1035 Dios le pide al hombre que se someta a Él de manera incondicional
I
Cuando Abraham realmente alzó el cuchillo para sacrificar a Isaac para Dios, Dios vio todas sus acciones, y eso le mostró el verdadero corazón de Abraham. Independientemente de su insensatez, su ignorancia y su malinterpretación anteriores de Dios, en aquel momento su corazón era sincero, honesto; de verdad le iba a devolver a Isaac a Dios, ese hijo que Él le había dado. Dios vio sumisión en él, esa misma sumisión que Él deseaba.
II
Para el hombre, Dios hace muchas cosas incomprensibles e incluso increíbles. Cuando Dios desea orquestar a alguien, con frecuencia esta orquestación está en desacuerdo con las nociones del hombre y le resulta incomprensible. Sin embargo, esta disonancia e incomprensibilidad son precisamente la prueba y el examen de Dios para el ser humano. Por su parte, Abraham pudo demostrar su sumisión a Dios, que era la condición más fundamental de su capacidad de satisfacer Su requisito.
III
Las personas suelen afirmar: “Ya he ofrecido esto, ya he renunciado a aquello; ¿por qué sigue Dios insatisfecho conmigo? ¿Por qué sigue sometiéndome a pruebas? ¿Por qué sigue examinándome?”. Esto demuestra una realidad: Dios no ha visto tu corazón ni lo ha ganado. Es decir, no ha visto la misma sinceridad que cuando Abraham fue capaz de levantar su cuchillo para matar a su hijo con sus propias manos y ofrecérselo a Dios. No ha visto tu sumisión incondicional ni ha sido confortado por ti. Es natural, pues, que Dios siga probándote.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II