Digresión cuatro: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (I) Parte 5
E. Se aferran a los poderosos y oprimen a los débiles
La humanidad de los anticristos posee además algo que es tan repugnante como detestable, y es que se aferran a los poderosos y oprimen a los débiles. Si hay ciertos famosos o personas con poder o estatus en la iglesia o en el mundo, sean quienes sean, los anticristos albergan envidia y admiración infinita hacia ellos en su corazón y llegan incluso a granjearse su favor. Cuando creen en el cristianismo, aseguran que ciertos jefes políticos son creyentes y, una vez que aceptan esta etapa de la obra de Dios en los últimos días, afirman que ciertos pastores de denominaciones destacadas también la han aceptado. Hagan lo que hagan, siempre lo califican como impresionante, siempre adoran y emulan a los famosos y solo se quedan satisfechos cuando al menos se las han arreglado para aferrarse a un famoso o a alguien con estatus. En cuanto a la gente con estatus, con independencia de si son buenos o malos, los anticristos se congracian con ellos sin descanso y los adulan y halagan. Están incluso dispuestos a servirles té y sacarles el orinal. Por otra parte, al tratar con aquellos sin estatus, por muy honrados, honestos y amables que sean, los anticristos los intimidan y los pisotean cuando les es posible. A menudo se jactan de que este o aquel sea un ejecutivo de negocios en la sociedad, de lo rico que es el padre de tal o cual, de cuánto dinero tiene fulanito y de lo enorme que es la familia o la empresa de menganito, con lo que hacen hincapié en lo destacado que es en la sociedad. En cuanto a los falsos líderes y los anticristos en la iglesia, por muchas acciones malvadas que cometan, los anticristos nunca las denuncian, las ponen al descubierto ni las disciernen. En su lugar, los siguen de cerca y hacen lo que se les dice. Se convierten en los seguidores, los soldados rasos y los esclavos del líder de cualquier nivel al que siguen. Al tratar con aquellos con poder, influencia, riqueza y estatus, parecen excepcionalmente serviles, humildes e ineptos. Son obedientes y sumisos hasta el extremo, asienten y acatan todo lo que digan estas personas. Sin embargo, se dan un aire diferente al tratar con personas corrientes sin estatus; adoptan una forma de hablar autoritaria para ejercer dominio sobre ellas, quieren mostrarse superiores, como si fueran invencibles, más fuertes y elevados que cualquiera, lo que dificulta que se pueda discernir cualquier problema, defecto o debilidad que poseen. ¿Qué clase de calidad humana es esta? ¿Hay alguna conexión entre esto y ser insidioso, implacable y no tener preocupación por la vergüenza? (Sí). Aferrarse a los poderosos y oprimir a los débiles, ¿no es este el lado desagradable y malvado de la humanidad de los anticristos? ¿Creéis que la gente con esa humanidad es honrada? (No). ¿Son sinceras las cosas que les dicen a aquellos con estatus y a los poderosos? ¿Son sinceras las cosas que les dicen a los débiles? (Nada de ello es sincero). Por tanto, este aspecto tiene cierta conexión con mentir habitualmente. Según dicho aspecto, la calidad humana de los anticristos es abominable hasta el extremo y poseen dos caras completamente diferentes. Esta clase de persona tiene un apodo, “camaleón”. Nunca trata a la gente en función de los principios-verdad, de la humanidad o de si persigue o no la verdad en la casa de Dios. En cambio, la trata de manera diferente basándose únicamente en su estatus e influencia. A la hora de tratar con aquellos que tienen estatus y capacidades, se esfuerzan mucho por congraciarse con ellos, adularlos y tenerlos cerca. Aunque esa gente los golpee o los regañe, lo aguantan voluntariamente sin quejarse. Incluso admiten sin parar su propia inutilidad y se vuelven serviles, si bien lo que de veras piensan por dentro es totalmente diferente a su comportamiento exterior. Si alguien con estatus y prestigio habla, aunque diga una falacia y una herejía de Satanás que no tiene ninguna relación con la verdad, la escucharán, se mostrarán de acuerdo y la aceptarán de un modo superficial. Por otro lado, si alguien carece de capacidad o estatus, por muy correctas que sean sus palabras, los anticristos lo ignorarán y menospreciarán. No lo escucharán ni aunque lo que diga se ajuste a los principios y a la verdad, más bien lo refutarán, se burlarán de esa persona y la ridiculizarán. Esta es otra característica presente en la calidad humana de los anticristos. A juzgar por su manera de comportarse y sus principios al hacerlo y al lidiar con el mundo, a estos individuos se los puede catalogar sin lugar a duda como inequívocamente incrédulos. Las manifestaciones de su calidad humana son miserables, sórdidas y vulgares.
Aferrarse a los poderosos y oprimir a los débiles es un típico método de interacción social de los anticristos. Participan en animadas conversaciones y se arriman a los no creyentes, pero cuando se dan la vuelta y ven a los hermanos y hermanas, no tienen nada que decir ni un lenguaje común. Así son los anticristos. A la hora de debatir sobre asuntos relacionados con la fe en Dios, desempeñar deberes, la entrada en la vida o los cambios en el carácter, no tienen nada que decir ni muestran ningún interés. Sin embargo, cuando hablan de los no creyentes, en especial de aquellos con riqueza e influencia, de figuras políticas, élites sociales, famosos de la música y el cine, tendencias sociales y asuntos relacionados con comer, beber y divertirse, se vuelven extremadamente habladores y no hay quien los calle. Parece que anhelan especialmente esa vida y ese estatus social. Aunque tales individuos creen en Dios, solo lo hacen movidos por sus propias dificultades e intenciones y objetivos ocultos. Creen en Dios solo por las bendiciones, e incluso tras creer en Él, no pueden desprenderse de tales cosas. Por tanto, cuando debaten asuntos relacionados con la cocina y el entretenimiento, se vuelven entusiastas. Cuando hablan con los hermanos y hermanas, la historia cambia. Desde el fondo de su corazón y su alma, menosprecian a aquellos que creen en Dios, a los que persiguen la verdad y a los honestos y honrados. Discriminan y se burlan de tales individuos. Cuando los anticristos ven a los líderes en la iglesia, piensan: “No parecen líderes, no se asemejan en absoluto a los funcionarios. Si los comparamos con los funcionarios mundanos, son muy inferiores, ¡carecen de porte y estilo!”. Si se enteran de que algunos líderes no tienen un nivel alto de educación, los discriminan en su fuero interno. ¿Qué creéis que sienten al verme a Mí? A primera vista, piensan: “Cristo, el dios encarnado, es un donnadie sin educación superior, que no es muy alto, cuya apariencia no es atractiva, al que le falta porte y viste ropa corriente. Todo el mundo dice que él tiene la verdad; ese es el único motivo para prestarle atención, no tiene nada más de impresionante. ¡Fíjate en cómo viste esa gente poderosa de la sociedad! ¿De qué marca son tu ropa y tus zapatos? ¿Qué peinado llevas? ¿Fuiste a un salón de belleza famoso para hacértelo? ¿Cuánto costaba el corte?”. Yo digo: “No me gasto ni un céntimo en cortes de pelo, me lo corto Yo mismo en casa”. Dicen: “¿Acudes a hacerte tratamientos de belleza? ¿Te alojas en hoteles? ¿De cuántas estrellas? ¿Has estado alguna vez en un crucero de lujo?”. Respondo: “No sé nada sobre esas cosas”. Concluyen: “Entonces eres realmente ignorante. Con tu noble identidad y estatus, ¿por qué no tienes conocimiento o una comprensión acerca de estas cosas lujosas y de alta gama que hay en el mundo? En tus circunstancias, deberías experimentarlas un poco por tu cuenta. Cuando menos, debes acudir a un salón de belleza exclusivo, alojarte en un hotel de cinco estrellas y navegar en un crucero de lujo. Como poco deberías ocupar asientos de primera clase cuando vuelas”. Al verme no tienen una gran opinión sobre Mí, pero hay algo que se ven obligados a reconocer: “Nunca había oído ninguna de esas cosas que has dicho en las reuniones. Debo escuchar lo que dices”. Sin embargo, después de las reuniones, ya no me reconocen. Es igual que un lobo, después de que lo alimentas, se da la vuelta y te muerde. Es la naturaleza del lobo. Cuando los anticristos ven a los hermanos y hermanas corrientes sin dinero ni influencia, que simplemente aman la verdad y son capaces de perseguirla y que llevan a cabo su deber de manera voluntaria, los desprecian y excluyen. Cuando miran a Cristo y ven a una persona ordinaria, alguien que es normal y corriente en todos los aspectos, tanto en su imagen como en su apariencia y comportamiento, ¿pueden transformar de inmediato su carácter y punto de vista interiores? (No). Su actitud hacia las cosas se basa en su calidad humana. Al carecer de humanidad normal, su actitud hacia Cristo es sin duda la misma que tienen hacia una persona corriente. No hay ni siquiera el menor respeto, esto lo determina su esencia y calidad humana. La manifestación de este atributo de la humanidad de un anticristo es tan repugnante y repulsiva como en otros aspectos.
Las diversas características presentes en la calidad humana de un anticristo que acabamos de compartir pueden revelar individualmente la bondad o la maldad, la superioridad o la inferioridad de su calidad humana. ¿La calidad humana de una persona que miente habitualmente es superior o inferior? (Inferior). ¿Es la humanidad de una persona egoísta y vil buena o mala? (Mala). ¿Es la humanidad de una persona que no tiene preocupación por la vergüenza buena o mala? (Mala). ¿Es la calidad humana de una persona insidiosa e implacable superior o inferior? (Inferior). ¿Cómo es la calidad humana de una persona que solo sabe aferrarse a los poderosos y oprimir a los débiles, que solo se atiene a tales principios? (Abominable). Semejantes individuos son abominables hasta el extremo, no solo carecen de humanidad normal, sino que uno podría decir con total exactitud que no son humanos, que son escoria, que son diablos. Cualquiera que carezca de la menor conciencia y razón es un diablo, no un ser humano.
F. Tienen más deseos materiales que la gente normal
En la humanidad de los anticristos se da otra manifestación: tienen más deseos materiales que la gente normal. Es decir, su deseo y exigencia de cosas materiales es especialmente grande, no conoce límites. Rebosan de aspiraciones de un estilo de vida extravagante y su avaricia es insaciable. Algunos puede que digan: “La mayoría de los anticristos no poseen esta manifestación”. No poseerla no significa que esté ausente de su humanidad. Una vez que esa gente logra estatus, ¿cuáles son los principios respecto a lo que comen, cómo se visten y cuál es su aspecto? En cuanto tienen estatus, deben hacer las cosas a su manera, hallan oportunidades, tienen ciertas condiciones y su vida es diferente. Se ponen exquisitos con lo que comen, hacen hincapié en la ostentación y el lujo. Insisten en llevar y usar artículos de marca y la casa en la que residen y el coche que conducen deben ser de alta gama y de lujo. Incluso cuando se compran un vehículo utilitario, este debe estar equipado con accesorios exclusivos. Algunos puede que se pregunten: “Si no tienen dinero, ¿por qué hacen tanto hincapié en estas cosas?”. Solo porque no tengan dinero, eso no significa que no vayan en busca de tales cosas o que en su humanidad no esté presente este deseo. Por tanto, una vez que los anticristos obtienen acceso a las ofrendas en la casa de Dios, las despilfarran con imprudencia. Quieren comprarlo y disfrutarlo todo, hasta el punto de la desvergüenza y hasta un grado tal que es difícil mantenerlo bajo control. Deben beber té de alta calidad servido en tazas chapadas en oro, sus comidas han de ser banquetes suntuosos, insisten en consumir ginseng de calidad suprema y solo usan computadoras y teléfonos de marcas de primera categoría que siempre son el último modelo. Se ponen gafas que cuestan miles de yuanes, gastan cientos en peluquería y pagan mil yuanes o más por masajes y sesiones de sauna. En resumen, exigen que todo sea lo mejor y de marca, quieren disfrutar de todo lo que disfrutan los famosos y los poderosos. Una vez que los anticristos tienen estatus, se vuelven evidentes todos estos aspectos desagradables. Durante las reuniones, si solo escuchan su predicación entre tres y cinco personas, les parece insuficiente e insisten en tener entre trescientas y quinientas. Cuando otros dicen que hay circunstancias externas adversas, por lo que una reunión con tres o cinco personas está bastante bien, replican: “No me vale, ¿por qué hay tan poca gente escuchando mi sermón? Mi tiempo vale más que eso. Deberíamos comprar un edificio más grande para la iglesia y que así pueda albergar a decenas de miles de personas para un sermón más solemne”. ¿Acaso no cortejan a la muerte? Los anticristos hacen este tipo de cosas. ¿Acaso no carecen también de preocupación por la vergüenza? Albergan un deseo y un interés extremadamente incontrolables por una vida de lujos y las cosas materiales, lo cual es otra característica de la calidad humana de los anticristos. En cuanto alguien menciona la comida gourmet, los coches de lujo, la ropa de marca y los artículos caros y de alta gama, se les iluminan los ojos, la avaricia se apodera de ellos y asoma su deseo. ¿Cómo se origina este deseo? Sin lugar a duda es una revelación de su naturaleza demoniaca. Puede que algunos anticristos anden cortos de dinero y cuando ven a alguien llevar joyería fina o un anillo de diamantes de dos o tres quilates, se les iluminan los ojos y piensan: “Si no creyera en dios, yo podría llevar uno de cinco quilates”. Consideran el hecho de que no poseen siquiera un anillo de un quilate, se sienten contrariados y empiezan a pensar que creer en Dios no merece la pena. Sin embargo, tras reflexionar con mayor detenimiento, piensan: “Recibiré grandes bendiciones en el futuro por depositar mi fe en dios. Podría tener un diamante de quinientos quilates y ponérmelo en la cabeza”. ¿Acaso no tienen deseos? Cuando ven a gente rica en la televisión que lleva ropa de diseño y surca el mar en un crucero de lujo, les parece algo increíblemente gozoso, romántico, noble y envidiable. Se les cae la baba y dicen: “¿Cuándo podré convertirme en esa clase de persona, en un titán entre humanos? ¿Cuándo podré disfrutar de una vida semejante?”. Lo ven una y otra vez hasta que piensan que creer en Dios es realmente poco interesante. Sin embargo, cuando vuelven a reflexionar, piensan: “No puedo pensar así. ¿Por qué creo en dios? ‘Soporta las mayores adversidades para convertirte en el mejor’. En el futuro, mi vida será mucho mejor que la suya. Ellos navegan en un lujoso crucero, pero yo viajaré en un avión exclusivo o en un platillo volante de lujo, ¡iré a la luna!”. ¿Son estos pensamientos siquiera un poco sensatos? ¿Se ajustan a la humanidad normal? (No). Este es otro elemento en la humanidad de los anticristos: un deseo extremadamente incontrolable de cosas materiales y de un estilo de vida lujoso. Una vez que obtienen esto, su avaricia se vuelve insaciable; su mirada y su naturaleza son voraces y quieren poseer estas cosas para siempre. En la humanidad de los anticristos, no se trata solo de envidiar a los poderosos; también desean cosas materiales y una vida de alta calidad. La humanidad normal tiene un rango razonable de necesidades para la vida y las cosas materiales; cuenta con sus necesidades diarias, las del entorno laboral y de vida, y también sus necesidades físicas. Basta con que se satisfagan estas necesidades, y se considera relativamente normal moderarlas en función de la capacidad propia de cada uno y de sus condiciones económicas. Sin embargo, la necesidad de los anticristos de cosas materiales y de disfrutar de ellas es anormal e insaciable. Algunos anticristos buscan una vida de alta calidad en particular. Se irritan un poco cuando viven en una familia de acogida en la que las comidas son simples. Además, si las personas de esta familia persiguen la verdad, son bastante honestas y no los adulan, los halagan o les dicen lo que quieren oír, se disgustan más si cabe, piensan: “¿Dónde puedo conseguir buena comida y alojarme en una casa grande? ¿Quién tiene buenas condiciones de vida? ¿Quién tiene coche y me puede llevar a los sitios y recogerme para que no tenga que caminar?”. Siempre les preocupan esos asuntos. ¿Hay gente así a vuestro alrededor? ¿Sois de esa clase de persona? (Estas cosas también están presentes en nuestra humanidad). ¿Podéis mantenerlas bajo control? Disfrutar de la comodidad no es lo mismo que la avaricia insaciable; se debe moderar sin entorpecer el cumplimiento del deber. Esta es la humanidad que poseen las personas corruptas normales. Sin embargo, los anticristos no practican la moderación; son insaciables y habitualmente voraces. En cuanto a esta manifestación, ¿tenéis algo más que añadir? (Dios, he visto a una anticristo antes. Por aquel entonces, una hermana le había comprado a la anticristo más de diez chaquetas de plumón, todas de marcas famosas, y esta anticristo se las ponía una tras otra, se cambiaba cada vez que salía. Luego, se convirtió en líder y usó las ofrendas de Dios para comprarse un coche. Hubo alguien que incluso adquirió una bonita casa específicamente para acogerla y, cuando ella salía a comprar, su hermana de acogida la seguía a poca distancia. Si a la anticristo le gustaba una prenda de ropa, simplemente la señalaba y su hermana de acogida se apresuraba a comprársela. Cuando regresaba a casa, llamaba a la familia de acogida con antelación y decía que quería comer empanadillas. El tiempo para hervir las empanadillas tenía que calcularse con precisión; no demasiado pronto o se enfriarían, tampoco demasiado tarde o al llegar a casa tendría que pasar hambre mientras esperaba. Era como una emperatriz viuda; su estilo de vida era sumamente lujoso. A esta anticristo lo acabaron expulsando más adelante). Mira lo ignorantes y tontas que eran estas personas, ¡le compraron una casa y un coche a un anticristo! Los anticristos consideran que la gente viene a este mundo para disfrutar de las cosas, que si uno no se deleita con ellas, entonces su vida es en vano. Este es su principio y teoría. ¿Es correcta esta teoría? Es meramente el punto de vista de los no creyentes, las bestias y la gente muerta sin espíritu. Los que creen en Dios y aun así tienen esos puntos de vista son unos incrédulos y no creyentes de manual. En cuanto este tipo de personas adquieren estatus, se convierten en anticristos de pies a cabeza; sin estatus, son personas malvadas.
Mentir habitualmente, la insidia y la implacabilidad, carecer de sentido del honor y de preocupación por la vergüenza, ser egoísta y vil, aferrarse a los poderosos y oprimir a los débiles, así como tener más deseos materiales que la gente normal; estos son rasgos típicos de la calidad humana de los anticristos, son muy representativos y evidentes. Mientras que algunas de estas manifestaciones pueden aparecer hasta cierto punto en la gente corriente, sus manifestaciones son simplemente un carácter corrupto o manifestaciones de humanidad anormal o de una falta de humanidad que surge de la corrupción de Satanás. Por medio de la lectura de las palabras de Dios, estas personas desarrollan el sentido de la conciencia y la capacidad para desprenderse y rebelarse contra estas cosas y arrepentirse. Estas características no desempeñan un papel dominante en ellos y no afectarán a su búsqueda de la verdad ni al cumplimiento de sus deberes. Solo los anticristos rechazan aceptar la verdad por muchos sermones que oigan. Los rasgos y las características innatas a su humanidad no van a cambiar y por eso esa gente está condenada en la casa de Dios y no se puede salvar nunca. ¿Por qué no se pueden salvar? La gente con esa calidad humana no se puede salvar porque rechaza aceptar la verdad y es hostil hacia ella, hacia Dios y hacia todas las cosas positivas. Carecen de las condiciones y la humanidad para la salvación y, por tanto, el destino de estos individuos es ser descartados y arrojados al infierno.
12 de diciembre de 2020
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