¿Es correcta la opinión de que “De bien nacidos es ser agradecidos”?

27 Mar 2025

Por Pei Zhiming, China

A principios de 2017, mi vecina Li Lan me predicó el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días. Tras un período de investigación, confirmé la obra de Dios y llegué a comprender algunas verdades. Sobre todo, cuando vi que Dios encarnado en los últimos días obra para purificar las actitudes corruptas de las personas, las cuales pueden ser salvas y ganar la vida eterna siempre que persigan la verdad de manera genuina. Eso me hizo sentir muy feliz y emocionada. Me di cuenta de que eso no era algo que el dinero ni los bienes materiales pudieran comprar y estaba realmente agradecida con Li Lan desde el fondo de mi corazón. Recuerdo que, cuando acepté por primera vez la obra de Dios en los últimos días, mi asistencia a las reuniones era limitada porque mi esposo me acosaba, y mi estado era muy negativo. Fueron el amor y la paciencia de Li Lan los que me ayudaron y apoyaron, una y otra vez, e impidieron que cayera. De a poco, llegué a comprender algunas verdades y gané fe. Ya no me limitaba mi esposo y podía asistir a reuniones y cumplir mis deberes con normalidad. Cuando iba a cumplir mis deberes, Li Lan me ayudaba a cuidar de mis hijos y también a manejar las tareas del hogar. A menudo pensaba: “Que yo pueda creer en Dios y cumplir mis deberes con facilidad sin que me limite mi esposo es todo gracias a la ayuda de Li Lan. Li Lan es mi gran benefactora y es la única persona que nunca olvidaré. Debo buscar la oportunidad para devolverle el favor en el futuro”.

Un día, en octubre de 2021, la líder me dijo: “Li Lan solo habla de asuntos domésticos durante las reuniones, lo que perturba a los hermanos y hermanas y les impide centrarse en meditar y compartir las palabras de Dios. Hemos hablado con ella y le hemos señalado su comportamiento varias veces. Ella lo ha aceptado de palabra, pero, en cuanto viene a la siguiente reunión, hace exactamente lo mismo. Su comportamiento como incrédula es bastante grave y la iglesia está recopilando evaluaciones de los hermanos y hermanas sobre ella. Dado que ustedes viven cerca y has interactuado con Li Lan durante muchos años, te rogamos que escribas una evaluación sobre ella”. Al escuchar lo que decía la líder, sentí un nudo en el corazón. Conocía bastante bien la situación de Li Lan, vivíamos bastante cerca y ella venía a menudo a mi casa. Cuando leíamos las palabras de Dios y hablábamos juntas sobre nuestros estados, me daba cuenta de que sus pensamientos no se centraban en las palabras de Dios en absoluto y que solía hablar de asuntos triviales de su familia. En un momento, hablaba de que su esposo no la quería y, al siguiente, de lo desobediente que era su hijo. Yo hablaba con ella para que aceptara que todo venía de parte de Dios y buscara la verdad para aprender lecciones, pero ella nunca me hacía caso y, cuando nos volvíamos a ver, seguía hablando de lo mismo. Eso realmente me molestaba. Además, nunca ponía el corazón en sus deberes y siempre era descuidada en su trabajo de asuntos generales. Yo había corregido y expuesto muchas veces cómo desempeñaba sus deberes, pero ella solo lo aceptaba de palabra y luego seguía comportándose igual. Ahora, también perturbaba a los hermanos y hermanas y les ponía difícil tener reuniones en paz. A pesar de las múltiples advertencias y ayudas que recibía, seguía sin escuchar esos consejos. Vi que Li Lan no aceptaba la verdad en absoluto y que trastornaba y perturbaba la vida de iglesia constantemente, así que era claro que no estaba capacitada para permanecer en la iglesia. Pero pensé que, si ponía al descubierto su comportamiento, echarían a Li Lan por ser una incrédula, lo que me hacía sentir muy mal. Reflexioné sobre el hecho de que había podido aceptar la obra de Dios en los últimos días y tenía la oportunidad de perseguir la verdad y ser salva gracias a que Li Lan me había predicado el evangelio. Además, durante mis momentos de negatividad y debilidad, fue Li Lan quien me ayudó y apoyó constantemente. Asimismo, cuando estaba fuera cumpliendo mis deberes, Li Lan a menudo me ayudaba a cuidar de mis hijos y manejar las tareas del hogar. Como dice el dicho: “La amabilidad de una gota de agua debe ser recompensada con un manantial”. Es más, Li Lan me había ayudado tanto que, si ponía al descubierto su comportamiento como incrédula, ¿no mostraría eso que yo carecía de conciencia? Con esto en mente, dije con tacto a la líder: “En los últimos dos años, no me he estado reuniendo con Li Lan, así que realmente no la conozco tan bien”. También defendí a Li Lan y dije: “Li Lan es entusiasta y, aunque su familia la oprime, realmente quiere cumplir sus deberes”. La líder dijo: “Una hermana que ha interactuado con Li Lan en dos ocasiones y que tiene discernimiento sobre ella descubrió que perturba la vida de iglesia. Es lógico que tú la conozcas mejor, ¿realmente no tienes ningún discernimiento sobre ella?”. Al darme cuenta de que mi mentira había quedado al descubierto, me sentí un poco avergonzada, pero cuando pensé en lo buena que Li Lan había sido conmigo, aún no quería escribir una evaluación sobre ella. Cuando la líder se fue, me sentí intranquila, como si una gran roca pesara sobre mi corazón. Un día, mi hija regresó de una reunión y me dijo: “Durante la reunión, Li Lan no paraba de hablar de asuntos domésticos y fue imposible tener una reunión adecuada. A pesar de que los hermanos y hermanas hablaron con ella y la pusieron al descubierto muchas veces, aún no ha cambiado. Todos dicen que ya no quieren volver a reunirse con ella”. Al escuchar a mi hija decir esto, supe que Li Lan seguía perturbando la vida de iglesia y me sentí realmente culpable. Pensé: “Si pongo al descubierto el comportamiento de Li Lan, puede que la echen de la iglesia más rápido, por lo que perturbaría menos a los hermanos y hermanas. Pero, si notifico a la líder sobre ella, ¿no me acusará Li Lan de ser una ingrata y de carecer de conciencia cuando se entere? ¿Cómo podré mirarla a la cara?”. Con esos pensamientos en mente, me sentí muy en conflicto y, al final, aún seguía sin aportar una evaluación de Li Lan.

Un tiempo después, una hermana que hacía trabajo de depuración vino a una reunión con nosotros y, de repente, me preguntó si conocía a Li Lan. Mi corazón dio un vuelco y pensé: “¿Por qué la hermana me pregunta de repente por Li Lan? ¿Cómo debo responderle? Si digo que la conozco, la hermana tendrá que preguntarme en detalle sobre su comportamiento y, si hablo con honestidad, es muy probable que la echen. Podría decir que simplemente no la conozco, pero ya he mentido una vez. Si miento de nuevo, ¿no me convertiría en una mentirosa descarada?”. Ante este gran conflicto, oré con urgencia a Dios: “¡Dios! La hermana debe haber realizado esa pregunta con Tu permiso. Te ruego que me otorgues la fortaleza para practicar la verdad”. Después de orar, recordé un pasaje de las palabras de Dios: “Todos vosotros decís que tenéis consideración por la carga de Dios y defenderéis el testimonio de la iglesia, pero ¿quién de vosotros ha considerado realmente la carga de Dios? Hazte esta pregunta: ¿Eres alguien que ha mostrado consideración por Su carga? ¿Puedes tú practicar la justicia por Él? ¿Puedes levantarte y hablar por Mí? ¿Puedes poner firmemente en práctica la verdad? ¿Eres lo bastante valiente para luchar contra todos los hechos de Satanás? ¿Serías capaz de dejar de lado tus sentimientos y dejar a Satanás al descubierto por causa de Mi verdad? ¿Puedes permitir que Mis intenciones se satisfagan en ti? ¿Has ofrecido tu corazón en el momento más crucial? ¿Eres alguien que sigue Mi voluntad? Hazte estas preguntas y piensa en ellas a menudo(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13). Cada pregunta de Dios atravesó mi corazón. Dios espera que pueda ser considerada con Su carga, salvaguardar los intereses de la iglesia y poner al descubierto y denunciar sin demora a cualquier persona que esté causando perturbaciones a la vida de iglesia. Estaba en contacto con Li Lan a menudo y conocía muy bien sus acciones. Ella había rechazado aceptar la verdad de manera sistemática y, durante las reuniones, hablaba de asuntos familiares y perturbaba a las personas que intentaban comer y beber las palabras de Dios en paz. A pesar de que habían hablado con ella y la habían corregido en muchas ocasiones, aún no se había arrepentido, lo que perturbaba gravemente la vida de iglesia. Yo debía practicar la verdad para salvaguardar los intereses de la iglesia, aportar los detalles que entendía de la situación con honestidad y depurar a Li Lan de la iglesia a tiempo para que los hermanos y hermanas pudieran tener un entorno pacífico en el que vivir la vida de iglesia. Eso sería tener en consideración la intención de Dios y Su carga. Así que hablé sinceramente con la hermana sobre el comportamiento constante de Li Lan y la hermana anotó todo lo que le conté, con lujo y detalle. Después de contarle todo esto, mi corazón se sintió tranquilo y en paz. Poco tiempo después, echaron a Li Lan de la iglesia y los hermanos y hermanas ya no fueron perturbados durante las reuniones.

Pero, luego, todavía me sentía en deuda con Li Lan. Más adelante, cuando se lo mencioné a una hermana, ella compartió conmigo: “Tu constante sentimiento de deuda hacia Li Lan se debe principalmente a la influencia de la opinión de que de bien nacidos es ser agradecidos”. La hermana me dio dos pasajes de las palabras de Dios: “La idea de que la amabilidad recibida debe devolverse con gratitud es uno de los criterios clásicos de la cultura tradicional china para juzgar si la conducta de una persona es moral o inmoral. A la hora de evaluar si alguien tiene buena o mala humanidad y cómo de moral es su conducta, uno de los puntos de referencia es si devuelve los favores o la ayuda que recibe, si se trata de alguien que devuelve con gratitud la amabilidad recibida. En la cultura tradicional china y en la cultura tradicional de la humanidad, la gente lo considera una medida importante de la conducta moral. Si alguien no entiende eso de que la amabilidad recibida debe devolverse con gratitud y es un desagradecido, entonces se le considera carente de conciencia e indigno de que nadie se relacione con él, y debería ser despreciado, desdeñado o rechazado por todos. En cambio, si alguien entiende que la amabilidad recibida debe devolverse con gratitud, si es agradecido y devuelve los favores y la ayuda que recibe con todos los medios a su alcance, se le considera una persona de conciencia y humanidad. Si alguien recibe beneficios o ayuda de otra persona, pero no los devuelve, o solo le expresa un poco de gratitud con un simple ‘gracias’ y nada más, ¿qué pensará la otra persona? ¿Le resultará incómodo? ¿Pensará quizás: ‘Ese hombre no merece que le ayuden, no es una buena persona. Si responde así cuando le he ayudado tanto, es que no tiene conciencia ni humanidad, y no merece la pena relacionarse con él’? Si se volvieran a encontrar con ese tipo de persona, ¿seguirían ayudándoles? Al menos, no lo desearían(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (7)). “Desde tiempos pretéritos hasta el día de hoy, esta idea, punto de vista y criterio de conducta moral respecto a la devolución de la amabilidad han influenciado a innumerables personas. Incluso cuando la persona que les concede amabilidad es mala o malvada y las obliga a cometer acciones infames y malos actos, siguen yendo en contra de su propia conciencia y razón, accediendo ciegamente con el fin de corresponder a su amabilidad, lo que da lugar a múltiples consecuencias desastrosas. Se podría decir que mucha gente, al hallarse influenciada, encadenada, constreñida y atada por este criterio de la conducta moral, defiende a ciegas y de manera equivocada este punto de vista de devolver la amabilidad, e incluso es probable que ayuden a los malvados y sean sus cómplices. Ahora que habéis oído Mi enseñanza, contáis con una imagen clara de esta situación y podéis determinar que se trata de una lealtad insensata, y que semejante conducta equivale a comportarse sin fijar ningún límite, devolviendo la amabilidad de un modo imprudente y sin discernimiento, y que además carece de significado y valor. Como la gente teme que la opinión pública la castigue o que los demás la condenen, se dedica de mala gana a devolver la amabilidad de los demás, llegando incluso a sacrificar su vida en el empeño, lo cual es una forma falaz e insensata de hacer las cosas. Este dicho de la cultura tradicional no solo ha coartado el pensamiento de la gente, sino que también ha añadido un peso y un trastorno innecesarios a su vida y ha acarreado sufrimientos y cargas adicionales a su familia. Muchos han pagado un precio muy alto para devolver la amabilidad recibida, lo perciben como una responsabilidad social o como su propio deber, e incluso pueden llegar a dedicar toda su vida a devolverles la amabilidad a los demás. Para ellos, es algo perfectamente natural y justificado, un deber ineludible. ¿Acaso no resulta insensato y absurdo este punto de vista y esta forma de actuar? Pone completamente de manifiesto lo ignorantes y carentes de luces que son las personas. En cualquier caso, este dicho sobre la conducta moral: la amabilidad recibida debe devolverse con gratitud, puede coincidir con las nociones de la gente, pero no concuerda con los principios-verdad. Es incompatible con las palabras de Dios y se trata de un punto de vista y una forma de proceder incorrectos(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (7)). Las palabras de Dios me permitieron entender que mi renuencia a aportar información sobre el comportamiento de Li Lan se debía a que estaba atada y limitada por la opinión de ser agradecida y devolver los favores. Desde la infancia, mis padres me enseñaron a menudo a ser agradecida y a devolver los favores. Llegué a creer que, si alguien me hacía un favor, tenía que buscar la manera de devolvérselo y que, si no lo hacía, la gente me criticaría a mis espaldas y diría que soy una desagradecida. Así que tomé el ser agradecida y devolver los favores como un principio de conducta. Salí al mundo con esa actitud; devolvía el doble a quien me trataba bien, por lo que a mis vecinos les gustaba relacionarse conmigo, lo que me hizo creer aún más que actuar de esa manera me convertía en una persona con conciencia y humanidad. Después de encontrar a Dios, seguí viviendo según estas ideas tradicionales y, como Li Lan me había predicado el evangelio de Dios de los últimos días, me había apoyado y ayudado cuando estaba débil y negativa, y también había cuidado de mis hijos y se había encargado de las tareas del hogar, me sentía realmente agradecida con ella. Sentía que el hecho de hubiera podido hacer mis deberes con normalidad hasta ese punto se debía a la plática y la ayuda de Li Lan. Sentía que ella era la única persona que nunca podría olvidar. En realidad, a través de mis interacciones habituales con Li Lan, ya había percibido que siempre se centraba en las personas y los acontecimientos, que no aceptaba que las cosas venían de parte de Dios ni aprendía ninguna lección y que no ponía el corazón en sus deberes. Cuando comíamos y bebíamos las palabras de Dios juntas, solo hablaba de asuntos triviales de familia, lo que hacía que todos se sintieran molestos y distraídos. Su comportamiento demostraba que era una incrédula, por lo que, según los principios, había que echarla. Debería haber informado sin demora a los líderes sobre el comportamiento de Li Lan para que la echaran de la iglesia. Pero, para devolverle el favor a Li Lan y que no me llamaran desagradecida, no solo no informé sobre su comportamiento, sino que también la protegí, la consentí y quería que permaneciera en la iglesia. ¿No estaba protegiendo a una incrédula? ¡Estaba haciendo el mal y oponiéndome a Dios! La iglesia es donde el pueblo escogido de Dios lo adora y es un lugar para que los hermanos y hermanas compartan Sus palabras. Pero, debido a las perturbaciones de Li Lan, los hermanos y hermanas no podían sentirse cómodos para meditar sobre las palabras de Dios. Además, para devolverle a Li Lan el supuesto favor que me había hecho, no la había puesto al descubierto. ¿En qué sentido tenía algo de conciencia o humanidad? Era realmente incapaz de distinguir entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. ¡Realmente había hecho que Dios me aborreciera! Al darme cuenta de esto, me inundó el arrepentimiento y la culpa, así que oré a Dios: “Dios, veo que estoy maniatada por esta creencia tradicional de ser agradecida y devolver los favores, y me he vuelto incapaz de distinguir lo correcto de lo incorrecto o el bien del mal. ¡Dios! Deseo arrepentirme ante Ti”.

Más tarde, leí dos pasajes de las palabras de Dios: “Hay que discernir el concepto cultural tradicional de que ‘La amabilidad recibida debe devolverse con gratitud’. Lo más importante es la palabra ‘amabilidad’: ¿cómo hay que ver esta amabilidad? ¿A qué aspecto y naturaleza de la amabilidad se refiere? ¿Cuál es el significado de ‘La amabilidad recibida debe devolverse con gratitud’? La gente ha de descubrir las respuestas a estas cuestiones y en ninguna circunstancia constreñirse a esta idea de devolver la amabilidad; se trata de algo absolutamente esencial para alguien que persiga la verdad. ¿Qué es la ‘amabilidad’ según las nociones humanas? En un nivel menor, la amabilidad es alguien que te ayuda cuando tienes problemas. Por ejemplo, alguien que te da un cuenco de arroz cuando estás hambriento, o una botella de agua cuando te mueres de sed, o que te ayuda a levantarte cuando te caes y no puedes levantarte. Todos estos son actos de amabilidad. Un gran acto de amabilidad es que alguien te rescate cuando estés en una situación desesperada, es decir, que te salve la vida. Cuando estás en peligro mortal y alguien te ayuda a evitar la muerte, en esencia te está salvando la vida. Estas son algunas de las cosas que la gente percibe como ‘amabilidad’. Este tipo de amabilidad supera con creces cualquier favor insignificante y material: es una gran amabilidad que no puede medirse en términos de dinero o cosas materiales. Quienes la reciben sienten un tipo de gratitud que es imposible expresar con unas pocas palabras de agradecimiento. Sin embargo, ¿es correcto que la gente mida la amabilidad de esta manera? (No). ¿Por qué dices que no es correcto? (Porque esta medida se basa en las normas de la cultura tradicional). Esta es una respuesta basada en la teoría y la doctrina, y aunque pueda parecer correcta, no llega a la esencia de la cuestión. Entonces, ¿cómo se puede explicar esto en términos prácticos? Pensadlo detenidamente. Hace un tiempo, oí hablar de un video en Internet en el que a un hombre se le cae la cartera sin darse cuenta. La cartera la recoge un perro pequeño que le persigue, y cuando el hombre ve esto, golpea al perro por robarle la cartera. Absurdo, ¿verdad? El hombre tiene menos moral que el perro. Las acciones del perro fueron totalmente acordes con las normas humanas de moralidad. Un ser humano le habría gritado: ‘¡Se te ha caído la cartera!’. Sin embargo, como el perro no podía hablar, se limitó a recogerla en silencio y a correr detrás del hombre. Por tanto, si un perro puede llevar a cabo algunos de los buenos comportamientos fomentados por la cultura tradicional, ¿qué dice eso de los seres humanos? Los seres humanos nacen con conciencia y razón, así que son mucho más capaces de hacer estas cosas. Mientras alguien posea el sentido de su conciencia, puede cumplir con este tipo de responsabilidades y obligaciones. No es necesario trabajar duro ni pagar un precio, requiere poco esfuerzo y se trata simplemente de hacer algo útil, algo que beneficie a los demás. Pero la naturaleza de este acto, ¿se puede calificar realmente de ‘amabilidad’? ¿Llega a ser un acto de amabilidad? (No). Puesto que no lo es, ¿debe la gente hablar de retribuirlo? Eso sería innecesario(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (7)). “Dios usa a veces los servicios de Satanás para ayudar a la gente, pero en esos casos debemos asegurarnos de darle las gracias a Dios y no devolverle la amabilidad a Satanás; se trata de una cuestión de principios. Cuando la tentación llega en la forma de una persona malvada que brinda amabilidad, lo primero que debes tener claro exactamente es quién te está ayudando y ofreciéndote asistencia, cuál es tu propia situación y si hay otras sendas que puedas tomar. Debes lidiar con tales casos de manera flexible. Si Dios quiere salvarte, sin importar los servicios de quién utilice para lograrlo, primero debes agradecer a Dios y aceptarlo de parte de Él. No debes dirigir tu gratitud únicamente hacia las personas, por no hablar de ofrecer tu vida a alguien en agradecimiento. Esto es un grave error. Lo fundamental es que tu corazón esté agradecido a Dios y que lo aceptes de parte de Él(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (7)). Gracias a las palabras de Dios, llegué entender cómo ver la amabilidad de las personas. En la iglesia, cuando las personas están negativas, débiles o enfrentan dificultades, los hermanos y hermanas comparten la verdad para ayudarse y apoyarse mutuamente. Esa es la responsabilidad de todas las personas del pueblo escogido de Dios y lo que Él les exige. Cuando mi esposo me perseguía, Li Lan fue capaz de compartir la verdad y ayudarme. Esa era su responsabilidad y no se podía considerar un favor. En cuanto a mi capacidad para oír la voz de Dios y aceptar la obra de Dios de los últimos días, también comprendí que, aunque pareciera que Li Lan me predicó el evangelio, detrás de todo eso estaba la soberanía y el decreto de Dios, así que debía haberle agradecido a Dios por Su gracia. Después de encontrar a Dios, no tropecé a pesar de que mi esposo me perseguía y fui capaz de persistir en mis deberes. Eso no fue el logro de ninguna persona, sino el resultado del riego y la provisión de las palabras de Dios. Pero no lo acepté de parte de Dios ni le di gracias a Él, sino que expresé mi gratitud a una persona. ¡Estaba siendo tan ingrata con Dios y rebelándome contra Él!

Durante mi búsqueda, leí otro pasaje de las palabras de Dios que me enseñó cómo tratar a quienes me han ayudado. Dios Todopoderoso dice: “Considera también esta situación: alguien te ayudó en el pasado, fue amable contigo en cierta forma y causó un impacto en tu vida o en algún evento importante, pero su humanidad y la senda por la que camina no coinciden con la tuya y con lo que tú buscas. Esa persona y tú no habláis una lengua común, no te agrada y, tal vez, en cierto grado se podría decir que vuestros intereses y lo que buscáis difieren por completo. Vuestras sendas en la vida, las visiones del mundo y las perspectivas sobre la vida son diferentes, sois dos tipos de persona completamente diferentes. Así, ¿cómo debes abordar y responder a la ayuda que te concedió anteriormente? ¿Es realista que surja una situación como esta? (Sí). Entonces, ¿qué debes hacer? Ocuparse de una situación así también resulta fácil. Dado que ambos camináis por sendas diferentes, una vez que le entregas el reembolso material que te puedes permitir conforme a tus posibilidades, te das cuenta de que vuestras creencias divergen demasiado, no podéis caminar por la misma senda, ni siquiera podéis ser amigos y ya no podéis seguir interactuando. Si esto es así, ¿cómo debes proceder? Guarda las distancias. Puede que fuera amable contigo en el pasado, pero comete estafas y engaña para abrirse camino en la sociedad perpetrando todo tipo de actos infames. Es una persona que no te agrada, de modo que es totalmente razonable que mantengas las distancias con ella. Habrá quien diga: ‘¿Acaso no es una falta de conciencia actuar así?’. No lo es; si realmente se encontrara con alguna dificultad en su vida, todavía podrías prestarle ayuda, pero no puedes dejarte constreñir por ella ni acompañarla cuando comete actos malvados e inconcebibles. Tampoco es necesario que te esclavices por esa persona simplemente porque una vez te ayudó o te hizo un gran favor; esa no es tu obligación y ella no merece ese tipo de trato. Tienes derecho a elegir relacionarte, pasar tiempo e incluso hacerte amigo de las personas que te agradan y con las que te llevas bien, con las que son correctas. Puedes cumplir con tu responsabilidad y obligación hacia esa persona, es tu derecho. Por supuesto, también puedes negarte a entablar amistad y relacionarte con aquellas que no te agradan, y no es necesario que cumplas con ninguna obligación o responsabilidad hacia ellas, pues ese también es tu derecho. Incluso si decides abandonar a esa persona y te niegas a relacionarte o a cumplir cualquier responsabilidad u obligación hacia ella, eso no tendría nada de malo. Es necesario establecer ciertos límites en tu forma de comportarte y tratar a las distintas personas de maneras diferentes. La elección prudente es no asociarte con nadie malvado ni seguir su mal ejemplo. No te dejes influenciar por diversos factores como la gratitud, los sentimientos y la opinión pública; al no hacerlo adoptas una postura y tienes principios, y eso es lo que debes hacer(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (7)). Después de leer las palabras de Dios, mi corazón se alegró mucho. Uno debe tener una perspectiva y principios de conducta propia, y debe considerar la senda en la que están aquellos que lo han ayudado. Si están en la senda correcta, debemos ser tolerantes y pacientes cuando sus acciones no están de acuerdo con los principios-verdad y compartir la verdad para ayudarlos. Pero si están en la senda de resistirse a Dios, debemos ponerlos al descubierto y denunciarlos. Si no se arrepienten, debemos distanciarnos de ellos y rechazarlos. Así como Li Lan me había ayudado una vez, si enfrentara dificultades en la vida, estaba claro que podría ofrecerle algo de ayuda material, pero, ahora que perturbaba la vida de iglesia y estaba en la senda de resistirse a Dios, no podía relacionarme con ella y participar en su ofensa. Debía ponerla al descubierto y proteger los intereses de la iglesia. Eso es distinguir lo correcto de lo incorrecto y actuar con principios.

El juicio y la exposición de las palabras de Dios me permitieron corregir a tiempo mis opiniones equivocadas y ya no estar limitada por la creencia tradicional de que de bien nacidos es ser agradecidos. También me permitió entender que solo podemos actuar conforme a las intenciones de Dios si vemos a las personas y las cosas de acuerdo con Sus palabras. ¡Gracias a Dios!

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