Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (VII)

III. Desprecio por las palabras de Dios

Hoy continuaremos con la charla sobre el décimo punto de las diversas manifestaciones de los anticristos: desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios. La última vez, compartimos hasta la tercera sección de este tema principal, que es el desprecio de los anticristos hacia las palabras de Dios. Nuestra charla y disección de esta parte se dividió en tres subtemas. ¿Cuáles son esos tres subtemas? (El primero es que los anticristos falsean e interpretan arbitrariamente las palabras de Dios; el segundo es que los anticristos niegan las palabras de Dios cuando no se conforman a sus nociones; y el tercero es que los anticristos indagan si las palabras de Dios se hacen realidad). ¿Estos tres subtemas abarcan por completo lo que significa que los anticristos desprecien las palabras de Dios? (Debería haber algunos más). ¿Qué otros enunciados y manifestaciones hay? (Los anticristos consideran las palabras de Dios con irreverencia). ¿Es esta una de las manifestaciones de que desprecian las palabras de Dios? ¿Considerar las palabras de Dios con irreverencia no es una interpretación del desprecio hacia las palabras de Dios? Aquí no necesitamos interpretaciones, sino más bien las diversas manifestaciones y prácticas de los anticristos que desprecian las palabras de Dios, que puedes ver y tocar, y de las que has oído hablar. Parece que no entendéis bien las diversas manifestaciones de que los anticristos desprecian las palabras de Dios. Puede que tengáis una comprensión literal de los tres puntos de los que hablé anteriormente, pero no podéis pensar en qué otras manifestaciones podría haber, ¿verdad? Deberíais haber recordado las tres manifestaciones de las que hablamos anteriormente. ¿Los comportamientos y las manifestaciones de los anticristos al despreciar las palabras de Dios son abiertos y francos? ¿Son lo que harían las personas rectas? (No). Estas no son manifestaciones que deberían existir en la humanidad normal; no son positivas, sino negativas. La esencia subyacente de estas pocas conductas apunta a Satanás, a los demonios y a los enemigos de Dios. En el trato que los anticristos dispensan a las palabras de Dios, no hay sumisión, ni aceptación, ni experiencia; no dejan a un lado sus propias nociones para aceptar las palabras de Dios con sencillez y apertura. En cambio, generan diversas actitudes satánicas hacia las palabras de Dios. El carácter revelado por medio de estas manifestaciones y comportamientos de los anticristos es exactamente lo que revela Satanás en el reino espiritual. Estas conductas no son positivas en ninguna situación o era, ni entre ningún grupo de personas. Son perversas y negativas, y están en contraposición con las manifestaciones o los comportamientos que un ser creado o una persona normal deberían tener. Por lo tanto, las caracterizamos como manifestaciones de los anticristos. Después de hablar sobre estos tres puntos, la mayoría de las personas podrían pensar que estas tres manifestaciones probablemente abarcan todas las actitudes básicas de los anticristos hacia las palabras de Dios. Sin embargo, hay un punto que habéis pasado por alto: la forma de tratar las palabras de Dios de los anticristos está lejos de limitarse a estos tres enfoques. Hay otra manifestación y otro comportamiento que también ilustran que los anticristos desprecian las palabras de Dios. ¿Cuál es esta manifestación? Es que los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo. Si observamos el significado literal de este enunciado, algunas personas podrían formarse algunas imágenes en la mente que apuntan a ciertos individuos, pero las manifestaciones específicas y verdaderas de esto aún no están muy claras; siguen siendo vagas y generales. Entonces, hoy hablaremos sobre cómo los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo.

D. Los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo

Los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo. También se puede decir que los anticristos consideran la verdad misma un bien de consumo. ¿Qué significa esto? Significa simplemente hacer algunas afirmaciones verbales, hacer alarde y luego ganar fraudulentamente la confianza, el apoyo y el respaldo de la gente para recibir fama, ganancia y estatus. Las palabras de Dios y la verdad se convierten así en sus peldaños. Esta es la actitud de los anticristos hacia la verdad. La explotan, juegan con ella y la pisotean, lo cual está determinado por la esencia-naturaleza de los anticristos. Entonces, ¿qué son exactamente las palabras de Dios y la verdad? ¿Cómo debemos definir la verdad con precisión? Decidme, ¿qué es la verdad? (La verdad es el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente). Esta es una definición precisa y específica de la verdad. ¿Cómo entendéis esta afirmación? ¿Cómo deberíais aplicar esta afirmación en vuestra vida diaria y a lo largo de vuestras vidas? ¿Cómo deberíais experimentar esta afirmación? Decid lo que podáis pensar y comprender de inmediato, sin filtrar ni procesar. En el lenguaje de vuestra experiencia, ¿qué es la verdad? ¿Qué son las palabras de Dios? (La verdad puede cambiar el punto de vista de una persona sobre la vida y sus valores, y permitirle vivir conforme a la semejanza de un ser humano normal). Aunque no es completo, todo lo que habéis dicho transmite una comprensión vivencial de la verdad; son las reflexiones y apreciaciones que habéis experimentado y resumido de la vida diaria. ¿A alguien más le gustaría compartir sus pensamientos? (La verdad puede purificar nuestro carácter corrupto y permitirnos actuar según los principios y hacer las cosas conforme a las intenciones de Dios). Esta afirmación es muy buena e incisiva. Continuad, por favor. (La verdad es vida, el camino a la vida eterna. Solo al perseguir la verdad y vivir según ella se puede alcanzar la vida). (La verdad permite a las personas temer a Dios y apartarse del mal, para convertirse en verdaderos seres humanos). Estos dos puntos involucran principios de práctica para la vida diaria de las personas. Aunque las explicaciones son relativamente profundas y elevadas, son muy prácticas. (La verdad puede exponer el carácter corrupto de nuestro interior, cambiar nuestros puntos de vista incorrectos sobre las cosas y permitirnos vivir la semejanza de un verdadero ser humano). Estas afirmaciones son prácticas e involucran el valor y la importancia de la verdad para las personas, así como los efectos que esta puede tener en ellas. Lo que todos habéis mencionado, lo hemos comentado a menudo en otras oportunidades. Aunque el énfasis de cada persona difiere, todo está relacionado con la afirmación acerca de la verdad que explicamos y definimos previamente: la verdad es el criterio para medirlo todo. ¿Se puede equiparar la verdad con las palabras de Dios? (Sí). Las palabras de Dios son la verdad. Basándonos en la comprensión vivencial que habéis compartido en vuestra charla, ¿podemos decir que la verdad es la realidad de todas las cosas positivas? (Sí). La verdad es la realidad de todas las cosas positivas. Puede ser la vida de una persona y la dirección en la que camina; puede permitir despojarse del carácter corrupto, llegar a temer a Dios y evitar el mal, ser alguien que se somete a Dios y es un ser creado apto, una persona a la que Dios ama y considera aceptable. Dado el valor incalculable de la verdad, ¿qué actitud y perspectiva se deben tener hacia las palabras de Dios y la verdad? Es bastante obvio: para los que realmente creen en Dios y tienen un corazón temeroso de Dios, Sus palabras son vida. La gente debe atesorar las palabras de Dios, comer y beber de ellas, disfrutarlas y aceptarlas como su vida, como la dirección en la que camina, como una ayuda y provisión disponibles; la gente debe practicar y experimentar de acuerdo con las declaraciones y requisitos de la verdad, someterse a cada uno de los requisitos y principios que la verdad le concede. Solo así una persona puede ganar la vida. La búsqueda de la verdad consiste principalmente en la práctica y experiencia de las palabras de Dios, en lugar de someterlas a escrutinio, análisis, especulación y duda. Ya que la verdad es ayuda y provisión inmediata para las personas, y puede ser su vida, deberían considerarla la cosa más preciada. Esto es porque deben basarse en la verdad para vivir; para llegar a cumplir con las exigencias de Dios; para llegar a temerle y apartarse del mal, y para encontrar en su vida diaria la senda de la práctica y captar sus principios y así lograr la sumisión a Dios. La gente también debe basarse en la verdad para despojarse de su carácter corrupto, convertirse en personas que han sido salvadas y en seres creados cualificados. No importa desde qué perspectiva o de qué manera se exprese, la actitud que menos deberían tener las personas hacia la verdad es considerar las palabras de Dios y la verdad misma como un producto o incluso un bien de consumo que se intercambia a la ligera. Esto es lo que menos quiere ver Dios, y también es el último tipo de comportamiento y de manifestación que un verdadero ser creado debería tener.

¿Cuál es el propósito y la intención de los anticristos al considerar las palabras de Dios un bien de consumo? ¿Qué es lo que realmente pretenden hacer, y cuál es su motivo? Cuando un comerciante adquiere un bien de consumo, su esperanza es que este le traiga beneficios y la cantidad sustancial de dinero que desea. Por lo tanto, cuando los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo, sin duda las están considerando algo material que puede intercambiarse por beneficios y dinero. No las valoran, aceptan, practican ni experimentan como la verdad, ni tampoco las consideran el camino de vida que deberían seguir, ni la verdad que deben practicar para despojarse de su carácter corrupto. En cambio, consideran las palabras de Dios un bien de consumo. Para un comerciante, el mayor valor de un bien de consumo es intercambiarlo por dinero, por el beneficio deseado. Por lo tanto, cuando los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo, su intención y motivo son esencialmente los mismos. Los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo, lo que significa que no las usan para comer, beber y disfrutar, ni para su experiencia o práctica, sino más bien como bienes que tienen en sus manos para intercambiar y vender en cualquier momento y lugar, y para ofrecer a aquellos de quienes puedan obtener un beneficio. Cuando los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo, en sentido literal, esto significa que las tratan como si fueran una mercancía y que las utilizan para transacciones con el fin de intercambiarlas por dinero. Convierten la compra y venta de las palabras de Dios en su profesión. Desde una perspectiva literal, esto se vuelve evidente de inmediato. Estas acciones y estos comportamientos de los anticristos son vergonzosos, y causan repulsión y asco en las personas. Entonces, ¿cuáles son las manifestaciones concretas de los anticristos al considerar las palabras de Dios un bien de consumo? Este es el punto clave que vamos a compartir. Los anticristos tienen algunas manifestaciones muy evidentes de considerar las palabras de Dios un bien de consumo. Para que sean más claras y os resulten más fáciles de comprender, las discutiremos una por una. ¿Por qué sigo este enfoque? Basándome en Mis largos años de experiencia obrando y hablando, la mayoría de las personas tienen pensamientos confusos y carecen de la capacidad de pensar de manera independiente. Con base en esto, pensé en el método más sencillo y eficaz, que es explicar y aclarar cualquier asunto o tema, sin importar cuál, punto por punto, para ayudaros a reflexionar y considerar las cosas. ¿Es adecuado este enfoque? (Sí). Algunas personas dicen: “Es perfecto; nos ahorra el esfuerzo de rompernos la cabeza y pensar mucho. ¡Estamos demasiado ocupados y no tenemos tiempo para eso! Nuestra energía y nuestros pensamientos están dedicados a los asuntos importantes, no a estas cuestiones triviales del tamaño de un guisante. Que nos hagas reflexionar sobre estas pequeñas cosas parece como si nos subestimases un poco y desaprovechases nuestro gran talento”. ¿Esto es así? (No). ¿Entonces cuál es el caso? (Nuestra aptitud es tan baja que a veces no podemos comprender la verdad, y necesitamos que Dios comparta con nosotros en detalle, palabra por palabra, frase por frase, para que entendamos algo). Como veis, sin darme cuenta describí la situación actual y revelé lo que realmente os sucede a todos vosotros, pero así son los hechos. Seguiría siendo así, incluso si no lo hubiera expuesto. No queda otra opción que hacerlo de esta manera. Si solo hablo de los temas principales de manera simple y general, estaré hablando en vano y desperdiciando Mi esfuerzo. Eso solo sería una pérdida de tiempo, ¿verdad? Volvamos al tema principal. Con respecto a que los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo, dividiremos este tema en varios subtemas para explicar y aclarar paso a paso cómo los anticristos hacen esto, y cuáles son las manifestaciones y los ejemplos específicos que pueden demostrar debidamente que los anticristos desprecian las palabras de Dios, y también confirmar que los anticristos poseen efectivamente tal esencia. Vamos a hablar de este tema en dos partes principales.

1. Consideran las palabras de Dios un instrumento para adquirir estatus, reputación y dignidad

El primer gran aspecto es que la manifestación más común de los anticristos al considerar las palabras de Dios un bien de consumo es utilizarlas como un instrumento para adquirir estatus, reputación y dignidad propios, y hasta para el disfrute material e incluso más para la obtención de dinero. Cuando los anticristos entran en contacto con las palabras de Dios, piensan: “Las palabras de dios son grandiosas. Cada oración es racional y correcta; estas palabras no pueden ser dichas por personas, y no se pueden encontrar en la Biblia”. En las dos eras anteriores, Dios no pronunció estas palabras. Ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento hay palabras tan explícitas y claramente dichas. La Biblia solo registra una parte muy limitada de las palabras de Dios. Al observar lo que Dios está diciendo ahora, el contenido es muy rico. Los anticristos entonces sienten celos y envidia en su corazón, y comienzan a maquinar internamente: “Esta persona común puede decir tantas cosas; ¿cuándo podré decir estas palabras yo también? ¿Cuándo podré yo, como esta persona, decir las palabras de dios sin fin?”. Tienen tal impulso y deseo en su interior. A juzgar por ese impulso y ese deseo, los anticristos sienten envidia en su corazón y veneran esas palabras dichas por Dios. Utilizo los términos “envidia” y “veneran”; en vista del sentido de estos dos términos, lo que quiero decir es que los anticristos no consideran las palabras de Dios como la verdad y no tienen intención de aceptarlas, sino que más bien envidian el rico contenido, los extensos pasajes y también la hondura de estas palabras, que reflejan una profundidad inalcanzable para los seres humanos, y hasta envidian que estas son palabras que ellos mismos no pueden pronunciar. Desde estos aspectos de “envidia”, es evidente que los anticristos no consideran estas palabras de Dios como expresiones de divinidad, como la verdad, ni como la vida y la verdad con la que Dios pretende salvar y proveer a la humanidad. Dado que los anticristos pueden envidiar estas palabras, está claro que en su corazón también desean convertirse en aquellos que expresan tales palabras. Sobre la base de esto, muchos anticristos han puesto un tremendo esfuerzo tras bambalinas, orando diariamente, leyendo estas palabras a diario, registrándolas, memorizándolas, resumiéndolas y organizándolas. Han dedicado mucho trabajo a estas palabras pronunciadas por Dios, al tomar innumerables notas y registrar numerosas reflexiones durante sus devociones espirituales, y al orar incontables veces para recordar estas palabras. ¿Cuál es su propósito al hacer todo esto? Que un día puedan tener una ráfaga repentina de inspiración y logren pronunciar incesantemente las palabras que Dios diría, como si se abriera una compuerta de agua. Esperan que, al igual que las palabras de Dios, las suyas puedan proporcionar lo que las personas necesitan, otorgarles vida, brindarles lo que deberían alcanzar y plantearle exigencias a la gente. Que, como la carne encarnada de Dios, puedan permanecer en la perspectiva y el estatus de Dios y decir las mismas cosas que Él hace con Su tono y forma de hablar, tal como ellos desean. Los anticristos han puesto mucho esfuerzo en esto, y no es exagerado decir que algunos de ellos incluso a menudo sacan en secreto cuadernos para registrar las palabras que quieren decir y que esperan que Dios les dé. Sin embargo, hagan lo que hagan, las intenciones de los anticristos siempre se frustran y sus deseos nunca se cumplen. No importa cuánto esfuerzo pongan, cuánto oren, cuánto registren las palabras de Dios ni cómo las memoricen y las organicen: todo es en vano. Dios no pronuncia ni una sola frase a través de ellos ni les ha permitido oír Su voz ni una sola vez. No importa cuánto lo anhelen ni cuán ansiosos se vuelvan, simplemente no pueden pronunciar ni una sola oración de las palabras de Dios. Cuanto más ansiosos y celosos se vuelven, y cuanto más fracasan en alcanzar su objetivo, más irritados se sienten internamente. ¿Qué es lo que los irrita y por qué están tan ansiosos? Ven que las palabras de Dios están trayendo a cada vez más personas ante Él para aceptar Su juicio y castigo, y aceptar Su palabra como vida, pero, ante su presencia, no hay ni una sola persona que los adore ni los admire a sus pies. Esto es lo que los pone ansiosos y los irrita. En medio de la irritación y la ansiedad, lo que los anticristos pueden pensar y reflexionar sigue siendo lo siguiente: “¿Por qué estas personas cumplen con su deber en la casa de dios? ¿Por qué es diferente cuando vienen a la casa de dios, en comparación con el mundo de los no creyentes? ¿Por qué la mayoría de las personas, después de venir a la casa de dios, comienzan a comportarse correctamente y a mejorar poco a poco? ¿Por qué la mayoría de las personas se entregan y pagan el precio en la casa de dios sin recibir compensación, y no se van aunque las poden, y algunas ni siquiera se van después de ser echadas o expulsadas? En el fondo, la única razón son las palabras de dios: es el efecto y el papel que desempeña ‘La Palabra manifestada en carne’”. Cuando los anticristos ven este punto, se vuelven aún más envidiosos de las palabras de Dios. Por lo tanto, después de hacer grandes esfuerzos y seguir siendo incapaces de pronunciar las palabras de Dios o convertirse en Sus portavoces, los anticristos cambian su enfoque hacia las palabras de Dios: “Aunque no puedo pronunciar palabras que no sean las que dios ha dicho, si puedo decir palabras que sean coherentes con las de dios, aunque solo sean doctrinas o palabras vacías, siempre que suenen correctas para la gente, siempre que parezcan ajustarse a estas palabras de dios, ¿acaso no podré asegurarme un lugar entre la gente? ¿No puedo mantenerme firme entre ellos? O si predico y explico frecuentemente las palabras de ‘La Palabra manifestada en carne’, utilizándolas a menudo para ayudar a la gente, y todo lo que digo y predico parece venir de las palabras de dios y es correcto, ¿no se volverá cada vez más estable mi estatus entre las personas? ¿No ganaré más prestigio entre ellas?”. Pensando esto, los anticristos sienten que han encontrado una manera de cumplir sus deseos de ganar estatus, mayor reputación y reconocimiento, y ven una esperanza de lograrlo. Después de ver la esperanza, los anticristos se sienten secretamente complacidos en su corazón: “¡Qué listo soy! Nadie más se ha dado cuenta de esto; ¿por qué los demás no conocen esta manera? ¡Soy tan inteligente! Pero, como soy tan listo, no puedo contárselo a nadie; es suficiente con que yo lo sepa en mi interior”. Con tal objetivo y plan en mente, los anticristos comienzan a hacer un esfuerzo serio con las palabras de Dios. Piensan: “Antes solo echaba un vistazo rápido a las palabras de dios, las escuchaba con desinterés y decía lo primero que me venía a la mente. Ahora, necesito cambiar mi estrategia; no puedo hacer más eso, es una pérdida de tiempo. La forma en que lo hacía antes no produjo ningún resultado; seguir así sería realmente tonto”. Así que se recomponen, decididos a esforzarse en las palabras de Dios y a hacer una gran demostración de sus habilidades. ¿Qué acciones toman los anticristos para hacer una gran demostración de sus habilidades? Examinar cuidadosamente la manera de hablar de Dios y el tono de Su discurso, y también escrutar el contenido específico de las palabras de Dios en cada fase y periodo. Al mismo tiempo, preparan cómo explicar estas palabras de Dios y, cuando las predican, cómo hablar y explicarlas de una manera que haga que la gente los admire e idolatre. Así, poco a poco, los anticristos dedican realmente mucho esfuerzo en las palabras de Dios. Sin embargo, una cosa es segura: debido a que sus motivos detrás de este esfuerzo son incorrectos y sus intenciones malvadas, las palabras que pronuncian, no importa cómo las escuchen los demás, son solo doctrinas; solo son palabras y frases copiadas del discurso de Dios. Así que, por mucho esfuerzo que los anticristos pongan en las palabras de Dios, no obtienen ninguna ganancia personal. ¿Qué significa no obtener ninguna ganancia? Significa que no tratan las palabras de Dios como la verdad. No las practican, solo las predican, por lo que nadie ve ningún cambio en ellos. Sus pensamientos y puntos de vista erróneos no cambian, su perspectiva de la vida incorrecta no cambia; no tienen ningún entendimiento de su propio carácter corrupto y no logran compararse a sí mismos con los diversos estados del hombre descritos por Dios. Por lo tanto, no importa cuánto escruten las palabras de Dios los anticristos, solo se pueden observar dos resultados en ellos: primero, aunque las palabras de Dios de las que hablan sean correctas, e incluso sus explicaciones de estas palabras no sean incorrectas, no puedes ver ningún cambio en ellos. Segundo, por mucho que promuevan y prediquen vigorosamente las palabras de Dios, no tienen ningún conocimiento de sí mismos. Esto se puede observar a simple vista. La razón por la que los anticristos muestran tal comportamiento es que, aunque a menudo promuevan y prediquen las palabras de Dios a los demás, ellos mismos no aceptan que estas son la verdad. No han aceptado estas palabras; solo quieren utilizarlas para alcanzar sus motivos ocultos. Esperan obtener el estatus y los beneficios que desean predicando las palabras de Dios, y si la gente los tratara y adorara como si fueran dios, eso sería ideal. Aunque todavía no puedan lograr este propósito o resultado, este es el objetivo final de cada anticristo.

Los anticristos han puesto mucho esfuerzo en las palabras de Dios. Algunas personas podrían malinterpretar esto al escucharlo y preguntar: “¿Eso significa que todos los que se esfuerzan en las palabras de Dios son anticristos?”. Si lo interpretas de esta manera, careces de entendimiento espiritual. ¿Cuál es la diferencia entre el esfuerzo que los anticristos ponen en las palabras de Dios y el de aquellos que persiguen la verdad? (La intención y el propósito son diferentes. Los anticristos se esfuerzan en las palabras de Dios por su propio beneficio y estatus, para satisfacer sus ambiciones personales). ¿Qué esfuerzo ponen los anticristos en las palabras de Dios? Memorizan partes de las palabras de Dios que concuerdan con sus nociones, aprenden a explicarlas usando el lenguaje humano y escriben algunas notas y reflexiones espirituales. También destilan, resumen y organizan varias declaraciones de Dios, como aquellas que la gente cree que se ajustan bastante a las nociones humanas, aquellas en las que se puede percibir fácilmente el tono que usa Dios al hablar, algunas palabras sobre misterios y algunas de las palabras de Dios que son populares y se predican a menudo en la iglesia durante un tiempo. Además de memorizar, organizar, resumir y escribir reflexiones, por supuesto, hay más actividades, incluidas algunas que son peculiares. Los anticristos pagan cualquier precio por adquirir estatus, satisfacer su ambición y lograr su objetivo de controlar la iglesia y ser dios. A menudo trabajan hasta altas horas de la noche, se despiertan al amanecer, se quedan despiertos hasta tarde y ensayan sus sermones de madrugada, y hasta anotan cosas brillantes que otros hayan dicho, todo con el fin de dotarse de la doctrina que necesitan para dar sermones elevados. Ponderan a diario cómo impartir esos sermones elevados, contemplan qué palabras de Dios sería más útil escoger e inspirarán la admiración y el elogio del pueblo escogido de Dios, y se las aprenden de memoria. Luego estudian cómo interpretar esas palabras de una manera que demuestre su sagacidad y brillantez. A fin de grabarse a fuego la palabra de Dios en el corazón, se esfuerzan por escucharla varias veces más. Hacen tales cosas con todo el esfuerzo de los estudiantes que compiten por una plaza en la universidad. Cuando alguien da un buen sermón, o uno que aporta iluminación o alguna teoría, el anticristo lo recopila, lo compendia y lo hace suyo. Ningún trabajo es excesivo para un anticristo. ¿Cuál es, entonces, la motivación e intención que subyacen a su labor? Poder predicar estas palabras de Dios, decirlas claramente y con facilidad, con fluidez, para que otros vean que el anticristo es más espiritual que ellos, que aprecia más las palabras de Dios, que ama más a Dios. De esta manera, un anticristo puede ganarse la admiración y la idolatría de algunas de las personas que lo rodean. Para un anticristo, esto es algo que merece la pena, así como cualquier esfuerzo, precio o dificultad. Después de esforzarse de esta manera durante dos, tres o cinco años, los anticristos se familiarizan cada vez más con la manera de hablar de Dios y con el contenido y el tono de Sus palabras. Algunos anticristos incluso pueden imitar las palabras de Dios o recitar algunas frases de ellas cada vez que abren la boca. Por supuesto, esto no es lo más importante para ellos. ¿Qué es lo más importante? A medida que son capaces de imitar y recitar las palabras de Dios a voluntad, su manera de hablar, su tono e incluso su entonación se vuelven cada vez más similares a los de dios, cada vez más como los de cristo. Los anticristos se regocijan en su corazón por esto. ¿De qué se regocijan? Cada vez sienten más lo maravilloso que sería ser dios, con tanta gente que los idolatra y los rodea: ¡qué glorioso sería! Atribuyen todos estos logros a las palabras de Dios. Creen que son ellas las que les han dado la oportunidad, que los han inspirado, y hasta que es debido a las palabras de Dios que han aprendido a imitar Su manera de hablar y Su tono. Esto finalmente los hace sentirse cada vez más como dios, acercándose más y más a su identidad y su estatus. Aún más, les hace sentir que poder imitar la manera de hablar y el tono de Dios, hablar y vivir con la manera de hablar y la entonación de Dios es sumamente agradable, y estos son sus momentos más disfrutables. Los anticristos han llegado a este punto; ¿diríais que esto es peligroso? (Sí). ¿Dónde está el peligro? (Quieren ser dios). Desear ser dios es peligroso, al igual que Pablo, que dijo que para él, el vivir era cristo. Uno queda más allá de la redención una vez que se pronuncian semejantes palabras. Los anticristos consideran las palabras de Dios una vía para convertirse en dios. En este proceso, ¿qué han hecho los anticristos? Han puesto mucho esfuerzo, gastado mucha energía y tiempo en las palabras de Dios. Durante este período, examinaron y analizaron las palabras de Dios; las leyeron repetidamente, las memorizaron y las organizaron. Incluso imitaron la manera de hablar y el tono de Dios mientras leían Sus palabras, especialmente las frases más utilizadas en el discurso de Dios. ¿Cuál es la esencia de todas estas acciones? Aquí, la describo como la esencia de un comerciante que compra productos al por mayor; es decir, los anticristos usan la manera más barata para convertir las palabras de Dios en algo material que puedan poseer. Cuando leen las palabras de Dios, no las aceptan como la verdad, ni como la senda en la que las personas deben entrar y considerar como tal. En cambio, prueban por todos los medios memorizar esas palabras, la manera y el tono de hablar, en un intento de convertirse en los que las expresan. Cuando los anticristos son capaces de imitar el tono y la manera de hablar de Dios, y de utilizarlos completamente en sus discursos y acciones, viviendo entre la gente, lo que buscan lograr no es cumplir lealmente con su deber, hacer las cosas con principios o ser leales a Dios. En cambio, al imitar el tono y la manera de hablar de Dios, y al predicar estas palabras de Dios, quieren penetrar en el corazón de las personas y convertirse en el objeto de su adoración. Aspiran a ascender al trono del corazón de la gente y reinar como soberanos allí, y manipular los pensamientos y comportamientos de las personas, para lograr así el objetivo de controlarlas.

Si describimos a los anticristos que ponen esfuerzo en las palabras de Dios como comerciantes que las compran como bienes de consumo a bajo precio, ¿acaso la imitación que hacen los anticristos del discurso de Dios, el uso de la forma de hablar y del tono de Dios para predicar Sus palabras no son lo mismo que vender la palabra de Dios como un bien de consumo? (Sí). Ningún comerciante compra bienes sin la intención de venderlos después. Su propósito al adquirir estos bienes y poseerlos es obtener mayores beneficios de ellos al cambiarlos por más dinero. Por lo tanto, con el gran esfuerzo que ponen en las palabras de Dios y su actitud hacia ellas, los anticristos no hacen más que actuar como comerciantes para adquirirlas, al utilizar los medios más baratos, de menor costo y más expeditivos, convertirlas en sus propias posesiones y luego venderlas a un precio elevado para obtener los beneficios que desean. ¿Y cuáles son estos beneficios? La alta consideración, la idolatría, la admiración y, especialmente, el seguimiento de la gente. En consecuencia, es común ver en la iglesia un fenómeno donde una persona que fundamentalmente no practica las palabras de Dios y no se conoce a sí misma tiene muchos seguidores que confían en ella y la idolatran. ¿Cuál es la razón de esto? Esto se debe a que esta persona tiene labia, es elocuente y desorienta a la gente con facilidad. No practica las palabras de Dios, ni maneja las cosas según principios, y tampoco implementa el trabajo de la iglesia y las disposiciones que vienen de lo Alto. Pero, ¿por qué aun así puede causar una buena impresión en algunas personas? Cuando realmente le sobreviene algo, ¿por qué hay muchas personas que la cubren y la protegen? ¿Por qué algunos la defienden cuando es líder? ¿Por qué alguna gente se opone obstinadamente a su destitución? La razón por la que una persona llena de defectos, con el carácter corrupto de Satanás y que nunca practica la verdad aún puede recibir tal trato en la iglesia es solo porque es demasiado hábil para hablar, buena para fingir y experta en desorientar a los demás: los anticristos son precisamente este tipo de personas. ¿Podemos decir entonces que tales personas son anticristos? Sí, no hay lugar a dudas de que lo son. A menudo leen las palabras de Dios, las memorizan y las predican con frecuencia; usan las palabras de Dios para sermonear y podar a los demás, y para ello asumen la perspectiva y las posturas de Dios. Así la gente se vuelve completamente obediente y sumisa a ellos, y se queda sin palabras después de escuchar las grandiosas doctrinas que pronuncian. Sin embargo, esas personas son las que nunca se conocen a sí mismas y nunca manejan las cosas según los principios. Si son líderes, sus líderes superiores quedan incapacitados. Bajo su liderazgo, se vuelve imposible entender la situación de la iglesia. Si ellos están presentes, la organización del trabajo de la casa de Dios y los principios y requisitos establecidos por esta no se pueden implementar. ¿No son anticristos estas personas? ¿Consideran las palabras de Dios como la verdad? (No, no lo hacen). Se han esforzado en leer las palabras de Dios y pueden recitar algunas de ellas. Durante las charlas en las reuniones, mencionan a menudo las palabras de Dios y, en su tiempo libre, escuchan recitaciones grabadas de las palabras de Dios. Cuando hablan con los demás, solo imitan las palabras de Dios y no dicen nada más. Todo lo que predican y dicen es intachable. La gente así, aparentemente tan perfecta por fuera, lo que llamamos “correcta”, provoca que la organización del trabajo, los requisitos y los principios de la casa de Dios se topen con una barricada cuando llegan a ellos. Sus subordinados no reconocen a nadie más que a ellos. Quienes están bajo su liderazgo, aparte de venerarlos a ellos y al vago dios del cielo, no escuchan a nadie más y no prestan atención a los demás. ¿No es esto un anticristo? ¿Qué medios han usado para lograr todo esto? Han explotado las palabras de Dios. Aquellos que están confundidos en su fe, que carecen de entendimiento espiritual, son ignorantes y están aturdidos en su pensamiento, así como quienes no persiguen la verdad, son incrédulos y como cañas mecidas por el viento, consideran al anticristo como una persona espiritual. Toman las palabras y doctrinas que este predica como la realidad-verdad y lo consideran como su objeto de seguimiento. Al seguir al anticristo, creen que están siguiendo a Dios. Reemplazan el seguimiento de Dios por el del anticristo. Algunas personas incluso dicen: “Nuestro líder no ha hablado ni compartido nada todavía; aun cuando leemos las palabras de Dios, no podemos entenderlas por nosotros mismos”. “Nuestro líder no está aquí; oramos a Dios sobre algo pero no podemos iluminarnos; leemos las palabras de Dios pero no podemos entender la senda. Tenemos que esperar a que regrese nuestro líder”. “Nuestro líder ha estado ocupado estos días y no tiene tiempo para resolver nuestros problemas”. Sin su amo, estas personas no saben cómo orar, ni cómo comer y beber las palabras de Dios; no aprenden a buscar y a contar con Dios ni a encontrar por sí mismas la senda de práctica en Sus palabras. Sin su amo, son como ciegos, y pareciera como si les hubieran arrancado el corazón. Su amo es sus ojos, su corazón y sus pulmones. Creen que él es el mejor en comer y beber las palabras de Dios. Si su amo no está presente, no tienen interés en comer y beber las palabras de Dios por sí mismos y deben esperar a que este regrese para orar-leer e interpretar las palabras de Dios a fin de poder entenderlas. En lo más profundo de su ser, estas personas creen que su maestro es su mensajero que puede ayudarlas a presentarse ante Dios. Lograr tal “efecto” es lo que los anticristos consideran más digno de regocijo en lo más profundo de su corazón: “Todos mis años de esfuerzo finalmente han dado sus frutos; al fin, el tiempo que he invertido no ha sido en vano. El esfuerzo efectivamente recompensa a los que perseveran; con suficiente perseverancia, incluso una barra de hierro se puede afilar hasta convertirla en una aguja. ¡Este esfuerzo ha valido la pena!”. Al escuchar que sus seguidores no pueden vivir sin ellos, los anticristos no sienten ninguna culpa en lo profundo de su ser. En cambio, se regocijan en secreto, pensando: “Las palabras de dios son realmente grandiosas. Mi decisión en ese entonces fue acertada; el esfuerzo que he hecho a lo largo de estos años fue correcto, y mi enfoque ha quedado confirmado y ha dado sus frutos”. En secreto, se sienten complacidos. No solo no sienten culpa, remordimiento ni odio por sus acciones malvadas, sino que se convencen aún más y están seguros de que su enfoque es el correcto. Por lo tanto, en lo sucesivo, en su vida futura, planean estudiar la forma de hablar de Dios y Su tono como lo hicieron antes, y hacerlo con más diligencia de lo que hicieron en el pasado, e imitar la forma de hablar y la elección de palabras de Dios de manera aún más exhaustiva y profunda.

Cuando los anticristos leen las palabras de Dios, su enfoque y sus intenciones son completamente opuestos a los de aquellos que persiguen la verdad. Aquellos que persiguen la verdad, independientemente de la forma de hablar de Dios, solo están interesados en entender Sus intenciones, los principios-verdad y lo que las personas deben defender y seguir. En cambio, los anticristos relegan estas cuestiones al fondo de sus mentes, las ignoran e incluso sienten aversión por las afirmaciones que se relacionan con ellas, y contradicen en secreto las afirmaciones y los términos concernientes a estas cosas. Después de lograr ciertos “resultados”, siguen indagando con mayor profundidad y de manera más meticulosa a fin de escrutar cómo es la forma de hablar de Dios y Su tono, cuáles son los matices de Su entonación, qué palabras elige, sin dejar de lado ni los detalles de Su gramática ni de Su sintaxis habitual, usando el mismo enfoque de antes. Para acercarse más a su objetivo, los anticristos resuelven secretamente en su corazón escrutar en aún mayor medida y con mayor intensidad y profundidad las palabras de Dios, escrutando los propósitos y objetivos detrás de Su discurso e incluso la manera en que se expresa Dios, el Orador, cuando se dirige a la humanidad y al universo entero. Los anticristos escrutan sin descanso cada aspecto del habla de Dios e intentan imitar Su discurso y hacerse pasar por poseedores de Su esencia, de lo que Él tiene y es, y de Su carácter. Todo esto parece ocurrir de manera muy natural y fluida. Trabajan y actúan por sus metas de manera lógica y, asimismo de manera lógica y sin darse cuenta, se transforman en dios, en figuras de admiración y seguimiento para otros. Escrutan cómo las palabras de Dios tocan el corazón de las personas y exponen su carácter corrupto y sus diversos estados, y hasta cómo logran efectos en ellas. ¿Cuál es su propósito al escrutar todo esto? Es entrar en los corazones de las personas, captar sus situaciones reales y, al percibir completamente sus pensamientos internos, desorientarlas y controlarlas. Cuando las palabras de Dios exponen el carácter corrupto de las personas y las golpean en sus puntos débiles, los anticristos piensan: “¡Estas palabras y esta manera son tan grandes y maravillosas! Yo también quiero hablar así, quiero emplear esta forma de hablar y tratar a la gente de esta manera”. A lo largo de sus muchos años leyendo y familiarizándose con las palabras de Dios, los anticristos consideran cada vez más su deseo y anhelo de convertirse en dios como su único objetivo al creer en Dios. Por lo tanto, no importa cómo las palabras de Dios hablen sobre la necesidad de que las personas persigan la verdad y actúen conforme a los principios, así como todas las demás realidades de las cosas positivas, los anticristos no toman esto en cuenta y lo ignoran. Persiguen su propio objetivo de manera decidida, haciendo lo que quieren según sus propios motivos, como si nadie más importara. Ni una sola frase de las palabras de Dios conmueve su corazón ni cambia su perspectiva de la vida ni su filosofía para los asuntos mundanos, y mucho menos ninguna oración, ningún sermón ni ninguna declaración de Dios los llevan a tener un corazón arrepentido. Independientemente de lo que expongan las palabras de Dios, sin importar qué carácter corrupto del hombre expongan, los anticristos solo escrutan la forma de hablar de Dios, Su tono, los efectos que las palabras de Dios pretenden lograr en las personas y otros asuntos no relacionados con la verdad. Por lo tanto, cuanto más expuestos están los anticristos a las palabras de Dios, más fuerte se vuelve su deseo interno de ser dios. ¿Qué tan intenso es este deseo? Llega al punto de que incluso recitan las palabras de Dios en sus sueños, a menudo hablan solos y practican la prédica de las palabras de Dios usando Su forma de hablar y Su tono. En lo profundo de su corazón, repiten constantemente la forma de hablar de Dios y Su tono, como si estuvieran poseídos. Así son los anticristos. No importa cuán específicas, sinceras o genuinas sean las palabras de Dios, ni cuánta ayuda o inspiración ofrezcan a las personas, los anticristos siguen siendo indiferentes e ignoran todo esto. No valoran estas palabras de Dios. ¿Dónde están sus corazones? Están enfocados en cómo imitar las palabras de Dios de una manera que haga que las personas los idolatren. Cuanto más intenso es su deseo, más esperan escuchar la voz de Dios y poder comprender el propósito, el deseo y los pensamientos detrás de cada oración que Dios pronuncia, incluso Sus pensamientos más profundos. Cuanto más intensos se vuelven los deseos y anhelos de los anticristos, más quieren imitar la forma de hablar de Dios y más aspiran a transformarse rápidamente para ser más como dios en poco tiempo, al poseer la forma de hablar y el tono de dios. Además, algunos incluso desean adoptar el estilo y la actitud de dios en sus acciones. Los anticristos están en esta condición y viven todos los días bajo estos pensamientos, ideas, intenciones y motivos. ¿Qué están haciendo? Se obligan diariamente a caminar por la senda de convertirse en dios y en cristo. Creen que esta senda es legítima, que es un camino brillante. Así que, ya sea en reuniones o en encuentros, no importa cómo los demás compartan su comprensión de las palabras de Dios y lo que sienten al experimentarlas, nada puede conmoverlos ni cambiar sus metas y deseos. Caminan decididamente por la senda tendiente a convertirse en cristo, a convertirse en dios, como si estuvieran poseídos o controlados por una entidad invisible, o como si llevaran grilletes invisibles. ¿Qué clase de mentalidad es esta? ¿No es vil? (Sí).

Al leer las palabras de Dios, los anticristos absorben cada aspecto de ellas como si fueran sus propias posesiones y las consideran bienes de consumo que pueden conseguirles mayores beneficios y más dinero. Cuando estos bienes de consumo se venden, cuando se hace alarde de estas cosas, obtienen los beneficios que desean. Cuanto más hacen esto, más satisfechos se sienten por dentro, y más grande e intenso se vuelve su deseo de ser dios. ¿Qué tipo de actitud y de situación es esta? ¿Por qué es tan fuerte el deseo de ser dios que tienen los anticristos? ¿Es algo que alguien les enseñó? ¿Quién los ha instigado o instruido? ¿Las palabras de Dios exigen esto? (No). Es la senda que los anticristos han elegido por sí mismos. Aunque no reciben ayuda externa, tienen una gran motivación. ¿A qué se debe esto? A que esta motivación está determinada por su esencia-naturaleza. Los anticristos caminan por esta senda incansablemente, sin vacilaciones ni arrepentimiento, sin ninguna ayuda externa. No importa cómo los condenes, no sirve de nada; no importa cómo los disecciones, no lo asimilan ni lo entienden; es como si estuvieran poseídos. Estas cuestiones están determinadas por su naturaleza. A simple vista, el tratamiento de las palabras de Dios por parte de los anticristos parece no ser resistente ni calumnioso. Ponen esfuerzo, más incluso que las personas promedio. Si no sabes lo que están pensando internamente o qué senda están siguiendo, entonces, basándote en las apariencias externas, su tratamiento de las palabras de Dios parece ser de anhelo; al menos podría usarse este término para describirlo. Pero ¿se puede ver la esencia de una persona simplemente por su apariencia externa? (No). Entonces, ¿dónde se puede ver? Aunque parece que anhelaran las palabras de Dios, las leen y escuchan con frecuencia, e incluso las memorizan, y aunque al juzgar por estas acciones externas no se los debería categorizar como anticristos, cuando se trata de poner en práctica las palabras de Dios en situaciones reales, ¿lo hacen? (No). Después de leer las palabras de Dios y memorizarlas, cuando se enfrentan a situaciones reales, a veces pueden citar un pasaje o recitar algunas frases, incluso con precisión en algunas ocasiones. Pero después de citar las palabras de Dios, observa lo que hacen, qué senda toman y qué elecciones hacen ante las situaciones. Si involucra su estatus o a algo que podría dañar su reputación o imagen, de ninguna manera actuarán según las palabras de Dios. Protegen su propia imagen y estatus. Si hacen algo mal, no lo admitirán por ningún motivo. En cambio, encontrarán todo tipo de formas de encubrir o de evitar el asunto, no mencionándolo e incluso responsabilizando a otros por algo que hicieron en lugar de admitir su propia culpa. Ponen esfuerzo en leer las palabras de Dios y en salvaguardar su estatus, pero cuando se trata de dejar de lado sus propios intereses y soportar dificultades físicas para practicar la verdad y actuar de acuerdo con los principios-verdad, observa cómo eligen. Si deben actuar de acuerdo con los principios, para proteger los intereses de la casa de Dios sin importar quiénes se vean perjudicados o se ofendan, ¿lo harán? De ninguna manera. Su primera elección siempre es protegerse a sí mismos. Incluso si saben quién tiene la culpa o quién ha cometido el mal, no lo expondrán. Hasta podrían regocijarse en secreto por dentro. Si alguien desenmascara a las personas malvadas, ellos incluso defenderán y buscarán excusas para los malos. Está claro que los anticristos son personas que se complacen con las desgracias ajenas. Independientemente de la situación que enfrenten, observa qué eligen y qué senda toman. Si eligen actuar de acuerdo con los principios-verdad, entonces el hecho de haber comido y bebido las palabras de Dios ha dado fruto. De lo contrario, sin importar cómo coman y beban las palabras de Dios o qué tan bien las memoricen, no sirve de nada: siguen sin tratarlas como la verdad. Además, ¿los anticristos se conocen a sí mismos? (No). Algunas personas dicen: “Pero los anticristos incluso reconocen su arrogancia y sentenciosidad, diciendo que son demonios y satanases”. Simplemente dicen estas cosas, pero ¿qué hacen realmente cuando se enfrentan a una situación real? Si alguien está trabajando con un anticristo y dice algo correcto, algo conforme a los principios-verdad que contradice algo incorrecto que el anticristo dijo, y si esa persona se niega a aceptar lo que el anticristo dice, este sentirá que se han dañado su imagen y su estatus. ¿Qué eligen entonces? ¿Podrían elegir dejarse a sí mismos de lado para escuchar a la otra persona y actuar de acuerdo con los principios-verdad? Desde luego que no. Entonces, ¿esas palabras correctas que dicen sirven para algo? ¿Reflejan su realidad, su verdadera estatura, sus elecciones o la senda que siguen? No, esas palabras no nacen de su experiencia, simplemente son palabras que han aprendido. Lo que sale de su boca son solo doctrinas, palabras engañosas. Tan pronto como su estatus o interés personal se ve involucrado, la primera elección de los anticristos siempre será preservarse y protegerse, desorientar y embotar a los demás, y evitar asumir cualquier responsabilidad o admitir cualquier transgresión. Considerando estas esencias de los anticristos, ¿están persiguiendo la verdad? ¿Están leyendo las palabras de Dios para entender la verdad y llegar a un punto en el que puedan practicarla? No. Dadas las intenciones y metas de los anticristos al leer las palabras de Dios, nunca lograrán entenderlas. Esto se debe a que no las leen como la verdad que debe ser comprendida, sino más bien como un medio para alcanzar sus propios objetivos. Aunque los anticristos no expresan explícitamente: “Quiero ser dios, quiero ser cristo”, su objetivo de convertirse en cristo es claro a partir de la esencia de sus acciones y de cómo tratan las palabras de Dios. ¿Cómo puede observarse esto? Usan las palabras de Dios y lo que ven revelado por Él, como Sus posesiones, Su ser y demás cuestiones, para desorientar a las personas, a aquellos que no entienden la verdad, a los ignorantes, a los que tienen escasa estatura, a los que no persiguen la verdad, a los incrédulos e incluso a alguna gente malvada. Los conducen a creer que poseen la verdad, que son personas correctas, y que son figuras dignas de admiración y confianza. Los anticristos tienen como objetivo hacer que estas personas depositen esperanzas en ellos y los consulten a ellos y, cuando esto ocurre, se sienten satisfechos por dentro.

Los anticristos nunca admiten que Dios es único, que las palabras de Dios son la verdad, ni que solo Dios puede expresar la verdad. A juzgar por su actitud hacia las palabras de Dios, el esfuerzo que ponen en ellas y su deseo de ser dios, de convertirse en cristo, los anticristos creen que es fácil para una persona convertirse en dios, que es algo alcanzable por los humanos. Dicen: “Dios encarnado se llama cristo simplemente porque puede decir algunas de las palabras de dios, ¿no? ¿No es tan solo un portavoz de las palabras de dios? ¿No se trata simplemente de que lo sigan muchas personas? Entonces, si una persona también tiene el mismo estatus y reputación entre la gente, si también la idolatran y admiran tantas personas, ¿no puede disfrutar del trato de cristo, del trato de ser dios? Poder disfrutar del trato de cristo, de quien tiene la identidad y la esencia de dios, ¿no convierte a uno en dios? ¿Qué tiene eso de difícil?”. Así, el deseo de los anticristos de ser dios es inherente; comparten la misma ambición y esencia que Satanás. Es precisamente porque son anticristos y poseen la esencia de los anticristos que muestran estas reacciones hacia las palabras de Dios. Lo que a los anticristos los hace felices es que Dios se haya encarnado; la gente puede escuchar Sus palabras y, al mismo tiempo, ellos pueden verlo. Se trata de una persona común que se puede ver y tocar, y es precisamente porque esta persona común, insignificante y anodina puede hablar tanto y, por lo tanto, ser llamada Dios que los anticristos ven que finalmente ha llegado su oportunidad de convertirse en dios. Si esta persona común no hablara, los anticristos pensarían que su esperanza de convertirse en dios o en cristo es muy escasa. Pero precisamente porque esta persona común ha dicho las palabras de Dios y ha hecho Su obra, representándolo para salvar a la gente entre ellos, los anticristos ven esto como su oportunidad, como una ocasión para aprovechar, ya que les brinda más pistas para imitar el discurso de Dios, Su tono y forma de hablar, e incluso Su carácter, para parecerse cada vez más a dios y a cristo. Así, en lo profundo de su corazón, los anticristos sienten que cada vez se parecen más a dios y se aproximan más a él. Sienten una gran envidia por un Dios que se reverencia, se sigue y en quien se confía para todas las cosas, un Dios a quien la gente busca y admira en todo. Envidian la identidad y el valor personal de Cristo. ¿Qué piensan los anticristos por dentro? ¿No son oscuras y perversas las profundidades de su corazón? ¿No son despreciables, sórdidas y vergonzosas? (Sí). ¡Son totalmente repugnantes!

Algunas personas dicen: “Te hemos escuchado hablar mucho sobre los anticristos, pero ¿cómo es que nunca hemos visto a una persona así? ¿Solo nos estás contando historias? ¿Estás hablando de cosas que son inverosímiles?”. ¿Pensáis que tales personas existen? (Sí). ¿Cuántas habéis conocido? ¿Sois una de ellas? (Nosotros también mostramos estos estados y revelamos aspectos similares. No son tan graves como los de los anticristos, pero la esencia-naturaleza es la misma). ¿Creéis que tener estos estados es peligroso? (Sí). Si sabéis que es peligroso, es necesario que cambiéis. ¿Es fácil cambiar? En realidad, puede ser tanto fácil como difícil. Si tomas las palabras de Dios como la verdad a la que debes ceñirte, tan simplemente como dijo el Señor Jesús: “Sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’”, entonces puedes arrepentirte de verdad. Por ejemplo, Dios te indica que implementes algo, diciendo: “Después de comer, lame el cuenco hasta dejarlo limpio, como si estuviera lavado. Eso es ahorrar comida y también ser higiénico”. ¿Son simples estas instrucciones? ¿Son fáciles de implementar? (Sí). Si Dios hace tal petición, solo estas pocas frases, sin entrar en las dificultades de la gente o en sus estados, y sin hablar de carácter corrupto ni diferenciar diversas circunstancias, ¿cómo implementarías y practicarías este único asunto? Para ti, estas frases son las palabras de Dios, la verdad y algo a lo que deberías ceñirte. Lo que deberías hacer es cumplir con el requisito de Dios cada día, cada vez que termines de comer; entonces estarás siguiendo el camino de Dios y tratando Sus palabras como la verdad y como algo que debes obedecer. Te conviertes en una persona que practica las palabras de Dios y, en este asunto tan simple, desechas el carácter de un anticristo. Como alternativa, en lugar de esto, después de escuchar estas pocas palabras podrías estar de acuerdo con ellas verbalmente y recordarlas, pero después de comer, cuando ves que quedaron algunos granos de arroz en el cuenco, piensas: “¡Estoy ocupado con otras cosas!” y simplemente lo dejas tal y como está. Y en la siguiente comida, haces lo mismo. Tienes presentes estas pocas instrucciones de Dios, pero realmente no tienes pensado ponerlas en práctica en ningún momento específico. Con el tiempo, te olvidas de estas palabras. Así que no solo no practicas las palabras de Dios, sino que también las descartas. ¿En qué clase de persona te convierte eso? Si no implementas estas palabras, ¿eres alguien que puede seguir el camino de Dios al escucharlas? ¿Eres alguien que persigue la verdad? Está claro que no. Si uno no persigue la verdad, ¿se lo puede caracterizar como anticristo? ¿No practicar la verdad equivale necesariamente a ser un anticristo? (No). Esta clase de persona trata las palabras de Dios como el viento que pasa por sus oídos, como algo sin importancia, no las practica y no les da mucha importancia; simplemente las olvida. Este no es un anticristo. Hay otro tipo de persona que, después de escuchar estas instrucciones de Dios, piensa: “¿Lamer el cuenco después de comer? ¡Qué vergüenza! No soy un mendigo y, además, no es que falte la comida. ¡Definitivamente no haré eso! Quienes estén dispuestos a lamer sus cuencos hasta dejarlos limpios, que lo hagan”. Cuando alguien dice: “Este es un requisito de Dios”, este tipo de persona piensa: “Incluso si es el requisito de Dios, es inaceptable. Dios no debería exigir tales cosas. ¡Estas palabras no son la verdad! Dios también dice cosas que son insignificantes, ilógicas y no tan buenas. No todas las exigencias de dios hacia la gente son necesariamente la verdad. Esta exigencia en particular no me parece la verdad. El Señor Jesús dijo: ‘Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre’. ¡Palabras como estas son la verdad! ¿Lamer un cuenco limpio después de comer es ser higiénico? Con lavarlo directamente sería suficiente. ¿Por qué hacernos lamer los platos? Esta exigencia no encaja con mis nociones e imaginaciones; sería inaceptable en cualquier lugar. Hacerme lamer un plato… ¡ni en broma! ¿Es así como se define la higiene? Yo lavo mi cuenco con agua y desinfectante, ¡a eso le llamo higiene!”. Este tipo de persona, tras escuchar estas palabras, tiene sus propios pensamientos y su propia resistencia interna; incluso se burla de ellas y las desacredita. Dado que estas palabras provienen de Dios, no se atreven a juzgarlas abiertamente, pero eso no significa que no tengan opiniones o nociones sobre ellas. ¿Dónde se manifiestan sus opiniones y nociones? No aceptan ni practican estas palabras; tienen sus propios pensamientos al respecto y son capaces de juzgarlas y de formarse nociones sobre ellas. Por lo tanto, cuando terminan su comida y ven a algunas personas lamiendo sus platos limpios, se abstienen de hacerlo, e incluso albergan desprecio en su corazón por aquellos que practican conforme a las palabras de Dios. A menudo, exteriorizan la burla y el ridículo, y hasta una actitud de querer corregir el comportamiento de los demás. No solo no actúan de acuerdo con lo que Dios dice, sino que incluso actúan de manera contraria, llevando a cabo acciones opuestas a Sus palabras. Usan sus acciones para negar las exigencias de Dios, para resistirse a lo que Dios ha dicho, y también buscan llamar más la atención por medio de sus acciones y persuadir a más personas de que lo que Dios dice es incorrecto y que solo su forma de actuar es la correcta, con lo que las llevan a resistirse y condenar las palabras de Dios. Simplemente no actúan como Dios ha instruido; cada vez que terminan de comer, no solo enjuagan su cuenco con agua, sino que también lo lavan repetidamente con desinfectante y detergente, y luego lo esterilizan en un gabinete de desinfección. Mientras hacen esto, también generan algunas declaraciones inconscientemente y dicen a todo el mundo: “En realidad, lamer no elimina los gérmenes, y tampoco lo hace lavar con agua. Solo con desinfectante, combinado con alta temperatura, se lo puede esterilizar completamente. Eso es ser higiénico”. No solo se niegan a aceptar lo que Dios dice y a practicar como Él instruye, sino que incluso usan sus propias palabras y acciones para resistirse, condenar y juzgar lo que Él requiere. En los casos más extremos, usan algunas opiniones que consideran correctas para incitar y desorientar a más personas para que se unan a ellos en condenar, resistirse y juzgar los requisitos de Dios. ¿Qué papel desempeñan así? No es para guiar a más personas a escuchar las palabras de Dios y someterse incondicionalmente a Él, ni para resolver sus nociones cuando estas surgen, ni para resolver las contradicciones entre las personas y Dios o el carácter corrupto de la gente cuando surgen estas contradicciones. En su lugar, incitan y desorientan a más personas para que juzguen a Dios, y se unen a ellas para analizar y escrutar la corrección de las palabras de Dios. Por fuera, parecen ser defensores de la rectitud que se involucran en lo que parece ser legítimo. Pero, ¿es esta conducta legítima propia de alguien que sigue a Dios? ¿Es este un sentido de la rectitud humano? (No). Entonces, ¿cuál es exactamente la esencia de este tipo de persona detrás de su comportamiento? (Tienen la esencia de anticristos, de demonios). Estos individuos no solo no consideran las palabras de Dios como la verdad, sino que lo más vergonzoso es que pueden hacerse pasar por personas espirituales, usando a menudo las palabras de Dios para instruir a otros, adornándose a sí mismos y ganando admiración. Ellos mismos no practican las palabras de Dios ni las tratan como la verdad que hay que experimentar e implementar. Sin embargo, a menudo dicen con severidad y solemnidad a los demás: “Dios dijo que, después de comer, se debe lamer el plato limpio; es un buen hábito y ahorra comida”. Con cada palabra y frase, enarbolan la bandera de “dios dijo”, “es palabra de dios” o “esta es la verdad”, pero ellos mismos no la aceptan ni la practican en absoluto. Además, producen diversos juicios e interpretaciones falaces de las palabras de Dios. Esto es lo que hacen los anticristos.

Tras analizar las manifestaciones de estos tres tipos de personas, ¿cuál es el más grave? (El último). Este tipo de persona no practica las palabras de Dios y está lleno de diversos juicios y resistencias contra ellas. Además, usa las palabras de Dios para desorientar a los demás y lograr sus propios objetivos. Estas personas son anticristos. Independientemente del aspecto de las palabras de Dios, incluso si estas concuerdan con sus nociones, no las consideran como la verdad; esto es especialmente cierto respecto de las palabras de Dios que contradicen por completo las nociones, la cultura tradicional y la filosofía humanas: los anticristos les dan aún menos importancia. ¿Por qué predicarían las palabras de Dios si no las consideran importantes? Quieren usarlas para cumplir sus propios propósitos. El más peligroso de estos tres tipos de personas es el último. ¿Qué hay del primer tipo? (Escuchan las palabras de Dios y las practican). ¿Pensáis que los que escuchan las palabras de Dios y las practican son todos tontos? A simple vista, ¿parece algo tonto obedecer estrictamente lo que Dios dice y hace que las personas hagan? (No). Los que practican las palabras de Dios son los más inteligentes. El segundo tipo de personas se enfocan en la acción; no practican la verdad, sino que solo actúan según su propia voluntad y contribuyen con cierta mano de obra. No prestan atención al significado ni a los requisitos y estándares de las palabras de Dios. No comprenden las intenciones de Dios ni Su voz interior, y solo se enfocan en hacer. Piensan: “Sé que Tú quieres lo mejor para nosotros. Todo lo que dices es correcto. Debemos someternos y practicar lo que dices; Tú solo céntrate en hablar, y nosotros te escucharemos”. Pero, en realidad, no toman en serio lo que Dios dice ni los requisitos detallados que Dios tiene para las personas. Simplemente, actúan sin pensar. Actuar sin pensar puede llevar a veces a comportarse de forma desenfrenada e inescrupulosa, a causar trastornos y perturbaciones, y a resistirse a Dios. Resistirse a Dios en gran medida a veces causa muchos problemas y esto, a su vez, puede conducir a la destrucción. Esta es la consecuencia más grave para aquellos que no persiguen la verdad, y algunas personas pueden llegar hasta este punto. El tercer tipo de persona, los anticristos, son seguidores fanáticos de Satanás. Nunca practican la verdad, pase lo que pase. Incluso si lo que dices es correcto, no te escucharán, y mucho menos cuando tienen sus propias nociones. Son los enemigos acérrimos de Dios y de la verdad. Por fuera, estas parecen ser las personas más astutas y perspicaces. Disciernen y escrutan todo, reflexionan y se esfuerzan por entender todos los asuntos. Sin embargo, después de tanto escrutinio, acaban escrutando a Dios Mismo, y desarrollan nociones y opiniones sobre Él. No importa lo que haga Dios, si su propio juicio no lo aprueba, lo condenan sin excepción; se niegan a practicarlo, pues temen que eso pueda perjudicarlos. Por otro lado, aquellos que parecen necios por fuera, como si les faltara inteligencia, hacen exactamente lo que Dios dice. Parecen excepcionalmente simples y honestos, comparten abiertamente incluso lo que no debería compartirse, informan lo que no es necesario, y a veces hasta llegan a mostrar un comportamiento algo ingenuo. ¿Qué indica esto? Muestra que el corazón de esas personas está abierto a Dios, no cerrado ni bloqueado para Él. Al hablar de este sencillo ejemplo, el propósito es ayudaros a comprender exactamente qué es un anticristo y cuál es su verdadera actitud hacia las palabras de Dios. Es para ayudaros a discernir qué tipo de personas son anticristos y cuáles no practican la verdad, pero no son anticristos. Se trata de tener este tipo de discernimiento. He mencionado este ejemplo de manera casual para que os sea más fácil entender el tema del que estamos hablando hoy. No es que realmente os esté pidiendo que lamáis vuestros cuencos después de las comidas. Tampoco he determinado que lamer los cuencos sea sinónimo de higiene o de no desperdiciar comida. No es necesario que hagáis esto; no debéis malinterpretarlo.

Hoy, se ha compartido un punto adicional sobre cómo los anticristos desprecian las palabras de Dios: los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo. Cuando se trata de bienes de consumo, están involucrados la venta, el comercio, el beneficio y el dinero. Que los anticristos consideren las palabras de Dios un bien de consumo es algo que absolutamente nunca se debe hacer; es completamente pecaminoso. ¿Por qué? Cuando apenas comenzamos la reunión, todos compartieron su comprensión de las palabras de Dios y la verdad con sus propias palabras, resumiendo de la manera más sencilla. En términos generales, las palabras de Dios son la verdad. Para la humanidad, la verdad tiene una importancia crucial. La verdad puede ser la vida del hombre, puede salvar a las personas y resucitarlas de entre los muertos, y permitir que uno se convierta en un ser creado cualificado. El valor de la verdad para la humanidad no puede medirse con palabras, objetos materiales o dinero. Merece ser apreciada y atesorada, y es digna de ser la guía, la dirección y el objetivo para las acciones, la conducta, la vida y la existencia entera de una persona. Las personas deben alcanzar la senda de la práctica partiendo desde la verdad, así como la senda de temer a Dios y apartarse del mal, entre otras. Para las personas, la verdad es equivalente a la propia vida. Ningún objeto material o riqueza puede mencionarse al mismo tiempo que la verdad. En este mundo material, o en todo el mundo-universo, no hay nada que sea digno de compararse con la verdad ni que pueda equipararse a ella. De esto, queda claro que para la humanidad necesitada de salvación, la verdad es el bien más preciado, y es invaluable. Sin embargo, sorprendentemente, hay individuos que tratan algo tan valioso como un bien de consumo que se vende y comercia con ánimo de lucro. ¿Pueden caracterizarse tales individuos como demonios, como satanases? ¡Por supuesto! En el reino espiritual, tales individuos son demonios y satanases; entre las personas, son anticristos.

Acabamos de compartir algunas de las manifestaciones de cómo los anticristos consideran las palabras de Dios bienes de consumo para vender y obtener beneficios personales. Por supuesto, esto se dice en cierto sentido y no coincide completamente con el significado literal: no es evidentemente visible que consideren las palabras de Dios bienes de consumo para vender. Sin embargo, en realidad, a juzgar por su comportamiento, enfoque e incluso su esencia, ya han considerado o con toda certeza las consideran bienes de consumo, como algo material para poseer. Una vez que las poseen, consideran las palabras de Dios como un artículo en su pequeña tienda, y las venden en el momento oportuno a quien las necesite y obtienen un beneficio de ello. ¿Qué beneficios obtienen los anticristos de esto? Entre estos, se incluyen su reputación, el respeto y la idolatría de los demás, las miradas admirativas dirigidas hacia ellos y la protección que otros brindan, como la protección de su estatus y prestigio. Incluso cuando sean apartados y descartados, la gente hablará en su favor y los defenderá. Estos son los beneficios que los anticristos obtienen de las palabras de Dios. Estos beneficios son exactamente lo que los anticristos desean y persiguen, lo que han planeado desde hace mucho en su interior. Esta es la esencia de los anticristos. Su naturaleza impulsa y domina sus acciones y su comportamiento y, a partir de estas manifestaciones, se puede ver la esencia-naturaleza de los anticristos.

2. Venden libros de las palabras de Dios para beneficio propio

A continuación, compartiremos el segundo aspecto, que es el comportamiento y enfoque reales de los anticristos al considerar las palabras de Dios como bienes de consumo. Este enfoque implica que este tipo de anticristo trata los diversos tipos de libros de las palabras de Dios como bienes de consumo. Cuando obtienen estos libros con las palabras de Dios, creen que han adquirido el capital para ganar dinero, al poseer los activos necesarios para hacerlo. Estos libros, impresos con las palabras de Dios, se convierten en sus activos, los bienes de consumo que pretenden vender, y los objetos que usan para obtener beneficios excesivos. Los anticristos retienen estos libros, y no los distribuyen de acuerdo con el principio requerido por la casa de Dios, sino que buscan obtener beneficios de manera inadecuada según sus propias intenciones. ¿Cuál es el principio para distribuir los libros en la casa de Dios? Es distribuirlos de forma gratuita a todos los que aman leer las palabras de Dios y tienen sed de la verdad. Independientemente de cuántas personas los reciban o cuántos libros se distribuyan, esto siempre debe ser gratuito. Para los creyentes en Dios en el cristianismo, la Biblia no es gratuita, y deben comprarla. Pero ahora, estas palabras de Dios y estos libros son distribuidos gratuitamente por la casa de Dios, lo cual es un punto clave. Sin embargo, el problema surge cuando los anticristos obtienen estos libros y no los distribuyen de forma gratuita, según el principio. En circunstancias normales, aquellos con un corazón un poco temeroso de Dios distribuirían estos libros de forma gratuita, según el principio y sin cobrar dinero ni buscar obtener beneficios excesivos de manera inapropiada. Sin embargo, solo los anticristos piensan que ha llegado una oportunidad de negocio al obtener estos libros. Entonces, surgen la ambición y la avaricia: “¿Dar libros tan gruesos y de tan buena calidad de forma gratuita? ¿No es eso una pérdida? ¿No es estúpido no ganar algo de dinero con ellos? Además, estos libros no se pueden comprar en ningún otro lugar, y la mayoría de las personas que creen en dios querrían leerlos, sin importar el coste”. Una vez que comprenden que la gente tiene esta mentalidad, los anticristos empiezan a desarrollar ciertos pensamientos: “No puedo perder esta oportunidad de ganar dinero; oportunidades como esta son difíciles de encontrar. Al distribuir los libros, debería dividir a la gente en categorías y cobrar más a los ricos, un precio moderado a los de clase media, menos a los pobres o no distribuírselos en absoluto, y dar un descuento a quienes me adulan y cobrarles más a quienes no se llevan bien conmigo”. ¿Está esto de acuerdo con los preceptos de la casa de Dios para la distribución de libros? (No). Esto es hacer negocios. Los anticristos desarrollan este tipo de ideas. Independientemente de si distribuyen los libros de acuerdo con los preceptos y principios de la casa de Dios, hablemos primero de cómo consideran las palabras de Dios. Una vez que los libros de las palabras de Dios llegan a sus manos, ¿los aprecian? (No). No están interesados en el camino de la vida ni en la verdad de los que se habla en las palabras de Dios; no los valoran y ni siquiera sienten la más mínima curiosidad por ellos. Simplemente hojean los libros por arriba, pasando las páginas con desinterés: “Solo se habla de cómo dios realiza la obra de juzgar a las personas; de cómo ha conquistado a un grupo de personas y de cómo les da un buen destino. En cuanto al futuro de la humanidad, no hay detalles, así que este libro no es tan interesante. Aunque el libro no es muy interesante, muchos están dispuestos a leerlo. Esto es bueno; puedo sacar provecho de ello”. Cuando los libros de las palabras de Dios caen en sus manos, se convierten en bienes de consumo, lo que implica que muchas personas, o al menos una parte de ellas, tendrán que gastar dinero para comprarlos. Los anticristos, con el pretexto de creer en Dios, de hacer la obra de Su casa y de estar a cargo de la distribución de los libros de Sus palabras, se entrometen y convierten la distribución gratuita de estos libros por parte de la casa de Dios en una transacción, en un acto de compra y venta. Dios provee Sus palabras gratuitamente a todos los que las escuchan con atención; son gratuitas, y no es necesario intercambiarlas por nada. Lo único que se requiere de las personas es aceptar, practicar y experimentar; lograr la sumisión a las palabras de Dios y convertirse en alguien que teme a Dios y se aparta del mal. Entonces Dios está satisfecho, se alcanzó Su objetivo y no se pronunciaron Sus palabras en vano. Esto le trae consuelo. Este es el deseo de Dios y también el propósito de Su obra de gestión de seis mil años llevada a cabo sobre el hombre: el más hermoso deseo del Creador para los seres creados. Dios proporciona Sus palabras, lo que Él tiene y es y Sus intenciones de manera gratuita y continua a quienes lo siguen. Este es un acto muy puro, santo y magnífico; aquí no hay ninguna transacción involucrada. Para toda persona que escucha atentamente y anhela las palabras de Dios, cada oración que Él pronuncia es invaluable. Las personas reciben de Dios la verdad y Sus palabras de forma gratuita, y en lo profundo de su corazón, lo que quieren hacer por Dios es retribuirlo, satisfacer Sus intenciones y permitirle sentir consuelo, de modo que Su gran obra pueda completarse pronto. Este es el entendimiento tácito que debe existir entre el Creador y la humanidad creada. Sin embargo, los anticristos convierten este asunto en una transacción. Aprovechan la oportunidad de la obra y la palabra de Dios, así como la necesidad que tienen las personas de recibir el suministro de las palabras de Dios, para buscar ganancias personales, y obtienen dinero y beneficios que no les corresponden. ¿No merece ser maldecida esta conducta? ¿En cuál de las declaraciones de Dios habéis visto o escuchado que Dios hable a la humanidad a cambio de una compensación? ¿Cuánto cuesta una oración, cuánto un pasaje, un sermón, un libro, o una poda, un juicio, un castigo, un refinamiento o una provisión de vida? ¿Dios ha dicho tales cosas alguna vez? (No). Dios nunca las ha dicho. Cada oración, pasaje y fragmento emitido por Dios, cada instancia de ser podada, castigada, juzgada, probada y refinada que la gente recibe de Dios, así como el suministro y la nutrición de las palabras de Dios, etc., ¿cuál de estos elementos puede medirse con dinero? ¿Cuál de ellos pueden obtener los seres humanos a cambio de dinero o cosas materiales, o pagando un precio carnal? Ninguno de ellos. Todo lo que Dios hace, todas las verdades que Él expresa, no tienen precio. Precisamente porque no tienen precio, porque no hay dinero ni cosas materiales que las personas puedan intercambiar por las posesiones de Dios y Su ser, Él dice que suministra Sus palabras a la gente de forma gratuita. Sin embargo, los anticristos no pueden ver la naturaleza preciosa e invaluable de las verdades y lo que Dios tiene y es, que es lo que Él expresa. En su lugar, buscan obtener beneficios indebidos de ellas, lo cual es totalmente vergonzoso.

Algunos anticristos, con el fin de atormentar a la gente, establecer una reputación y un prestigio propios, y hacer que los demás sientan su terror y poder, retienen las palabras de Dios y no las distribuyen a los hermanos y hermanas que están subordinados a ellos. Así, en algunas iglesias donde tales personas malvadas y anticristos tienen poder, los hermanos y hermanas se encuentran sin las palabras de Dios para leer o los sermones de Dios para escuchar. ¿No son estas personas dignas de ser maldecidas? ¿Cómo han considerado las palabras de Dios? Como su propiedad privada. Dios entrega Sus palabras a aquellos que creen en Él y lo siguen de manera sincera; no se le otorgan a un solo individuo, y ciertamente no son la propiedad privada de nadie. Las palabras de Dios son pronunciadas para toda la humanidad, y nadie puede retenerlas por ninguna razón o excusa. Sin embargo, los anticristos juegan exactamente ese papel y, para hacerlo, incumplen la norma. Algunos anticristos, después de recibir las últimas grabaciones de los sermones, las escuchan primero y, al descubrir alguna nueva luz y que hay algún contenido del que no eran conscientes, deciden no distribuir esta serie de sermones a sus subordinados. Sin que nadie más lo sepa, retienen las grabaciones de los sermones. ¿Cuál es el propósito de retenerlas? El propósito es hacer alarde durante las reuniones, lo que equivale a involucrarse en ventas. Mediante este acto de hacer alarde, cuando la gente a su cargo escucha contenido que nunca había oído antes, totalmente nuevo, empieza a tener en alta estima a los anticristos y, de esta manera, se cumple el objetivo de estos. Es innegable que, en las iglesias de todas partes, sin duda hay algunas personas que no distribuyen los sermones de enseñanza o las grabaciones de manera oportuna o completa; tales individuos existen, desde luego. Además, algunos anticristos distribuyen los libros de las palabras de Dios basándose en las actitudes que tienen las personas hacia ellos, dándoselos a aquellos que se les acercan o los adulan. Aunque los libros son gratuitos, no todos pueden recibirlos fácilmente; el principio de distribución gratuita y oportuna se ve comprometido en las manos de los anticristos y está sujeto a diferentes condiciones. Podrían dar los libros de mala gana a aquellos que están con ellos o que los escuchan, pero no necesariamente de manera oportuna. En cuanto a quienes no están de acuerdo con sus opiniones o incluso se les oponen, los anticristos podrían darles los libros selectivamente o incluso no hacerlo en absoluto. No solo buscan obtener beneficios indebidos de la distribución de los libros de las palabras de Dios, sino que también lo usan como un medio para atraer a la gente y ganársela, así como para reprimir y atormentar a otros; son capaces de todo tipo de fechorías. Incluso pueden amenazar a las personas, diciendo que si alguien habla mal de ellos, no los elige o vota en su contra, podrían retener las palabras de Dios como un medio para atormentar a esa persona. Por lo tanto, algunas personas, por temor a no poder recibir a tiempo los libros de las palabras de Dios o las grabaciones de los sermones, les tienen pavor a estos anticristos. Incluso si los anticristos hacen el mal y ellas mismas sufren un trato injusto, no se atreven a denunciarlos, ya que temen que estos las supriman y atormenten, que pierdan de este modo el contacto con lo Alto y el riego y suministro que este les proporciona. ¿Existen tales personas? Absolutamente, cien por cien. Los anticristos se involucran en todo tipo de malas acciones; no solo luchan por el poder y el beneficio, forman camarillas y crean sus propios reinos independientes, sino que tampoco hacen excepciones cuando se trata de distribuir las palabras de Dios. Aprovechan todo lo que les permita obtener beneficios indebidos, estatus y poder; no escatiman nada, ni siquiera las palabras de Dios. ¿Han sucedido estas cosas en vuestra iglesia y a vuestro alrededor? Algunos anticristos amenazan a sus subordinados diciendo: “Si no me eliges, si me denuncias a lo Alto, si no te agrado, si me delatas y me entero, no recibirás más grabaciones de sermones. ¡Te cortaré el suministro, te dejaré sin alimento; te morirás de sed y de hambre!”. ¿No es cruel el carácter de los anticristos? ¡Es sumamente cruel! Son capaces de hacer todo tipo de cosas malas.

Si os encontráis con tales anticristos, ¿cómo los manejaríais? ¿Os atreveríais a denunciarlos a lo Alto? ¿Os atreveríais a uniros y rechazarlos? (Sí). Decís que sí ahora, pero cuando realmente os enfrentéis a ellos, podríais no atreveros; os echaríais atrás, pensando: “Tengo escasa estatura, soy joven, soy débil y estoy solo. Si los anticristos realmente se agruparan para intimidarme, ¿no estaría acabado? ¿Dónde está Dios? ¿Quién escuchará mis quejas? ¿Quién me desagraviará y me vengará? ¿Quién se pondrá de mi lado?”. ¿Por qué es tan pequeña tu fe? Te vuelves tímido cuando te enfrentas a un anticristo, pero ¿qué harías si Satanás te amenazara en persona? ¿Dejarías de creer en Dios? ¿Qué harías si un anticristo no te distribuyera las palabras de Dios? ¿Qué harías si te hiciera pagar dinero por los libros de las palabras de Dios? ¿Qué harías si cada vez que el anticristo distribuyera libros de las palabras de Dios, te lo pusiera difícil y te hablara duramente? ¿Es fácil manejar esta situación? Te diré una estrategia inteligente: cuando ya casi sea el momento de la distribución de los libros, mantente junto al anticristo, hablando con palabras dulces, elogiándolo y felicitándolo enérgicamente para ganarte su confianza. Una vez que te distribuyan los libros de las palabras de Dios y las grabaciones de los sermones, busca una oportunidad para denunciarlo a lo Alto. Si no hay forma de denunciarlo a lo Alto, busca una oportunidad para unirte a hermanos y hermanas con discernimiento para restringir y atar al anticristo. Esto es eliminar verdaderamente el perjuicio a la iglesia y es lo que mejor concuerda con las intenciones de Dios. Algunos pueden preguntar: “¿Y si el anticristo descubre este plan?”. Si no estás seguro esta vez, entonces espera a la próxima oportunidad. Cuando tengas el valor y las condiciones sean adecuadas, ese es el momento para actuar. En resumen, si tienes miedo de que el anticristo corte tu alimento, no hagas una gran demostración de las cosas al principio. No te expongas ni dejes que el anticristo te cale. Cuando hayas obtenido la estatura suficiente y estés con más personas, que sean adecuadas y correctas, y que puedan discernir y rechazar al anticristo, y acompañarte para enfrentarlo, ese es el momento en el que podrás romper con el anticristo. ¿Cómo suena esta estrategia? (Bien). Algunos podrían decir: “¿No es esto engañar a los demás? ¿No quiere Dios que seamos personas honestas? Esto no parece algo honesto”. ¿Es esto engañar a los demás? (No). Es juguetear con un demonio. Cualquier método es aceptable cuando se trata con un anticristo, que es un demonio.

¿Tenéis miedo de los anticristos? Supongamos que realmente hay un anticristo a tu alrededor, en tu propia iglesia. Lo has notado; tiene poder y estatus, y muchas personas lo apoyan. Tiene una camarilla, unos pocos seguidores fervorosos. ¿Tendrías miedo de él? Algunos dicen que sí. ¿Es correcto tener miedo? Hay al menos un aspecto bueno y correcto en este miedo. ¿Por qué lo digo? Si le temes, esto al menos muestra que en tu corazón crees que es malvado, que puede atormentarte y hacerte daño, y que no es buena persona ni persigue la verdad; al menos tienes este entendimiento y discernimiento sobre él en tu corazón. Aunque no puedas catalogarlo como anticristo ni discernir que lo es, al menos sabes que no es una persona buena y que no persigue la verdad, ni tampoco es recta, amable u honesta, por lo que le temes. Además de los demonios, ¿a qué tipo de personas suele temerle la gente común y corriente o ingenua? (A la gente malvada). Todos tienen miedo de la gente malvada. Al menos, sabes en tu corazón que esa persona es malvada. Sobre esta base, observa su actitud hacia las palabras de Dios y los principios-verdad; mira si practica la verdad, discierne sus diversos comportamientos y llega a comprender y discernir su esencia por medio de sus acciones. Finalmente, si puedes determinar que es un anticristo, tu miedo incluirá otro componente: discernimiento hacia él. Aunque le temas en tu interior, no estarás de su lado y lo rechazarás en tu corazón; ¿es esto bueno o malo? (Es bueno). Si te pide que te unas a él para hacer el mal, ¿aceptarías? ¿Podrás discernir esto en tu interior? Si te pide que te unas a él para lanzar insultos o juzgar a Dios, ¿aceptarías? Si te pide que colabores con él para atormentar a otros y no distribuir los libros de las palabras de Dios a ciertas personas, ¿aceptarías? Aunque no estés cien por ciento seguro de que no aceptarías hacer tales cosas, al menos en tu corazón tendrás discernimiento sobre sus acciones. Puede que hagas algunas cosas con él a regañadientes y bajo coacción, pero solo será porque te obligó a hacerlo y no será voluntario. Al menos, no serás el autor principal; como mucho, serás un cómplice de sus crímenes. Aunque no lo expongas ni lo provoques en persona, tampoco actuarás como su seguidor o cómplice. Esto es, hasta cierto punto, rechazar al anticristo. La mayoría de las personas, a causa del miedo que sienten hacia los malvados y los anticristos, solo son capaces de hacer concesiones para protegerse a sí mismas, así que el hecho de que consigas hacer esto como una medida provisional, un parche, ya es bastante bueno. Pero ¿llegar a este nivel cuenta como mantenerse firme en tu testimonio? ¿Cuenta como defender los principios-verdad? ¿Cuenta como superar a Satanás? A los ojos de Dios, no cuenta. Entonces, ¿cómo puedes llegar a mantenerte firme en tu testimonio? Todos vosotros carecéis de una senda, y simplemente hacéis concesiones para protegeros: “Ellos hacen el mal, pero yo no me atrevo a unirme a ellos para hacerlo; temo ser castigado. Son personas malvadas; hacen cosas malas para atormentar a los demás. Pero bueno, está bien mientras yo mismo no haya atormentado a nadie. Ese mal no se me atribuirá”. Si, en el mejor de los casos, podéis hacer esto, ya es algo bastante bueno; simplemente estáis siendo complacientes y adoptando un enfoque intermedio, y no sois capaces de dar testimonio. Entonces, ¿qué se debe hacer para dar testimonio? En términos doctrinales, deberíais repudiar a las personas malvadas, rechazar y exponer a los anticristos, y evitar que anden desbocados haciendo cosas malas en la casa de Dios y causando pérdidas en ella. Pero ¿sabéis específicamente cómo hacerlo? (Denunciar e informar a lo Alto al respecto). ¿Es esa la medida de las responsabilidades y obligaciones que podéis cumplir? ¿Es ese todo el testimonio en el que podéis manteneros firmes? ¿Es esa toda la estatura que tenéis? Además de denunciar a un anticristo, ¿qué más podéis hacer? (Primero, podemos reunir todos los hechos del comportamiento constante y malvado del anticristo, y luego compartir con los hermanos y hermanas sobre el discernimiento del anticristo basándonos en estos hechos. Una vez que los hermanos y hermanas hayan comenzado a discernir al anticristo, todos pueden actuar para exponerlo, y después podemos expulsarlo de la iglesia). Los pasos y procedimientos son correctos, pero ¿qué hay de algunos casos especiales? Estás hablando desde la posición de líder, pero ¿qué pasa si un creyente corriente se encuentra con un anticristo? ¿No sería eso como un huevo que choca contra una roca? ¿Qué haríais en tales situaciones? Permitidme que os cuente una historia relacionada con la declaración y el informe de ingresos y gastos. Había alguien encargado de llevar las cuentas: una para uso externo y otra para uso interno. Un día, hubo una discrepancia de doscientos dólares en la cuenta interna. Más tarde, el supervisor vino a revisar las cuentas, notó la discrepancia y dijo: “Rompe la cuenta interna. Guarda solo la externa, para que no haya pruebas”. Una de las personas presentes no estaba de acuerdo y dijo: “Esto es una ofrenda. No importa cuánto dinero sea, es dinero de Dios; no puedes hacer eso”. El supervisor no dijo nada, mientras que otra persona comentó: “¿Qué son doscientos dólares? Cuando los anticristos malversan, son decenas de miles por vez”. Y, así, esas personas resolvieron el asunto de esa manera. Sin embargo, después, una persona sintió que ese enfoque estaba mal y lo informó al grupo de toma de decisiones. El grupo dijo que doscientos dólares no era una cantidad significativa, y que estaban demasiado atareados para ocuparse de ello. Cuando se informó a los líderes de la iglesia, tampoco lo abordaron y todos ignoraron el asunto. La persona que informó del problema se sintió molesta y dijo: “¿Cómo pueden ser todos así? ¿Cómo pueden ser tan irresponsables con las ofrendas de Dios? ¡Incluso se atreven a incurrir en engaños tan descaradamente!”. Estaba molesta por esto. Un día, cuando visité a esa gente, esa persona me informó de este asunto, y dijo que el encargado de la contabilidad había sido descuidado, que había hecho un desastre con la cuenta y que finalmente había habido una discrepancia. Aunque este problema no era demasiado importante, las actitudes de cada persona involucrada fueron diferentes. Esos supuestos supervisores y líderes no abordaron el problema. No solo no echaron a la persona encargada de la contabilidad, sino que además buscaron una excusa para protegerla. La persona que informó del problema siguió haciéndolo; sin embargo, fue excluida por muchos. Decidme, ¿qué tipo de mentalidad tenía esa persona cuando informó del problema? Si hubiera tenido la misma actitud que la otra persona, la que dijo: “Son solo doscientos dólares, ¿por qué haces tanto escándalo? Cuando los anticristos malversan, son decenas de miles por vez”; ¿lo habría informado? No lo habría hecho. Si hubiera dicho: “No es mi dinero; que lo malverse quien quiera, él será el responsable. De todos modos, yo no malversé nada, así que no necesito asumir esta responsabilidad”; o “Ya lo informé al grupo de toma de decisiones y a los líderes de la iglesia, y todos me ignoraron, así que ya cumplí con mi parte y no tengo que preocuparme más”. Si hubiera tenido esta actitud, ¿podría haber seguido informando de manera tan persistente? Por supuesto que no; en el mejor de los casos, la mayoría de la gente se detendría después de informar al grupo de toma de decisiones. Pero justo cuando esa persona presentó su informe al grupo de toma de decisiones, escuchó Mi enseñanza sobre las historias de Noé y Abraham. Después de escuchar, se sintió conmovida y pensó: “Después de escuchar las palabras de Dios, Noé las siguió durante tantos años sin dar marcha atrás. Sin embargo, yo me encuentro con esta pequeña dificultad y no puedo persistir; ¡esto no es lo que debería hacer una persona!”. Así que persistió en informar hasta que finalmente llegó a lo Alto, quien abordó el problema. ¿Pensáis que existen muchas personas así entre vosotros? Si os encontrarais en una situación así, ¿cuántos de vosotros persistiríais como lo hizo esta persona? ¿También pensaríais que doscientos dólares no es mucho, que no es gran cosa, y por lo tanto creeríais que no es necesario atenerse tan firmemente a los principios o ser tan serios, y que podéis esperar hasta que haya una discrepancia importante para informarlo? ¿Pensaríais: “En cualquier caso, he cumplido con mi responsabilidad. Si se aborda o no depende de los líderes. Yo solo soy un creyente corriente, solo tengo cierto poder, esto es todo lo que puedo hacer. Ya lo he informado, he cumplido con mi obligación; lo demás no es asunto mío”? ¿No es así como pensaríais? Y si alguien te oprimiera, no te atreverías a informarlo, ¿verdad? Durante el proceso de informar el problema, esta persona enfrentó la opresión de algunos que la señalaron, la condenaron y buscaron atormentarla en todo momento. ¡Qué malévola debe de ser esa gente! Recuerdo a esos pocos individuos; ¿por qué los recuerdo? Comían el alimento de la casa de Dios y disfrutaban de todas las verdades suministradas por Él, ¡y aun así tenían tal actitud hacia las ofrendas de Dios! ¿Se las puede considerar personas de la casa de Dios? ¡No son dignas! No se les exigió que se mantuvieran firmes en su testimonio, ya que no tenían esta calidad humana. Pero dado que ni siquiera podían hacer lo que se suponía que debían hacer, ¿merecían seguir en la casa de Dios? ¿Debería recordarse a tales personas? ¿Os gusta la gente así? (No). Entonces, ¿qué tipo de personas os gustan? (Las que se atienen a los principios y persisten en proteger los intereses de la casa de Dios hasta el final). Me repugnan esos inútiles que se asustan ante lo temible, pero sacan pecho ante la gente ingenua. También me repugnan aquellos que muerden la mano que les da de comer, los que no tienen interés en la verdad, y especialmente los que han escuchado sermones durante muchos años, pero no han entendido la verdad en absoluto o no han cambiado en lo más mínimo y, aún se resisten a Dios y se protegen de Él en lo más profundo de su corazón. Si no hay casos de tales personas que claramente hacen el mal, es posible que no se las catalogue de anticristos, pero me repugnan. ¿Hasta qué punto? Tanto como los anticristos. ¿Por qué? Los anticristos consideran la palabra de Dios un bien de consumo para vender, intercambiar y negociar, a fin de obtener un beneficio de ella. Aunque este tipo de personas puede que no se beneficien de las palabras de Dios, a partir de la actitud con la que tratan Sus palabras podemos extrapolar que son iguales que los anticristos, que no siguen el camino de Dios, ni siquiera poseen la actitud simple y más básica que deberían tener hacia las ofrendas de Dios, y que muerden la mano que les da de comer. ¿Qué clase de cosas son? Son Judas que venden al Señor y a sus amigos. Después de escuchar esta historia, ¿qué pensáis? ¿Podéis ateneros a los principios y mantener vuestra postura en situaciones como esta? Si eres un bueno para nada y siempre retrocedes, temeroso de la fuerza de los anticristos, con miedo de que te atormenten, de que su fuerza te dañe; si sientes miedo en tu corazón constantemente, te falta sabiduría para responder a esto y siempre cedes ante ellos, sin atreverte a denunciarlos o exponerlos, o a encontrar a otros para unirse y rechazarlos, entonces no eres alguien que pueda mantenerse firme en su testimonio de Dios: eres un inútil, un ser que muerde la mano que le da de comer. Cuando los anticristos consideran las palabras de Dios bienes de consumo y las usan para obtener beneficios excesivos de manera inapropiada para sí mismos, para amenazarte y privarte de la nutrición, si aún en tales situaciones no puedes rechazarlos, ¿eres un vencedor? ¿Mereces ser un seguidor de Cristo? Si hasta te falta la capacidad de obtener las palabras y la nutrición espiritual que Dios te da gratuitamente, y ni siquiera puedes comer, beber o disfrutar de estas cosas, ¿qué tan inútil te hace eso?

Los hechos que acabo de compartir son algunas manifestaciones de que los anticristos consideran las palabras de Dios bienes de consumo. Los anticristos no comen ni beben las palabras de Dios y no aceptan la verdad, simplemente las ojean y las miran por encima para adornarse con ellas. Consideran las palabras de Dios como sus posesiones y propiedad privada, para poder hacer transacciones y obtener el dinero y los beneficios que desean, y para poder controlar la libertad del pueblo escogido de Dios de leer, comer y beber Sus palabras. Tales anticristos son personas malvadas, demonios e incrédulos; ¡son de la calaña de los no creyentes! ¡Cualquiera que aparezca en la casa de Dios debería ser expulsado, y para siempre! ¿Os atrevéis a rechazar a tales personas cuando os las encontráis? ¿Os atrevéis a uniros y a exponerlos? Deberían ser desenmascarados y rechazados. La casa de Dios se rige por la verdad. Si no posees tal estatura, eso demuestra que las palabras de Dios y la verdad no se han convertido en vida dentro de ti. Si eres tímido, temeroso de los satanases y de la gente malvada, y prefieres hacer concesiones para preservarte en lugar de luchar contra los anticristos, incluso si eso significa no comer ni beber las palabras de Dios o ganarlas, mereces morir de hambre, y nadie se compadecerá de ti si lo haces. Si os encontráis en tales situaciones, ¿cómo deberíais elegir y practicar? Deberíais exponerlos inmediatamente. Las palabras de Dios no son bienes de consumo; se proveen a todo el pueblo escogido de Dios y no son propiedad privada de ningún individuo. Nadie tiene derecho a retener o poseer las palabras de Dios para sí mismo. Deberían distribuirse gratuitamente y sin ninguna retribución a todo el pueblo escogido que sigue a Dios. Cualquiera que las retenga, busque obtener beneficios excesivos de manera inapropiada con ellas o tenga planes personales con respecto a las palabras de Dios es digno de ser maldecido. Son individuos contra los que el pueblo escogido de Dios debería levantarse para exponerlos y rechazarlos, y deberían ser echados y expulsados.

¿Los dos puntos que compartí hoy bastan para ilustrar cómo los anticristos desprecian las palabras de Dios? (Sí). Los anticristos nunca consideran las palabras de Dios como la verdad, ni las valoran, las atesoran o las tratan como las palabras del Creador. En cambio, muestran en todo momento sus intenciones inconfesables, despreciables y sórdidas. Solo desean usar las palabras de Dios para lograr sus objetivos inconfesables y, ya sea en términos de cosas materiales o inmateriales, quieren usarlas para obtener beneficios para sí mismos de manera inapropiada, ganar dinero y cosas materiales, o lograr su objetivo de hacer que la gente los adule, admire, idolatre y siga. Estas cosas son abominables para Dios y las personas deberían rechazarlas. Cada vez que alguien descubre a tales individuos o que suceden tales cosas, debería levantarse para exponerlos, rechazarlos y detenerlos para que dejen de mantenerse firmes entre el pueblo escogido de Dios. Algunos dicen que lo reportarían a lo Alto si se encontraran con estas cosas, pero eso es demasiado pasivo y lento. Si simplemente denuncias estos asuntos a lo Alto, ¡eres muy inútil! Has comido y bebido tanto de las palabras de Dios y has escuchado tantos sermones y, sin embargo, solo sabes hacer informes. ¡Esto significa que tu estatura es demasiado escasa! ¿No tienes otros métodos para tratar con los anticristos? Denunciarlo a lo Alto es el último recurso, un paso que se da solo cuando es absolutamente necesario. Si te superan en número, te sobrepasan y te falta discernimiento, y no estás seguro de si alguien es un anticristo, puede que no te atrevas a desenmascarar sus diversas manifestaciones y acciones. Pero si estás seguro de que se trata de un anticristo y aun así no te atreves a levantarte para enfrentarlo, rechazarlo y derrotarlo, ¿no eres un verdadero inútil? La pizca de verdad que entiendes no se está aprovechando. ¿Estás seguro de que lo que entiendes y escuchas es la verdad? Si lo es, ¿por qué no te atreves a levantarte con firmeza y rectitud, y a luchar contra los anticristos? No se trata de que los anticristos sean las autoridades gobernantes. ¿Por qué les tienes miedo? A menos que haya una situación en la que ellos pudieran entregarte a las autoridades si los expones precipitadamente: en tales circunstancias, deberías ser cuidadoso, no provocarlos, y usar métodos prudentes para criticar y desacreditar a los anticristos con sigilo, a fin de descartarlos poco a poco. ¿No es más impresionante descartarlos en silencio? (Sí). Bien, aquí terminamos la charla de hoy. ¡Adiós!

12 de septiembre de 2020

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