Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado a la realidad de las palabras de Dios

El primer paso de la senda del Espíritu Santo en los hombres es, antes que nada, arrancar sus corazones de todas las personas, eventos y cosas y ponerlos en las palabras de Dios para hacer que el corazón del hombre crea que las palabras de Dios son totalmente incuestionables y completamente verdaderas. Si crees en Dios, debes creer en Sus palabras; si, después de muchos años de fe en Dios, sigues sin conocer la senda que toma el Espíritu Santo, ¿realmente eres un creyente? Para alcanzar una vida humana normal, una vida humana normal con una relación normal con Dios, primero debes creer Sus palabras. Si no has alcanzado el primer paso de la obra del Espíritu Santo en las personas, entonces no tienes ningún fundamento. Si incluso el menor de los principios está más allá de tu comprensión, ¿cómo recorrerás la senda que tienes por delante? Embarcarse en el camino correcto por el que Dios perfecciona al hombre significa entrar en el camino correcto de la obra actual del Espíritu Santo; significa embarcarse en la senda que el Espíritu Santo toma. Justo ahora, la senda que el Espíritu Santo toma es la de las palabras actuales de Dios. Así que, si la gente se embarca en la senda del Espíritu Santo, debe obedecer y comer y beber las palabras actuales de Dios encarnado. Él está haciendo la obra de las palabras; todo empieza desde Sus palabras y todo se construye sobre Sus palabras, Sus palabras actuales. Ya sea estar completamente seguro acerca del Dios encarnado o conocerlo, cada cosa requiere poner más esfuerzo en Sus palabras. De lo contrario, la gente no puede lograr nada y se quedará sin nada. Solo si se construye sobre los cimientos de comer y beber las palabras de Dios para así llegar a conocerlo y satisfacerlo, las personas pueden construir una relación normal con Dios poco a poco. Comer y beber Sus palabras y ponerlas en práctica es la mejor forma que tiene el hombre de cooperar con Dios. A través de esta práctica se mantiene más firme en el testimonio del pueblo de Dios. Cuando la gente entiende y es capaz de obedecer la esencia de las palabras actuales de Dios, vive en la senda que cuenta con la guía del Espíritu Santo y ha entrado en el camino correcto de la perfección del hombre por parte de Dios. Anteriormente, las personas podían obtener la obra de Dios con tan solo buscar Su gracia o buscar paz y gozo, pero las cosas ahora son diferentes. Sin las palabras del Dios encarnado, sin la realidad de Sus palabras, no pueden ganar la aprobación de Dios y todos serán descartados por Él. Para lograr una vida espiritual normal, primero la gente debe comer y beber las palabras de Dios y ponerlas en práctica; y, entonces, sobre este fundamento, establece una relación normal con Dios. ¿Cómo cooperas? ¿Cómo te mantienes firme en el testimonio del pueblo de Dios? ¿Cómo construyes una relación normal con Dios?

Cómo ver si tienes una relación normal con Dios en tu vida diaria:

1. ¿Crees el propio testimonio de Dios?

2. ¿Crees en tu corazón que las palabras de Dios son verdaderas e infalibles?

3. ¿Eres alguien que pone Sus palabras en práctica?

4. ¿Eres fiel a Su comisión? ¿Qué haces para ser fiel a Su comisión?

5. ¿Es todo lo que haces por el bien de satisfacer y ser leal a Dios?

Por medio de las cosas mencionadas anteriormente, puedes hacer una evaluación de si tienes una relación normal con Dios en la etapa presente.

Si puedes aceptar la comisión de Dios, aceptar Su promesa y seguir la senda del Espíritu Santo, entonces estás siguiendo la voluntad de Dios. Por dentro, ¿conoces de manera clara la senda del Espíritu Santo? ¿Actúas ahora mismo de acuerdo con la senda del Espíritu Santo? ¿Se acerca tu corazón a Dios? ¿Deseas seguir el ritmo de la luz más nueva del Espíritu Santo? ¿Deseas ser ganado por Dios? ¿Deseas convertirte en una manifestación de la gloria de Dios en la tierra? ¿Tienes la determinación de lograr lo que Dios te exige? Si, cuando Dios declara Sus palabras, tienes dentro la determinación de cooperar y satisfacerlo, si esta es tu mentalidad, esto quiere decir que las palabras de Dios han dado fruto en tu corazón. Si no tienes esa determinación, si no tienes metas que perseguir, esto quiere decir que tu corazón no ha sido conmovido por Dios.

Cuando las personas han entrado oficialmente en la instrucción del reino, los requisitos que Dios tiene para ellas se elevan a un nivel más alto. ¿En qué sentido pueden verse estas mayores exigencias? Antes se dijo que las personas no tenían vida. En la actualidad buscan la vida, buscan ser uno del pueblo de Dios y ser ganados y perfeccionados por Él. ¿No es esto un nivel más elevado? En realidad, los requisitos que Dios pone a las personas son más simples de lo que solían ser. A las personas no se les exige ser hacedores de servicio o morir; todo lo que se les exige es convertirse en el pueblo de Dios. ¿No es eso más simple? Todo lo que tienes que hacer es ofrecer tu corazón a Dios y someterte a Su guía, y todo llegará a buen término. ¿Por qué sientes que esto es tan difícil? La entrada a la vida, de la que se habla hoy, está más clara que antes. En el pasado, las personas estaban confundidas y no sabían qué era la realidad de la verdad. De hecho, todos los que reaccionan cuando escuchan las palabras de Dios, los que tienen el esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo, y que han ganado Su perfección ante Dios, y han cambiado de carácter, todas estas personas tienen vida. Dios quiere seres vivientes, no cosas sin vida. Si estás muerto, no tienes vida, y Dios no te hablará y aún menos te elevará como uno de Su pueblo. Ya que habéis sido elevados por Dios, y habéis recibido semejante bendición de Él, esto demuestra que todos vosotros sois personas con vida, y las personas con vida provienen de Dios.

En la búsqueda de cambio en el carácter de vida de una persona, la senda de práctica es sencilla. Si, en tu experiencia práctica, eres capaz de seguir las palabras actuales del Espíritu Santo y experimentar la obra de Dios, entonces tu carácter puede cambiar. Si sigues todo lo que dice el Espíritu Santo y buscas lo que sea que el Espíritu Santo diga, entonces eres alguien que lo obedece, y tendrás un cambio de carácter. El carácter del hombre cambia con las palabras actuales del Espíritu Santo; si siempre te aferras a tus antiguas experiencias y reglas del pasado, tu carácter no puede cambiar. Si las palabras del Espíritu Santo de hoy le piden a la gente que entre a la vida de la humanidad normal, pero tú sigues obsesionado con las cosas externas y estás confundido en cuanto a la realidad y no lo tomas en serio, entonces eres alguien que no está siguiendo el ritmo de la obra del Espíritu Santo, alguien que no ha entrado a la senda de la guía del Espíritu Santo. Si tu carácter puede o no cambiar depende de si puedes mantener el ritmo o no de las palabras actuales del Espíritu Santo y de si tienes verdadero conocimiento. Esto es diferente a lo que entendíais antes. El cambio en tu carácter que entendiste antes era que tú, que juzgas rápidamente, has dejado de hablar sin pensar a través de la disciplina de Dios; pero ese es solo un aspecto del cambio. Justo ahora, el punto más crítico es seguir la guía del Espíritu Santo: seguir lo que sea que Dios diga y obedecer lo que sea que Él diga. Las personas no pueden cambiar su propio carácter; deben someterse al juicio y castigo, y al sufrimiento y refinamiento de las palabras de Dios, o ser tratadas, disciplinadas y podadas por Sus palabras. Solo entonces pueden lograr la obediencia y lealtad a Dios y dejar de ser indiferentes hacia Él. Es bajo el refinamiento de las palabras de Dios que el carácter de las personas cambia. Solo a través de la revelación, el juicio, la disciplina y el trato de Sus palabras ya no se atreverán a actuar precipitadamente, sino que se volverán calmadas y compuestas. El punto más importante es que puedan someterse a las palabras actuales de Dios, obedecer Su obra, e incluso si esto no coincide con las nociones humanas, que puedan hacer a un lado estas nociones y someterse por su propia voluntad. En el pasado, el discurso sobre el cambio de carácter se refería principalmente a ser capaz de renunciar a uno mismo, permitir que la carne sufra, disciplinar el cuerpo y deshacerse de las preferencias carnales, que es un tipo de cambio de carácter. Hoy, todo el mundo sabe que la verdadera expresión de un cambio de carácter es obedecer las palabras actuales de Dios y conocer de verdad Su nueva obra. De esta manera, el conocimiento anterior de Dios por parte de las personas, influenciado por sus propias nociones, puede ser eliminado y pueden conseguir un verdadero entendimiento de Dios y obediencia a Él. Solo esta es una expresión genuina de un cambio de carácter.

La búsqueda de las personas de la entrada a la vida se basa en las palabras de Dios. Se ha dicho antes que todo se logra por Sus palabras, pero nadie ha visto esto. Si comienzas a experimentar la etapa actual, todo estará completamente claro para ti y estarás construyendo un buen fundamento para pruebas futuras. No importa qué diga Dios, solo tienes que centrarte en la entrada en Sus palabras. Cuando Dios dice que Él comenzará a castigar a las personas, acepta Su castigo. Cuando Dios pide que las personas mueran, acepta esa prueba. Si siempre estás viviendo dentro de Sus declaraciones más nuevas, al final las palabras de Dios te perfeccionarán. Cuanto más entres en las palabras de Dios, más rápido serás perfeccionado. ¿Por qué, en comunicación tras comunicación, te pido que conozcas las palabras de Dios y entres a ellas? Solo cuando buscas y experimentas en las palabras de Dios y entras en la realidad de Sus palabras, el Espíritu Santo tiene la oportunidad de obrar en ti. Por tanto, todos vosotros sois participantes en cada método por el que Dios obra y, sea cual sea el grado de vuestro sufrimiento, al final todos recibiréis un “recuerdo”. Con el fin de lograr vuestra perfección final, debéis entrar en todas las palabras de Dios. El perfeccionamiento de las personas por parte del Espíritu Santo no es unilateral; Él requiere la cooperación de las personas. Necesita que todos cooperen con Él de manera consciente. No importa lo que Dios diga, solamente concéntrate en entrar en Sus palabras, esto será más beneficioso para vuestra vida. Todo es por el bien de conseguir un cambio de carácter en vosotros. Cuando entres en las palabras de Dios, tu corazón será conmovido por Él, y serás capaz de entender todo lo que Dios desea lograr en esta etapa de la obra y tendrás la determinación para lograrlo. Durante el tiempo del castigo, había personas que creían que este era un método para obrar y no creyeron en las palabras de Dios. Como resultado, no experimentaron el refinamiento y salieron del tiempo del castigo sin ganar nada ni entender nada. Hubo algunos que verdaderamente entraron en estas palabras sin una pizca de duda; que dijeron que las palabras de Dios son la verdad infalible y que la humanidad debía ser castigada. Lucharon por eso durante un tiempo y renunciaron a su futuro y destino, y cuando salieron, su carácter había sufrido algún cambio y habían logrado un entendimiento más profundo de Dios. Todos aquellos que salieron del castigo sintieron la hermosura de Dios y se dieron cuenta de que esta etapa de la obra personificaba el gran amor de Dios que desciende en ellos, de que era la conquista y salvación del amor de Dios. También dijeron que los pensamientos de Dios siempre son buenos y que todo lo que Dios hace en el hombre sale del amor, no el odio. Aquellos que no creyeron las palabras de Dios, que no las estudiaron, no experimentaron el refinamiento durante el tiempo del castigo y, como resultado, el Espíritu Santo no los acompañó y no ganaron nada. Para aquellos que entraron en el tiempo del castigo, aunque sí experimentaron el refinamiento, el Espíritu Santo estaba obrando escondido dentro de ellos y su carácter de vida cambió a causa de ello. Algunos parecían ser muy positivos en toda apariencia externa, llenos de alegría todo el día, pero no entraron en el estado del refinamiento de las palabras de Dios y así no cambiaron nada, lo que es la consecuencia de no creer en las palabras de Dios. Si no crees en Sus palabras, entonces el Espíritu Santo no obrará en ti. ¡Dios se aparece a todos aquellos que creen en Sus palabras y aquellos que creen y aceptan Sus palabras serán capaces de ganar Su amor!

Para entrar en la realidad de las palabras de Dios, debes encontrar la senda de práctica y saber cómo poner en práctica las palabras de Dios. Solo así habrá un cambio en tu carácter de vida. Solo a través de esta senda puedes ser perfeccionado por Dios, y solo las personas que han sido perfeccionadas por Dios de esa manera pueden estar de acuerdo con Su voluntad. Para recibir nueva luz, debes vivir dentro de Sus palabras. Ser conmovido por el Espíritu Santo, aunque sea una sola vez, no servirá para nada, debes ir más lejos. En aquellos que han sido conmovidos, aunque sea una vez, se despierta un celo interior y desean buscar, pero esto no puede durar mucho; deben ser conmovidos por el Espíritu Santo constantemente. En muchas ocasiones anteriores he mencionado Mi esperanza de que el Espíritu de Dios pueda conmover los espíritus de las personas, para que puedan buscar un cambio en su carácter de vida, y mientras buscan ser conmovidas por Dios, que entiendan sus propias ineptitudes, y que, en el proceso de experimentar Sus palabras, se quiten de encima sus propias impurezas (santurronería, arrogancia, nociones, etcétera). No creas que simplemente ser proactivo al recibir la nueva luz es suficiente, también te debes quitar de encima todo lo que es negativo. Por una parte, debéis entrar desde un aspecto positivo, y por la otra, debéis deshaceros de todo lo que es impuro desde un aspecto negativo. Te debes examinar constantemente para ver qué impurezas todavía existen dentro de ti. Las nociones religiosas, intenciones, esperanzas, santurronería y arrogancia de las personas son todas cosas impuras. Mira dentro de ti y compáralo todo con todas las palabras de la revelación de Dios para ver qué nociones religiosas tienes. Solo cuando verdaderamente las reconoces te las puedes quitar de encima. Algunas personas dicen: “Ahora basta simplemente con seguir la luz de la obra presente del Espíritu Santo. No es necesario molestarse con nada más”. Pero, entonces, cuando tus nociones religiosas surjan, ¿cómo te desharás de ellas? ¿Crees que seguir las palabras de Dios en la actualidad es fácil? Si eres una persona religiosa, pueden surgir perturbaciones de tus nociones religiosas y de las teorías teológicas tradicionales en tu corazón, y cuando estas cosas surgen, interfieren con tu aceptación de cosas nuevas. Todos estos son problemas reales. Si solo buscas las palabras actuales del Espíritu Santo no puedes cumplir la voluntad de Dios. Al tiempo que buscas la luz presente del Espíritu Santo, debes reconocer qué nociones e intenciones albergas, qué santurronería humana tienes y qué comportamientos son desobedientes a Dios. Y después que hayas reconocido todas estas cosas, te las debes quitar de encima. Hacerte abandonar tus acciones y comportamientos anteriores se orienta a permitirte seguir las palabras que el Espíritu Santo pronuncia hoy. Un cambio de carácter, por un lado, se logra a través de las palabras de Dios, y por el otro, exige que las personas cooperen. Existe la obra de Dios y también existe la práctica humana, y ambas son indispensables.

En tu futura senda de servicio, ¿cómo puedes satisfacer la voluntad de Dios? Un punto crucial es buscar entrar a la vida, buscar un cambio de carácter y buscar una entrada más profunda en la verdad; esta es la senda para lograr ser perfeccionado y ser adquirido por Dios. Todos vosotros sois los que recibís la comisión de Dios, pero ¿qué tipo de comisión es? Esto está relacionado con el siguiente paso de la obra, que va a ser una obra mayor que se lleva a cabo en todo el universo, así que ahora debéis buscar cambios en vuestro carácter de vida para que en el futuro verdaderamente podáis convertiros en la prueba de que Dios ha alcanzado la gloria por medio de Su obra y os ha convertido en ejemplos para Su obra futura. La búsqueda de hoy se orienta por completo a establecer las bases de la obra futura, para que puedas ser usado por Dios y dar testimonio de Él. Si haces que este sea el objetivo de tu búsqueda, podrás ganar la presencia del Espíritu Santo. Cuanto más alto fijes el objetivo de tu búsqueda, más podrás ser perfeccionado. Cuanto más busques la verdad, más obrará el Espíritu Santo. Cuanta mayor energía emplees para la búsqueda, más ganarás. El Espíritu Santo perfecciona a las personas de acuerdo con su estado interno. Algunas personas dicen que no están dispuestas a ser usadas o perfeccionadas por Dios, que solo quieren que su carne esté a salvo y no sufra ningún infortunio. Algunas personas no están dispuestas a entrar al reino, pero están dispuestas a descender al abismo sin fondo. En ese caso, Dios también te concederá tu deseo. Lo que sea que busques, Dios lo hará realidad. Así que, ¿qué estás buscando ahora? ¿Ser perfeccionado? ¿Se orientan tus acciones y comportamientos presentes a ser perfeccionado por Dios y ser adquirido por Él? Constantemente te debes medir de esta manera en tu vida diaria. Si dedicas tu corazón por completo a la búsqueda de una sola meta, definitivamente Dios te perfeccionará. Esta es la senda del Espíritu Santo. La senda en la que el Espíritu Santo guía a la gente se alcanza por medio de su búsqueda. Cuanto más anheles ser perfeccionado y adquirido por Dios, más obrará el Espíritu Santo dentro de ti. Cuanto menos busques, y cuanto más negativo y huidizo seas, más privas al Espíritu Santo de oportunidades para obrar; con el paso del tiempo, el Espíritu Santo te abandonará. ¿Deseas ser perfeccionado por Dios? ¿Deseas ser adquirido por Dios? ¿Deseas ser usado por Dios? Debéis buscar hacer todo por el bien de ser perfeccionados, ganados y usados por Dios, para que el universo y todas las cosas puedan ver las acciones de Dios manifestadas en vosotros. Vosotros sois los amos de todas las cosas, y entre todo lo que existe, le permitiréis a Dios gozar del testimonio y la gloria a través de vosotros; ¡esta es la prueba de que vosotros sois la generación más bendecida de todas!

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