y no sabes cómo buscar la verdad para resolverlos, has fracasado por completo. Si vuelves a encontrarte con el mismo tipo de prueba, seguirás atolondrado, y utilizarás el mismo método para resolverla y la misma actitud para abordarla. ¿No demuestra esto falta de crecimiento? (Sí). ¿Hasta qué punto está estancada vuestra estatura en este momento? Os confundís cuando os suceden cosas, y entonces buscáis en las palabras de Dios, en los himnos, en los sermones y en las charlas, así como en los diversos principios que soléis utilizar, o bien vais en busca de personas con las que hablar; ¿es esa la estatura que poseéis actualmente? (Sí). Entonces, ¿es vuestra estatura grande o escasa? (Escasa). ¿Puedes vivir de forma independiente con este tipo de estatura? ¿Puedes resolver tus problemas de forma independiente? (No). Si esta es vuestra estatura actual, en cuanto dejéis la vida de iglesia, a vuestros hermanos y hermanas y las circunstancias y los lugares en los que cumplís vuestro deber, ¿seguiréis siendo capaces de seguir a Dios? ¿Podéis realmente seguirlo hasta el final? Eso aún es incierto. También es posible que, después de tres o cinco años, todavía sigáis a Dios, pero vuestro comportamiento y conducta, las metas que perseguís, la dirección de vuestra vida, vuestros puntos de vista sobre los asuntos, la forma en que os lleváis con los demás y la actitud con la que tratáis los asuntos, nada de eso haya cambiado y no seáis diferentes a cualquier no creyente. La única diferencia será que os consideráis creyentes, seguís creyendo en Dios solo nominalmente e identificándoos a vosotros mismos como Sus seguidores. En esencia, sin embargo, Dios ya no está en vuestro corazón, ya no guardáis Su camino en vuestro corazón y no tenéis nada que ver con Él. Como te presentas a menudo ante Dios sin saber qué decirle en oración ni qué buscar, y no tienes nada que decirle en tu corazón, comienzas a alejarte más de Él. Cuando te encuentras con cosas, las palabras de Dios no te sirven de guía, no sabes buscar la verdad y actúas según tus propias figuraciones. ¿No te has convertido así en un incrédulo de la cabeza a los pies? ¿Qué quiero decir con estas palabras? Antes de que una persona haya obtenido la verdad, siempre se confunde cuando le suceden cosas, no sabe cómo aplicar la verdad y no sabe cómo tratar las cosas de acuerdo con las intenciones de Dios. Con independencia de que te encuentres en circunstancias buenas o terribles, de que se te tiente o se te ponga a prueba, siempre estás perdido; te limitas a afrontarlo con pasividad, y eres incapaz de adoptar una actitud positiva o la verdad para resolver las cosas. No importa con qué circunstancias te encuentres, careces por completo de la capacidad de sobrellevarlas, y eres incapaz de tomar la iniciativa de utilizar la verdad para resolver los problemas. Incluso si buscaras la verdad justo en ese momento para resolverlos y tratar de satisfacer las intenciones de Dios con respecto a este asunto, serías incapaz de hacerlo. Entonces, ¿cuánto de tu conducta y vida está relacionado con Dios, relacionado con la conducta y vida que debe tener un creyente? Si solo el uno por ciento en términos de formalidad y deseos subjetivos de tu corazón está relacionado con Dios, y el noventa y nueve por ciento no se relaciona con la verdad, entonces eres tal como ha dicho Dios: “Habéis hecho mucho que es irrelevante para la verdad”. ¿Acaso esto no da miedo y resulta peligroso? (Sí). Da mucho miedo y es muy peligroso. Entonces, ¿cuáles son los problemas a los que se enfrenta la gente? Si abandonan las circunstancias que Dios ha dispuesto, pierden la oportunidad de que Él los haga perfectos, se vuelven indignos de la amable consideración de Dios y abandonan las lecciones que Dios ha dispuesto deliberadamente para ellos. Esto es lo que más aflige a Dios. Él dispone las circunstancias apropiadas para que las personas persigan la verdad. Si estas abandonan sus deberes, renuncian a la búsqueda de la verdad, no leen las palabras de Dios y son capaces de apartarse de Él en cualquier momento y lugar, ¿son entonces sinceros seguidores de Dios? Por supuesto que no. Es probable que veáis esto con claridad: esta es vuestra verdadera estatura en este momento. Las personas que no persiguen la verdad no entienden en absoluto las intenciones de Dios. Si no entienden para nada las circunstancias que Dios dispone para ellas ni saben cómo orar o hablar con Dios, ¿qué clase de estatura tienen estas personas? ¿No será que su estatura es demasiado escasa y no saben cómo perseguir la verdad? Si no saben cómo perseguir la verdad, ¿cómo pueden obtenerla? Desde una perspectiva subjetiva, podrías pensar que lo has desechado todo y que tu fe en Dios es verdadera, pero, de hecho, no aceptas la verdad, y Dios no ha obtenido tu corazón, ¿no es así? (Sí). Dios no ha obtenido tu corazón, lo que significa que todavía eres capaz de resistirte y de traicionar a Dios en muchos asuntos, además de apartarte de Él, hasta el punto de que incluso negarías Su existencia. No solo no puedes someterte a Dios, serle leal ni temerle, sino que también eres capaz de resistirte y traicionar a Dios en todo momento y lugar. Esta es la situación en la que se encuentran las personas antes de haber obtenido la verdad. ¿Cuál es Mi propósito al deciros todo esto? ¿Por qué digo estas palabras? ¿Es para echaros un jarro de agua fría? (No, es para que conozcamos nuestra verdadera estatura). Estas palabras son una llamada de atención para vosotros y os beneficiarán. Como creyente, si no obtienes la verdad, nunca ganarás a Dios, y Él no tendrá manera de ganarte. Así pues, la búsqueda de la verdad en tu fe en Dios es lo más importante.
Para perseguir la verdad hay que centrarse en practicarla, pero ¿por dónde hay que empezar a practicarla? No hay preceptos para esto. Debes practicar cualquier aspecto de la verdad que comprendas. Si has empezado en un deber, debes comenzar a practicar la verdad a la hora de cumplirlo. En el cumplimiento del deber hay muchos aspectos de la verdad que practicar, y debes practicar cualquier aspecto de la verdad que comprendas. Por ejemplo, puedes empezar por ser una persona honesta, hablar con honestidad y abrir tu corazón. Si hay algo acerca de lo cual te sientas muy avergonzado como para hablarlo con tus hermanos y hermanas, entonces debes arrodillarte y decírselo a Dios por medio de la oración. ¿Qué deberías decirle a Dios? Dile a Dios lo que tienes en tu corazón; no des cumplidos vacíos ni intentes engañarlo. Comienza siendo honesto. Si has sido débil, entonces di que has sido débil; si has sido perverso, entonces di que has sido perverso; si has sido falso, entonces di que has sido falso; si has tenido pensamientos perversos e insidiosos, cuéntale a Dios sobre ellos. Si siempre estás compitiendo por estatus, también díselo a Dios. Permite que Dios te discipline; permítele que disponga ambientes para ti. Permite que Dios te ayude a superar todas tus dificultades y a resolver todos tus problemas. Debes abrir tu corazón a Dios; no lo mantengas cerrado. Aun si lo dejas fuera a Él, aun así Él puede escrutarte. Sin embargo, si le abres tu corazón, puedes alcanzar la verdad. ¿Y qué senda debes escoger? Debes abrir tu corazón y contarle a Dios lo que hay en él. Bajo ningún concepto debes decir nada falso ni disfrazarte. Debes empezar por ser honesto. Durante años hemos comunicado sobre la verdad que concierne a ser una persona honesta y, sin embargo, hoy en día todavía hay muchas personas que continúan indiferentes, que solo hablan y actúan de acuerdo con sus propias intenciones, deseos y objetivos y a quienes nunca se les ha ocurrido arrepentirse. Esta no es la actitud de las personas honestas. ¿Por qué le pide Dios a la gente que sea honesta? ¿Para que sea más fácil entenderla acabadamente? En absoluto. Dios exige que la gente sea honesta porque Él ama a los honestos y los bendice. Ser una persona honesta implica ser una persona con conciencia y razón. Implica ser alguien digno de confianza, alguien al que Dios ama y capaz de practicar la verdad y amar a Dios. Ser una persona honesta es la manifestación más fundamental de una humanidad normal y de una vida con auténtica semejanza humana. Si alguien no ha sido nunca honesto ni ha pensado serlo, es una persona que no puede comprender la verdad, y ni mucho menos alcanzarla. Si no me crees, compruébalo tú mismo, ve a experimentarlo por tu cuenta. Solo si eres una persona honesta puede estar tu corazón abierto a Dios, puedes aceptar tú la verdad, puede convertirse esta en tu vida y puedes tú comprender y alcanzar la verdad. Si tu corazón está siempre cerrado, si no te abres ni le dices a nadie lo que hay en él, de modo que nadie pueda entenderte, entonces tus muros son demasiado gruesos y eres la persona más falsa. Si crees en Dios, pero no puedes abrirte a Él con pureza, si eres capaz de mentirle o de exagerar para engañarlo, si no puedes abrir tu corazón a Dios y eres capaz, de todos modos, de hablar con rodeos y ocultar tus intenciones, solo te perjudicarás a ti mismo, y Dios te ignorará y no obrará en ti. No comprenderás nada de la verdad ni alcanzarás nada de ella. ¿Podéis ahora ver la importancia de perseguir y obtener la verdad? ¿Qué es lo primero que debéis hacer para perseguir la verdad? Debéis ser una persona honesta. Solo si la gente procura ser honesta puede saber lo hondamente corrompida que está, si realmente tiene o no semejanza humana, y sopesar claramente su capacidad o ver sus deficiencias. Solo al practicar la honestidad puede darse cuenta de cuántas mentiras dice y de lo profundamente ocultas que están su falsedad y su deshonestidad. Solo al experimentar la práctica de la honestidad puede llegar a conocer poco a poco la verdad de su propia corrupción y conocer su esencia-naturaleza, momento en el que se podrán purificar constantemente sus actitudes corruptas. Solo durante la purificación constante de su carácter corrupto será cuando podrá recibir la gente la verdad. Tomaos vuestro tiempo para experimentar estas palabras. Dios no hace perfectos a quienes son falsos. Si tu corazón no es honesto, si no eres una persona honesta, entonces no serás ganado por Dios. Asimismo, tampoco obtendrás la verdad y serás incapaz de ganar a Dios. ¿Qué significa no ganar a Dios? Si no ganas a Dios y no has comprendido la verdad, entonces no conocerás a Dios, y entonces no habrá manera de que puedas ser compatible con Dios, en cuyo caso eres Su enemigo. Si eres incompatible con Dios, Él no es tu Dios; y si Él no es tu Dios, no puedes ser salvado. Si no intentas alcanzar la salvación, ¿por qué crees en Dios? Si no puedes alcanzar la salvación, serás, por siempre, un enemigo acérrimo de Dios y tu resultado estará determinado. Por lo tanto, si la gente desea salvarse, debe empezar por ser honesta. Al final, aquellos que han sido ganados por Dios están marcados con una señal. ¿Sabéis cuál es? Está escrito en el Apocalipsis, en la Biblia: “Y en su boca no se halló mentira alguna; están sin mancha” (Apocalipsis 14:5).* ¿De quiénes se trata? Son los salvados, perfeccionados y ganados por Dios. ¿Cómo los describe Dios? ¿Cuáles son las características y manifestaciones de su conducta? Están sin mancha. No mienten. Probablemente todos podáis comprender y captar qué significa no mentir: significa ser honesto. ¿Qué quiere decir con eso de “sin mancha”? Significa no hacer el mal. ¿Y en qué fundamento se basa no hacer el mal? Sin duda, se basa en el fundamento del temor a Dios. No estar manchado, por lo tanto, significa temer a Dios y apartarse del mal. ¿Cómo define Dios a alguien sin mancha? A los ojos de Dios, solo aquellos que le temen y se apartan del mal son perfectos; así, las personas que no están manchadas son aquellas que temen a Dios y se apartan del mal, y solo las que son perfectas no están manchadas. Esto es totalmente correcto. Si alguien miente a diario, ¿no es eso una mancha? Si habla y actúa según su propia voluntad, ¿no es eso una mancha? Si siempre busca reconocimiento cuando actúa, siempre pide a Dios una recompensa, ¿no es eso una mancha? Si nunca ha exaltado a Dios, sino que siempre da testimonio de sí mismo, ¿no es eso una mancha? Si cumple su deber de forma superficial, si actúa de manera oportunista, si alberga intenciones malvadas y holgazanea, ¿no es eso una mancha? Todas estas revelaciones de actitudes corruptas son manchas. Lo que ocurre es que antes de que la gente comprenda la verdad, no lo sabe. En este momento, todos sabéis que estas revelaciones de corrupción son manchas y suciedad; solo cuando entendéis un poco de la verdad podéis tener este tipo de discernimiento. Todo lo que se refiere a revelaciones de corrupción está relacionado con mentiras; las palabras de la Biblia, “no se halló mentira alguna”, son el elemento clave para reflexionar sobre si tenéis o no manchas. Entonces, al juzgar si una persona ha experimentado o no crecimiento en su vida, hay un indicador más, que es si has entrado o no en ser una persona honesta, cuántas mentiras se pueden hallar en las cosas que dices, y si tus mentiras están disminuyendo poco a poco o si son las mismas de antes. Si tus mentiras, incluidas tus palabras disfrazadas y engañosas, disminuyen progresivamente, eso demuestra que has empezado a entrar en la realidad y que tu vida está creciendo. ¿No es esta una forma práctica de ver las cosas? (Sí). Si sientes que ya has experimentado un crecimiento, pero tus mentiras no han disminuido en absoluto y eres básicamente igual que un no creyente, ¿es esta una manifestación normal de haber entrado en la realidad-verdad? (No). Cuando alguien ha entrado en la realidad-verdad, al menos dirá muchas menos mentiras; básicamente será una persona honesta. Si mientes demasiado y tus palabras están demasiado adulteradas, eso demuestra que no has cambiado en absoluto y que todavía no eres una persona honesta. Si no eres una persona honesta, entonces no tienes entrada en la vida y, por tanto, ¿qué crecimiento puedes experimentar? Tu carácter corrupto sigue intacto y eres un no creyente y un demonio. Ser una persona honesta es un indicador para juzgar si una persona ha experimentado o no crecimiento en su vida; las personas deben saber cotejar estas cosas consigo mismas y saber medirse a sí mismas.
En total, ¿sobre cuántos indicadores de si una persona ha experimentado crecimiento en su entrada en la vida hemos hablado? (Seis). Resumid cuáles son estas seis cosas. (La primera es si alguien cree o no en su corazón que escoger la senda de creer en Dios es correcto, perfectamente natural y justificado, si ya ha determinado que esta senda es la correcta en la vida y si tiene la determinación y voluntad de seguir a Dios sin tener dudas al respecto. La segunda es si han cambiado o no sus puntos de vista sobre las personas, el mundo, esta sociedad, la senda, los objetivos y la dirección de la vida, y el significado y el valor de la vida. La tercera es si las personas tienen o no una relación normal con Dios. La cuarta es si son capaces o no de someterse a Dios con las personas, acontecimientos, cosas y circunstancias que encuentran, y el grado en que son capaces de someterse. La quinta es si pueden o no llegar a comprender las intenciones de Dios y obtener la verdad cuando les sucede algo. La sexta es si han entrado o no en ser una persona honesta). Debéis examinaros a vosotros mismos con frecuencia para ver si habéis entrado o no en estas cosas, y hablar sobre ellas en las reuniones. Si no te concentras siempre en estas cuestiones, tu vida no tendrá forma de crecer y tu carácter no podrá cambiar. Las personas obtienen resultados en las cosas en las que se concentran, en dondequiera que dediquen esfuerzo. Si siempre te concentras en la doctrina, entonces tan solo obtendrás doctrina; si te concentras en obtener estatus y poder, entonces tu estatus y poder tal vez sean estables, pero no habrás obtenido la verdad y serás descartado. Con independencia del deber que cumplas, lo importante es la entrada en la vida. No puedes relajarte en este sentido ni ser negligente.
31 de enero de 2017
La cita bíblica marcada (*) ha sido traducida de AKJV.
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