Qué significa buscar la verdad (5) Parte 2

Ya he hablado mucho sobre el tema de lo que la gente cree correcto y bueno según sus nociones; Me he repetido una y otra vez para que entendáis que, aunque estos temas están hasta cierto punto alejados de la verdad y no alcanzan a ser la verdad, guardan relación con las opiniones del hombre sobre las personas y cosas, y con sus comportamientos y actos. Por tanto, no consideréis estos temas falsedades ni conocimiento o teoría de ninguna clase. No son temas huecos. Las cosas que la gente considera correctas y buenas según sus nociones están siempre en el fondo de su corazón, controlando sus pensamientos, controlando la perspectiva y el punto de vista desde el que contempla a las personas y las cosas y desde el cual se comporta y actúa. Por consiguiente, estas cosas deben explicarse claramente para que la gente las entienda, aprenda a discernirlas y, con ello, deje atrás las nociones del hombre sobre la buena conducta y cosas similares y nunca más las considere positivas o criterio de conducta alguno para sus ideas sobre las personas y las cosas ni para sus comportamientos y actos. Esas cosas no son en absoluto palabra de Dios, y ni mucho menos la verdad. Lo que tenéis que hacer es corregir constantemente el punto de vista y la postura desde los que contempláis a las personas y las cosas, os comportáis y actuáis, al tiempo que analizáis, también constantemente, si cada noción y punto de vista que surge en vuestra mente concuerda con la verdad. Debéis invalidar inmediatamente vuestras nociones y perspectivas falaces, y luego perseverar en la postura correcta y contemplar a las personas y las cosas, comportaros y actuar según las palabras de Dios, aplicando los criterios de conducta que Él exige. Esta es la práctica más básica de la búsqueda de la verdad. También es algo así como un sentido y un objetivo de búsqueda que debéis tener al esforzaros por alcanzar la salvación y vivir una humanidad normal. Como acabáis de escuchar estas palabras, puede que vuestra comprensión de ellas no sea tan profunda o concreta, pero no os preocupéis. Toda vez que vuestra experiencia de las palabras de Dios se agudice continuamente, y toda vez que analicéis y discernáis continuamente las cosas que se creen correctas dentro de las nociones de la cultura tradicional, finalmente podréis apartaros de los diversos enunciados de aquella. Nunca más evaluaréis la conducta de las personas según la cultura tradicional, sino que evaluaréis a las personas según las palabras de Dios y la verdad. Así habréis eliminado y abandonado por completo las nociones de la cultura tradicional. Si no comprendes la verdad, solo entiendes doctrinas simples y sabes que las conductas exigidas por la cultura tradicional no son válidas, puede que pienses: “Soy una persona moderna, apartada de las masas mundanas. No soy muy tradicional y estoy muy harto de la cultura tradicional, no me gusta observar costumbres y ritos tediosos”. Sin embargo, al contemplar a las personas y las cosas, seguirás aplicando de forma muy natural tus nociones previas para contemplarlas y evaluarlas. Entonces comprobarás que todas tus afirmaciones de que eras una persona moderna, nada antigua ni muy tradicional, y capaz de aceptar la verdad, eran, en realidad, falsas y erróneas, y que te engañaban tus sentimientos. Será entonces cuando comprobarás que los viejos pensamientos, ideas y nociones habían arraigado hondamente en tu interior mucho tiempo atrás y que no desaparecen inmediatamente cuando cambias de nociones o abandonas ciertos pensamientos. Afirmar que eres una persona de los nuevos tiempos, una persona moderna, es una mera etiqueta superficial solo por haber nacido en otra generación y otra era, pero todas esas cosas antiguas y hostiles a Dios, comunes a toda la humanidad, están presentes en ti también sin excepción. Mientras seas humano, tendrás estas cosas dentro de ti. Si no lo crees, adquiere más experiencia. Llegará un día en que responderás “amén” a estas palabras Mías. Quienes no comprenden los asuntos espirituales, y los altivos y egoístas, piensan: “Tengo un máster y un doctorado. He vivido muchos años en esta sociedad y he estado expuesto a la cultura y la educación de los nuevos tiempos, sobre todo a la educación occidental. ¿Cómo puedo seguir albergando esas cosas antiguas? Las tradiciones son lo peor. Detesto esas reglas sin sentido. Cuando mi familia se reúne y habla de cosas y reglas tradicionales, no tengo ganas de escuchar”. No te apresures a negarlo. Tarde o temprano llegará un día en que dejarás atrás esas ideas que tienes. Admitirás que no podría haber un integrante de la especie humana, corrompida por Satanás, más del montón que tú. Aunque no aceptaras ni manifestaras voluntariamente las nociones antiguas que albergas, la cultura tradicional y los ancestros de la especie humana te infectaron y condicionaron con ellas hace mucho tiempo. Estas cosas están presentes, sin excepción, en tu paisaje interior y en tus pensamientos y nociones. ¿Por qué? Porque estos aspectos de la cultura tradicional no son simples enunciados, dichos o métodos. Son, más bien, un tipo de pensamiento y teoría. Su resultado es engañar y corromper al hombre. Estos dichos y métodos no provienen de la humanidad corrupta, sino de Satanás. Mientras vivas bajo el poder de Satanás, no podrás evitar ser condicionado, engañado y corrompido por estas cosas. Ahora que has oído Mis palabras, percibirás que todas ellas son la realidad y la verdad. Cuando hayas experimentado estas palabras Mías, descubrirás que, aunque no te gustan la cultura tradicional, ni las costumbres y los ritos tediosos ni las reglas sin sentido, los fundamentos de tus opiniones sobre las personas y cosas —y de tus comportamientos y actos— provienen inevitablemente del hombre. Forman parte del núcleo de la cultura tradicional, son cosas incluidas en la cultura tradicional. Tus puntos de vista sobre las personas y cosas, tus comportamientos y actos no están fundamentados en las palabras de Dios, con la verdad por criterio. En ese momento sabrás, tendrás claro que, antes de que la gente haya alcanzado la verdad, si no la busca ni la comprende, entonces lleva consigo el veneno de Satanás, un pedazo de Satanás y las tramas de Satanás mientras vive la humanidad normal más elemental. Todo lo que vive es negativo y despreciado y rechazado por Dios. Todo pertenece a la carne y no guarda relación alguna con las cosas positivas que Dios propone, que le agradan y que cumplen Su voluntad. No se solapan; ni siquiera hay similitud entre ellas. Es muy importante apreciar claramente estos problemas; si no, la gente no sabrá qué significa practicar la verdad. Se aferrará para siempre a las buenas conductas que el hombre cree positivas, por lo que sus conductas y manifestaciones nunca contarán con el visto bueno de Dios. Si una persona ama la verdad, será capaz de aceptarla y buscarla. Contemplará a las personas y las cosas, se comportará y actuará en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio. Así podrá emprender la senda de vida que Dios le ha señalado al hombre. Contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio: este principio verdad es sumamente importante y prioritario para el hombre. Es un principio verdad que se debe tener cuando uno aspira a la salvación y se esfuerza por vivir con sentido. Debes aceptarlo. No hay margen de elección en este asunto, ni excepciones para nadie. Si no buscas la verdad y no aceptas este principio verdad, seas mayor o joven, docto o no, seas una persona de fe o una persona de poca fe, y sin importar a qué clase social pertenezcas ni de qué raza seas, no hay excepción: tú no tienes nada que ver con las normas exigidas por Dios. Lo que debes hacer es esforzarte por contemplar a las personas y las cosas, comportarte y actuar en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio. Es el único camino que debes seguir. No debes elegir por ti mismo diciendo: “Aceptaré algo como verdad si encaja con mis nociones, pero, si no, me negaré a aceptarlo. Haré las cosas a mi modo, no necesito buscar la verdad. No necesito contemplar a las personas, las materias y las cosas desde el punto de vista de las palabras de Dios; tengo puntos de vista propios y son bastante nobles, objetivos y positivos. No difieren tanto de las palabras de Dios, así que por supuesto que pueden reemplazar las palabras de Dios y la verdad. No es necesario que ponga en práctica las palabras de Dios a este respecto ni que actúe de acuerdo con ellas”. Esta idea y este método de búsqueda son un error. Por muy buenas o acertadas que sean las ideas de una persona, siguen siendo un error. En modo alguno pueden reemplazar la verdad. Si no puedes aceptar la verdad, tu búsqueda, sea la que sea, será un error. Por eso digo que no tienes elección en cuanto a “contemplar a las personas y las cosas, comportarte y actuar en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio”. Lo único que puedes hacer es actuar diligentemente de acuerdo con esta frase, cumplirla y experimentarla personalmente, con lo que poco a poco la conocerás, reconocerás tu carácter corrupto y entrarás en la realidad de esta frase. Será entonces cuando el objetivo que alcances a la larga será el objetivo que se debe alcanzar al buscar la verdad. Si no, tu esfuerzo, todo aquello a lo que has renunciado y todos los precios que has pagado se desvanecerán, todo será en vano, ¿comprendes?

¿Qué significa buscar la verdad? (Contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio). Exacto. Practica estas palabras de manera concienzuda, absoluta y exhaustiva. Haz de esta frase tu objetivo de búsqueda y la realidad de tu vida, y serás una persona que busque la verdad. No te contamines en modo alguno, no te contamines de ninguna voluntad del hombre y no te aferres a ninguna mentalidad de azar. Esa es la forma correcta de actuar, y después tendrás esperanza de alcanzar la verdad. ¿Y es necesario hablar de las nociones de buena conducta del hombre y analizarlas? (Sí). ¿Qué orientación y ayuda positivas puede brindaros esto? ¿Pueden convertirse estas palabras en fundamento y criterio de vuestra manera de contemplar a las personas y las cosas, comportaros y actuar? (Sí). En tal caso, leed bien en oración estas dos enseñanzas durante vuestras reuniones y devociones. Una vez que hayas captado a fondo estas palabras, podrás contemplar fielmente a las personas y las cosas, comportarte y actuar según las palabras de Dios. De ese modo tendrás un fundamento y un criterio para aquello que digas y hagas. Contemplarás fielmente a las personas, y la perspectiva y postura desde las que contemples las cosas también serán correctas. Ya no contemplarás a las personas y las cosas en función de tus emociones o sentimientos ni en función de la cultura tradicional o de las filosofías satánicas. Con el fundamento adecuado, tus opiniones sobre las personas y cosas darán resultados relativamente precisos, ¿no es así? (Sí). Por tanto, para vosotros no es una mera cuestión de aceptar o no estas palabras. No me reúno con vosotros a hablar de estos temas nada más que para pasar el tiempo o para divertirme porque esté aburrido. Lo hago porque estos problemas son comunes a toda persona, además de problemas que la gente debe comprender en su senda de búsqueda de la verdad y hacia la salvación. Sin embargo, la gente todavía no tiene claras estas cuestiones. A menudo se queda limitada y enredada en ellas. Estos problemas le estorban y molestan. Por supuesto, la gente tampoco comprende la senda para alcanzar la salvación. Sea desde una perspectiva pasiva o activa, positiva o negativa, la gente debe tener claros estos problemas y comprenderlos. Así, cuando te encuentres problemas como este en la vida real y te enfrentes a una decisión, sabrás buscar la verdad; la perspectiva y la postura desde las que contemples el problema serán correctas y sabrás obedecer los principios. De este modo, tus decisiones y preferencias tendrán un fundamento y estarán en consonancia con las palabras de Dios. Nunca más te dejarás engañar por las filosofías y falacias satánicas; nunca más te perturbarán los venenos de Satanás y sus absurdas afirmaciones. Luego, al contemplar a las personas y las cosas, el nivel más básico, sabrás ser objetivo y justo en tu forma de contemplar una cosa o a una persona; no te influirán ni te controlarán ni tus sentimientos ni las filosofías satánicas. Por consiguiente, aunque reconocer y discernir las conductas que la gente considera buenas según sus nociones no es una cuestión importante en el proceso de búsqueda de la verdad, está estrechamente ligada a la vida diaria de las personas; es decir, la gente se suele encontrar estas cosas en la vida diaria. Por ejemplo, supongamos que ocurre algo y quieres actuar de una manera, pero otra persona expone un punto de vista distinto y tú no te sientes cómodo con la forma en que esa persona suele comportarse. ¿Cómo deberías abordar su punto de vista? ¿Cómo deberías abordar este asunto? Sería un error que lo ignoraras. Como albergas una opinión o evaluación concreta de esa persona, o una conclusión sobre ella, esas cosas influirán en tu pensamiento y tu juicio, y es probable que también en tu veredicto sobre este asunto. Por eso debes abordar su punto de vista dispar con calma, discerniéndolo y apreciándolo con claridad de acuerdo con la verdad. Si lo que dice está en consonancia con los principios verdad, debes admitirlo. Si no tienes claro el asunto, cuando vuelvas a encontrarte con una situación o una persona así, siempre te sentirás confuso, desprevenido, agitado y turbado. Algunas personas pueden llegar a adoptar medidas extremas para abordar la situación y lidiar con ella, con unos resultados finales seguramente indeseados. Si aplicas los criterios de evaluación exigidos por Dios para contemplar a una persona, es probable que el resultado final sea bueno y positivo: no habrá conflictos entre vosotros dos y os llevaréis bien. Ahora bien, si aplicas la lógica de Satanás y los criterios de las nociones de buena conducta del hombre para contemplar a la persona, es probable que los dos terminéis peleando y discutiendo. En consecuencia, no podréis llevaros bien, y de ello se derivarán muchas cosas: puede que os desestabilicéis, ninguneéis y juzguéis mutuamente; en casos graves, puede que hasta lleguéis a las manos, y, al final, ambas partes saldréis perjudicadas y perdiendo. Nadie quiere eso. Por eso las cosas que Satanás inculca a la gente nunca le sirven a esta para contemplar a una persona o una cosa de forma objetiva, justa o razonable. En cambio, cuando la gente contempla y evalúa una cosa o a una persona según los criterios de conducta que exige Dios, de los cuales ha informado al hombre, y según las palabras de Dios y la verdad, el resultado final es sin duda objetivo, pues no está contaminado por la impetuosidad ni por las emociones y los sentimientos del hombre. De esto solo pueden salir cosas buenas. A la luz de esto, ¿qué ha de aceptar la gente: las nociones del hombre sobre las cosas buenas, o los criterios de conducta que exige Dios? (Los criterios de conducta que exige Dios). Todos conocéis la respuesta a esa pregunta y podéis responderla correctamente. Bien, dejemos este tema. Lo que tenéis que hacer a continuación es seguir meditando y hablando sobre estas cosas, organizar estas cuestiones de forma sistemática, discurrir varios principios y sendas de práctica y, después, vivirlos y experimentarlos continuamente en la vida diaria y entrar en la realidad de estas palabras. Naturalmente, la entrada en la realidad de estas palabras es la primera realidad verdad que la gente busca y en la cual entra. Así, en el transcurso de su experiencia, la gente alcanza poco a poco diversos grados de comprensión y conocimiento de cada faceta del contenido de esta enseñanza y, progresivamente, logra avances desde distintas perspectivas. Cuanto más logres, más profundos serán tu conocimiento empírico y tu entrada en estas palabras. Cuanto más profundices en ellas y las experimentes, más profundos serán tu conocimiento y tu experiencia de tus ideas sobre las personas y las cosas, y de tus comportamientos y actos. Por el contrario, si no entras para nada en estas palabras y únicamente observas y entiendes su sentido literal y te quedas ahí, viviendo como siempre, sin buscar la verdad cuando surgen problemas y sin comparar estos problemas con las palabras de Dios, o sin resolverlos de acuerdo con ellas, nunca podrás entrar en la realidad de las palabras de Dios. ¿Qué significa que nunca podrás entrar en la realidad verdad? Que no eres alguien que ame la verdad y nunca la practicarás, porque nunca contemplarás a las personas y las cosas, ni te comportarás y actuarás, según las palabras de Dios, con la verdad por criterio. Dices: “Sigo viviendo bien aunque no me fundamente en las palabras de Dios ni en la verdad como criterio”. ¿Qué quieres decir con “vivir bien”? ¿Que las cosas van bien mientras no estés muerto? El objetivo de tu búsqueda no es alcanzar la salvación, y no aceptas ni comprendes la verdad, pero afirmas vivir bien. Si es así, tu calidad de vida es muy mediocre, y la calidad de la humanidad que vives, muy baja. Parafraseando un dicho coloquial, tienes más de demonio que de persona, porque no comes ni bebes de las palabras de Dios, no comprendes la verdad y sigues viviendo con un carácter satánico y según las filosofías satánicas: no eres sino una criatura no humana revestida de piel humana. ¿Qué calidad o valor tiene la vida de una persona como esa? Eso no te beneficia ni a ti ni a nadie. La calidad de esta clase de vida es tan escasa que no tiene valor.

¿Sabéis por qué estoy enseñando y analizando hoy estas nociones tradicionales y esta cultura tradicional? ¿Porque no me gustan? (No, no es por eso). Entonces, ¿qué trascendencia tiene hablar de estos temas? ¿Cuál es el objetivo último de esto? (Que nos ayuda a analizar qué conductas y manifestaciones, dictadas por la cultura tradicional, continuamos albergando y el hecho de que todavía vivimos según las filosofías satánicas. Una vez que comprendamos la verdad y adquiramos discernimiento, podremos vivir una humanidad normal según las exigencias y los criterios que Dios nos ha dado y recorrer la senda de búsqueda de la verdad). Correcto, pero un poco farragoso. ¿Cuál es la respuesta más sencilla y directa? Que hay un único objetivo último al hablar de estos temas: que la gente comprenda lo que es la verdad y lo que es practicar la verdad. En cuanto la gente tenga claras estas dos cosas, discernirá las buenas conductas que promueve la cultura tradicional. Dejará de considerar esas buenas conductas normas de práctica de la verdad o de una vida con semejanza humana. Solo si comprende la verdad podrá desprenderse de los grilletes de la cultura tradicional, así como de sus interpretaciones e ideas equivocadas sobre la práctica de la verdad y sobre las buenas conductas que debe tener. Es el único modo de que la gente pueda practicar y buscar correctamente la verdad. Si la gente no sabe lo que es la verdad y considera verdad la cultura tradicional, el sentido, los objetivos y la senda de su búsqueda serán incorrectos. Se habrá apartado de las palabras de Dios, habrá contravenido la verdad y se habrá descarriado del camino verdadero. Por ende, seguirá su propia senda y se descarriará. Si las personas que no comprenden la verdad son incapaces de buscarla y practicarla, ¿cuál será el resultado final? Que no alcanzarán la verdad. Y si no alcanzan la verdad, por mucho que crean, no servirá de nada. Por consiguiente, la enseñanza y el análisis de hoy de dichas nociones tradicionales y afirmaciones de la cultura tradicional es un tema muy importante y sumamente significativo para todos los creyentes. Vosotros creéis en Dios, pero ¿comprendéis realmente lo que es la verdad? ¿Sabéis realmente cómo buscar la verdad? ¿Estáis seguros de vuestros objetivos? ¿Seguros de vuestra senda? Si no estáis seguros de nada, ¿cómo puedes buscar la verdad? ¿Acaso buscas lo que no es? ¿Te estás descarriando de la senda? Es altamente probable. Por eso, aunque las palabras que estoy enseñando hoy parecen muy simples a primera vista, palabras que la gente entiende inmediatamente en cuanto las oye y, desde vuestra perspectiva, ni siquiera parecen reseñables, este tema y este contenido guardan relación directa con la verdad y atañen a las exigencias de Dios. Esto es lo que la mayoría no sabéis. Aunque, en materia doctrinal, comprendéis que la cultura tradicional y las ciencias sociales humanas no son la verdad, y que las costumbres y prácticas étnicas, ciertamente, tampoco lo son, ¿tenéis clara la esencia de estas cosas en realidad? ¿De veras os habéis desprendido de los grilletes de estas cosas? No necesariamente. La casa de Dios nunca ha exigido que la gente se esfuerce en estudiar la cultura, las costumbres y las prácticas étnicas y, desde luego, no ha obligado a la gente a aceptar nada de la cultura tradicional. La casa de Dios nunca ha hablado de estas cosas. Sin embargo, el tema del que estoy hablando hoy es muy importante. Es preciso que lo diga claramente para que lo entendáis. El objetivo de que diga estas cosas no es otro que hacer que la gente comprenda la verdad y la voluntad de Dios, pero ¿entendéis todos vosotros lo que estoy diciendo? Si os esforzáis un poco, pagáis un pequeño precio e invertís algo de energía en ello, al final podréis avanzar en esta área y lograréis comprender estas verdades. Y, al llegar a comprender estas verdades para luego aspirar a entrar en la realidad verdad, os resultará sencillo obtener resultados.

Un aspecto de las cosas que la gente cree correctas y buenas según sus nociones, del cual hemos hablado antes, era la buena conducta del hombre. ¿Cuál era el otro aspecto? (La moralidad y la calidad humana del hombre). En pocas palabras, la conducta moral del hombre. Aunque todos los seres humanos corruptos viven de acuerdo con su carácter satánico, se les da excepcionalmente bien disimular. Aparte de los dichos referidos específicamente a los métodos y conductas superficiales, también han creado muchos dichos y exigencias relativos a la conducta moral del hombre. ¿Qué dichos de conducta moral se han divulgado entre la gente? Enumerad aquellos que conozcáis y con los que estéis familiarizados, y luego elegiremos algunos de los habituales para analizarlos y hablar de ellos. (No te quedes el dinero que te encuentres. Disfruta ayudando a otros). (De bien nacidos es ser agradecidos). (Sacrifica tus intereses por los demás). (Devuelve el bien por mal). (La mujer debe ser virtuosa, amable, gentil y moral). (Sé estricto contigo mismo y tolerante con los demás). Sí, buenos ejemplos todos esos. También tenemos: “Al beber agua de un pozo, nunca hay que olvidar quién lo cavó”, “si pegas a otro, no le pegues en la cara; si increpas a alguien, no le llames la atención por sus defectos” y “es inútil decapitar a un hombre muerto; sé indulgente siempre que puedas”. Todos ellos son exigencias postuladas en relación con la conducta moral del hombre. ¿Alguna más? (La amabilidad de una gota de agua debe ser recompensada con un manantial). Esta es otra exigencia postulada por la cultura tradicional de la humanidad en relación con la conducta moral del hombre, además de un criterio de evaluación de la conducta moral de las personas. ¿Qué más? (Lo que no quieras para ti no lo quieras para los demás). Esta es un poco más sencilla; también cuenta. Otras: “Daría la vida por un amigo”, “no se puede servir a dos señores, como tampoco una buena mujer puede tener dos maridos”, “que nunca te corrompa la riqueza, te cambie la pobreza ni te doblegue ninguna fuerza” y “muere con las botas puestas”. ¿Estos no son otros ejemplos? (Sí). Igual que “los gusanos de seda hilan hasta morir y las velas arden hasta consumirse”. ¡Mirad qué expectativas más elevadas en cuanto a la conducta y el comportamiento del hombre! Quieren que la gente se consuma toda su vida como una vela y se convierta en cenizas. Únicamente se considera que una persona tiene una gran integridad moral cuando se comporta de esta manera. ¿No es esta una expectativa elevada? (Sí). La gente lleva milenios influenciada y limitada por estos aspectos de la cultura tradicional, ¿y con qué resultado? ¿Vive con semejanza humana? ¿Tiene una vida con sentido? La gente vive para estas cosas que exige la cultura tradicional sacrificando su juventud, o incluso la vida entera, por ellas, mientras cree que su vida es muy enorgullecedora y gloriosa. Al final, cuando muere, no sabe para qué murió, ni si su muerte tuvo valor y sentido ni si cumplió con las exigencias de su Creador. La gente ignora por completo estas cosas. ¿Qué más dichos y exigencias tiene la cultura tradicional en relación con la conducta moral de las personas? “Todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país” y “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado” encajan a la perfección. También está “la palabra de un caballero es sagrada”, exigencia que atañe a la fiabilidad de una persona. ¿Alguna más? (Ten principios y no seas corrupto). Esta frase se solapa un poco con este tema. Creo que ya hemos enumerado suficientes ejemplos. Entre los dichos que acabamos de presentar se incluyen exigencias planteadas en relación con el compromiso, el patriotismo, la fiabilidad y la castidad del hombre, así como principios de relación con los demás, sobre cómo debe tratar la gente a alguien que le haya prestado ayuda, cómo ser agradecidos, etc. Algunos de estos dichos son más simples, mientras que otros son un poco más profundos. Los más simples son “disfruta ayudando a otros”, “no te quedes el dinero que te encuentres” y “que nunca te corrompa la riqueza, te cambie la pobreza ni te doblegue ninguna fuerza”. Son exigencias que atañen a la conducta del hombre. “No se puede servir a dos señores, como tampoco una buena mujer puede tener dos maridos” es una exigencia relativa a la integridad moral y la castidad de la gente. Estos dichos se engloban, grosso modo, en el ámbito de los conceptos de benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y fiabilidad de la cultura tradicional china. ¿Cuántos dichos acabamos de enumerar? (Veintiuno). Leédmelos. (“No te quedes el dinero que te encuentres”, “disfruta ayudando a otros”, “sé estricto contigo mismo y tolerante con los demás”, “devuelve el bien por mal”, “de bien nacidos es ser agradecidos”, “sacrifica tus intereses por los demás”, “la mujer debe ser virtuosa, amable, gentil y moral”, “al beber agua de un pozo, nunca hay que olvidar quién lo cavó”, “si pegas a otro, no le pegues en la cara; si increpas a alguien, no le llames la atención por sus defectos”, “es inútil decapitar a un hombre muerto; sé indulgente siempre que puedas”, “la amabilidad de una gota de agua debe ser recompensada con un manantial”, “lo que no quieras para ti no lo quieras para los demás”, “daría la vida por un amigo”, “no se puede servir a dos señores, como tampoco una buena mujer puede tener dos maridos”, “que nunca te corrompa la riqueza, te cambie la pobreza ni te doblegue ninguna fuerza”, “muere con las botas puestas”, “los gusanos de seda hilan hasta morir y las velas arden hasta consumirse”, “todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país”, “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”, “la palabra de un caballero es sagrada” y “ten principios y no seas corrupto”). Hoy haremos un estudio preliminar de todas las cualidades “buenas” que la humanidad ha compendiado en relación con la conducta moral. Las diversas afirmaciones de la cultura tradicional sobre la conducta moral plantean al hombre distintas exigencias de humanidad y conducta moral. Algunas exigen que la gente sea agradecida, y otras, que ayude a los demás con gozo; unas son procedimientos para lidiar con personas que a uno le caen mal, mientras que otras son procedimientos para lidiar con los defectos y carencias de otras personas o con gente que tiene problemas. En dichas áreas, ponen límites a las personas y plantean exigencias y normas. Todas ellas son exigencias y normas de la cultura tradicional en relación con la conducta moral del hombre y cosas que se divulgan entre la gente. Cualquiera que haya crecido en China habrá oído estos dichos con frecuencia y se los sabrá de memoria. Todas estas afirmaciones de la cultura tradicional sobre la conducta moral se engloban, grosso modo, dentro de la benevolencia, la rectitud, el decoro, la sabiduría y la fiabilidad. Por supuesto, hay dichos que quedan fuera de este ámbito, pero los más importantes entran más o menos dentro de él. Esto hay que tenerlo claro.

Hoy no hablaremos de manera concreta de lo que significa un enunciado específico de conducta moral ni analizaremos de manera concreta cuál es la esencia de un enunciado específico. Primero os pediré un pequeño estudio preliminar. Mirad qué diferencias hay entre las afirmaciones de la cultura tradicional sobre la conducta moral y las normas de Dios para que el hombre viva una humanidad normal. ¿Qué dichos de la cultura tradicional entran en claro conflicto con las palabras de Dios y la verdad? Si se interpretan literalmente, ¿qué dichos se asemejan a las palabras de Dios y a la verdad o guardan cierta relación con ellas? ¿Cuáles de estos dichos te parecen positivos y cuáles cumpliste estrictamente en alguna ocasión una vez que empezaste a creer en Dios, practicándolos y acatándolos como si fueran tu criterio de búsqueda de la verdad? Por ejemplo, “sacrifica tus intereses por los demás”. ¿Conocéis todos este dicho? Tras comenzar a creer en Dios, ¿no creísteis que debíais ser esta clase de buena persona? Y cuando sacrificabais vuestros intereses por los demás, ¿no creíais tener una humanidad bastante buena y que, sin duda, agradabais a Dios? O tal vez, antes de creer en Dios, tú creías que las personas que tienen la cualidad de “devolver el bien por mal” eran buenas; tú, simplemente, no estabas dispuesto a ello, eras incapaz de hacerlo y de cumplirlo, pero, desde que empezaste a creer en Dios, cumpliste esa norma y fuiste capaz de practicar lo de “perdonar y olvidar” a aquellas personas que te habían lastimado o a aquellas otras por las que antes sentías resentimiento o aversión. Es posible que pienses que este dicho sobre la conducta moral concuerda con la frase del Señor Jesús de perdonar setenta veces siete y que, por tanto, estés muy dispuesto a contenerte de acuerdo con ella. Puede que hasta lo practiques y obedezcas como si fuera verdad y pienses que las personas que practican lo de devolver el bien por mal son personas que practican la verdad y siguen el camino de Dios. ¿Tenéis pensamientos o manifestaciones de este tipo? ¿Qué dicho os sigue pareciendo similar a la verdad y a las palabras de Dios en esencia, hasta el punto de que podría llegar a reemplazar la verdad, que no sería excesivo decir que es verdad? Naturalmente, debería ser fácil discernir el dicho “todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país”. La mayoría ve que este dicho no es verdad y que no es más que un eslogan engañoso y altisonante. “Todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país” es algo que se les dice a los incrédulos sin fe en Dios; una exigencia del gobierno de un país hacia su pueblo para enseñarle a amar a su país. Este dicho es incoherente con la verdad y no se fundamenta para nada en las palabras de Dios. Se puede decir que este dicho no es, básicamente, verdad, y que no puede reemplazar la verdad. Es un punto de vista que proviene íntegramente de Satanás y se origina en Satanás, y sirve a la clase dirigente. No tiene absolutamente nada que ver con las palabras de Dios ni con la verdad. Por eso el dicho “todas las personas tienen parte de responsabilidad en el destino de su país” no es en absoluto verdad ni algo que deba defender una persona con una humanidad normal. ¿Y qué clase de personas son capaces de confundir este dicho con la verdad? Las que siempre están ideando formas de adquirir reputación, estatus y lucro personal y las que quieren ser funcionarias. Practican este dicho como si fuera verdad para ganarse el favor de las clases dirigentes y alcanzar sus objetivos. Hay dichos que no son fáciles de discernir para la gente. Aunque la gente sabe que estos dichos no son verdad, en el fondo le siguen pareciendo correctos y acordes con la doctrina. Quieren vivir de acuerdo con estos dichos y comportarse de esa forma para elevar el nivel de su moralidad, aumentar su carisma personal y, al tiempo, hacer que los demás piensen que tienen humanidad y que no son seres no humanos. ¿Qué dichos os costó discernir a vosotros? (Creo que me costó mucho discernir lo de que “de bien nacidos es ser agradecidos”. Lo consideraba algo positivo y creía que quienes eran agradecidos eran personas con conciencia. Otro es “esmérate en manejar con lealtad aquello que te hayan confiado”. Significa que, ya que uno ha aceptado una tarea de parte de otra persona, debe hacer todo lo posible por hacerla bien. Me parecía algo positivo que debía hacer toda persona con conciencia y razón). ¿Quién más? (También está “la amabilidad de una gota de agua debe ser recompensada con un manantial”. Yo pensaba que una persona capaz de hacer esto era alguien de relativa humanidad y moralidad). ¿Algo más? (“La palabra de un caballero es sagrada”. Creía que si alguien hacía lo que decía y era digno de confianza, esa era una buena conducta moral). Antes pensabas que esa era una buena conducta moral. ¿Cómo lo ves ahora? (Tenemos que ver cuál es la naturaleza de esa “palabra”: ¿está bien o mal? ¿Es positiva o negativa? Si alguien les dice a los malvados y anticristos “yo os protegeré” y “la palabra de un caballero es sagrada”, y luego, cuando la casa de Dios investiga y examina la situación, esta persona protege a esos malvados y anticristos, entonces está haciendo el mal y resistiéndose a Dios). Este discernimiento es correcto. Debes fijarte en la naturaleza de esta “palabra”, si es positiva o negativa. Si alguien hace algo malo o malvado mientras practica lo de que “la palabra de un caballero es sagrada”, las huellas de su maldad son como una alocada carrera de caballos veloces: está corriendo directamente hacia el infierno y va a caer en el abismo. Sin embargo, si su “palabra” está en consonancia con la verdad, tiene sentido de la rectitud, protege el trabajo de la casa de Dios y agrada a Dios, es correcto practicar lo de que “la palabra de un caballero es sagrada”. Estos ejemplos evidencian que debes discernir las palabras de la cultura tradicional. Debes discernir situaciones y contextos diversos y no puedes emplear estas palabras indiscriminadamente. Hay palabras que, obviamente, no se corresponden con la realidad y están mal. Hay que tener especial cuidado con ellas. Hay que abordarlas como herejías y falacias. Hay palabras que solo son correctas en determinados contextos y ámbitos. En otro contexto o entorno, las palabras ya no se sostienen; están mal y hacen daño. Si no sabes discernirlas, es probable que te envenenen y lastimen. Estén bien o mal las palabras de la cultura tradicional, se sostengan o no a ojos del hombre, ninguna es verdad y ninguna está en consonancia con las palabras de Dios. Esto es cierto. Las cosas que el hombre considera correctas no son necesariamente aquellas que Dios considera correctas. Las palabras que el hombre considera buenas no benefician necesariamente a las personas cuando se ponen en práctica. En cualquier caso, las practique la gente o no, le sirvan o no, las cosas que no están en consonancia con la verdad, que no son verdad, son perjudiciales para el hombre y no deben admitirse ni aplicarse. Hay muchas personas que no saben discernir estas cosas. Consideran verdad cosas que el hombre ve correctas o que la humanidad corrupta comúnmente acepta como correctas, las obedecen y las practican como si fueran verdad. ¿Es decente esto? ¿Es posible recibir el visto bueno de Dios practicando falsas verdades y seudoverdades? Todo aquello que la humanidad acepte comúnmente como correcto y verdad es falso, un simulacro, y hay que rechazarlo para siempre. Ahora bien, las cosas que creéis correctas y positivas, ¿son realmente verdad? Durante milenios, nadie ha renegado jamás de estas palabras; todo el mundo las cree correctas y positivas, pero, en realidad, ¿pueden llegar a ser verdad? (No). Si estas palabras no pueden llegar a ser verdad, entonces, ¿son la propia verdad? (No). No son la verdad. Si la gente considera estas palabras verdad, y las mezcla con las palabras de Dios y las practica juntas, ¿pueden llegar esas palabras y esos dichos al nivel de la verdad? En absoluto. Sin importar cómo la gente busque o se aferre a estas cosas, Dios nunca les dará Su visto bueno porque Dios es santo. En modo alguno permite que los seres humanos corruptos mezclen cosas satánicas con la verdad o con Sus palabras. Todo lo que surge de los pensamientos y puntos de vista del hombre proviene de Satanás; por muy bueno que sea, pese a ello no es verdad y no se puede convertir en la vida de una persona.

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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