Qué significa perseguir la verdad (16) Parte 3
La vez anterior hablamos sobre el tema “La palabra de un caballero es sagrada”. Es un dicho que Satanás utiliza para corromper a las personas en lo que respecta a la conducta moral. Propugnar este dicho influye significativamente en el pensamiento de la gente y, al igual que otros dichos sobre la conducta moral, es absurdo y no se ajusta a los hechos. No importa lo que alguien diga, mientras lo haga, otras personas pensarán que tiene una moralidad noble y una condición honorable, y esto es tanto ridículo como irrisorio. Este dicho se asemeja a otros sobre la conducta moral en el sentido de que todos son herejías y falacias ridículas e irrisorias. Se puede hacer referencia a todos ellos de esta manera y también se pueden definir como absurdos en grado sumo e incapaces de resistir un escrutinio. Hoy vamos a fijarnos en el dicho sobre la conducta moral “Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Antes de hablar formalmente al respecto, ¿habéis pensado alguna vez en cómo explicar este dicho? ¿Cómo se puede diseccionar su esencia? ¿Qué ponzoñas encierra? ¿Qué pensamientos desea inculcar Satanás en la gente a través de este dicho? ¿Cuál es la intención maliciosa de Satanás? ¿Qué aspecto de los seres humanos corrompe Satanás mediante este dicho? ¿Habéis meditado alguna vez sobre esto? El dicho “Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación” se puede explicar simplemente como no relacionarse con malas personas y ser capaz de protegerse de las influencias perniciosas. Tanto si otra persona considera que alguien “emerge impoluto del fango”, como si este quiere adoptar ese dicho para sí mismo, ¿qué clase de persona es ese individuo, en términos generales? Declara ser muy incorruptible, honesto, abierto y honrado, que es un caballero de condición moral noble, pero considera que esta era, este mundo, esta humanidad, e incluso este país, esta corte imperial y este funcionariado no son así. ¿Acaso estas personas no suelen contemplar las cosas de una manera cínica y se sienten insatisfechas con la realidad? A menudo sienten que tienen grandes aspiraciones, pero nacieron en el momento equivocado, que tienen talento, pero no pueden usarlo. Creen que, tanto si es en el funcionariado o en la sociedad, siempre hay gente vulgar que les obstaculiza el camino, que tienen grandes mentes estratégicas, y que son individuos excepcionales, pero nadie reconoce su talento o les permite alguna vez encargarse de tareas importantes. Están insatisfechas con la realidad, se vuelven cínicas y, por eso, se describen a sí mismas diciendo que “emergen impolutas del fango, se bañan en aguas cristalinas sin hacer ostentación”, afirmando que se protegerán de las malas influencias y serán inmaculadas. Para decirlo abiertamente, la gente de este tipo se ve a sí misma pura y elevada, y está insatisfecha con la realidad. No tiene necesariamente ningún talento ni habilidad verdaderos, y las perspectivas desde las cuales contempla a las personas y las cosas, se comporta y actúa, no son necesariamente correctas ni prácticas y, por supuesto, tampoco sirven necesariamente para lograr nada. Y, aun así, se cree distinta a las personas corrientes y siempre suspira: “Todo el mundo es turbio, solo yo soy puro; todas las personas están ebrias, solo yo estoy sobrio”, como si estuviera desilusionada con el mundo mortal y viera a menudo la maldad y la oscuridad del mundo. Para ser precisos, la gente de este tipo es cínica. Detesta los sectores políticos y comerciales, y los círculos literarios, artísticos y educativos. Aborrece las perspectivas de los intelectuales sobre sus búsquedas y menosprecia a los granjeros y a los que tienen creencias religiosas. ¿Qué tipo de personas son estas? ¿Acaso no son una clase aparte? ¿Acaso no son anormales de alguna manera? Esta gente no tiene ninguna habilidad ni aprendizaje reales. Si le pides que haga algún trabajo práctico, no estará necesariamente a la altura de la tarea. Le gusta refunfuñar y, en su tiempo libre, publica colecciones de artículos y poesía para divulgar asuntos sobre la política, el gobierno, la sociedad e individuos de determinado grupo durante cierto período de tiempo. Cambia frecuentemente el objetivo de sus críticas y habla con elocuencia, pero es un desastre a la hora de hacer lo que sea. Al final, no encaja con nadie, no puede conseguir nada en ninguna parte y no está a la altura de su trabajo. Cree equivocadamente: “¡Tengo mucho talento! ¡La gente corriente no puede llegar al terreno de mi pensamiento!”. Se siente desmoralizada, afligida y deprimida en el corazón. En su tiempo libre, vaga y, siempre que va a algún lugar de interés histórico, exclama: “¡Soy un genio malogrado! ¡Soy un tipo excepcional, pero poca gente puede reconocer el talento verdadero! Tengo grandes aspiraciones, ¡es una pena que naciera en un momento poco propicio y sea un desafortunado!”. Estas personas siempre creen ser ambiciosas y haber aprendido mucho, pero no pueden destacar de la multitud, ni nadie con poder puede asignarles un cargo alto, de modo que se vuelven cínicas e insatisfechas, y menosprecian a todo el mundo, hasta que al final acaban completamente solas. ¿Acaso no es eso lamentable? Para decirlo abiertamente, la gente de este tipo es una banda de locos pretenciosos, sumamente distantes e insatisfechos con la realidad, y siempre se siente fracasada. De hecho, estas personas no son nada, no pueden conseguir nada, lo hacen todo mal, y cuando adquieren algún pequeño conocimiento, alardean del tema y no paran de hablar de ello. Antiguamente, esta gente recitaba poesía, escribía odas y presumía de sus habilidades literarias con aires pedantes. Hoy en día, quienes son así tienen muchas más oportunidades de jactarse. Pueden crear sus propios medios, publicar comentarios en blogs, etcétera. En algunos países con sistemas sociales relativamente libres, exponen con frecuencia la vertiente oscura de diversos sectores, como los aspectos lúgubres y malvados de los ámbitos literarios, artísticos, comerciales, políticos y culturales. Se pasan el día criticando y subestimando esto y lo otro, y creen tener mucho talento. El origen de que hagan todo esto es su creencia de que todo lo que les atañe es bueno y correcto, y de que han alcanzado la grandeza, la gloria y la exactitud. Para ser precisos, se protegen de las malas influencias y “emergen impolutos del fango, se bañan en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Creen que lo ven todo claramente, que pueden entenderlo todo. Lanzan críticas veladas contra cualquiera que haga algo y lo tratan con desprecio y desdén. Siempre tienen algo que decir sobre lo que haga cualquiera, y lo critican y lo denigran. En realidad, no tienen ni idea de lo que son y nunca han sabido qué perspectiva y posición tomar para decir las cosas de manera correcta y apropiada. Solo saben hablar por los codos y ser ingeniosos. ¿Hay mucha gente de este tipo en la sociedad? (Sí). ¿Qué son estos individuos? Para decirlo de una manera precisa, son una banda de locos pretenciosos que se consideran puros y elevados. Ha habido muchas personas así a lo largo de la historia, ¿verdad? (Sí). ¿Cómo las deberías describir y definir? ¿Acaso no son idealistas? Para ser precisos, estos individuos son idealistas. No están dispuestos a vivir en el entorno vital real actual, y tienen la cabeza constantemente en las nubes, llena de cosas etéreas, vacías, invisibles e intangibles. Viven en un mundo etéreo que no existe; este tipo de personas se denominan idealistas. Así pues, ¿qué perspectiva adoptan para calificar a otros? Asumen una posición de superioridad moral, y su punto de partida para calificar a otros es: “Puedo ver claramente vuestra faceta malvada y oscura, y ponerla en evidencia. Que sea capaz de poner de manifiesto las cosas malas y las maldades que hacéis demuestra que no soy como vosotros”. El significado subyacente aquí es: “Yo me comporto según el dicho ‘Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación’. Esta tendencia malvada os ha contaminado a todos; no sois buenas personas”. ¿Acaso no indica esto que se ven como individuos puros y elevados? ¿Que se sobrestiman y son pretenciosos? ¿Acaso no es esto un intento encubierto de elevarse con el pretexto de criticar la realidad, de estar insatisfecho con ella y de poner en evidencia la vertiente oscura de la sociedad? (Sí). Así pues, ¿cómo definimos a estas personas? Hay un dicho popular que reza: “En el pasado, he conocido a gente desvergonzada, pero nunca me he encontrado con alguien tan descarado como tú”. ¿Acaso esto no describe a estos individuos? (Sí). Son unos sinvergüenzas. Tienen bocas que solo hablan sobre lo bueno y lo malo, y ojos que únicamente ven las carencias y los defectos de otros. Con su boca ingeniosa, ponen en evidencia públicamente las carencias y los defectos de los demás y, al hacerlo, expresan sus propios puntos de vista y muestran a los demás cómo se protegen de las malas influencias y lo únicos y nobles que son. ¿Son realmente nobles? ¿Y únicos? Son simplemente iguales que los demás. No importan los métodos que otros empleen para buscar fama y ganancias, los suyos son obvios. No obstante, estas personas se dan aires solemnes, y el hecho de que pongan en evidencia y critiquen a otros les sirve como tema y trampolín para elevarse y promoverse; utilizan estos medios para hacerse famosas e influyentes. ¿Acaso no buscan también la fama y las ganancias? ¿Acaso sus objetivos y resultados no son los mismos? Simplemente, usan medios y métodos diferentes, eso es todo. Es como insultar a alguien con un lenguaje educado o grosero: la naturaleza insultante sigue siendo la misma. Otros se hacen famosos de una manera, y estos individuos lo hacen de otra forma; el resultado final es el mismo, al igual que la intención, la finalidad y la motivación, de modo que no hay ninguna diferencia en absoluto.
Hemos definido como idealistas a las personas que, en la sociedad, proclaman “emerjo impoluto del fango, me baño en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Se caracterizan por mostrarse excepcionalmente distantes, pensar que son mejores que otras, considerar que los demás no son individuos lo suficientemente buenos y, finalmente, llegar a la conclusión de que “todos estáis atrapados en el barro y en las modas malvadas. Os he superado y ‘emerjo impoluto del fango, me baño en aguas cristalinas sin hacer ostentación’”. Así de pretenciosas son e igual de insatisfechas se sienten con la realidad, como si fueran muy santas y puras. En realidad, es porque no son tan capaces como otros y no disponen de los medios que tiene otra gente, porque siempre buscan sobresalir de la multitud, pero nunca consiguen lo que desean, porque siempre persiguen cosas ideales, etéreas y vacías, pero nunca están satisfechas ni pueden hacer realidad todas estas cuestiones, y porque no desean enfrentarse a la realidad, ni desprenderse de sus ideales, y, por tanto, por lo que respecta a la forma, no tienen otra alternativa que alejarse de los círculos oficiales, políticos, artísticos, literarios y culturales. Debido a que no son bienvenidas en estos círculos, a que no pueden ser aceptadas, a que no pueden alcanzar sus ambiciones, y a que sus ideales y aspiraciones son imposibles de cumplir, al final proclaman “emerjo impoluto del fango, me baño en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Dicen que van a contracorriente y que tienen una condición moral noble, y utilizan estos dichos para consolarse. El hecho de que hablemos de estas personas de esta manera, ¿os permite discernirlas? ¿Qué son exactamente en esencia? No son nada; sin embargo, siguen siendo pretenciosas. ¿Es esta una valoración precisa? (Sí). Este tipo de gente tiene muchos ideales, pero ninguno de ellos puede materializarse ni se ajusta a la realidad. Todas estas cosas que piensa son vacuas e impracticables. Se pasa el día entero sin realizar ningún trabajo apropiado y solo sabe recitar poesía, componer odas, criticar esto o subestimar lo otro; así es, no hace ningún trabajo adecuado, ¿verdad? Se puede observar su esencia a partir de su conducta: no tiene ningún talento ni conocimientos reales, todos sus pensamientos y puntos de vista sobre la realidad y la vida son vacuos, vagos e impracticables y, por este motivo, puede seguir la falacia de “Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Se esfuerza por ser así y espera que más gente también sea de esta manera; esto es erróneo. Si las personas son así, ¿qué pueden lograr? Para ser precisos, este tipo de gente no tiene ningún objetivo ni ninguna dirección genuinos, ni una creencia verdadera, ni ninguna opción verdadera en la vida, ni la senda de práctica correcta. A lo largo de todo el día, sus pensamientos son desbocados y descontrolados, alberga todo tipo de ideas estrafalarias, tiene la mente llena de cosas caóticas, vacías e impracticables, ninguna de las cuales es realista, y, de hecho, es una clase aparte de la humanidad. Su pensamiento es tanto vacuo como increíblemente absurdo y extremado. Independientemente del grupo de personas del que formen parte, o de si es de clase social alta, media o baja, nunca se lleva bien con los demás ni puede ser aceptado. ¿A qué se debe esto? Es porque su manera de pensar, sus búsquedas y las perspectivas bajo las cuales ve a la gente y las cosas son extremadas y muy distintas. Para ser educado, estas personas son idealistas, pero para ser preciso, están enfermas y son deficientes mentales. Decidme, ¿pueden los enfermos mentales llevarse bien con las personas normales? No solo no pueden llevarse bien con sus amistades y sus compañeros de trabajo, sino que ni siquiera pueden llevarse bien con sus familiares. Cuando estas personas exponen sus puntos de vista y declaraciones, los demás se sienten incómodos y sienten aversión por ellas, y no quieren escucharlas en absoluto. Estas declaraciones no tienen ningún sustento ni aplicación en la vida real, en la que las dificultades a las que la gente se enfrenta pueden surgir de su interior o de sus entornos objetivos, o pueden implicar las principales necesidades vitales diarias; ¿cómo se deben afrontar, manejar y resolver estas cosas? Las dificultades menores entrañan las principales necesidades vitales diarias, mientras que las dificultades mayores están relacionadas con la perspectiva sobre la vida de la gente, sus reglas para vivir, la senda que sigue y sus creencias, y estos problemas son los más reales. Sin embargo, estos idealistas siempre quieren distanciarse de estos problemas y nunca quieren vivir en situaciones de la vida real. Sus puntos de vista, sus perspectivas y el fundamento sobre los cuales ven a la gente y las cosas no se basan en estos problemas reales, sino que son bastante desbocados y descontrolados. Nunca sabes qué piensan, es como si sus pensamientos fueran los de un alienígena, cosas de las que la gente, aquí en la tierra, nunca ha oído hablar, que le suenan anormales. ¿Quién quiere escuchar a alguien que dice cosas anormales? Cuando alguien conoce por primera vez a una persona de este tipo y la oye hablar, es posible que sienta que lo que dice es realmente brillante y nuevo, más perspicaz e inteligente que lo que la gente corriente dice. Pero, al cabo de un tiempo, se da cuenta de que todo no es más que una tontería, de modo que ya no le presta atención ni le hace caso, y nada de lo que diga le entra en el oído ni en el corazón. ¿Es capaz de percibir cuando otra gente adopta una actitud de este tipo hacia ella? Se da cuenta de ello con el paso del tiempo, y en el corazón piensa: “No le gusto a nadie, ¿cómo es eso? ¿Por qué no les agrado? ¡Ah, es porque soy un tipo excelente, pero pocos pueden reconocer el talento verdadero!”. Ya ves, estas personas siempre son pretenciosas y creen que tienen talento, que son inteligentes y capaces, cuando, de hecho, no son nada. Independientemente del grupo de gente en el que se encuentren, siempre terminan siendo rechazadas. Esto se debe a que siguen el dicho “Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Si alguna vez has querido ser así, te ordeno que no sigas por ese camino, ya que estas personas no son normales. Si tu pensamiento y la razón de tu humanidad son normales, tienes que hacer lo que debas y puedas, y no buscar ser uno de esos que dicen “emerjo impoluto del fango, me baño en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Estas personas son particularmente degeneradas, diferentes y anormales.
Ahora que ya hemos acabado de diseccionar la esencia de la gente que dice que “emerjo impoluto del fango, me baño en aguas cristalinas sin hacer ostentación”, vamos a hablar de los problemas relacionados con la insatisfacción ante la realidad y el cinismo, que hemos mencionado al desenmascarar a estas personas. Algunos afirman: “Creemos en Dios; por tanto, deberíamos entender el lado oscuro y las modas malvadas de la sociedad, y no seguirlas. También debemos comprender la política, la perversidad y las diversas prácticas comunes de la humanidad y todos sus aspectos oscuros y malvados que están presentes en momentos diferentes, en lugares del mundo distintos y entre razas y grupos diversos. Si hacemos esto, adquiriremos discernimiento”. ¿Es esto lo que Dios requiere del hombre? Antes de que hablemos de este tema, es posible que algunos de vosotros lo hayáis convertido en vuestra búsqueda, pero ahora te digo claramente que esto no es algo que debas hacer ni lo que Dios requiere de ti. No se te pide que entiendas a este mundo ni a esta sociedad y humanidad, ni a este sector político, comercial, literario o religioso, ni cualquier práctica común que provenga de la sociedad, ni el método operativo de cualquier grupo o fuerza de la sociedad, etcétera; no es una lección que debas aprender. No hace falta que estés insatisfecho con la realidad ni que te protejas de las malas influencias. No es la posición, ni la perspectiva que deberías tomar, ni el punto de vista que deberías adoptar. Dios te ha elegido y te ha permitido creer en Él y seguirlo. Él no te pide que estés en contra de la humanidad, la sociedad, la política o el estado, ni que te opongas a ningún grupo ni a ninguna raza o religión. Simplemente, solo te pide que lo sigas y rechaces a Satanás, que comparezcas ante Él, aceptes Sus palabras y te sometas a ellas, que sigas Su camino y que lo temas y te apartes del mal. Dios nunca te ha pedido que estés en contra de la humanidad, la sociedad o el estado. Para ser más precisos, Dios nunca te ha pedido que te resistas a cierto gobierno, sistema social, o político, o idea política. Dios nunca te ha pedido que hagas algo así. Algunos dicen: “Toda la humanidad nos rechaza, se opone a nosotros y nos persigue. ¿Está mal que nos alcemos, nos opongamos y luchemos contra ella? Todos ellos están contra nosotros, así que, ¿por qué no podemos estar contra ellos?”. No importa cómo pienses o actúes individualmente, ni el tipo de puntos de vista que tengas personalmente con relación a la sociedad, al mundo y a los sistemas políticos nacionales, eso es cosa tuya y no tiene nada que ver con el camino que Dios te pide que sigas ni con Sus enseñanzas o requisitos. Algunos dicen: “Ya que afirmas que estas cosas no tienen nada que ver con las enseñanzas de Dios, que no son lo que Él requiere de nosotros ni lo que nos pide que hagamos, ¿por qué expone a Satanás, a las tendencias sociales, al lado oscuro de la sociedad e incluso a la religión?”. Dios expone estas cosas solo para que puedas entenderlas, porque están relacionadas con las actitudes corruptas de la gente y con sus puntos de vista y nociones que desafían a Dios. Por tanto, en este tipo de situación, es necesario que hablemos de estos temas y pongamos estos ejemplos para que la gente sea capaz de conocer de una manera más precisa y práctica las actitudes satánicas que la humanidad corrupta revela y pueda discernir todos los distintos pensamientos y puntos de vista falaces, y las nociones que desafían a Dios, que Satanás le inculca, y nada más. La intención no es que la gente en persona sea capaz de resistirse a la política, la sociedad y la humanidad. Dios nunca les pidió a las personas que estuvieran insatisfechas con la realidad, que fueran cínicas o que se protegieran de las malas influencias. Algunos dicen: “Aunque Dios nunca me pidió que fuera así, solo creo en Él porque soy cínico y estoy insatisfecho con la realidad, porque siento que hay ecuanimidad y rectitud en la casa de Dios, y que aquí domina la verdad y porque aquí me tratan equitativamente”. Eso es asunto tuyo y no tiene nada que ver con lo que Dios requiere. Por supuesto, todo el mundo llega a creer en Él por diferentes motivos: algunos creen en Dios para ganar bendiciones, otros para huir de los desastres, otros para que se curen sus enfermedades, otros para tener un buen destino en el futuro; y también están los que están insatisfechos con la realidad, el mundo y la sociedad, o han sido tratados injustamente en ella, y, por tanto, acuden a la casa de Dios en busca de consuelo y cobijo. Todo el mundo tiene puntos de vista sobre la fe en Dios y una intención o motivación original de dicha fe en Dios distintos. También están los que no tienen estas cosas en el corazón, los que solo quieren creer en Dios y sienten que creer en Dios es bueno. En cualquier caso, cuando estas personas cínicas e insatisfechas con la realidad llegan a creer en Dios, puede que tengan cierto don o talento, pero Él no las enaltece ni las trata benignamente porque no aceptan la verdad, son excesivamente arrogantes, santurronas y desdeñosas con otros, y les resulta increíblemente difícil aceptar la verdad. No deberíais albergar ninguna esperanza para este tipo de individuos, ni ser como ellos. Solo os digo que seáis honestos, persigáis la verdad, os sometáis a las palabras de Dios, lo temáis y os apartéis del mal. Por tanto, solo porque entiendas con claridad a la sociedad y estés insatisfecho con ella o porque anteriormente hayas tenido una relación con cierto sector especial y entiendas con mayor profundidad su lado oscuro, no creas nunca que, en lo que respecta a tu fe, cuentas con capital y estatura, que Él te ama, que cumples con los estándares que Él exige o que eres un ser creado cualificado. Si crees eso, te digo que estás equivocado y que los puntos de vista con los que valoras la situación, la perspectiva desde la que ves las cosas y la posición que adoptas son erróneos. ¿Por qué digo esto? Porque la posición que adoptas y la perspectiva y los puntos de vista con los que ves a las personas y las cosas no se basan en las palabras de Dios ni cuentan con la verdad como criterio. Si siempre tomas la perspectiva de las personas mundanas y te sientes insatisfecho con la realidad y cínico, las detestarás, querrás luchar y pelear contra ellas, razonar y debatir con ellas sobre qué está bien y qué está mal; querrás cambiar a la humanidad, la sociedad y hasta el sistema político de un país. Algunos, incluso, querrán exponer el lado oscuro de la élite política de su país, seguros de que al hacerlo rechazan a Satanás y practican la verdad. Todo esto es erróneo. No importa cuántas cosas ocurran en las esferas de la élite política, o en los círculos empresariales, artísticos y literarios, nada de ello tiene algo que ver con tu búsqueda de la verdad. No importa cuánto sepas sobre estas cosas, todo es inútil, y no demuestra que conozcas la esencia de Satanás o que puedas rechazarlo en lo más íntimo del corazón. No importa cuánto conozcas o entiendas estas cosas, ni cuán específico, verdadero o preciso sea tu entendimiento, esto no demuestra que practiques la verdad, que te conozcas, que disecciones los pensamientos y los puntos de vista satánicos que anidan en tu interior ni que ames las palabras de Dios y la verdad, y mucho menos que temas a Dios. Solo porque entiendas un poco a la sociedad, porque conozcas las reglas propias de un sector o ciertos rumores que la mayoría de la gente desconoce, o porque seas cínico, estés insatisfecho con la realidad y tengas el valor de exponer el lado oscuro de la sociedad, no creas que eres una persona noble y honorable, que estás por encima de los demás y que “emerges impoluto del fango, te bañas en aguas cristalinas sin hacer ostentación”. Dios no quiere a gente de este tipo.
Antes de llegar a creer en Dios, algunos eran tímidos e indecisos, no se atrevían a exponer el lado oscuro de la sociedad, ni tenían el valor de hacerlo. Ahora que creen en Dios, sienten que Él los alienta y respalda y, por tanto, ya no temen dejar tales cosas en evidencia. Incluso hay gente que se marcha al extranjero, a países democráticos, y se atreve a revelar algunas de las maldades del demonio que es el PCCh (Partido Comunista Chino). Estas personas sienten que entienden la verdad, que tienen estatura y fe en Dios. Todos estos pensamientos y puntos de vista son erróneos y, para ellas, no tiene ningún sentido buscar estas cosas. Da igual que estés insatisfecho con la realidad y seas cínico, que estés por encima del resto de la sociedad y que seas alguien que “emerge impoluto del fango, se baña en aguas cristalinas sin hacer ostentación”, nada de todo esto le importa a Dios; Él no se fija en estas cosas. ¿En qué se fija Dios? En primer lugar, en si reconoces o no los pensamientos y los puntos de vista que provienen de Satanás y anidan en lo más íntimo de tu corazón; una vez reconocidos, en si los expones y los revelas abiertamente a otros, y en si los rechazas después de entenderlos claramente. Además, Dios se fija en si persigues conscientemente o no la verdad en la vida real, si buscas a conciencia los principios-verdad en tu manera de ver a la gente y las cosas y de comportarte y actuar, y en cuál es exactamente tu actitud hacia la verdad. Esto es algo que debes tener claro en el corazón. Algunos disfrutan debatiendo sobre el pasado y el presente, hablando profusa y enérgicamente de las intrigas cortesanas históricas, describiendo con gran detalle los acontecimientos importantes que ocurrieron en cierto período en las esferas políticas, cuáles fueron las cuestiones sustanciales y quién desempeñó un papel en los momentos clave, etcétera. Piensan que tienen estatura, que son honestos y que poseen un marcado sentido de la justicia; dicen: “Ya ves, estoy muy insatisfecho con la sociedad. ¡Mi mirada penetra en la oscuridad de las autoridades, y lo entiendo profunda y absolutamente!”. ¿Qué sentido tiene decir estas cosas? ¿A quién intentas lisonjear? ¿A Dios? ¿Te vanaglorias de lo intelectual que eres y de lo mucho que conoces? No sirve de nada decirlo. Nunca me he fijado en ninguna bazofia sin valor publicada en internet, ni jamás me ha interesado ningún tipo de noticias o de información. ¿Por qué no me fijo en estas cosas? Porque son molestas y desagradables. Algunos creen que, cuando llegan a creer en Dios, deben tener un sentido de la justicia y, a menudo, hacen comentarios y se llenan de palabrería sobre gente famosa, celebridades y políticos, y airean su vida privada, con la esperanza de abrirle los ojos a todo el mundo. Tienen la sensación de que saben hacer de todo, que son unos sabios, que conocen todos los secretos y que son muy listos, cultos y honestos. ¿De qué sirve conocer estas cosas? ¿Muestra que practicas la verdad? ¿Que la has entendido? ¿Que tienes estatura? (No). No puedes parar de hablar de estas cosas que suceden en la sociedad, pero ¿puedes decir algo sobre cómo hacer bien las cosas ante tus ojos y el deber que se supone que tienes que hacer de acuerdo con los principios-verdad? No puedes. No tienes nada que decir. Tanto da lo mucho que sepas de estas cosas que pertenecen a la sociedad; eso no demuestra que entiendas la verdad ni que tengas una estatura real. Solo porque seas capaz de no dejarte engañar por noticias falsas y falacias, no pienses que tienes estatura, que has renunciado al mundo y has rechazado a Satanás, que ya no tienes ninguna relación con él, y que tienes fe en Dios y le eres leal. Todos estos puntos de vista son falaces y ninguno de ellos representa la vida en absoluto. Si piensas: “¿Acaso no ocurre que cuanto más insatisfecho con la realidad estoy, más expongo y odio al gran dragón rojo, más odio al mundo, más cínico soy, más feliz está Dios y más le agrado?”, estás equivocado. Cuanto más busques estas cosas y más sigas esa senda, menos le agradarás a Dios y más repugnancia sentirá por ti. ¿Por qué cuanto más buscas estas cosas mundanales, menos le agradas a Dios? Porque no sigues la senda correcta y no haces un trabajo adecuado. Por tanto, cuando tengas algo de tiempo, podrías leer más las palabras de Dios y escuchar himnos y testimonios vivenciales sobre la vida de tus hermanos y hermanas, y todo el mundo podría contemplar conjuntamente las palabras de Dios y compartirlas. No hagas preguntas sobre chismes que no tienen nada que ver con tu entrada en la vida o tu búsqueda de la salvación. Eso lo hace la gente que no tiene nada mejor que hacer. El desarrollo de la sociedad, el rumbo que tomará el mundo, el grado de depravación y maldad de la humanidad, y la oscuridad de la política, ¿tienen algo que ver contigo? ¿Alcanzarías la salvación si la sociedad y el mundo no fueran oscuros, malvados y depravados? (No). Estas cosas no tienen absolutamente nada que ver contigo. El hecho de que puedas alcanzar la salvación, o no, solo está relacionado con tres cosas: con el grado en el que aceptes y entiendas la verdad, con la cantidad de realidad-verdad con la que entres y con lo bien que cumplas tu deber. Evita los comentarios frecuentes sobre gente famosa y celebridades y no expongas su conducta vergonzosa y obscena para pasar el tiempo, ni te vanaglories de lo listo que eres, ni lo por encima que estás de los demás. Todo esto son estupideces; no seas de esa manera, no seas alguien que no hace ningún trabajo apropiado ni va por la senda correcta.
Hemos hablado bastante sobre la esencia del dicho sobre la conducta moral “Emerger impoluto del fango, bañarse en aguas cristalinas sin hacer ostentación” y lo hemos diseccionado. Además, ¿acaso no hemos platicado claramente sobre la actitud y los puntos de vista relacionados con cómo se comporta uno en virtud de este dicho, así como acerca de cuáles son los requisitos y la actitud de Dios? (Sí). ¿Entendéis ahora también la senda que debe seguir la gente? (Sí). ¿El cinismo del que estamos hablando aquí es algo positivo? ¿Sentirse insatisfecho con la realidad es algo positivo? ¿Protegerse de las malas influencias es algo positivo? (No). Nada de todo esto es positivo. Podemos decir con certeza que estas cosas no son bases, ni deben convertirse en fundamentos, y mucho menos en principios, que debas tener en cuenta para comportarte y actuar. Por tanto, son cosas de las que debes desprenderte y que debes rechazar. Debéis discernir claramente y abandonar por completo estos dichos y estas teorías que provienen de la cultura tradicional, y no debéis interpretar estas cosas engañosas como la verdad ni confundirlas con ella. Esto se debe a que, por muchos años que estas cosas hayan circulado o estén enraizadas en la humanidad, no tienen nada que hacer ante la verdad ni por un instante. Simplemente, no son positivas y no merecen ser mencionadas al mismo tiempo que la verdad. No tienen ningún tipo de efecto positivo en la gente; no solo no pueden dirigir y llevar a las personas hacia la senda correcta, sino que, al contrario, las llevan por un sinfín de sendas erróneas, hacen que sean más distantes y desvergonzadas, y menos conscientes de sí mismas y razonables, y provocan que Dios las deteste y se sienta disgustado con ellas. Si os desprendéis de estas cosas, estas nociones, estos pensamientos y puntos de vista, estos métodos y fundamentos para ver a la gente y las cosas, y para comportaros y actuar, que provienen de Satanás, y comparecéis ante Dios y veis a la gente y las cosas, y os comportáis y actuáis, en todo de acuerdo con las palabras de Dios, no os afectarán de ninguna manera. Por lo que respecta a la cuestión de estar insatisfecho con la realidad y sentirse cínico, Dios no necesita que te esfuerces para intentar entender o conocer la oscuridad que acecha en la sociedad. Solo debes saber, por completo y en esencia, que Satanás ha corrompido al mundo y a la humanidad, y que está atrapada en las garras del maligno. Da igual que se trate de tendencias sociales, costumbres, cultura tradicional, conocimiento o educación, a cualquier nivel, con relación a cualquier aspecto, o en cualquier sector, todo está repleto de los pensamientos, los puntos de vista, las herejías y las falacias de Satanás. No importa el país, la etnicidad o el grupo de personas o la organización de la sociedad, ni la verdad ni las palabras de Dios los dominan. Por supuesto, todavía es menos probable observar ecuanimidad o rectitud en ellos. Esto es cierto y, con el mero hecho de que lo sepas, es suficiente. Aparte de esto, lo más importante es que acalles el corazón, te dotes de las palabras de Dios y reconozcas en tu interior las herejías, las falacias, los pensamientos y los puntos de vista que provienen de Satanás. Solo si entiendes estas cosas de manera genuina, puedes desentrañarlas verdaderamente; solo entonces, podrás rechazarlas y desprenderte de ellas de manera genuina. En ese momento, podrás aceptar la verdad y someterte a ella absolutamente. De esta manera, la senda que sigas será la correcta y estará iluminada. Tu objetivo también será el adecuado y tu salvación final será un hecho indiscutible. Por este motivo no debes permitir de ninguna manera que las herejías, las falacias, los pensamientos y los puntos de vista que Satanás te inculca confundan tus pensamientos y te nublen los ojos; no debes ser cínico ni estar insatisfecho con la realidad y, de este modo, volverte insensible y engañarte a ti y a los demás. Al contrario, debes perseguir la verdad, ganarla como tu vida, vivir a semejanza de un ser humano verdadero y cumplir bien tu deber. Este es tu trabajo apropiado y la senda que ahora debes seguir. Por lo que respecta al estado de la sociedad, al país, o a cualquier sector, estas cosas no tienen nada que ver contigo. ¿A qué se debe eso? A que no tienen ningún efecto en tu búsqueda de la verdad, ni ninguna relación con ella, con tu final ni con tu salvación. ¿Lo entiendes? (Sí). Una vez hayas entendido esto, deberías tener claro cómo perseguir la verdad y ganar la vida.
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