Punto 5: Desorientan, atraen, amenazan y controlan a la gente (Parte 4)

¿Hay algún requisito que busquen los anticristos para atraer a la gente? ¿Atraen a aquellos que aman la verdad y se someten a Dios de manera genuina? (No). Quienes aman la verdad y se someten a Dios poseen cierto discernimiento, no pueden ser atraídos y no siguen a los anticristos. Entonces, ¿a quiénes atraen? En su interior, los anticristos prefieren a quienes son buenos halagando a la gente que tiene estatus, a los que son buenos congraciando y lisonjeando a los demás, y a algunos que han hecho cosas malas y temen ser expulsados, y que, a causa de eso, hacen todo lo posible para complacer a los anticristos. Los anticristos usan la situación de protegerlos para atraerlos y ganarse sus corazones, permitiéndoles acercarse. La mayoría de las personas a las que atraen, aparte de nuevos creyentes que no comprenden la verdad, son personas que no la aman. ¿Acaso alguno de esos que no aman la verdad posee consciencia y razón? Ninguno de ellos es bueno, y Dios no elige a la gente así. Los anticristos atraen a esas personas y las guían como payasos. Incluso ellas llegan a creer que han obtenido un puesto de alto cargo y que tienen estatus, y se sienten especialmente satisfechas en su interior. ¿No es eso un descaro? ¿A qué otro tipo de gente atraen los anticristos? (A personas con una humanidad relativamente malvada). Exacto, a personas malvadas. ¿Cómo tratan los anticristos a las personas malvadas? Las protegen. Supongamos, por ejemplo, que hay una persona malvada en la iglesia y todos los hermanos y hermanas denuncian que esa persona es particularmente mala, que causa agitación en la iglesia cuando está cerca, perturbando el cumplimiento del deber de todos y la obra de la iglesia. Siempre que la llevan para realizar un deber, la obra de la iglesia sufre pérdidas. Los anticristos, sin embargo, consideran útiles a esas personas y las atraen a su lado para que les sirvan. Ellos no expulsan a las personas malvadas, sino que las protegen, a no ser que alguna de ellas no los apoye o pueda discernirlos, en cuyo caso se encargarán de ella. Siempre que una persona malvada halague al anticristo, lo apoye y no se oponga a él, él la atraerá y se la ganará para potenciar su propia fuerza. Ahora, ¿cómo se llevan los anticristos con esas personas que no persiguen la verdad? Su manera de interactuar es, en esencia, adulación mutua y zalamería. A donde sea que vayan los anticristos, esas personas malvadas revolotean a su alrededor como moscas. Desde luego que no se juntan para hablar sobre la verdad, porque todos sienten aversión hacia ella y ninguno busca resolver los problemas hablando sobre ella. Lo único que dicen son cosas propias de los no creyentes, están sobre todo sembrando cizaña con rumores, menospreciando a otros y exaltándose a sí mismos, y asesorándose sobre formas de castigar a las personas. Además, estudian cómo guardarse de la casa de Dios, hablan sobre cómo hacer frente a lo Alto, cómo saber de antemano si alguien quiere informarle sobre sus cuestiones y cómo reaccionar una vez que se haya enterado. Esos son los asuntos de los que habla esa pandilla de personas malvadas. Cuando están juntas, nunca hablan sobre cosas como llevar a cabo sus deberes ni sobre usar la verdad para resolver problemas. Jamás tratan, por ejemplo, asuntos legítimos como brindar apoyo y ayuda a los hermanos y hermanas que se han vuelto negativos y débiles y no tienen energía para llevar a cabo sus deberes o encontrar soluciones y sendas para mejorar la efectividad de ciertos aspectos de la obra de la iglesia. Hablan de cómo engañar a lo Alto y a la casa de Dios, asegurándose de que esta no conozca la verdad sobre ellas. Una vez que se descubre que alguien se puso en contacto con lo Alto o ha informado sobre su situación, lo consideran una amenaza a su posición y una ruina para sus asuntos. Investigan de manera implacable quién es el responsable, buscando sospechosos, y, una vez que lo encuentran, aíslan a la persona, la transfieren a otra parte y luego emiten una orden que prohíbe que cualquier persona informe de su situación a lo Alto. Así se aseguran de que nadie se atreva a informar de ellos. Así es como los anticristos ganan el control total de la iglesia. Lo Alto no tiene forma de saber qué actos malvados cometen tras bastidores hasta que se entera de la situación y encuentra su punto débil; entonces ordena que se los investigue y, por último, los reemplaza o expulsa. Este grupo de anticristos y personas malvadas puede hacer un desastre en la obra de la iglesia en solo unos pocos meses y puede provocar que los hermanos y hermanas sospechen unos de otros, se desautoricen, se dejen en evidencia y se ataquen unos a otros, dividiendo la iglesia. Esa es la consecuencia cuando los anticristos desorientan a la gente y toman el control de la iglesia. De esa forma, los anticristos desorientan a todos aquellos que no persiguen la verdad e incluso atraen a algunas personas malvadas útiles para controlar a la iglesia, consolidando así su posición y su autoridad. Si las personas malvadas los escuchan, ellos las protegen. De lo contrario, se ocupan de ellas antes. Si las personas malvadas los siguen y pueden ser captadas y atraídas, ellos les permiten ser sus secuaces, sus manos y sus ojos para llevar a cabo malas acciones, infiltrándose entre los hermanos y hermanas y buscando quién tiene objeciones contra ellos, quién discierne sus acciones, cuáles de sus malas obras han sido descubiertas y quiénes siempre quieren contactar a lo Alto para informarles de sus problemas. Los anticristos y las personas malvadas investigan específicamente esos asuntos, que les preocupan mucho. A menudo conversan entre ellos sobre contraataques, tratando como enemigos a quienes pueden discernirlos o sospechan de ellos. Buscan excusas para castigar a una persona hoy, y mañana aprovechan para castigar a otra; incluso usan diversos razonamientos y excusas para instigar al pueblo escogido de Dios a expulsar y deshacerse de esos individuos. Una vez que los anticristos se convierten en líderes u obreros, realizan estos actos. En unos pocos meses, pueden sumir en el caos a la iglesia, llegando incluso a extinguir el fervor ardiente de una iglesia de nuevos creyentes como el agua apaga el fuego. Por eso los anticristos son verdaderamente enemigos de Dios y de Su pueblo escogido. No se trata de una exageración en lo más mínimo: ¡es increíblemente certero! Cuando los anticristos o las personas malvadas tienen poder, la atmósfera de la iglesia se vuelve repugnante. No hay vida de iglesia en absoluto, no se come y bebe de las palabras de Dios normalmente y no hay un ambiente de compartir la verdad. En cambio, está lleno de intriga y de mala conducta desenfrenada. Eso es lo que significa que el diablo tenga el control. ¿Puede surgir algo bueno de eso? Eso solo puede traer desastres al pueblo escogido de Dios; eso es cierto, sin ninguna duda.

Algunos anticristos, cuando llegan a una iglesia a tomar el rol de líderes, lo primero que hacen es investigar quién de allí ha informado de problemas a lo Alto a menudo en el pasado. Quieren mantener a esas personas lejos de ellos y no van a quedarse en sus casas, ni siquiera si ellas pueden acogerlos. Si alguien es bueno lamiendo botas y se mantiene constantemente orbitando alrededor del líder y se congracia con él, en la casa de esa persona será donde el anticristo planee quedarse. Alguien dice: “Están hospedando a dos hermanas”. El anticristo responde: “Eso no sirve. Haz que se muden a otro lado”. La persona replica: “No puedes simplemente trasladar a las personas de un lado a otro como te apetezca. Ese lugar es bastante apropiado para las dos hermanas; hacer que se muden podría afectar el desempeño de sus deberes”. Y él responde: “Como líder, se hace lo que yo digo, ¡debes obedecerme!”. Entonces, obliga a las dos hermanas a mudarse. ¿Por qué insiste en quedarse en esa casa? Es porque esa familia es ingenua y débil y no representa ninguna amenaza para él. No importa qué fechorías cometa ni lo desenfrenado que se vuelva el comportamiento que tiene a espaldas de la gente; esa familia no lo reportará. Por eso buscan ese tipo de lugares para quedarse. Después de un tiempo, llevan consigo a sus socios malvados y realizan sus malas obras allí, conversando sobre contraataques y conspirando sobre cómo castigar a tal o cual persona. Cuando un anticristo o una persona malvada aparece en la iglesia, antes que nada busca a personas que le agraden y de las cuales pueda aprovecharse para extender y afianzar su fuerza. Por el momento, no se meten con quienes comprenden la verdad para no arriesgar su propia posición. Aún no trastornan el orden actual de las cosas. Después de consolidar su posición y encontrar cómplices adecuados, comienzan a discutir contraataques para castigar y ocuparse de aquellos hermanos y hermanas que persiguen la verdad. ¿Cómo hacen para castigarlos y ocuparse de ellos? Primero, atraen a los que los aprueban, los que no los disciernen, los que pueden serles de utilidad. Si hay personas a las que no pueden atraer o que los disciernen, buscan una razón o excusa para aislarlos o deshacerse de ellos. ¿Qué tipo de carácter revela este comportamiento de los anticristos? (La crueldad). El ambiente de cualquier lugar en el que ellos adoptan puestos de liderazgo se vuelve repugnante. El orden de la vida de iglesia se trastorna. Si no los escuchas, te reprimirán, restringirán o incluso te echarán o expulsarán. Algunos anticristos actúan como matones, rufianes o arpías. Incluso después de creer en Dios, aún quieren ganar una posición, actuar con despotismo en la casa de Dios y controlar a Su pueblo escogido. De esa manera hacen un desastre con la iglesia. Si las personas no tienen discernimiento, serán desorientadas y controladas por ellos, lo que, al final, resultará en su propia destrucción.

Hemos terminado, más o menos, de hablar sobre cómo los anticristos atraen a las personas. Mientras me escuchabais hablar sobre estos temas, ¿sentisteis que son algo así como una rareza? Estáis asombrados, pensando “¿De verdad podría suceder eso? ¿No es imposible? ¿Cómo puede existir gente así entre los creyentes?”. Dejad que os diga algo: puede ponerse aún peor. Todo el mundo muestra una fachada de semejanza humana cuando está frente a otros, pero es su forma de ser tras bambalinas lo que revela su verdadero rostro. Sus palabras y acciones cuando están frente a otras personas no son más que un disfraz, una impresión falsa. Es lo que hacen y dicen tras bambalinas lo que refleja su verdadero ser. Si alguien aparenta una cosa delante de la gente y otra cuando no lo ven, deberíais ser capaces de discernir cuál es genuina y cuál es falsa, ¿verdad? Un anticristo puede verse muy amable delante de las personas, pero, si estas supieran lo que hace en privado, lo hallarían desagradable. Sentirían que es una deshonra tratar con él, que no es un hombre íntegro, sino malvado y mezquino. En ese caso, ¿puede el anticristo relacionarse con gente normal? No, no puede. No se trata de una persona normal que tiene algunos malos hábitos, sino que es una cuestión de carácter. En cuanto ves su carácter, te percatas de que no es humano sino una bestia, un diablo. Dime, ¿cómo se siente un humano cuando lidia con animales? Es como meter un cerdo dentro de la casa, limpiarlo, vestirlo con pequeñas prendas y tratarlo como a una mascota. Al día siguiente te encontrarás con que la casa se ha convertido en una pocilga; el cerdo come, bebe y hace sus necesidades allí sin ninguna consideración por la higiene. Es entonces cuando te das cuenta de que no se puede tener a los cerdos así: ¡son animales! Desde fuera, puede parecer que las personas como los anticristos tienen algo de calibre y educación, o puede que hayan sido alguna vez figuras prestigiosas en la sociedad y eso les haya ganado cierto respeto. Pero la mayoría son como animales sin siquiera conciencia ni razón. ¿Poseen una humanidad normal? (No). Sin humanidad normal, ¿pueden aún ser consideradas humanas? ¿Podríais aceptar su liderazgo? ¿Qué pasaría si los hermanos y hermanas cayeran en las manos de personas como esas? Serían desorientados y atraídos y sin duda sufrirían. Los anticristos son diablos y no tienen conciencia ni razón. En la superficie, parecen amorosos, comprensivos y empáticos con las dificultades, debilidades y necesidades emocionales de algunas personas. En realidad, esas son las personas a las que ellos prefieren y que los adulan. Pero, si ellas ponen en riesgo el estatus o la reputación de los anticristos, estos no solo no las tratarán con bondad, sino que usarán, sin ningún escrúpulo, métodos incluso más malévolos para lidiar con ellas sin mostrar un ápice de empatía o tolerancia. El amor y la tolerancia de los anticristos es tan solo una fachada y su objetivo no es, en ningún caso, llevar a la gente ante Dios, sino hacer que los adoren y sigan a ellos. Su propósito al atrapar a las personas de esta manera es afianzar su propia posición y ganar adoración y seguidores entre ellas. Sin importar los métodos que utilicen para desorientarlas y atraerlas, una cosa es cierta: se devanarán los sesos y emplearán cualquier medio que sea necesario en aras de su propio poder y estatus. Otra certeza es que, hagan lo que hagan, no lo hacen para cumplir con sus deberes, y sin duda tampoco para llevarlos a cabo adecuadamente; más bien lo hacen para lograr su objetivo de tener poder dentro de la iglesia. Además, sin importar lo que hagan, jamás tendrán en cuenta los intereses de la casa de Dios y desde luego tampoco los de Su pueblo escogido. En el diccionario de los anticristos, esas dos consideraciones no existen; están intrínsecamente desprovistos de ellas. Independientemente de su nivel de liderazgo, no muestran la más mínima preocupación por los intereses de la casa de Dios ni de Su pueblo escogido. En sus pensamientos y puntos de vista, la obra de la iglesia y los intereses de la casa de Dios son irrelevantes y están por debajo de ellos. Solo piensan en su propia posición e intereses. Esto deja ver que la esencia-naturaleza de los anticristos, aparte de ser perversa, es particularmente egoísta y despreciable. Solo actúan por el bien de su propia fama, ganancia y estatus, sin prestar la más mínima atención a la vida o muerte de los demás. Cualquiera que represente una amenaza para su posición es objeto de una represión y una exclusión sin escrúpulos y es castigado con la máxima severidad. A veces, cuando alguien los reporta por cometer demasiadas maldades y lo Alto los descubre, sienten que están a punto de perder su posición y comienzan a llorar lágrimas amargas. Por fuera, parece que se arrepienten y regresan a Dios, pero ¿cuál es la verdadera razón detrás de esas lágrimas? ¿Qué es lo que realmente lamentan? Se afligen y sufren porque han perdido el corazón de la gente y su propia posición y reputación. Eso es lo que encierran sus lágrimas. Al mismo tiempo, ya están tramando los próximos movimientos para afianzar su posición, aprender de sus errores y regresar. A juzgar por ese comportamiento de los anticristos, se ve que jamás sienten remordimiento ni sufren por sus transgresiones ni por las actitudes corruptas que han revelado, y no hay duda de que no se conocerán a ellos mismos ni se arrepentirán genuinamente. Puede que se arrodillen ante Dios, llorando amargamente, reflexionando y maldiciéndose a sí mismos, pero se trata de una fachada para desorientar a la gente, y puede que muchas personas hasta crean que es auténtico. Es posible que, en ese momento, sus sentimientos sean genuinos. Sin embargo, es necesario recordar que los anticristos nunca experimentarán verdadero remordimiento; no lo harán ni siquiera si un día son puestos en evidencia y descartados. Solo reconocerán su propio error, que han metido la pata y que han expuesto todas sus acciones malvadas. ¿Por qué lo digo? Porque, en base a la naturaleza de los anticristos de odiar la verdad y a Dios, ellos nunca aceptarán la verdad. Por lo tanto, su autoconocimiento es eternamente falso. Solo admitirán que perdieron los corazones de las personas porque no pudieron captar las oportunidades de hacerse con el poder y afianzar su posición. Esos son los motivos de su sufrimiento y remordimiento. También puede que derramen lágrimas cuando están angustiados, pero ¿por qué lloran? ¿Qué hay detrás de esas lágrimas? Lloran porque sus muchas acciones malvadas han quedado al descubierto y porque han perdido su posición. Si pudieran sentir verdadero remordimiento y llorar porque han hecho el mal y se sienten en deuda con Dios, no cometerían tantas múltiples maldades. Si carecen de una conciencia culpable y no admiten sus acciones malvadas, ¿cómo puede surgir en ellos un remordimiento genuino? Después de hacer el mal, no tienen remordimiento; rebosan de indiferencia y lo único que sienten es que han quedado mal y que han hecho el ridículo. Puede que su ánimo decaiga un poco. Aunque parezca desde fuera que todo está bien, en realidad, en el fondo, están como un mudo tomando condimentos amargos: sufriendo en silencio. Experimentan un torbellino de emociones en su corazón y derraman lágrimas amargas, pero no hay arrepentimiento genuino. Esa es la verdadera situación. A veces, los anticristos pueden decir algunas palabras agradables, como: “Fue por mi calibre pobre que no hice bien el trabajo y que cometí algunos actos que perturbaron y trastornaron; no pude dirigir y no soy digno de asumir el liderazgo. Que dios me discipline y me maldiga. Si decidís no volver a elegirme como líder en el futuro, no me quejaré”. Y enseguida romperán en llanto. Algunas personas sin discernimiento sentirán compasión y dirán: “No llores, te volveremos a elegir en el futuro”. Al oír eso, ellos dejarán de llorar de inmediato. ¿Ahora veis cómo son en realidad? Cuando dicen unas pocas palabras lindas es para ganarse el corazón de las personas, desorientarlas y timarlas, y algunas hasta les creen. Si los anticristos derraman lágrimas, sin duda hay intenciones ocultas detrás. Cuando aquellos que los adoran comienzan a cuestionarlos y su estatus se tambalea, lloran. Se sienten tan turbados que no pueden comer ni dormir y le dicen a su familia sin cesar: “¿Cómo puedo continuar si no tengo un puesto de líder?”. Ellos le responderán: “¿No vivías bien antes, cuando no tenías estatus? ¿Por qué no puedes seguir viviendo?”. Y él contestará: “Si no fuera por mi estatus, ¿habría recibido estos beneficios? ¿Seguiríamos siendo así de adinerados? ¿Por qué eres tan tonto?”. En casa, algunos dirán abiertamente: “¿Qué sentido tiene vivir sin estatus? ¿Cuál es el sentido de la vida? Nuestra familia tiene solo unos pocos miembros y en casa solo puedo estar a cargo de ellos. Solo soy cabeza de familia, mi estatus no es elevado. Debería ser un alto cargo de la iglesia; de lo contrario, habré desperdiciado mi vida. Además, sin esa posición en la iglesia, ¿podría nuestra familia gozar de una vida tan buena?”. Puertas adentro hablan con honestidad y sus ambiciones quedan al desnudo. ¿No son individuos descarados? La desorientación de los anticristos no es una transgresión ocasional, no es accidental. Si se tratara de malas acciones ocasionales y accidentales, no se los consideraría anticristos. Ellos desorientan a la gente de manera intencional, los rige el carácter satánico. Es por eso que desorientan a las personas constantemente, usando este método adrede para controlarlas y finalmente ganar poder. De hecho, el objetivo de un anticristo al desorientar y controlar a las personas es hacer que ellas lo escuchen, lo sigan y se distancien de Dios. Sus intenciones son muy claras: busca competir con Dios por las personas. Sus acciones no son revelaciones de corrupción pasajeras, no son fruto de un impulso ajeno a su voluntad y, sin duda, no son forzadas por circunstancias especiales. Son exclusivamente producto de su naturaleza perversa, de sus ambiciones y deseos desmesurados, de su carácter insidioso y de sus múltiples conspiraciones. Su capacidad de hacer esas cosas en el presente está determinada por su esencia-naturaleza: albergan esas intenciones y conspiraciones después de creer en Dios, esperando convertirse en líderes para comenzar a cumplir esos sueños y lograr sus objetivos. Ese es el verdadero estado del corazón de un anticristo, y no se desvía ni un milímetro.

A partir de lo conversado hasta aquí, deberíais comprender la verdad en la que es necesario que entréis. Por un lado, deberíais discernir a los anticristos y a las personas malvadas que muestran tales comportamientos y tal esencia-naturaleza. Por otro, también deberíais compararlo con vosotros mismos para ver si exhibís dichos comportamientos. Bien, si podéis encontrar coincidencias entre lo que decís y el discurso de los anticristos o si, en situaciones similares, ambos mostráis los mismos comportamientos, entonces, ¿podéis discernir las semejanzas que hay entre vosotros y los anticristos en el carácter que reveláis o en vuestra práctica? ¿Podéis captar, por medio de los ejemplos que os he dado o de los detalles, palabras y acciones descritos en esos ejemplos, la verdad de la que se ha hablado aquí? ¿O podéis entender las actitudes corruptas de las personas que se han puesto al descubierto aquí? ¿Podéis escuchar de esa manera? ¿Desde qué perspectiva estáis escuchando? Si discernís completamente esas actitudes y esencias de los anticristos y observáis sus comportamientos y prácticas desde la perspectiva de un espectador, ¿podéis ganar la verdad? (No). Entonces, ¿desde qué perspectiva deberíais escuchar? (Desde la comparación con uno mismo). Comparaos a vosotros mismos con esas cosas: eso es lo más básico. ¿Qué más? (Equiparse con la verdad). Correcto, debéis comprender la verdad que es necesario que comprendáis de cada ejemplo que os doy. Aquellos que no tienen entendimiento espiritual solo pueden comprender los hechos, mientras que quienes lo poseen y también tienen buen calibre pueden comprender y ganar la verdad a partir de ellos. ¿Podéis resumir las verdades que hay presentes en las historias y ejemplos de los que acabamos de hablar? Al hablar sobre ciertas historias o ejemplos se busca ayudar a las personas a conectarlas con la realidad, a comprender mejor varios problemas que se reflejan en ella y a profundizar la impresión que tienen de las distintas manifestaciones y esencias relacionadas con este aspecto de la verdad. En otras palabras, cuando se trate de ese aspecto de la verdad o de la esencia-naturaleza, pensarás en un ejemplo o caso específico. De esa manera, cuando te entiendas a ti mismo o disciernas a los demás, tendrás un entendimiento visual más fácil de comprender, práctico y concreto que la mera lectura de teoría o texto. Si solo es texto y no lo experimentas, tu comprensión del mismo podría quedar limitada a las propias palabras, siempre constreñida por tu propia experiencia limitada, y sin poder salir de ese rango. En cambio, si agrego ciertos ejemplos y combino algunas historias, algunas escenas, palabras y acciones específicas y comportamientos en mi enseñanza, eso tendrá un efecto auxiliar en tu comprensión de la verdad en ese aspecto. Si logro ese efecto, quiere decir que tú has entendido ese aspecto de la verdad. ¿Qué nivel de entendimiento debes alcanzar para que cuente como entendimiento? No tiene que ser el cien por ciento, pero tu comprensión, definición, concepto y conocimiento de ese aspecto de la verdad debería, al menos, haberse consolidado. ¿Qué significa esa consolidación? Que se vuelve relativamente puro; básicamente sin ningún conocimiento, nociones, figuraciones o especulaciones humanos en medio o con una cantidad menor de ellos. Esos son los efectos que tienen dichos ejemplos. Puede que conozcas a las personas o acontecimientos que menciono en esos ejemplos, o que hayas estado en contacto con esta gente y la conozcas bien; o puede que hayas tenido contacto con esos acontecimientos e incluso hayas sido testigo de todo el proceso cuando esas personas hicieron lo que hicieron. Pero ¿qué beneficios trajo eso a tu comprensión y reconocimiento de la verdad? Es posible que hayas vivido con esas personas, que hayas visto cómo se desarrollaban historias como estas y hayas experimentado por ti mismo todo lo que ocurrió en ellas, pero eso no necesariamente implica que entiendas ese aspecto de la verdad. ¿Qué quiero decir con esto? Que no des por sentado que, solo porque conozcas o tengas relación con la persona o el acontecimiento del que estoy hablando, no es necesario que escuches los detalles o la verdad y el contenido específico compartido aquí. Eso sería un grave error. Incluso si la persona es alguien a quien conoces íntimamente, no quiere decir que ya hayas comprendido y captado la verdad en cuestión. ¿Por qué os recuerdo esto? Es para evitar que os obsesionéis con los detalles. Siempre que veis a alguien haciendo cosas como esas y Dios los saca como ejemplo, os burláis de esa persona y la menospreciáis. ¿Es esa la actitud correcta hacia la verdad? (No). ¿Qué actitud es? ¿No es descarriarse? Esa es una comprensión tendenciosa. Es gracias a estos ejemplos gráficos, historias y personas y acontecimientos específicos que todos pueden apreciar cómo es que se revela el carácter corrupto de las personas, ser verdaderos testigos de la forma en que se revela el carácter corrupto y la esencia-naturaleza de la gente, qué es la esencia-naturaleza de una persona, qué es un carácter corrupto, qué tipo de senda toman las personas con un determinado tipo de carácter corrupto y de esencia-naturaleza, qué cosas aman, cuál es el alcance de sus emociones, cómo se comportan y lidian con el mundo y cuál es su actitud hacia la vida, cuáles son sus principios para relacionarse con el mundo y cuál podría ser su actitud hacia Dios y la verdad. Es, precisamente, por estos ejemplos, estos individuos y acontecimientos concretos, que las personas pueden unir mejor la realidad-verdad con la revelación de la esencia humana por parte de Dios y lograr una mirada un poco más clara y precisa de ellas. Así que, ¿qué intento decir con estas palabras? Que no deberías subestimar estas historias. Sin importar qué tipo de historia cuente ni sobre quién o sobre qué tipo de persona sea, hay un solo objetivo y es ayudarte a comprender la verdad. Si ganas la verdad a partir de ella, entonces el objetivo deseado se habrá cumplido. Por eso, puede que estas historias solo te permitan entender algunas verdades superficiales la primera vez que las escuchas, que solo te permitan captar el sentido más superficial o la interpretación literal. Pero, a medida que tu estatura sigue creciendo, a medida que te haces más mayor y creces en la vida a raíz de distintas circunstancias, tu vida también madura poco a poco y tendrás distintos entendimientos de los acontecimientos en estas historias y de la esencia-naturaleza, el comportamiento y las manifestaciones de los distintos individuos representados en ellas. ¿De dónde vienen esos entendimientos? De las verdades involucradas en las historias, no de las historias en sí mismas. Si es solo contar una historia, como la de “Pedro y el lobo”, pero después de escucharla no hay nada más, entonces no se relaciona en nada con la verdad. Lo único que hace es enseñarle a la gente cómo actuar: es muy directa y superficial. Pero, cuando se trata de la verdad, la profundidad de la historia va más allá de los significados superficiales que una persona puede comprender enseguida. Involucra el carácter corrupto y la esencia-naturaleza de las personas, involucra cómo discernirlas, cómo elegir la senda de cada uno, cómo abordar la verdad y qué actitudes deberían tener las personas en respuesta a los requisitos de Dios. Involucra las cosas que la gente debería rechazar y las que debería abrazar. Si sois capaces de escuchar de esa manera, cada vez que oigáis sermones obtendréis algo, ganaréis más luz y entenderéis más principios relativos a varios aspectos de la verdad y experimentaréis algo de entrada en la vida. A medida que las personas crecen, que el tiempo pasa, que las circunstancias sociales se modifican y que las modas cambian, la verdad sigue obrando en el corazón de las personas, y ellas sabrán cómo practicar la verdad y cómo mirar a las personas y a las cosas en base a esta. Eso significa ganar la vida: la verdad puede convertirse en la vida de una persona. Por eso, sin importar cuándo se cuente una historia, no te limites a escucharla una vez y listo. Sigue escuchando y, si no comprendes, puedes hablar sobre ella. Si te cuesta captarla en la etapa en la que estás, podría ser porque tu estatura aún es insuficiente. En ese caso, escucha lo que puedas comprender y selecciona lo que se adapte a tu estatura actual. Si una historia parece clara cuando la escuchas, pero luego se ve profunda; si está más allá de tu comprensión o no se alinea con tus experiencias y circunstancias de vida en esta etapa, entonces guárdala en tu corazón y deja que se te grabe. Más adelante, cuando te topes con situaciones similares, lo que has guardado en tu interior podría reflejarse en la superficie. Es como el vocabulario y los términos que has estudiado o la información que tu cerebro ha asimilado. ¿Piensas en ellos todos los días? Es probable que no. Por lo general no te obsesionas con ellos, pero, cuando te encuentras en un ambiente en el que estos términos, vocabulario o información son relevantes, algunos de ellos vienen a tu cabeza. Las personas tienen memoria y almacenan, de forma natural, algunas cosas en la mente. Esas cosas son suficientes para que las uses en la vida cotidiana y pueden ser algo beneficiosas, pero, si intentas usarlas de manera deliberada y aplicas estrictamente preceptos, lo más probable es que cometas errores. Deberías escuchar selectivamente en función de tu propia estatura y de las circunstancias que hayas vivido. Así, tu progreso será más rápido. Aquellos que saben cómo escuchar ganarán más, mientras que los que no saben hacerlo ganarán menos o quizás nada de nada. Incluso podrían sentir que no quieren escuchar ninguna de esas historias, que en ninguna de ellas está la verdad, y preguntarse por qué no hablo de ella en lugar de ponerme a parlotear de nimiedades y a cotillear constantemente. ¿Qué tipo de gente revela ese comportamiento? (Los que no tienen entendimiento espiritual). Puede ser que las personas que no tienen entendimiento espiritual piensen así. Pueden pensar que, cuando doy sermones, solo hablo de esas cuestiones cotidianas. Bien, ellas pueden hacer lo mismo, así que, cuando no tienen nada mejor que hacer, se ponen a parlotear de nimiedades con otros. Puede que tú sepas más chismes que las historias que yo cuento, pero ¿lo que hablas contiene la verdad? (No). Si no la contiene, ten cuidado de no hablar de manera indiscriminada o podrías terminar hablando de cosas que nada tienen que ver con la verdad. Yo cuento historias para ayudar a la gente a entender la verdad. Vosotros no deberíais imitarme a ciegas. Debéis concentraros en buscar la verdad, en comprenderla y en hacer un esfuerzo para manejar los asuntos de acuerdo con los principios. Ya sea en vuestro discurso o en vuestras acciones, anteponed ajustaros a los principios-verdad. De esta manera, entraréis de a poco en la realidad-verdad.

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