Qué significa perseguir la verdad (14) Parte 3

En cuanto a los enunciados de conducta moral de la cultura tradicional, la última vez compartí que todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país. Seguidamente, hoy hablaré de “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”. Al igual que la frase anterior, “el éxito y el fracaso de las cosas dependen de las personas”, de la que ya hablé, es evidente que esta es también un punto de vista de los no creyentes. El punto de vista propio de los no creyentes prevalece entre la gente y se oye en todas partes. Desde el momento en que la gente empieza a hablar, aprende todo tipo de dichos de las personas, de los no creyentes, de Satanás y del mundo. Esto comienza con la educación inicial, en la que los padres y las familias enseñan a los individuos cómo comportarse, lo que deben decir y qué tipo de moral, pensamientos y personalidad deben tener, etc. Incluso tras ingresar en la sociedad, los individuos siguen admitiendo inconscientemente el adoctrinamiento de diversas doctrinas y teorías que provienen de Satanás. La familia o la sociedad inculcan a toda persona eso de “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” como una de las conductas morales que debe tener la gente. Si la posees, la gente dice que eres noble y honorable, que tienes integridad y que eres respetado y gozas de gran prestigio en la sociedad. Dado que la frase “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” proviene de las personas y de Satanás, se convierte en objeto de disección y discernimiento para nosotros y, más aún, en objeto de nuestro rechazo. ¿Por qué discernimos y aborrecemos esta frase? Examinemos primero si esta frase es correcta y si la persona que la obedece tiene razón. ¿Es verdaderamente noble una persona cuyo carácter moral incluya esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado? ¿Posee dicha persona la realidad-verdad? ¿Tiene la humanidad y los principios de conducta que Dios afirmó que debían tener los seres creados? ¿Entendéis todos la frase “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”? Explicad primero con vuestras propias palabras lo que significa esta frase. (Significa que, cuando alguien te confíe una tarea, no debes escatimar esfuerzos para llevarla a cabo). ¿No debería ser así? Si alguien te confía una tarea, ¿no siente mucho aprecio por ti? Siente mucho aprecio por ti, cree en ti y le pareces digno de confianza. Por eso, te pidan lo que te pidan, debes acceder y hacerlo bien y absolutamente conforme a sus necesidades, para que se queden contentos y satisfechos. Con ello eres buena persona. De esto se infiere que el hecho de que la persona que te confió la tarea esté satisfecha determina que se te considere buena persona. ¿Puede explicarse así? (Sí). Entonces, ¿acaso no es fácil ser considerado buena persona a ojos de los demás y ser reconocido por la sociedad? (Sí). ¿Qué significa eso de que es “fácil”? Que el criterio es mínimo y no tiene nada de noble. Si cumples el criterio moral de esmerarte en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado, se te considera una persona con conducta moral en esas cuestiones. Implícitamente, eso significa que eres merecedor de la confianza de la gente, de que te confíen tareas, que eres una persona respetable y buena. Eso significa este enunciado, ¿no os parece? ¿Tenéis alguna objeción a los criterios de juicio y evaluación de la frase “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”? Si sois capaces de poner un ejemplo que refute este enunciado y exponga su falacia —es decir, si podéis demostrar su inexactitud con un ejemplo real—, este enunciado no se sostendrá. Ahora bien, en teoría es posible que ya creáis que este enunciado es rotundamente incorrecto porque no es verdad y no proviene de Dios. ¿Cómo podéis invalidar este enunciado por medio de los hechos? Por ejemplo, si estás demasiado ocupado como para ir a hacer la compra hoy, puedes confiársela a tu vecino. Puedes indicarle exactamente qué alimentos comprar, cuántos y cuándo. Después, el vecino te hace la compra como se la has pedido y te la entrega a tiempo. ¿Se considera esto “esmerarse en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”? ¿Se considera de buena reputación? Apenas supone mover un dedo. ¿Se considera que se tiene un carácter moral elevado por ser capaz de ayudar a alguien a comprar algo? (No). En cuanto a si la persona actúa mal o no y a su temperamento, ¿guardan estas cosas la menor relación con su capacidad para esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado? Si una persona es capaz de esmerarse en llevar a cabo una cosa pequeña que le han confiado, ¿tiene un criterio de conducta moral? Ser capaz de llevar a cabo una tarea tan pequeña, ¿demuestra que es verdaderamente una persona de alto carácter moral? Algunos dicen: “Esta persona es muy digna de confianza. Siempre que se le pide que entregue algo, sin importar lo que sea ni la cantidad, siempre lo hace. Es de fiar y posee buena conducta moral”. Así la perciben y evalúan los demás. ¿Es adecuada esta evaluación? (No). Los dos sois vecinos. Por lo general, los vecinos no se enemistan ni se hacen daño porque coinciden habitualmente. Si hay conflictos, luego resulta difícil relacionarse. Puede que el vecino te ayudara por esto. También puede ser que este pequeño favor le resultara cómodo, no fuera una tarea difícil y no lo perjudicara. Además, le sirvió para dar buena impresión y ganarse una buena reputación, lo que lo beneficia. Asimismo, ayudarte con pequeños favores, ¿no le viene bien para pedirte favores en un futuro? Tal vez te pida un gran favor en un futuro y te veas obligado a hacerlo. ¿Conserva sus opciones esta persona? Cuando las personas se ayudan, se relacionan y mantienen un trato, hay un objetivo. Si ve que no eres de utilidad y que no te pedirá ayuda más adelante, es posible que no te ayude con este favor. Es posible que en tu familia haya médicos, abogados, funcionarios o individuos con estatus social que de algún modo le resulten de utilidad a esta persona. Puede que esta te ayude para conservar sus opciones. Tal vez eche mano de ti en un futuro o, como mínimo, le convenga tomar prestadas herramientas de tu casa. A veces le confías pequeños favores y al cabo de unos días viene a tu casa a pedirte que le prestes cosas. ¡La gente no mueve un dedo si no saca algo! Fíjate en que, cuando le pediste un favor, accedió de buena gana, con una sonrisa en la cara y, aparentemente, sin pensárselo, pero en realidad lo había calculado minuciosamente, pues los pensamientos de las personas no son ingenuos. Una vez fui a que me arreglaran la ropa. La anciana que arreglaba ropa tenía una hija que iba a volver a su país. Como su vecino tenía coche, la anciana le encargó que llevara a su hija al aeropuerto para que no tuviera que pagar el taxi. El vecino accedió y la anciana estaba encantada. Sin embargo, este vecino no era tan ingenuo. No quería hacerlo gratis. Una vez que aceptó, se quedó allí, sacó lentamente una prenda de ropa y preguntó: “¿Crees que tiene arreglo?”. La anciana se quedó desconcertada, y su gesto parecía decir: “¿Por qué aprovecha esta persona algo tan insignificante? Aceptó de buen grado, pero resulta que no quiere hacerlo gratis”. La anciana reaccionó rápidamente y, en un par de segundos, respondió: “Vale, ponlo ahí y te lo arreglo”. No hizo mención alguna al dinero. Ya ves, el hecho de enviar a alguien a un simple recado se compensa arreglando una prenda de ropa. ¿No quiere decir esto que nadie sale perdiendo? ¿Es ingenua la relación interpersonal? (No). No hay nada ingenuo. En esta sociedad humana, todo individuo tiene una mentalidad de negociación, y negocia. Todo el mundo exige algo a los demás y quiere beneficiarse a costa de ellos sin padecer perjuicio alguno. Hay quienes dicen: “Entre los que se esmeran en manejar con lealtad aquello que les hayan confiado, también hay muchos que no buscan sacar provecho a expensas de otros. Simplemente pretenden esmerarse en hacer bien las cosas; estas personas tienen realmente esta conducta moral”. Esta afirmación es incorrecta. Aunque no aspiren a la riqueza, a las posesiones materiales ni a ningún tipo de beneficio, sí buscan notoriedad. ¿Qué es la “notoriedad”? Significa lo siguiente: “He aceptado la confianza de la gente para encargarme de sus tareas. Esté presente o no la persona que me las confió, mientras me esmere en hacerlo bien, tendré buena reputación. Al menos habrá gente que sabrá que soy buena persona, una persona de carácter moral elevado y digna de imitación. Puedo ocupar un lugar entre la gente y ganar buena reputación entre un grupo. ¡Eso también merece la pena!”. Otras personas dicen: “‘Esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado’ y, puesto que nos lo han confiado, estén presentes o no, debemos encargarnos correctamente de sus tareas y cumplirlas hasta el final. Aunque no podamos dejar un legado perdurable, al menos no podrán criticarnos a nuestras espaldas afirmando que no tenemos credibilidad. No podemos dejar que las generaciones futuras sean discriminadas y padezcan esta injusticia flagrante”. ¿Qué buscan? Siguen buscando notoriedad. Algunos dan gran importancia a la riqueza y las posesiones, mientras que otros valoran la notoriedad. ¿Qué quiere decir “notoriedad”? ¿Qué expresiones concretas de “notoriedad” hay entre las personas? Ser calificado de buena persona y alguien de carácter moral elevado, un dechado, una persona virtuosa o un santo. Incluso hay personas que, por de pronto, lograron esmerarse en manejar con lealtad aquello que les habían confiado y tienen esta clase de carácter moral, son elogiadas a perpetuidad y sus descendientes se benefician de su notoriedad. Como ves, esto es mucho más valioso que los escasos beneficios que pueden obtener actualmente. Por tanto, el punto de partida para cualquiera que se rija por el supuesto criterio moral de esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado no es tan sencillo. No solo aspira a cumplir con sus obligaciones y responsabilidades como individuo, sino que se atiene a ese criterio para obtener beneficios personales o reputación, sea en esta vida o en la otra. Desde luego, también están aquellos que desean evitar que se los critique a sus espaldas y evitar la infamia. En resumen, el punto de partida para que la gente haga este tipo de cosas no es sencillo, no representa un comienzo desde la perspectiva de la humanidad ni desde la responsabilidad social de la humanidad. Mirándolo desde la intención y el punto de partida de la gente que hace este tipo de cosas, quienes se aferran a la frase “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” no tienen un objetivo nada fácil.

Acabamos de analizar el enunciado de conducta moral “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” a partir de las intenciones y el propósito de la gente al hacer las cosas y de sus ambiciones y deseos. Esto, por un lado. Por otro, “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” contiene otro error. ¿Cuál? La gente considera infinitamente noble la conducta de esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado, pero no sabe que no es capaz de discernir si las cosas que le han confiado son justas o injustas. Si la tarea que alguien te confía es muy común, algo que se hace fácilmente o es insignificante, la lealtad no entra en juego, porque cuando las personas mantienen cierto trato y se llevan bien, es normal que se confíen tareas. Tan sencillo como levantar un dedo. Está fuera de lugar considerar si el carácter moral de alguien es noble o si no llega a serlo. No llega a ese nivel. Ahora bien, si la tarea que alguien te confía es de gran importancia, una tarea enorme que, por ejemplo, sea a vida o muerte o afecte al destino o al futuro, e igualmente la consideres un asunto común y te esmeres correctamente en ella sin discernimiento, es probable que surjan ciertos problemas. ¿Qué tipo de problemas? Si la tarea que se te ha confiado es adecuada, razonable, justa y positiva y no va a provocar daños ni pérdidas a nadie ni a tener una repercusión negativa sobre la humanidad, está bien que la aceptes y te esmeres en encargarte de ella con lealtad. Es una responsabilidad que debes cumplir y un principio que has de respetar. No obstante, si la tarea que aceptas es injusta y ocasionará perjuicios, perturbación, destrucción, incluso la pérdida de la vida de otras personas o de la humanidad y, aun así, te esmeras en realizarla con lealtad, ¿qué rayos dice eso de tu carácter moral? ¿Es bueno o malo? (Malo). ¿En qué sentido? Hay quien obedece a una persona injusta o se hace amigo de ella, y ambos se consideran amigos íntimos. No le importa si este amigo es bueno o malo; mientras se trate de una tarea que le haya confiado su amigo, se esmerará por hacerla bien. Si el amigo le pide que mate a alguien, que le haga daño a alguien o si le pide que destruya algo, lo hará. Mientras se trate de una tarea que le haya confiado su amigo, la hará sin discernimiento ni deliberación. Cree que cumple con el enunciado “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”. ¿Qué dice esto de su humanidad y de su carácter moral? ¿Son buenos o malos? (Malos). Hasta la mala gente es capaz de esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado, pero las tareas que le han confiado y en las que se esmeran son malas y negativas. Si lo que los demás te han confiado es hacer daño a alguien, matar, robar a otras personas, vengarte o infringir la ley, ¿está bien? (No, no está bien). Todas estas cosas perjudican a la gente, son malas acciones y delitos. Si alguien te confía una tarea malvada y tú sigues obedeciendo el principio de la cultura tradicional de “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” y dices: “Como me lo has confiado a mí, eso significa que te fías de mí, que sientes mucho aprecio por mí y me consideras uno de los tuyos, un amigo, y no un extraño. Por ello, me esmeraré por hacer con lealtad lo que me has confiado. Juro por mi vida que haré bien lo que me confíes y que nunca faltaré a mi palabra”, entonces, ¿qué clase de persona es esta? ¿No es un auténtico sinvergüenza? (Sí). Un gran sinvergüenza. ¿Y cómo debes abordar aquello que es similar al enunciado “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”? Si alguien te confía una tarea sencilla, algo muy común en el trato con la gente, entonces, aunque la hagas, no se sabe si tu carácter moral es noble o no. Cuando alguien te encomienda una tarea muy importante y de gran envergadura, debes discernir si es positiva o negativa y si es algo que tu calibre puede cumplir. Si no es algo que puedas lograr, haz lo que puedas. Si es una tarea negativa, una tarea que infringe la ley, perjudica los intereses o la vida de otros —o que incluso acaba con sus perspectivas y su futuro—, y, pese a ello, cumples el criterio moral de esmerarte en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado, eres un sinvergüenza. A tenor de estas perspectivas, el principio que han de seguir las personas al aceptar tareas que se les confíen no debería ser “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”. Dicho enunciado no es correcto, presenta lagunas y problemas significativos y desorienta enormemente a la gente. Tras aceptar este enunciado, muchas personas lo aplicarán sin cuestionarlo para evaluar la conducta moral de otras y, por supuesto, para evaluarse a sí mismas y limitar su propia moralidad. Sin embargo, no saben quién es digno de confiarles tareas a otros, y muy pocas personas les encargan a otros tareas justas, positivas, beneficiosas para los demás, de valor y que brinden prosperidad a la humanidad. No las hay. Por consiguiente, si aplicas el criterio “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” para evaluar la calidad moral de una persona, no solo hay un exceso de dudas y problemas que no se sostienen, sino que, además, dicho criterio les inculca a las personas unos conceptos, unos principios y una orientación equivocados para abordar dichos asuntos, con lo que desorienta, paraliza y confunde el modo de pensar de la gente. Por tanto, sin importar cómo se analice o diseccione este enunciado, su existencia carece de valor, no es algo que la gente deba practicar y no la beneficia en modo alguno.

La frase “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” también contiene otro error. Desde otro punto de vista, a aquellos individuos malvados que quieren utilizar, manipular y controlar a otros, a aquellos con intereses creados y a los que tienen estatus y poder en la sociedad, este enunciado les da ocasión de explotar a los demás y una excusa para utilizarlos, manipularlos y controlarlos. Les permite utilizar estratégicamente a las personas para que hagan tareas en su lugar. Los que no cumplen con las tareas delegadas o no se esmeran por ellos son considerados personas en quienes no se puede confiar e incapaces de esmerarse para realizar tareas con lealtad. Se les tacha de individuos con una conducta moral inferior, indignos de confianza, que no merecen ser valorados ni respetados y de condición social baja. Estas personas son excluidas. Por ejemplo, si tu jefe te confía una tarea y tú piensas: “Ya que mi jefe me lo ha planteado, tengo que acceder a ello, sea lo que sea. Por difícil que sea, aunque suponga pasar las penas del purgatorio, tengo que hacerlo”, y accedes. Por un lado, es tu jefe y no te atreves a negarte. Por otro, suele presionarte diciendo: “Los únicos buenos compañeros son los que se esmeran en manejar con lealtad aquello que les han confiado”. Te ha inculcado este concepto desde el principio y te lo ha inoculado de antemano para que estés mentalmente preparado. Una vez que te pide algo, estás moralmente obligado a obedecer y no puedes negarte; de lo contrario, no acabará bien. Por tanto, tienes que emplear toda tu energía en hacer cosas para él. Aunque no sea fácil, tienes que encontrar la manera de hacerlo. Tienes que echar mano de contactos, actuar ilegítimamente y gastarte dinero en regalos. Al final, cuando la tarea esté terminada, no podrás hacer mención del dinero gastado ni exigir nada. Y tienes que decir: “La gente debe esmerarse en manejar con lealtad aquello que le hayan confiado. Usted siente mucho aprecio por mí y me valora mucho, así que debo esmerarme en hacer bien esta tarea”. En realidad, eres tú el que sabe cuántas dificultades y cuántos problemas has soportado. Si lo consigues, la gente dirá que tienes una conducta moral noble. Sin embargo, si fallas, la gente te mirará por encima del hombro, te despreciará y te vilipendiará. Sea cual sea tu clase social o grupo étnico, siempre que alguien te confíe una tarea, debes esmerarte y no escatimar esfuerzos, y no puedes negarte. ¿Por qué? Como señala el refrán, “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”. Ya que has aceptado el encargo de alguien, debes llevarlo a cabo con lealtad hasta el final y asegurarte de cumplir con la tarea de forma satisfactoria y correcta, en su totalidad y con el visto bueno de la otra persona, y luego informarle. Aunque no te pregunte, no debes escatimar esfuerzos. Algunas personas, como los parientes lejanos de tu familia extendida, no tienen en el fondo ninguna relación real contigo. Como ven que tienes un buen empleo en la sociedad, estatus y prestigio o algún talento, te encargan esto o aquello. ¿Está bien negarse? A decir verdad, no pasa nada, pero por las complejas relaciones sociales entre los seres humanos y la presión de la opinión pública, influida por la idea de esmerarse en manejar con lealtad aquello que a uno le hayan confiado, cuando este tipo de persona con la que en concreto no tienes relación te pide que hagas algo por ella, tienes que hacerlo todo. Por supuesto, puedes optar por no hacerlo. Así solamente ofendes a una persona, pierdes la relación con un par de familiares, o puede que un par de familiares te aíslen. Pero, una vez más, ¿qué importa? De hecho, no tiene ninguna importancia. No vives con ellos y tu destino no está en sus manos. Entonces, ¿por qué no puedes negarte a hacerlo? Uno de los motivos inevitables es que la opinión pública respecto a que te esmeres en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado es vinculante y te oprime. Es decir, en cualquier comunidad social, a menudo eres cautivo del criterio moral y la opinión pública que indica que te esmeres en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado. No te esmeras con lealtad en las tareas por responsabilidad social ni por cumplir con los deberes y obligaciones de un ser creado. Por el contrario, eres cautivo de los enunciados de las normas morales y de las cadenas invisibles de la opinión social. ¿Por qué eres susceptible de ser cautivo de esto? Por un lado, porque no distingues si esos enunciados morales transmitidos por tus antepasados son correctos ni si la gente debe acatarlos. Por otro, careces de la fuerza y el valor necesarios para liberarte de la presión social y la opinión pública fruto de esta cultura tradicional. En consecuencia, no puedes liberarte de sus cadenas y de su influencia sobre ti. Otro motivo es que, en cualquier comunidad o grupo social, las personas quieren que los demás piensen que poseen un carácter moral elevado, que son buenas, fiables, dignas de confianza y de que se les confíen tareas. Todo el mundo quiere crear una imagen así, que se gane el respeto de los demás y les haga creer a estos que son individuos dignos de carne y hueso, con sentimientos y lealtad, y no despiadados ni extraños. Si quieres integrarte en la sociedad y que te acepten y te den su visto bueno, primero debes hacer que te reconozcan como una persona de carácter moral elevado, alguien con integridad y credibilidad. Por ello, te pidan lo que te pidan, haces todo lo posible por satisfacerlos, complacerlos y luego recibir elogios de su parte que afirmen que eres una persona digna de confianza, de carácter moral elevado y que la gente está deseando relacionarse contigo. De este modo, sientes que estás presente en tu vida. Si consigues el visto bueno de la sociedad, de las masas y de tus compañeros y amigos, tendrás una vida especialmente estimulante y satisfactoria. Ahora bien, si vives de forma distinta a ellos, si tus pensamientos y puntos de vista difieren de los suyos, si tu senda de vida es distinta a la suya, si nadie dice que tienes un carácter moral elevado, que eres merecedor de confianza y de que te confíen asuntos, ni que tienes dignidad, y si todos te abandonan y aíslan, vives deprimido y triste. ¿Por qué te sientes deprimido y triste? Porque tu autoestima se ve afectada. ¿De qué se deriva tu autoestima? Del visto bueno y la aceptación de la sociedad y de las masas. Si no te aceptan, si no te dan su visto bueno, si no te elogian ni aprecian, si no te miran con admiración, cariño ni estima, crees no tener dignidad en la vida. Te sientes tremendamente inútil, sin presencia. No sabes en qué radica tu valor y, al final, no sabes cómo vivir. Tu vida se sume en la depresión y el tormento. Siempre estás intentando que la gente te acepte, tratando de integrarte en las masas y en la sociedad. Por consiguiente, para cualquiera que viva en un entorno social semejante es muy importante cumplir el criterio moral de que te esmeres en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado. También es un indicador fundamental para evaluar el carácter moral de una persona y si es aceptada por los demás. No obstante, ¿es correcto este criterio de evaluación? Desde luego que no. De hecho, hasta puede calificarse de absurdo.

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