Ⅰ

Cuando Job fue tentado,

entre bambalinas Satán apostaba contra Dios.

Y luego, ¿qué pasó con Job?

Los actos y la interferencia del hombre.

Detrás de cada fase de la obra

que Dios realiza dentro de ti

está la apuesta de Satán contra Dios.

Detrás de todo esto hay una batalla.

Toda la obra que Dios hace en las personas

se parece a reacciones humanas,

como si surgiera de arreglos humanos,

de la interferencia humana.

Pero entre bambalinas, detrás de cada fase de la obra

y en todo lo que pasa,

hay una apuesta de Satán ante Dios,

que exige al hombre dar firme testimonio de Dios.

Ⅱ

Si tienes prejuicios hacia los otros,

querrás decir cosas que no gustan a Dios.

Si no las dices, te sentirás incómodo

y la batalla comenzará en ti.

Hay una batalla en todo lo que enfrentas.

Cuando continúa dentro de ti,

como sufres y cooperas, Dios hará Su obra en ti.

Por fin eres capaz de poner

este asunto a un lado dentro de ti.

El furioso fuego se apagará.

Esto sucede cuando cooperas con Dios.

Todo lo que hace el hombre requiere

pagar un cierto precio en su obra.

Y sin sufrimiento real, son incapaces de satisfacer a Dios.

Ⅲ

En el momento en que Dios y Satán

luchan en el reino espiritual,

¿cómo deberías intentar satisfacer a Dios

y mantenerte firme en tu testimonio?

Debes saber que todo lo que te pasa

es un momento de prueba para ti.

Y es el momento en que Dios te necesita

para dar testimonio de Él.

Toda la obra que Dios hace en las personas

se parece a reacciones humanas,

como si surgiera de arreglos humanos,

de la interferencia humana.

Pero entre bambalinas, detrás de cada fase de la obra

y en todo lo que pasa,

hay una apuesta de Satán ante Dios,

que exige al hombre dar firme testimonio de Dios.

Aunque parezcan poco importantes,

estas cosas muestran si amas a Dios o no.

Si lo haces, puedes ser testigo de Él.

Si no has practicado el amor de Dios,

demuestra que no practicas la verdad,

que no tienes vida ni verdad, que no tienes nada.

Adaptado de La Palabra, Vol. 1. La aparición y obra de Dios. Solo amar a Dios es realmente creer en Él