Qué significa perseguir la verdad (15) Parte 1
En la actualidad, los desastres están empeorando. No solo sigue extendiéndose la epidemia, sino que también la hambruna se abate sobre la población. En algunas zonas ha estallado la guerra, y en muchos países del mundo reina el caos. La desunión ya es generalizada. Tiempo atrás se dijo que “las llamas de la guerra se arremolinan, el humo del cañón llena el aire, el tiempo se vuelve más caluroso, el clima cambia, una plaga se propagará”, y esta predicción ya se está haciendo realidad. Hay una epidemia que se extiende y no amaina, y los no creyentes viven una situación desesperada. Cada día y cada año es peor que el anterior, y ellos ya se han sumido en la catástrofe. Todos quieren librarse de ese sufrimiento y escapar a los días del desastre. Todos esperan que el gobierno los rescate y los ponga a resguardo, pero el gobierno es como un castillo de arena golpeado por las olas: impotente e incapaz de salvarse a sí mismo, y menos todavía a los demás. Cualquier día de estos, el gobierno puede hundirse y desaparecer, es inevitable. Todos vosotros habéis visto por lo que están pasando los no creyentes. ¡Están sufriendo de veras! ¿Cómo es vuestra vida en este momento? ¿No estáis mucho mejor que ellos? (Sí). ¿En qué estáis mejor? (Nosotros aún podemos leer la palabra de Dios juntos y compartir la verdad. Aún podemos cumplir con nuestro deber en la casa de Dios y aspirar a la entrada en la vida. Tenemos paz interior y no sufrimos ansiedad. Estamos mucho mejor que los no creyentes). Al menos, las personas que creen en Dios están mejor que los no creyentes porque tienen algo en lo que apoyarse. Creen en la soberanía de Dios; creen que todo está en manos de Dios y creen en Sus instrumentaciones y disposiciones. Dado que tienen fe y auténtica creencia en Dios, cuentan con algo real en lo que ampararse y una sensación de seguridad. Las personas que creen sinceramente en Dios tienen un sentimiento de sustento real en su corazón, así como una sensación de seguridad, paz y gozo, por muy peligroso o caótico que sea el entorno exterior en general. Por lo tanto, independientemente de la situación que viva, de los cambios en el entorno exterior y de lo que suceda, ya sea un desastre, una guerra o una epidemia, y sin importar si se trata de un acontecimiento importante o de un asunto menor, una persona que cree sinceramente en Dios puede consagrarse a su deber en la casa de Dios, comer y beber de Su palabra, experimentar Su obra y aspirar a alcanzar la verdad porque sigue a Dios y rechaza las tendencias seculares. Se trata de algo inmutable. Lo principal y el objetivo más importante que debéis buscar en vuestra creencia en Dios no pueden cambiar, y consisten en perseguir la verdad, cumplir con el deber adecuadamente y dar un hermoso testimonio de Dios. Esto no puede cambiar en modo alguno.
Por mucho que cambie el mundo, por mucho que las fuerzas de Satanás luchen y peleen, y por mucho que esta sociedad y este mundo caigan en el caos, problemas esenciales como la desorientación, la corrupción, la esclavitud y el control de la humanidad por parte de Satanás se mantienen invariables. Es decir, no han cambiado las diversas herejías y falacias que Satanás inculca en la gente, ni todos los pensamientos y enunciados que se oponen a Dios y contradicen las leyes y normas de Su creación de los seres humanos y de todas las cosas. Por un lado, esas cosas satánicas no han cambiado. Por otro, por mucho que cambien la situación y estructura de este mundo, no se han disipado las herejías y falacias que Satanás ha sembrado en lo más profundo del corazón de las personas. No es que las herejías y falacias con las que Satanás desorienta y corrompe a la gente hayan desaparecido del corazón de esta porque el mundo sea un caos ni porque Satanás esté ahora en baja forma y carezca de poder para controlar el mundo. No es así. Las herejías y falacias de Satanás aún están presentes en el corazón de las personas, y nadie puede ahuyentarlas. Desde que comenzara la corrupción de la humanidad a manos de Satanás, este ha sembrado poco a poco sus herejías y falacias en lo más profundo del corazón y la mente de cada ser humano creado. Esas cosas se mantienen intactas en el corazón y la mente de la gente hasta el día de hoy. Aunque Dios ha obrado muchos años y provisto de abundantes verdades a las personas, estas siguen sin saber identificar los diversos pensamientos, puntos de vista y dichos que Satanás les ha inculcado, ni mucho menos son capaces de tratar activamente de identificarlos en ausencia de la influencia de factores ambientales, ni de hacerlos desaparecer de su corazón. Tampoco son capaces de rechazar activamente los diversos pensamientos y enunciados que Satanás ha infundido en ellas, ni siquiera con la provisión y guía de la palabra de Dios. Aunque al principio la gente era corrompida por Satanás pasivamente, a lo largo del proceso de corrupción de la humanidad a manos de Satanás, las personas empezaron a vivir de acuerdo con el carácter de Satanás y veían las cosas según los pensamientos y las perspectivas de este. Progresivamente, empezaron a cooperar de forma cada vez más activa con Satanás, y se volvieron cada vez más proclives a rebelarse contra Dios, a apartarse de Él y a abandonarlo, hasta que al final Satanás logró controlarlas por completo. Cuando Satanás inculca plenamente sus pensamientos y puntos de vista malvados y ridículos en las personas, estas quedan totalmente prisioneras de él y se convierten en sus esclavos o, para ser más precisos, en personificaciones suyas. Cuando ocurre esto, la gente vive íntegramente con el carácter de Satanás. No solo viven según las filosofías y los pensamientos de este, sino que las diversas nociones y puntos de vista que Satanás les ha inculcado se han incorporado en su naturaleza. Para ser más exactos, no solo viven a imagen y semejanza de Satanás, sino como satanases, como diablos. Cuando esto sucede, ya no están siendo corrompidas, influenciadas, desorientadas o controladas pasivamente por Satanás, sino que están totalmente del lado de este y en contra de Dios. Corrompidas hasta ese punto, puede afirmarse que se han convertido en emisarios de Satanás y en su personificación. Para que Dios salve a un ser creado que sea emisario y personificación de Satanás, además de proveer la verdad y revelar las diversas actitudes corruptas de las personas y sus acciones que son rebeldes contra Dios, lo más importante es descubrir y diseccionar aquellos pensamientos, puntos de vista y enunciados similares a los de Satanás que alberga la gente en lo más profundo de su corazón. Las personas y Satanás comparten los mismos pensamientos, puntos de vista y enunciados. Satanás vive de acuerdo con esas cosas y, de igual modo, dado que la gente ha sido corrompida profundamente por este, como es natural, también vive conforme a ellas. Precisamente porque las personas viven de acuerdo con esas cosas y están influenciadas, movidas y controladas por esos puntos de vista, ni siquiera tras haber comprendido una parte de la verdad y saber que Dios es el Creador son capaces de postrarse ante Él sobre la base de su creencia en Dios, ni de someterse plenamente a Él, como tampoco pueden adorarlo con un corazón sincero. No pueden llegar a adorar a Dios con un corazón sincero porque, en lo más profundo de su corazón y de su mente, todavía están poseídas y controladas por los diversos pensamientos y puntos de vista de Satanás. Por eso, una vez que aceptan la obra de Dios y son conquistadas, aunque puedan aceptar la palabra de Dios como su vida, siguen siendo incapaces de renunciar por completo a las diversas herejías y falacias de Satanás; aún no pueden escapar del todo a la influencia de las tinieblas ni llegar a ser verdaderamente sumisas a Dios ni adorarlo. Por consiguiente, si Dios ha de salvar a la humanidad, por un lado debe expresar la verdad para juzgar y purificar el carácter corrupto de las personas, hacer que estas comprendan la verdad y lleguen a conocer a Dios y someterse a Él, enseñarles a comportarse y a cómo caminar por la senda correcta, e indicarles cómo practicar la verdad, cómo cumplir con el deber adecuadamente y cómo entrar en las realidades-verdad. Por otro lado, Dios debe poner al descubierto los pensamientos y puntos de vista de Satanás. Debe desenmascarar y diseccionar las diversas herejías y falacias con que Satanás corrompe a las personas para que estas sepan identificarlas. Después, la gente podrá expulsar esas cosas satánicas de su interior, purificarse y alcanzar la salvación. Así comprenderán lo que es la verdad y, además, sabrán identificar el carácter, la naturaleza y las herejías y falacias de Satanás. Cuando acepten que Dios es el Creador y tengan la fe para seguirlo, descubrirán la fealdad de Satanás en el fondo de su corazón y lo rechazarán verdaderamente. El corazón de esas personas podrá entonces regresar plenamente a Dios. En el mejor de los casos, cuando el corazón de una persona esté comenzando a regresar a Dios pero aún no lo haya hecho por completo, es decir, cuando su corazón aún no esté poseído por la verdad y Dios todavía no lo haya ganado, dicha persona utilizará la palabra de Dios en el transcurso de su vida para identificar, diseccionar y desentrañar todos los enunciados que Satanás inculca en la gente y, a la larga, logrará abandonar a este. De ese modo, el lugar que ocupa Satanás en el corazón de las personas se hará cada vez más pequeño hasta ser completamente erradicado. Lo sustituirán la palabra de Dios, las enseñanzas de Dios a la gente, los principios-verdad que Dios provee y todo eso. Poco a poco, esa vida de positividad y verdad arraigará en las personas y ocupará un lugar destacado en el corazón de estas, con lo que Dios tendrá dominio sobre sus corazones. En pocas palabras, cuando los diversos pensamientos, puntos de vista, herejías y falacias con los que Satanás corrompe a las personas sean identificados y comprendidos, de manera que estas los desprecien y abandonen, la verdad ocupará poco a poco sus corazones. Se convertirá gradualmente en la vida de las personas y estas se someterán a Dios y lo seguirán activamente. Independientemente de cómo obre y comande Dios, la gente será capaz de aceptar activamente la verdad y la palabra de Dios y de someterse a la obra de Dios. Por otro lado, por medio de esta experiencia, las personas se esforzarán activamente por la verdad y la comprenderán. Así es como la gente empieza a tener auténtica fe en Dios y, a medida que la verdad les quede cada vez más clara, su fe no dejará de aumentar. Cuando las personas tienen auténtica fe en Dios, también surge en ellas un temor de Dios. Cuando temen a Dios, tienen el deseo de recibirlo en lo más profundo de su corazón y se someten voluntariamente a Su dominio. Se someten a las instrumentaciones y disposiciones de Dios y a los planes que Él tiene para su destino. Se someten al día a día y a todas las circunstancias especiales que Dios dispone para ellas. Cuando la gente tenga ese tipo de voluntad y ese anhelo, también aceptarán y se someterán activamente a las exigencias que Dios les hace. Cuando los frutos de esto sean cada vez más reales y también más evidentes en las personas, los enunciados, los pensamientos y los puntos de vista de Satanás perderán su efecto en el corazón de la gente. En otras palabras, los enunciados, los pensamientos y los puntos de vista de Satanás tendrán cada vez menos control e influencia sobre las personas. Transcurrido un período de lucha, y tras una etapa de cooperación activa y determinación de las personas por someterse a Dios, estas podrán liberarse del cautiverio y el control de Satanás. Llegadas a ese punto, las personas se habrán zafado del poder de Satanás. Abandonarán por completo los enunciados, pensamientos y puntos de vista que Satanás utilizaba para desorientarlas, y su fe en Dios será cada vez mayor. Naturalmente, este resultado depende de la palabra y obra de Dios y, lo que es aún más importante, de la búsqueda y cooperación de las personas. Si una persona escucha muchas verdades y numerosos sermones, pero todavía no tiene conciencia de los pensamientos y puntos de vista de Satanás y no ha llegado a despreciarlos, y si dicha persona no quiere identificar, desentrañar y abandonar activamente esas cosas satánicas, sino que adopta un enfoque pasivo o las ignora, los diversos pensamientos y puntos de vista de Satanás todavía estarán profundamente arraigados en ella. En su día a día y a lo largo de la senda de toda su vida, seguirá estando influida y controlada de manera involuntaria por los diversos pensamientos y perspectivas de Satanás, y sus puntos de vista sobre las personas y las cosas, sus conductas y sus actos seguirán teniendo su origen en Satanás. Si todo esto tiene su origen en Satanás, entonces tu creencia en Dios es un mero reconocimiento de la existencia de Dios, más que auténtica fe, y nunca aceptarás sinceramente la identidad y esencia de Dios. Naturalmente, tu corazón no regresará a Dios por propia voluntad y no podrás regresarlo a Dios. Cabe decir que no eres capaz de tener la más mínima lealtad sincera por el deber y por las obligaciones que Dios te ha encomendado, que no puedes temer sinceramente a Dios ni mucho menos serle verdaderamente sumiso. ¿Cuál será el resultado evidente si no cumples con esas cosas? Que no te salvarás. ¿Es eso lo que sucederá? (Sí). Es lo que sucederá. Es obvio que los pensamientos, los puntos de vista y las nociones con los que Satanás corrompe a las personas y que siembra en lo más profundo de sus corazones son cosas que impiden a estas escuchar la voz de Dios, creer en Su palabra, aceptar las cosas positivas y, sin duda, aceptar la verdad y entrar en ella. Estas cosas difieren superficialmente del carácter corrupto de los seres humanos. No obstante, la esencia de tales cosas forma parte de la naturaleza de Satanás y son cosas con las que Satanás corrompe a los seres humanos. Visto desde fuera, existe una clara diferencia entre los actos malvados de Satanás que corrompen a la humanidad y la simulación por parte de este de hacer el bien; una diferencia que resulta difícil de discernir a ojos de la gente normal. Sin embargo, las consecuencias de que Satanás desoriente y corrompa a la gente son sumamente obvias. Es evidente que esto ha provocado que una mayoría social niegue, se resista y hasta se oponga a Dios.
El carácter satánico que albergan las personas es, exclusivamente, fruto de la desorientación y la corrupción de Satanás. Además, las diversas herejías, falacias, filosofías y leyes satánicas a las que se atienen las personas, así como su perspectiva de vida y sus valores, son manifestaciones concretas de su desorientación y corrupción a manos de Satanás. Dicho de otro modo, una vez que Satanás ha desorientado a las personas y ha hecho que se aparten de Dios y lo nieguen, les inculca ampliamente todo tipo de pensamientos, puntos de vista, herejías y falacias satánicos. Por otra parte, Satanás difunde abiertamente abundante propaganda, como nociones, puntos de vista y enunciados de todo tipo, que instruyen e incitan a la gente en cuanto a la manera de afrontar todas las cosas, y que hacen que las personas acepten todo eso en su interior. En consecuencia, infunde en ellas diversas actitudes satánicas corruptas. Ese es el método con el que Satanás corrompe a la gente. Es decir, cuando hay un vacío profundo en el alma de las personas, cuando estas no piensan correctamente y son recipientes vacíos, los diversos enunciados de Satanás penetran en sus corazones y se afincan allí. Por ejemplo, cuando se generan enunciados como “jamás ha habido ningún Salvador”, “la naturaleza es la creadora de los cielos, la tierra y todas las cosas”, “daría la vida por un amigo”, “la mujer debe ser virtuosa, amable, dulce y moral”, “los hombres deben ser varoniles”, etc., la gente se ve influenciada inconscientemente por ellos. Sin conocimiento alguno de esas fuerzas malignas, herejías y falacias, sin ninguna habilidad para identificarlas y sin energía para resistirse a ellas, la gente acepta toda clase de pensamientos y puntos de vista procedentes de Satanás. El proceso por el cual las personas aceptan esos pensamientos y puntos de vista satánicos es precisamente el proceso por el que se dejan desorientar, incitar y corromper. Por ejemplo, si eres una mujer que no conoce la forma correcta en que debe vivir una mujer ni qué cosas debe hacer, Satanás te propondrá herejías y falacias como “la mujer debe ser virtuosa, amable, dulce y moral, quedarse en casa y no salir”, “la virtud de una mujer es ser inexperta”, etc. Como estos dichos te parecen bastante ingeniosos y apropiados, los aceptas. Cuando estas herejías y falacias se difundan por la sociedad y sobre la tierra, tú, como mujer, las asumirás inconscientemente y te exigirás de forma estricta vivir de conformidad con ellas. Ante todo, te compararás con ellas, pues crees que, por el hecho de ser mujer, debes ser virtuosa, amable, gentil y moral, quedarte en casa, ser una inexperta mujer de virtud, etc. En el transcurso de este proceso, los enunciados, pensamientos y puntos de vista que circulan por la sociedad poco a poco te irán incitando, adoctrinando e influenciando, y finalmente llegará un momento en que te integrarás con ellos. Para ser más concretos, una vez que los pensamientos y puntos de vista de Satanás te hayan desorientado, estarás limitada y controlada por ellos, y luego, en lo más profundo de tu corazón, te exigirás inconscientemente a ti misma y verás a los demás de acuerdo con tales pensamientos y puntos de vista. Por lo tanto, en tu vida diaria, esos pensamientos y enunciados darán lugar a pensamientos y puntos de vista en tu interior, los cuales adoptarás después como criterio y fundamento de tu conducta y comportamiento. Así es como los diversos pensamientos y puntos de vista de Satanás se convierten poco a poco en práctica común en la sociedad y la comunidad. Esta práctica se convierte en una especie de fuerza a medida que va generalizándose en la sociedad y aumenta cada vez más la población a la que incita y en la que se integra. Generada esta fuerza, la humanidad queda completamente cautiva y controlada por estos pensamientos y puntos de vista, o en otras palabras, poseída por ellos. Para ser más precisos, las personas se convierten en prisioneros de Satanás. Por ejemplo, en el mundo de Satanás, “los hombres deben ser varoniles, duros y ambiciosos”, “los hombres deben tener grandes ambiciones, sueños y un espíritu indomable”, “los hombres deben cultivarse a sí mismos, poner la familia en orden, gobernar la nación y llevar la paz a todos”, “los hombres deben aprender a ejercer el poder, tomar el control de la situación y dominar el mundo”, “los hombres no lloran fácilmente”, etc. Todos los hombres están sujetos a estas exigencias, pensamientos y puntos de vista desde el principio. Tanto hombres como mujeres están limitados por los diversos dichos de la cultura tradicional y sujetos a ellos. Si los hombres no saben cómo debe actuar un hombre o cómo afianzarse en su comunidad, sociedad o país, aceptarán inconscientemente estos pensamientos y puntos de vista cuando los oigan. Poco a poco se acostumbrarán a ellos hasta adoptarlos como criterio y fundamento a la hora de plantearse exigencias estrictas. Además, pondrán en práctica esos pensamientos y puntos de vista, experimentarán cómo es en realidad una persona así y darán ejemplo al esforzarse por conseguir esos objetivos. Por ejemplo, los hombres deben poseer grandes ambiciones, hacer cosas importantes y tener una gran carrera profesional. No deben tener relaciones amorosas ni convertir el apoyo a sus padres o la crianza de sus hijos en una responsabilidad u objetivo de por vida. Más bien, deben ampliar sus horizontes, seguir sus aspiraciones, aprender a tomar el control de la situación, y hasta hacerse con el poder para controlar a la humanidad y a las mujeres. La gente ha aceptado esos pensamientos y puntos de vista; los practican, viven de acuerdo con ellos en su vida y persiguen los objetivos que conllevan. Por otra parte, cuando estos pensamientos y puntos de vista hayan tomado forma y se hayan arraigado profundamente en el corazón de las personas, estas verán a la humanidad, la sociedad y el mundo entero a través de ellos. Cuando arraiguen tan a fondo en el interior de un hombre que no sea posible desarraigarlos, este verá a las personas y las cosas, se comportará y actuará de acuerdo con pensamientos y puntos de vista como “los hombres deben ser varoniles y duros”, etc. Este es el origen y la causa principal de la visión del mundo y de la vida que tienen los hombres. Cuando los hombres contemplan a las personas y las cosas, se comportan y actúan según los pensamientos y puntos de vista que les ha inculcado Satanás, dichos pensamientos y puntos de vista se extienden imperceptiblemente entre la gente y en la sociedad y penetran poco a poco en lo más profundo del corazón de todas las personas; no solo de los hombres, sino también de las mujeres. Cuando esas cosas penetran profundamente en el corazón de todas las personas, llegando incluso al de los niños pequeños que apenas están aprendiendo a hablar, esos pensamientos y puntos de vista se convierten en práctica común en la comunidad y la sociedad. Esa práctica se extenderá cada vez más rápido y se irá generalizando hasta que todo el mundo la conozca, la admita y la acepte al cien por cien. Cuando las cosas hayan avanzado hasta llegar a dicho estadio, los sociólogos, los políticos y los jefes de Estado —más en concreto, los reyes de los diablos, que siguen a Satanás— irán más lejos para consolidar el estatus de esos pensamientos y enunciados en la humanidad. Pondrán esas cosas por escrito y las difundirán y promoverán sistemáticamente por medio de toda clase de pruebas circunstanciales, condiciones favorables, personas, acontecimientos y cosas, para que dichos enunciados se propaguen entre la humanidad y conformen un clima social y un código moral determinado en la sociedad. Con ese código moral controlarán y esclavizarán a las personas, momento en que se habrá alcanzado el objetivo de Satanás. Cuando Satanás haya logrado ese objetivo, toda la humanidad, hombres y mujeres, habrá sido desorientada, corrompida y poseída por esos pensamientos y puntos de vista. ¿Sabéis cuáles serán las consecuencias cuando la humanidad haya sido desorientada, corrompida y poseída por los pensamientos y puntos de vista de Satanás? ¿Por qué creéis que Satanás propone ese conjunto de pensamientos, enunciados, herejías y falacias? ¿Es simplemente para corromper a la humanidad? ¿Solamente para arrebatar personas? ¿Quién es el objetivo de todo esto? (Dios). Correcto, debéis tenerlo claro. En todas las cosas malvadas que Satanás hace y, concretamente, en todas las cosas que hace para desorientar, perturbar, controlar y corromper a la humanidad, las personas son meros instrumentos y objetos de servicio. No son más que simples recipientes que Satanás utiliza para ejercer todas sus habilidades y destrezas. Todas las cosas que hace Satanás tienen como objetivo a Dios, no a las personas. Quiere oponerse a Él, y las personas son meros recipientes o instrumentos que utiliza para ello. ¿Y por qué quiere Satanás luchar contra Dios? ¿Por qué quiere corromper así a la humanidad? Porque Dios creó a la humanidad y quiere salvarla. ¿Por qué no corrompe Satanás a los animales, las plantas o los extraterrestres? Porque Dios no intenta salvar a los animales, las plantas, a los extraterrestres ni a ninguna otra criatura que no sea humana. Dios intenta salvar a los humanos que creó en esta tierra. Intenta ganar ese grupo de humanos de la tierra. ¿Qué clase de humanos? Un grupo de humanos que siguen a Dios y son fieles hasta la muerte, unidos en mente y corazón con Él, que lo temen y evitan el mal. Esas son las personas que Dios quiere ganar. Antes de que Dios haya obrado para salvar y ganar a esas personas, Satanás trata de llegar primero y corromperlas. Satanás dice: “Dios, ¿quieres salvar a la humanidad? Pues yo la corromperé primero. Cuando la gente esté tan corrompida que sea totalmente demoníaca en vez de humana, no podrás salvarla. No lo lograrás y fracasarás al final”. Ese es el objetivo de Satanás. Volvamos a la pregunta que hice antes. Cuando Satanás corrompe el carácter humano y, además, propone diversas herejías y falacias y todo tipo de pensamientos y puntos de vista para desorientar, paralizar y controlar la mente y el corazón humanos, ¿cuál es su propósito? No sabéis responder a eso; no lo entendéis. Satanás no se dirige a las personas al hacer todo esto, aunque es a las personas a quienes corrompe y controla. Por el contrario, todo está dirigido hacia Dios. ¿Cuál es el objetivo o resultado último de que Satanás corrompa a la gente? Ponerla en contra de Dios. Cuando la gente se convierta en la antítesis total de Dios y en Su enemigo, Satanás creerá que su trama y sus cálculos egoístas se han cumplido y que será idolatrado y seguido por la humanidad. Por lo tanto, cuando los diversos pensamientos, enunciados, herejías y falacias de Satanás estén profundamente arraigados en el corazón de la gente, esta ya no creerá que Dios existe, ni aceptará Sus instrumentaciones y disposiciones, así como tampoco Su soberanía. Las personas negarán completamente a Dios y lo traicionarán. Satanás piensa que basta con corromper a la gente hasta el punto de que sea capaz de negar a Dios. ¿Por qué? Porque, a esas alturas, las personas a las que Dios quiere salvar habrán sido total y absolutamente tomadas como cautivas y poseídas por Satanás, y se habrán convertido total y absolutamente en la antítesis de Dios. Ese es el propósito de Satanás. ¿Verdad que nunca antes lo habíais pensado? (Verdad). No lo entendéis. La gente piensa: “Satanás nos corrompe para capturarnos, atraparnos, lastimarnos, dejarnos morir, enviarnos al infierno y alejarnos de la salvación de Dios y de la senda correcta en la vida. Satanás nos hace sufrir”. En parte así es, pero ese es solo un resultado objetivo derivado de todo lo que hace Satanás, no el objetivo subyacente en realidad. ¿Comprendéis ahora cuál es el objetivo subyacente? Decidme, ¿por qué Satanás desorienta, controla y cautiva la mente de las personas? (Todo lo que hace Satanás está dirigido contra Dios, y el objetivo subyacente es poner a todas las personas en contra de Dios). ¿Qué más? (Como Dios quiere salvar a la humanidad, Satanás quiere corromperla y ponerla en contra de Dios para que no pueda recibir Su salvación. Satanás quiere hundir el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad). Satanás inculca en las personas todo tipo de herejías y falacias, y cuando esos pensamientos y puntos de vista desencaminados, y esas herejías y falacias echan raíces profundas en el corazón de las personas, acaban por controlar y cautivar la mente de estas. Esto da lugar a una situación particular. ¿Qué tipo de situación? Una situación en que la antítesis de Dios está totalmente conformada, la humanidad se ha vuelto una fuerza completamente hostil a Dios, y Satanás es feliz. Ese es el objetivo que Satanás intenta alcanzar. ¿Cuál es el propósito de Satanás al hacer todo esto? Resumidlo en una frase. (Satanás inculca en la gente todo tipo de herejías y falacias y, cuando esos pensamientos y puntos de vista desencaminados, y esas herejías y falacias echan raíces profundas en el corazón de las personas, se genera una situación en que la antítesis de Dios está totalmente conformada y los seres humanos se han convertido en personas que se resisten a Él. Se han convertido en enemigos de Dios, y Satanás ha logrado su objetivo). Esa es la respuesta; ¿no es sencilla? (Sí). Esos son el objetivo y el resultado que Satanás quiere alcanzar al corromper a la humanidad.
¿Creéis que Dios conoce esas cosas que Satanás hace para corromper a la humanidad? (Sí). ¿Y por qué permite Dios que Satanás haga eso? Explicadlo aplicando lo que entendéis sobre la verdad. ¿No hay un dicho al respecto? “Dios ejerce Su sabiduría en función de las artimañas de Satanás”. Este es un ejemplo de que el dicho se cumple, ¿no? (Sí). ¿Es también aplicable aquí la frase “Satanás es el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios”? (Sí). Ambos dichos son pertinentes y pueden aplicarse para explicar la pregunta anterior, ¿no es así? (Sí). Exacto. Si alguien plantea esa pregunta, ¿cómo se lo explicaríais? Si solo respondéis vagamente “Dios ejerce Su sabiduría en función de las artimañas de Satanás”, se confundirá y no lo entenderá. ¿Sabéis explicarlo más detalladamente? Es fácil de explicar, ¿no? Dios permite que Satanás haga esas cosas que corrompen a la humanidad, no porque Él no sea capaz de impedirlas o de ocuparse de ellas, sino por un motivo. La razón es porque, como ya he mencionado anteriormente, “Dios ejerce Su sabiduría en función de las artimañas de Satanás”. No es un dicho o teoría, sino una verdad indiscutible que puede comprobarse con el hecho de que Dios puede salvar al hombre después de que Satanás lo haya corrompido. ¿Cuál es el propósito de Satanás al corromper las actitudes humanas e inculcar en la gente toda clase de herejías y falacias para controlar y cautivar su mente? ¿Es su objetivo último acabar con la obra de Dios y hacer que Su plan de gestión quede en nada? ¿Es esa la artimaña de Satanás? (Sí). Esa es la artimaña de Satanás. ¿Qué piensa Dios cuando Satanás lleva a cabo esas tretas? ¿Qué hace? ¿Qué tiene en mente? ¿Cómo se manifiesta Su sabiduría en todo ello? Dios aprovecha las artimañas de Satanás. Satanás tiene una treta. Dice: “Incito y corrompo a las personas hasta que son como yo. Se convierten en pequeños satanases que comparten mis pensamientos y puntos de vista, contemplan a las personas y las cosas, se comportan y actúan de acuerdo con mi perspectiva satánica, y se oponen a Dios. Quiero tomar a todas las personas que Dios ha creado y hacerlas mías, de Satanás, para que la obra de Dios en ellas sea inútil y en vano. Seguro que eso hará que el plan de gestión de Dios quede en nada”. ¿Es esa la treta de Satanás? (Sí). ¿Y qué piensa Dios? ¿Qué hace? Dios dice: “Satanás, tú difundes herejías y falacias para perturbar y desorientar a la gente, y haces muchas cosas para perturbar y destruir la obra de Dios. Eso no conseguirá más que inculcar algunas herejías y falacias en la gente para que viva de acuerdo con ellas y se oponga a Dios. Por ello, fundamentaré Mis palabras y Mi obra en la corrupción de la humanidad, pondré al descubierto las herejías y falacias con las que tú la corrompes, juzgaré las diversas actitudes corruptas de las personas y permitiré que estas identifiquen los diversos pensamientos y enunciados que les has inculcado. Así la gente no solo comprenderá la verdad y a Dios, sino que, además, será capaz de detectar los diversos enunciados, pensamientos y puntos de vista de Satanás, así como de descubrir su carácter, su esencia y sus diversos hechos malvados. A partir de su comprensión de la verdad, la gente podrá identificar y rechazar a Satanás con mayor acierto y fuerza. Por el lado negativo, Satanás ya no desorientará a las personas, no las cautivará ni las atrapará una segunda vez. Por el lado positivo, estas serán más capaces de creer y confirmar la existencia de Dios, Su identidad y el hecho de que Él es soberano sobre todas las criaturas y cosas. Una vez logradas estas dos cosas, surgirá en ellas un corazón temeroso a Dios y se someterán sinceramente a Él. Dios ganará sus corazones o, para ser más exactos, ganará a las personas. Cuando la gente llegue a ese estadio, ya no estará desorientada ni será utilizada por Satanás, sino que será capaz de detectarlo completamente, descubrirlo y rechazarlo desde lo más profundo de su corazón. Reconocerán que son los seres creados de Dios, aceptarán de buen grado la soberanía y las instrumentaciones del Creador y, con ello, habrán regresado por completo a Él”. Eso es lo dispuesto y planeado específicamente por Dios. Por supuesto, también cabe afirmar que ese es el pensamiento y la idea que Dios alberga en el fondo de Su corazón. Así es como piensa Dios, como funcionan Sus ideas y como instrumenta las cosas. Mientras que Satanás ha estado desorientando y corrompiendo a la gente, Dios ha estado disponiendo metódicamente todas las criaturas y cosas y avanzando en Su plan y Su gestión paso a paso, de forma organizada y continuamente hasta ahora. La humanidad ha sido totalmente corrompida y controlada por Satanás. Ahora bien, es indiscutible que cuando esa humanidad, en la que Satanás ha impregnado e infundido toda clase de venenos, es llamada por Dios y oye Su voz, aún puede presentarse ante Él, aceptar Su llamada y disponerse a recibir Su juicio y castigo. Aunque Dios condene y maldiga a dicha humanidad por ser de la calaña de Satanás y enemiga Suya, la humanidad nunca lo abandonará. Aunque los pensamientos y puntos de vista de las personas estén plagados de cosas que les ha inculcado Satanás, lo que hace que todavía contemplen a las personas y las cosas, se comporten y actúen de manera sumamente influenciada y controlada por los pensamientos y puntos de vista de Satanás, sus corazones regresan a Dios de una forma cada vez más auténtica y urgente. ¿No es ese un hecho indiscutible? (Sí). Además, en un futuro próximo, una vez que Dios haya puesto al descubierto todas las acciones malvadas de Satanás, esa humanidad, profundamente corrompida por este, podrá renunciar por completo a él, decirle “no” y devolver su corazón a Dios. Toda ella estará dispuesta a seguir firmemente a Dios conforme a Su soberanía, Sus instrumentaciones y Sus disposiciones. Ese es el rumbo que toma la culminación exitosa de la gran obra de Dios, ¿no es así? (Sí). Especialmente después de hablar sobre lo que significa perseguir la verdad, habrá más gente que tendrá la determinación para contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar de acuerdo con las palabras de Dios y con la verdad por criterio. Independientemente de si dicha determinación es fuerte o débil, o de si han entrado o no en esa realidad, más allá de todo eso, el hecho de que esa humanidad, profundamente corrompida por Satanás, tenga el deseo y la determinación de renunciar a él y de contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar de acuerdo con las palabras de Dios y con la verdad por criterio —y no según los diversos pensamientos y puntos de vista que Satanás les ha inculcado— es, en sí mismo, señal de que Dios ya ha ganado. Por lo tanto, Satanás ya ha sido humillado, ¿no? (Sí). Por consiguiente, el dicho “Dios ejerce Su sabiduría en función de las artimañas de Satanás” no son palabras vacías, sino una realidad práctica, objetiva e indiscutible. Todo el mal que hace Satanás ha llegado al punto de desorientar y controlar a la humanidad. Cree que ha perturbado y destruido la obra de Dios y que es imposible que Dios continúe con Su plan de gestión. Por eso cree que ha ganado. Sin embargo, no puede ralentizar el ritmo del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad por mucho que se atreva, ni puede frustrar el gran éxito del plan de gestión de Dios y de Su victoria sobre él. La obra de Dios ya se ha expandido por todo el universo, y la palabra de Dios ha llegado a millones de hogares. Esa es la prueba del gran éxito de Dios.
Si alguien vuelve a preguntaros “¿Por qué Satanás desorienta, controla y cautiva la mente de las personas? ¿Por qué Dios permite que Satanás haga eso?”, ¿sabréis responder a esas preguntas? Aunque no sepáis explicarlo del todo, podéis al menos compartir una parte de vuestro entendimiento. ¿Por qué Satanás hace todo eso? ¿Qué sentido tiene que Dios se lo permita? Debéis plantearos estas cosas y tener una respuesta precisa en vuestro corazón. Dios lleva obrando seis mil años para salvar a la humanidad. Algunas personas no lo entienden, y preguntan: “¿Dios lleva obrando seis mil años? ¿No es demasiado tiempo?”. Dure lo que dure la obra de Dios, todos Sus actos son de la máxima trascendencia. No solo es trascendental la duración de Su obra, sino que todavía lo son más los resultados finales de esta. De no ser porque Dios lleva obrando seis mil años para salvar a la humanidad, la indolencia y la torpeza impedirían a esta conocer a Dios o ser salvada plenamente por Él. ¿Sería capaz la gente de identificar a los anticristos y de reconocer su esencia-naturaleza si solo hubiera experimentado una o dos veces la desorientación y la perturbación que estos provocan? ¿Le bastaría con tres o cinco veces? Me temo que no. Han de experimentarlos muchas veces para descubrir totalmente la esencia-naturaleza de los anticristos. Solo entonces serán capaces de identificar realmente a los anticristos y de renunciar a ellos por completo. En concreto, si sufren durante muy poco tiempo la demencial opresión y cruel persecución del gran dragón rojo, no las experimentarán plenamente y pronto las olvidarán. En consecuencia, no odiarán ni rechazarán verdaderamente al gran dragón rojo. La cruel persecución de Satanás debe grabarse a fuego en el corazón de las personas para que puedan odiarlo desde lo más profundo de su corazón y ver con nitidez su auténtico rostro. Si una persona solo ha sido perseguida brevemente una o dos veces, le será difícil odiar a Satanás y rebelarse contra él. Si surge la ocasión, hablará bien de Satanás y cantará sus alabanzas. Una persona debe caer en manos de Satanás muchas veces para que sufra su tortura y crueldad y, con ello, le queden claros su maldad, fealdad, mezquindad y descaro para finalmente abandonarlo por completo. Rotundamente, estas cosas hay que vivirlas durante mucho tiempo. En la siderurgia, por ejemplo, no se puede producir buen acero si este pasa poco tiempo al fuego, sino que debe templarse a fondo para conseguir los mejores resultados. Es decir, cada etapa de la obra de Dios requiere mucho tiempo, cada etapa exige un largo período de tiempo. Debe hacerse así; de lo contrario, no es posible conseguir un buen resultado. Se producirán, en distinta medida, profundas transformaciones en el corazón humano y en el carácter corrupto de la humanidad por influencia de las circunstancias generales de cada era, y cada una de esas transformaciones estará relacionada con la obra que Dios quiere hacer en las personas a lo largo de cada etapa. Dios se ha encarnado de nuevo en los últimos días para obrar a tan gran escala y hablar tanto porque, en esta última fase, el carácter corrupto, los pensamientos y los puntos de vista de la humanidad, así como el ambiente general y el trasfondo de la sociedad, encajan en el contexto de la obra que Dios quiere llevar a cabo en los últimos días. Las tendencias, las costumbres, los patrones o las situaciones de la sociedad, la situación política o incluso el poder político de las naciones satánicas son factores propios del ambiente general. En un momento con dichos factores de fondo, el panorama interno y el carácter corrupto de la gente, es decir, el estado interior de la humanidad entera, son justo lo que Dios necesita para llevar a cabo Su obra. Es el momento más apropiado para que Dios despliegue Su juicio y castigo a fin de revelar Su majestad, Su justicia, Su misericordia y Su bondad. Cuando todos esos factores son propicios y están completamente listos, Dios comienza Su obra. Esa es la obra que Dios quiere llevar a cabo bajo la influencia del trasfondo general. Basta con que entendáis eso. Algunas personas con buena aptitud lo entenderán, mientras que otras, sin experiencia, puede que no. En concreto, aquellas que no entienden la situación política ni la esencia de las tendencias de la sociedad y que no tienen una mentalidad lo bastante madura, se contentan únicamente con pequeñas experiencias espirituales y testimonios menores, y puede que no entiendan demasiado acerca del trasfondo político y social general que atañe a la obra de Dios. No importa el grado de comprensión que tengáis de esas cosas; os quedarán claras a medida que poco a poco las vayáis experimentando en mayor medida, ya que atañen al plan de gestión y la obra de Dios, lo que es una visión estupenda. No hablaremos más sobre este tema porque no estáis preparados para profundizar en él.
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