¿Cuál es la realidad-verdad? (Parte 3)
¿Cuál es la primera prioridad a la hora de perseguir y obtener la verdad en la actualidad? En primer lugar, debes diseccionar las falacias y los dichos engañosos que antes creías correctos y que forman parte de las nociones tradicionales y despojarte de ellos una vez hayas entendido por completo su esencia. Estas cosas son la primera capa de las cadenas que aprisionan a la gente. Ahora bien, ¿cuántas de ellas seguís manteniendo en el corazón? ¿Os habéis despojado totalmente de ellas? (No del todo). ¿Es fácil despojarse de estas cosas? Por ejemplo, algunos quieren cumplir su deber, pero también sienten que deben honrar a sus padres, lo que implica sentimientos. Si simplemente sigues podando tus sentimientos y te dices que no debes acordarte de tus padres ni de tu familia, que solo debes pensar en Dios y centrarte en la verdad, pero aún no puedes evitar tener en mente a tus padres, no serás capaz de resolver el problema fundamental. Para solucionarlo, debes diseccionar las cosas que pensabas que eran correctas, junto con los dichos, los conocimientos y las teorías que has heredado y que son conformes a las nociones humanas. Además, al tratar con tus padres, el hecho de si cumples tus obligaciones como hijo de cuidar de ellos debe basarse por completo en tus condiciones personales y las instrumentaciones de Dios. ¿Acaso no es esta una manera de explicar perfectamente la cuestión? Cuando algunos dejan el hogar familiar, sienten que deben mucho a sus padres y que no hacen nada por ellos. Sin embargo, cuando conviven con ellos, no son buenos hijos en absoluto ni cumplen ninguna de sus obligaciones. ¿Es este verdaderamente un buen hijo? Esto solo son palabras vacías. Independientemente de lo que hagas, pienses o planees, esas cosas no son importantes. Lo fundamental es si puedes entender y creer verdaderamente que todos los seres creados están en manos de Dios. Algunos padres tienen la bendición y el destino de poder disfrutar de la alegría doméstica y de la felicidad de una familia numerosa y próspera. Esto es la soberanía de Dios y una bendición que Él les concede. Otros padres no tienen este destino: Dios no lo ha dispuesto para ellos. No tienen la bendición de disfrutar de una familia feliz ni de que sus hijos estén a su lado. Esto es la instrumentación de Dios y la gente no puede forzarla. Pase lo que pase, al final, en lo que respecta a la devoción filial, las personas deben al menos tener una mentalidad de sumisión. Si el entorno lo permite y cuentas con los medios para hacerlo, puedes mostrar devoción filial hacia tus padres. Si no, no intentes forzarla: ¿cómo se llama esto? (Sumisión). A esto se le llama sumisión. ¿De dónde proviene esta sumisión? ¿Cuál es el fundamento de la sumisión? Se basa en todas estas cosas que Dios dispone y sobre las que gobierna. Aunque es posible que la gente desee elegir, no puede, no tiene el derecho de hacerlo y debe someterse. Cuando sientes que las personas deben someterse y que Dios lo ha instrumentado todo, ¿no sientes más tranquilidad en el corazón? (Sí). Entonces, ¿seguirá tu conciencia sintiéndose reprendida? No seguirá sintiéndose constantemente reprendida, y la idea de no haber sido un buen hijo para tus padres dejará de dominarte. En ocasiones, es posible que todavía pienses en ello, ya que son pensamientos o instintos normales en la humanidad y nadie puede evitarlos. Por ejemplo, al ver que su madre está enferma, una persona normal se siente afligida y desea poder sufrir en su lugar. Algunos dicen: “¡Ojalá mi madre pudiera curarse, aunque por ello yo tuviera que vivir menos años!”. Esta es la parte positiva de la humanidad: es el instinto humano. Por tanto, cuando ves que tu madre está enferma y te sientes afligido, ¿representa un problema este sentimiento de tristeza? No, no es ningún problema porque es algo que la humanidad normal debería tener. Sentirse afligido en el corazón es una cosa buena; demuestra que tienes corazón y humanidad. En este mundo, tu madre es la persona que Dios ha dispuesto que sea con quien mantengas la relación más estrecha. Si ella está enferma y siente dolor y tú te muestras indiferente, ¿sigues siendo humano? Si dices: “No siento nada por ella y no me importa su dolor; ¡yo solo siento dolor cuando lo siente Dios!”, ¿es cierto este enunciado? No lo es; es falso. Tu madre te dio a luz, te crio durante muchos años, es la persona más cercana a ti y te quiere más que a nadie. ¡Cuando está enferma y siente dolor, si no estás afligido en el corazón, debes tenerlo muy endurecido! Esto no es normal; no te esfuerces por ser de esta manera. Sentirse afligido por esta cuestión es muy normal, pero, si dejas de cumplir tu deber debido a este sentimiento de aflicción y te quejas de Dios, ¿es esto normal? (No, no lo es). ¿Por qué no lo es? Porque tu pensamiento no se ajusta a la verdad y no es el que la humanidad normal debería tener, no es normal. La gente tiene la naturaleza de Satanás y vive según su carácter corrupto, de modo que puede infringir la verdad y perder la conciencia y la razón, como si de repente se volviera mentalmente enferma. Esto no es normal, así que ¿cómo se produce? La causa son las actitudes corruptas de las personas. Una vez reveladas dichas actitudes, las personas pueden resistirse a Dios cuando sea y donde sea, así como desarrollar pensamientos que no son conformes a la verdad y que se rebelan contra Él por impulso en cualquier momento y lugar. Es así.
Todos los seres humanos corruptos tienen sentimientos que suelen constreñirlos, lo que hace que sean incapaces de someterse a Dios o de actuar según los principios-verdad. Para lograr someterse a Dios, uno debe resolver la cuestión de los sentimientos. ¿Qué sentimientos impiden más a la gente practicar la verdad y deben ser desechados? ¿Qué sentimientos forman parte de lo que la humanidad normal debería tener y no son un problema? ¿Qué sentimientos pertenecen a un carácter corrupto? Estas cosas deben discernirse claramente. Por ejemplo, supongamos que acosan a tu hijo y, como su madre, lo proteges y vas a buscar a los familiares del acosador de tu hijo para hablar con ellos: ¿es esto normal? Se trata de tu hijo, de modo que es apropiado y normal que lo protejas. Pero si tu hijo acosa a otros niños, hasta a niños educados, y a ti no te importa aunque te des cuenta tú crees que tu hijo es un chico fantástico e incluso le enseñas en secreto a pegar a otros, y sigues defendiéndolo cuando los demás vienen a hablar contigo, ¿es correcta esta conducta? No, no lo es. ¿Qué problema hay en esta conducta? Está motivada por los sentimientos. ¿Por qué digo esto? Piensas que es inaceptable que otros acosen a tu hijo y, si él sufre un poco, vas inmediatamente a resolver el problema y pides explicaciones; por tanto, ¿por qué haces la vista gorda cuando es tu hijo quien acosa a los hijos de otras personas? Incluso lo animas a que pegue a otros: ¿acaso no es malicioso? La gente que hace esto es maliciosa en su carácter. ¿Cómo se puede explicar esto en términos de sentimientos? ¿Qué caracteriza a los sentimientos? Desde luego, nada positivo. Es un enfoque en las relaciones físicas y en satisfacer las predilecciones de la carne. El favoritismo, defender los defectos de otros, malcriar, mimar y consentir, todo ello entra dentro del ámbito de los sentimientos. Algunas personas les dan mucha importancia a los sentimientos, reaccionan a cualquier cosa que les ocurra basándose en ellos; en su corazón, saben muy bien que esto está mal, y aun así son incapaces de ser objetivos, y mucho menos de actuar según los principios. Cuando los sentimientos constriñen siempre la conducta de las personas, ¿acaso son capaces de practicar la verdad? ¡Esto resulta extremadamente difícil! La incapacidad de muchas personas para practicar la verdad se reduce a los sentimientos; consideran que estos son especialmente importantes, las ponen en primer lugar. ¿Se trata de personas que aman la verdad? Por supuesto que no. ¿Qué son los sentimientos, en esencia? Son una clase de carácter corrupto. Las manifestaciones de los sentimientos pueden describirse utilizando varias palabras: tener favoritismo, proteger a los demás sin atenerse a los principios, mantener relaciones físicas y tener parcialidad; eso son los sentimientos. ¿Cuáles son las probables consecuencias de que las personas tengan sentimientos y vivan según ellos? ¿Por qué detesta tanto Dios los sentimientos de la gente? A algunos siempre los constriñen sus sentimientos, no pueden poner en práctica la verdad y, aunque desean someterse a Dios, no pueden, de modo que sus sentimientos los atormentan. Muchas personas entienden la verdad, pero no pueden ponerla en práctica; esto también se debe a que sus sentimientos las constriñen. Por ejemplo, algunos abandonan sus hogares para cumplir su deber, pero siempre están pensando en la familia, día y noche, y no pueden cumplirlo bien. ¿Acaso no es esto un problema? Algunos están enamorados en secreto de alguien y solo hay un lugar para esa persona en su corazón, lo que afecta al cumplimiento de sus deberes. ¿Acaso no es esto un problema? Algunos admiran e idolatran a otros; no hacen caso a nadie salvo a esa persona, hasta el extremo de que ni siquiera escuchan lo que Dios dice. Incluso si otra persona comparte con ellos la verdad, no la aceptarán; solo escuchan las palabras de su ídolo. Algunos tienen a un ídolo en el corazón y no permiten que otras personas hablen de él o ni lo mencionen. Si alguien habla de los problemas de su ídolo, se enfadan, lo defienden y contradicen a esa persona. No permitirán que su ídolo sufra indefenso una injusticia y harán todo lo que esté en sus manos para proteger su reputación; sus palabras convierten las malas acciones de su ídolo en buenas y no permiten que la gente diga verdades sobre él o lo ponga en evidencia. Esto no es rectitud; a esto se le llama sentimientos. ¿Se dirigen los sentimientos únicamente hacia la familia de uno? (No). El ámbito de los sentimientos es bastante amplio; son un tipo de carácter corrupto y no abarcan simplemente las relaciones carnales entre familiares ni se limitan a ese campo. También pueden implicar a tu superior, a alguien que te haya hecho un favor o te haya ayudado, a alguien con quien tengas una relación muy estrecha o te lleves bien, a tu vecino o amigo o incluso a alguien a quien admires: no es algo fijo. Así pues, ¿es despojarse de los sentimientos simplemente tan sencillo como no pensar en los padres o la familia? (No). ¿Es tan fácil despojarse de los sentimientos? Al llegar a los treinta años y poder vivir independientemente, la mayoría de las personas no echa tanto de menos el hogar y, al llegar a los cuarenta años, esto se convierte en algo completamente normal. Cuando todavía no ha llegado a la edad adulta, la gente es muy nostálgica y no puede dejar a sus padres porque aún no tiene la capacidad de sobrevivir por su cuenta. Echar de menos a la familia y a los padres es normal. No es una cuestión de sentimientos. El asunto se convierte en una cuestión de sentimientos cuando estos adulteran tu actitud y tu punto de vista sobre cómo hacer las cosas. Debido a que existe un vínculo de sangre entre tú y tus padres a un nivel carnal y habéis convivido durante muchos años, es normal que los eches de menos. Algunos dicen que no echan de menos a sus padres en absoluto, pero quizá acaban de marcharse del hogar familiar y todas sus vivencias son frescas y nuevas; finalmente se han liberado del atosigamiento de sus padres y nadie intenta controlarlos, de modo que son felices. Pero ¿que sean felices significa que no tienen sentimientos? No. Algunos dicen: “He creído en Dios durante varios años y he llegado a entender algunas verdades. Cumplo mi deber sin que mis sentimientos me constriñan en absoluto y ya no tengo sentimientos”. ¿Es práctico este enunciado? Estas son claramente las palabras de alguien que no entiende la verdad. Cuando las personas escuchan muchos sermones, cuando entienden algunas palabras y doctrinas y cuando pueden hablar de algunas teorías espirituales, piensan: “Mi estatura ha crecido y he entendido muchas verdades. Si me arrestan, no seré un Judas. Al menos tengo esta fe y esta determinación. ¿Acaso no es esto tener estatura? Recuerdo mi entusiasmo cuando llegué a creer en Dios por primera vez y estaba dispuesto a dedicarle mi vida entera. Ese entusiasmo y ese juramento no han cambiado ni se han desvanecido lo más mínimo. ¿Acaso no es esto progreso?”. ¿Es este un fenómeno superficial? (Sí). Todos estos son fenómenos superficiales. Si la gente quiere progresar realmente, debe entender la verdad. ¿Ser capaz de hablar de doctrinas y teorías espirituales puede aportar un cambio real? (No). Si ni siquiera puedes resolver tus propios problemas ni poner en práctica nada de la verdad, ¿puedes resultar beneficioso para los demás? Limitarse a escuchar sermones y a entender doctrinas es inútil; debes practicar y experimentar las palabras de Dios. Cuando entiendes la verdad, debes practicarla; solo entonces poseerás la realidad. Solo puedes entender la verdad con mayor profundidad si la practicas, solo puedes obtener la verdad cuando la entiendes verdaderamente y solo puedes crecer si obtienes la verdad.
¿Qué entendéis ahora que os he enseñado y os he ayudado a distinguir qué es la verdad y qué son las palabras correctas? (Que debemos contemplar las cosas según los principios-verdad y que no podemos considerar las buenas conductas externas habituales ni las doctrinas espirituales como la verdad). Los buenos comportamientos y los dichos correctos no pueden cambiar a una persona. Por muy ciertos que sean, no solo no son la verdad, sino que no tienen nada que ver con ella. Si siempre te aferras a ellos y los tratas como la verdad, nunca entenderás la verdad ni la obtendrás. Este es un aspecto. Otro aspecto es el siguiente: ¿pueden las doctrinas espirituales capacitar a alguien para entender la verdad? (No, no pueden). ¿Por qué no? Aunque se puede considerar que todas las doctrinas espirituales son palabras correctas, no pueden conseguir el resultado de cambiar las actitudes corruptas de una persona. Por tanto, ¿con qué se debe contar para cambiar las actitudes corruptas de alguien? Algunos dicen que se debe contar con la verdad, otros que con el hecho de entenderla y aceptarla, y otros que con el hecho de practicarla. ¿Son correctas estas palabras? Desde una perspectiva literal, todas ellas tienen una parte correcta, pero son las doctrinas más superficiales; estas doctrinas no pueden salvarte ni resolver tus dificultades. Cuando te enfrentas a una situación y la gente te dice que debes aceptar la verdad, dirás: “¿Cómo puedo aceptarla? ¡Tengo dificultades y no puedo desprenderme de ellas!”. ¿Pueden estas doctrinas convertirse en tu senda para practicar la verdad? (No, no pueden). Algunos dicen que, al enfrentarte a una situación, deberías comer y beber más de las palabras de Dios. Has oído esto muchas veces, pero ¿cuál de tus dificultades ha resuelto? Está bien comer y beber más de las palabras de Dios, pero ¿de qué aspecto de ellas deberías comer y beber? ¿Cómo deberías relacionarlas con tus dificultades? Una vez hecho eso, ¿cómo las resuelves? ¿Cuál es la senda de práctica? ¿Qué aspecto de la verdad deberías utilizar para resolver tus dificultades? ¿Acaso no son estos problemas reales? (Sí). Estos son los problemas reales. Por tanto, las doctrinas correctas no pueden resolver las dificultades prácticas de la gente, ni mucho menos sus actitudes corruptas. ¿Qué puede exactamente resolver las actitudes corruptas de las personas? Todo el mundo sabe que solo la verdad puede resolver el problema de las actitudes corruptas de las personas, pero, si no entienden qué es la verdad, ni la buscan ni la aceptan, ¿pueden resolverse sus actitudes corruptas? (No). Así pues, para resolver las actitudes corruptas propias, uno debe experimentar la obra de Dios. Es decir, las actitudes corruptas de uno solo se pueden purificar al experimentar el juicio y el castigo de Dios. Para ello, es necesario que la gente persiga la verdad y coopere con la obra de Dios para lograr resultados. Si no persigues la verdad y solo te centras en entender doctrinas espirituales, sin saber siquiera si son la verdad o no, pero aceptándolas como tal, ¿puede esto resolver tus actitudes corruptas? Además, si no entiendes la verdad, al revelar un carácter corrupto, ¿puedes discernirlo? ¿Puedes contrastarlo con las palabras de Dios? No puedes de ninguna manera. Podrías aplicar preceptos a ciegas, pero esto aún te servirá menos para resolver tus actitudes corruptas. ¿Qué es lo más importante de resolver las actitudes corruptas? Lo fundamental es que la gente debe entender la verdad. Ahora mismo, la mayoría de las personas considera las doctrinas como la verdad y no entiende lo que es esta. Al igual que el ejemplo de los sentimientos que acabo de mencionar, la primera reacción de la madre fue proteger a su hijo para que no lo acosarán, lo que está justificado. Desde vuestro punto de vista: “Esto son sentimientos; no puedes hacer eso. Se debe criticar y condenar este tipo de conducta”. Definís cosas que no tienen que ver con la verdad, que no están relacionadas con ella y, de hecho, cosas que la gente debería hacer instintivamente, como aquello que infringe la verdad, y después las rechazáis. Pensáis que seguir este principio es practicar la verdad. Y, en lo que respecta a la segunda reacción de la madre de consentir que su hijo acose a los hijos de otros, cuando realmente esto implica la revelación de un carácter corrupto y la práctica de la verdad, piensas: “Mientras no se trate de hacer el mal, no es un problema tan grave”. ¿Por qué tienes estos pensamientos y entendimientos? (Porque no entendemos la verdad). ¡Ahí reside el problema! Por tanto, debido a que no entienden la verdad, en muchas ocasiones las personas eligen un enfoque que consideran correcto y piensan que practican la verdad. Muchas veces, debido a que no entienden la verdad, las personas solo pueden aplicar y acatar preceptos y, al enfrentarse a asuntos, no saben cómo manejarlas, de modo que consideran que el hecho de acatar preceptos es practicar la verdad. ¿Puede la gente que cree en Dios de esta manera progresar en la vida? ¿Puede llegar a entender la verdad y entrar en la realidad? Muchas personas creen que ser capaz de hablar sobre palabras y doctrinas es entender la verdad y ser un creyente en Dios adecuado. Así pues, ¿por qué siguen revelando actitudes corruptas en muchas cuestiones? ¿Por qué no pueden resolver los problemas prácticos con que se encuentran? Esto demuestra que ser capaz de hablar sobre palabras y doctrinas no es entender la verdad en absoluto. Independientemente de sobre cuántas doctrinas puedas hablar, eso no demuestra que hayas obtenido la verdad. Debes ser capaz de resolver problemas prácticos y de encontrar los principios de práctica: solo eso es entender realmente la verdad. Muchos piensan que, mientras puedan cumplir su deber, sufrir y pagar el precio, no importan las actitudes corruptas que revelen, eso no es un gran problema. Consideran que, mientras cumplan su deber, mientras puedan sufrir y no quejarse de Dios, están amándolo y mostrándole lealtad. En muchas ocasiones las personas tienen buenas intenciones, pero, como no entienden la verdad, en realidad trastornan y perturban la obra de la Iglesia y, aun así, piensan que velan por los intereses de Dios y de Su casa. ¿Qué ocurre en estos casos? Esto sucede porque la gente no comprende la verdad ni tiene un entendimiento práctico de la misma, lo que la lleva a hacer constantemente cosas contrarias a ella. En el proceso, piensa que hace lo correcto, que ha practicado la verdad y que ha satisfecho las intenciones de Dios. Esta es su mayor dificultad. Aunque se trate de una dificultad, siempre hay una manera de resolverla. La única forma es que, siempre que te encuentres con un problema y reveles un carácter corrupto, debes reflexionar sobre ti mismo y buscar la verdad para entenderla. Mientras tengas actitudes corruptas en tu interior, surgirán en ti muchos tipos de estados. Cuando viven en distintos entornos y estados, las personas revelan ciertos pensamientos, perspectivas e intenciones: estos son sus verdaderos estados internos. Al observar los pensamientos, las perspectivas y las intenciones de la gente, puedes ver su carácter y saber en qué consisten sus naturalezas. Al reflexionar sobre ti mismo y discernir a los demás de este modo, es fácil obtener resultados. La única manera de lograr por completo resultados a la hora de conocerte a ti mismo es conocer tus propias actitudes corruptas y entender totalmente su esencia. Así dispondrás de manera natural de una senda por la que buscar la verdad para resolver tus actitudes corruptas. Mientras las personas puedan aceptar la verdad, se pueden purificar sus actitudes corruptas y se puede resolver fácilmente el problema de su corrupción. Si la gente no puede aceptar la verdad, nunca logrará cambiar su carácter-vida. Bien, todos vosotros estáis dispuestos a perseguir la verdad, de modo que debéis centraros en ella.
Para resolver la naturaleza de las personas, debemos excavarla desde sus raíces y desde las actitudes de la gente, y no desde su manera de hacer las cosas. Por otro lado, no deberíamos enfatizar razones y condiciones objetivas, sino que debemos compararlas con la verdad. La verdad expresada en las palabras de Dios va dirigida a las actitudes corruptas de las personas. Pongamos el ejemplo de los sentimientos antes mencionado: la gente piensa que en ocasiones echar de menos a los padres o sentirse nostálgico son sentimientos. ¿Son estos los mismos a los que Dios se refiere cuando habla de sentimientos? (No). Los sentimientos que tú entiendes no se pueden expresar al mismo tiempo que los sentimientos de los que Dios habla. Los sentimientos de los que tú hablas forman parte de los estados humanos normales, no de un carácter corrupto. Si tratas a tus familiares carnales como ídolos, y esto te lleva a no seguir ni someterte a Dios, tus sentimientos son demasiado intensos y forman parte de un carácter corrupto. Por tanto, esto conlleva la cuestión de si tienes un entendimiento puro de la verdad. Cuando tratas como sentimientos lo que crees ser nostalgia o el hecho de ser un poco más amable con tus padres, ¿acaso no es esto una comprensión distorsionada de la verdad? De hecho, lo que tú entiendes no es la verdad ni se ajusta a ella; es meramente un fenómeno exterior. ¿Cuáles son los sentimientos de los que Dios habla? Son el segundo enfoque de la madre al tratar a su hijo, que hemos mencionado antes, que representa un estado de favoritismo y proteger sin principios a alguien. Estos son los sentimientos que Dios deja en evidencia: la revelación por parte de la madre de un carácter corrupto en este asunto. ¿Acaso no son estos dos enfoques radicalmente distintos? El primero es un fenómeno normal y no hace falta podarlo, profundizar en él, diseccionarlo ni mucho menos contrastarlo con la verdad, practicar un aspecto determinado de esta ni desprenderse de nada. Entonces, ¿es este un enfoque adecuado? ¿Es necesario actuar de esta manera? No lo es; este enfoque no es ni bueno ni malo. El segundo enfoque implica un carácter. ¿Qué tipo de manifestaciones de sentimientos implican actitudes corruptas? (Favoritismo, proteger sin principios a otros, mantener relaciones de la carne y falta de rectitud). Estas son las cosas que encarna la palabra “sentimientos” de la que Dios habla. Si puedes entender esto de sobra y relacionar verdaderamente estas cosas contigo mismo, deberías esforzarte por resolver estas actitudes corruptas. Solo cuando estos sentimientos dejen de constreñirte, todas tus acciones serán la práctica de la verdad. Entonces, los estados que entiendes que abarcan los sentimientos se corresponderán completamente con la palabra “sentimientos” tal como la expresa Dios. Esta es la verdad que entenderás. Si te pidieran que hablaras sobre qué son los sentimientos y te refirieras al primer enfoque de la madre, esto sería una manifestación de que no entiendes la verdad. Si pusieras como ejemplo el segundo enfoque de la madre y diseccionaras su carácter corrupto, entonces entiendes la verdad. Si las cosas que compartes, experimentas y entiendes son conformes a la verdad de las palabras de Dios, sin contradicciones ni inconsistencias, eso demuestra que entiendes las palabras de Dios, que has captado su significado, que las has comprendido y que puedes practicarlas y aplicarlas. Entonces, habrás obtenido la verdad y la vida, y la implicación de esta situación es que ya habrás entrado en la realidad-verdad. En ese momento, cuando vuelvas a encontrarte con este tipo de cosas, serás capaz de discernirlo, sabrás qué tipo de revelaciones son normales y cuáles forman parte de un carácter corrupto, y tendrás todo esto completamente claro en el corazón. En este sentido, ¿acaso no serán rigurosas tus acciones? ¿Acaso no se conformarán a la verdad? ¿Acaso no tendrás la realidad-verdad? Si te comportas correctamente y entiendes la verdad, ¿acaso no servirán tu entendimiento y las experiencias que compartes para ayudar a otros y resolver sus dificultades? (Sí). Este es el lado práctico de la verdad.
Algunos no cumplen bien su deber por sus aptitudes insuficientes, pero siempre afirman que es porque carecen de conciencia. ¿Qué explicación es acertada? (Que tienen aptitudes insuficientes). A veces, cuando alguien cumple un deber, es posible que capte las nociones básicas de ese conocimiento profesional, pero que no entienda los aspectos más avanzados porque nunca los ha aprendido antes. Su líder lo catalogará como superficial, escurridizo y holgazán, aunque en realidad simplemente le falta conocimiento profesional y todavía no ha aprendido esas cosas, si bien ya se esfuerza al máximo. Sin embargo, su líder dice que es superficial, lo que no se ajusta a los hechos. Esto es un uso de la terminología y una catalogación indiscriminados. ¿Por qué la gente utiliza la terminología y cataloga a los demás indiscriminadamente? ¿Acaso no es porque no entiende la verdad? Algunos responderán sin duda que sí, otros dirán que eso se debe a que tiene aptitudes insuficientes y está demasiado confuso, y otros exclamarán que es porque su humanidad es demasiado malvada y tiene malas intenciones. ¿Qué explicación es correcta? En realidad, todos estos tres estados existen y deben juzgarse según cada caso concreto. Si la causa es que no entiende la verdad, pero alguien dice que se debe a que tiene aptitudes insuficientes y está demasiado atolondrado, estas palabras no son rigurosas. Si la causa es claramente su humanidad malvada y sus motivos ocultos, pero alguien dice que es porque tiene aptitudes insuficientes y está demasiado atolondrado, esto es una distorsión de los hechos y, gracias a ello, las personas malvadas probablemente pasarán desapercibidas. Hay otros casos en los que la causa es que la gente no entiende la verdad, pero otros dicen que se debe a la humanidad malvada de esas personas. Esta manera de considerar las cosas no es acertada y probablemente se tratará a buenas personas como malas, lo que tendrá consecuencias negativas. Hay muchos que no saben discernir estas cosas ni entienden completamente la esencia del problema. Aplican preceptos irreflexivamente, sacan conclusiones según sus propias ideas y sienten que tienen discernimiento y que pueden ver las cosas claramente. ¿Acaso no es esto arrogancia y santurronería? Si alguien tiene una mala humanidad y cataloga y condena indiscriminadamente a la gente según sus propios motivos ocultos, esta es la naturaleza de una persona malvada. Este tipo de individuos son una minoría; la mayoría de las personas hace estas cosas porque no entiende la verdad. Los que no entienden la verdad aplican preceptos y utilizan términos espirituales indiscriminadamente. Por ejemplo, algunos tienen claramente un problema con su humanidad: siempre buscan maneras de holgazanear y no se esfuerzan al cumplir su deber, pero los que no tienen discernimiento dicen que esto es tener aptitudes indeficientes. Algunos tienen claramente un sentido de la rectitud y, cuando ven algo que infringe los principios, sacan el tema a relucir y protegen los intereses de la Iglesia, pero la gente que no entiende la verdad suele catalogarlos de arrogantes y sentenciosos e incluso los tratará como malas personas, lo que es verdaderamente una injusticia para la gente buena. Algunos tienen claramente poca estatura y flaquearán momentáneamente cuando sus sentimientos los constriñan, por lo que quienes no entiendan la verdad dirán de ellos que tienen unos sentimientos demasiado intensos y que carecen de un corazón sincero para Dios. Así son las personas que no tienen la verdad: sin considerar el trasfondo ni la situación real, siguen aplicando preceptos indiscriminadamente y diciendo una cosa en un momento y otra al siguiente. ¿Puede esta gente utilizar la verdad para resolver problemas? (No puede). Cuando los que no entienden la verdad intentan resolver problemas, no son capaces de recetar el medicamento adecuado. Es como si intentan tratar a alguien con dolor de estómago y se ocupan de su cabeza; no son capaces de encontrar la raíz del problema. No entienden dónde radica esta ni qué dicen las palabras de Dios ni a qué se refieren. Esto no es entender la verdad. ¿Entendéis mucho o poco de la verdad en estos momentos? (Poco). Por ejemplo, supongamos que alguien pregunta: “¿Por qué no puedes someterte al enfrentarte a esta situación?”. La gente suele responder: “¡Porque no conozco a Dios!”. ¿Es correcta esta explicación? A veces lo es y otras veces no. La mayor parte del tiempo no lo es, y se trata simplemente de una catalogación indiscriminada. La gente capta algunos términos espirituales, los aplica y los usa indiscriminadamente y, como resultado, surgen muchos problemas. Algunos de ellos son malinterpretaciones, y otros, juicios, lo que genera resultados perjudiciales e incluso causa el caos. Cuando los que carecen de entendimiento espiritual aprenden algo, lo aplican y lo utilizan indiscriminadamente. Lo más probable es que cometan errores y que sean propensos a los errores de principio. Por otro lado, es posible que los que tienen capacidad de comprensión cometan algunos errores, pero no son problemas de principio y pueden aprender alguna lección de ellos. Si la gente tiene una comprensión absurda, si malinterpreta las palabras de Dios al leerlas, si su comprensión se desvía al escuchar sermones y si corre el riesgo de criticar y encontrarle tres pies al gato, todo esto es muy problemático. No solo le resulta imposible entrar en la realidad-verdad, sino que con el paso del tiempo comenzará a actuar alocadamente y a perturbar la obra de la Iglesia. Este resultado es muy grave.
Bien, deberíais meditar: ¿las palabras, las doctrinas y las teorías espirituales de las que soléis hablar son la verdad? ¿Entendéis la verdad o solo entendéis doctrinas? ¿Cuántas realidades-verdad hay en vuestro entendimiento? Cuando entendáis estas cosas tendréis verdaderamente autoconocimiento y conoceréis vuestra propia medida. Por ejemplo, habéis hablado mucho sobre las verdades de cómo ser una persona honesta, pero ¿las habéis entendido verdaderamente? Tal vez podéis compartir algunas palabras y hablar de cierto entendimiento, pero ¿en cuántas de estas realidades habéis entrado? ¿Sois verdaderamente personas honestas ahora? ¿Podéis hablar claramente sobre esto? Algunos dicen: “Ser una persona honesta es no decir mentiras, hablar con el corazón, no ocultar nada ni evadirse de nada. Este es el modelo de ser una persona honesta”. ¿Qué pensáis de este enunciado? ¿Es conforme a la verdad? (No). Podéis hablar de palabras y doctrinas, pero, en lo que respecta a los detalles de práctica o a problemas concretos, no sabéis qué decir. Esto no es entender la verdad. La gente no entiende la verdad, pero siempre piensa: “Ya entiendo mucho, pero Dios no me utiliza. Si Él me usara, y yo me convirtiera en un líder de la Iglesia, podría asegurar que todos los hermanos y hermanas llegarían a entender la verdad”. ¿Acaso no es esto alardear mucho? ¿Tienes realmente esa capacidad? ¿Son honestos los que pueden vanagloriarse y jactarse? Estas personas no entienden la verdad, y aun así se vanaglorian y se jactan: ¿acaso no son patéticas? (Sí, lo son). Ahora escucháis muchos sermones, pero, si nunca entendéis la verdad, tarde o temprano recorreréis la misma senda que los fariseos, y seréis los fariseos de la actualidad. ¿Acaso no es esta una posibilidad? (Sí). Es muy probable. Las naturalezas satánicas de la gente están profundamente arraigadas. Si alguien adquiere conocimientos o educación y puede predicar teorías correctas y sermones elevados, es muy probable que se convierta en un fariseo. Si no queréis convertiros en eso ni recorrer la senda de un fariseo, la única manera de evitarlo es esforzarse por entender la verdad, entrar en la realidad y convertir las doctrinas que entiendes en la realidad de la verdad. Así pues, ¿qué se considera que es entender realmente la verdad de ser una persona honesta? Deberíais considerar este asunto por vuestra cuenta y hablar sobre ello cuando tengáis tiempo. ¿Qué es exactamente una persona honesta? ¿Cuáles son las normas requeridas en las palabras de Dios para las personas honestas de las que Él habla? ¿Cuáles de estas normas que Dios requiere puede practicar la gente? ¿Cómo es la persona honesta de la que Él habla? ¿A qué aspecto de las actitudes corruptas de la gente va dirigido el ser una persona honesta? ¿Acaso no merece la pena ahondar en estas cuestiones? Las palabras y las verdades que Dios requiere que la gente practique no van dirigidas a sus maneras de hacer las cosas o de comportarse, sino a sus naturalezas y actitudes satánicas. Por este motivo se dice que estas palabras son la verdad. Si su única finalidad fuera cambiar el comportamiento de las personas y enseñarles cómo pensar, no serían la verdad, sino simplemente un tipo de teoría. Se podría decir que cualquier educador puede influir un poco en la gente y cambiar ligeramente su comportamiento, de modo que al poner en práctica y sintetizar estas enseñanzas la conducta de las personas se puede regular gradualmente. Este tipo de conocimiento abunda mucho, pero estas cosas no son la verdad porque no pueden resolver las actitudes corruptas de la gente ni el problema de la raíz de sus pecados. Solo las palabras de Dios pueden purificar y resolver la corrupción de las personas y solucionar completamente sus naturalezas satánicas; por tanto, solo las palabras de Dios son la verdad. ¿Cuál es el verdadero significado de la verdad de las palabras de Dios? Vale la pena considerar, reflexionar y hablar sobre esta cuestión juntos a menudo. Nunca olvidéis esto: las cosas que solo pueden cambiar la conducta de la gente no son la verdad; son simplemente conocimiento y leyes. La verdad no solo puede cambiar el comportamiento de las personas, sino también sus actitudes corruptas. Además, puede cambiar sus ideas y nociones y convertirse en la vida de uno. Eso es la verdad. Bien, muy poca gente puede ver este asunto claramente. Muchos nunca se dan cuenta de que estas cosas que regulan la conducta y facilitan que las personas tengan vidas exteriores decentes no son la verdad, sino conocimientos, doctrinas y filosofías satánicas. Cuando la gente acepta estas cosas, aunque su comportamiento exterior sea cada vez más noble, digno y refinado, su corazón está lleno de perfidia y perversidad y es cada vez más tenebroso. Estas cosas son las ponzoñas y las teorías de Satán, cosas que él utiliza para desorientar y corromper a las personas. No son la verdad en absoluto ni provienen de Dios. La verdad solo son aquellas cosas que permiten que la gente se vuelva honesta, libre, se libere, conozca al Creador, tenga un corazón temeroso de Dios y se someta a Sus instrumentaciones y disposiciones. Independientemente del punto de vista que aceptes y de la senda que sigas, si tu conducta mejora y ganas popularidad, pero tu corazón es poco temeroso de Dios y se aparta de Él, tienes demasiado poca fe verdadera en Dios y tu relación con Él es muy deficiente, las cosas a las que te aferras no son positivas y sin duda alguna no son la verdad. Si eliges una senda o un modo de vida, aceptas algunas cosas y estas hacen que te vuelvas real y honesto, que ames lo positivo, que odies lo perverso y lo negativo, que tengas un corazón temeroso de Dios y que aceptes de buen grado la soberanía y las disposiciones del Creador, estas cosas son la verdad y provienen realmente de Dios. Podéis medir las cosas según estos patrones. Mucha gente es capaz de decir y lleva muchos años diciendo algunas doctrinas. No obstante, después de expresarlas muchas veces, las actitudes interiores de las personas no han cambiado, sus estados no se han transformado lo más mínimo y ni sus puntos de vista, ni sus formas de pensar, ni el punto de partida e intenciones tras sus acciones han cambiado en absoluto. Por tanto, deberíais apresuraros a renunciar a estas cosas y a dejar de aferraros a ellas; definitivamente no son la verdad. Cuando la gente comienza por primera vez a practicar algunas palabras, hacerlo parece arduo y difícil, y no es capaz de captar los principios. No obstante, después de experimentarlas y practicarlas durante un tiempo, siente que sus estados interiores han mejorado, que su corazón es temeroso de Dios y timorato de Dios y se ha acercado a Él, que no es tan intransigente ni rebelde cuando les ocurre algo, que sus intenciones y deseos personales no son tan intensos y que puede someterse a Dios. Este estado es positivo; estas palabras son la verdad y la senda correcta. Podéis discernir cosas según estos principios. No será sencillo definir la verdad en una sola frase. Estaría bien si Yo pudiera definirla en una frase y pudierais entenderla después de oírla. Pero, si la tratarais como un precepto y una doctrina a seguir, eso sería problemático: eso no es tener entendimiento espiritual. Así pues, os he ofrecido estos principios y deberíais basaros en ellos para contrastar, experimentar, practicar y adquirir un conocimiento experiencial. No os limitéis a actuar y comportaros según ellos: también deberíais utilizarlos para contemplar a las personas y las cosas y para evaluar a la gente. Al experimentar y practicar de esta manera, sabrás qué es la verdad. Si la gente no entiende qué es la verdad ni sabe que las palabras de Dios son la verdad, ¿puede ganar la vida? ¿Puede lograr algún cambio en su carácter-vida? A pesar de que aparentemente los requisitos que Dios propone a las personas en Sus palabras no son un listón muy alto, sino que son bastante simples, si no entiendes cuál es el significado implícito de la verdad o la cantidad de contenido práctico que incluye la verdad, y solo comprendes la verdad en términos de palabras y doctrinas, nunca serás capaz de entrar en las realidades-verdad en las que Dios requiere a la gente que entre.
26 de mayo de 2017
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