¿Qué clase de iglesia es la Iglesia de Filadelfia?
- Índice
- Primer principio para distinguir a la iglesia verdadera de las iglesias falsas: ¿posee la obra del Espíritu Santo y sus miembros buscan la verdad?
- El segundo principio para distinguir a la iglesia verdadera de las iglesias falsas: ¿Quién domina: la verdad o los falsos pastores?
- Cómo encontrar la iglesia verdadera
El mundo se encuentra en un estado de confusión, y a la humanidad le están sobreviniendo todo tipo de desastres. Muchas personas se preguntan: “¿Acaso el Señor ya ha regresado? Y, si es así, ¿por que no hemos sido arrebatados antes de los grandes desastres?” Algunos ven que sus pastores y ancianos siempre predican sobre las mismas cosas, que la fe de los creyentes se está enfriando, que los creyentes siguen las tendencias mundiales y son incapaces de vivir las palabras del Señor. Luego, se preguntan si la Iglesia cristiana es como la Iglesia de Laodicea que fue abandonada por el Señor. En la carta dirigida a la Iglesia de Filadelfia en el Apocalipsis, dice: “Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8). Podemos ver que sólo aquellos que pertenecen a la Iglesia de Filadelfia pueden guardar las palabras del Señor bajo cualquier circunstancia y poseen la obra del Espíritu Santo. Son los únicos que son verdaderamente arrebatados antes de los grandes desastres, y sólo este tipo de iglesia, que posee la obra del Espíritu Santo, es la verdadera Iglesia. Algunas personas comparan esto con el estado actual de la Iglesia cristiana y desean abandonar la en busca de la Iglesia verdadera. Sin embargo, hay otros que creen que la Iglesia está prosperando y llevan a cabo competencias relacionadas con el conocimiento de las personas sobre la Biblia y hay una atmósfera vibrante en todo tipo de celebraciones en las festividades. Piensan: “¿No es esta la obra del Espíritu Santo? Esta clase de iglesia es la iglesia verdadera y, con toda seguridad, será arrebatada”. Pero ¿qué punto de vista es el correcto? ¿Cual es la iglesia verdadera? Y ¿cómo debemos distinguir entre la iglesia verdadera y las iglesias falsas? Hablemos sobre estas preguntas.
Primer principio para distinguir a la iglesia verdadera de las iglesias falsas: ¿posee la obra del Espíritu Santo y sus miembros buscan la verdad?
La Biblia dice: “La cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo” (Efesios 1:23). Jehová Dios le dijo a Salomón: “Pues ahora he escogido y consagrado esta casa para que mi nombre esté allí para siempre, y mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días” (2 Crónicas 7:16). Las palabras de Dios dicen: “En cada etapa de la obra de Dios existen también las correspondientes exigencias para el hombre. Todos los que están dentro de la corriente del Espíritu Santo poseen la presencia y disciplina del Espíritu Santo, y los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo están bajo el mando de Satanás y no tienen ninguna obra del Espíritu Santo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra de Dios, las que cooperan en la nueva obra de Dios. Si las que están dentro de esta corriente no pueden cooperar y no pueden poner en práctica la verdad que Dios exige durante este tiempo, entonces serán disciplinadas y, en el peor de los casos, el Espíritu Santo las abandonará. Las que aceptan la nueva obra del Espíritu Santo vivirán dentro de la corriente del Espíritu Santo, recibirán el cuidado y la protección del Espíritu Santo. Las que están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las esclarece, y las que no están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las disciplina y hasta pueden ser castigadas. Independientemente de qué clase de persona sean, siempre que estén dentro de la corriente del Espíritu Santo, Dios asumirá la responsabilidad de todas las que aceptan Su nueva obra por el bien de Su nombre” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre).
A partir de las palabras de Dios podemos ver que la iglesia es Su templo, que Dios lo mantiene y que tiene Su reconocimiento. La iglesia verdadera posee la obra del Espíritu Santo; está compuesta por personas que aceptan la obra actual de Dios, viven en la corriente del Espíritu Santo y buscan la verdad. En una iglesia como esta, los fieles se reúnen para hablar sobre las declaraciones actuales de Dios, obtienen el esclarecimiento y la luz del Espíritu Santo, comprenden la voluntad y las exigencias de Dios; progresan cada vez más en su vida y son capaces de compartir testimonios sobre la práctica de las palabras de Dios en su vida diaria. Cuando el Señor Jesús vino a llevar a cabo Su obra, quienes creían sinceramente en Dios y siguieron al Señor Jesús se reunieron para formar la iglesia. Ellos aceptaron el camino del arrepentimiento que predicó el Señor y ya no estuvieron sometidos a las restricciones de las leyes, como lo habían estado anteriormente. Se conducían de acuerdo con las palabras del Señor, mostraban tolerancia, paciencia y perdón hacia los demás, etcétera. Bajo la guía de la obra actual del Espíritu Santo, su humanidad y lo que manifestaban en su vida se volvió cada vez más apropiado. También vieron cómo el Señor soportó un enorme sufrimiento y humillación y fue crucificado en aras del hombre; cómo redimió a la humanidad y comprendieron que el carácter de Dios es misericordioso y amoroso. Su fe en Dios creció y creció. Esto nos dice que este tipo de iglesia posee la obra del Espíritu Santo, que es la iglesia verdadera. Por el contrario, cualquier iglesia que carezca de la obra del Espíritu Santo es una iglesia falsa. Al final de la Era de la Ley, por ejemplo, el Señor Jesús vino a llevar a cabo Su obra y, luego, la obra del Espíritu Santo cambió. El templo quedó vacío. Los sumos sacerdotes judíos, los escribas y fariseos no aceptaron la obra y las palabras del Señor Jesús de aquel momento. Aunque parecía que guardaban las leyes y los mandamientos, carecían de la obra del Espíritu Santo, hasta que, finalmente, no fueron capaces siquiera de seguir sus propias reglas. Los actos ilegales como robos, asesinatos y promiscuidad sexual estaban descontrolados. El templo ya no era un lugar de adoración, sino que se convirtió en una guarida de ladrones donde se intercambiaba dinero y se compraban y vendían ganado y palomas. Ahora bien, echemos un vistazo al estado que guarda la iglesia cristiana en la actualidad: los pastores sólo pueden exponer una parte de conocimiento bíblico y doctrina en sus sermones y carecen del esclarecimiento y la luz del Espíritu Santo; los creyentes no tienen verdadero riego y sustento, se vuelven negativos y pasivos, y su fe se enfría; en las reuniones, las personas simplemente hacen las cosas mecánicamente, sin disfrutar las palabras de Dios; trátese de un pastor o un anciano, o, simplemente, de un creyente ordinario, la mayor parte del tiempo nadie es siquiera capaz de seguir las enseñanzas del Señor. En la iglesia, los pastores y los ancianos participan cada vez más en disputas por celos; pelean por el podio, son codiciosos y carecen por completo de un corazón temeroso de Dios. Muchos de los fieles regresan al mundo y se dedican a hacer dinero, codician los placeres de la carne y cada vez menos personas asisten a los servicios. Las personas sólo asisten a la iglesia cuando hay algún evento o comida o si enfrentan algún peligro grande. No buscan genuinamente la verdad, pero la mayoría de las veces, simplemente quieren participar en la diversión u obtener la gracia y asegurar la paz en su vida. No importa cuán vibrante parezca ser esa iglesia desde fuera, no es más que un depósito de agua estancada, idéntico al templo al final de la Era de la Ley. Claramente, el Espíritu Santo no obra en ese tipo de iglesia, y Dios no la sostiene.
Por tanto, para distinguir entre la iglesia verdadera y las iglesias falsas, primordialmente debemos observar si posee la obra del Espíritu Santo, si el Espíritu Santo la sostiene, si las personas leen las actuales declaraciones de Dios y sí, al leer Sus palabras, comprenden más de la verdad y su fe en Dios crece. Si una iglesia no sigue el ritmo de la obra actual de Dios y no tiene la guía del Espíritu Santo, entonces, sin importar cuántos miembros tenga o cuán grande parezca su ímpetu cuando lleva a cabo todo tipo de eventos, sigue siendo una iglesia falsa y será abandonada por Dios muy pronto. Tal y como Dios inspiró a Juan para que escribiera en su carta a la iglesia de Laodicea: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:15-16).
El segundo principio para distinguir a la iglesia verdadera de las iglesias falsas: ¿Quién domina: la verdad o los falsos pastores?
Hay otro principio crucial para distinguir entre la iglesia verdadera y las iglesias falsas, que consiste en observar si la verdad es la que domina o si lo hacen los falsos pastores. Una iglesia es un lugar para que las personas que buscan la verdad vivan una vida de iglesia y adoren a Dios, y cualquier iglesia que esté conformada por personas que creen sinceramente en Dios y en quienes obra el Espíritu Santo es la iglesia verdadera. En este tipo de iglesia, la verdad es la que domina; todos leen y practican las palabras de Dios y se someten a la verdad. La dirigen quienes buscan la verdad y los buscadores de la verdad reciben apoyo. Cualquiera que vaya contra las palabras de Dios y la verdad, que haga el mal y provoque el caos en la Iglesia es rechazado y expulsado. Como quienes buscan la verdad tienen la obra y la guía del Espíritu Santo, la voluntad de Dios se lleva a cabo en una iglesia conformada por ese tipo de personas y tiene la presencia de Dios. Cuando el Señor Jesús vino a obrar y a hablar en la Era de la Gracia, eligió a 12 apóstoles y dio personalmente testimonio de Pedro y lo nombró pastor de las iglesias. Los apóstoles guiaron a los fieles de aquella época de acuerdo con las palabras del Señor y compartieron el evangelio de salvación del Señor Jesús. De esta forma se llevó a cabo la voluntad de Dios y el santo nombre del Señor Jesús se difundió por todas partes.
Ahora, en los últimos días, quienes creen en el Señor Jesús están divididos entre diversas denominaciones, cada una con sus propios líderes. Sin embargo, en la Biblia Dios no dio testimonio personalmente de estos pastores y líderes y, mucho menos, afirmó haberlos nombrado líderes. La mayoría de los pastores y ancianos en estas denominaciones se han graduado de seminarios y, una vez que están certificados, se convierten en líderes y pastores; no surgen a través de ser perfeccionados y edificados por el Espíritu Santo mientras experimentan la obra de Dios. En su obra y en sus sermones nunca dan testimonio o exaltan las palabras del Señor y tampoco enseñan sobre Su voluntad. Generalmente trabajan basándose en sus propios dones y calibre, y de lo único que hablan es de conocimientos bíblicos y teoría espiritual. Exaltan la Biblia y dan testimonio de ella y substituyen al Señor Jesús con las palabras de la Biblia. Esa obra desafía al Señor. ¿Cómo podría, entonces, sostener el Espíritu Santo sus iglesias? Son incapaces de compartir el verdadero conocimiento de Dios y guiar a las personas a la realidad de la verdad. Todo lo que saben hacer es guiar a las personas en las reglas y doctrinas, engañándolas y llevándolas a la ruina. Por otra parte, en su obra en la Iglesia siempre se exaltan a si mismas y forjan su propio prestigio para que otros las observen; no actúan ni tratan a las personas según las palabras de Dios, sino que son serviles con quien done la mayor cantidad de dinero y designan a sus favoritos en posiciones importantes. Algunos hermanos y hermanas no comprenden la verdad. Están confundidos y no tienen discernimiento, así que idolatran ciegamente a estos pastores y ancianos y los buscan para hacerles preguntas sobre todo tipo de asuntos, como si sólo ellos pudieran guiar a las personas al reino de Dios. Aunque parece que estos creyentes creen en Dios y lo siguen, en esencia, realmente creen en los pastores y ancianos. En particular, cuando una iglesia queda vacía y los hermanos y hermanas que están más involucrados en su búsqueda van a buscar una iglesia que posea la obra del Espíritu Santo y las declaraciones del Señor que ha regresado, los pastores y ancianos hacen todo lo posible por interponerse en su camino y condenarlos. Prefieren que los creyentes mueran de hambre y sed espiritual que permitirles escapar de su dominio. Queda claro que la verdad no domina en ese tipo de iglesias, sino que están controladas por esos falsos pastores, anticristos y siervos malvados que no poseen la obra del Espíritu Santo. Este tipo de iglesias ofendieron el carácter de Dios hace mucho tiempo y han sido abandonadas por el Espíritu Santo y, tarde o temprano, serán eliminadas por completo. Como dice la Biblia: “Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible. 3 Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad” (Apocalipsis 18:2-3).
Cómo encontrar la iglesia verdadera
En este punto de nuestra enseñanza, quizás muchos de ustedes se dan cuenta ahora de que las iglesias del mundo religioso ya no poseen la obra del Espíritu Santo. Así pues, ¿cómo podemos encontrar una iglesia que posea la obra del Espíritu Santo y la presencia de Dios? Podemos recurrir a la historia para encontrar la respuesta a esta pregunta. Cuando el Señor Jesús apareció para obrar y hablar hace muchos años, el templo estaba vacío. Una parte de esto ocurrió porque los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos no estaban guiando a los creyentes por la senda correcta, lo cual, a su vez, provocó que el Espíritu Santo los abandonara; la otra parte fue que el Señor Jesús estaba llevando a cabo nueva obra, así que el Espíritu Santo retiró Su obra del templo y comenzó a obrar en aquellas personas que seguían el ritmo de los pasos de Dios. Cuando quienes seguían al Señor Jesús escucharon Sus declaraciones de aquel momento, recibieron el sustento de las aguas vivas, mientras que aquellos que permanecieron en el templo cayeron en tinieblas. Lo mismo está ocurriendo ahora en los últimos días. La religión ha quedado desierta y carece de la obra del Espíritu Santo; así pues, debemos buscar las declaraciones del Espíritu Santo y seguir el ritmo de los pasos del Cordero, tal y como dice en la Biblia: “Y además os retuve la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la siega; hice llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovía, y la parte donde no llovía, se secó. Así que de dos o tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, y no se saciaban; pero no os habéis vuelto a mí” (Amós 4:7-8). Por tanto, podemos ver que, cuando Dios viene para revelar una nueva obra, las iglesias de la era antigua están destinadas a quedar vacías. La voluntad de Dios está en esto; es decir, es a través de la desolación de las iglesias que nos vemos forzados a ir en busca de Sus huellas. Los desastres están creciendo en magnitud y las profecías de la venida del Señor se han cumplido ahora en su gran mayoría. Es altamente probable que el Señor ya haya regresado, que Él haya aparecido y esté obrando en una iglesia. Si podemos encontrar las huellas de Dios, encontraremos la verdadera iglesia de manera natural.
Así pues, ¿cómo podemos encontrar las huellas de Dios? Hay un pasaje de las palabras de Dios que explica esto claramente: “Ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar la voluntad de Dios, Sus palabras y declaraciones; porque dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están Sus hechos. Donde está la expresión de Dios, ahí aparece, y cuando aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era). Esto significa que, si queremos encontrar la iglesia verdadera que ha de ser arrebatada antes de los desastres, debemos buscar las huellas de Dios, Sus declaraciones, y enfocarnos en escuchar Su voz. Tal y como dice la Biblia: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
A partir de las palabras de Dios podemos ver que, cuando el Señor regrese, Él pronunciará nuevas palabras a las iglesias. A lo largo de todo el mundo, hoy sólo la Iglesia de Dios Todopoderoso da testimonio de que el Señor ha regresado, que Él está llevando a cabo la obra de juicio, comenzando con la casa de Dios, y que ha pronunciado millones de palabras y ha revelado todos los misterios del plan de gestión de Dios. Tales misterios incluyen las verdaderas circunstancias de las tres etapas de Su obra, el misterio de las encarnaciones, el significado de los nombres de Dios, la verdadera historia de la Biblia, cómo Satanás corrompe a la humanidad, cómo Dios salva a las personas, el destino final de cada tipo de persona, cómo pueden las personas alcanzar la salvación plena, y más. Estos misterios se revelan para que nuestros ojos puedan abrirse y podamos deleitarnos con lo que vemos. Dios todopoderoso ha venido en los últimos días para llevar a cabo Su obra de juicio y, así, la Iglesia de Dios Todopoderoso ha surgido, tal y como la Iglesia de la Era de la Gracia surgió después de que el Señor Jesús vino para obrar en esa era. La Iglesia de Dios Todopoderoso está conformada por personas que aceptan la obra de juicio de Dios de los últimos días, que creen sinceramente en Dios y buscan la verdad. Aceptan el riego y el pastoreo de las palabras de Dios Todopoderoso, leen las palabras actuales de Dios y oran y veneran a Dios Todopoderoso, el Señor Jesús que ha regresado. Este grupo de personas ha sufrido la persecución y represión del PCCh; algunos han sido arrestados y encarcelados, sometidos a su brutalidad y tortura; sin embargo, siguen con determinación a Dios Todopoderoso y han dado testimonio de los vencedores. Después de pasar por el juicio y el castigo de las palabras de Dios, este grupo ha llegado a conocer su propia naturaleza satánica. Han sentido verdadero remordimiento y odio hacia sí mismos. Su carácter corrupto se ha transformado y han dado muchos testimonios sobre cómo su carácter corrupto ha sido purificado por medio del juicio y el castigo. Resulta evidente que la obra de juicio de Dios de los últimos días ya ha creado un grupo de vencedores; son estos vencedores los que son arrebatados antes de los desastres y son aptos para heredar las promesas y bendiciones de Dios. El libro pronunciado por Dios Todopoderoso, La Palabra manifestada en carne está ahora totalmente disponible en línea y también los testimonios vivenciales de los escogidos de Dios, además de que puede encontrarse en línea de forma abundante una amplia variedad de películas y videos producidos por la Iglesia de Dios Todopoderoso. Tras leer las palabras de Dios Todopoderoso y los muchos testimonios vivenciales de los escogidos de Dios, muchas personas que anhelan la verdad tienen la seguridad de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha vuelto. Obtienen un nuevo entendimiento de la obra de Dios y de cómo practicar la verdad. Así pues, podemos ver que la Iglesia de Dios Todopoderoso ciertamente posee la obra del Espíritu Santo; la Iglesia de Dios Todopoderoso es la Iglesia de Filadelfia: ¡es la Iglesia que es arrebatada antes de los desastres! Hoy en día, la totalidad del mundo religioso ha caído en desolación; sólo la Iglesia de Dios Todopoderoso se vuelve más fuerte día con día. Una tras otra, se están estableciendo nuevas ramas de la Iglesia de Dios Todopoderoso en muchos países alrededor del mundo. Siguen creciendo y fortaleciéndose, ¡mostrándonos que todo lo que viene de Dios debe florecer!
Cada vez hay más y mayores desastres y resulta crucial que encontremos la Iglesia de Filadelfia que será arrebatada antes de los grandes desastres. Esto tiene relación directa con el asunto trascendental de si seremos o no capaces de entrar en el reino de los cielos. Si no podemos seguir el ritmo de los pasos de Dios y encontrar la iglesia verdadera, al final seremos arrasados por los desastres con mucho llanto y rechinar de dientes. En estos momentos críticos, debemos escuchar las palabras de Dios Todopoderoso para determinar si son la voz de Dios. Si las reconocemos como la voz de Dios, debemos apresurarnos a aceptarlas, pues sólo al hacerlo podemos seguir el ritmo de los pasos del Cordero.
¿Te ha mostrado esta enseñanza la senda para distinguir la iglesia verdadera de las iglesias falsas y para encontrar la Iglesia de Filadelfia que será arrebatada antes de los desastres, tal y como se profetiza en la Biblia? Si te ha resultado útil este artículo, por favor compártelo con tus amigos para que más personas puedan encontrar la iglesia verdadera en medio de los desastres y para que, un día, muy pronto, ellos puedan ser arrebatados delante de Dios para recibir Su cuidado y protección.
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.