Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (I) Parte 4
C. Desprecio por la santidad y unicidad de Dios
Los anticristos no reconocen ni creen en lo más mínimo en la justicia y en la omnipotencia de la esencia-carácter de Dios, y mucho menos tienen algún conocimiento de ellas. Por supuesto, todavía más difícil les resulta creer, reconocer y conocer la santidad y unicidad de Dios. Por eso, cuando Dios menciona que quiere que las personas sean honestas, que quiere que sean seres creados sensatos, capaces de cumplir su rol, aparecen ideas en los anticristos y les surgen una actitud y un sentimiento. Dicen: “¿No es dios elevado? ¿No es supremo? Si lo es, los requisitos que pide a los humanos deberían ser grandes y elevados. Pensé que dios era muy misterioso; no hubiese pensado que tendría exigencias tan insignificantes para los humanos. ¿Se las puede considerar la verdad? ¡Son demasiado simples! Sería correcto que los requisitos de dios fuesen elevados: uno debería ser una persona excelente, genial, capaz; eso es lo que debería exigirle dios al hombre. Quiere que seamos personas honestas, ¿de verdad esa es la obra de dios? ¿No es eso fingido?”. En lo profundo de su corazón, los anticristos no solo se resisten a la verdad: mientras lo hacen, también viene a ellos la blasfemia. ¿Acaso no están despreciando la verdad? Están llenos de desprecio y desdén por las exigencias de Dios; las definen y las tratan con una actitud de menosprecio, desestimación, sarcasmo y burla. Es evidente que los anticristos son odiosos en su esencia-carácter; no son capaces de aceptar cosas o palabras que son verdaderas, hermosas y prácticas. La esencia de Dios es verdadera y práctica y Sus requisitos para las personas son conformes a lo que necesitan. ¿Qué es eso de “grandes y elevados” que mencionan los anticristos? Es falso, vacío y hueco, corrompe a las personas y las desorienta, las hace caer y las aleja de Dios. Las verdades que Dios expresa y Su vida, por otro lado, son fieles, amorosas y prácticas. Una vez que uno lleva un tiempo experimentando las palabras de Dios y viviendo mediante ellas, descubre que solo la vida de Dios es lo más hermoso, que solo Sus palabras pueden cambiar a las personas y convertirse en su vida, y que estas son lo que la gente necesita; mientras que esas opiniones y dichos grandes y elevados que proponen Satanás y los anticristos son diametralmente opuestos a la veracidad y practicidad de las exigencias de Dios hacia el hombre. Por tanto, en base a ese tipo de esencia, los anticristos son por completo incapaces de aceptar la santidad y unicidad de Dios. No hay manera alguna de que reconozcan esas cosas. Y, respecto a las diversas facetas del carácter y la esencia corruptos de las personas que Dios deja en evidencia —su intransigencia y arrogancia, su carácter de falsedad, perversidad, de sentir aversión por la verdad y de crueldad—, los anticristos no las aceptan para nada. Y, con respecto al juicio que Dios hace de las personas y a la severidad con que las regaña, los anticristos ni siquiera son capaces de reconocer la santidad y la hermosura de Dios que hay en esas cosas; al contrario: en el fondo sienten aversión por esas palabras que Dios dice y se oponen a ellas. Cada vez que leen las palabras de Dios que castigan, juzgan y dejan en evidencia el carácter corrupto del hombre, las odian y quieren maldecir. Si alguien les dice que son personas arrogantes, intransigentes y perversas que sienten aversión por la verdad, discutirán con esa persona y maldecirán a sus antepasados; y, si alguien pone al descubierto su esencia corrupta y los condena, es como si esa persona hubiese querido matarlos: no lo aceptarán de ninguna manera. Es porque tienen esa esencia y revelan esas cosas que los anticristos son identificados, sin saberlo, y aislados y puestos en evidencia sin darse cuenta en la casa de Dios y en la iglesia. Su ambición y deseo a menudo quedan insatisfechos y por eso aumenta su odio por las palabras de Dios, por Su existencia y por la frase “La verdad reina en la casa de Dios”. Si les dices esa frase, querrán luchar contigo a muerte, atormentarte y castigarte hasta morir. ¿No demuestra eso por sí solo que los anticristos son adversos a Dios? ¡En efecto, lo hace! Si alguien dijera: “Dios es único; el hombre no debe adorar a ninguna persona ni ídolo aparte de Él”, ¿estaría un anticristo dispuesto a oírlo? (No). ¿Por qué? Esas palabras lo condenan, ¿no es cierto? ¿No le quitan su derecho a ser dios? ¿Sería feliz sin el derecho a ser dios, si se extinguiera esa esperanza? (No). Por eso, si lo desenmascarases, arruinaras su prestigio y su reputación y lo dejaras sin nadie que lo adore, incapaz de ganarse a las personas y despojado de estatus, iría tras de ti con sus garras malévolas y demoníacas para atormentarte. Cuando pasa algo en una iglesia y alguien quiere reportarlo a lo Alto, si el líder de la iglesia es un anticristo, ¿permitirá que se reportase? No podrán saltárselo a él. Dirá: “¡Si lo reportas, las consecuencias caerán sobre ti! Si lo alto nos poda y echa a personas de nuestra iglesia, me aseguraré de que lo lamentes: haré que todos te abandonen. ¡Entonces vivirás en carne propia lo que se siente al que te echen!”. ¿No se sentirá asustada y amenazada por esto la persona que pensaba reportarlo? El anticristo dice: “Dios es único, ¿no es así? Vale, yo también lo seré. En nuestra iglesia se hace lo que yo digo. Para cualquier cosa que quieras hacer, tienes que pasar antes por mí, y no podrás saltarme. ¿Quieres hacerlo? ¡Será sobre mi cadáver! Yo reino en nuestra iglesia; aquí se hace lo que yo digo. Yo soy la verdad, ¡yo soy el único!”. ¿Acaso no es un diablo manifiesto? Lo es. Es un semblante endiablado al descubierto, son palabras endiabladas pronunciadas.
En cuanto a la forma en la que los anticristos tratan la esencia de Dios, oscilan de la incredulidad y las dudas a esperar el momento y verificar y, finalmente, al juicio y la blasfemia. Esto los dirige paso a paso a una situación pantanosa, a un abismo sin fondo, y los lleva hacia la senda de oponerse a Dios y ser Su enemigo, a estar en completo desacuerdo con Él y a clamar en Su contra hasta el final, desde donde ya no hay retorno. No es solo que no reconocen la existencia de la esencia de Dios; en lugar de eso, surgen en ellos todo tipo de nociones y figuraciones sobre cada uno de los aspectos de la esencia de Dios, y con ellas desorientan a los que los rodean y a la gente con la que entran en contacto. Su objetivo es hacer que más personas sean como ellos, que duden de la existencia de Dios y de Su esencia. Cuando mueran, incluso podrían arrastrar a otros con ellos. No les basta con hacer cosas malas por su cuenta: quieren encontrar a otros que los acompañen y las hagan con ellos, que se opongan a Dios y perturben la obra de Su casa con ellos, que duden de Dios y lo nieguen con ellos. Los anticristos están colmados de nociones y figuraciones sobre cada uno de los aspectos de la esencia de Dios. No solo son incapaces de conocer Su esencia a partir de todo lo que Dios hace, sino que también la analizan rigurosamente, la estudian, la verifican y emiten juicios sobre ella y hasta se enfrentan con Dios en secreto, diciendo: “¿No eres único? ¿No eres el dios que tiene soberanía sobre el destino de la especie humana? ¿Cómo puedes permitir que les pasen cosas como esas a las personas que creen en ti? Si eres el dios único, no deberías permitir que ninguna fuerza enemiga se meta en tu lugar de trabajo”. ¿Qué forma de hablar es esa? Cuando algo sucede en la iglesia, los anticristos serán los primeros en ponerse de pie y hacer comentarios desmoralizantes y decir palabras negativas y críticas. Serán los primeros que se alcen y discutan con Dios y lo confronten, exigiéndole que haga tal o cual cosa. Es especialmente en esas ocasiones en que la casa de Dios afronta dificultades o problemas espinosos cuando los anticristos están encantados. Es en esos momentos cuando están más felices y satisfechos, cuando saltan más alto de alegría. No solo no son capaces de defender los intereses de la casa de Dios, sino que se mantienen al margen, observando y riéndose, esperando con ansias que la insurrección plague la casa de Dios, que Su pueblo elegido sea arrestado y dispersado y que la obra de Su casa no pueda seguir avanzando. En ese momento serán tan felices como en el Año Nuevo. Y, cada vez que se zanja y se resuelve algo que pasa en la casa de Dios, cuando los hermanos y hermanas han aprendido una lección de ello, ahí es cuando se pronunciará la “sentencia” de los anticristos. También es cuando más abatidos, tristes y desesperanzados se sienten. No pueden tolerar ver que a los hermanos y hermanas les va bien, o que los seguidores de Dios tienen fe y rebosan de confianza mientras lo siguen; no pueden soportar ver que los hermanos y hermanas tienen cambios en su carácter bajo la guía de las palabras de Dios y que cumplen sus deberes con lealtad, y que la obra mejora cada vez más. No soportan ver florecer a la iglesia o ver que el plan de gestión de Dios avanza gradualmente en una buena dirección, y aún más odian cuando las personas están siempre predicando las palabras de Dios, dando testimonio de Él y alabando Su hermosura y Su carácter justo. Y detestan todavía más que las personas busquen a Dios, le oren y busquen Sus palabras sin importar lo que les pase, que se sometan a Él y acaten Su instrumentación. Incluso mientras los anticristos comen de la casa de Dios, disfrutan Sus palabras y gozan de todos los beneficios de Su casa, a menudo están deseando tener una oportunidad de reírse de la casa de Dios. Esperan con ansias que todos los que creen en Dios sean dispersados y que la obra de Dios quede sin la posibilidad de seguir avanzando. Por tanto, cuando algo le sucede a la casa de Dios, en lugar de defenderla, de pensar maneras de resolver el problema, de proteger a los hermanos y hermanas con todo su poder o de unir fuerzas con ellos para encargarse del problema juntos, presentándose ante Dios y sometiéndose a Su soberanía de manera conjunta, los anticristos se mantienen al margen, riéndose, dando malos consejos, destruyendo y perturbando. En un momento crítico, incluso tenderán una mano a personas externas a expensas de la casa de Dios, actuando, de esa manera, como unos esbirros de Satanás que perturban y quebrantan las cosas adrede. Una persona así, ¿no es enemiga de Dios? Cuanto más crítica sea la situación, más claramente queda al descubierto su semejanza endiablada; cuanto más crítica y ajetreada sea la situación, más queda en evidencia, con el mayor detalle y en toda su extensión, su semejanza endiablada. Cuanto más crítica es la situación, más ayuda brindará a personas externas a expensas de la casa de Dios. ¿Qué clase de cosa son? ¿Son hermanos y hermanas? Son personas que hacen cosas destructivas y abominables; son enemigas de Dios; son diablos y satanases; son personas malvadas, anticristos. No son hermanos y hermanas ni son candidatos para la salvación. Si de verdad fuesen hermanos y hermanas, si fuesen personas de la casa de Dios, entonces, ante cada problema que surgiera en la casa de Dios, se unirían en cuerpo y mente con otros hermanos y hermanas para afrontarlo y encargarse de él juntos. No serían espectadores y mucho menos mirarían y se reirían. Solo las personas como los anticristos se quedarían al margen y se reirían, esperando con ansias que sucedan cosas malas en la casa de Dios.
La esencia de los anticristos puede quedar expuesta en todos y cada uno de los asuntos. Es imposible de ocultar. Sea lo que sea que estén haciendo, sea cual sea el problema, todas las opiniones y actitudes que revelan son aborrecibles para el hombre y para Dios. No solo provocan destrucción, trastorno y perturbación en todas las cosas que surgen, riéndose desde un costado, sino que también se enfrentan a Dios y lo verifican. ¿Qué significa verificar a Dios? (Que, en esencia, no creen en Él y dicen algunas cosas o emplean ciertos trucos para verificar Sus pensamientos, intentando descifrar lo que son). Eso sucede mucho, vosotros lo veis. En el asunto de Job, ¿cómo verificó Satanás a Dios? (La primera vez que Satanás habló, dijo que, si Dios despojaba a Job de su casa y sus posesiones, él ya no adoraría a Dios; la segunda vez, dijo que, si Dios tocaba su hueso y su carne, él negaría a Dios. Satanás quiso verificar a Dios haciendo que sobrevinieran desgracias sobre Job). ¿Es eso una verificación? ¿Es una definición precisa del término? (No). En términos estrictos, esos pasajes hacen referencia a una acusación. Lo que Satanás quería decir con esas cosas era: “¿No has dicho que Job es una persona perfecta? Con todas las cosas buenas que le has dado, ¿cómo podría no adorarte? Si le quitas esas cosas buenas, ¿crees que aún te adoraría?”. Eso es una acusación. ¿Qué es una verificación, entonces? Satanás mandó bandidos a que robaran y saquearan las posesiones de Job. Para Job, eso fue una verificación. ¿Por qué es una verificación? Así: “¿Así que crees en dios? ¡Vamos a ver si sigues creyendo en él después de que te quite estas cosas!”. Sin embargo, ¿cómo lo entendió Job? Como creyó que se trataba de una prueba de parte de Dios, no luchó ni peleó ni dijo nada; se sometió y lo aceptó de Él. También están las cosas que le ocurrieron al Señor Jesús: Satanás le dijo que convirtiera las piedras en comida y le mostró toda la gloria y las riquezas del mundo y le dijo que se postrara y lo adorara. Esas fueron tentaciones. Ahora, ¿qué cosas hacen los anticristos para verificar a Dios? (Los anticristos no tienen corazones temerosos de Dios. Hacen el mal incluso sabiendo que lo es; quieren verificar a Dios para ver si Su castigo caerá sobre ellos. Como no creen en el carácter justo de Dios, cuando hacen el mal no son conscientes de él). Eso es una verificación. La afrontan con una mentalidad de probar y ver qué ocurre; quieren ver qué hará Dios: “¿Acaso dios no es majestuoso e iracundo? Pues voy a tiranizar la iglesia, y he hecho muchas cosas malas a espaldas de dios y del hombre: ¿dios está al tanto de ellas o no? Si no tengo tristeza en mi interior y no sufro castigos carnales, quiere decir que él no lo sabe”. Hacen pequeñas incursiones para verificar si Dios es todopoderoso o no y si Él observa lo más íntimo del corazón de la gente. Eso son las verificaciones. Quieren confirmar la veracidad del asunto, verificar si Dios realmente actúa y si realmente existe. Eso son las verificaciones.
Una vez, en China continental, hubo un anticristo que desorientó a un grupo de personas. Vio que, en otros países, la casa de Dios estaba organizando coros y cantando himnos y pensó: “Si vosotros, en el exterior, podéis tener coros, aquí también podemos tenerlos”. Entonces juntó a gente de diversos lugares para que cantara en un coro. También reunió a una gran audiencia para ellos; fue toda una escena. ¿Por qué lo hizo? En cierto sentido, estaba estableciendo un reino independiente; eso no precisa de mayor explicación. En otro sentido, lo que quería decir era: “El dios en el que creemos es el dios verdadero y nosotros tenemos la obra del espíritu santo. Puede que estemos en un entorno hostil, con el gran dragón rojo que nos persigue y nos vigila de cerca estrictamente, pero vamos a mostrarle a la gente si él nos está protegiendo o no. Vamos a ver si puede pasarnos algo; vamos a ver si pueden arrestarnos”. ¿Qué mentalidad es esa? (Una de verificación). Es verificación; es ondear una bandera y usar unos eslóganes que dicen que creen que Dios es todopoderoso y omnipresente para examinar lo que Él realmente hará; es apostar y enfrentarse con Él. Eso se llama “verificar”. Algunas personas, cuando otras les dicen: “No puedes comer esto, te caerá mal al estómago”, responden: “No te creo, ¡lo comeré! Ya veremos si Dios me da una descompostura o no”. Entonces lo comen y, en efecto, se descomponen, y piensan: “¿Por qué Dios no me protegió? Otras personas se descompusieron, pero eso es porque no creen en Él. Yo creo en Dios, ¿por qué me descompuse como todos los demás?”. ¿Qué clase de comportamiento es ese? (Verificación). Es el resultado de no conocer a Dios. Pero, en el caso de los anticristos, hay algo más: no reconocen la existencia de la esencia de Dios en absoluto, por lo que hacen las cosas a partir de su propio esfuerzo y de sus figuraciones y no desde la fe. Por el contrario, están verificando a Dios. Están usando su comportamiento y sus pensamientos e impulsos del momento para investigar si Dios existe, si Su omnipotencia es real y si realmente puede protegerlos. Si su experimento tiene éxito, entonces su fe continuará en función de eso. Si falla, si Dios los decepciona, ¿qué harán? Dirán: “Ya no creo en dios. No es que le importen las personas. Todos dicen que él es el refugio del hombre, pero, a mi manera de verlo, eso no es necesariamente así. Respecto a esas palabras, es necesario que las personas tengan un plan de respaldo a futuro para sí mismas, no pueden ser tan estúpidas. La gente debe resolver sus asuntos por sí misma, no puede depender de dios para todo”. Ese es el resultado que han inferido de su verificación. ¿Qué pensáis de ese resultado? ¿Sería el mismo si las personas persiguen la verdad? (No). ¿Por qué no? Si las personas persiguen la verdad, terminarán llegando a un logro y a una recompensa buenos y positivos. O sea que, sin importar lo que hagan las personas, Dios tiene Sus formas y Sus principios para cómo actuar en respuesta a esas cosas y para cómo considerarlas, y la gente tiene unas obligaciones que cumplir y sus propios instintos. Dios les confiere esos instintos; ya les ha dado principios, por lo que las personas deberían actuar de acuerdo con ellos y guiadas por las palabras de Dios. En algunos casos, desde fuera, parece que Dios debería proteger al hombre, pero ¿ese “debería” viene del hombre o de Dios? (Del hombre). Es algo imaginado en la mente humana. Ese “debería” no es la verdad, no es responsabilidad de Dios. Entonces, ¿qué es exactamente lo que Dios hará? Él tiene Sus formas de actuar y Sus principios. A veces, al no protegerte, te está poniendo en evidencia, viendo qué senda escoges. A veces, a través de un entorno hostil, está perfeccionando tu conocimiento en algún campo, te está permitiendo ganar un aspecto de la verdad y cambiar de alguna manera. Te está fortaleciendo y haciéndote crecer. En resumen, como sea que actúe, Dios tiene Sus principios y razones, así como también Sus metas y objetivos. Si tomas como la verdad la idea de que “Dios debe protegerme y actuar de tal y cual manera” y la defiendes como tal y la usas para hacerle exigencias a Dios, entonces, cuando Él no actúe de esa manera, surgirá un conflicto entre tú y Él. Y, cuando eso suceda, Dios no tendrá la culpa. ¿Quién la tendrá? (El hombre). Eso comienza con un problema en los puntos de vista de la gente, en la forma en que toma una postura errada y ocupa la posición equivocada. Cuando le pides a Dios que actúe de una determinada manera, te sentirás bastante justificado. Pero, al dar un paso atrás, cuando puedes someterte y aceptar, sentirás que esas justificaciones no se sostienen y que son tus actitudes corruptas y tus exigencias poco razonables. Cuando puedas aceptar, Dios te concederá la medida de la verdad y el conocimiento que debes ganar. A Sus ojos, ese es el elemento de la verdad que más debes ganar, no alguna bendición o gracia insignificante. Solo Dios sabe lo que es más importante para ti, y Él te lo otorgará cuando sea el momento y en dosis. Por otra parte, los anticristos no reconocen la verdad ni la obra del Espíritu Santo. Independientemente de quién pueda hablar sobre la verdad y dar testimonio del amor y la salvación de Dios, el anticristo no solo se negará a aceptarlo, sino que le causará repulsión y se resistirá a ello. Esa es la diferencia entre los anticristos y la gente corrupta común.
Aquí concluiremos nuestra enseñanza sobre la característica de los anticristos de negar la identidad de Dios y Su esencia de unicidad. ¿Tenéis alguna otra pregunta? (Dios, tengo una pregunta. Cuando estoy difundiendo el evangelio me encuentro con muchos creyentes en el Señor, todos ellos empeñados en defender ese dicho de Pablo que dice: “Para mí, el vivir es Cristo”. Creen que, si pueden alcanzar el estándar de las palabras de Pablo, pueden convertirse en dios. ¿Es esa otra manifestación de los anticristos y también una negación de la esencia de unicidad de Dios?). Más o menos. Los anticristos niegan la singularidad de Dios principalmente porque ellos también desean ser dios. En particular, las palabras de Pablo son sus favoritas: “Para mí, el vivir es cristo, el vivir es dios; con la vida de dios soy dios”. Creen que, si esta idea es cierta, tienen esperanza de llegar a ser dios, reinar como reyes y ejercer control sobre la gente; si no lo es, su esperanza de reinar como reyes y de llegar a ser dios se desvanece. En resumen, Satanás siempre quiere estar en pie de igualdad con Dios, al igual que los anticristos: también ellos tienen esta esencia. Por ejemplo, entre quienes siguen a Dios, están los que constantemente lo enaltecen y dan testimonio de Él, de Su obra y del efecto del juicio y castigo de Sus palabras en el hombre. Alaban toda la obra que Dios lleva a cabo para salvar al hombre, así como el precio que Él paga. ¿Los anticristos también desean gozar de todo esto o no? Desean gozar del respaldo, la adulación, el enaltecimiento, e incluso la alabanza de la gente. ¿Y qué más ideas vergonzantes se les ocurren? Quieren que la gente crea en ellos, que dependa de ellos para todo; está bien que la gente también confíe en Dios, pero, si al tiempo que depende de Él es más realista y auténtico para esta depender de los anticristos, entonces los anticristos estarán sumamente complacidos. Si, al tiempo que alabas a Dios y cuentas las gracias que Él te ha dado, también sumas todos los meritorios logros de los anticristos y cantas sus alabanzas entre tus hermanos y hermanas, mientras difundes a los cuatro vientos todo lo que hacen, los anticristos tendrán el corazón extraordinariamente satisfecho y se sentirán contentos. Así, desde el punto de vista de la esencia-naturaleza de los anticristos, cuando dices que Dios es poseedor de autoridad, que es justo y capaz de salvar a la gente; cuando dices que solo Dios es poseedor de dicha esencia, que solo Dios puede realizar una obra de este tipo y nadie puede ocupar Su lugar ni representarlo al hacer estas cosas, que nadie puede tener tal esencia y hacerlas, cuando dices todo esto, los anticristos, para sus adentros, no aceptan estas palabras y se niegan a reconocerlas. ¿Por qué no las aceptan? Porque, por un lado, tienen ambiciones. Por otro, no creen ni reconocen que la encarnación sea Dios. Cada vez que alguien afirma que Dios es único, que solo Dios es justo, se oponen de corazón y se resisten en su interior, diciendo: “¡Te equivocas, yo también soy justo!”. Cuando afirmes que solo Dios es santo, responderán: “¡Te equivocas, yo también soy santo!”. Un ejemplo de esto es Pablo: cuando el pueblo difundió la palabra del Señor Jesucristo y manifestó que Él entregó Su preciosa sangre por los seres humanos, que Él sirvió como ofrenda por el pecado, salvó a toda la especie humana y la redimió del pecado, ¿qué le pareció a Pablo oír esto? ¿Acaso reconoció que todo esto era obra de Dios? ¿Reconoció que Cristo fue el Único capaz de hacerlo y que solamente Él pudo llevarlo todo a cabo? ¿Y reconoció que solo el Único capaz de hacer todo esto podía representar a Dios? No. Dijo: “Si Jesús pudo ser crucificado, ¡también pueden serlo las personas! Si él pudo entregar su preciosa sangre, ¡también las personas pueden! Además, también yo puedo predicar, ¡y sé más que él y puedo soportar el sufrimiento! Si afirmas que él es cristo, ¿no me deberían llamar cristo a mí también? Si difundes su santo nombre, ¿no deberías difundir el mío también? Si él es apto para que lo llamen cristo, si puede representar a dios y es el hijo de dios, ¿no lo somos también nosotros? Nosotros, que somos capaces de sufrir y pagar un precio, de afanarnos y trabajar para dios, ¿acaso no podemos también ser llamados cristo? ¿En qué se diferencia de cristo tener la aprobación de dios y ser llamados cristo?”. En resumidas cuentas, los anticristos no han captado el aspecto de la esencia de Dios que es Su unicidad y no comprenden en qué consiste en realidad. Creen: “Ser cristo o ser dios es algo que se alcanza con la fuerza de la habilidad y la capacidad, al igual que se gana poder a través de la lucha. No te llaman cristo por tener la esencia de dios. Ser cristo es el resultado, ganado con esfuerzo, de la habilidad propia; es así como son las cosas en el mundo: quien tiene más habilidad y capacidad es el que puede ser un alto cargo y puede tener la última palabra”. Esta es la lógica de los anticristos. Ellos no reconocen que la palabra de Dios es la verdad. La esencia y el carácter de Dios mencionados en Sus palabras les resultan incomprensibles; son profanos, personas ajenas y no tienen ni idea, por lo que su discurso se compone de puras palabras de personas ajenas, palabras carentes de entendimiento espiritual. Si han trabajado unos años y se creen capaces de sufrir y pagar un precio, que pueden presumir de mucho mientras predican doctrinas, que han aprendido a hacerse los hipócritas y pueden desorientar a los demás, y que han recibido la aprobación de algunos, entonces se creen, naturalmente, que son capaces de llegar a ser cristo, a ser dios.
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