Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III) Parte 3

g. Negación, condena, juicio y blasfemia

A continuación, hablemos sobre los términos negación, condena, juicio y blasfemia. Debido a que los anticristos están llenos de dudas sobre Dios, no muestran interés alguno en las verdades que Él expresa. Sus corazones están llenos de aversión y odio, y nunca admiten que Cristo es la verdad y mucho menos muestran sumisión alguna. Como en su interior a menudo dudan y sospechan de Dios, formándose con frecuencia nociones y diversos conceptos sobre las acciones de Dios, constantemente realizan valoraciones de manera no intencionada, y piensan: “¿Existe dios realmente? ¿Qué quiere decir con lo que expresa? Si estas palabras se evalúan desde el punto de vista del conocimiento y la doctrina, ¿cómo deberían entenderse? ¿Qué quiere decir dios con estas cosas? ¿Qué quiere decir al usar estos términos? ¿A quién se dirige?”. Investigan e investigan y, tras años de esta indagación, aún no logran ver la verdad más crucial en las palabras que Dios expresa ni en la obra que realiza: que Él es la verdad, el camino y la vida. No pueden entenderlo ni verlo. Cuando la gente dice que todas las palabras de Dios son la verdad, los anticristos reflexionan y piensan: “¿Son todas sus palabras la verdad? ¿No son solo simples palabras o enunciados corrientes? No hay nada profundo en ellos”. Al observar la obra de Dios, piensan: “No veo el aura de dios en lo que hace en la iglesia o entre sus escogidos. Dicen que dios es soberano sobre todas las cosas, pero no puedo verlo. No importa si uso una lupa o un telescopio astronómico, no puedo ver la forma de dios y, por más que busque, no puedo descubrir sus acciones. Así que, por ahora, no puedo confirmar al 100 % si dios de verdad existe. Pero, si digo que él no existe, he escuchado que en el mundo existen cosas raras y paranormales; así que, en ese caso, dios debería existir. Aunque ¿cómo es dios en realidad? ¿Cómo actúa? No lo sé. La forma más sencilla de saberlo es ver qué les hace y les dice a aquellos que lo siguen”. A través de la observación, ven que la casa de Dios a menudo poda a las personas, que las asciende y destituye con frecuencia, y que a menudo se participa en charlas, debates, intercambios y demás sobre diferentes deberes y el trabajo relacionado con diversas profesiones. Piensan: “¿No son todos estos asuntos cosas que hace la gente? Nada de ello es sobrenatural; todo es muy normal, y no puedo ver ni sentir cómo obra el espíritu de dios. Si no puedo sentirlo, ¿no se podría decir que la obra del espíritu santo no existe? ¿No es todo una imaginación de la conciencia y la mente de las personas? Si la obra del espíritu santo no existe, ¿existe el espíritu de dios realmente? También parece dudoso. Si el espíritu de dios no existe, entonces, ¿de verdad existe dios? No estoy seguro”. Después de cinco años de experiencia, no llegan a confirmarlo y, tras diez o incluso quince años de experiencia, siguen sin lograrlo. ¿Qué tipo de personas son estas? Han quedado en evidencia. Son incrédulos. Estos incrédulos holgazanean así por la casa de Dios, se dejan llevar. Si otros difunden el evangelio, ellos también lo hacen; si los demás cumplen con sus deberes, ellos también. Si se les presenta la posibilidad de un ascenso, piensan que pueden “ocupar un cargo” en la casa de Dios y, en aras del estatus, son capaces de hacer cierto esfuerzo. Al mismo tiempo, también pueden hacer fechorías imprudentemente y causar trastornos y perturbaciones; si son miembros corrientes de la iglesia sin ningún estatus, pueden encontrar maneras de tomar atajos y hacen ciertos trabajos solo para aparentar. A esto se le llama “holgazanear”. ¿Por qué uso este término? Porque en sus corazones albergan dudas y negación hacia Dios, mantienen una actitud de negación hacia la existencia y la esencia de Dios, y esto los lleva a cumplir con sus deberes en la casa de Dios de mala gana. No comprenden y siempre reflexionan para sí: “¿Qué sentido tiene cumplir con mi deber y seguir a dios de esta manera? No estoy ganando dinero en un trabajo ni viviendo una vida normal. Algunos jóvenes dedican incluso toda su vida a entregarse a Dios, pero ¿qué ganarán con ello? Así que mejor primero observo. Si realmente puedo llegar al fondo de todo y percibo que tengo esperanzas de recibir bendiciones, no será en vano que me esfuerce y me entregue. En caso de que no pueda recibir las palabras precisas de dios ni llegar al fondo del asunto, no pierdo nada por holgazanear. Después de todo, no me cansaré ni habré dado demasiado”. ¿No es esto más que holgazanear? No son sinceros en nada de lo que hacen, no pueden perseverar ni sobresalir en nada, y tampoco son capaces de pagar el precio de manera genuina. Ese es el significado de holgazanear. Aunque holgazaneen, sus pensamientos no están ociosos, tienen mucho de qué ocuparse. Están llenos de nociones y de ideas sobre muchas cosas que Dios hace y, en el caso de muchas cosas que no se ajustan a sus propias nociones, las evalúan en su corazón utilizando conocimientos, leyes, moral social, cultura tradicional y demás. A pesar de toda su valoración, no solo no ven la verdad a través de la evaluación ni encuentran los principios para practicar la verdad, sino que acaban elaborando todo tipo de condenas, juicios e incluso blasfemias hacia Dios y Su obra. ¿Qué juzgan los anticristos en primer lugar? Dicen: “Las personas deciden todo el trabajo de la casa de dios; los humanos hacen todo. No veo a dios obrar ni al espíritu santo guiar o dirigir nada en absoluto”. ¿No es este un enunciado propio de los incrédulos? Afirmar que las personas lo hacen todo pone al descubierto muchos problemas. Por ejemplo, si la casa de Dios elige y cultiva a alguien que no es de su agrado, sus corazones no se doblegan. ¿Pueden los anticristos someterse de veras? (No). Entonces, ¿qué harán? Intentarán socavarla. Si esto falla y ninguno de los hermanos y hermanas los escucha o los apoya, comenzarán a condenarla y dirán: “La casa de dios es injusta y carece de principios en su forma de tratar a las personas. Hay muchos caballos veloces, pero pocos que sepan reconocerlos”. ¿Qué significa esto? Implica que ellos son caballos veloces, pero lamentablemente la casa de Dios carece de alguien que pueda identificarlos. Después de condenar esta acción de la casa de Dios que no se ajusta con sus nociones, comenzarán a difundir cosas como rumores, nociones y negatividad. Por supuesto, todas sus palabras serán duras. Puede que incluso algunos digan: “Estos tipos son educados, bien parecidos, visten bien y viven en la ciudad; nosotros somos de pueblo, tenemos cierto talento, pero no somos capaces de expresarnos ni de comunicarnos con lo alto; no nos es fácil conseguir ascensos. Todos aquellos que lo logran son elocuentes, se les da bien halagar y poseen estrategias. En cambio, yo no me expreso bien ni soy elocuente, y tener solo talentos interiores es inútil. Así que, en la casa de dios, el dicho ‘Hay muchos caballos veloces, pero pocos que sepan reconocerlos’ es aplicable tanto como en el mundo”. ¿Qué significa este enunciado? ¿No es esto juzgar? Emiten juicios sobre la obra de la casa de Dios y los difunden entre bambalinas. En su forma de abordar a Dios, Su obra, Sus expresiones, Sus palabras, Su carácter y Sus diversas formas de obrar, los anticristos utilizan conocimientos y filosofía para evaluar, investigar y razonar acerca de ellos. Al final, llegan a una conclusión errónea. Por lo tanto, en sus corazones nunca aceptan, comprenden ni reflexionan en serio sobre ninguna de las palabras que Dios ha dicho. En cambio, consideran que estas no son más que un mero tipo de teoría o palabras agradables. Cuando surgen problemas, no toman las palabras de Dios como base y principio para ver, definir y medir cada asunto. En su lugar, utilizan las perspectivas humanas y las teorías y las filosofías de Satanás para juzgarlos. Llegan a la conclusión de que nada es conforme a sus propias nociones y que ninguna de las palabras que Dios expresa ni las acciones que Él realiza son de su agrado. Al final, desde la perspectiva de los anticristos, todo lo que Dios hace es condenado.

Algunos anticristos siempre desean ejercer el poder en la casa de Dios, pero carecen de calibre y habilidades especiales, así que inevitablemente terminan realizando tareas triviales en esta, como limpiar, distribuir artículos y otros quehaceres simples y rutinarios. En resumidas cuentas, este tipo de personas definitivamente no pueden llegar a ser líderes de la iglesia, predicadores ni nada parecido. Aun así, no se conforman con ser discípulos corrientes u ocuparse de lo que consideran un trabajo mediocre, porque están llenas de ambición. ¿Cómo se manifiesta estar lleno de ambición? Quieren averiguar, preguntar, estar informadas y, en especial, interferir en cada asunto grande o pequeño de la casa de Dios. Si hay algún trabajo que requiere su mano de obra, siempre preguntan: “¿Cómo va la impresión de los libros para nuestra casa de dios? ¿Qué tal va la selección del director de cine de nuestra iglesia? ¿Quién es el actual director? ¿Quién escribe los guiones? ¿Quién es el líder del distrito, cómo es?”. ¿Qué se proponen cuando preguntan sobre todo esto? ¿Es necesario que pregunten acerca de estos asuntos o que se involucren en ellos? (No). Todos ellos son asuntos generales que no guardan relación con la verdad. ¿Por qué estas personas “bienintencionadas” siempre están preguntando? ¿De verdad están preocupadas o simplemente no tienen nada mejor que hacer? Ni una cosa ni la otra. Lo hacen porque tienen ambiciones y quieren escalar posiciones y asumir el poder. ¿Pueden darse cuenta de que es ambición y deseo de hacerse con el poder? No, no pueden; carecen de esa razón. Debido a su humanidad abominable y su escaso calibre, no pueden lograr nada ni desempeñar siquiera el deber más simple adecuadamente. A lo largo del desempeño de sus deberes, constantemente, se portan mal, están ociosas, se dan al esparcimiento e incluso preguntan sobre diversos asuntos. Al final, las echan debido a estas manifestaciones. ¿Es correcto que la casa de Dios las eche? (Sí). ¿Las echan porque se preocupan en exceso o debido a que son muy curiosas? (No). Las expulsaron y no las permitieron seguir holgazaneando porque no se ocupaban de los asuntos adecuados y querían en todo momento vivir a costa de la casa de Dios. No podían hacer nada bien, así que no valía la pena retenerlas. ¿Acaso no son incrédulos? ¿No deberían echarlas? Cuando les llegó el momento de que las echasen, se inquietaron y solo entonces buscaron los principios-verdad y preguntaron: “Debo buscar cuáles son en realidad los principios que la casa de dios aplica para echar y expulsar a las personas: ¿con qué fundamento me echan?”. Debes responderles: “Alguien como tú, que ama el ocio y odia el trabajo, que causa perturbaciones y destrucción en todo lo que hace, encaja completamente con los principios para echar a alguien”. ¿No resulta sumamente ridículo que busquen los principios para que echen a la gente después de cometer tantas maldades y no entender qué tipo de personas son? (Sí). A algunas personas como estas las han echado, mientras que a otras las han enviado a iglesias corrientes. No son aptas para cumplir deberes en la casa de Dios y carecen de condiciones para hacerlo. ¿Puede la gente de este tipo darse cuenta de que lo que Dios hizo es conforme a la verdad? Me atrevo a decir que los anticristos jamás se darán cuenta, porque son incrédulos y condenan y juzgan cualquier cosa positiva que esté de acuerdo con la verdad. El anticristo, que siempre tiene ganas de preguntar, está lleno de ambición y busca constantemente ascender más alto, pero carece de sinceridad y lealtad en el cumplimiento de sus propios deberes, se sienta en el suelo y llora a gritos cuando lo expulsan y dice: “Nadie entiende que en mi interior tengo buenas intenciones, ni que soy sincero y leal. ¿Por qué me expulsan? ¡Me han hecho daño, y no lo acepto! Nadie se preocupa tanto por dios, y en su casa nadie es tan leal como yo. Confunden mi gran fervor y bondad con malas intenciones. ¡Dios es muy injusto!”. ¿Acaso no es esto un alegato de inocencia? ¿Alguna de sus palabras es algo que deba decir el hombre? ¿Alguna de ellas es conforme a los hechos reales? (No). Todas son palabras faltas de razón, absurdas, propias de incrédulos, llenas de quejas, agravios y condena. Así es como se ponen en evidencia. Si no los expulsaran, continuarían fingiendo y aspirarían a ser los amos de la casa de Dios. ¿Es esa la forma en la que se comportaría un amo? ¿Acaso un verdadero amo tendría este tipo de berrinches? ¿Gestionaría la casa de Dios de esta manera? Les pidieron que limpiaran, pero andaban de un lado a otro sin hacer nada. Les pidieron que hicieran la comida, pero no estaban dispuestos a cocinarle ni siquiera a dos personas. Tenían miedo de cansarse y consideraban que era un trabajo de baja categoría, así que ¿qué otra cosa pueden hacer? ¿Son capaces de algo más aparte de ser líderes y dar órdenes? ¿No es razonable que la casa de Dios se deshaga de ellos? (Sí). Es completamente razonable, pero aun así siguen maldiciendo entre bambalinas, teniendo berrinches y comportándose como mujeres revoltosas. ¿Acaso no son anticristos? Esta es la manifestación de la esencia-carácter de los anticristos. Cuando se enfrentan a situaciones que no son conformes a sus intereses o preferencias, cuando se topan con cosas que no satisfacen sus deseos ni sus afanes, ¿se someten en lo más mínimo? ¿Son capaces de buscar la verdad? ¿Pueden calmarse, confesar sus pecados y arrepentirse? No, no pueden. Su reacción inmediata es alzarse y clamar en contra de Dios, llenos de palabras de condena, juicio, blasfemia y maldición. Piensan: “Si la casa de dios no me quiere, bien. Tú no muestras piedad, así que no me culpes por ser desalmado. ¡Dejémonos de miramientos y veamos quién es más implacable!”. ¿Es esto una manifestación de buscar la verdad? ¿Es una manifestación que debería tener un ser creado normal? (No). Entonces, ¿qué tipo de manifestación es esta? ¿Cómo deberían tratar a Dios aquellos que creen en Él y lo siguen genuinamente? Deben someterse a Él de manera sincera e incondicional. Solo los enemigos de Dios —Satanás y los diablos— negarían, condenarían, juzgarían, blasfemarían y maldecirían a Dios, llegando incluso a clamar en su contra y oponerse a Él. Incluso aunque en este momento no puedas aceptar este hecho y tengas cien razones para alegar que la casa de Dios te ha tratado injustamente, si tienes racionalidad, humanidad y siquiera un mínimo temor de Dios, ¿podrías tratarlo a Él de esa manera? ¡En absoluto! Si alguien es capaz de hacerlo, ¿tiene siquiera una pizca de conciencia? ¿Posee algo de humanidad? ¿Siente algo de temor de Dios? (No). Obviamente, no es parte del rebaño de Dios. Nunca ha tratado a Dios como su Amo; nunca lo ha considerado su Dios. En su corazón, Él es su enemigo, no es su Dios. Los enemigos de Dios son los anticristos y Satanás; por otra parte, los anticristos son enemigos de Dios; son satanases y diablos. Los anticristos nunca aceptarán nada de lo que Dios haga y nunca responderán con un “amén” a ninguna palabra que Dios diga. Esa es la esencia del enemigo de Dios —Satanás— y esta es la esencia innata de los anticristos. Sin ton ni son, son hostiles a Dios y capaces de condenarlo. ¿Acaso no es esto perversidad? Es perverso de cabo a rabo.

Este carácter propio de un anticristo está presente en mayor o menor grado en cada persona, pero a través de la revelación de este carácter y de la senda que las personas eligen cuando creen, ¿podéis juzgar quién es un anticristo, quién es el que contribuye con su mano de obra y quién es un miembro del pueblo escogido de Dios que tiene la posibilidad de salvarse? (Aunque todos revelan el carácter de un anticristo, algunas personas, después de revelar su carácter corrupto, tienen sentido de la conciencia, se sienten culpables, pueden arrepentirse y practicar la verdad; esos son los que pueden salvarse. Sin embargo, aquellos que carecen de sentido de la conciencia, que incluso después de cometer errores creen que tienen razón, que se niegan obstinadamente a arrepentirse y rechazan la verdad por completo, son anticristos y no tienen ninguna probabilidad de salvarse). ¿Son correctas estas dos afirmaciones? (Sí). Básicamente, son correctas, pero no son suficientemente específicas. Aunque algunas personas también poseen el carácter de un anticristo, cuando se enfrentan a ciertas situaciones, son capaces de buscar la verdad, rebelarse contra la carne, experimentar arrepentimiento al reconocer su carácter corrupto, sentirse en deuda, dar un giro y practicar de acuerdo con los principios-verdad, eligiendo el camino correcto, practicar la verdad y, en última instancia, comprender la verdad y entrar en la realidad-verdad, logrando así someterse a Dios. Esas personas pueden salvarse y son el pueblo escogido de Dios. Existe otro tipo de persona que sabe que tiene el carácter de un anticristo, pero cuando aborda algunas circunstancias no se examina a sí misma. Cuando descubre que ha hecho algo mal, no tiene una comprensión genuina, no logra desarrollar en su interior un fuerte sentimiento de estar en deuda, es incapaz de arrepentirse y de dar un giro, y está atolondrada en lo que respecta a la verdad y la salvación. Estas personas están preparadas y dispuestas a contribuir con su mano de obra y a hacer lo que les pidan en la casa de Dios, pero no lo toman en serio. Aunque puede que a veces causen trastornos y perturbaciones, no son personas malvadas. Pueden aceptar la poda, pero al actuar nunca buscan la verdad de manera proactiva ni siguen los principios-verdad al abordar los asuntos. No les interesa comer ni beber de las palabras de Dios ni tampoco la verdad. Aunque pueden medianamente esforzarse en sus deberes, cuando se trata de perseguir la verdad les falta entusiasmo y no se interesan por hacerlo. Cuando llevan a cabo sus deberes, no muestran ninguna lealtad. Sin embargo, muestran cierta buena disposición y sinceridad. Pueden conocer diversas actitudes corruptas, pero, cuando afrontan situaciones, nunca reflexionan sobre sí mismas ni buscan convertirse en personas capaces de comprender la verdad y ponerla en práctica. Esta es la mano de obra. La última categoría es la de los anticristos. Son enemigos de Dios, de la verdad y de todo aquello que es positivo. Sus corazones están llenos de perversidad, clamores contra Dios y oposición hacia Él, y condena, juicio y blasfemia contra la rectitud, las cosas positivas y la verdad. No creen en la existencia de Dios ni en Su soberanía sobre todas las cosas, y son incluso más reacios a permitir que Dios sea soberano sobre el destino del hombre. Nunca se entienden a sí mismos, e independientemente de cuántos errores o transgresiones cometan, nunca los admiten ni se arrepienten ni dan un giro. Sus corazones carecen de remordimiento y rechazan completamente la verdad. Son anticristos. Para determinar a qué categoría pertenece una persona en general, es acertado valorar si tiene una actitud de aceptar la verdad. ¿A qué categoría pertenecéis? ¿Pertenecéis al pueblo escogido de Dios que puede salvarse, sois anticristos o sois mano de obra? ¿Os estáis convirtiendo en la primera categoría, o no encajáis en ninguna de ellas? Nadie queda fuera de estas categorías; todos pertenecen a una de las tres. Las personas malvadas que carecen de humanidad son las que poseen la esencia de los anticristos. Quienes tienen cierta humanidad, conciencia y razón, así como una calidad humana relativamente buena, quienes pueden perseguir y amar la verdad y las cosas positivas, quienes temen a Dios y son capaces de someterse a Él, ellos pueden salvarse; son el pueblo escogido de Dios. Aquellos cuya calidad humana no es particularmente buena ni mala, sino media, y no se interesan por la verdad ni están en absoluto dispuestos a perseguirla, pero cumplen con sus deberes con algo de sinceridad, son la mano de obra. Este es el criterio para la evaluación. ¿Puede un anticristo convertirse en mano de obra? (No). Entonces, ¿existe una categoría entre los que contribuyen con su mano de obra que pueda llegar a formar parte del pueblo escogido de Dios? (Sí). ¿Qué margen tienen para cambiar? (Es necesario que persigan la verdad). Quizá, tras más años de fe, más experiencias y encuentros, y un entendimiento de más verdades, pasen gradualmente de la etapa de ser mano de obra a ser parte del pueblo escogido de Dios. Como en este momento su entendimiento de la verdad es escaso y su fe en Dios es especialmente pequeña, tienen poco interés en cumplir con sus deberes y practicar la verdad. Carecen de la estatura necesaria para perseguir la verdad y no pueden desprenderse de sus ambiciones, deseos y demás necesidades de la carne. Por lo tanto, por ahora solo pueden permanecer en la etapa de mano de obra. Sin embargo, en términos relativos, estas personas tienen conciencia y aman las cosas positivas. A medida que poco a poco llegan a comprender la verdad, que su entorno cambia, que creen en Dios durante más tiempo, que sus experiencias son más profundas y que desarrollan una fe en Dios genuina, también empiezan gradualmente a ver la verdad y las cosas positivas con mayor claridad, la senda que deben seguir les resulta más evidente, se interesan más por la verdad y la aman cada vez más. Tales personas pueden emprender paulatinamente la senda de la salvación y llegar a pertenecer al pueblo escogido de Dios; tienen margen para mejorar y cambiar. Por otro lado, no es válido afirmar que aquellos que poseen la esencia de los anticristos pueden llegar a convertirse en el pueblo escogido de Dios y salvarse, porque la esencia de los anticristos es la de los demonios y los enemigos de Dios. Los anticristos nunca podrán cambiar.

Acabamos de hablar sobre la negación, la condena, el juicio y la blasfemia que revelan en su forma de tratar a Dios y Su obra a partir de su esencia-carácter perversa. Siempre que algo contradice sus nociones o perjudica a sus intereses, la respuesta inmediata de los anticristos es levantarse, resistirse y condenarlo, diciendo: “Esto está mal, lo hacen las personas, y no me doblegaré. Voy a presentar una queja y buscaré pruebas para aclarar el asunto. Haré pública mi postura, me defenderé, desentrañaré los pormenores de este asunto y veré quién es que causa problemas aquí, quién está arruinando mi buena reputación y las cosas buenas que estoy haciendo”. En el corazón de los anticristos, la frase “Las buenas intenciones de Dios están en todas las cosas” se convierte en un enunciado vacío, incapaz de guiar o cambiar sus medios, métodos y principios de actuación. Por el contrario, cuando se enfrentan a cualquier situación, confían en lo que les resulta natural y piensan en cada método y emplean todas sus habilidades y estrategias al actuar. Sin duda, lo que hacen es condenar, juzgar y blasfemar contra Dios. Los pensamientos de las personas están atestados de la lógica y las ideas de Satanás, sin verdad alguna que decir. Por lo tanto, cuando afrontan tales asuntos, las manifestaciones de los anticristos reflejan las de Satanás: los anticristos tratan a Dios de la misma manera que lo trata Satanás, y utilizan también cualquier medio o palabra que Satanás emplea contra Dios. De este modo, es evidente la esencia perversa de los anticristos, que son enemigos de Dios. Aunque se trate de alguien que lleva solo uno o dos días creyendo en Dios, ¿entiende en su mente y racionalidad humanas y normales la diferencia entre los humanos y Dios? (Sí). Como adulto que posee una humanidad normal, ¿sabe en su corazón cómo debe tratar a Dios? (Sí). ¿Existe un criterio dentro de la racionalidad humana para saber cuál es la manera más adecuada y respetuosa de tratar a una persona a la que se adora? (Sí). La gente tiende a hacer la pelota, a ser zalamero y a querer caer en gracia; incluso si esa persona las golpea o las maldice, encuentran la manera de ser dóciles y obedientes. Entonces, cuando se trata de sus padres, ¿saben cómo mostrar respeto y amor? ¿Se dan cuenta de qué comportamientos son dañinos o muestran odio? ¿Existe un criterio para evaluarlo? (Sí). Esto prueba que los humanos, los seres vivos cubiertos con piel humana, son distintos de los animales y están por encima de ellos. Sabes cómo respetar y amar a tus padres, ¿por qué no sabes entonces cómo tratar a Dios con amor y respeto? ¿Cómo puedes tratar a Dios de esta manera? ¿Acaso es propio de las personas normales condenar y juzgar alegremente y atreverse a blasfemar y maldecir como si nada? (No). Ni siquiera los animales se comportan así. Si una persona cría a un animal, incluso uno salvaje, y pasa tiempo con él, siempre que el animal reconozca quién es su dueño, lo tratará con respeto, como si fuera un pariente, un miembro de la familia, de manera distinta a la forma en que trata a otros animales o personas. Supongamos que fuiste su dueño y, después de pasar por dos o tres hogares diferentes, cuando lo vuelves a ver basta con que perciba tu olor para que enseguida se muestre cariñoso contigo. Incluso si se trata de un animal feroz, no te comerá. Su ferocidad es innata; proviene de la creación y predestinación de Dios. Es un instinto de supervivencia que Dios le otorgó, no es un carácter cruel o perverso. Es distinto del mal de los anticristos. Hubo dos personas que adoptaron a un cachorro de león. A medida que el león crecía, se les hacía difícil costear su dieta a base de carne, por lo que, cuando cumplió un año, lo liberaron de nuevo en su entorno natural. Tres años después, volvieron a encontrarse con el león. El león los vio desde cierta distancia y corrió hacia ellos con entusiasmo. Al principio, se preocuparon y pensaron: “¿No nos comerá? Es un león”. Sin embargo, el animal se les acercó, los abrazó como a unos amigos, y ellos también lo abrazaron y acariciaron. Luego, les presentó a los miembros de su familia y, cuando tuvieron que despedirse, se mostró reacio a separarse de ellos. Es posible ver este tipo de situación, en la que el más feroz de los animales salvajes, un carnívoro, interactúa amistosamente con los humanos. ¿No resulta esto absolutamente conmovedor? (Sí). Incluso en los animales feroces se puede ver su lado amigable, pero esto no ocurre con los anticristos. Debido a que poseen el carácter de Satanás y son personas con una esencia-carácter satánica, pueden, por ende, juzgar, condenar y blasfemar contra Dios. Esta postura conduce a sus correspondientes manifestaciones y, sobre todo, a ciertos enfoques. ¿No son los anticristos peores que los animales? Las personas saben cómo mostrar respeto y cariño amoroso a aquellos a quienes adoran, a sus familiares más cercanos y a sus padres, y conocen cuáles de sus acciones pueden herirlos o hacerles daño. Pueden evaluar esas cosas. Sin embargo, los anticristos son capaces de mostrar tales comportamientos hacia Dios, lo cual resulta totalmente indignante. Esto indica que la naturaleza propia de tales personas se corresponde con la esencia de los anticristos. Para ser precisos, son la personificación de Satanás, son satanases vivientes y diablos; no pertenecen al rebaño de Dios. ¿Acaso las ovejas de Dios lo maldecirían? ¿Lo condenarían? (No). ¿Por qué no? (Porque escuchan a Dios y se someten a Él). Por un lado, escuchan y se someten. La clave es su fe genuina en Dios. Si realmente crees en la identidad, el estatus y la esencia de Dios, independientemente de lo que Dios haga o cómo lo haga, aunque haga daño, no lo condenarás. Solo aquellos que de verdad creen en Dios, aquellos cuya fe en Él es genuina, ocupan el lugar de un ser creado y tratan a Dios constantemente como Dios. Es un hecho.

Ya hemos hablado sobre los anticristos que maldicen, se oponen y claman contra Dios. Algunos se oponen abiertamente, crean facciones, forman alianzas y fundan reinos independientes. Otros en secreto maldicen a Dios a puertas cerradas, algunos lo maldicen, se oponen y claman contra Él en sus corazones. Ya lo maldigan públicamente o para sus adentros, todos son anticristos; no son ovejas de Dios. Pertenecen a la calaña de Satanás y, sin lugar a duda, no son personas normales ni seres creados aptos. Cuando la mayoría de las personas se enfrentan a situaciones que no se ajustan a sus propias nociones o se topan con el juicio y castigo de Dios, solo se sienten molestas, confundidas e incapaces de aceptarlo. Expresan sus quejas o muestran intransigencia; incluso puede que se vuelvan negativas o haraganas, pero no llegan al punto de oponerse a Dios y clamar contra Él. Con el tiempo, a través de la oración, la lectura de las palabras de Dios, la ayuda de los hermanos y hermanas y la iluminación, la guía y la disciplina del Espíritu Santo, es posible que poco a poco cambien. Así responden los humanos corruptos corrientes cuando les suceden cosas. Los anticristos, por otro lado, carecen de estas manifestaciones positivas y no cambian su rumbo. Si una situación no es conforme a sus deseos, maldicen. Si la siguiente situación tampoco, también maldicen. Maldecir va de la mano con oponerse y clamar. Algunos anticristos incluso dicen: “Si no es posible que las personas como yo se salven, ¿quién puede?”. ¿No es esto clamar? ¿No es oponerse? (Sí, lo es). Es oponerse. No muestran ni una pizca de sumisión, y se atreven a clamar y a oponerse a Dios; son satanases. Terminemos aquí nuestra charla sobre las diversas manifestaciones de un carácter perverso.

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