Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (III) Parte 3
Disección de cómo hacen los anticristos que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios
IV. Disección de que los anticristos finjan ser la personificación de la verdad una vez que adquieren algo de experiencia y conocimiento
La última vez hablamos sobre el octavo punto de las manifestaciones de los anticristos: hacen que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios. El punto ocho se divide en cuatro subtemas en total. Ya hemos terminado de hablar sobre los tres primeros, entonces, ¿cuál es el cuarto? (Los anticristos fingen ser la personificación de la verdad una vez que adquieren un poco de experiencia, conocimiento y aprenden algunas enseñanzas). Ese es el cuarto subtema del punto ocho. Por supuesto, eso también involucra un aspecto de las manifestaciones del tema de ese punto: ambos están relacionados. ¿Cuál es ese tema? Que hacen que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios. Dividamos este subtema y hablemos de él poco a poco. ¿Qué son, respectivamente, la experiencia, el conocimiento y las enseñanzas? ¿Qué tipo de personas los poseen? ¿A qué tipo de personas les gusta equiparse con ellos? ¿Qué clase de personas ponen más énfasis en equiparse con ellos que con la verdad? ¿Qué clase de personas consideran esas cosas la verdad? En primer lugar, una cosa es segura: no importa el calibre de esa gente ni cómo sea su percepción, profesan un gran amor por el conocimiento, y ese amor supera al que sienten por la realidad-verdad. El objetivo y la dirección que buscan en su creencia en Dios son los de adquirir una supuesta experiencia y conocimiento. Su intención es utilizarlos para armarse y empaquetarse de modo que resulten más elegantes, más estilosos, más cultivados y más capaces de ser estimados y venerados. Con ese conocimiento y esa experiencia, creen que su vida es más valiosa, más satisfactoria y está más llena de seguridad en sí mismos. A su juicio, creen en Dios para dotarse de ese conocimiento y de dichos que se relacionan con la teología y con diversos aspectos del sentido común, el conocimiento y las enseñanzas. Creen que, al equiparse con esas cosas, pueden ocupar un lugar en la casa de Dios y dentro de ese grupo de personas. Por lo tanto, todo lo que piensan, adoran y siguen en sus corazones a diario está relacionado con el conocimiento y la experiencia, entre otras cosas.
Empecemos por analizar qué tipos de conocimiento, experiencia y enseñanzas existen, y cuáles pueden considerarse fingir ser la personificación de la verdad. En primer lugar, se puede decir con certeza que esas cosas no tienen nada que ver con la verdad, no se ajustan a la verdad y van en contra de la verdad. Pueden ser cosas que, de acuerdo con las nociones de la gente, sean correctas, positivas, bellas y buenas. Pero, en realidad, a los ojos de Dios, no están relacionadas con la verdad y son incluso, en esencia, la fuente de condena de la verdad por parte de la gente; son la raíz y la fuente de la resistencia de la gente hacia Dios y de la formación de las nociones sobre Él. Experiencia, conocimientos y enseñanzas: ¿hay diferencia de edad y sexo entre quienes adquieren esos atributos? (No). Lo más probable es que no la haya. Algunas personas tienen dones. ¿Qué son los dones? Por ejemplo, después de que algunas personas escuchan una teoría o un dicho y comprenden los conceptos básicos o la esencia de dicha teoría, su mente reacciona con gran rapidez. Enseguida saben cómo explicar esa teoría o ese dicho y cómo traducirlo a su propio lenguaje para usarlo al hablar con otras personas. Después de escuchar esas cosas, las recuerdan enseguida; eso no quiere decir que sean muy perceptivos, simplemente tienen una memoria excelente, lo cual es una especie de don especial. ¿Hay alguien que posea un don así? (Sí). Hay gente así que, después de que digas algo, puede utilizarlo inmediatamente para hacer inferencias sobre otra cosa. Cuando se les presenta información sobre algún aspecto de un tema, son capaces de aplicarla a otras áreas. Se les da muy bien utilizar el tema que se debate para exponer sus propias ideas. Son muy buenos en lo que se refiere a cuestiones lógicas y lingüísticas, como asuntos externos y teorías. Es decir, destacan en los juegos de palabras y en el uso de teorías para atraer y convencer a los demás. Hay algunas personas que tienen ese tipo de don. Son muy elocuentes, y su pensamiento y reacciones son sumamente ágiles. Al escuchar un aspecto de la verdad, gracias a su inteligencia limitada y oportunista y a sus dones, lo entienden como un tipo de conocimiento y aprendizaje que luego usan para hablar con los demás y hacer el trabajo que se conoce como riego y pastoreo. ¿Qué efecto tiene eso en la gente? ¿Hay algún resultado positivo? (No). ¿Por qué? (No es práctico, y la gente no tiene una senda de práctica cuando lo oye). Después de escuchar lo que han dicho esas personas, los demás piensan que todo lo que han dicho es correcto, que no hay ni una palabra errónea ni que vaya en contra de los principios: todo es correcto. Sin embargo, al ponerlas en práctica, sienten que esas palabras están vacías, que no hay objetivo ni dirección al practicar y que no pueden utilizarse como principios de práctica. Entonces, ¿qué son esas palabras? (Doctrinas). Son un tipo de doctrina, un tipo de conocimiento. Tales manifestaciones de los anticristos son muy evidentes y prominentes. Consideran la verdad como conocimiento, como algo académico, como teoría. Aunque solo entienden las cosas a medias, siempre exigen que los demás hagan esto o aquello. Cuando los demás no entienden y les piden que expliquen en detalle, los anticristos no pueden explicarse con claridad y, en su lugar, refutan: “No amas la verdad. Si amaras la verdad, serías capaz de entender lo que digo y tendrías una senda de práctica”. Al oír eso, algunos confundidos y faltos de discernimiento piensan: “Es cierto. Si realmente amara la verdad, sería capaz de entender sus palabras”. Las personas que no tienen discernimiento consideran que lo que esa persona dice es correcto, que no comprenden la verdad. Se responsabilizan a sí mismos y, por lo tanto, son desorientados por los anticristos para que pierdan el norte.
Hablemos ahora de la experiencia. La experiencia es un método que se ha ido acumulando a lo largo de mucho tiempo de pasar por distintas situaciones. ¿Tiene experiencia la gente que ha trabajado dos días? (No). Entonces, aquellos que han trabajado durante diez o veinte años sin duda tienen experiencia. Algunas personas creen que la tienen por haber trabajado durante muchos años y que, cuando se trata de lo que deben hacer cuando les sobrevienen ciertas situaciones, de cómo deben tratar con cierto tipo de gente o de qué tipo de doctrinas deben comunicar a cada tipo de persona, lo saben todo. Como resultado, cuando un día ocurre algo nuevo que desconocen, hojean los registros de sus últimos veinte años de trabajo, reflexionan sobre ellos y luego aplican de manera indiscriminada esos enunciados y prácticas que usaron en el pasado. Cuando actúan así, los que no comprenden la verdad siguen pensando que lo que hacen está en consonancia con la verdad, mientras que los que sí la comprenden, se fijan y dicen: “Esa persona está actuando ciegamente. Carece de principios en su trabajo; se basa por completo en la experiencia y no comprende la intención de Dios, ni entiende cómo actuar de forma que se salvaguarden los intereses de la casa de Dios y se respeten los principios de la casa de Dios sobre cómo se debe tratar a las personas. Aplica los preceptos a ciegas”. Aquí hay un problema. Si la persona promedio ha trabajado poco tiempo, es posible que no tenga el capital para decir: “Tengo experiencia; no tengo miedo. He trabajado durante muchos años. ¿Qué tipo de personas no he visto y de qué asuntos no me he ocupado?”. Sin embargo, esa gente se atreve a decir eso. Aunque hayas lidiado con muchas cosas y hayas tratado con más de un tipo de persona, ¿puedes garantizar que actúas de acuerdo con los principios-verdad al tratar cada asunto y con cada persona? Lo cierto es que no es algo que te atrevas a garantizar. No obstante, si alguien pone objeciones a aquellos que toman la experiencia y la rutina como la verdad, estos dicen: “Llevo muchos años trabajando. He cruzado puentes más veces de las que tú has transitado sendas, ¿y aun así te atreves a discrepar conmigo? Anda, ¡vete a tu casa y ponte a rezar!”. Nadie se atreve a decir la palabra “no”, a exponer opiniones diferentes o a expresar una palabra de desacuerdo en su presencia. ¿Qué comportamiento es ese? Es considerar la experiencia como la verdad y creerse la personificación de la verdad. Algunos dicen: “No me considero la personificación de la verdad; ¿quién se atrevería a ostentar semejante título? Solo dios es la verdad. Nunca he actuado ni pensado de esa manera”. Subjetivamente, tú no piensas de esa manera, ni pretendes actuar así. Sin embargo, desde un punto de vista objetivo, tu forma de actuar, tu comportamiento y la esencia de tus acciones te caracterizan en última instancia como alguien que se considera a sí mismo la personificación de la verdad. ¿Por qué haces que la gente obedezca tus sugerencias al pie de la letra? Si no te consideras Dios y solo eres una persona corriente, ¿estás capacitado para hacer que los demás te obedezcan? (No). Hay una circunstancia en la que la gente puede obedecerte: si entiendes la verdad, si eres una persona que entiende la verdad. No obstante, aunque seas una persona que comprende la verdad, sigues siendo una persona corriente, y ¿puede una persona corriente ser la personificación de la verdad? (No). Si uno puede descifrar todas las palabras que Dios ha pronunciado y todas las verdades que Dios exige que el hombre comprenda, ¿puede esa persona convertirse en la personificación de la verdad? (No). Algunos dicen: “Eso puede deberse a que no ha sido perfeccionado. Pedro era un hombre perfeccionado. ¿Podría llamarse a Pedro la personificación de la verdad?”. Ser perfeccionado no hace que uno sea la personificación de la verdad, ¿y sabes por qué? (Hay una distinción en cuanto a la esencia). Hay una distinción en cuanto a la esencia; ese es uno de los aspectos. La cuestión de si el hombre puede convertirse en la personificación de la verdad es algo que debemos discutir. ¿Por qué se dice que el hombre no puede ser la personificación de la verdad? ¿Es la personificación de la verdad una mera cuestión de esencia? Hay quienes dicen: “El hombre nace como un ser creado, y Aquel que está en el cielo es inherentemente el Creador. No necesitamos discutir sobre ese asunto: Dios siempre será la personificación de la verdad. Entonces, ¿es porque Cristo comprende la verdad y tiene la verdad que Él es la personificación de la verdad? Si hemos obtenido todas las verdades de Dios, ¿podemos llamarnos también la personificación de la verdad?”. Otros dicen: “No podéis. Solía pensar que cuando la gente entendiera más de las verdades, podría convertirse en cristo y llegar a ser dios. Ahora sé que esa esencia es insustituible e inmutable”. Su comprensión ha llegado hasta este punto. Entonces, ¿sois capaces de entender aún más este asunto? Deberíais entender este asunto para cuando termine de charlar con vosotros. Cuando hablamos de la personificación de la verdad, ¿en qué consiste esa “personificación”? Es un término un poco abstracto, así que expliquémoslo con términos más sencillos. Dios mismo es la verdad y Él posee todas las verdades. Dios es la fuente de la verdad. Cada cosa positiva y cada verdad provienen de Dios. Él puede emitir un juicio sobre lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas y todos los acontecimientos; Él puede emitir un juicio sobre las cosas que han ocurrido, las cosas que están ocurriendo en este momento y las cosas futuras aún desconocidas para el hombre. Dios es el único juez que puede emitir un juicio sobre lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas, y esto significa que lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas solo puede ser juzgado por Dios. Él conoce los criterios para todas las cosas. Él puede expresar verdades en cualquier momento y lugar, Dios es la personificación de la verdad, lo cual significa que Él mismo posee la esencia de la verdad. Aunque el hombre comprenda muchas verdades y sea perfeccionado por Dios, ¿tendría entonces algo que ver con la personificación de la verdad? No. Eso es una certeza. Cuando el hombre es perfeccionado, con respecto a la obra actual de Dios y a las diversas normas que Él exige del hombre, este tendrá un juicio y métodos de práctica precisos, y comprenderá plenamente las intenciones de Dios. Puede diferenciar entre lo que viene de Dios y lo que viene del hombre, entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Sin embargo, hay algunas cosas que permanecen inalcanzables y nada claras para el hombre, cosas que este solo puede conocer después de que Dios las diga. ¿Podría el hombre conocer o predecir cosas que aún son desconocidas, cosas que Dios aún no le ha dicho? En absoluto. Además, aun si el hombre obtuviera la verdad de Dios, poseyera la realidad-verdad y conociera la esencia de muchas verdades y tuviera la capacidad de distinguir lo correcto de lo incorrecto, ¿tendría la capacidad de controlar y gobernar todas las cosas? No la tendría. Esa es la diferencia entre Dios y el hombre. Los seres creados solo pueden obtener la verdad de la fuente de la verdad. ¿Pueden obtener la verdad del hombre? ¿Es el hombre la verdad? ¿Puede el hombre proveerla? No puede, y ahí reside la diferencia. Tú solo puedes recibir la verdad, no proveerla. ¿Se te puede llamar una persona que posee la verdad? ¿Se te puede llamar la personificación de la verdad? ¡Por supuesto que no! ¿Cuál es, con exactitud, la esencia de la personificación de la verdad? Es la fuente que provee la verdad, la fuente de gobierno y soberanía sobre todas las cosas y es, también, el único criterio y estándar a través de los cuales se juzgan todas las cosas y todos los acontecimientos. Esta es la personificación de la verdad. Los anticristos a menudo se niegan a aceptar esta afirmación. Creen que el conocimiento es fuerza, que la experiencia es un arma con la que la gente puede equiparse para hacerse poderosa y que cuando la gente tiene experiencia, conocimiento y esas enseñanzas, puede controlarlo todo. Pueden controlar el destino de las personas, dominar e influenciar sus pensamientos e incluso influir en su comportamiento. O algunos pensarán que esas cosas pueden educar a la gente, cambiar su mentalidad y sus actitudes. ¿Qué tipo de pensamientos son esos? (Pensamientos de los anticristos). Esos son los pensamientos de los anticristos. ¿Por qué Dios puede tener soberanía sobre el destino de la humanidad? Dios es la realidad de todas las cosas positivas, y Sus palabras son la realidad de todas las cosas positivas. ¿Cuál es la esencia de Dios? Su esencia es la verdad y por eso puede tener soberanía sobre el destino de la humanidad. Los anticristos no ven ni reconocen esa afirmación, y mucho menos la aceptan. Ellos consideran como la verdad aquellas cosas que provienen de la gente, del conocimiento y de la sociedad y que son apreciadas por la humanidad malvada, e intentan usar esas cosas para desorientar y controlar a la gente y ganar un lugar en la iglesia y entre el pueblo escogido de Dios. ¿Para qué desorientan a la gente? ¿Qué pretenden al estudiar y equiparse con esas cosas? Pretenden que la gente les obedezca y escuche sus palabras. ¿Con qué fin quieren que las personas escuchen sus palabras? (Para controlarlas). Así es, buscan controlarlas. Eso significa que, cuando pronuncian algunas palabras, la gente los obedece y se deja manipular por ellos, hasta convertirse en sus herramientas y sus esclavos. Como la gente acepta sus puntos de vista y sus supuestos conocimientos, experiencia, y enseñanzas, los veneran. ¿Acaso adorarlos no significa escucharlos? (Sí). ¿El hecho de escucharlos no significa que esas personas pueden ser manipuladas fácilmente? ¿No han triunfado los anticristos? (Sí). En cuanto alguien les hace caso, ¿no significa eso que los anticristos han provocado que se aleje de Dios? (Sí). Eso hace felices a los anticristos; ese es su propósito. En realidad, en el fondo de su corazón, no necesariamente creen de forma inequívoca que sean la personificación de la verdad y que sean la verdad, pero piensan y actúan como si lo fueran. ¿Por qué piensan y actúan así? Ellos creen que su conocimiento, experiencia y todo lo que procede de sus dones es correcto, y quieren usarlo para controlar a la gente y tenerla firmemente entre sus manos. Algunos de sus conocimientos, experiencia y enseñanzas son obviamente palabras endiabladas con las que pretenden engañar a la gente. Algunos, aunque no sean obvios, esconden conspiraciones, astutas tramas y conspiraciones en su interior, y quienes no puedan ver a través de ellos serán desorientados. ¿Cuáles son las consecuencias de esa desorientación? La gente se aleja de Dios y deja de entender la verdad, ya que considera el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas humanos como la verdad y deja de lado las palabras de Dios. Tienen una comprensión muy vaga de las palabras de Dios, pero se preocupan mucho y tienen en gran estima ese conocimiento y experiencia, e incluso se esfuerzan por ponerlos en práctica y aplicarlos. Ese es el propósito de las acciones de los anticristos. Si no tuvieran tal ambición por manipular a la gente, controlarla y hacer que sea obediente, ¿se equiparían con esas cosas? No pondrían ningún empeño en ello. Tienen un objetivo; su propósito es muy claro. ¿Cuál es ese claro propósito? (Controlar a la gente). Es controlar a la gente. Al margen de si controlan a todo un grupo de personas o solo a una parte de ellas, ¿serían capaces de controlar a alguien sin una base teórica? En primer lugar, deben encontrar un conjunto de pensamientos y teorías que estén lo más en consonancia posible con las nociones y figuraciones de la gente y que se adapten lo máximo a sus gustos, y utilizar todos los medios a su alcance para difundirlos entre las personas. Eso supone lavar el cerebro a la gente, realizar un trabajo psicológico en las personas, adoctrinarlas sin parar y hacer que la gente escuche, se familiarice y acepte constantemente esos pensamientos y puntos de vista. De hecho, se adoctrina y se lava el cerebro a la gente de forma pasiva, e inconscientemente acepta esos puntos de vista. Debido a que las personas no tienen la capacidad interior de distinguir el bien del mal antes de comprender la verdad, no tienen la capacidad de resistirse a esas cosas, no tienen anticuerpos para eso. Cuando las personas aceptan esos puntos de vista falaces, enseguida se ven atrapadas por ellos. ¿Qué se entiende por “atrapadas”? Significa que, tras aceptar esos puntos de vista, las personas se empeñan cada vez más en creer que esas cosas son correctas y utilizan constantemente esas perspectivas para convencerse a sí mismas y a los demás. Han sido desorientadas y controladas, y así es como Satanás logra su objetivo cuando desorienta a la gente.
Algunos que han aprendido ciertas habilidades profesionales especiales por el mundo o aquellos que tienen un determinado estatus social en la sociedad, poseen un pensamiento común después de venir a la casa de Dios, lo que da lugar a una manifestación común en ellos. ¿Cuál es ese pensamiento? Se consideran la élite de la sociedad. ¿Qué son las élites? Son personas que destacan en los grupos. Han recibido una educación superior especial, y sus talentos, calibre y dones están por encima de los demás. ¿Qué significa estar por encima de los demás? Significa que, dentro de un grupo de personas, destacan por su pensamiento, inteligencia y elocuencia, y que tienen una capacidad especial para comprender ciertas cuestiones y habilidades. Eso es lo que se llama estar por encima de los demás, y a estas personas se las conoce en la sociedad como élites. Todos los países cultivan ese tipo de personas. ¿Cuál es el propósito de cultivarlos? Lograr que el país se desarrolle con mayor rapidez. Cuando esas personas se dedican a diversos cargos, el desarrollo se acelera en todos los ámbitos de la vida. ¿El estatus de estas personas en la sociedad es alto o bajo? (Alto). Sin duda, no tienen un estatus ordinario. Tienen algunos talentos especiales, han adquirido algunos conocimientos especiales y han recibido cierta educación especial. Su calibre, talento y conocimiento adquirido son superiores a los de la gente corriente. Si esas personas vienen a la iglesia, ¿cuál es su mentalidad? ¿Qué es lo primero que se les viene a la cabeza? Primero, piensan: “Un oso debilitado sigue siendo más fuerte que un ciervo. Aunque después de creer en dios no persiga el mundo ni goce de renombre en él, dada la educación especial que he recibido, así como los conocimientos que he adquirido y los talentos de los que estoy dotado, debería ser un líder entre vosotros. En la casa de dios, debo ser una viga maestra y un pilar. Yo debo ser quien dirija y guíe”. ¿No es así como piensan? ¿En qué se basa esa forma de pensar? Si fueran un humilde agricultor, ¿se atreverían a pensar así? (No se atreverían). ¿Por qué no? (No tienen el capital). No tienen el capital para pensar de ese modo. Entonces, ¿qué clase de personas pueden pensar así? Todas ellas poseen ciertos conocimientos, talentos, dones y supuesto calibre. Cuando vienen a la casa de Dios, piensan: “Ya no persigo el mundo. El mundo es demasiado malvado, así que mejor vendré a la casa de dios y me dedicaré a buscar en ella. En la casa de dios, al menos puedo ganar la posición de líder o de obrero”. ¿Acaso albergan buenas intenciones? (No). ¿Por qué no albergan buenas intenciones? Lo que han aprendido y su estatus social los perjudica muchísimo. Si no persiguen la verdad, nunca descenderán de tal posición en toda su vida. Siempre creerán estar por encima de todos, pero, en realidad, desde el punto de vista de Dios, no son diferentes de cualquier otro ser creado. Siempre se situarán por encima de los demás. ¿No es peligroso? Si caen, caerán con dureza, ¡y su vida puede correr peligro! ¿Por qué esas personas sienten que deberían tener un estatus elevado, que deberían ser veneradas, que deberían tener a mucha gente girando a su alrededor, que deberían ser consultadas sobre todo y que sus opiniones deberían ser escuchadas, y que se debería pensar en ellas y ponerlas en primer lugar en todo? ¿Por qué se les ocurren tantos “debería”? Porque le dan mucha importancia a su estatus social, a sus conocimientos y a las cosas especiales que han aprendido. Piensan: “No importa cuánto se comunique la verdad ni cómo de alto se exprese, mis cualidades siguen siendo valiosas; son más valiosas que la verdad y no pueden ser reemplazadas por ella. En la sociedad, soy el jefe de una empresa. Gestiono a miles de personas. Con un gesto de mis brazos, todo el mundo tiene que escucharme. Tengo un poder tan grande... ¡imagina qué clase de posición y estatus ostento! Entre esa gente diminuta de la casa de Dios, ¿cuántos hay más elevados que yo? Cuando miro a mi alrededor, no veo a mucha gente excepcional. Si yo los gestionara, no supondría ningún problema; ¡no sería nada del otro mundo!”. Supongamos que les dices: “Muy bien. Es bueno que tengas esa ambición. Satisfaré tu deseo, te recomendaré como líder de la iglesia. Lleva a esas personas ante Dios para que sepan cómo leer Sus palabras y poner en práctica la verdad; apoya a los débiles, a los negativos y a los que no cumplen con su deber”. Te dirán: “Eso es fácil. Cuando estaba en el negocio, hice todo ese trabajo psicológico. Es algo que se me da bien”. ¿Qué ocurre cuando se pone en sus manos a más de treinta personas de la iglesia? En menos de dos meses, quienes eran débiles se debilitan aún más, quienes eran negativos se vuelven más negativos y quienes difunden el evangelio no pueden ganar gente. Aquellos que no saben cómo leer la palabra de Dios se quedan adormilados en cuanto llega la hora de la reunión y ya ni siquiera quieren escuchar los sermones de lo Alto. Cuando se les pregunta: “¿Verdad que eres muy capaz?”, dicen: “Sí, era un jefe. ¡Mis capacidades son evidentes!”. No importa qué tipo de jefe seas en el mundo, es inútil. Si no entiendes la verdad, entonces eres un lego para realizar la obra de la iglesia. Si se permite que esas personas se hagan cargo de la obra evangélica, solo se dedicarán a formalidades inútiles y superficiales, no obtendrán ningún resultado, y una iglesia con decenas de personas no estará bien regada. ¿Qué está pasando aquí? Esas personas tan cultas fueron en su día jefes de empresa y ejecutivos en la sociedad, así que ¿por qué no pueden mostrar sus habilidades cuando vienen a la casa de Dios? (El Espíritu Santo no los apoya). Que el Espíritu Santo no los preserve es un aspecto, pero ¿cuál es la razón principal? No comprenden la verdad, así que cuando se trata de los estados y las actitudes corruptas de las personas, los requisitos de Dios para el hombre, las palabras de Dios que exponen al hombre y la forma en que Dios habla, carecen de comprensión espiritual y no pueden ver con claridad lo que está pasando con esas cuestiones; simplemente actúan de una manera ciega y superficial. Piensan que la obra de la iglesia es como dirigir un negocio en el mundo y que, mientras inspiren la mente de la gente y despierten su entusiasmo, habrán hecho un buen trabajo. Por un lado, piensan que deben realizar un trabajo psicológico y, por otro, hacer buen uso de sus formas establecidas de tratar los asuntos en el mundo, de modo que intentan sobornar a los que están por encima de ellos y comprar a los que están por debajo. Creen que, mientras te asegures de que la gente recibe dinero, te escucharán y te seguirán; piensan que es así de sencillo. Las cosas externas no involucran la verdad. Al creer en Dios, todo lo que uno hace involucra la verdad y los cambios de carácter. ¿Funcionará utilizar los mismos métodos que empleaban en el mundo? (No). No funcionará. A la hora de cómo resolver los estados y debilidades de las personas, cómo brindarles un buen apoyo, cómo lidiar con sus nociones sobre Dios, cómo hacer que se conozcan a sí mismas cuando revelan sus actitudes corruptas y cómo lograr que sean honestas, no tienen ni idea e incluso dicen tonterías e imponen preceptos sin pensar. Por ejemplo, si alguien dice algo que es de aficionados y que carece de comprensión espiritual, dirán que esa persona es de calibre escaso y no persigue la verdad. Se limitan a aplicar a ciegas los preceptos, y lo hacen de este modo y de aquel otro hasta que los demás se quedan sin camino que recorrer, lo que los perturba y los desmotiva. Los que llevan a cabo su deber ya no tienen energía para ello, mientras que los que son negativos se vuelven aún más negativos. Algunas personas dicen que sería mejor para ellas leer las palabras de Dios en casa si una persona así dirige su iglesia. ¿A qué se debe? Cuando dirigen una iglesia, hacen que la gente se desmotive, lo que provoca que ya no quieran creer en Dios. ¿Por qué la gente no quiere creer? Porque, en un principio, la gente tenía una visión un tanto clara, pero las acciones de esta persona los perturban y confunden. Para empezar, no había verdades en el corazón de estas personas, solo comprensión de doctrinas. Después de ser perturbadas por esta persona, se vuelven aún más despistadas y ya no pueden captar la obra del Espíritu Santo. La existencia de Dios mismo también se vuelve un poco confusa. Entonces, ¿qué tipo de métodos utilizan para llevar a la gente a ese punto? Por ejemplo, ¿es verdad la afirmación “El hombre fue creado por Dios”? (Sí). Debes usar tus conocimientos, comprensión y experiencia reales para probar ese enunciado, de modo que los hermanos y hermanas puedan creer con mayor firmeza que dicha afirmación es verdadera y correcta y convencerse de que la especie humana proviene de Dios y, así, aumente su fe en Él. Una vez que una persona tiene fe en Dios, cuando acepta la disciplina o sufre alguna adversidad o persecución, tendrá fuerza en su corazón. Es un hecho. Sin embargo, ¿qué dice esa gente?: “Hay un programa de televisión que dice que se ha descubierto que los humanos vivían en tribus hace cien millones de años”. Cuando alardean de sus conocimientos y hablan así de historia, todos los que los oyen se muestran confundidos: “¿No se dice que el hombre fue creado por Dios? Dicho así, no lo parece. ¿El hombre proviene de los simios?”. Mira, ¿a dónde han llevado a la gente? ¿Acaso no perjudica a las personas? (Sí). Siempre que tienen ocasión, hacen alarde de sus conocimientos y hablan de historia, filosofía y de cómo tratan y se confabulan con los funcionarios de los gobiernos del mundo, solo para presumir de esas cosas. Cuando presumen así, y cuando algunos hermanos y hermanas que son jóvenes de estatura, débiles y cuya fe es pequeña, oyen estas cosas, ¿a dónde va su corazón? (Corre hacia el mundo). Así es. ¿A qué equivale eso? Esas personas que les fueron confiadas se ven abandonadas por ellos. Es evidente que son legos. No solo no entienden los asuntos de la entrada en la vida, sino que tampoco entienden cuál es su trabajo y mucho menos los asuntos espirituales de la vida o los cambios de carácter. No entienden nada de eso, sin embargo, todavía fingen ser alguien que entiende la verdad y quieren ser un pastor para guiar al pueblo escogido de Dios. ¿No es absurdo? Si no entiendes los asuntos espirituales de la vida, ¿qué harás cuando te elijan como líder? Dices: “Soy lego y nunca he dirigido una iglesia. Tengo que buscar y ver qué estipula la organización del trabajo al respecto y encontrar personas que lo entiendan para hablar sobre cómo debe llevarse a cabo el trabajo o encontrar hermanos y hermanas que entiendan la verdad y coordinarme con ellos”. ¿Es esa la actitud correcta? (Sí). Sin embargo, hay gente que no lo hace. Se dan aires de superioridad y dicen: “Quieres que me coordine con otros, pero ¿quién tiene más cualificaciones superiores que yo? ¿Quién tiene un estatus social más alto que el mío? Tengo bastante renombre en la sociedad. Cualquiera que me conozca debe mostrar un poco de respeto”. Solo presumen y alardean así de sus capacidades. Cuando dirigen una iglesia de esta manera, ¿los hermanos y hermanas tienen todavía esperanza de entrar en la realidad-verdad? (No). No la tienen. Y aunque así fuera, esas personas siguen haciendo que los demás las informen de todo. Estos diablos fueron un poco a la universidad y poseen un poco de conocimiento y, en consecuencia, se atreven a fanfarronear, a estafar en la sociedad secular y a hacer todo tipo de cosas malas. Tienen algún medio de supervivencia, así que quieren venir a la casa de Dios para lograr algo. Para obtener estatus y dar gloria a sus antepasados, quieren incluso fingir ser la personificación de la verdad para que el pueblo escogido de Dios los escuche y los siga. ¿Qué significa para ellos “la personificación de la verdad”? Significa: “Todos vosotros debéis sostener como la verdad cada uno de mis pensamientos, enfoques y opiniones. He establecido una regla para ti: se me debe informar de todas las facturas, incluso de las de menos de cinco dólares”. Otros dicen: “No debería ser necesario informar de cinco dólares. También tenemos un ámbito de autoridad. ¿No podemos simplemente actuar de acuerdo con los principios?”. ¿Qué piensan al respecto?: “¿Cómo podría estar bien eso? Esto es importante. Soy el líder. ¡Solo yo tengo la última palabra!”. Aunque no lo digan, así es como piensan en su corazón. Así es como controlan a la gente. Son capaces de hacer cualquier cosa que sea mala o que engañe a los demás. Cuando engañan y perjudican a los demás, no pestañean, su corazón no da un vuelco y no se sienten en absoluto incómodos por dentro. Cuando se les da una posición en la casa de Dios, se atreven a ocuparla. Una vez que la aceptan, no quieren renunciar a ella y desean fingir ser la personificación de la verdad para hacer que los demás obedezcan. ¿Existen personas así? (Sí).
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