Las responsabilidades de los líderes y obreros (7) Parte 3

B. Los puntos de vista y actitudes correctos que uno debería poseer cuando se enfrenta a las dificultades

Lo que necesito explicaros aquí no va solo dirigido a los líderes y obreros, sino también a todos los presentes; es un principio de la mayor importancia. Da igual el lugar donde llevéis a cabo la obra de la iglesia, hagáis vuestros deberes o prediquéis el evangelio, siempre habrá aguas turbulentas. Incluso la propia obra de Dios está llena de dificultades, ¿habéis reparado todos en este hecho? Aunque puede que no conozcáis ni entendáis claramente los detalles, sois todos conscientes de las circunstancias generales. Difundir el trabajo evangélico de Dios no va viento en popa, y todos deberíais estar preparados mentalmente y reconocerlo. Este hecho constatado queda aquí expuesto, por tanto, ¿qué actitud deberíamos adoptar hacia estos asuntos para ser más correctos, más razonables y más precisos? ¿Es correcto ser tímido y temeroso por dentro? (No). Ya que ser tímido y temeroso no es lo correcto, entonces, ¿es adecuado tener la actitud y el punto de vista de que no teméis ni al cielo ni a la tierra, sois enemigos de todo el mundo, os resistís a él hasta el final y vais contracorriente? (No). ¿Es esta la racionalidad de la humanidad normal o se trata de impetuosidad? Estos puntos de vista incorrectos son todos un reflejo de la impetuosidad, no auténtica fe. ¿Qué clase de puntos de vista y actitudes son correctos entonces? Permitidme enumeraros unos cuantos. Este es el primer punto de vista que la gente debería tener: ya sea en el extranjero o en China, esforzarse por Dios con todo el corazón y hacer su deber es la causa más recta entre toda la especie humana desde tiempos pretéritos hasta el presente. Nuestro desempeño del deber es abierto y trasparente, no es secreto, porque lo que estamos haciendo ahora es la causa más recta entre la especie humana. ¿A qué se refiere esto de “recta”? Se refiere a la verdad, a la voluntad de Dios, a los arreglos y las comisiones del Creador; supera por completo la moralidad, la ética y las leyes humanas y es una causa que se lleva a cabo bajo el liderazgo y el cuidado del Creador. ¿No es este el punto de vista más correcto? Para empezar, este punto de vista es un hecho que existe realmente; por otro lado, es además el reconocimiento del deber más correcto que uno puede hacer. Este es el segundo punto de vista que la gente debería tener: Dios es soberano sobre todas las cosas y todos los acontecimientos. Todo, incluidos los regentes del mundo y cualquier poder, religión, organización y etnia en este, lo gobierna y lo controla la mano de Dios; nadie controla su propio porvenir. No somos una excepción; nuestro porvenir lo gobierna y controla la mano de Dios, y nadie puede cambiar el rumbo de dónde vamos o dónde nos quedamos, ni tampoco nuestro futuro y destino. Tal como dice la Biblia: “El corazón del rey está en las manos de Jehová como los ríos de agua: Él lo dirige a donde sea que Él quiera” (Proverbios 21:1).* ¡Con más razón en el caso de nuestro porvenir de humanos insignificantes! El gobierno y el sistema del que gobierna el país en el que residimos, además del entorno de vida de este país, ya sean amenazadores, hostiles o amigables hacia nosotros; todo esto está bajo la soberanía de Dios y no tenemos nada de lo que preocuparnos ni nada ha de inquietarnos. Este es el punto de vista y el conocimiento que la gente debería tener, además de la verdad que deberían poseer y entender. Y este es el tercer punto de vista, que además es, por supuesto, el más importante: da igual donde vivamos, en qué país, y sean cuales sean nuestras capacidades o nuestro calibre, solo somos una parte de la masa de seres creados insignificantes. La única responsabilidad y el deber que deberíamos cumplir es someternos a la soberanía, los arreglos y las instrumentaciones del Creador; no hay nada más, es así de simple. Aunque ahora nos encontremos en un país y un entorno libres, si Dios levanta un día una fuerza hostil para perseguirnos y hacernos daño, no deberíamos tener quejas de ninguna clase. ¿Por qué no deberíamos tener quejas? Porque llevamos mucho tiempo preparados; nuestra obligación, responsabilidad y deber es someternos a todo lo que hace Dios, a todo lo que instrumenta. ¿Es esta sumisión la verdad? ¿Es la actitud que las personas deberían tener? (Sí). Si un día toda la humanidad y el entorno al completo se vuelven contra nosotros y nos enfrentamos a la muerte, ¿deberíamos quejarnos? (No). Algunos dicen: “¿Es que Dios no nos guio al extranjero para que no tuviéramos que sufrir más la cruel persecución de Satanás? ¿No fue para que pudiéramos desempeñar nuestros deberes libremente y respiráramos aires de libertad? Entonces, ¿por qué Dios sigue pretendiendo que afrontemos la muerte?”. Estas palabras no son correctas. Someterse a las instrumentaciones y arreglos de Dios es una actitud, la actitud que la gente debería tener hacia Él, hacia Su soberanía. Es la actitud que debería poseer un ser creado.

Hay otro punto de lo más crucial del que la gente debería darse cuenta; aunque hay relativa estabilidad y libertad en el extranjero, todavía resulta difícil evitar el acoso frecuente del gran dragón rojo. Al enfrentarse a este, algunas personas se preocupan: “El poder del gran dragón rojo es demasiado grande. Puede sobornar a personalidades de todo el mundo para que le rindan servicio, para que trabajen en su nombre. Así, aunque huyamos al extranjero, seguimos en riesgo, ¡estamos en peligro inminente! ¿Qué podemos hacer?”. Cada vez que se oyen noticias, algunas personas se preocupan y se asustan, quieren comprometerse, quieren huir, no saben dónde deberían ocultarse. Cada vez que esto ocurre, algunos piensan: “El mundo es enorme, sin embargo, ¡no hay lugar para mí! Bajo el poder del gran dragón rojo, sufro su persecución, ¿y por qué me sigue perturbando incluso lejos del alcance de su autoridad? El poder del gran dragón rojo es demasiado grande, ¿cómo es que es capaz de encontrarme aunque huya a los confines de la tierra?”. La gente no puede evitar sentirse aterrada e insegura sobre qué hacer. ¿Es esta una manifestación de tener fe? ¿Qué problema hay aquí? (La falta de fe en Dios). ¿Es solo una falta de fe en Dios? ¿Sentís en el fondo que sois menos que los demás? ¿Os sentís un poco clandestinos, como un ladrón, al creer en Dios Todopoderoso y hacer vuestro deber en la iglesia? ¿Os sentís en cierto modo inferiores a los individuos del mundo religioso? “Fijaos en su poder; tienen pastores oficiales y catedrales reconocidas por el estado, ¡es un lujo! Tienen coros y empresas en varios países. Sin embargo, míranos a nosotros, siempre intimidados, condenados al ostracismo allá donde vayamos; ¿por qué somos diferentes a ellos? ¿Por qué no podemos ser abiertos al respecto dondequiera que vayamos? ¿Por qué tenemos que vivir de manera tan miserable? En concreto, está toda esa cantidad de propaganda negativa en internet. ¿Por qué no soportan esto otras iglesias? ¿Por qué tenemos que sufrir siempre estas cosas? Otros creyentes en Dios proclaman abiertamente su fe en el cristianismo allá donde van, pero nosotros los creyentes en Dios Todopoderoso no nos atrevemos a hablar abiertamente, por temor a que nos denuncien las malas personas y luego acabemos arrestados”. No hace mucho, oí que alguien que aseguraba ser funcionario del gobierno les hizo a algunos hermanos y hermanas unas cuantas preguntas. Al ver que un funcionario los estaba interrogando, les entró miedo y revelaron todo lo que sabían, respondieron a todo lo que les preguntaron. ¿Qué problema había en que actuaran así? Crees en Dios; ¿por qué deberías temer a los funcionarios? Si no has hecho nada ilegal, no tienes por qué tener miedo. Si posees la verdad, ¿por qué temer a los diablos y a Satanás? ¿Te parece que creer en Dios no es el camino correcto? ¿Sientes que has hecho algo ilegal? Entonces, ¿por qué te asusta un funcionario? ¿Acaso no son tales personas necias e ignorantes? Algunas fueron tremendamente perseguidas y hostigadas en el continente; después de irse al extranjero, ¿sienten culpabilidad por creer en Dios? ¿Sienten que la persecución del gran dragón rojo es un deshonor? ¿Se sienten avergonzadas de enfrentarse a sus ancestros y deshonradas porque se han visto forzadas a huir al extranjero para creer en Dios y hacer su deber? ¿Ven la manera antagónica con la que tratan a Dios el régimen satánico y la comunidad religiosa y se sienten inferiores, tal vez incluso más indignos que tras haber cometido un crimen? ¿Tenéis estos sentimientos? (No). Puede que de puertas para fuera sacudáis la cabeza, sin querer albergar estos pensamientos y sentimientos, pero al encarar situaciones reales, la mentalidad de una persona, sus comportamientos y las acciones inconscientes que emprende dejan en evidencia de manera inevitable los aspectos más profundos y ocultos de su corazón. ¿Qué sucede aquí? Si no tienes estas cosas, ¿a qué se debe tu miedo? ¿Teme a la policía alguien que no ha infringido la ley? ¿Teme al juez? No. Solo aquellos que han infringido la ley temen a la policía, y solo los chinos, que se han acostumbrado a la opresión de la policía, la temen sobre todas las cosas porque la policía del PCCh no respeta la ley y hace lo que quiere. Por tanto, cuando los chinos llegan al extranjero, se asustan solo con ver a la policía. Este es el resultado de tenerle miedo al gobierno del gran dragón rojo, es algo que se revela en su subconsciente. En los países occidentales, tu estatus es legal, tienes derecho de residencia, no has vulnerado ninguna ley ni has atacado al gobierno, y no has cometido ningún crimen. No importa cuánta controversia pueda causar tu fe en la comunidad religiosa, hay un hecho que sigue siendo cierto: tu fe está protegida por la ley, es legal y libre, y es tu legítimo derecho humano. No has vulnerado ninguna ley, así que si alguien asegura ser agente de policía y te pregunta: “¿Crees en Dios Todopoderoso? ¡Muéstrame tu identificación! ¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes? ¿Cuántos años hace que eres creyente? ¿Dónde vives? ¡Dime tu dirección!”, ¿cómo responderías? A la primera pregunta, “¿Crees en Dios Todopoderoso?”, ¿cómo responderías? (Sí). ¿Por qué diríais que “sí”? ¿Se basa esto en los hechos? ¿O es que es tu responsabilidad como ciudadano que debas decir “sí” cuando te preguntan? ¿O acaso te ha dado instrucciones Dios de que digas “sí”? ¿En qué os basáis? Respecto a la segunda petición: “¡Muéstrame tu identificación!”, ¿se la enseñaríais? (No). Y la tercera pregunta: “¿Dónde vives? Escribe tu dirección”. ¿Se la escribirías? (No). La cuarta pregunta: “¿Cuántos años hace que crees en Dios? ¿Quién te introdujo en la fe? ¿Por qué crees? ¿Cuántos años llevas fuera?”. ¿Responderías a esto? (No). La quinta pregunta: “¿Qué deber estás haciendo aquí? ¿Quién es tu líder?”. ¿Responderías a eso? (No). ¿Por qué no? (No estoy obligada a contárselo). Ahora volvamos a su primera pregunta, si se te preguntara si crees en Dios Todopoderoso, todos seríais unánimes y diríais que “sí”. ¿Es correcto responder de esta manera? (No). ¿Por qué es incorrecto? (Porque la fe es una libertad personal. La policía no tiene autoridad para interferir. Así pues, tengo derecho a no decírselo). ¿Por qué no se lo dirías? (Porque he de aclarar primero por qué me están interrogando, en calidad de qué lo hacen y si el interrogatorio es legal o no. Si su propósito e identidad no están claros, no estoy obligada a responder a sus preguntas). Esta afirmación es correcta. Al principio, todos habéis afirmado que responderíais que “sí”, pero a medida que continué preguntando, empezasteis a sentir que algo iba mal, que vuestra respuesta era incorrecta. ¿Habéis identificado cuál era el problema? En este asunto, este es el entendimiento que deberíais tener: no hemos vulnerado ninguna ley por creer en Dios, no somos delincuentes, tenemos nuestros derechos humanos y nuestra libertad. No nos puede interrogar cualquiera ni preguntar a voluntad. No es que, si alguien nos hace preguntas, debamos responder con la verdad; no estamos obligados a hacerlo. ¿Son correctas estas palabras? (Sí). Es ilegal que cualquiera, sea quien sea, nos interrogue con arbitrariedad, hemos de entender la ley y aprender a usarla para protegernos. Esta es la sabiduría que debería poseer el pueblo escogido de Dios. Por tanto, ¿qué deberías hacer si te encuentras en una situación así en el futuro? Si alguien te pregunta si crees en Dios Todopoderoso, ¿cómo responderías? ¿Cómo manejarías esta situación? Lo primero que deberías decir es: “¿Quién eres? ¿Con qué derecho me preguntas esto? ¿Te conozco?”. Si dice que es un empleado de alguna agencia gubernamental, deberías pedirle que mostrara su acreditación. Si no la enseña, dile: “No estás cualificado para hablarme ni tengo obligación alguna de contestarte. Hay muchos trabajadores del gobierno, ¿se supone que he de responderles a todos? El gobierno ha designado a gente para que se ocupe de ciertas tareas; ¿de verdad estás tú a cargo de este asunto? Aunque lo estés, no he vulnerado la ley, así que ¿por qué debería responderte? ¿Por qué debería contártelo todo? Si piensas que he hecho algo malo y he vulnerado la ley, puedes presentar pruebas. Sin embargo, si quieres que responda a alguna de tus preguntas, habla con mi abogado. ¡No estoy obligado a responderte y no tienes derecho a preguntarme nada!”. ¿Qué te parece esta manera de responder? ¿Transmite dignidad? (Sí). Así pues, ¿qué mostró vuestra respuesta? ¿Comunicó dignidad? (No). Responder a vuestro modo muestra desconocimiento de la ley. Solo respondes a lo que otros te preguntan, ¿y al final qué sucede? Te conviertes en un judas. Podéis responder con imprudencia y he aquí una razón para ello: a la gente del país del gran dragón rojo la han adoctrinado y les han lavado el cerebro para que piensen que los creyentes en Dios son ignorantes, de clase baja y que el estado los persigue, que en este país deberían vivir sin derechos humanos ni dignidad. De este modo, los creyentes se relegan a sí mismos a un estatus inferior. Después de llegar a los países occidentales, no entienden cosas como los derechos humanos, qué es la dignidad o cuáles son las obligaciones de un ciudadano. Por tanto, cuando alguien pregunta si crees en Dios, lo admites a toda prisa, por miedo, y le dices todo lo que sabes y no muestras ninguna estatura. ¿Quién causó todo esto? El adoctrinamiento y el gobierno del gran dragón rojo. En lo profundo del subconsciente de todo el mundo en el continente, existe la idea de que, una vez que crees en Dios, ocupas el estatus más bajo en la sociedad, entre la especie humana; te desconectas de ambas. Así pues, estas personas carecen de dignidad, de derechos humanos y de la conciencia de protegerse a sí mismas; son necias, ignorantes y carecen de perspectiva, permiten que otros las intimiden y manipulen a voluntad. Esta es vuestra mentalidad. Lejos de mantenerte firme en tu testimonio para Dios, lo vendes en cualquier momento, te conviertes en un judas a la menor oportunidad. Entonces, ¿cómo puedes actuar con dignidad? ¿Cómo deberías enfrentarte a un extraño que te hace preguntas? Primero, pregúntale quién es, luego pídele su acreditación. Este es el procedimiento legal adecuado. En los países occidentales, la policía o cualquier otro trabajador gubernamental, al interactuar con el público en calidad de representante del gobierno, siempre presentan primero su acreditación. Después de verificar su identidad a partir de esta, decides cómo responder a sus preguntas o cómo tratar sus demandas hacia ti. Por supuesto, en este asunto, sin duda dispones de margen para realizar elecciones, tienes autonomía absoluta, no eres una marioneta. Aunque seas chino y miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso, eres además un miembro legal y reconocido del país en el que resides. No olvides que tienes autonomía, no eres un esclavo ni un prisionero de ningún país, eres alguien que disfruta de las leyes, los derechos humanos y los sistemas de este país.

Según el contenido que he compartido, ¿cómo deberíais afrontar los entornos repentinos y los acontecimientos inesperados? Este es el cuarto punto que vamos a compartir: no ser apocado. Algunos preguntan: “¿No ser apocado significa actuar de una manera estúpidamente atrevida?”. No, no ser apocado significa no temer a ningún poder porque no somos criminales, no somos esclavos; somos el digno pueblo escogido de Dios, los dignos seres humanos creados bajo la soberanía del Creador. Al abordar este asunto, ante todo, no seas apocado; asimismo, mantén de manera activa tu deber y el entorno en el que lo haces y, además, enfréntate con una actitud proactiva a diversos entornos y a las afirmaciones, acciones y a otros aspectos de los varios poderes que nos ponen en el punto de mira. Enfrentarse a ellos activamente y no ser apocado; ¿qué te parece esta actitud? (Es buena). Vivir de este modo es digno, como una persona; no es vivir de manera innoble solo para salir adelante. Venimos al extranjero para hacer nuestro deber, no para llenarnos el estómago ni ganarnos la vida a duras penas; no hemos quebrantado ninguna ley, no hemos causado problemas en ningún país y, desde luego, no somos esclavos de ningún país. Llevamos a cabo el deber de los seres creados en la casa de Dios; nos mantenemos a nosotros mismos, no dependemos de nadie; esto es completamente legal.

Cada uno de los cuatro puntos que acabamos de discutir es fundamental. ¿Cuál era el primero? (Ya sea en el extranjero o en China, esforzarse por Dios con todo el corazón y hacer su deber es la causa más recta entre toda la especie humana desde tiempos pretéritos hasta el presente. Nuestro desempeño del deber es abierto y transparente, no es secreto, porque lo que estamos haciendo ahora es la causa más recta entre la especie humana). ¿Y el segundo? (Dios es soberano sobre todas las cosas y todos los acontecimientos. Todo, incluidos los regentes del mundo y cualquier poder en este, lo gobierna y lo controla la mano de Dios; nadie controla su propio porvenir. No somos una excepción; nuestro porvenir lo gobierna y controla la mano de Dios, y nadie puede cambiar el rumbo de dónde vamos o dónde nos quedamos. Cómo sean el gobierno y el sistema del que gobierna el país en el que residimos, así como el entorno de vida de este país, ya sean amenazadores, hostiles o amigables hacia nosotros; todo esto está bajo la soberanía de Dios y no tenemos nada de lo que preocuparnos ni nada ha de inquietarnos). ¿El tercer punto? (Da igual dónde vivamos, y sean cuales sean nuestras capacidades o nuestro calibre, solo somos una parte de la masa de seres creados insignificantes. La única responsabilidad y el deber que deberíamos cumplir bien son los de someternos a la soberanía, los arreglos y las instrumentaciones del Creador. Aunque ahora nos encontremos en un país libre, si Dios levanta un día una fuerza hostil para perseguirnos y hacernos daño, no deberíamos tener quejas de ninguna clase. Esto es porque nuestra obligación, responsabilidad y deber es someternos a todo lo que hace Dios, a todo lo que instrumenta). El cuarto punto es enfrentarse activamente a todas las personas, acontecimientos y cosas externas, sin ser apocados. Estos cuatro puntos son las actitudes y entendimientos que todo el mundo que hace su deber debería tener y son también las verdades que todo el mundo que hace su deber debería entender. Aunque estos cuatro puntos no están muy relacionados con la octava responsabilidad de los líderes y obreros que compartimos hoy, ya que estamos hablando de las dificultades en el trabajo, todavía hemos de tratar estos asuntos; no será en vano.

C. Los principios que los líderes y obreros deberían practicar al enfrentarse a las dificultades

Algunos líderes y obreros afrontan cuestiones bastante difíciles de manejar en los asuntos externos y acaban perdiéndose, incapaces de desentrañar la raíz del problema, sin saber cómo abordarlo. Simplemente lo ignoran, lo que da como resultado que el asunto se retrase. ¿Qué problema hay? Que los falsos líderes no son capaces de hacer trabajo y solo causan retrasos. Los falsos líderes carecen de la razón de una persona normal. Dado que no pueden manejar los problemas, ¿por qué no los denuncian a lo Alto? Si denuncias un problema a lo Alto, podemos afrontarlo juntos y acabará por resolverse. Hay algunas cosas que no podéis desentrañar; os ayudaré a analizarlas. Mientras no vulneremos la ley o las normativas del gobierno, ningún problema es tan grande que sea insuperable. En cuanto a los asuntos relacionados con los principios-verdad, nosotros mismos los resolvemos; para las cuestiones que implican a la ley, podemos buscar consejo legal que sirva de ayuda y solventarlas por medios legales. Sean cuales sean las fuerzas malvadas que perturben y saboteen de manera intencionada la obra de la casa de Dios, recordad algo: mientras no infrinjamos la ley ni las normativas del gobierno, nadie puede hacernos nada. Esto es porque la mayoría de los países extranjeros son democráticos y se rigen por la ley; aunque las fuerzas malvadas actúen en contra de la ley, también temen la exposición y las sanciones legales. Esto es un hecho. Da igual que las oscuras manos del gran dragón rojo perturben y saboteen la obra de la casa de Dios o nos acosen en nuestra vida normal, o sobornen a alguien para que cometa actos malvados; debemos tomar fotos y hacer vídeos auténticos, mantener en serio unos registros precisos, así como anotar con claridad el momento, el lugar y las personas involucradas. Cuando llegue el momento, lo resolveremos por medios legales y no tenemos que tener miedo. A pesar de lo demencial que es la represión del gran dragón rojo, no nos asusta porque Dios nos apoya y algún día enviará desastres para destruirlo, Dios administrará directamente la retribución contra él y nosotros no necesitamos hacer nada. A veces no podéis desentrañar algunos problemas; en ese caso, deberíais informar rápidamente a los superiores y lo Alto os mostrará una senda, minimizando los grandes problemas y resolviendo los pequeños. De hecho, hay muchos problemas que no sabéis cómo analizar ni podéis desentrañar su esencia y pensáis que una situación es significativa y seria, pero después de un análisis de lo Alto, os daréis cuenta de que en realidad no es significativa; no hay nada que temer ni es importante; limitaos a adoptar un enfoque de no intervención y se resolverá por sí misma pasado un tiempo. Las perturbaciones de las fuerzas malvadas no pueden causar una gran conmoción; les asusta mucho la exposición pública, así que no se atreven a sobrepasar los límites. Si un puñado de bufones se atreven a cruzar los límites, podemos resolverlo legalmente, tomar medidas legales. Esto es algo que todos los líderes y obreros deberían ver con claridad. Sea cual sea la situación en la que te encuentres, no debes actuar en absoluto de manera atolondrada o necia. Si no puedes desentrañar una situación ni manejarla, deberías informar de ella de inmediato a los superiores y permitir que lo Alto te aporte consejos y estrategias. El único miedo real es que los falsos líderes no pueden desentrañar los problemas ni manejarlos y, sin embargo, no los denuncian a lo Alto ni les informan sobre ellos. Esperan a que la situación se complique y el trabajo se demore antes de informar a los superiores, con lo que es probable que se pierda la ocasión más propicia para tratar el problema. Es como si alguien que tiene cáncer no se hace un chequeo ni se lo trata a tiempo, solo va al hospital para tratarse la última fase de la enfermedad, pero para entonces ya es demasiado tarde y lo único que puede hacer es esperar la muerte. Así pues, los falsos líderes son los más proclives a demorar los asuntos en su trabajo. Los falsos líderes son deficientes mentales, son bribones, no son responsables ni defienden el trabajo de la casa de Dios. ¿Por qué se dice que los falsos líderes son escoria, heraldos de la fatalidad, idiotas totalmente faltos de razón? Este es el motivo. A cualquier falso líder con un calibre tan escaso que no pueda siquiera encargarse de los asuntos externos se le debería despedir y descartar de inmediato, no volver a usarlo más, con el fin de prevenir un retraso mayor en la obra de la casa de Dios. El trabajo de los falsos líderes es el que más entorpece. Cuando surge un problema, a menudo podría resolverse mediante una oportuna consulta con todo el mundo; lo único preocupante es que el falso líder a cargo sea un deficiente mental incapaz de resolver el problema por sí mismo y, pese a ello, no lo discuta con el grupo de toma de decisiones ni informe a lo Alto y adopte una actitud de negligencia encubriendo y ocultando el problema; esto es lo que más retrasa los asuntos. Si el asunto se demora y las circunstancias cambian, podría perderse la iniciativa en la gestión del problema, lo que llevaría a una situación de pasividad. ¿Qué demuestra esto? Algunas cosas no pueden retrasarse y deben tratarse enseguida, a la primera oportunidad. Sin embargo, los falsos líderes no son conscientes de esto, por lo que los individuos de calibre extremadamente pobre no deberían liderar en absoluto. Los falsos líderes solo saben soltar algunas palabras y doctrinas y no pueden resolver ningún problema real; únicamente perjudican a los demás o provocan retrasos. La obra de la iglesia solo podrá progresar con normalidad si se despide a estos falsos líderes y se elige como líderes y obreros a individuos con una carga y con sentido de la responsabilidad. Con independencia de a qué problemas te enfrentes, siempre que seas capaz de buscar la verdad habrá una forma de resolverlos. Los asuntos externos y las perturbaciones que causa el gran dragón rojo se pueden solventar por medios legales cuando sea necesario, no son importantes. Mientras no quebrantemos la ley ni infrinjamos las normativas del gobierno, nadie puede hacernos nada y, con esta confianza, no debemos temer ninguna perturbación de Satanás ni de los diablos.

Ahora debemos diseccionar y entender el problema de los falsos líderes. ¡Es crucial para llevar bien a cabo la obra de la iglesia! Vamos a compartir ahora por qué los falsos líderes, al afrontar problemas que no pueden resolver por su cuenta, siguen sin denunciarlos a lo Alto. ¿Cómo deberíamos entender esto? Todos podéis analizarlo y beneficiaros de hacerlo. El problema de que los falsos líderes no hagan trabajo real ya es grave, pero existe un problema todavía peor. Cuando la iglesia se encuentra con perturbaciones de las personas malvadas y los anticristos, los falsos líderes no solo no se ocupan de ello, sino que, por si fuera poco, no lo denuncian a lo Alto y permiten que los malvados y los anticristos perturben a la iglesia; se limitan a observar desde la barrera, a salvo y sin ofender a nadie. Da igual en qué medida se perturbe la obra de la iglesia, a los falsos líderes no les importa. ¿Cuál es el problema? ¿Están estos falsos líderes demasiado desprovistos de moral? Con este hecho basta para expulsarlos. Que los falsos líderes permitan a los malvados y a los anticristos perturbar libremente a la iglesia equivale a entregarles la iglesia y al pueblo escogido de Dios; los falsos líderes sirven de escudo a dichos malvados y anticristos. ¡Esto causa grandes pérdidas a la obra de la iglesia! Solo en este punto, la pregunta no es si se debería despedir a los falsos líderes, sino si se los debería echar. ¿Qué es más grave, que los falsos líderes no hagan trabajo real o que permitan a los malvados y a los anticristos perturbar a la iglesia? No hacer trabajo real puede afectar a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios y al progreso de la obra de la iglesia; esto ya causa demoras en asuntos importantes. Sin embargo, cuando los falsos líderes permiten que los malvados y los anticristos perturben arbitrariamente a la iglesia, sin buscar una solución ni informar a lo Alto, las consecuencias se vuelven inimaginables. Como poco, la vida de iglesia cae en el caos y el desorden absolutos por culpa de los malvados y los anticristos, al tiempo que el trabajo de la iglesia queda chapucero y se paraliza. ¿Acaso no afecta esto directamente a la difusión de la obra evangélica? ¡En efecto, las consecuencias son graves! Por tanto, si los falsos líderes cometen este error, se los debe expulsar. Muchos líderes y obreros tienen un pensamiento y una noción dispar respecto a denunciar los problemas a lo Alto. Algunos dicen: “Aunque se denunciaran los problemas a lo Alto, podrían no resolverse”. ¡Esto es absurdo! ¿Qué significa “podrían no resolverse”? Solo porque tú no puedas solucionarlo, eso no significa que lo Alto tampoco. Si lo Alto te da una senda, en realidad el problema está esencialmente resuelto; si lo Alto no te proporciona una senda, te quedas sin ella. No puedes desentrañar siquiera este asunto menor; ¡eres demasiado arrogante y sentencioso! Algunos también dicen: “Cuando nos encontramos con dificultades o problemas, primero tenemos que reflexionar durante unos cuantos días y solo informamos si realmente no podemos encontrar una solución”. Puede parecer que los que dicen esto tienen algo de razón, pero ¿no es probable que estos días de reflexión causen retrasos? ¿Puedes tener la certeza de que unos pocos días de reflexión resolverán el problema? ¿Puedes garantizar que no van a causar una demora mayor? Otros dicen: “Si informamos de inmediato sobre un problema, ¿acaso lo Alto no pensará que ni siquiera podemos desentrañar un asunto sin importancia? ¿No nos llamarán necios e ignorantes y nos podarán?”. Es un error que digan esto; con independencia de si informas del problema o no, la calidad de tu calibre ya es evidente; lo Alto lo sabe todo. ¿Crees que lo Alto te tendrá en elevada consideración si no informas sobre ningún problema? Si denuncias el problema y no ha causado retrasos en cuestiones importantes, la casa de Dios no te culpará. Sin embargo, si no lo denuncias y eso conlleva demoras, se te hará directamente responsable y te despedirán de inmediato, nunca te volverán a usar. El pueblo escogido de Dios también te verá como un ignorante, necio, débil de mente y trastornado y te odiará y te despreciará para siempre. Aquellos que siempre temen recibir la poda o que lo Alto los menosprecie por denunciar problemas, son de poco calibre y los más necios; se les debe despedir y no volver a hacer uso de ellos. Tener tan poco calibre y aun así querer salvar su imagen, ¿no es sumamente desvergonzado? Decidme, ¿no son detestables los falsos líderes, que no solo hacen un trabajo mediocre, sino que, además, causan demoras en asuntos importantes? ¿Se les debería despedir? (Sí). Si se enfrentan a un problema significativo y pueden denunciarlo enseguida sin causar demoras o consecuencias serias, ¿cómo se debería contemplar a tales líderes? Al menos se considera que tienen razón y son capaces de defender la obra de la iglesia. ¿Se debería seguir usando a estos líderes? Sí. Solo los líderes con más deficiencias mentales se abstendrían de denunciar problemas por temor a recibir la poda. ¿Se podría usar a este segundo tipo de líderes en el futuro? Creo que no se los puede seguir usando, ya que hacerlo provoca demasiados retrasos. A estas alturas ya deberíais ser todos capaces de desentrañar esta clase de problemas, ¿no? Cuando os enfrentéis a asuntos que no podáis manejar, informad rápido sobre ellos y compartid con el grupo de toma de decisiones en busca de soluciones. Si el grupo de toma de decisiones no puede gestionarlos, informad a lo Alto enseguida; no os preocupéis por esto o aquello, lo fundamental es poder resolver el problema con prontitud. El ejemplo que acabamos de mencionar sucede en todas las iglesias; estas dificultades y problemas saldrán de la nada. En comparación con algunas dificultades internas de la iglesia, estos problemas externos implican consecuencias más graves. Así, la dificultad de los problemas externos es algo mayor comparada con la de los problemas internos de la iglesia. Si os enfrentáis a problemas externos, deberíais resolverlos rápidamente mediante la consulta o informar a lo Alto; esto es esencial. Solo actuar de esta manera puede garantizar el progreso normal de la obra de la iglesia y que la difusión del evangelio del reino no se vea obstaculizada. Eso es todo lo que vamos a compartir respecto a los principios para gestionar los problemas externos de la iglesia.

En todas y cada una de las iglesias hay algunas personas de escaso calibre que siempre hallan dificultades a la hora de hacer su deber y son incapaces de encontrar principios de práctica sea cual sea la manera en la que se comparta la verdad. Solo aplican preceptos a ciegas sin ninguna efectividad real. En estos casos, es necesario reasignar los deberes de estas personas. Esta reasignación de deberes significa la redistribución del personal. Por ejemplo, a alguien se le ha asignado un trabajo importante, pero tiene algunos problemas al desempeñarlo que no se pueden resolver por mucho que compartas con esa persona. No puedes desentrañar la esencia del problema ni si esta persona todavía es usable y la observación o charla adicional tampoco dan resultados. Aunque esta persona no cause demasiados retrasos en el trabajo, los asuntos fundamentales nunca se resuelven, lo que siempre te deja un tanto intranquilo. ¿Qué deberías hacer ante esta situación? Este es un problema crucial. Si no puedes resolverlo tú mismo, deberías plantearlo en una reunión de líderes y obreros para compartirlo, diseccionarlo y analizarlo. Si al final se llega a un consenso, se resolverá el problema. Si actuar de esta manera no resuelve el problema y la situación se alarga, ¿podría causar demoras en asuntos importantes? Si fuera así, deberías denunciarlo a lo Alto y buscar una solución lo antes posible. En resumen, no importa qué confusiones o dificultades te encuentres en tu trabajo, si pueden afectar al pueblo escogido de Dios al hacer sus deberes o impedir el progreso normal de la obra de la iglesia, deberían resolverse con prontitud. Si no puedes solucionar un problema por tu cuenta, deberías buscar a unas cuantas personas que entiendan la verdad para resolverlo con ellas. Si ni siquiera esto funciona, debes trasladar el asunto e informar a lo Alto para buscar una solución. Esta es la responsabilidad y obligación de los líderes y obreros. Los líderes y obreros deben tomarse en serio cualquier dificultad o confusión con la que se topen y no limitarse a predicar con indiferencia algunas palabras y doctrinas, a gritar consignas para encender a los hermanos y hermanas ni a podarlos tras descubrir problemas o dificultades y dar el asunto por zanjado. A veces, proferir palabras y doctrinas podría resolver algunos problemas superficiales, pero, al fin y al cabo, no puede solucionar los problemas de base. Los problemas que afectan a la raíz de la gente y a sus actitudes corruptas y sus nociones y figuraciones se deben resolver compartiendo la verdad a partir de las palabras de Dios. También existen dificultades individuales de las personas, problemas con el entorno y asuntos relacionados con el conocimiento profesional necesario para desempeñar deberes; todos estos temas prácticos requieren de soluciones por parte de los líderes y obreros. Entre estos problemas, cualquier confusión y dificultad que los líderes y obreros no puedan resolver se puede trasladar a una reunión de líderes y obreros para su disección, análisis y resolución, o bien se puede informar directamente a lo Alto para buscar una solución en la verdad. A esto se le llama hacer trabajo real. Una persona solo puede crecer en estatura y hacer bien sus deberes si se forma para hacer el trabajo real de esta manera. Los líderes y obreros, siempre que tengan sentido de la responsabilidad, identificarán los problemas en cualquier momento y lugar; todos los días hay problemas que deben resolver. Por ejemplo, acabo de mencionar un incidente en el que alguien pregunta si crees en Dios Todopoderoso y todos os quedasteis estupefactos. Al principio, todo el mundo declaró que respondería que “sí”, pero luego algunos afirmaron que esa no era la respuesta adecuada, y otros dijeron que no lo sabían; hubo toda clase de respuestas. Al final, los líderes y obreros también estaban desconcertados, pensaron: “Decir ‘no’ a creer en Dios Todopoderoso sería negar a Dios delante de otros, y luego Él no nos reconocería; pero ¿cuáles serían las consecuencias de decir ‘sí’ a creer en Dios Todopoderoso? Cualquiera de las dos opciones parece incorrecta”. Los líderes y obreros no sabían cómo resolver esto y no podían tomar una decisión; así pues, cuando los hermanos y hermanas se enfrenten de nuevo a esas situaciones, todavía carecerán de los puntos de vista y actitudes correctos, y el problema seguirá sin resolverse. Esto significa que los líderes y obreros no han cumplido bien sus responsabilidades y han descuidado sus deberes. Ser negligente en el deber de uno es una cuestión de habilidad y de calibre; cuando surgen este tipo de problemas, ¿qué deberías hacer si sabes que no se han resuelto? No deberías ignorarlos ni ocultar el asunto para dejar que se enfríe, con lo que permites que todo el mundo obre con libertad y como le parezca. En su lugar, debes informar a lo Alto para buscar las acciones apropiadas y la senda de práctica a seguir en tales situaciones. En última instancia, se le debería hacer entender a todo el mundo cuáles son las intenciones de Dios en estas situaciones, qué principios debería defender la gente y qué actitudes y posturas debería adoptar. Luego, al afrontar de nuevo tales situaciones en el futuro, entenderán los principios-verdad y tendrán una senda de práctica. De esta manera, los líderes y obreros cumplen bien sus responsabilidades. Así pues, ¿por qué al principio todos decíais que responderíais “sí” al preguntaros si creéis en Dios Todopoderoso? La razón es que los líderes y obreros nunca han hablado con vosotros sobre la manera de resolver tales problemas. Los consideran asuntos menores en los que todo el mundo tiene su propio entendimiento, donde todo el mundo puede comprender como le parezca y actuar como crea conveniente. Así, cuando se os hizo esta pregunta, se produjeron toda clase de respuestas. ¿Habéis llegado ahora a una conclusión respecto a este asunto? ¿Qué deberías hacer si alguien te pregunta si crees en Dios Todopoderoso? Primero, pregúntale quién es. Segundo, pídele que muestre su acreditación. Si te pide información personal de otro tipo, no respondas. Aunque se identifique, no se lo digas, porque se trata de tu intimidad. Cuántos años hace que crees en Dios, quién te predicó el evangelio, dónde has desempeñado tus deberes, cómo de fuerte es tu fe, cómo eliges tu senda futura, cómo persigues y obtienes la verdad… Estos asuntos son demasiado preciosos para que los revelemos de manera casual a cualquier extraño. No tiene derecho a preguntar una información tan importante. Si los líderes y obreros no pueden resolver este tipo de cuestiones, deberían informar inmediatamente a lo Alto para buscar soluciones y pedir maneras adecuadas de contestar. Lo Alto no se va a burlar de ti; como mucho dirá que eres demasiado necio. En cualquier caso, poder resolver el problema es el mejor resultado.

En cuanto a la octava responsabilidad de los líderes y obreros, informar y buscar con prontitud cómo resolver las confusiones y dificultades que afronten en el trabajo, hoy hemos hablado sobre todo de en qué consisten las confusiones y dificultades, además de cómo deberían manejar y resolver estos problemas los líderes y obreros cuando los afrontan y cómo abordar tales asuntos. En cuanto a cuáles son las manifestaciones de los falsos líderes cuando afrontan estos problemas, abordaremos esa parte en la siguiente charla.

27 de marzo de 2021

La cita bíblica marcada (*) ha sido traducida de AKJV.

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