Las responsabilidades de los líderes y obreros (18) Parte 2
C. Cómo tratar los rumores infundados del gobierno del PCCh y del mundo religioso que calumnian y atacan a Dios
El gobierno comunista chino y la comunidad religiosa han inventado un gran número de rumores infundados sobre la casa de Dios, y afirman falsamente que los hermanos y hermanas obligan a las personas a aceptar el evangelio, y demás. ¿Cómo os sentís después de escuchar estos rumores? (Enfadados, indignados). Son rumores acerca de vosotros, y os sentís indignados. ¿Hasta qué punto estáis indignados? ¿Deseáis encontrar a las personas que inventan los rumores y discutir con ellas, e incluso darles una lección? (Sí). Estos rumores aparentemente apuntan a la iglesia, pero de hecho, involucran a todos los miembros de la iglesia y la reputación e integridad de cada uno de ellos. Después de escucharlos, sentís indignación, decís: “¡Nosotros no hicimos eso! Predicamos el evangelio según los principios-verdad. A los que no quieren creer en Dios, nunca los forzamos. Creer es voluntario. Nunca presionamos a nadie y mucho menos dañamos a las personas o tomamos represalias contra ellas. Por el contrario, a los que predicamos el evangelio, las personas religiosas nos han golpeado salvajemente, nos han denunciado a la policía y nos han entregado al gran dragón rojo para ser torturados; a muchos de nosotros nos han encarcelado, y a muchos incluso los han detenido en cárceles privadas que las personas religiosas han montado. ¡Somos nosotros a quienes están agraviando!”. Después de escuchar estos rumores, os sentís indignados y queréis discutir con ellos constantemente. Reaccionáis de esa manera porque tales rumores atacan y denigran a la iglesia y al pueblo escogido de Dios de forma directa. ¿Cómo os sentís cuando escucháis rumores que denigran y juzgan a Dios? Esos rumores no comprometen vuestros intereses personales ni vuestra integridad y dignidad; son rumores que afectan a Dios. Por ejemplo, cuando antes creías en Jesús, algunas personas decían que Jesús nació de una virgen y que no tenía padre. ¿Cómo te sentiste cuando lo escuchaste? ¿Deseaste discutir con ellos? “¡Es en Dios en quien creemos!”. Luego pensaste en ello: “Que María era virgen, y Jesús nació de una virgen y fue concebido por el Espíritu Santo es un hecho, pero los no creyentes hablan de ello de manera grosera, ¡y no me gusta escucharlo!”. A lo sumo, es posible que hayas albergado tales sentimientos, pero en tu corazón, aún sentías que la concepción por el Espíritu Santo contradecía profundamente las nociones humanas. No podías creer en este asunto porque crees en la ciencia; no crees en la omnipotencia de Dios de corazón ni que todo lo que Dios dice y hace es la verdad, por lo tanto, no irás a refutar las palabras endiabladas de los incrédulos. Como no posees la verdad y tampoco la entiendes, como máximo, te resulta desagradable escuchar los rumores de los que habla la gente, y piensas que no deberían hablar de esa manera porque esos rumores afectan tu reputación. Piensas: “¡Los no creyentes son tan repugnantes y viles! Tienen el descaro de usar todo tipo de palabras inmundas; ¡en verdad son incrédulos! ¡No hay duda de que son diablos!”. Eso es todo, y es lo máximo que puedes lograr. ¿Por qué, después de escuchar a los no creyentes decir tales rumores, sientes que te provocan y los consideras viles y repugnantes? Porque comprometen tu reputación; esos rumores provocan a tu corazón y te hacen sentir deshonrado, así que encienden tu ira y te alzas para decir algunas palabras positivas con el fin de refutarlos. ¿Es tal refutación completamente en defensa de Dios? ¿Tiene como fin defender Su testimonio? No, su único objetivo es defender tu propio rostro y tu dignidad. ¿Por qué lo digo? Porque no has desentrañado la esencia del problema; incluso más, no entiendes las intenciones de Dios ni lo que Dios exige de ti. Lo que entiendes y sientes no se ajusta a las intenciones de Dios; no es más que impetuosidad y buen comportamiento humanos. El buen comportamiento humano no representa tu testimonio de Dios. No te has mantenido firme en tu testimonio; solo defiendes tu rostro y tu dignidad, refutas los rumores para aliviar un poco tu conciencia; no estás del lado de Dios para defenderlo, ni usas la verdad ni los hechos para refutar los rumores y dar testimonio de Dios. No hablas en Su defensa y, desde luego, lo que dices no está alineado con la verdad, sino solo con tus intereses carnales; es únicamente para que tu corazón se sienta menos molesto y no te avergüence creer en el Señor Jesús. Eso es todo. Por lo tanto, cuando escucháis que alguien ataca y condena a Dios, vilipendia y juzga Su iglesia, o que incluso os condena a vosotros, os sentís particularmente indignados y deseáis pelear y discutir con ellos, para reparar vuestra reputación y aclarar tales asuntos. No obstante, ¿significa eso que te has mantenido firme en tu testimonio? Con eso no alcanza; si no entiendes la verdad, ¡no hay testimonio!
Cuando escucháis los rumores que se propagan en el mundo exterior que calumnian y atacan a Dios, ya sea que ataquen al Dios en el cielo o al Dios encarnado en la tierra, ¿cómo os sentís? ¿Os da lo mismo o sentís algo de dolor? ¿No podéis soportarlo ni aceptarlo, u os sentís impotentes? Después de escuchar los rumores, algunas personas piensan: “Dios es inocente; Él no hizo tales cosas. ¿Por qué el mundo y la comunidad religiosa lo atacan y lo calumnian de esta manera? Debemos esforzarnos con esmero, y cumplir con nuestros deberes y defender el nombre de Dios. Cuando Su gran obra se lleve a cabo, la verdad de todo saldrá a la luz, y todos los pueblos del mundo verán que el Dios encarnado en el que creemos es el único Dios verdadero, el Dios en el cielo, ¡y que esto no es incorrecto en absoluto!”. Otros piensan: “Dios ha expresado tantas verdades, y estas personas malvadas no creyentes y diablos saben perfectamente bien que las palabras de Dios son la verdad, pero aun así lo calumnian y lo atacan. ¿Hasta cuándo debe soportar Dios este sufrimiento?”. Algunos más dicen: “Las personas pueden decir lo que quieran; no les hacemos caso. Dios nunca ha refutado los rumores que calumnian contra Él; no reacciona ante ellos. Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros que somos seres humanos tan diminutos? ¿Acaso la raza humana no lo ha malinterpretado, atacado, blasfemado y rechazado siempre de esta manera? Dios no se queja en absoluto, y aun así continúa salvando a la gente. Dejemos que el tiempo revele todo; ¡Dios dará testimonio de Sí Mismo!”. ¿Cuál es vuestro punto de vista? Acabo de mencionar la tenacidad, la indignación, la no aceptación y la impotencia. ¿Cuál de ellos sentís? ¿Cuál de estos sentimientos es el más adecuado? ¿Cómo deben tratarse estos asuntos conforme a los principios-verdad? ¿Cómo os sentís cuando escucháis esos rumores? (Indignados). Indignados, y entonces deseáis escribir una condena para arremeter contra los que crean tales rumores, estos impostores religiosos y personas malvadas de la religión. ¿Tenéis estos pensamientos? No sentiréis que basta con apretar los puños con ira, ¿verdad? ¿Sentís el impulso de hacer algo al respecto? ¿O es solo una indignación vacía? (También hay odio y rechazo). Indignación, odio, rechazo: estas son emociones que surgen de actividades mentales, sin palabras específicas, comportamientos ni acciones; son solo emociones y, por supuesto, también representan ciertas actitudes. (Además de sentir indignación, a veces escribimos artículos o creamos programas para aclarar los hechos y exponer que la esencia de sus acciones es de odio hacia la verdad y hacia Dios, para que la gente pueda ver los hechos verdaderos). Después de que estas personas vean los verdaderos hechos, ¿los aceptarán? Incluso si aceptan que lo que decís es correcto, y luego hacen un comentario justo y dicen: “Lo que creéis es correcto; seguid creyendo, ¡os apoyamos!”, y los impostores religiosos se sienten avergonzados y dicen: “Perdón, estábamos equivocados, lo que dijimos no se correspondía con los hechos; a partir de ahora, vosotros creed a vuestra manera, y nosotros creeremos a la nuestra”, ¿os haría sentir tranquilos? ¿Es este el único objetivo al que aspiráis? (También queremos dar testimonio de Dios para que aquellos que están investigando el camino verdadero y que tienen sed de la verdad puedan discernir con claridad el bien del mal y aceptar el camino verdadero). Esa es una senda; es una forma de práctica positiva. ¿Acaso sirve de algo limitarse a enfadarse y a odiar? ¿Cuál es la causa de vuestra ira y vuestro odio? ¿Qué razón hay en estar enfadados y llenos de odio? (Dios se ha hecho carne para salvar a las personas, lo cual es lo más recto, pero ellos propagan rumores para juzgar y denigrar a Dios. Sentimos mucha indignación, y pensamos que de verdad están invirtiendo el bien y el mal y diciendo tonterías). ¿Pensáis que el rechazo de la raza humana y del mundo hacia Dios y su actitud hacia Él solo se manifiestan de esta manera durante el período de esta encarnación de Dios? La actitud de la raza humana y del mundo hacia Dios siempre ha sido la misma de principio a fin, en todo momento ha condenado, calumniado, atacado y blasfemado. Desde que Dios comenzó Su obra hasta ahora, la actitud de los seres humanos hacia todo lo que Dios ha hecho y hacia el Dios encarnado no ha cambiado. La raza humana no comenzó a atacar y a blasfemar contra Dios, ni a inventar diversos rumores sobre Dios encarnado solo después de la primera encarnación de Dios; todo eso ha estado sucediendo desde que Dios comenzó Su obra y desde que la raza humana tuvo su primer contacto con Dios y Su obra, y ha continuado hasta ahora. Y aquellos que siguen a Dios siempre han tenido que soportar la denigración, los ataques, los juicios, las blasfemias, los rumores diversos y más, provenientes de los regímenes de Satanás y de las fuerzas religiosas de los anticristos contra Dios y la iglesia. ¿Es posible que aquellos que siguen a Dios deban soportar estas cosas? Algunos dicen: “Estos rumores nos repugnan tanto porque tergiversan completamente los hechos e invierten el bien y el mal. Nos sentimos furiosos tan pronto como los escuchamos, y en lo profundo de nuestros corazones odiamos a aquellos que los fabrican y los propagan. Independientemente de que esos rumores provengan de la comunidad religiosa o del gobierno diabólico del PCCh, solo tenemos una sola actitud, y es de odio e ira, y entonces queremos refutarlos y aclarar todo”. Algunos incluso dicen: “¡Queremos mantener un debate con estos diablos y anticristos para poder avergonzar a Satanás y humillarlo!”. ¿Es esa la opinión de la mayoría de la gente? ¿Es tal opinión correcta? Si se la observa desde la óptica de la humanidad normal, es razonable. Las personas deberían tener cierta honradez y una gama normal de emociones; deben amar y odiar con claridad, amar aquello que debe ser amado y odiar lo que debe ser odiado. Las personas que poseen una humanidad normal deben tener estas cualidades. Sin embargo, ¿basta con adoptar la óptica de la humanidad normal para estar en línea con los principios-verdad? Para ser más precisos, ¿se corresponde este enfoque con las intenciones de Dios? O más bien, ¿le agradan a Dios esta actitud y este enfoque? Al decir esto, posiblemente la mayoría de las personas capte algo y piense: “Dijiste que eso es limitarse a ver las cosas desde la óptica de la humanidad normal. A juzgar por las implicaciones de lo que dijiste, es evidente que este enfoque es impulsivo, no se ajusta ni a los principios-verdad ni a las intenciones de Dios”. ¿Qué significa no ajustarse a las intenciones de Dios? Que Dios no desea que las personas actúen de esa manera; los deseos de Dios y los estándares que les exige a las personas no son así. Si actúas de esta manera, aunque Dios no lo condene, desde Su óptica, no significa que estés siguiendo Su voluntad, y Él no lo aprueba. En apariencia, parece que al hacer tales cosas actúas con razón, sientes tanto odio como amor, quieres aclarar estos hechos para Dios, para que todo el mundo sepa que Dios es Dios, que Dios es el Dios de toda la raza humana, y que todos deben adorar a Dios y aceptar Su salvación. A simple vista, parece que lo que haces es impecable, razonable, se ajusta a la ley, a la humanidad, a la moralidad, y aún más, a las preferencias de todas las personas. Sin embargo, ¿le has preguntado a Dios sobre eso? ¿Has buscado a Dios? ¿Has encontrado los principios de acción que Dios les exige a las personas a partir de Sus palabras? ¿Cuáles son exactamente las intenciones de Dios? Algunas personas dicen: “Hay tantas palabras de Dios; no es fácil encontrar las exigencias específicas de Dios hacia las personas en cada asunto”. Dado que no has encontrado las palabras explícitas de Dios, puedes buscar pistas en Su actitud hacia esos tipos de rumores. Entonces, ¿no puedes determinar cuál debería ser la actitud de las personas hacia este asunto y cuáles son los principios que estas deberían practicar de acuerdo con la actitud de Dios hacia dicho asunto? (Sí). Entonces, veamos cuál es exactamente la actitud de Dios hacia este asunto.
Desde el comienzo del encuentro de la humanidad con la obra de Dios, las personas se han quejado de Dios y se han sentido insatisfechas con respecto a Él, e incluso han pronunciado en secreto muchas palabras repugnantes para expresar su sospecha, duda y rechazo, entre otras, hacia Dios. También existen diversos rumores que provienen del partido gobernante y de la comunidad religiosa, que no se corresponden en absoluto con los hechos ni se ajustan a la verdad. ¿Qué significan esas palabras para Dios? Ya sean sospechas, malentendidos o quejas, están llenas de ataques, calumnias y blasfemias contra Él, y no reflejan ni un ápice de un corazón temeroso de Dios; así ha sido desde el principio. Siempre hay algunos en la iglesia que no aman la verdad. Son los incrédulos, que dudan de las palabras de Dios y de la verdad y exhiben tal actitud hacia Él. Sucede incluso más en el caso de esos no creyentes y partidos gobernantes ateos, los humanos sienten aversión por la verdad, su actitud hacia Dios no necesita explicación; atacan y juzgan sin escrúpulos y dicen lo que les viene en gana. En particular, los fariseos de la comunidad religiosa aprovechan incluso en mayor medida la oportunidad para juzgar y condenar de forma desenfrenada. Todos esos comentarios no son positivos y, desde luego, no son objetivos ni precisos. Entonces, ¿cuál es la esencia de tales comentarios? Para Dios, esas palabras no son solo enunciados u opiniones, sino más bien denigración, ataques, calumnias y blasfemias contra Él. ¿Por qué digo “para Dios”? Porque Dios mide todo eso con la mayor precisión, solo podemos añadir un prefijo. A lo largo de la historia, esa ha sido la actitud de la raza humana hacia Dios; las personas han expresado demasiadas palabras que atacan e insultan a Dios, y ninguna de ellas ha sido bienintencionada. Incluso hoy, vuestros oídos oyen y vuestros ojos ven lo mismo. Desde el principio, la actitud de la totalidad de la raza humana hacia Dios no ha cambiado. ¿Cómo aborda Dios estos asuntos? ¿Está Él en condiciones y tiene la capacidad para convocar a un congreso religioso global para defenderse, aclarar los hechos reales de Su obra y justificarse ante la raza humana? ¿Lo ha hecho? No, Dios permanece en silencio, no aclara toda la situación, ni se defiende ni se justifica nunca. Sin embargo, para aquellos que lo atacan de manera particularmente vil, Él ha dictado cierto castigo y permitió que les sobrevengan algunos hechos. En cuanto a los ataques, calumnias y blasfemias del público, ¿cuál es la actitud de Dios? ¿De qué manera lo maneja? Lo ignora; hace lo que haga falta, de la manera en la que debe hacerse, elige a quien debe elegir, guía a quien debe guiar. Todo el mundo está ordenado en las manos de Dios; Él nunca ha alterado ni cambiado Sus planes debido a los ataques, calumnias o blasfemias de los humanos. Cuando las fuerzas malignas de Satanás reprimen y arrestan al pueblo escogido de Dios, sin importar cuán delirantes sean, Él nunca cambia Sus planes ni Su parecer. Sus pensamientos e ideas permanecen completamente inmutables; simplemente continúa, como siempre, llevando a cabo la obra que pretende hacer, gestionando a Su raza humana. Para Dios, esos ataques, calumnias y blasfemias nunca han representado un obstáculo; hace caso omiso de ellos. ¿Por qué Dios no se justifica ni se defiende? Para Él, estas cosas son completamente normales. La humanidad es la humanidad, y Satanás es Satanás. Es muy normal que los humanos, que no entienden la verdad ni los hechos reales, hagan tales cosas. ¿Afecta esto los pasos de la obra de Dios? No, Dios posee un gran poder; tiene soberanía sobre todo. En el marco de Sus palabras y Sus pensamientos, y bajo Su soberanía, todo funciona de forma metódica; no importa lo que la raza humana diga o haga, no puede afectar la obra de Dios de ninguna manera; esto es lo que un Dios con esencia divina es capaz de hacer. Dios actúa cuando llega el momento, cumple Sus planes sin la menor discrepancia, y nadie puede cambiarlo. Los comentarios del hombre y cualquiera de sus ataques o calumnias contra Dios, ya sean intentos deliberados de obstruir y destruir la obra de Dios o perturbaciones y disrupciones involuntarias que afecten Su obra, nunca han logrado sus objetivos. ¿Por qué? Esta es la autoridad de Dios; esto confirma que Su autoridad es única, y que ninguna fuerza puede reemplazarla ni superarla. Es un hecho. Dios posee esa autoridad y ese poder, posee Su verdadera identidad, y ninguna fuerza puede cambiar nada. Así que, ¿por qué debería Dios preocuparse por los ataques y las calumnias menores de las personas? Para Él, no importa cuántas personalidades importantes ni cuán grande sea un poder dentro de la raza humana que trate de obstaculizar, calumniar, atacar o blasfemarlo, no pueden perturbar la obra de Dios en lo más mínimo. Más bien, estas acciones solo sirven para resaltar Su carácter justo y Su omnipotencia. Las perturbaciones ocasionadas por las fuerzas malignas de Satanás no son más que un episodio menor en el transcurso de la historia humana. Lo que puede tener soberanía sobre toda la humanidad, influir en ella y transformarla es la obra de Dios, Su plan, Su gran poder y Su autoridad. Es un hecho. En cambio, ¿necesita Dios preocuparse por la denigración, los ataques, las calumnias y las blasfemias de la gente contra Él? No. Porque Dios tiene autoridad, para Dios, Su enunciado: “Lo que digo, lo digo en serio, y lo que digo se cumplirá y lo que llevo a cabo durará por siempre”, siempre se vuelve realidad; se está volviendo realidad y se realiza cada día. Esta es la autoridad de Dios. Algunas personas preguntan: “¿Refleja esto la confianza de Dios? ¿Es Su fe?”. ¡Estás equivocado! Los humanos tienen confianza, los humanos necesitan fe, pero Dios no. ¿Por qué? Porque Dios tiene autoridad y poder y, sin importar la manera en que la humanidad lo calumnie o lo condene, ni la forma en que las fuerzas hostiles de Satanás perturben y saboteen todo, nada cambiará. Por lo tanto, Dios no necesita descartar a las fuerzas hostiles presentes en la humanidad corrupta que lo atacan, lo calumnian y lo blasfeman antes de llevar a cabo Su obra. ¿Bajo qué circunstancias obra Dios? ¿En qué contextos logra la victoria? ¿En qué circunstancias logra completar Su obra? En medio de la cacofonía de los ataques, las calumnias y las blasfemias de toda la humanidad y de las fuerzas hostiles en su conjunto; es en tal entorno y contexto que Él logra Su obra. ¿No es esto una demostración del gran poder de Dios? ¿No es esta Su autoridad? (Lo es). ¿Quién puede negar este hecho? ¿Te atreves a no reconocer que este es el hecho?
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