466 El único deseo de Dios es que el hombre escuche y se someta
I
La creación que hizo Dios del mundo se remonta a miles de años. Él ha venido a la tierra a realizar una cantidad inconmensurable de obra y ha experimentado plenamente el rechazo y la difamación por parte del mundo humano. Nadie da la bienvenida a Dios; lo reciben con frialdad. A lo largo de estos varios miles de años de dificultades, la conducta del hombre ha lastimado a Dios muy profundamente. Él ya no presta atención a la rebeldía de las personas, sino que elaboró otro plan para transformar y purificar al hombre.
II
La burla, la calumnia, la persecución, la tribulación, el sufrimiento de la crucifixión, la exclusión por parte del hombre y demás, que Dios ha enfrentado desde que vino en la carne: Él ha probado lo suficiente de todo esto, y, en lo que se refiere a las dificultades del mundo humano, Dios, que ha venido en la carne, ha sufrido todo esto al máximo. Desde hace mucho, el Espíritu de Dios Padre en el cielo ha sentido que esto que ve es insoportable y, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, espera que Su amado Hijo regrese.
III
Lo único que Él desea es que la humanidad escuche y se someta, y, habiendo sentido la más grande vergüenza delante de Su carne, sea capaz de dejar de rebelarse contra Él. Lo único que desea es que la humanidad sea capaz de creer que Dios existe. Hace tiempo que dejó de plantearle grandes exigencias al hombre, porque Él ha pagado un precio demasiado alto, pero el hombre descansa tranquilo y para nada se toma Su obra en serio.
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (4)