Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (IV) Parte 2

Algunas personas hacen ciertas cosas a puerta cerrada y, cuando se encuentran conmigo, me dicen: “Cuando era adolescente cometí el pecado de falta de castidad”. Yo les digo: “Por favor, no me cuentes esto a Mí. Ora en privado con sinceridad, arrepiéntete de verdad y el problema estará resuelto y Dios no lo recordará. No es necesario que me lo digas a Mí cara a cara; Yo no indago en estas cosas”. Cuando no los dejo hablar, comienzan a pensar cosas: “¿Realmente eres Dios? Mi corazón es muy sincero y está en llamas y Tú lo has extinguido con un cubo de agua fría. Solo quería tener una conversación franca contigo, ¿por qué no quieres escuchar? Sería bueno que lo hicieras; tengo más detalles para contar”. Yo digo: “El objetivo final de confesar tus pecados es arrepentirte, no relatar numerosos detalles. Si te has arrepentido de verdad en lo profundo de tu corazón, no importa la manera; es inútil pasar por este proceso. Que me aclares a Mí todos los detalles y las circunstancias no quiere decir que te hayas arrepentido. Si realmente lo has hecho, aunque no digas nada, te habrás arrepentido. Y, si no es así, es inútil incluso aunque hables de ello”. Algunas personas no entienden y piensan que Yo quiero escuchar todo lo que hicieron antes de creer en Dios, como no ser castas, robar o condenar e incriminar a otras personas. Piensan que estoy dispuesto a escuchar todas estas cuestiones de su vida personal, que quiero saber y comprender los pensamientos más profundos de todas las personas y todas las cosas que han hecho, buenas o malas. ¿No es esta una noción humana? Están equivocadas. Yo solo necesito conocer las actitudes corruptas de la gente, su esencia y la senda que transitan; eso es suficiente para abordar el significativo asunto de su salvación. No tengo necesidad de saber sobre la vida presente o futura de cada persona; no necesito tales detalles. Las personas suponen: “Tú también eres normal y práctico. Hay algunas cosas que no sabes, así que quizás quieras entender el contexto familiar de cada individuo, el entorno en el cual creció y estas experiencias especiales durante su crecimiento para poder conocerlo plenamente por razones de trabajo, para tener con qué juzgarlo y dejarlo en evidencia”. ¿Es así? (No). Algunas personas que cargan con estas nociones y figuraciones siempre quieren compartir conmigo sus acciones pasadas cuando me encuentran, y dicen: “Ah, Tú no sabes que mi familia solía ser de tal manera…”. Yo digo: “No hables sobre tus asuntos familiares; comparte algunas experiencias sobre creer en Dios”. Otras dicen: “Ah, Tú no sabes que he tenido muchas parejas antes” o “Tú no sabes a quién incriminé en el pasado”. ¿Sirve de algo decir estas cosas? (No). Ellas piensan que el Dios encarnado tiene interés en saber estas cosas, que está ansioso por comprender todas las conductas deshonrosas de la gente y los diversos aspectos detallados de sus vidas en decadencia. Al encontrarme con tales personas, Yo les digo: “Si quieres confesar y arrepentirte, órale a Dios en privado, no me lo digas a Mí. Yo solo soy responsable de enseñarte cómo llevar a cabo tu deber adecuadamente y cómo venerar a Dios en la vida real para ayudarte a alcanzar la salvación. Podemos hablar de cualquiera de estas cosas cuando nos encontramos, pero es mejor no mencionar temas que no estén relacionados con ellas”. Tras oír esto, algunas personas comienzan a pensar: “A Dios realmente le falta amor, Él no es tolerante”. Desde su punto de vista, ¿qué tipo de persona tiene amor? El presidente de la asociación de vecinos, alguien que se encarga específicamente de los asuntos triviales de la vida diaria de las personas. ¿Acaso se supone que Yo debería encargarme de esas cosas? ¡A Mí no me importan en absoluto esas cuestiones! La forma en que vives tu vida, lo que comes y cómo te vistes, cómo ganas dinero, tu situación económica, cómo te llevas con tus vecinos; Yo no interfiero con ninguna de esas cosas. Esa es la actitud de las personas hacia Cristo cuando albergan nociones. En especial, cuando desarrollan nociones hacia las palabras de Cristo o cuando estas contradicen por completo sus propias nociones, los anticristos no se desprenden de ellas ni aceptan la verdad, y tampoco diseccionan esas nociones ni buscan la verdad; por el contrario, se aferran a ellas y su corazón condena en secreto lo que Cristo dice.

En este último período, Dios está llevando a cabo la obra del juicio de los últimos días. A medida que el evangelio del reino se expande, han surgido bastantes tareas relacionadas con diferentes profesiones en la casa de Dios, como aquellas relacionadas con la música, la escritura, el cine, etcétera. Durante el desarrollo de estas tareas de la obra, Cristo también se ha involucrado en algunas labores relacionadas con esas profesiones, principalmente, claro, guiando y determinando la dirección de diversas tareas; Él trabaja dentro de este rango. Es inevitable que Cristo no esté familiarizado con parte del conocimiento o la información general relacionada con estos ámbitos, y puede que haya algunas cosas que no comprenda. ¿No es esto muy normal? A la mayoría de las personas les parece perfectamente normal y no es la gran cosa, puesto que todos están en el proceso de aprendizaje y, bajo la guía de Dios, los trabajos de todo tipo solo pueden mejorar cada vez más, aumentando progresivamente la creación de productos terminados y resultados de alta calidad. Pero, para los anticristos, este no es un tema menor. Ellos dicen: “Tú no estás en absoluto familiarizado con cierto ámbito, incluso eres ignorante. ¿Qué derecho tienes a involucrarte, a guiarnos y dirigirnos? ¿Por qué tú deberías tener la última palabra? ¿Por qué todos debemos escucharte? ¿Es necesariamente lo correcto escucharte a ti? ¿No tomaremos la senda equivocada ni cometeremos errores en nuestro trabajo si te prestamos atención? No estoy tan seguro de eso”. Cuando Cristo aporta guía en el trabajo, algunas personas lo abordan con una actitud escéptica: “Primero veamos si lo que Él dice tiene sentido y está dentro del ámbito adecuado de conocimiento, y si es mejor que nuestras propias ideas. Si lo es, lo aceptaremos y seguiremos Su guía; si no, escogeremos otra opción, encontraremos otra manera”. Sin embargo, los anticristos albergan en su interior una mentalidad de desobediencia total: “Somos profesionales y hemos trabajado en este ámbito durante muchos años. Podríamos completar esta tarea con los ojos cerrados. Seguir tu guía sería hacer las cosas por inercia, ¿no es así? ¿Por qué debemos escucharte? ¿Acaso tus sugerencias no son solo palabras oficiales? Si te hiciéramos caso, ¿eso no nos haría parecer incompetentes? Pero ahora todos están escuchando y no puedo levantarme y oponerme a ti, ya que eso llevaría a que se me tratara como a un anticristo. Así que fingiré por un rato, simularé que escucho, actuaré por inercia y, más tarde, continuaré como siempre sin tener ningún impacto en nada”. Así que, sin importar cómo comparta Cristo los principios-verdad, por mucha claridad con la que explique las cosas, los anticristos siempre tienen sus propias ideas formadas y siempre creen que entienden la profesión, que son expertos en el ámbito, y entonces no comprenden cuáles son los principios-verdad de los que Cristo está hablando. Cualquier momento en el que Cristo provee Su guía sobre el trabajo relacionado con sus profesiones, se convierte en una oportunidad para que los anticristos comparen sus habilidades y talentos con Él. Peor aún, a veces, cuando Cristo habla sobre cuestiones relacionadas con sus profesiones, los anticristos lo ven como una muestra de ignorancia de Su parte y se burlan de Él en secreto y lo desprecian; sienten, a su pesar, aún más resistencia y aversión por que Cristo los guíe en su trabajo. En su corazón no están convencidos en absoluto y dicen: “Tú nos dices que hagamos esto y aquello, pero ¿qué sabes tú? ¿Entiendes, siquiera, los distintos pasos que se dan en estos ámbitos? ¿Conoces los detalles concretos de su funcionamiento? Cuando nos guías en la producción de películas, ¿sabes cómo actuar de manera auténtica o cómo grabar sonido?”. Siempre que afrontan estas cuestiones, los anticristos no escuchan con sinceridad los principios-verdad que involucra cada profesión. En cambio, internamente, se enfrentan con Cristo en secreto e incluso se posicionan como espectadores para ridiculizar a Cristo y burlarse de Él con el corazón lleno de desobediencia. Cuando van a llevar a cabo su trabajo, siguen el proceso de manera superficial, revisando primero las notas de la enseñanza de Dios para ver lo que Él dijo, y luego simplemente comienzan a trabajar haciendo las cosas de la misma forma que antes. Algunos podrían decir: “Dios no dijo eso, ¿por qué lo estás haciendo así?”, a lo que ellos responderán: “Dios no lo dijo, pero ¿acaso dios conoce la situación real? ¿No somos nosotros quienes debemos llevarlo a cabo? ¿Qué sabe dios? Él solo nos dio un principio, pero nosotros debemos manejarlo de acuerdo con la situación real. Incluso si él estuviera aquí, de todas formas deberíamos manejarlo de esta manera. Escuchamos las palabras de dios cuando involucran la verdad, pero, cuando se trata del trabajo profesional y la verdad no está implicada, somos nosotros quienes tomamos las decisiones”. Ellos escucharon los principios-verdad que Dios compartió y tomaron notas sobre ellos, y todos han seguido el proceso y repasado las notas, pero, cuando se trata de cómo se deben hacer las cosas, ¿quién tiene la última palabra? En su caso, no es la verdad la que tiene el poder, ni mucho tiene que ver con que Cristo tenga el poder. Entonces, ¿quién lo tiene? Un anticristo; es un humano el que tiene la última palabra. Desde su perspectiva, la verdad es como aire, solo doctrinas y eslóganes que se mencionan casualmente y ya basta; la gente igualmente hace lo que necesita hacer, de la manera que quiere hacerlo. En su momento, accedió de buena gana y su actitud parecía excepcionalmente sincera, pero, cuando llega la hora, todo cambia y no es como parecía.

Los anticristos, dado que albergan nociones y resistencia hacia el Dios encarnado y que no están convencidos en su interior, básicamente no reconocen al Dios encarnado en su corazón; solo creen en el Dios en los cielos. Son tal como Pablo: él no estaba genuinamente convencido del Jesús encarnado, sino que estaba lleno de nociones. Por eso, en todas las cartas que escribió, nunca dio testimonio de Jesús ni de Sus palabras como la verdad, y nunca habló de si sentía algo de amor por Él. Esas son cosas que la gente puede ver; Pablo es un verdadero anticristo. Ahora todos podéis reconocer que Pablo es el clásico ejemplo de un anticristo. Incluso aunque aquellos que pertenecen a la categoría de anticristos reconozcan que las palabras que Dios expresa son la verdad, ¿pueden aceptarla? ¿Pueden someterse a Cristo? ¿Pueden dar testimonio de Él? Esa es otra cuestión. ¿Pueden someterse a todo lo que Cristo hace? Si Él dispone o asigna un trabajo y guía a la gente sobre cómo hacerlo, ¿pueden obedecer los anticristos? Este asunto pone en evidencia a las personas de la manera más clara. Los anticristos no pueden obedecer; ellos desestiman y trivializan las palabras de Cristo. Por eso, sin importar qué guía específica provea Él o qué tareas asigne para cualquier obra, los anticristos nunca las implementarán. Los anticristos simplemente no están dispuestos a someterse a Cristo. Independientemente de cómo disponga el trabajo, ellos son reacios a llevarlo a cabo; siempre creen que sus propias ideas son más sensatas y piensan que es mejor seguir sus propios planes. Si les dices: “Cuando afrontéis situaciones, debéis colaborar con otras tres o cuatro personas, consultar entre vosotros, hablar más sobre los principios-verdad y actuar de acuerdo con esos principios sin vulnerarlos”, ¿te escuchan? No escuchan en absoluto; hace tiempo han descartado estas palabras a un rincón de su mente y quieren tener ellos mismos la última palabra. Les dices: “Si hay un asunto que no se puede resolver, podéis recurrir a lo Alto”, pero, cuando realmente hay un problema y todos piensan en recurrir a lo Alto, los anticristos dicen: “¿Por qué preguntar por un asunto tan trivial? Solo molestaremos a lo alto. Podemos manejarlo nosotros mismos, ¡no es necesario preguntar! ¡Yo tengo la última palabra y asumiré las consecuencias si algo sale mal!”. Estas frases suenan muy bien, pero ¿de verdad pueden asumir las consecuencias cuando algo realmente sale mal? Si la obra de la iglesia sufre una pérdida, ¿pueden soportar las consecuencias? Si, por ejemplo, los líderes y obreros fueron descuidados al organizar las reuniones y, como consecuencia, arrestaron a los hermanos y hermanas durante una de ellas, provocando que algunos se volvieran negativos y débiles y flaquearan, ¿quién puede asumir tal responsabilidad? ¿Son responsables los anticristos en lo que dicen? ¡Son completamente irresponsables! Esa es la actitud que tienen hacia el trabajo. Dime, ¿los anticristos pueden aceptar verdaderamente las palabras que dice Cristo y someterse a ellas? (No). En los corazones de los anticristos, ¿qué actitud asumen respecto a la práctica de la verdad y la sumisión a Cristo? Una palabra: oposición. Siguen oponiéndose. ¿Y cuál es el carácter contenido en esta oposición? ¿Qué es lo que lo provoca? La desobediencia es la responsable. En términos de carácter, se trata de aversión hacia la verdad, se trata de albergar desobediencia en sus corazones, se trata de no querer someterse. Y, entonces, ¿qué piensan los anticristos, en sus corazones, cuando la casa de Dios pide que los líderes y obreros aprendan a trabajar juntos en armonía, en lugar de que una persona tome todas las decisiones, que aprendan a conversar con los demás? “¡Es demasiado trabajo intercambiar ideas sobre todas las cosas con la gente! Yo puedo tomar las decisiones sobre estas cosas. Trabajar con otros, deliberar con ellos, hacer las cosas de acuerdo con los principios: ¡qué flojo y vergonzoso!”. Los anticristos creen que entienden la verdad, que todo está claro para ellos, que tienen sus propias ideas y maneras de hacer las cosas, y por eso son incapaces de cooperar con otros, no conversan nada con la gente, hacen todo a su manera, ¡y no se doblegan ante nadie más! Aunque los anticristos declaran verbalmente que están dispuestos a someterse, y están dispuestos a cooperar con los demás, no importa lo bien que se vean sus respuestas por fuera, lo bien que suenen sus palabras; son incapaces de cambiar su estado rebelde, son incapaces de cambiar sus actitudes satánicas. Por dentro, son ferozmente oposicionistas, ¿hasta qué punto? Si lo explicamos en el lenguaje del conocimiento, se trata de un fenómeno que se produce cuando se juntan dos cosas de distinta naturaleza: la repulsión, que podemos interpretar como “oposición”. Este es precisamente el carácter de los anticristos: la oposición hacia lo Alto. Les gusta oponerse a lo Alto y no obedecen a nadie.

Los anticristos, cuando afrontan las palabras de Cristo, tienen una sola actitud: la desobediencia; y su único enfoque es la oposición. Por ejemplo, Yo digo: “Nuestro patio es bastante grande y no tiene sombra. En invierno, el sol brilla de punta a punta, permitiendo que las personas disfruten al sol, pero en verano se vuelve un poco caluroso. Compremos algunos árboles, unos que crezcan rápido y den buena sombra en el futuro, y que sean relativamente limpios y estéticamente agradables”. ¿Cuántos principios hay en eso? (Tres). Uno es que los árboles crezcan rápido, otro que sean limpios y relativamente agradables a la vista, y otro es que den buena sombra en el futuro, lo que implica que deben tener abundantes ramas y hojas. Las personas solo deben implementar esos tres principios; en cuanto a la cantidad a comprar, dónde plantarlos y qué especies de árboles, también les informé. ¿Es esta una tarea fácil de implementar? (Sí). ¿Se considera una tarea difícil? (No). No es una tarea difícil. ¿Por qué no lo es? Hay lugares que venden árboles, la casa de Dios provee el dinero y se cumplen todas las condiciones básicas para comprarlos. Lo único que falta es que las personas lo lleven a cabo; no hay nada difícil en esta tarea. Pero, para un anticristo, hay una dificultad: “¿Qué? ¿Comprar árboles? ¿Gastar dinero solo para tener sombra y embellecer el entorno? ¿No es eso entregarse a la comodidad de la carne? Ese dinero es una ofrenda a dios, ¿se puede gastar de una manera tan despreocupada? ¿Qué tiene de malo un poco de calor? El sol fue creado por dios, ¿acaso te va a matar tumbarte al sol? Se trata de tomar el sol y disfrutar la lluvia. Si no quieres estar al sol, quédate dentro. Y ahora quieres gastar dinero en esta comodidad; ¡debes estar delirando!”. Reflexionan: “No soy yo solo quien tiene la última palabra en este asunto; no sería bueno si me opongo directamente. Podrían condenarme y los demás podrían no estar de acuerdo. Por lo tanto, informaré de esto al grupo de toma de decisiones. Además, lo mejor sería dejar que los hermanos y hermanas también expresen su opinión. Si el grupo de toma de decisiones lo aprueba, entonces compraremos los árboles; de lo contrario, no lo haremos, incluso si los hermanos y hermanas están de acuerdo con hacerlo”. Reúnen a todos, mencionan el asunto y luego dejan que todos conversen y expresen su opinión. Todos dicen: “Comprar árboles es algo bueno; todos se benefician”. El anticristo escucha esto y dice: “¿De qué manera es algo bueno? ¿Es posible que esté bien solo porque todos se benefician? ¿Del dinero de quién se están beneficiando todos? Eso es gastar el dinero de dios; ¿no es derrochar las ofrendas? ¿Esto está de acuerdo con los principios?”. Todos se plantean: “Malgastar las ofrendas para el beneficio de todos, por el interés de la gente, sí que parece algo inapropiado”. Tras una discusión con idas y vueltas, la decisión final es no comprar los árboles. El dinero se debe ahorrar; lo ordene quien lo ordene, no se puede hacer. Después de dicha discusión, se llega a una conclusión. ¿Cuál es? “Esta vez, con respecto a la orden de cristo, nuestra resolución final es oponernos a ella; no gastaremos las ofrendas ni malgastaremos ni un céntimo del dinero de la casa de dios. Concretamente hablando, esto significa que no compraremos los árboles, no enverdeceremos el patio”. Esa es la decisión que se tomó. Algunos días después, Yo me doy cuenta de que aún no se han comprado los árboles, así que pregunto: “¿Por qué no has comprado los árboles?”. “Ah, pronto lo haremos”. Cuando llega la temporada y en los árboles de los demás han brotado hojas, ¿por qué aún no los han comprado? Tras indagar me entero de que, después de haberlo hablado, no estuvieron de acuerdo en comprarlos; Mis palabras fueron en vano. Tras consultarlo entre ellos, conversar y analizarlo, todos colectivamente decidieron rechazar Mi orden, lo que significa: “Nosotros estamos a cargo aquí. Tú te quedas al margen. Esta es nuestra casa, no tiene nada que ver contigo”. ¿Qué clase de enfoque es este? ¿No es oposición? ¿Hasta qué punto se están oponiendo? Tienen un fundamento; sostienen que no hay que gastar ni un céntimo del dinero de la casa de Dios ni de las ofrendas a Dios. ¿Qué pensáis de este fundamento? ¿Son correctas esas palabras? (No). A menudo, quienes malgastan y malversan las ofrendas son esos mismos anticristos. Ellos quieren tener la última palabra, por eso inventan esta serie de teorías para desorientar a aquellos que son necios, ignorantes y faltos de discernimiento. Y, en efecto, algunas personas caen en eso y actúan de acuerdo con lo que ellos dicen, mientras que las palabras de Cristo se ven perturbadas y saboteadas por los anticristos, y se provocan demoras en la implementación. ¿Dónde radica la causa de este problema? La clave está en que el pueblo escogido de Dios no ve con claridad la hipocresía de los anticristos y siempre se ve desorientado por el aspecto superficial de los asuntos, sin lograr percibir la esencia de las cosas. Los anticristos, de manera tiránica, ponen trabas a estas personas y llevan a algunos de los miembros del pueblo escogido de Dios que no tienen discernimiento a estar a menudo desorientados y bajo su control.

Si no hay anticristos causando perturbaciones, cada organización del trabajo y mandato específicos que Cristo hace en la iglesia pueden implementarse rápidamente. Sin embargo, una vez que un anticristo interfiere, la tarea se retrasa y no puede implementarse. A veces, los arreglos y mandatos que Cristo pretende que la gente lleve a cabo son rechazados de plano por los anticristos bajo algún pretexto. Al hacerlo, estos adoptan una manera de tomar decisiones que implica a todos, diciendo: “Esto ha sido aprobado por el voto de los hermanos y hermanas; es el resultado de una decisión colectiva, no es solo porque yo lo diga”. ¿Qué implica eso? Que las resoluciones de los hermanos y hermanas son conformes a la verdad y que, cuando surge un problema, la decisión colectiva de los hermanos y hermanas significa que la verdad está ejerciendo el poder. Pero, cuando un anticristo a cargo se opone a lo que dice Cristo, ¿realmente es la verdad la que está ejerciendo el poder? Claramente, en realidad es el anticristo quien lo está ejerciendo. ¿No es absurdo y falso decir que la verdad ejerce el poder cuando es un anticristo el que controla toda la situación? ¡Los anticristos sí que son hábiles para fingir! Cuando Cristo les pide que implementen algo, y se hace saber a todos que es obra de Dios, que Él actúa por consideración a todos, y todos agradecen Su gracia, eso disgusta e incomoda a los anticristos. Entonces se devanan los sesos buscando formas de perturbar y sabotear. En cambio, si la iniciativa es suya y consiguen que todo el mundo les esté profundamente agradecido y los aprecie, la implementan con más energía que nadie, dispuestos a soportar cualquier sufrimiento. ¿No son repugnantes las personas como los anticristos? (Sí). ¿Qué tipo de carácter es ese? (Un carácter perverso). Los anticristos son capaces de disfrazarse y hacerse pasar por buenas personas para desorientar y atraer a otros e incluso fingir que practican la verdad. Eso es perversidad. ¿Qué verdad practicas? Rechazas las palabras y los mandatos de Cristo, pues eres incapaz de someterte a ellos e implementarlos. ¿Dónde está la verdad que dices practicar? ¿Crees en Dios? ¿Tratas a Dios como Dios? El Dios en el que crees no es tu socio ni tu compañero de trabajo ni tu amigo; ¡es Cristo, es Dios! ¿No lo reconoces? Estás constantemente analizando y escrutando las palabras de Cristo, tratando de discernir su corrección, sopesando los pros y los contras; ¿no es una postura equivocada la que asumes? Los anticristos son expertos en escrutar y analizar las palabras de la gente, y acaban aplicando ese incesante escrutinio a Cristo. Si escrutan y tratan así a Cristo de esta forma, ¿son seguidores de Dios? ¿No son simplemente incrédulos? Siempre escrutan a Cristo, pero ¿pueden comprender Su esencia divina? Cuanto más escrutan a Cristo, más dudan, y acaban por considerarlo una persona corriente. ¿Queda algo de verdadera fe o sumisión en ellos? En absoluto. En el corazón de un anticristo, Cristo no es más que una persona corriente. Le resulta natural tratar a Cristo como a un ser humano, por lo que cree que puede hacer caso omiso de Sus palabras y mandatos y no se los toma en serio, sino que simplemente los trae a colación para debatirlos y escrutarlos durante las reuniones. En última instancia, quien decide cómo se hacen las cosas es el anticristo, no Dios. ¿A qué ha reducido a Cristo? Lo ve como a un líder ordinario y no lo trata en absoluto como Dios. ¿No es de la misma naturaleza que la fe de Pablo en Dios? Pablo nunca trató al Señor Jesús como Dios, nunca comió ni bebió de Sus palabras ni buscó someterse a Él. Siempre pensó que, para él, el vivir era cristo, e intentó reemplazar al Señor Jesús y, en consecuencia, recibió el castigo de Dios. Puesto que has aceptado que Cristo es el Dios encarnado, debes someterte a Cristo. Al margen de lo que Él diga, debes aceptar y someterte, no escrutar y discutir si las palabras de Dios son correctas o son conformes a la verdad. Las palabras de Dios no fueron concebidas para que las analices y escrutes, sino para que te sometas a ellas y las implementes. De qué manera hacer las cosas y cómo determinar los pasos a seguir para implementarlas: ese es el alcance de vuestra charla y de vuestro debate. Debido a que, en sus corazones, los anticristos siempre dudan de la esencia divina de Cristo, y siempre tienen un carácter desobediente, cuando Cristo les pide hacer cosas, siempre las examinan y las deliberan, y piden a la gente que determine si están bien o mal. ¿Esto es un problema severo? (Sí). No abordan estas cuestiones desde una perspectiva de sumisión a la verdad; más bien, las abordan desde una oposición a Dios. Este es el carácter de los anticristos. Cuando escuchan los mandatos y la organización del trabajo de Cristo, no los aceptan ni se someten a ellos, sino que comienzan a deliberar. ¿Y qué es lo que deliberan? ¿Deliberan cómo practicar la sumisión? (No). Deliberan acerca de si las palabras y los mandatos de Cristo están bien o mal, y evalúan si deben o no cumplirse. ¿Tienen una postura de querer realmente cumplir con estas cosas? No; quieren animar a más gente a ser como ellos, a no cumplir con estas cosas. ¿Y no hacerlas significa practicar la verdad de la sumisión? Claramente, no. Entonces, ¿qué están haciendo? (Oponerse). No solo se están oponiendo ellos mismos contra Dios, sino que también buscan la oposición colectiva. Esta es la naturaleza de sus acciones, ¿no es así? La oposición colectiva: hacer que todos sean iguales a ellos, que todos piensen lo mismo que ellos, digan lo mismo que ellos, decidan lo mismo que ellos, en una oposición colectiva respecto a la decisión y los mandatos de Cristo. Este es el modus operandi de los anticristos. La creencia de los anticristos es: “No es un crimen si todo el mundo lo hace”, y por eso instan a otros a oponerse a Dios junto a ellos; piensan que procediendo así, no habrá nada que la casa de Dios pueda hacerles. ¿No es esto estúpido? La propia capacidad de los anticristos para oponerse a Dios es extremadamente limitada, están solos. Por eso es que tratan de reclutar personas para que se opongan colectivamente a Dios. En sus corazones, piensan: “Voy a desorientar a un grupo de personas, y hacer que piensen y actúen de la misma manera que yo. Juntos, rechazaremos las palabras de cristo e impediremos que las palabras de dios lleguen a buen puerto. Y cuando alguien venga a revisar mi labor, diré que todos decidieron hacerlo así, y entonces veremos cómo lo manejas tú. No lo voy a hacer por ti, no voy a cumplir con esto, y veremos qué haces tú conmigo”. Creen que tienen poder, que la casa de Dios no puede hacer nada para manejarlos y Cristo tampoco. ¿Qué pensáis, es fácil manejar a una persona así? ¿Cómo se debe tratar a ese tipo de personas? El método más sencillo es destituirlas e investigarlas. Una vez que un diablo se pone en evidencia, descártalo de una patada y asunto terminado. La casa de Dios te permite ser líder, pero tú no te sometes e incluso te atreves a oponerte a Dios; ¿no eres un diablo? La casa de Dios te asigna el liderazgo para que puedas hacer el trabajo real, para que te sometas a la organización del trabajo de la casa de Dios y para que puedas cumplir bien con tu deber. Debes aceptar las palabras de Dios y someterte a ellas; todo lo que Dios diga debes aceptarlo e implementar Sus palabras, no oponerte a Él. Has tomado la oposición a Dios como tu deber, pues bien, lo siento, pero destituirte es la solución más sencilla. La casa de Dios tiene autoridad para usarte y también para destituirte. Algunas personas dicen: “Lo estaba haciendo bien como líder, ¿por qué me han destituido? ¿No es matar al burro en cuanto termina de moler el grano?”. ¿De verdad lo estabas haciendo bien cuando te destituyeron? Un burro que patea y muerde de forma errática y que no se concentra en las tareas adecuadas por mucho que lo adiestren en efecto tendrá que ser sacrificado una vez que “haya terminado de moler el grano”. En cuanto a cuándo matarlo, eso depende de su rendimiento. Dime, ¿alguien se desharía voluntariamente de un buen burro? Durante la molienda, el burro es el ayudante más crucial e importante. ¿Habría alguien tan insensato como para matar al burro cuando más lo necesita, detener la molienda y preferir quedarse sin grano? ¿Alguien lo hace? (No). Solo hay un escenario en el que eso podría ocurrir: el burro no hace caso del adiestramiento y no deja de dar patadas y morder sin control, lo que hace que sea imposible moler nada. Entonces es cuando tendrías que detener la molienda y matar al burro, ¿no? (Sí). Aquellos con discernimiento sobre este asunto pueden verlo con claridad. Entonces, ¿cómo se debe tratar a los anticristos que son desobedientes, recalcitrantes y no implementan ningún trabajo? El método más sencillo es, en primer lugar, destituirlos de sus cargos. Algunos se preguntan: “¿Es la destitución el final del tema?”. ¿Por qué tanta prisa? Observa su comportamiento. Una vez que los destituyen y pierden su poder, si aún pueden ser mano de obra en la casa de Dios, no los expulsarán. Sin embargo, si no contribuyen con mano de obra y, por el contrario, agravan aún más las cosas difundiendo nociones, haciendo el mal y creando disturbios por doquier, entonces, de acuerdo con los principios, deben ser expulsados. En definitiva, ¿no son odiosas estas cosas que se manifiestan en los anticristos? (Son extremadamente odiosas). ¿Y qué las hace odiosas? Estos anticristos desean tomar el poder en la casa de Dios; no pueden implementar las palabras de Cristo, no las cumplirán. Por supuesto, también podría tratarse de otro tipo de situación cuando la gente no es capaz de someterse a las palabras de Cristo: algunas personas son de escasa aptitud, no pueden entender las palabras de Dios cuando las escuchan, y no saben cómo cumplirlas; incluso si les enseñas cómo hacerlo, aún no pueden. Ese es un asunto diferente. El tema que estamos compartiendo en este momento es la esencia de los anticristos, que no se relaciona con si las personas son capaces de hacer cosas, o qué aptitud tienen; se relaciona con el carácter y la esencia de los anticristos. Ellos se oponen completamente a Cristo, la organización del trabajo de la casa de Dios, y los principios-verdad. No se mueven por ninguna sumisión, solo oposición. Esto es lo que es un anticristo.

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.