Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (III) Parte 6

A partir de lo que habéis visto en la Biblia y en todas las declaraciones actuales de Dios, ¿aboga Él por los dones, la erudición y el conocimiento? (No). Al contrario, Dios disecciona el conocimiento y la erudición humanas. ¿Cómo define Dios los dones? ¿Cómo define las habilidades sobrenaturales y los talentos especiales? Deberíais comprender que los dones, las habilidades sobrenaturales y los talentos especiales no representan en absoluto a la vida. ¿Qué significa que no representen a la vida? Significa que estas cosas no son resultado de que la gente haya adquirido la verdad. ¿De dónde provienen en realidad? ¿De Dios? No, Dios no imparte conocimiento ni erudición a las personas ni, desde luego, les concede más dones para que puedan perseguir la verdad. Dios no actúa de ese modo. Ahora que lo he expresado así, lo entendéis, ¿verdad? Por tanto, ¿dónde se manifiesta la perversidad de los anticristos? ¿Cómo contemplan los dones, la erudición y el conocimiento? Lo aprecian, lo siguen e incluso desean tales cosas, en especial los dones y las habilidades sobrenaturales. Si le dices a un anticristo: “Si tienes habilidades sobrenaturales, atraerás a espíritus malvados”, dirá: “¡No tengo miedo!”. Responderás: “Entonces no habrá esperanza de salvación para ti en el futuro, se te desterrará al nivel dieciocho del infierno, al lago de fuego y azufre”, y aun así insistirán: “¡No tengo miedo!”. Si los hicieras hablar en diez lenguas diferentes y alardear para que otros los admiraran, se mostrarían de acuerdo y estarían dispuestos. Dios habla con mucha naturalidad y obra de forma muy práctica dentro de la humanidad normal, y ellos no aceptan el método, la forma y el contenido de esta obra. La desprecian. ¿Cómo debería la gente discernir estos asuntos? Por ejemplo, algunas personas son capaces de hablar en varias lenguas. ¿Puedes aceptar este hecho? ¿Te parece normal o extraño? (Extraño). Por tanto, dentro del rango racional de la humanidad normal, esto es inaceptable. Si te relacionaras con alguien que lo recuerda todo, tanto colores como formas, caras y nombres, y es capaz de recordar cientos de páginas de un libro después de leerlo, relatarlas de principio a fin, ¿no te parecería que te has encontrado con algo aberrante? (Sí). No obstante, a los anticristos les gustan estas cosas. Decidme, cuando entabláis contacto con aquellos de la comunidad religiosa, los supuestos evangelistas, predicadores y pastores, conocidos en conjunto como fariseos, ¿sentís que tales personas son lo que necesita vuestro corazón, o acaso lo que necesitáis es al Dios práctico? (Lo que necesita nuestro corazón es el contacto con Dios). El Dios normal y práctico está más cerca de vuestras necesidades internas, ¿verdad? Así que, contadme cómo os sentís cuando os relacionáis con fariseos, los pros y los contras, y si os reporta algún beneficio. (Si me relaciono con fariseos, todo me parece falso y distante. Las cosas de las que hablan son demasiado huecas y falsas; escucharlas en demasía llega a resultar nauseabundo, y no quiero relacionarme más con ellos). ¿Son correctos o absurdos los puntos de vista expresados por los fariseos? (Absurdos). La naturaleza de sus puntos de vista es absurda. Además, en general, ¿las cosas que dicen son prácticas o huecas? (Huecas). En el caso de la mayoría de la gente, ¿detestan o disfrutan oír las cosas absurdas y huecas que dicen, así como aquellas que salen de sus figuraciones y nociones? (La mayoría detesta escuchar estas cosas). No les gustan y no están dispuestas a escucharlas. Una vez que has escuchado sus puntos de vista y sus palabras, y has observado su carácter y su comportamiento falso e hipócrita, ¿qué sientes en el corazón? ¿Estás dispuesto a escuchar más? ¿Estás dispuesto a acercarte, a mantener relaciones más profundas y a comprender más sobre ellos? (No). No estás dispuesto a relacionarte con ellos. La cuestión clave es que sus palabras son demasiado huecas, llenas de teorías y consignas; después de escucharlas durante mucho tiempo, sigues sin enterarte de lo que dicen. Además, su carácter es falso y pretencioso; fingen ser humildes, pacientes y cariñosos, adoptar el porte de un creyente experimentado, de alguien especialmente “devoto”. Cuando acabas por ver su verdadera cara, te sientes asqueado. No habéis tenido muchas interacciones profundas conmigo, ¿qué os parecen los sermones que he dado? ¿Hay alguna diferencia entre ellos y aquello de lo que hablan los fariseos? (Sí). ¿Qué diferencia hay? (Los sermones de Dios son prácticos). Este es el punto fundamental. Asimismo, me refiero a algo que tiene relación con vuestra práctica, vuestras experiencias y los diversos aspectos de los asuntos que se encuentran en el proceso de llevar a cabo vuestros deberes y en la vida real. No es poco práctico ni tampoco vago. Asimismo, ¿es cada verdad que debato o cada punto de vista que tomo sobre los asuntos práctico o hueco? (Práctico). ¿Por qué decís que es práctico? Porque no se desvía de la vida real, no se trata de soltar teorías huecas por encima de la vida real. Todo está relacionado con el discernimiento de las personas, con el entendimiento y la práctica en la vida real, y con los estados que surgen en ellos cuando se encuentran con distintos problemas mientras ejecutan sus deberes. En resumen, implica temas relacionados con cómo practican la fe en Dios, sus vidas al creer en Él y sus distintos estados mientras llevan a cabo el deber. No sacamos la Biblia para explayarnos de manera hueca en el Génesis o en Isaías, ni tenemos charlas vacías sobre el Apocalipsis. Lo que menos me gusta es leer el Apocalipsis y no quiero hablar sobre este. ¿De qué sirve? Si te cuento qué plaga se desató, ¿qué tendría eso que ver contigo? Se trata de la obra de Dios. Aunque Su obra se haya cumplido, ¿en qué te afecta a ti eso? ¿No seguirías siendo el mismo? Si te dijera qué plaga tuvo lugar, ¿podrías entonces ser capaz de desechar tu carácter corrupto? ¿Sería así de milagroso? No. Por tanto, cuando la gente siga hasta el final, cada uno acabará separado de acuerdo con su especie. Aquellos que puedan aceptar la verdad, disfruten de leer las palabras de Dios y sean capaces de practicar la verdad se mantendrán firmes. Los que no estén dispuestos a leer las palabras de Dios ni a escuchar sermones, los que rehúsen de manera insistente aceptar la verdad y no deseen llevar a cabo su deber, con el tiempo quedarán en evidencia y acabarán descartados. Aunque asisten a las reuniones y escuchan los sermones, nunca practican la verdad, permanecen inalterables y sienten aversión por escuchar sermones, no están dispuestos a hacerlo. Así, incluso cuando realizan sus deberes, lo hacen de manera superficial, nunca cambian. Estas personas son simples incrédulos. Si la gente que cree con sinceridad en Dios se asociara a menudo con incrédulos y viviera junto a ellos, ¿cómo se sentiría? No solo no los beneficiaría ni edificaría, sino que sentirían una creciente repulsión hacia ellos en el corazón. Supongamos que te encuentras con los fariseos y los oyes hablar, y te das cuenta de que se expresan con claridad y lógica, que explican las diferentes reglas y preceptos de manera comprensible, y que sus palabras parecen contener teorías profundas, pero tras un exhaustivo análisis, ninguna es la realidad-verdad y todo se reduce a teoría hueca. Por ejemplo, discuten la teoría de la Trinidad, teología, teorías sobre Dios, cómo es Dios en el cielo con los ángeles, la situación con la encarnación de Dios y el Señor Jesús. ¿Cómo te sentirías después de oír toda esta charla? El resultado sería parecido a escuchar historias mitológicas. ¿Por qué disfrutan entonces los anticristos de escuchar y debatir acerca de estas cuestiones, y por qué están dispuestos a relacionarse con tales individuos? ¿No es una muestra de su perversidad? (Sí). ¿Qué se puede observar a partir de su perversidad? En lo más hondo, poseen una cierta necesidad que los lleva a idolatrar este conocimiento y erudición, así como estas cosas que tienen los fariseos. Por tanto, ¿qué necesidad tienen? (Que los demás los tengan en alta estima). No solo necesitan que otros los tengan en alta estima, sino que en el fondo de su corazón siempre quieren ser superhumanos, individuos superiores o celebridades reconocidas; es tan sencillo como que no quieren ser personas corrientes. ¿Qué implica su deseo de ser superhumanos? En términos coloquiales, significa que están desconectados de la realidad. Por ejemplo, como mucho, la mayoría podría tener el siguiente deseo: “Ojalá pudiera volar alto en el cielo en un avión”. Podrían albergar tal deseo, ¿por qué no? ¿Pero cuál es el deseo del anticristo? “¡Quiero que un día me salgan alas y echar a volar hacia un lugar lejano!”. Tienen aspiraciones de esa índole, ¿las tienes tú? (No). ¿Por qué no? Porque no es realista. Aunque te pusieran dos grandes alas, ¿podrías volar? No eres esa clase de criatura, ¿verdad? (Cierto). La gente como los anticristos siempre confían en sus figuraciones, persiguen sin cesar sus deseos. ¿Se las puede salvar? (No). No son del tipo de personas a las que salva Dios. Él salva a aquellos que aman la verdad, se centran en la realidad y persiguen la verdad con los pies en la tierra. Aquellos que deseen constantemente ser superhumanos o individuos superiores son enfermos mentales, no son personas normales y Dios no las va a salvar.

Cuando los anticristos se ponen en contacto con el Dios encarnado, tienden a hacer preguntas peculiares. El hecho de que puedan plantear tales cuestiones representa las necesidades tan arraigadas que poseen y lo que idolatran en su corazón. En un primer momento, al dar testimonio de Dios encarnado, algunos siempre preguntaban: “¿Lee dios la Biblia en casa? No lo digo por mí, en realidad ese tema no me genera curiosidad; solo lo pregunto en nombre de los hermanos y hermanas. Muchos de ellos piensan lo mismo. Contemplan en su corazón que, si dios en verdad lee la Biblia con frecuencia, el hecho de ser capaz de hablar acerca de ella y expresar la verdad es bastante normal. Sin embargo, si dios no lee la Biblia y aun así es capaz de explicarla, eso sería un milagro, ¡entonces sería realmente dios!”. No lo formularon exactamente así, claro, sino que preguntaron directamente: “¿Lee dios la Biblia en casa?”. ¿Qué pensáis? ¿Debería leerla o no? ¿La leéis vosotros? Si nunca habéis creído en Jesús, sería bastante normal no leerla. ¿La ha leído la gente que ha creído? (Sí). Claro, sí. Yo empecé con la fe en Jesús, ¿cómo no iba a leer entonces la Biblia? ¿Y qué pasa si no la hubiera leído? (Eso también es normal). Leer la Biblia es normal, no leerla por supuesto que también lo es. ¿Qué determina el hecho de leerla o no leerla? Si no me hallara en esta posición, ¿le importaría a alguien si he leído la Biblia o no? (No). Nadie se preguntaría qué he leído. Al encontrarme en esta posición especial, hay quienes estudian este asunto. Siempre lo están indagando, preguntan: “¿Leyó él la Biblia cuando era joven?”. ¿Qué quieren saber en concreto? Hay dos explicaciones posibles según si la he leído o no. Si lo he hecho, les parece que ser capaz de explicar la Biblia no es para tanto. Sin embargo, no he leído la Biblia y aun así puedo explicarla, eso es en cierto modo muy propio de dios. Ese es el resultado que desean. Quieren llegar al fondo del asunto, creen: “Si tú no has leído la Biblia y aun así puedes debatir sobre ella a tan corta edad, merece la pena investigar eso. ¡Se trata de dios!”. Es su punto de vista, y estudian a Dios de esta manera. Ahora, considerad a esos fariseos tan versados en las escrituras. ¿Comprendían realmente las palabras en ellas? ¿Descubrieron la verdad en las escrituras? (No). Así pues, ¿cualquiera que me haya preguntado si he leído la Biblia ha pensado en eso? Si lo hubieran considerado, no se pasarían tanto tiempo indagando sobre este asunto, no harían algo tan necio. La gente que no capta la verdad ni tiene entendimiento espiritual ni es capaz de profundizar en la esencia e identidad de Dios recurre a ese método para acabar por resolverlo. ¿Se puede resolver así el asunto? No. Esto solo resuelve una simple curiosidad. En realidad, yo también leo la Biblia. ¿Qué creyente no la lee? Hago una lectura básica. Leo al menos los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, hojeo el Apocalipsis y el Génesis, y echo un vistazo a Isaías. ¿Cuál creéis que es Mi favorito para leer? (El libro de Job). Eso es. La historia de Job es completa y específica, las palabras son fáciles de entender y, aparte, es una historia valiosa y puede resultar útil y edificante para la gente de hoy en día. Ahora los hechos han demostrado que la historia de Job ha causado sin duda un enorme impacto en las generaciones posteriores. Han captado muchas verdades por medio de Job; a partir de su actitud hacia Dios, así como de la que mostró Dios hacia él y cómo lo definió, han captado la intención de Dios y qué clase de senda deben caminar después de creer en Él. Me sirvo del libro de Job como contexto para compartir acerca de ciertos caminos en los que la gente teme a Dios y evita el mal, además de determinados caminos para someterse a Dios. Esta historia es realmente valiosa. Es algo que uno debería leer en su tiempo libre. Al ver a Dios hacerse carne y ser testigo de Su practicidad y normalidad, puede que algunos no sean capaces del todo de descubrir si de veras Él es Dios o qué sucederá en el futuro. Sin embargo, después de entender algunas verdades, se desprenden de estas preguntas. Paran de investigar acerca de estos asuntos o dejan de importarles y se centran en llevar a cabo sus deberes adecuadamente, en caminar por la senda que deben, y a hacer bien la obra que les corresponde. No obstante, algunos nunca se desprenden de esto; insisten en estudiarlo. ¿Qué pensáis? ¿Debería ocuparme del asunto? ¿Debería dedicarle algo de atención? No hace falta. Aquellos que aceptan la verdad paran de investigar esto de forma natural, mientras que aquellos que no la aceptan insisten en hacerlo. ¿Qué indica esta investigación? Es una forma de resistencia. En las palabras de Dios existe un dicho. ¿Cuál es la consecuencia de la resistencia? (La muerte). La resistencia lleva a la muerte.

A algunos anticristos, aunque hayan aceptado esta etapa de la obra, a menudo les preocupa que las palabras que pronuncia el Dios encarnado y la obra que Él realiza posean un elemento sobrenatural, si existen elementos que excedan al alcance de la humanidad normal u otros que se puedan extraer para demostrar Su identidad como Dios. Investigan a menudo estos asuntos, estudian sin descanso cómo hablo, Mi conducta y Mi mirada mientras lo hago, así como los principios de Mis acciones. ¿Qué emplean para esta investigación? La comparan y estudian en oposición a la imagen o estándar de las personas grandes y eminentes que han captado. Alguno incluso pregunta: “Ya que eres el dios encarnado, tu identidad y esencia han de ser sin duda diferentes a la de la gente corriente. Por tanto, ¿en qué eres bueno? ¿Cuáles de tus cualidades especiales son suficientes para incitarnos a seguirte y obedecerte, y para hacernos aceptarte como nuestro dios?”. Esta pregunta me dejó realmente perplejo. Para ser honestos, no soy bueno en nada. Mis ojos no ven en todas las direcciones y mis oídos no lo oyen todo. Cuando leo un texto no puedo abarcar diez líneas de un vistazo, y un rato después de leerlo, se me olvida lo que he leído. Tengo algo de conocimiento sobre música, pero no sé leer partituras. Si alguien canta una canción un par de veces, puedo acompañarlo, pero ¿cuenta eso como que se me dé bien? ¿Tengo algún talento especial, como el dominio fluido del inglés o hablar cierta lengua? No puedo hacer nada de eso. Entonces, ¿en qué soy bueno? Sé algo sobre música, bellas artes, danza, literatura, cine y diseño. Poseo un entendimiento superficial de esos campos. Al debatir teorías con los expertos, para Mí todo es jerga, pero lo entiendo cuando lo veo. Por ejemplo, en cuanto al diseño arquitectónico, si implica datos profesionales y técnicos, no lo entiendo. Sin embargo, si se trata de tonos de color y armonía de estilos, sé un poco y dispongo de algunas impresiones. Pero en cuanto a ser o no capaz de estudiar para convertirme en un experto o en un prodigio en ese campo, resulta difícil determinarlo porque no lo he estudiado. Si se tiene en cuenta aquello a lo que la gente puede acceder en este momento, la música, la literatura, la danza y el cine, cosas que se hallan dentro del ámbito del trabajo profesional de nuestra iglesia, aprender un poco puede proporcionarme un entendimiento básico. Habrá quien diga: “Ahora conozco tus antecedentes; solo cuentas con un entendimiento básico”. No digo falsedades; de hecho, solo poseo un entendimiento básico. Sin embargo, hay algo que es posible que no captéis y que podría ser Mi especialidad. ¿Qué especialidad es esa? Entiendo cuál es la profesión relacionada con cierto ámbito, cómo se expresa cierto arte y cuáles son el ámbito y los principios implicados en ellos. Tras dominarlas, sé cómo aplicar estas cosas útiles a la obra de la iglesia, hacer que sirvan a la obra evangélica y lograr una eficaz difusión del evangelio de Dios de los últimos días. ¿Es esto una especialidad? (Sí). Respecto a aquello de lo que la humanidad más carece hoy en día, si alguien puede emplear los métodos correctos y luego transmitir la verdad relevante, permitir que la gente la vea y la acepte, esto es lo más efectivo. Si adoptas un método que la gente pueda aceptar y eres capaz de presentar claramente la verdad y de explicar la obra de Dios, todo ello de manera tal que el pensamiento humano normal lo pueda aceptar y sea capaz de alcanzarlo, esto supone un tremendo beneficio para las personas. Si usamos el conocimiento superficial con el que contamos y aplicamos todas estas cosas útiles, basta con poseer esta clase de especialidad. Destaco en una cosa, ¿habéis descubierto cuál? (Dios destaca en compartir la verdad). ¿Compartir la verdad cuenta como destreza? ¿Acaso no es una especialidad? ¿En qué soy bueno entonces? Destaco a la hora de descubrir la esencia corrupta dentro de vosotros. Si no fuera bueno en esto, decidme, ¿cómo podría obrar cada vez que surgieran problemas en vosotros y no supiera qué carácter corrupto o esencia-naturaleza revelan? Sería imposible. ¿Es seguro decir que descubrir vuestra esencia corrupta es lo que mejor se me da? (Sí). Debe de serlo. Soy el mejor a la hora de identificar el carácter corrupto de los individuos y su esencia-naturaleza. Destaco en el discernimiento de la senda que alguien recorre y su actitud hacia Dios con base en su esencia-naturaleza. Luego, por medio de sus manifestaciones, comportamientos y esencia, comparto la verdad con ellos, abordo temas específicos y los ayudo a resolver sus problemas y resurgir de ellos. En realidad, esta no es una destreza; es Mi ministerio, es una obra que recae dentro del ámbito de Mi responsabilidad. ¿Se os da bien esto? (No). ¿Qué se os da bien? (Exhibir corrupción). No es exacto que tengáis destreza para exhibir corrupción. Se os da bien que la verdad no os conmueva después de oírla, tratarla a la ligera, y sois expertos en actuar de manera superficial mientras realizáis vuestro deber sin tomároslo en serio. ¿No es así? (Sí). Os digo estas cosas abiertamente; ¿pueden los fariseos y anticristos hablaros de tal manera? (No). No hablan así en absoluto. ¿Por qué no? Lo consideran vergonzoso, una deficiencia en la humanidad, una cuestión de privacidad y de los propios antecedentes. Dicen: “¿Cómo voy a permitir que los demás conozcan mis antecedentes? Si eso ocurriera, ¿acaso no perdería por completo mi imagen, dignidad y estatus? ¿Cómo me comportaría en ese caso?”. Según ellos, ¡mejor sería no seguir viviendo! Por tanto, después de compartir Mi situación tan abiertamente con vosotros, ¿afecta a vuestra fe en Dios? (No). Aunque os sobrevengan algunas ideas al respecto, Yo no tengo miedo. ¿Por qué no? Es normal albergar ciertas ideas, es algo temporal. La gente podría experimentar ilusiones visuales y auditivas de vez en cuando. Siempre existe la posibilidad de un entendimiento temporal, distorsionado, o de una malinterpretación momentánea. ¿Eso significa que la gente vaya a hacer las maletas por tal motivo o se vaya a volver negativa y débil? Sin embargo, si eres alguien que persigue la verdad de manera auténtica, ¿puedes negar a Dios o abandonarlo debido a nociones momentáneas? No lo puedes abandonar. Aquellos que persiguen de manera auténtica la verdad son capaces de abordar y captar esos asuntos de manera correcta, pueden aceptar estos hechos de un modo inconsciente y con normalidad, y tornarlos poco a poco en un conocimiento auténtico, objetivo y preciso de Dios; ese es el entendimiento real de la verdad. Cierto día, alguien podría decir: “El dios encarnado es muy lamentable. Solo sabe hablar acerca de la verdad”. ¿Qué clase de tono es ese? El de un anticristo. ¿Estáis de acuerdo con ellos? (Yo no). ¿Por qué no? (Lo que dicen no se basa en los hechos). Sí que se basa en los hechos. El Dios encarnado, aparte de ser capaz de expresar la verdad en Su discurso, no sabe hacer nada más; no tiene ninguna destreza especial. ¿Es esto lamentable? ¿Eso pensáis? (No). ¿Qué pensáis entonces? Hay quien dice: “Precisamente porque Dios es normal y corriente y hace obra práctica, nosotros, como humanidad corrupta, tenemos la oportunidad de lograr la salvación. De otro modo, todos acabaríamos en el infierno. Ahora estamos obteniendo una gran ventaja, ¡así que disfrutémosla en secreto!”. ¿Tenéis esta sensación? (Sí). Sin embargo, algunas personas son diferentes. Les parece que: “Dios solo habla, no hay nada de sobrenatural en él. ¿Qué es lo que estoy obteniendo? Tengo mis propias nociones e ideas sobre dios, y lo juzgo a sus espaldas, pero dios no me ha disciplinado. No he sufrido ni se me ha castigado”. Su audacia crece con firmeza y se atreven a decir cualquier cosa. Algunos afirman: “Así es como debes conocer al dios encarnado; cuando habla, obra y expresa la verdad, el espíritu de dios obra en él y la carne es una mera carcasa, una herramienta. La verdadera esencia es el espíritu de dios; este es el que habla. Si no fuera por el espíritu de dios, ¿podría la carne decir tales palabras?”. Parecen correctas cuando las escuchas, pero ¿qué significado acarrean? (Blasfemia). Correcto, son blasfemias, ¡qué carácter más despiadado! ¿Qué pretenden decir? “Eres una persona muy poco destacable. No tienes una apariencia noble, tu aspecto no es tan impresionante. Tu discurso no es elocuente ni sofisticado en lo teórico, has de pararte a pensar antes de decir cualquier cosa. ¿Cómo vas a ser tú el dios encarnado? ¿Por qué estás tan bendecido y eres tan afortunado? ¿Por qué no soy yo el dios encarnado?”. Al final, dicen: “Se trata por completo del espíritu de dios que obra y habla, la carne no es más que la efusión del espíritu, es herramienta”. Al decir esto se sienten al mismo nivel. Se trata de celos, lo que conduce al odio. La implicación es: “¿Cómo es que tú eres el dios encarnado? ¿Por qué eres tan afortunado? ¿Cómo obtuviste esta ventaja? ¿Por qué no yo? No creo que seas mejor que yo en nada. No eres lo bastante elocuente, no tienes una educación superior, no eres tan atractivo ni tan alto como yo. ¿En qué me superas? ¿Cómo es que eres dios encarnado? ¿Por qué no yo? Si tú eres dios encarnado, es que lo son otros muchos. Yo he de luchar también por serlo. Todo el mundo dice que eres dios; no puedo hacer nada al respecto, pero te voy a seguir juzgando así. ¡Al hablar así alivia mi odio!”. ¿No es esto despiadado? (Sí). Se atreven a decir cualquier cosa para aspirar a la posición, ¿no es esto buscar la muerte? Si no quieres aceptar que Él es Dios, ¿quién te obliga? ¿Te obligo yo? No te he forzado, ¿verdad? Primero, no te he suplicado que aceptes. Segundo, no he empleado medidas extremas para obligarte a aceptar. Tercero, el Espíritu de Dios no ha intervenido para decirte que debas aceptar si no quieres ser castigado. ¿Ha hecho esto Dios? No. Tienes derecho a elegir libremente, puedes elegir no aceptar. Entonces, ¿por qué acabas por aceptar si no quieres hacerlo? ¿No estás solo buscando bendiciones? Desean bendiciones, pero no pueden aceptar ni obedecer, o bien siguen todavía poco dispuestos, ¿qué hacen entonces? Pronuncian esas palabras maliciosas. ¿Habéis oído esta clase de palabras antes? Yo las he oído en más de una o dos ocasiones entre ciertas personas. Hay quienes piensan: “Empezamos a creer en dios al mismo tiempo que tú. En aquel momento eras joven, a menudo escribías sus palabras. Más adelante empezaste a predicar. Solo eres una persona corriente; conocemos tus antecedentes”. ¿Qué clase de antecedentes tengo? No soy más que una persona corriente, esa es la verdad respecto a Mí. ¿Acaso no estás poco dispuesto simplemente porque soy normal y corriente, y me sigue mucha gente hoy en día? Si estás poco dispuesto, entonces no creas. Esta es la obra de Dios, no puedo eludir Mi responsabilidad, no tengo excusa ni he hecho nada perjudicial o dañino. Así pues, ¿por qué me abordas con este punto de vista? Si tan poco dispuesto estás, no creas entonces. Cree en aquello que estés dispuesto a creer, no me sigas. No te he obligado. ¿Por qué me sigues? Algunos incluso vinieron a Mi hogar para investigar. ¿Qué investigaban? Me preguntaron: “¿Vuelves a casa? ¿Cuál es tu situación económica actual en casa? ¿A qué se dedican tus familiares? ¿Dónde están? ¿Cómo son sus vidas?”. Algunos incluso escrutaron una colcha o manta adicional que había en Mi casa. ¡Estas personas no están nada dispuestas a creer en Dios! ¿Por qué no? Porque creen que: “Dios no debería ser así. No debería ser tan pequeño, tan normal y práctico ni tan común y ordinario. Él es demasiado común, hasta tal punto que no podemos reconocerlo como dios”. ¿Pueden tus ojos carentes de entendimiento espiritual reconocer a Dios? Aunque Dios bajara del cielo para decirte esto, no podrías reconocerlo. ¿Eres digno de ver a la persona real de Dios? Aunque te diga claramente que Él es Dios, no lo aceptarías. ¿Lo reconocerías? ¿Qué clase de personas son estas? ¿Cuál es su naturaleza? (La perversidad). No hay duda de que estas personas “han ampliado Mis horizontes”.

Desde que asumí la obra de Dios, dado que llevo a cabo Mi obra con esta identidad y posición, me he encontrado con ciertos individuos. Al enfrentarme a este variopinto conjunto de “prodigios”, he observado que dos palabras son inseparables del carácter corrupto de los humanos: tanto “malvado” como “perverso” sirven para englobarlo. ¿Por qué me estudian todos los días? ¿Por qué no están dispuestos a reconocer Mi identidad? ¿Acaso no es porque sea una persona muy corriente y común? Si hubiera adoptado la forma de un cuerpo espiritual, ¿se atreverían? No se atreverían a estudiarme de esta manera. Si ostentara cierto estatus social, unido a habilidades especiales, a la imagen y apariencia de un gran hombre y a un carácter un tanto malvado, dominante e implacable, ¿se atrevería esta gente a presentarse en Mi hogar para investigarme y estudiarme? En absoluto; me evitarían, se esconderían cuando me vieran llegar, y no cabe duda de que no se atreverían a estudiarme, ¿verdad? Por tanto, ¿por qué son capaces de estudiarme de esta manera? Me ven como un objetivo fácil. ¿Qué conlleva ser un objetivo fácil? Significa que soy demasiado corriente. ¿Qué implica eso de “corriente”? “Solo eres una persona; ¿cómo ibas a ser dios? Careces por entero del conocimiento, la erudición, los dones, talentos y habilidades que dios debería tener. ¿En qué te pareces a dios? ¡No eres como él! Por tanto, me resulta complicado aceptar que seas dios, seguirte, escuchar tus palabras y someterme a ti. He de realizar una concienzuda investigación, he de vigilarte, echarte un ojo y no permitirte hacer nada inadecuado”. ¿Qué están tratando de hacer? Si por ejemplo tuviera posición social y cierta fama, si fuera un cantante de primera y un día diera testimonio de que soy Dios, Cristo, ¿no se convencerían al menos algunas personas? El número de gente que me estudia sería relativamente menor. Lo que pone en evidencia a mucha gente es solo el hecho de que sea corriente, normal, práctico y demasiado común. ¿Qué revela en ellos? Su perversidad. ¿Hasta dónde llega esta perversidad? Hasta el punto de que, cuando paso a su lado, me estudian un largo rato, buscan la semejanza de Dios en Mi espalda, comprueban si Mi discurso va acompañado de algunos milagros. Especulan a menudo en su corazón: “¿De dónde provienen estas palabras? ¿Las aprendió? No suena probable; no parece que disponga de tiempo para estudiar. Ha cambiado mucho en los últimos años, no da la impresión de que sea algo que haya aprendido. Por tanto, ¿de dónde salen estas palabras? Es difícil de entender; he de ser cauto”, y siguen estudiando. Aquellos que estudian sin cesar no se relacionan, interactúan ni conversan conmigo cara a cara, siempre reflexionan a Mis espaldas, siempre en busca de errores en Mis palabras y de hacerse con alguna baza. Pueden pasarse días estudiando una frase que no se conforma a sus nociones, y un comentario ligeramente brusco puede desencadenar en ellos una noción. ¿De dónde provienen estas cosas? De las mentes y el conocimiento de las personas. ¿A qué clase pertenecen aquellas que pueden estudiar a Dios, que pueden usar constantemente sus pensamientos para especular sobre Él? ¿Se las puede catalogar de personas con un carácter perverso? ¡Por supuesto! Dado que dispones de tiempo y energía, ¡sería estupendo que reflexionaras sobre la verdad! ¿Qué verdad no te llevaría algo de tiempo reflexionar y compartir? Hay tantas verdades que tal vez no puedas reflexionar sobre todas ellas en esta vida. Hay demasiadas verdades que una persona debe entender. No sienten carga alguna respecto a este tema, sin embargo, nunca olvidan esos asuntos externos y superficiales y siempre los andan estudiando. En cuanto hablo, parpadean, se me quedan mirando muy fijo, escrutan Mis acciones y expresiones, y especulan en su corazón: “¿Se parece a dios en este aspecto? Su discurso no se parece a dios, su mirada no acaba de cuadrar. ¿Cómo puedo comprenderlo? ¿Cómo puedo descubrir lo que piensa de mí en el fondo de su corazón? ¿Qué piensa de esto o lo otro? ¿Cómo me define él a mí?”. Siempre albergan estos pensamientos. ¿No es esto perverso? (Sí). Es imposible salvarlo; ¡esto es demasiado perverso!

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