Cómo perseguir la verdad (16)
El contenido de nuestra enseñanza reciente ha versado sobre discernir a los diversos tipos de personas, distinguir sus diferentes categorías y clasificaciones en función de sus orígenes y, luego, discernir la esencia de los diversos tipos de personas a través de sus distintas manifestaciones en la vida real. Aprender a discernir a los diversos tipos de personas es beneficioso para saber cómo tratarlas a ellas y a vosotros mismos correctamente, ¿no es así? (Sí). ¿Acaso la enseñanza sobre estas cosas no ha resuelto también las nociones y figuraciones que las personas tenían antes sobre los creyentes en Dios? Por ejemplo, muchas personas solían tratar a todos los creyentes como hermanos y hermanas. Siempre y cuando alguien estuviera en la iglesia, siempre y cuando fuera entusiasta al hacer su deber, entonces, sin importar cuánta maldad cometiera, cuán terrible fuera su humanidad o cuán arrogante, astuto o falso fuera su carácter, estas personas lo trataban como un hermano o hermana y lo ayudaban con amor. ¿Tienen discernimiento tales personas? (No). A lo largo de estos últimos años de riego y nutrición, vuestros puntos de vista han cambiado considerablemente, ¿no es así? (Sí). Ahora que han cambiado, ¿no os regís relativamente por los principios al tratar a los diversos tipos de personas? (Sí). ¿Acaso vuestros puntos de vista y actitudes hacia los diversos tipos de personas no son distintos de los que teníais antes? (Sí, lo son). Antes de la enseñanza sobre estas cuestiones, la gente no tenía discernimiento de los diversos tipos de personas y creía que, mientras alguien creyera en Dios, era una buena persona, un miembro de la casa de Dios, y que incluso aquellos con mala humanidad eran a quienes Dios tenía pensado salvar. Viéndolo ahora, ¿es así? (No). Ahora ya no es así. Entonces, si lo miramos ahora, ¿hay más gente buena o mala? (Creo que hay más gente mala. Antes, consideraba que muchas personas eran bastante buenas, pero a través de la enseñanza de Dios y al relacionarla con las manifestaciones de los diversos tipos de personas, pienso que hay más gente mala). Antes, como mucho, teníais algo de discernimiento de aquellos que eran obviamente incrédulos, oportunistas, espíritus malignos, demonios repugnantes y de los que podían causar trastornos y perturbaciones evidentes, y sabíais que no eran buenas personas ni hermanos y hermanas. Ahora, a través de esa enseñanza, aparte de poder discernir a aquellos con manifestaciones evidentes, ¿no sois básicamente capaces de discernir a todas las personas en función de sus revelaciones y manifestaciones? (Sí). Entonces, después de esa enseñanza, cuando volvéis a interactuar con la gente, ¿no tenéis una sensación diferente a la de antes? (Un poco diferente. Ahora, cuando interactúo con la gente, me centro en observar sus revelaciones y qué puntos de vista expresan cuando se encuentran con las cosas, para determinar si son reencarnados de humanos, animales o diablos. He pasado a centrarme en discernir a las personas en función de su esencia y clasificación). Esto significa que habéis aprendido a discernir a las personas. Entonces, ¿podéis discerniros a vosotros mismos? (Un poco). En resumen, la enseñanza sobre este tema es beneficiosa para discernir a las personas. Puede ayudaros a discernir las conductas y los puntos de vista de los diversos tipos de personas y a desentrañar su esencia. De esta manera, trataréis a los diversos tipos de personas según los principios y, cuando os encontréis con algunas personas, acontecimientos o cosas especiales, no los trataréis en función de nociones y figuraciones, y seréis capaces de captar algunos principios básicos para manejar los problemas, con lo que cometeréis menos necedades. Por ejemplo, antes, al ver a algunas personas con un comportamiento anormal o con pensamientos y opiniones distorsionados, podríais haber pensado que tales personas tenían un calibre escaso y ninguna capacidad de comprensión, o que habían escuchado pocos sermones y tenían una base demasiado superficial y que, por lo tanto, debíais esforzaros por regarlas y ayudarlas más. Ahora, a través de la enseñanza, al haber obtenido discernimiento de los reencarnados de animales y de los reencarnados de diablos, abandonaréis esas prácticas necias anteriores y ya no os ocuparéis de tareas infructuosas. Entonces, ¿podéis tratar a las personas de acuerdo con los principios-verdad? (Podemos hacerlo hasta cierto punto). ¿Tendréis desviaciones en vuestra práctica? (Si no puedo juzgar la esencia de una persona de manera adecuada, podría tener desviaciones en mi práctica). ¿En qué circunstancias tendríais desviaciones en vuestra práctica? Supongamos que el comportamiento externo de una persona se ajusta mucho a las nociones de la mayoría de la gente: puede pagar un precio y renunciar a cosas, a menudo dice cosas correctas y con frecuencia practica la caridad y ayuda a otros. En términos de humanidad, a esta persona se la considera amable, pero al mismo tiempo, simplemente no es normal, y a menudo exhibe algunos comportamientos extremos y muestra algunas manifestaciones sobrenaturales. ¿Seríais capaces de discernir a tal persona? ¿Sabéis cómo tratarla? (Solo gracias a la última enseñanza de Dios sé que tal persona es una de las reencarnadas de diablos). Puedes calificar su esencia como la de un diablo y puedes desentrañar este hecho, pero ¿puedes determinar cuál es la manera apropiada de tratarla basándote en sus manifestaciones en la vida diaria y en su estado actual? Esto tiene que ver con los principios para tratar a las personas. Entonces, ¿cuál es la manera apropiada de tratar a este tipo de persona? Si su estado de vida es básicamente normal, no ha causado perturbaciones al trabajo de la iglesia ni ha perturbado a otros, trátala correctamente; si puede rendir servicio, déjala que lo haga; si no puede y ha causado perturbaciones a otros, y la mayoría de la gente ha desentrañado sus manifestaciones y revelaciones y puede determinar que su esencia es la de un diablo, entonces no es demasiado tarde para ocuparse de ella echándola. ¿No es esto un principio? (Sí). Esto es un principio; debéis tenerlo claro en vuestro corazón. No importa cómo se ocupen de ella después, el momento debe ser el apropiado. Supongamos que tú la desentrañas, pero la mayoría de la gente no ha tenido contacto con ella y mucho menos la ha desentrañado. Si tú entonces la calificas y te ocupas de ella directamente sin hablar sobre la verdad ni explicar cómo discernirla, eso es demasiado precipitado. Y supongamos que, después de desentrañar su esencia, empiezas a sentir repulsión hacia ella y luego buscas oportunidades para podarla, o siempre la tienes en el punto de mira con tus palabras y acciones, así como al hablar sobre la verdad; ¿es esta una buena manera de actuar? (No). ¿Por qué no? (Porque, si la tratamos de esta manera, la mayoría de la gente no sabrá lo que está pasando e incluso podría tener malentendidos. La esencia de esta persona debe ser revelada y puesta al descubierto a través de los hechos, y solo cuando la gente tenga discernimiento de ella será apropiado exponerla y diseccionarla o podarla; entonces todos lo entenderán. Si esta persona no es alguien que persigue la verdad, pero no causa perturbaciones y todavía puede rendir algún servicio, entonces deberíamos dejar que rinda servicio. Si sabemos que no es alguien que persigue la verdad y aun así la podamos constantemente, eso afectará a su cumplimiento del deber). Actuar de esa manera es no tener principios. Cuando trates a los reencarnados de diablos y a los reencarnados de animales, aunque hayas desentrañado su esencia a través del contacto y la observación durante un largo período de tiempo, debes ejercer algo de sabiduría y tratarlos de acuerdo con los principios. Está bien ejercer la sabiduría, pero no puedes vulnerar los principios. Tratar a tales personas de acuerdo con los principios implica muchos detalles. Uno de ellos es que, incluso si ves con claridad que son personas que sienten aversión por la verdad y cuya esencia es la de los diablos, no puedes estar siempre buscándoles defectos o siendo quisquilloso para podarlas o exponerlas a cada momento. No sabrán lo que está pasando; no tendrán ni idea y desconocerán por qué las estás podando y las tienes en el punto de mira. Hacer esto incluso afectará a su cumplimiento del deber. Aunque, a ojos de los demás, no te equivoques en tus acciones o palabras, actuar de esta manera no solo no produce resultados, sino que incluso conduce a consecuencias adversas, y no es conforme a los principios-verdad. Por lo tanto, no importa con qué tipo de persona estés tratando, debes tratarla de acuerdo con los principios y con imparcialidad; no actúes basándote en cómo te sientes. Está bien ejercer algo de sabiduría, pero debes tratarla de acuerdo con los principios. Actuar de esta manera, por un lado, se ajusta al orden y sigue las reglas, y es menos probable que cause trastornos; por otro, también demuestra que tienes un corazón temeroso de Dios, que no vas por ahí cometiendo fechorías y que no haces las cosas de manera obstinada o imprudente según tus propias intenciones. Debes tener principios al tratar a cada tipo de persona. Ya sean diablos, animales o humanos, debes tratarlas de acuerdo con los principios. Debes ser capaz de discernir a estos tipos de personas y captar los principios para tratar a la gente. No deberías tener una comprensión distorsionada en lo que respecta a este asunto, ¿verdad? (Sí). No hagas nada que cause trastornos. Si haces algo que cause trastornos o perturbaciones, es que eres demasiado estúpido; esto no es lo que un ser humano debería hacer. ¿Entendido? (Entendido).
Anteriormente, hablamos sobre las manifestaciones de las esencias de los reencarnados de animales y de los reencarnados de diablos, que pertenecen a dos clasificaciones diferentes. Esto ayudó a la gente a ver que, aunque todos los tipos de personas tienen apariencia humana, las diferencias en su esencia y su clasificación se pueden discernir a través de las diferentes actitudes que tienen hacia la verdad. Independientemente de cómo sea la apariencia externa de una persona —quizás alguien tenga rasgos bien proporcionados, parezca bastante refinado y bondadoso o culto, bien educado, con estatus y gracia, e incluso parezca tener dignidad y ser bastante extraordinario, no una persona corriente—, nada de esto es la base para calificar su esencia. No importa cuál sea su aspecto, si es alta o baja, gorda o delgada, cuál sea el color de su piel o si su vida es opulenta o austera, nada de esto puede demostrar cuál es realmente su esencia. La calificación de la esencia de una persona no puede basarse en los estándares de la cultura tradicional humana ni en dichos sobre la conducta moral, así como tampoco en lemas o dichos famosos de personas de renombre que la gente ha ido recopilando a lo largo de la historia ni en las declaraciones engañosas de los partidos gobernantes. Entonces, ¿en qué debe basarse? La gente debe usar las palabras de Dios, la verdad expresada por Él y Sus requerimientos a las personas como base para juzgar y determinar la esencia de los diversos tipos de personas. Uno no debe en absoluto juzgar a las personas basándose en su apariencia externa, sus dones o el conocimiento que hayan llegado a captar, y desde luego no en el estatus de una persona ni en el papel que esta desempeña en la sociedad y entre la gente. Todas esas formas de juzgar a las personas son erróneas. Uno debe juzgar a las personas basándose en las palabras de Dios; solo las palabras de Dios son la verdad. Por un lado, dicho juicio debe basarse en la verdad; por otro, debe basarse en la actitud de una persona hacia la verdad y en si puede comprenderla. Es completamente acertado discernir la esencia de una persona y determinar su clasificación basándose en la verdad. Sin duda, no habrá error alguno.
Después de hablar sobre las manifestaciones de esos dos tipos de personas, los reencarnados de animales y los reencarnados de diablos, a continuación deberíamos hablar sobre las manifestaciones de los que son reencarnados de verdaderos humanos. Hemos llegado a la parte más crucial. Los reencarnados de animales tienen ciertas manifestaciones y características que demuestran que son lo que son, al igual que los reencarnados de diablos. Entonces, ¿tienen también los reencarnados de humanos manifestaciones y características correspondientes? (Sí). Sin duda. Hemos mencionado algunas de las manifestaciones y características básicas de la humanidad que poseen los verdaderos humanos. Hoy hablaremos sobre las manifestaciones y características específicas de los reencarnados de humanos. Dado que la clasificación de este tipo de personas es la de humanos, antes de que compartamos formalmente, pensemos primero en cuáles son las características básicas del ser humano. O, a lo largo de tus muchos años de interacción y relación con la gente, ¿cuáles son las características que has observado en este tipo de personas que tienen la clasificación de seres humanos? ¿Cuáles son sus manifestaciones? Adelante. (Este tipo de personas que tienen la clasificación de seres humanos poseen conciencia y razón. Por ejemplo, si hacen algo mal, perjudican a alguien o realizan cualquier acción que vulnere la verdad, se sienten reprobadas en su conciencia). (Este tipo de personas pueden al menos comprender la verdad, aman las cosas positivas y detestan las negativas. Su conciencia y razón son sólidas). Ser capaz de comprender la verdad es un estándar relativamente alto. Antes de que se encuentren con la verdad, ¿qué características de humanidad posee este tipo de personas? ¿Cuáles son las características de sus acciones, su discurso y su manera de comportarse y desenvolverse en el mundo? ¿Cuáles son las manifestaciones y revelaciones de humanidad normal que exhiben? Es decir, cuando interactúan y se relacionan con la gente, ¿qué manifestaciones muestran que permitan a otros ver que son figuras positivas? (Son relativamente racionales y bondadosas, no hacen cosas que engañen o dañen a otros y no tienen intención de lastimar a los demás). Lo que se os ocurre son estas manifestaciones positivas que se ajustan relativamente a la humanidad y que son las manifestaciones de una buena persona que tiene la gente en su mente. Ser bondadoso, no engañar ni dañar a otros, ser fiel a la propia palabra, tener sentido de la responsabilidad, ser capaz de llevarse bien con los demás, anhelar las cosas positivas y detestar las negativas; todo esto son algunas manifestaciones positivas de la humanidad. ¿Hay alguna más? (También está la de tener entendimiento espiritual, ser capaz de entender las palabras de Dios). Tener entendimiento espiritual no guarda relación con la humanidad, que es lo que estamos discutiendo ahora. Estamos hablando principalmente de los diversos puntos de vista de las personas con humanidad al manejar los asuntos, así como de las manifestaciones de la esencia de la conducta propia y el trato de uno hacia los demás, sus principios y estándares mínimos en lo que respecta a su conducta propia y acciones, etcétera. Las manifestaciones positivas de la humanidad que la gente puede ver y de las que puede aprender son escasas. Parece que aquellos entre la especie humana que entienden cómo comportarse son verdaderamente poco comunes. No es de extrañar que muchos digan que han fracasado en su manera de comportarse. Fijaos en cómo los actores de las películas y series de televisión representan a los personajes positivos: cuando se trata de revelar cierto punto de vista, manifestación o actitud en relación con un asunto, los actores no saben cómo actuar o expresarlo, y su entendimiento en este ámbito es inexistente. Si les pides que interpreten a un gamberro, un matón, un capo de la mafia, una prostituta, una mujer libertina o una persona famosa o extraordinaria, pueden interpretar el papel muy bien y representar cada gesto, palabra y acción, incluso una sola mirada, con absoluta intensidad y especificidad. Algunos espectadores, después de verlos interpretar un papel negativo, incluso creen erróneamente que son de verdad la mala persona de la serie y querrán pegarles si alguna vez se los encuentran. Algunos hasta les escupirán. Mirad con qué intensidad representaron su papel, realmente dieron vida a esa mala persona. ¿Y qué pasa cuando se trata de interpretar a una buena persona? ¿Puede la gente obtener alguna inspiración de su actuación, saber cómo ser una persona con humanidad? Realmente no existen tales actores. La especie humana no tiene ni idea de cómo ser una persona con humanidad. No es algo que solo desconocen los guionistas y directores, sino también el público; nadie entiende lo que significa tener humanidad. Por eso, en las películas y series de televisión se muestra de una forma completamente vacía. Por ejemplo, cuando un actor interpreta a un miembro del Partido Comunista que cierra los ojos justo antes de morir, los espectadores dicen: “¡Seguro que no está muerto todavía, no ha pagado las cuotas del Partido!”. Efectivamente, en menos de un segundo, abre los ojos y, temblando, saca unas monedas del bolsillo y dice: “Estas son mis cuotas del Partido. No puedo deberles nada. Que el Partido esté tranquilo. Cuando llegue al otro lado, les seguiré siendo leal, inquebrantablemente, ¡incluso hasta la muerte!”. Solo entonces fallece. Así es como se representa a una persona con humanidad en las películas y series de televisión. A los ojos del público, en realidad se trata de algo completamente vacío. Tales personas no existen en la vida real y es muy difícil que la gente logre esto. Por lo tanto, la especie humana simplemente no entiende lo que es la verdadera humanidad y le es muy difícil definir el estándar de esta. O bien se fija un estándar demasiado alto y totalmente vacío, o bien la gente no tiene ni idea y lo establece de manera arbitraria. De hecho, la humanidad que posee un verdadero humano es muy simple. ¿Cómo de simple? Es algo que está a tu alcance, algo que puedes lograr. ¿Qué significa que esté a tu alcance? Significa que es muy práctico, muy real, muy objetivo, en absoluto vacío. Como es muy objetivo y práctico, la gente siente que es muy normal y que no vale la pena mencionarlo en lo más mínimo, y mucho menos piensa que estas manifestaciones sean lo que la especie humana debería exhibir. Esta especie humana aboga por cosas que son grandiosas, elevadas e impresionantes. Mucha gente no solo no posee las manifestaciones de la verdadera humanidad, sino que también las desprecia porque las manifestaciones de la humanidad normal son muy prácticas, muy normales, muy comunes, y en su lugar persiguen y veneran el conocimiento. De esta manera, se ha formado una tendencia malvada en toda la sociedad, una que desprecia y menosprecia las manifestaciones de un verdadero humano. Incluso una persona que realmente tenga humanidad no siente que comportarse de esta manera sea ser un verdadero humano o una persona con humanidad. Por el contrario, busca convertirse en las llamadas personas nobles y extraordinarias que defienden las tendencias malvadas de la sociedad. Esto niega y oculta la esencia-humanidad que poseen algunas personas que tienen humanidad. ¿Qué significa “ocultar” aquí? Significa que nadie te considera una persona con humanidad. Significa que, hagas lo que hagas, los demás te excluyen y te menosprecian y que, entre la gente, no hay lugar para que uses tus talentos o hables ni oportunidad para que utilices tus puntos fuertes. “Negar” significa que tu humanidad normal simplemente no es digna de mención entre la especie humana corrupta. Tener humanidad no es algo que ellos defiendan. ¿Qué defienden? Seguir la corriente, ser astuto y hábil, halagar y congraciarse, mentir y engañar y ser capaz de decir cualquier cosa sin importar cuán empalagosa o contraria a sus verdaderos sentimientos sea. Decir la verdad no te llevará a ninguna parte en esta sociedad. No importa cuán buena sea tu humanidad, esta sociedad no la defiende y la negará. Si dices algunas cosas positivas, rectas o justas, o bien palabras de conciencia, si dices algunas cosas racionales mientras asumes el lugar que te corresponde, te excluirán, te negarán y te menospreciarán. Incluso hay algunos que se burlarán de ti, te ridiculizarán, te humillarán y luego reunirán a todas las fuerzas y poderes perversos para atacarte y condenarte al ostracismo, con lo que al final harán que te sientas demasiado avergonzado para mostrar tu rostro y te niegues a ti mismo. Acabarás pensando: “No soy bueno, no puedo adaptarme a las tendencias de la sociedad ni a esta gente. No sé cómo llevar a cabo complots, no puedo urdir intrigas ni trucos, así que me es muy difícil sobrevivir entre estas personas”. Empiezas a sentirte muy inferior e incapaz de integrarte con esta gente. En realidad, te es imposible asimilar sus filosofías para los asuntos mundanos, sus métodos y medios para manejar los asuntos y su modo de supervivencia. Después de que esta tendencia malvada y estas personas malvadas te nieguen, niegas tu propia humanidad y luego intentas por todos los medios posibles adaptarte a ellas, seguirlas, integrarte en la sociedad y formar parte de estas personas malvadas y de esta tendencia malvada. Intentas imitar los trucos, intrigas y maquinaciones de los demás, como también sus palabras de adulación, empalagosas y contrarias a sus verdaderos sentimientos. Pero no importa cómo intentes imitar estas cosas ni cuánto esfuerzo pongas, en definitiva, sientes que estas no son las palabras que quieres decir ni las cosas que quieres hacer. Cada palabra que dices es muy contraria a tus verdaderos sentimientos, y cada cosa que haces consigue que te sientas reprobado en tu conciencia; sientes que esto no es lo que deberías decir o hacer. Vives así cada día, llevando una máscara. Aunque, en términos de comportamiento, discurso o algunos pensamientos y puntos de vista, parece que te has integrado en esa tendencia malvada y en esa especie humana corrupta, en lo más profundo de tu interior estás dolido, reprimido y resentido. Después de tener una experiencia de vida así, empiezas a anhelar un trato justo y recto, las cosas positivas y la luz. Entonces, ¿qué características de humanidad posee una persona así que le permitan tener tales sentimientos y experiencias cuando está rodeada de otra gente y de las tendencias malvadas? En realidad, es muy simple: cuando una persona posee la esencia-humanidad de la conciencia y la razón, tendrá tales experiencias al vivir entre la gente.
La conciencia y la razón son las dos cosas más fundamentales que deberían poseer quienes tienen humanidad. Aunque se ha hablado de estas dos cosas una y otra vez, son sumamente importantes para las personas y también constituyen los criterios más relevantes para evaluar si la clasificación de una persona es la de humano. ¿A qué se refiere la conciencia, en concreto? He dicho antes que la conciencia es una facultad que se produce en el corazón de una persona, que plantea ciertas exigencias a la gente y que se manifiesta principalmente en los principios para comportarse y en los estándares mínimos de la conducta propia. En concreto, el credo de una persona a la hora de comportarse, sus principios para comportarse y desenvolverse en el mundo y las revelaciones de su humanidad pueden demostrar si tiene o no conciencia. Justo ahora, cuando he preguntado a qué se refiere la conciencia en concreto, no habéis sabido responder. Solo os centráis en lo que consideráis que son verdades profundas, sin embargo, cuando se trata de verdades de este tipo, sentís que son demasiado irrelevantes, demasiado comunes y demasiado insignificantes como para ser dignas de mención, así que simplemente no les prestáis atención ni las tomáis en serio. Si una persona tiene conciencia, significa que su humanidad posee dos características: una es la rectitud y la otra es la bondad. Puede que no sepas decir si una persona es bondadosa o no a partir de su apariencia externa, pero si lo es, lo sabrás en cuanto te relaciones con ella. ¿Cuál es la base para evaluar si una persona es recta? Sus principios para comportarse y desenvolverse en el mundo. Si es traicionera, astuta, insidiosa y mundana, así como intrigante e inescrutable en su manera de comportarse y desenvolverse en el mundo, entonces decididamente no es una persona recta. Si su manera de comportarse y desenvolverse en el mundo es muy simple, muy directa, muy franca, si habla a los demás con mucha claridad, no incurre en tortuosidad ni falsedad cuando interactúa con la gente, habla y actúa sin mentiras —llamando negro a lo negro y blanco a lo blanco, distinguiendo tales cosas con gran claridad—, puede adherirse a las cosas positivas y no cede ante las fuerzas del mal, entonces esa persona es bastante recta. Si una persona es a la vez recta y bondadosa, significa que tiene conciencia y posee las características mínimas de la humanidad. Otra característica de la humanidad es la razón. La razón es también un término y un tema que a menudo debatimos, pero nadie ha definido nunca explícitamente qué es. ¿Qué incluye la razón y qué tipo de manifestaciones son propias de tener razón? ¿Tenéis esto claro? La mayoría de la gente no lo tiene muy claro; su entendimiento en este ámbito es todavía relativamente vago. Entonces, ¿qué significa tener razón? Significa ser capaz de decir lo que se debe decir y hacer lo que se debe hacer, al tiempo que se adopta la actitud correcta; esto es tener razón. Si eres una persona con humanidad, entonces tus palabras y acciones serán mesuradas. Sabrás qué palabras debes decir, qué cosas debes hacer, cuál debe ser tu actitud al decir esas palabras y qué tipo de lenguaje debes usar para expresar un determinado asunto, dentro del entorno actual y basándote en tu identidad y estatus. Tendrás estándares y moderación en tu corazón para estas cosas. Es decir, tu razón podrá regular tus palabras y tu comportamiento, lo que hará que estos sean apropiados, de modo que externamente los demás los consideren racionales y mesurados y que tus palabras y acciones sean adecuadas y capaces de edificar a las personas. Con independencia de si, desde el punto de vista de tu calibre, tu nivel de estudios o tu edad, las palabras que dices y las cosas que haces son enteramente apropiadas o no, al menos tendrás límites en tu corazón y un estándar que te mantenga controlado, lo que te permitirá hablar y actuar en un estado racional. Esto es lo que significa tener razón. No importa a quién se enfrente una persona con razón, ya sea a alguien rico o pobre o a alguien con estatus o sin él; en cualquier situación, sus palabras y acciones no están limitadas por el hecho de que su estado de ánimo sea bueno o malo, ni dicha persona piensa en si un asunto le beneficia o no; siempre tiene un freno en su corazón, un estándar o límite que le sirve para regularse. No proferirá intencionadamente argumentos retorcidos ni será irrazonablemente problemática. Incluso si a veces está enfadada y muy alterada por dentro y las palabras que elige no son del todo apropiadas, lo que dice no constituye argumentos retorcidos ni falacias, sino que es presentable y tiene sentido. ¿Qué significa que “tiene sentido”? Significa que, aunque lo que diga no sea necesariamente conforme a la verdad, a ojos de la mayoría de la gente, este “razonamiento” se puede sostener; se reconoce generalmente como algo correcto y nadie se opone a ello. Tal persona es alguien con razón.
Estos dos aspectos, la conciencia y la razón, se han explicado con claridad. Las principales manifestaciones de tener humanidad son estas dos: una es tener conciencia y la otra es tener razón. Decidme, ¿son insustanciales estos dos aspectos o no? (No lo son). ¿Acaso no son muy reales? (Sí). Son muy reales y no son insustanciales. Entonces, ¿por qué la humanidad no aboga por ellos? Porque una persona con conciencia posee rectitud y bondad, y las personas rectas y bondadosas, en medio de las tendencias malvadas y entre la humanidad malvada y corrupta, son consideradas repulsivas, además de sumamente insignificantes, y menospreciadas por todos. De hecho, si eres una persona recta y bondadosa, incluso te interrogarán: “¿De qué sirve que seas recto y bondadoso? ¿Tienes conocimiento? ¿Tienes estatus social? ¿Tienes renombre o poder en la sociedad?”. Tú dices: “No tengo renombre ni poder; solo soy una persona un tanto recta y bondadosa”. Toda la gente se reirá de ti y te desdeñará. A sus ojos, que tengas conciencia y seas recto y bondadoso no es importante; sin conocimiento, estatus y renombre o poder, no llegarás a ninguna parteen la sociedad. Dicen: “Tienes conciencia, pero ¿cuánto vale la conciencia? ¿Qué puedes hacer? ¿Puedes recurrir a intrigas y ardides o engañar a la gente? ¿Puedes ganarte el corazón de las personas y comprar su favor?”. No puedes hacer nada de eso. Si tienes conciencia, si posees rectitud y bondad —estos dos aspectos de la humanidad—, no te interesarán esas cosas que se encuentran en las tendencias malvadas de la sociedad, no seguirás estas tendencias, por lo que no llegarás a ninguna parte en la sociedad y la gente te condenará al ostracismo. ¿Por qué te condenará al ostracismo? Porque la mayoría de la gente venera las tendencias malvadas y estas se han convertido en la corriente principal de la sociedad; si actúas de acuerdo con tu conciencia y tratas las cosas con imparcialidad en todas las cuestiones, los demás te verán como un inadaptado y te excluirán. Si, en la iglesia, puedes apoyarte en tu conciencia y adherirte a los principios-verdad en tus palabras y acciones y te atreves a desenmascarar y a diseccionar a las personas malvadas, entonces aquellos que pertenecen a los diablos perderán su base y quedarán en evidencia; sus intrigas y ardides, así como su naturaleza satánica que odia la verdad, quedarán completamente al descubierto. Por lo tanto, estas personas que pertenecen a los diablos temen especialmente que haya en la iglesia quienes se adhieran a los principios-verdad. Cada vez que ven a alguien que entiende la verdad, lo excluyen y lo reprimen, con mucho miedo de que quienes entienden la verdad se pongan en pie para desenmascararlas, lo que haría que quedasen en evidencia y fuesen descartadas. Su naturaleza satánica las impulsa a actuar de esta manera. En la casa de Dios, los que pertenecen a los diablos no pueden mantenerse firmes, precisamente porque en la casa de Dios es la verdad la que ostenta el poder, es Dios quien ostenta el poder. Pero en el mundo no creyente es diferente. Como el ateísmo y las tendencias malvadas prevalecen en ese mundo, las personas con humanidad no pueden encontrar su lugar en medio de las tendencias malvadas y entre la especie humana malvada y corrupta. Mientras tanto, aquellos que son implacables en sus tácticas, insidiosos y astutos suelen ser los líderes, los más destacados, la supuesta élite humana. Una persona con humanidad, independientemente de su calibre, dones, puntos fuertes o talentos, es excluida y no tiene oportunidad de prosperar. En cuanto diga unas pocas palabras justas o trate los asuntos con imparcialidad, esas personas malvadas y esos diablos la atormentarán. Por lo tanto, esta especie humana malvada, que pertenece a los diablos, hace caso omiso de la conciencia; solo quienes tienen humanidad poseen conciencia. En cuanto a la razón, la manifestación de tenerla es que, sin importar lo que le suceda a una persona, puede tratar dicha cuestión racionalmente, hablar y actuar con rectitud, no actuará según sus sentimientos o su renombre o estatus, y no obligará ni constreñirá a otros. Es capaz de tratar un asunto racionalmente: si es correcto, es correcto; si es incorrecto, es incorrecto; si está bien, está bien; si está mal, está mal. Evalúa las cosas con imparcialidad y las hace con rectitud, de acuerdo con los principios, y no cruza los límites morales de la humanidad. Esta es la manifestación de tener razón. Estas dos cosas, la conciencia y la razón, no se sostienen en la sociedad, especialmente en los países malvados y en medio de las tendencias malvadas, donde menos aún se sostienen y son insostenibles. Sin embargo, la conciencia y la razón son precisamente las dos principales características que posee la humanidad normal, y también son características que la especie humana debería tener. Solo cuando posees estas dos características eres un verdadero humano. Si eres una persona con conciencia y humanidad, entonces, por un lado, te comportarás de manera especialmente conforme a los principios y serás capaz de tratar a la gente de una forma relativamente recta. No importa cómo sea tu relación con alguien o si te ha herido, podrás tratarlo correctamente y evaluarlo con objetividad. En eso consiste la rectitud, una característica de la humanidad. Además, si posees bondad, otra característica de la humanidad, tendrás ciertos límites al tratar con la gente o al hacer las cosas, que podrán frenarte para que no hables ni actúes en contra de tu conciencia. Por ejemplo, las personas malvadas siempre dicen palabras retorcidas y profieren argumentos retorcidos, con lo que invierten el blanco y el negro y tergiversan los hechos. Guardan rencor contra quien sea perjudicial para ellas o las haya herido o atacado y piensan en todas las maneras posibles de encontrar oportunidades para atormentar a tales personas y tomar represalias contra ellas. Pero en el caso de una persona con humanidad, como posee rectitud y bondad, que son parte de la conciencia, aunque alguien la haya dañado o engañado, quiera tomar represalias y vengarse y puede que diga algo duro como “¡Lo odio a muerte!” en momentos de impetuosidad, cuando se le presenta una oportunidad real de venganza, su corazón se ablanda y cede; no se atreve a hacerlo, no tiene el corazón para ello. Y al cabo de un tiempo, ya no puede invocar ese odio. Así es una persona bondadosa. Si alguien te ha engañado o dañado y tienes la oportunidad de vengarte, de ver a tu enemigo sufrir castigo y pena, ¿serías capaz de actuar y hacer cosas para tomar represalias contra él? Cuando te sientes indignado, puede que digas: “¡Sin duda tomaré represalias contra él! ¡Es absolutamente terrible e implacable!”. Pero cuando de verdad llega una oportunidad de venganza, no te atreves a hacerlo. Dirás: “Olvídalo. De eso hace ya mucho tiempo. Dejémoslo así”. No perseguirás sin cesar vengarte ni insistirás en ver a tu enemigo sufrir un castigo o algún mal final. No vivirás con un odio constante en tu corazón; al cabo de un tiempo, el odio se disipará. Esta es la manifestación de tener un corazón bondadoso. La bondad es una manifestación característica de una persona con conciencia, y también una característica de pertenecer a la clasificación de humano. Por supuesto, a ojos de algunos, la bondad es una debilidad. Algunos no creyentes podrían incluso pensar que eres débil e incluso incitarte, diciendo: “Tienes que ser implacable y desalmado. Cuando llegue la oportunidad de vengarte, deberías aplicar el diente por diente, subyugarlo tú mismo y matar a tu enemigo con tus propias manos”. Pero tú reflexionas: “Si mato a mi enemigo con mis propias manos, ¿no estaría cometiendo una maldad? Que viva no me afecta; es solo que lo que hizo fue demasiado lejos y me hirió, pero todo eso ya es pasado”. Con el tiempo, descubres que ya no lo odias. Algunas personas dicen que eres demasiado cobarde, que no eres lo bastante implacable. Tú mismo también encuentras esto desconcertante: “¿Por qué no puedo ser implacable? ¿Por qué soy siempre indulgente con mis enemigos e incapaz de guardar rencor?”. A ojos de algunos, tener un corazón bondadoso es una debilidad de la humanidad, pero en realidad es una característica de esta, ¿verdad? (Sí).
No entraremos en más detalles sobre la conciencia y la razón, esos dos importantes componentes de las características de la humanidad. Hablemos de otros dos aspectos, los más específicos, que son los que más fácilmente se pasan por alto o de los que la gente nunca ha sido consciente. Si simplemente decimos que una persona posee la conciencia y la razón de la humanidad, a la gente esto le parecerá algo relativamente general, será muy difícil determinar qué cosas ha hecho alguien o qué manifestaciones tiene esa persona que demuestren que de verdad tiene conciencia y razón y resultará difícil evaluar si de verdad ese individuo tiene una humanidad normal. Por lo tanto, no hablaremos desde el ángulo de las manifestaciones específicas de la conciencia y la razón, sino desde otros dos aspectos. Es decir, si una persona posee la esencia-humanidad, entonces, por un lado, puede discernir el bien del mal y, además, también sabe lo que es correcto y lo que es incorrecto. El hecho de que alguien posea estos dos aspectos basta para demostrar que posee conciencia y razón. Esta es una forma más específica de diseccionar si la humanidad de alguien posee conciencia y razón. Solo cuando una persona posee estos dos aspectos —discernimiento del bien y del mal y conocimiento de lo que es correcto y lo que es incorrecto— se demuestra de verdad que posee la conciencia y la razón de la humanidad. Si no posee estos dos aspectos, entonces su afirmación de tener conciencia y razón es falsa y no es conforme a los hechos. Veamos primero el aspecto de ser capaz de discernir el bien del mal. “Discernir” significa entender, saber, ser consciente de algo y comprenderlo. ¿Qué significa “el bien y el mal”? El bien y el mal se refiere a las cosas positivas y a las cosas negativas. Entonces, ¿qué significa saber lo que es correcto y lo que es incorrecto? Por ejemplo: “La especie humana fue creada por Dios”. ¿Es esta afirmación correcta o incorrecta? (Correcta). “La especie humana evolucionó a partir de los simios”. ¿Es esta afirmación correcta o incorrecta? (Incorrecta). Si puedes discernir y juzgar qué puntos de vista son correctos y cuáles son incorrectos, esto es saber lo que es correcto y lo que es incorrecto. Los diablos dicen: “La especie humana evolucionó a partir de los simios”. Después de oír esto, dices: “Eso no es correcto. La especie humana fue creada por Dios”. Entonces, en este asunto, no estás atolondrado y sabes lo que es correcto y lo que es incorrecto. ¿Hay alguna diferencia, entonces, entre lo correcto y lo incorrecto y el bien y el mal? (Sí). “Dios tiene soberanía sobre el porvenir de toda la especie humana”. ¿Es esta afirmación correcta o incorrecta? (Correcta). “La especie humana controla su propio porvenir”. ¿Es esta afirmación correcta o incorrecta? (Incorrecta). “La longevidad de una persona depende de cómo se cuide y se mantenga sana”. ¿Es esta afirmación correcta o incorrecta? (Incorrecta). “La longevidad de una persona la ordena Dios”. ¿Correcto o incorrecto? (Correcto). Ahora ya sabes lo que significa saber lo que es correcto y lo que es incorrecto, ¿verdad? (Sí). Entonces, veamos el aspecto de discernir el bien del mal. ¿A qué acabamos de decir que se refiere “el bien y el mal”? (A las cosas positivas y a las cosas negativas). Por ejemplo, ser una persona honesta; ¿es esto algo positivo o algo negativo? (Algo positivo). ¿Y qué hay de “El dinero mueve el mundo”? (Eso es algo negativo). ¿Quién puede poner otro ejemplo? (Es perfectamente natural y justificado que la gente adore a Dios. Esto es algo positivo). Entonces, ¿qué hay de quemar incienso y adorar a Buda? (Eso es algo negativo). Buscar la verdad al hacer las cosas. (Eso es algo positivo). Seguir la propia voluntad y tomar decisiones unilaterales en todo lo que uno hace. (Eso es algo negativo). Sabes qué cosas son positivas y cuáles son negativas, y también puedes juzgar qué puntos de vista son correctos y cuáles son incorrectos; a esto se le llama ser capaz de discernir el bien del mal y saber lo que es correcto y lo que es incorrecto. Tener esta perspectiva y este entendimiento y poseer la capacidad de discernir estas cosas en tu corazón indica que eres alguien con la cualidad de la humanidad. Ser capaz de discernir el bien del mal y saber lo que es correcto y lo que es incorrecto significa que, dentro de la humanidad de una persona, existe una capacidad innata para identificar algunas cosas positivas y negativas. Además, también hay en su corazón cierta conciencia y sentimiento sobre si ciertas cosas son correctas o no. Incluso sin haber oído la verdad o sin entenderla, su humanidad posee este tipo de discernimiento. Aunque no pueda articularlo, en su corazón sabe qué cosas son positivas y cuáles son negativas, como también que las cosas negativas son incorrectas. Si además tiene un sentimiento de aborrecimiento en su corazón y puede rechazar estas cosas y no seguirlas, eso es aún mejor. Cuando no entiende la verdad, aunque no pueda discernir las cosas positivas y negativas con mucha claridad, en su corazón tiene sentimientos diferentes hacia las cosas positivas y negativas y formas distintas de tratarlas. Por ejemplo, en lo que respecta a algunas tendencias malvadas de la sociedad, cuando las personas con humanidad las ven, sienten un profundo aborrecimiento en su corazón. Piensan que estas cosas no son la senda correcta, no son cosas positivas ni cosas que la gente deba perseguir o hacer. A pesar de que, dado que viven en este entorno social, no tienen más remedio que seguir las tendencias malvadas, en el fondo las desprecian. Y, al tiempo que las desprecian, también buscan cualquier oportunidad para escapar de este entorno o piensan en todas las maneras posibles de evitarlo y de rechazar estas tendencias malvadas.
Discernir el bien del mal es muy importante para una persona. Ya que el bien y el mal implican cosas positivas y cosas negativas, ¿cuáles creéis que son algunas cosas positivas y cuáles son algunas negativas? (Creer en Dios, seguirlo, adorarlo, someterse a Él, así como hacer el deber de uno y ser una persona honesta; todo esto son cosas positivas. Mentir y engañar, resistirse a Dios, rebelarse contra Él, traicionarlo; estas son cosas negativas). (Las cosas positivas provienen principalmente de Dios y son conformes a la verdad. Por ejemplo, los diversos resultados que logra la obra de Dios, así como el verdadero conocimiento que tienen las personas del carácter y la esencia de Dios, son todas cosas positivas y conformes a la verdad a la verdad). No penséis que las cosas positivas son tan vacías o tan elevadas. En realidad, las cosas positivas son diversas personas, acontecimientos y cosas positivos y correctos que son beneficiosos para la gente. Cualquier cosa beneficiosa para las personas, cualquier cosa que resulte beneficiosa y no perjudicial para a su vida normal, es una cosa positiva. Por ejemplo, ¿son las reglas y leyes naturales cosas positivas? (Sí). Todas las palabras de Dios son verdad y constituyen cosas positivas; cualquier cosa que implique la verdad es una cosa positiva. La provisión de vida y verdad por parte de Dios a la humanidad, así como el contenido de la obra de Dios de gestionar y salvar a la humanidad, son cosas positivas relacionadas con la verdad. Todos los requerimientos de Dios para las personas, cada una de Sus palabras, los principios de práctica para las diversas verdades; todo esto son cosas positivas. Además de la obra de Dios de gestionar a la humanidad, hay muchas otras cosas positivas que son beneficiosas para la supervivencia humana y que no resultan perjudiciales para las personas. ¿Podéis verlas? ¿Podéis identificarlas? ¿Podéis aceptarlas y aprobarlas desde lo más profundo de vuestro corazón? ¿Podéis apoyarlas, adaptaros a ellas y seguirlas? Por ejemplo, ¿son las leyes de las cuatro estaciones cosas positivas? (Sí). En primavera, hace más calor y las flores brotan, todas las cosas crecen y reviven y el hielo y la nieve se derriten. ¿Es esto una cosa positiva? (Sí). En verano, el sol brilla con fuerza, sus rayos abrasan y todas las cosas crecen rápidamente bañadas por la luz del sol. ¿Es esto una cosa positiva? (Sí). En otoño, el calor abrasador da paso gradualmente a los cielos despejados y el aire fresco; diversas plantas van madurando poco a poco, dando semillas y frutos y produciendo una cosecha. ¿Es esto una cosa positiva? (Sí). En invierno, la temperatura baja, el clima va volviéndose más frío y a veces nieva. Aunque no es tan agradable, cómoda ni desahogada como otras estaciones, en invierno todas las cosas pueden conservar su energía y la humanidad también descansa y se recupera. Entonces, ¿es esta ley una cosa positiva? (Sí). Al amanecer, las alondras cantan y los pájaros madrugadores gorjean, con lo que recuerdan a la gente que es de día y hay que levantarse, que deben empezar a trabajar por la vida, por el sustento y por la supervivencia continuada de la humanidad. ¿Es esto una cosa positiva? (Sí). La humanidad se levanta con el canto de los pájaros madrugadores y las alondras y comienza la jornada de trabajo. Esto es una cosa positiva. Por la noche, diversos insectos y criaturas, de acuerdo con sus propias leyes, realizan todo tipo de actividades: algunos salen a buscar comida y otros empiezan a cantar. En ese momento, la humanidad se sosiega y se entrega al sueño. Escuchando el canto de los grillos, acompañadas por los sonidos de diversas criaturas y por las actividades nocturnas de estas, las personas se sumen en el mundo de los sueños y duermen con mucha dulzura, felicidad y placidez. ¿Es esto una cosa positiva? (Sí). Para las personas, todas estas cosas positivas son cosas que ocurren con frecuencia. Puedes percibir sus diversos indicios y señales y también sentir los beneficios que aportan a tu vida, así como los distintos cambios y la influencia que ejercen en ti a lo largo de ella. Si tienes una respuesta correcta ante la existencia de las diversas cosas positivas que te rodean y una comprensión adecuada de esta, así como una forma correcta de tratar estas cosas positivas, eso demuestra que eres una persona que tiene cierto entendimiento del bien y el mal, que eres receptivo, sensible y perspicaz ante el entorno vital compuesto por todas las cosas creadas por Dios y que tienes un corazón agradecido por la influencia de todas estas cosas que te rodean o por su compañía en tu vida. Demuestra que puedes sentir que la existencia de Dios y todas las cosas que Él ha creado son innegablemente reales, así como percibir los beneficios que te aportan todas las cosas y su influencia sobre ti en diversos aspectos. Si puedes obtener tales mensajes y tener estos sentimientos, entonces eres una persona que puede distinguir el bien del mal y que posee humanidad. Puedes comprender correctamente las cosas positivas, adaptarte a ellas, seguirlas y coexistir con ellas. Y no es solo que no sientas repulsión por estas cosas; más bien, como crees en Dios y entiendes algunas verdades, estás aún más convencido de que todas estas cosas positivas provienen de Dios, del Creador, y puedes estar más agradecido por su existencia. En consecuencia, sientes repulsión y odio en tu corazón hacia las cosas negativas. Entonces, ¿cuáles son algunas cosas negativas? (Contaminar el medio ambiente, la extracción excesiva). Destruir y contaminar el medio ambiente, la tala indiscriminada, la extracción y explotación excesivas; todo esto son cosas negativas. Aparte de esto, ¿qué otras cosas pensáis que son negativas y os hacen sentir un odio evidente en vuestro corazón? La humanidad siempre quiere conquistar la naturaleza; ¿es esto algo positivo o negativo? (Negativo). Por ejemplo, en algunos lugares se producen huracanes con frecuencia, por lo que algunas personas siempre reflexionan: “Estos huracanes levantan polvo por todas partes, destruyendo casas y campos. Tenemos que hacer todo lo posible por construir un muro para detenerlos, para demostrar que la tecnología humana ha avanzado y que las capacidades humanas ahora son más fuertes”. ¿Es esto algo positivo o negativo? (Negativo). ¿Qué sentís en vuestro corazón después de oír esto? (Siento que la gente sobreestima sus propias capacidades). Eso es precisamente. Algunos lugares están cubiertos de extensas praderas, por lo que algunas personas dicen: “Los pastores llevan una vida nómada en las praderas y apenas prueban una buena comida en todo el año. Se pasan medio año a la intemperie, pastoreando ganado y ovejas en las praderas. ¿Cuándo acabarán estos días tan duros? Debemos encontrar la manera de mejorar la vida de los pastores, convertir las praderas y los pastos en edificios y ciudades, para que los pastores ya no tengan que sobrevivir pastoreando. Entonces disfrutarán de una vida mejor y darán las gracias al país y al gobierno”. ¿Es esto algo positivo o negativo? (Negativo). ¿Podéis percibir que hacer esto es algo negativo? Convertir las praderas en edificios y ciudades; este es un pensamiento y un punto de vista erróneos. ¡Esta práctica es de lo más absurda! No podéis desentrañar este asunto, ¿verdad? Pensáis: “Esto es asunto del gobierno, no podemos hacer nada en ese tema”, y no sentís nada al respecto. Además, la humanidad siempre está haciendo avances en el ámbito de la exploración espacial, siempre quiere ir a la luna, explorar Marte y Júpiter. Incluso quieren explorar el sol, pero como su temperatura es demasiado alta, no pueden ir allí. Así que construyen naves espaciales para vencer la gravedad de la Tierra y volar a la luna y a Marte. ¿Es esto algo positivo o negativo? (Negativo). Esto es negativo. Entonces, ¿hay algo positivo que tenga que ver con la ciencia? ¿Hay alguna afirmación que sea positiva y conforme a las leyes naturales de todas las cosas creadas por Dios? (Algunas herramientas inventadas y fabricadas por medios científicos, como los ordenadores, pueden mejorar nuestra eficiencia en el trabajo. Esas son cosas positivas). Esas no son cosas ni positivas ni negativas. Son solo herramientas. No están relacionadas con un pensamiento, una teoría ni un argumento concretos. Las cosas positivas y negativas de las que hablamos guardan relación con la esencia y los fundamentos de las cosas, como también con los motivos que hay detrás de los diversos proyectos de investigación científica llevados a cabo por la humanidad. En función de esto, determinamos si algo es positivo o negativo. Entonces, ¿qué otras cosas negativas hay? (Actualmente, la humanidad no sigue las leyes de crecimiento de todas las cosas, sino que utiliza medios científicos para cambiarlas. Por ejemplo, se alimenta a los pollos con pienso cargado de hormonas, por lo que pueden estar listos para su comercialización en treinta días, y se cultivan verduras y frutas fuera de temporada. Parece que la ciencia y la tecnología han avanzado, pero esto vulnera las leyes de crecimiento de todas las cosas y sirve para satisfacer la avidez de la gente por la comida. Esto es negativo). Esto es negativo. Hay quienes quieren subyugar a los tigres y a los leones. Ven que los tigres tienen un aspecto formidable, que incluso con un bostezo ahuyentan a la gente, así que quieren subyugarlos, arrancarles los colmillos y tenerlos en sus patios para hacer que vigilen sus casas como si fueran perros. ¿Es esto algo positivo o negativo? (Negativo). Esto es negativo. Todo lo que los humanos hacen y las diversas cosas que inventan en busca del disfrute carnal, utilizando distintos medios científicos y contraviniendo las leyes naturales, son cosas negativas, no positivas, porque el daño que causan a la humanidad es demasiado grande y el perjuicio al entorno de vida humano es demasiado grave. Por ejemplo, algunos lugares son extremadamente áridos, por lo que el gobierno utiliza aviones para dispersar agentes de siembra de nubes con el fin de provocar la lluvia. ¿Es esto algo positivo o negativo? (Negativo). En algunos lugares llueve demasiado, lo que provoca inundaciones, por lo que el gobierno despliega aviones para dispersar las nubes y controlar la lluvia. ¿Acaso esto no vulnera y destruye las leyes naturales? (Sí). Destruir las leyes naturales, vulnerarlas, no ajustarse a ellas, hacer lo que a uno le plazca, alardear de la avanzada tecnología humana; todas estas son cosas negativas. Aparte de estas, ¿qué otras cosas negativas hay? ¿Es algo positivo o negativo investigar sobre los agentes biológicos y la modificación genética? (Negativo). Debido a la investigación científica en genética que se ha llevado a cabo, la gente puede comer más alimentos modificados genéticamente. Entonces, ¿son los alimentos modificados genéticamente algo positivo o negativo? (Negativo). ¿Por qué decís que es algo negativo? Hay quien dice: “Esto es un logro científico, destinado a permitir que más gente tenga suficiente para comer y no pase hambre. Además, la gente lleva décadas comiendo alimentos modificados genéticamente y crece alta y corpulenta; especialmente los jóvenes de hoy en día son más altos que los de la generación anterior. Todo esto es gracias a las contribuciones de la ciencia a la humanidad. Puesto que los alimentos modificados genéticamente aportan tales grandes beneficios a la gente, ¿por qué se dice que son algo negativo?”. ¿Podéis explicarlo? (Aunque ahora la gente es más alta, su constitución es cada vez peor y contraen más enfermedades; la causa de todo esto es la ingesta de esas cosas procesadas científicamente. Por tanto, son cosas negativas). A primera vista, los alimentos modificados genéticamente parecen beneficiar a la gente —las personas son más altas y corpulentas—, pero su constitución se ha deteriorado. En general, tales alimentos tienen un impacto negativo en las personas, ya que las perjudican en lugar de beneficiarlas. Con independencia de si la gente los percibe como beneficiosos o perjudiciales, son cosas negativas, en absoluto positivas, porque vulneran las leyes naturales creadas por Dios y van en contra de las funciones que los diversos seres vivos originales creados por Dios estaban destinados a cumplir en el cuerpo humano. Puede que su impacto en las personas no se sienta al principio, pero al cabo de veinte años, las consecuencias adversas se hacen evidentes: muchas personas desarrollan todo tipo de enfermedades extrañas e incluso su fertilidad se ve afectada. Esto es suficiente para demostrar que tales alimentos no son cosas positivas. Aunque, desde una perspectiva humana, los alimentos modificados genéticamente sean producto de la tecnología, una contribución de la ciencia a la humanidad, desde la perspectiva de las cosas positivas y negativas, no son en absoluto algo positivo.
La humanidad siempre está intentando investigar la luna y explorar si existen otros planetas que sean aptos para la vida humana. Esta investigación científica, este punto de vista, ¿es algo positivo o negativo? (Negativo). ¿Por qué es negativo? (Dios creó a los humanos para vivir en la Tierra; nunca pretendió que viviéramos en otros planetas. Los humanos siempre son ambiciosos y quieren ir a todas partes. Al final, es un esfuerzo inútil y no pueden ir a ningún lado). Desde la perspectiva de la gente, investigar estas cosas es bastante normal; es crear condiciones de vida para el futuro de la humanidad, lo cual es algo bueno. Muchas de las funciones que Dios estableció en la Tierra han sido destruidas; se producen diversos desastres con frecuencia, se ha dañado el entorno vital de la Tierra, el aire, el agua y el suelo están gravemente contaminados, y todo tipo de seres vivos se enfrentan a la extinción. Se ha vuelto difícil vivir en la Tierra. Por ello, algunas instituciones de investigación científica han comenzado a estudiar otros planetas, con la esperanza de que la humanidad pueda ir y establecerse allí. Creen que, para que los descendientes de la humanidad sobrevivan, la gente tiene que prepararse con antelación; si no se preparan ahora y la humanidad no puede sobrevivir en la Tierra en el futuro, ¿no se quedará la raza humana sin escapatoria? Entonces, este punto de vista, esta investigación científica, ¿es en última instancia algo negativo o positivo? (Negativo). ¿En qué os basáis para decir que es algo negativo? (En que Dios simplemente no ha preparado condiciones acogedoras para los humanos en otros planetas. Dejando a un lado el resto de planetas, incluso los lugares muy calurosos y muy fríos de la Tierra no son aptos para la vida humana. Pero los humanos siempre son ambiciosos, siempre quieren liberarse de la soberanía de Dios y de Sus instrumentaciones e irse a vivir a otros planetas; esto va en contra de las disposiciones y ordenaciones de Dios. Por tanto, es algo negativo). Dios creó la Tierra —un maravilloso entorno vital— para los humanos, pero estos no la gestionan bien. Siempre están desarrollando la ciencia y la industria moderna y, como resultado, han destruido el entorno ecológico de la Tierra y han contaminado el aire, el agua e incluso el suelo. La gente ya no tiene acceso a cereales y verduras orgánicos y contrae todo tipo de enfermedades. Se ha vuelto difícil sobrevivir en la Tierra y ahora están pensando en ir a otros planetas, sin considerar si su carne mortal es siquiera capaz de hacerlo. Los humanos, estos seres de carne mortal, solo son aptos para habitar la Tierra y únicamente pueden hacerlo en ella. Esta es la ordenación de Dios. ¿Adónde pueden ir los humanos valiéndose únicamente de sus diversas condiciones innatas? Los pájaros pueden batir sus alas y volar a miles de metros de altura, pero los humanos no pueden volar hasta allí por sí mismos; necesitan la ayuda de los aviones. Sin embargo, volar en avión a veces es peligroso. Por tanto, los humanos son más aptos para vivir en la Tierra. Los atributos físicos de los humanos son compatibles con el suelo de la Tierra y con todos los aspectos de las condiciones de vida en ella, tales como todas las cosas, las cuatro estaciones y las leyes naturales. Por tanto, a la humanidad solo se la puede llamar terrícola. Estas leyes de supervivencia humana y estas condiciones de vida fueron preordinadas para los humanos cuando Dios creó todas las cosas. Así pues, la humanidad solo es apta para sobrevivir en la Tierra, no para habitar otros planetas. La humanidad ha arruinado y dañado la Tierra hasta el punto de hacerla inhabitable y quiere simplemente marcharse y olvidarse del asunto, buscando siempre habitar otros planetas. Esta es una lucha inútil. Esta práctica no sigue las leyes naturales ordenadas por Dios para los terrícolas; más bien, vulnera las leyes de supervivencia física de los terrícolas y es una práctica muy insensata. Por tanto, es algo negativo. Aunque haya algunos planetas que tengan aire y los terrícolas puedan ir allí a echar un vistazo, eso no significa que la humanidad pueda sobrevivir en ellos. Incluso en la Tierra, puedes ir al Polo Sur o al Polo Norte a echar un vistazo, puedes poner un pie allí, pero si tuvieras que vivir en esos lugares durante muchos años, ¿podrías soportarlo? También hay algunos sitios relativamente calurosos donde la temperatura supera los sesenta grados centígrados durante todo el año; tampoco son adecuados para la supervivencia humana. Los humanos no son aptos para la supervivencia a largo plazo en un puñado de lugares de la Tierra debido a que estos se encuentran en entornos geográficos especiales, y mucho menos para vivir en otros planetas. Eso no forma parte de las disposiciones de Dios. Basándose en las características de la carne humana, esta humanidad solo es apta para vivir en la Tierra; esto está bien fundamentado. El propósito de Dios al crear la Tierra fue disponer un entorno vital adecuado para la humanidad. Si quieres escapar de tal entorno y encontrar otra vía de escape, eso solo te conducirá a la ruina. Por tanto, es algo negativo. Si sabes que investigar siempre la posibilidad de habitar en otros planetas es algo negativo, pero aun así apruebas en tu corazón que la humanidad realice investigaciones científicas para encontrar una manera de vivir en tales lugares, eso demuestra que hay un problema con tu humanidad, que no distingues el bien del mal y que no puedes discernir lo correcto de lo incorrecto. Si sabes claramente que esta senda es inviable, pero aun así anhelas y esperas poder vivir en otros planetas en la próxima era, entonces no eres una persona normal, eres un bicho raro.
Una persona que distingue el bien del mal puede, por un lado, amar y aceptar las cosas positivas y comprenderlas con claridad. Además, puede discernir las cosas negativas y, como tiene humanidad y razón, siente aversión y odio en su corazón hacia ellas. Por supuesto, también puede despreciarlas, criticarlas y negarlas a partir de su entendimiento de algunas verdades. Si no puedes hacer esto, entonces no eres una persona que distingue el bien del mal. También se puede decir que tienes carencias en el aspecto de la humanidad. Si en tu humanidad careces de la capacidad de discernir el bien del mal, es que a tu humanidad le falta una condición muy importante, un componente muy significativo. Esto significa que no tienes una humanidad normal y no se te puede considerar una persona verdadera. Hay quien podría decir: “Los ejemplos que se acaban de dar se refieren a algunas cosas relacionadas con las necesidades básicas de la vida diaria de las personas y también a la ciencia. Si esas cosas son negativas y es necesario que las discernamos, ¿deberíamos rechazarlas?”. No hace falta. Discernir el bien del mal significa que tienes discernimiento de las cosas positivas y de las negativas en tu corazón. En el marco de tu humanidad, tienes criterio de juicio y sabes qué cosas son positivas y cuáles negativas. También tienes una actitud clara y sabes cómo tratar las cosas positivas y las negativas. Puedes aceptar, seguir y adaptarte a las cosas positivas, y no tienes resistencia ni aversión en tu corazón hacia ellas. En cuanto a las cosas negativas, puedes discernirlas desde lo más profundo de tu corazón, así como despreciarlas, sentir aversión por ellas y detestarlas, e incluso tener tus propios puntos de vista al respecto, los cuales utilizas para criticarlas. Esta es la actitud y la manifestación que debería tener una persona que puede discernir el bien del mal. Sin embargo, supongamos que en tu interior desprecias y detestas las cosas que son claramente positivas, e incluso las encuentras insignificantes en comparación con las negativas, así como demasiado ordinarias, comunes e indignas de mención. En tu fuero interno, también admiras, anhelas y persigues las cosas negativas, e incluso apruebas esas cosas negativas en la sociedad y en el mundo. Y por mucho que se comparta la verdad o los principios de discernimiento, no puedes asimilarlos ni aceptarlos. En ese caso, tu humanidad no es normal. Si careces de percepción o de puntos de vista claros sobre las cosas positivas y las negativas porque eres joven y te falta experiencia vital o perspectiva, o porque estas cosas no te han afectado ni han entrado en tu vida, entonces todavía no se puede decir que seas una persona que no puede discernir el bien del mal. Sin embargo, después de haber hablado sobre qué son las cosas positivas y qué son las negativas, si sigues sin poder aceptar o seguir las cosas positivas desde lo más profundo de tu corazón y, en cambio, sientes aversión y las desprecias, al tiempo que persigues y anhelas enérgicamente las cosas negativas, es que no eres una persona que puede discernir el bien del mal. Si se mira desde este punto de vista, queda sobradamente claro que tal persona no tiene humanidad. Este asunto de discernir el bien del mal revela la inclinación de alguien hacia las cosas positivas y las negativas, lo que nos permite determinar cuál es verdaderamente la clasificación de esa persona. Se encuentre con lo que se encuentre, si se inclina hacia las cosas negativas en lugar de hacia las positivas, está claro que esa persona no tiene humanidad y no posee conciencia ni razón. ¿Por qué digo esto? Anhela las cosas malvadas, las diversas iniciativas, proyectos de investigación o ciertos aspectos de la tecnología que Satanás y la humanidad malvada defienden, aprueban y en los que participan, en lugar de anhelar y seguir las reglas y leyes originales de las cosas positivas, que provienen de Dios. Por tanto, no cabe duda de que tales personas no son humanas. ¿Ha quedado claro? (Sí).
Acabamos de hablar de la capacidad para discernir el bien del mal como parte de la humanidad de las personas; es decir, si estas pueden identificar las cosas positivas y las negativas. No hay muchas personas capaces de discernir el bien del mal; sin embargo, en su vida, la gente entra en contacto frecuente tanto con cosas positivas como negativas. Por ejemplo, ¿son las emociones normales de las personas —la alegría, la ira, la tristeza, la felicidad— cosas positivas o negativas? (Positivas). ¿Y qué hay de la rebelión de las personas contra Dios? ¿Es algo positivo o negativo? (Negativo). ¿Y los deseos extravagantes que las personas dirigen a Dios? ¿Son cosas positivas o negativas? (Negativas). En su vida diaria, las personas en realidad no tienen percepción alguna respecto a muchas de las cosas con las que se encuentran. Algunas cosas positivas siempre acompañan a las personas en su vida y existencia; desempeñan un papel muy importante en su vida, y su impacto positivo en la supervivencia humana no puede ser reemplazado por el de ninguna cosa negativa. Sin embargo, la gente a menudo pasa por alto estas cosas positivas y, en cambio, cree que son muchas las cosas negativas que siempre los acompañan, sustentan su vida y están con ellos en su existencia. A partir de esto, se puede ver que muchas personas en realidad no sienten nada por las cosas positivas. Tiene poca importancia que no tengas sentimiento alguno por estas cosas. Siempre y cuando, al saber que son cosas positivas, no sientas aversión por ellas e incluso puedas anhelarlas y amarlas desde lo más profundo de tu corazón, esto demuestra que tu humanidad anhela lo que es positivo. Supongamos que sabes qué son las cosas positivas y qué son las negativas, pero aun así no logras que te gusten las positivas. En cambio, en tu corazón te gustan las cosas negativas, incluso te interesan especialmente y, yendo un paso más allá, si se dan las condiciones y tienes la oportunidad, seguro que las persigues e intentas obtenerlas. Esto indica que, en lo que respecta a tu inclinación hacia las cosas positivas y negativas, amas lo que es negativo y no lo que es positivo. Si no amas las cosas positivas, esto demuestra que no eres una figura positiva. Si no eres una figura positiva, entonces ciertamente no eres alguien con conciencia y razón; eres una figura negativa. Si no eres alguien con conciencia y razón, entonces no eres humano, no eres una persona. Por ejemplo, alguien cultiva tomates. Dicha persona oye que, una vez que los tomates han crecido, se les puede hacer pasar de verdes a rojos de la noche a la mañana con solo aplicarles un agente químico y que luego estarán listos para venderse de inmediato. Piensa entonces: “Esto es genial. Todos los demás los venden así, de modo que yo también lo haré. De esta manera, me puedo hacer rico y también puedo comer tomates antes. ¡Esto es ideal!”. Así que vende estos tomates y él mismo se los come. Alguien le recuerda que los tomates madurados con agentes químicos son perjudiciales para la gente y que vender esas cosas es perjudicar a las personas, pero se niega a aceptarlo y dice: “¿Cómo va a perjudicar esto a la gente? Esto es fruto de la investigación científica; es algo positivo. La ciencia sirve a la humanidad y, puesto que estas cosas se han inventado por medio de la ciencia, deberían aplicarse ampliamente en la vida de las personas. La vida de la gente no puede prescindir de la ciencia; tenemos que confiar en ella”. Algunas personas incluso tratan la ciencia como si fuera la verdad y enseñan a la gente a amarla, aprenderla y usarla, así como a basarlo todo en ella. Puede que ahora algunas personas hayan descubierto que la ciencia no es necesariamente correcta y que algunas cosas inventadas por medio de ella son perjudiciales para la gente, por ejemplo, las armas químicas y las avanzadas son capaces de masacrar a la humanidad y, en particular, los alimentos modificados genéticamente son un azote permanente para la especie humana. Pero muchas personas no piensan así y dicen: “¿Puede la ciencia estar equivocada? Si lo estuviera, ¿la apoyaría el Estado? Toda la humanidad aprende y usa la ciencia, ¿podría estar equivocada toda la humanidad?”. ¿Es correcta esta afirmación? Creen que, puesto que toda la humanidad venera y usa la ciencia y que esta es la tendencia social, por muy negativa que sea una cosa, puede convertirse en algo positivo. ¿Son estas personas capaces de discernir el bien del mal? (No). ¿Qué son estas palabras que pronuncian? (Falacias). Son falacias, herejías y argumentos retorcidos. Aunque la mayoría de la gente entre la especie humana malvada esté de acuerdo con estas afirmaciones y las reconozca, por muchas personas que las reconozcan y aprueben, lo que está mal siempre estará mal, las cosas negativas siempre serán negativas y el razonamiento retorcido siempre será un razonamiento retorcido. Es imposible que se conviertan en cosas positivas, como también que puedan llegar a ser nunca la verdad.
¿Acaso las personas que siempre persiguen las tendencias sociales y a las que les encanta decir falacias no son aquellas que aman especialmente las cosas negativas? (Sí). ¿Pueden aceptar la verdad y las cosas positivas? (No). No pueden aceptar las cosas positivas. Por ejemplo, algunas personas enferman y, de hecho, su enfermedad podría curarse mediante el ejercicio y ajustes en su rutina diaria, pero insisten en usar medios y métodos modernos y de alta tecnología como tratamiento. Tú podrías decir: “Aunque la medicina está avanzada hoy en día y ese tratamiento tiene resultados evidentes, provocará secuelas cuyas consecuencias serán irreversibles. Deberías usar un método natural, como el ejercicio y ajustes en tu rutina diaria y en tus hábitos y patrones alimenticios, para hacer que tu cuerpo entre poco a poco en un ritmo normal y natural, después de lo cual algunos síntomas se aliviarán gradualmente”. Algunas personas pueden aceptar este tipo de opinión, pero otras no. Piensan: “Ese es un enfoque anticuado. Esa era la manera y la filosofía con las que la humanidad trataba las enfermedades hace miles de años. ¡La idea de que mejorar se consigue con un treinta por ciento de tratamiento y un setenta por ciento de recuperación ya no sirve! La medicina está avanzada hoy en día y los tratamientos de alta tecnología generan resultados rápidos. ¡Los medicamentos te curan en un abrir y cerrar de ojos!”. Según sus puntos de vista, mientras la medicina esté avanzada y pueda curar las diversas enfermedades de la humanidad y permitir que la gente tenga una vida larga, se habrá convertido en algo positivo, y la gente debería creer en ella y en la ciencia y dejar que esta última tenga soberanía sobre su porvenir. Piensan que, por muchas enfermedades que contraiga la gente, no hay nada que temer, ya que, con los medios de alta tecnología, se puede curar cualquier enfermedad complicada y difícil de tratar, y que, aunque haya secuelas, no hay de qué preocuparse. ¿Son acertadas estas opiniones? Son falacias. Decidme, si habláis con esta clase de persona sobre qué son las cosas positivas, ¿podéis hacérselo entender? ¿Pueden aceptarlo? (No, no podemos hacérselo entender). Una razón por la que no podéis hacérselo entender es porque la persona misma es incapaz de aceptar los puntos de vista positivos. Otra razón es porque toda la humanidad, en el mundo entero, está siendo arrastrada por las tendencias malvadas, sin una sola excepción. Aunque crean en Dios, en el fondo de su corazón no aceptan la verdad ni las cosas positivas y no contemplan a las personas y las cosas basándose en las palabras de Dios. En lugar de eso, siguen usando las opiniones de Satanás y las tendencias malvadas de este como base para contemplar o tratar todos los asuntos. Por tanto, aunque esta clase de persona ha creído en Dios durante muchos años, ha escuchado algunos sermones y ha estado haciendo su deber, y afirma estar dispuesta a aceptar la verdad, los puntos de vista sobre las cosas que mantiene en la vida real siguen sin cambiar, como tampoco ha cambiado su elección entre las cosas negativas y las positivas. Las cosas negativas que ha aceptado ya han echado raíces en su corazón y, aunque sepa que no son la verdad, seguirá aferrándose a ellas. Esto demuestra a las claras que lo que de verdad ama en su corazón son las cosas negativas, no la verdad. Aunque ha leído las palabras de Dios y escuchado sermones sobre la verdad y entiende en términos de doctrina que estas palabras son correctas y constituyen la verdad, sigue sin estar dispuesta a renunciar a las cosas negativas que hace mucho que aceptó en lo más profundo de su corazón, y nunca usa las palabras de Dios como base para discernir las cosas negativas. Cuando se encuentra con asuntos concretos, en su corazón sigue aferrándose a sus opiniones originales e incorrectas, y sigue considerando las cosas negativas como positivas y las opiniones incorrectas como correctas. En cuanto a las cosas positivas, aunque no dice explícitamente que sean negativas, en su corazón no está dispuesta a renunciar a las cosas negativas y aceptar las positivas, porque siente que “las cosas positivas parecen tener demasiado poca influencia y muy poca gente puede aceptarlas. No son viables en la sociedad; esto es un hecho objetivo”. Esto demuestra que no tiene la capacidad de discernir el bien del mal en su corazón y que hay un problema con su humanidad. Esta clase de persona no está interesada en las cosas positivas y a menudo quiere cambiar la naturaleza y las leyes de supervivencia del mundo natural, de la fisiología humana y de la supervivencia humana, siempre con el deseo de conquistar la naturaleza y a los diversos seres vivos. Por ejemplo, siempre está reflexionando sobre cosas como esta: “¿Cómo podemos dar a los perros los genes de los gatos, para que puedan cazar ratones como ellos? ¿Y no sería maravilloso que los gatos pudieran tanto cazar ratones como guardar la casa como los perros?”. “Si las gallinas pudieran tanto poner huevos como cantar, entonces solo necesitaríamos criar gallinas, ¡qué genial sería!”. Como ves, siempre está reflexionando sobre cosas indebidas. Si se tratara de alguien capaz de discernir el bien del mal, pensaría: “¡Qué maravillosos son los animales que Dios creó! Los gallos pueden cantar y hacer compañía a las gallinas, y estas pueden poner huevos e incubar polluelos, y los humanos pueden comer la carne tanto de los gallos como de las gallinas. Los perros pueden proteger el hogar y hacer compañía a sus dueños, y los gatos pueden cazar ratones y a veces también pueden convertirse en discretos miembros de la familia. Todo esto es genial, cada uno tiene su propia función, ¡todo lo que Dios creó es bueno!”. Pero aquellos que no pueden comprender las cosas positivas usarán las opiniones de Satanás para negarlas y condenarlas, e incluso intentarán, basándose en las opiniones de Satanás, cambiar las leyes de supervivencia de diversas criaturas, las distintas leyes del mundo natural y hasta las de la supervivencia humana, todo con el fin de permitir que la ciencia ostente el poder. Tales personas ciertamente no tienen una humanidad normal. Su humanidad carece de la característica de ser capaz de discernir el bien del mal. Además, no saben gestionar su vida de acuerdo con las leyes naturales y siempre quieren hacer las cosas según la voluntad humana, usando medios tecnológicos o métodos artificiales para cambiar las leyes normales de la vida física. Por ejemplo, una persona normal necesita siete u ocho horas de descanso al día para cargarse de energía y ser capaz de soportar un día de vida y trabajo, pero esta clase de personas reflexionan: “¿No sería genial si la gente pudiera vivir y trabajar cada día con normalidad sin necesidad de dormir ni comer? Me pregunto qué medios de alta tecnología se podrían usar para lograr esto”. En su mente pueden surgir ideas ridículas y extrañas. No reflexionan sobre cómo adaptarse a estas leyes y seguirlas desde la perspectiva de la humanidad normal y así manejar correctamente las diversas necesidades y problemas de la carne, sino que siempre quieren cambiar estas leyes, ser diferentes de la gente corriente, ser capaces de ir más allá de sus instintos físicos y lograr que su carne no las controle ni frene. ¿No es esto aterrador? Siempre quieren destacar entre la multitud. Los demás duermen ocho horas al día, pero ellas quieren dormir solo diez minutos o como mucho una o dos horas, y aun así tener suficiente energía para el día. Esto es algo que la gente normal no puede lograr. Las leyes naturales del cuerpo humano ya han sido fijadas bajo la ordenación de Dios. Cuán grande es el apetito de una persona, cómo son las leyes del funcionamiento de sus órganos internos, cuánta energía tiene, cuánto trabajo puede hacer en un día, cuántas cosas puede su cerebro llegar a pensar en un día y durante cuánto tiempo puede pensar en ellas; todo esto está fijado. Desde la perspectiva de la humanidad, estas leyes son en realidad normales y constituyen cosas positivas. Solo si se siguen ciertas leyes es posible que la humanidad siga viviendo año tras año, multiplicándose y subsistiendo generación tras generación y que la supervivencia de la humanidad continúe. Así es para todos los seres vivos. La continuación de su vida solo puede perdurar si se siguen ciertas leyes naturales y de la vida y se mantienen períodos tanto de descanso como de actividad. Si uno vulnera las leyes naturales, la continuación de su vida tendrá problemas y puede que no viva mucho tiempo. Si surge un problema con la condición física de una persona, su vida normal, sus comidas diarias, así como su pensamiento normal, su juicio normal y la cantidad de trabajo que puede hacer en un día, etc., todo se verá afectado. Por tanto, las leyes naturales de la humanidad protegen la supervivencia normal de esta. Estas son cosas positivas y la gente no debería despreciarlas ni sentir aversión por ellas. Más bien, deberían respetarlas y seguirlas. Aquellos que no son humanos y que pertenecen a Satanás siempre piensan: “¡Seguir estas leyes naturales de la humanidad hace que la gente parezca totalmente incapaz e inútil! Siempre estamos limitados por estas leyes naturales: cuando estás cansado, tienes que irte a dormir; cuando tienes hambre, tienes que ir a comer. Si no haces estas cosas, tu mente no puede seguir el ritmo de tu boca, las manos te empiezan a temblar, el corazón te empieza a palpitar y las piernas se te debilitan y no puedes mantenerte firme. ¡Esto es tan molesto! Imagina que pudieras simplemente tomar alguna medicina y vivir normalmente, o que pudieras estar lleno de energía aun cuando llevaras varios días sin descansar, lo que te haría incluso más increíble que un robot. O imagina que, cuando tuvieras hambre, pudieras simplemente presionar un cierto punto de acupuntura e inmediatamente no sentir hambre. O imagina no comer durante varios días y aun así estar bien, sin que tu carne se consuma, sin que tu energía disminuya y con tu cuerpo todavía normal y sano. ¡Eso sería asombroso!”. La gente siempre quiere cambiar estas leyes naturales. ¿No es esto negar y oponerse a las cosas positivas? (Sí). La existencia de estas cosas positivas asegura la existencia normal de la humanidad y mantiene la vida normal de la humanidad, por lo que la gente no solo debería seguirlas, sino también tratarlas racionalmente. No deberían ir en contra de ellas, reprimirlas ni ponerse en conflicto con ellas, y mucho menos oponerse a ellas. Por otro lado, esas cosas que están más allá de las leyes naturales de la humanidad, las figuraciones de la gente y algunas de sus ideas anormales y comportamientos extraordinarios son todas cosas negativas. Puesto que todas son cosas negativas, la gente debería discernirlas y rechazarlas, no aceptarlas. Si tienes discernimiento de las cosas positivas y de las negativas y puedes tratarlas correctamente y manejarlas racionalmente mientras vives, entonces tu humanidad es normal. Si a menudo no sientes los efectos positivos que estas cosas positivas tienen en ti, con frecuencia quieres oponerte a ellas y hacer cosas que les son contrarias y sueles intentar cambiar estas cosas positivas basándote en algunos dichos y puntos de vista negativos, lo que vulnera las leyes objetivas de las cosas, entonces se demuestra que, en lo que respecta a tu humanidad, no tienes la capacidad de distinguir el bien del mal. Tras haber compartido de esta manera, ¿lo entiendes ahora? (Sí).
Si una persona tiene humanidad, ¿no debería entender qué son las cosas positivas y aceptarlas? (Sí). ¿Y no debería también ser capaz de discernir las cosas negativas, al tiempo que poder detestarlas y rechazarlas de corazón? (Sí). Entonces, ¿qué otras cosas es incapaz la gente de identificar como positivas o negativas? ¿Es creer en Dios y seguirlo algo positivo o negativo? (Positivo). ¿Es la soberanía de Dios sobre el porvenir del hombre algo positivo o negativo? (Positivo). La soberanía de Dios sobre el porvenir del hombre es algo positivo. Entonces, ¿cuáles son los principales puntos de vista que sustentan la oposición de la especie humana corrupta a la soberanía y las instrumentaciones de Dios? (La gente cree que el porvenir de una persona está en las manos de esta y que el conocimiento puede cambiar el sino de uno mismo). Estos son los puntos de vista que sustentan la negación de Dios y la resistencia a Él por parte de la especie humana corrupta; son cosas verdaderamente negativas. Entonces, ¿cómo debería la gente comprender el asunto de que Dios tenga soberanía sobre el porvenir del hombre? Algunas personas, aunque en materia de doctrina reconocen que la afirmación “Dios es soberano sobre el porvenir del hombre” es correcta y constituye algo positivo, siguen creyendo en su corazón que los propios esfuerzos del hombre pueden cambiar su porvenir, que su sino puede estar en sus propias manos y que tienen la última palabra. Sienten que, si no estudian mucho y se aplican con diligencia, no podrán entrar en una buena universidad y no tendrán un buen trabajo, buenas perspectivas ni unas condiciones de vida favorables. ¿Es esta la clase de personas que pueden discernir el bien del mal? (No). Tras haber vivido durante veinte o treinta años, todavía no saben lo que significa la afirmación “Dios es soberano sobre el porvenir del hombre”. Llevan muchos años creyendo en Dios, pero siguen pensando que su porvenir está en sus propias manos, que el conocimiento puede cambiar su sino y que, si quieren un buen porvenir, disfrutar de cosas agradables y llevar una buena vida, deben confiar en su propio esfuerzo, tal como dicen los no creyentes: “Para ganar, tienes que poner toda la carne en el asador”. ¿Es esta la clase de persona que puede discernir el bien del mal? (No). ¿Es un ser humano una persona que no puede discernir el bien del mal? (No). Disfruta de una buena vida, come y viste bien, las demás personas de la sociedad la tienen en alta estima y siente que la vida que tiene ahora es únicamente gracias a su propio trabajo duro. Por lo tanto, cree que la afirmación “Para ganar, tienes que poner toda la carne en el asador, y el porvenir del hombre depende de sí mismo, no de los demás” es cierta y que constituye un punto de vista correcto. ¿Es esta una manifestación de humanidad normal? (No). Antes de haber adquirido conocimientos, la gente no entiende estas cosas, pero una vez que han captado algunos conocimientos, niegan por completo la afirmación “Dios es soberano sobre el porvenir de la humanidad” y, en cambio, piensan: “Cada quien tiene su porvenir en sus propias manos; uno puede crear la felicidad con sus propias manos”. ¿Es esta la clase de persona que puede discernir el bien del mal? (No). Entonces, ¿qué clase de criatura es una persona así? ¿No está desprovista de humanidad? (Sí). Una persona así es alguien sin conciencia ni razón, y alguien sin conciencia ni razón no puede discernir el bien del mal. Incluso después de haber experimentado verdaderamente los hechos de la vida, todavía no puede comprender de verdad qué son las cosas positivas ni apreciar realmente cuál es la esencia de estas. Esto demuestra que es incapaz de discernir el bien del mal. Una persona así no tiene humanidad; no es en absoluto un ser humano. También hay algunas personas que pueden repetir como loros la doctrina, diciendo: “Las leyes de todas las cosas provienen de Dios, son cosas positivas, son beneficiosas para la humanidad y son lo que la esta debería seguir, anhelar y perseguir”, pero después de entrar en contacto con información relacionada con la alta tecnología y con cosas de este ámbito, sus puntos de vista sobre estos asuntos cambian. ¿En qué clase de puntos de vista se convierten? Dicen: “Nosotros, los creyentes en Dios, siempre estamos hablando de las leyes de la vida, las leyes de todas las cosas y las leyes de la supervivencia de todas las cosas, y pensamos que son cosas positivas. ¡Eso es tan retrógrado! Demuestra falta de conocimiento. ¡Es como ser corto de miras! La tecnología está tan avanzada a día de hoy; hay muchas cosas que no tienes que hacer tú mismo, ya que los productos tecnológicos pueden hacerlas por ti, ¡a eso se le llama estar avanzado! Mira, algunos coches pueden conducirse solos. Después de subirte, estableces el destino y luego solo dices una palabra y el coche empieza a conducir. ¡Eso es verdaderamente alta tecnología, es tan admirable! La humanidad ha desarrollado tecnología avanzada y nos hemos convertido en los amos de todas las cosas sin hacer nada. ¡Así que solo la ciencia es la verdad absoluta! ¡La gente que carece de educación y conocimiento y no entiende la ciencia es retrógrada e inculta!”. Su punto de vista ha cambiado, ¿verdad? En su corazón, no han discernido la diferencia entre las cosas positivas y las negativas. También hay algunas personas que, después de visitar un museo de aviación, exclaman: “¡Vaya, qué revelación, la ciencia está tan avanzada! Nosotros, la gente corriente, nos sentimos totalmente superados allí; no podemos entender nada de eso. No puedes siquiera imaginar hasta qué punto se ha desarrollado la ciencia en la actualidad. ¡Ni siquiera hemos entrado en contacto con esas cosas tecnológicas modernas y avanzadas! Y todavía creemos en Dios y hablamos de reglas y leyes naturales; ¡somos tan retrógrados!”. Después de ver estas cosas deslumbrantes de la sociedad moderna, tales personas niegan por completo desde lo más profundo de su corazón las teorías sobre las cosas positivas y las negativas que antes entendían. No determinan con más claridad qué son las cosas positivas, sino que creen que son retrógradas y que van a la zaga de la tecnología moderna y del ritmo moderno del desarrollo humano. No solo eso, sino que también aprueban y anhelan especialmente estas cosas negativas, esperando convertirse en uno de los que desarrollan la tecnología moderna y avanzada. ¿Es esta clase de persona alguien que puede distinguir el bien del mal? (No). Dado que ser capaz de discernir el bien del mal es una característica de la humanidad, se deduce que es algo inherente a ella e innato en la misma, no algo que se forma después. Es decir, ser capaz de discernir el bien del mal, esta característica de la humanidad, no cambiará con el paso del tiempo ni aunque se produzcan cambios en el entorno geográfico o en las personas, acontecimientos y cosas. Nadie puede cambiarla y nada puede cambiarla ni eliminarla. En lo más profundo del corazón de las personas que pueden discernir el bien del mal, las cosas positivas son siempre lo que anhelan, mientras que las negativas son siempre aquello por lo que sienten aversión y detestan y no son lo que su humanidad necesita. ¿Qué necesitan? Necesitan cosas que sean beneficiosas para las leyes de la vida física y para su supervivencia física, cosas que sean naturales, que hagan que la gente se sienta en paz y en calma y que se ajusten a las necesidades de la conciencia y la razón de la humanidad normal, no cosas que sean grandiosas, elevadas e impresionantes. Como ves, en lo que respecta a cómo se comporta uno, a algunas personas les gusta que su vida sea un poco más sencilla y discreta; no les gusta tener una vida extraordinaria, sino que simplemente les gusta la calma y tener paz y alegría, llevar su vida muy tranquilamente. En cambio, a otras personas no les gusta esto; les gusta tener una vida extraordinaria y las cosas que son grandiosas, elevadas e impresionantes, así como lucirse, destacar entre la multitud y ser famosas, y no les gusta la sencillez ni la naturalidad. Esto demuestra la diferencia entre la humanidad de las personas.
La gente que no sabe discernir el bien del mal puede aceptar algunas afirmaciones correctas y positivas o, de cara al exterior, seguir a otros en su gusto y anhelo por algunas cosas positivas. Sin embargo, una vez que pasa el tiempo y cambia el entorno, como también lo hacen las personas, los acontecimientos y las cosas, estas cosas positivas se convierten de inmediato en negativas en lo más profundo de su corazón, mientras que las negativas, las que de verdad les gustan, se vuelven entonces positivas y se convierten en el objeto de su búsqueda. Es decir, antes de que hayan visto ninguna de las cosas negativas que les gustan, las positivas no son para ellos más que una doctrina, y pueden dejarse llevar por la corriente y seguir al rebaño. Sin embargo, a medida que se hacen mayores y pasa el tiempo, las cosas que de verdad aman en su corazón y sus verdaderos puntos de vista afloran de manera natural. Por ejemplo, algunos suelen decir: “Creer en Dios es bueno; los que creen en Dios recorren la senda correcta y no hacen el mal; todos son buena gente”. Pero después de haber creído en Dios durante unos años y ver que todos los sermones y enseñanzas en la casa de Dios instan a las personas a ser honestas, a perseguir la verdad, a someterse a Dios y a hacer el deber de un ser creado, sienten aversión por ello, les parece que creer en Dios no tiene sentido y quieren abandonar la iglesia y regresar al mundo; su corazón no está en la iglesia. Así son los que no aman la verdad. En realidad, esta clase de personas no aman las cosas positivas y tienen en su corazón muchos razonamientos retorcidos y herejías. Para ellas, estos razonamientos retorcidos y herejías son cosas positivas, mientras que, en lo más profundo de su corazón, sienten aversión, detestan y desprecian las cosas verdaderamente positivas y nunca las aceptan. Precisamente porque nunca aceptan las cosas positivas y porque lo que les gusta son las negativas, la humanidad de esta clase de personas no posee la capacidad de discernir el bien del mal. Es como el caso de algunos que, cuando empiezan a creer en Dios, solo lo hacen para obtener bendiciones. Después de escuchar sermones durante muchos años, por fin entienden: “Creer en Dios significa que la gente debe ser honesta y devota, estar dispuesta a pagar un precio al hacer su deber y ser sincera con Dios, que no debe actuar de manera imprudente y obstinada y que ha de defender los intereses de la casa de Dios. En especial, cuando los intereses de la casa de Dios entren en conflicto con los suyos propios, deben defender los de la casa de Dios y renunciar a sus intereses personales”. Tras aprender sobre todos los distintos aspectos de la verdad, se arrepienten de creer en Dios y dicen: “Pensaba que creer en Dios significaba tener un gran grupo, una fuerza poderosa en la que apoyarse, y que, siempre y cuando la gente renunciara a mucho, sufriera y pagara un precio, podría entrar en el reino y tener un buen destino, avanzar con fuerza a la siguiente era, dominarla y reinar como reyes. Pero resulta que no es así. Creer en Dios consiste enteramente en enseñar a la gente a comportarse, a someterse a Dios y a evitar el mal. En particular, si la gente cree en Dios, siempre se le pide que sea honesta y hable con sinceridad, así como que practique la verdad; no se le permite tener la última palabra. ¿Qué sentido tiene entonces creer en Dios?”. Por tanto, desarrollan quejas en su corazón y quieren abandonar su fe. Pero luego piensan: “Llevo varios años creyendo en Dios; si lo dejo ahora, ¿no habré creído en vano?”. En ese momento, se sienten reacios a abandonar. Pero si siguen creyendo, no les interesa la verdad. En la casa de Dios siempre se habla de perseguir la verdad y entrar en la realidad, de someterse a Dios, de buscar la verdad y de actuar conforme a los principios. Están cansados de oír hablar de estas cosas y ya no quieren seguir haciéndolo. En especial, cuando la casa de Dios habla de practicar la verdad, se sienten angustiados y doloridos por dentro; cuando se mencionan cosas positivas, sienten aversión, las desprecian en su corazón y no están dispuestos a escuchar. Algunas personas, al darse cuenta de que, aunque crean hasta el final, no obtendrán la verdad ni un buen destino, simplemente dejan de creer. Algunas de ellas se van a buscar un trabajo o a hacer negocios, y otras vuelven a casa para casarse. Dejan de creer en Dios porque no aman la verdad. La casa de Dios siempre habla de la verdad y comparte sobre ella, algo por lo que sienten especial aversión. Esto demuestra que esta clase de personas no tienen conciencia ni razón y que no pueden discernir el bien del mal. El hecho de no poder discernir el bien del mal significa que, en su humanidad, no disponen del estándar ni de la capacidad para identificar las cosas positivas y las negativas; es algo de lo que carecen. Entonces, ¿tiene esta clase de personas una humanidad normal? (No). No son humanos. Si alguien de verdad tiene humanidad, hay algo que puede demostrarlo: ama y anhela las cosas positivas en su corazón. Incluso cuando no entiende la verdad, anhela una sociedad recta que esté libre de oscuridad, como también anhela las cosas positivas y que la verdad ostente el poder. Pero esta sociedad malvada no tiene cabida para la gente así, y a las personas se las excluye y reprime si revelan algo positivo. En estas circunstancias, las personas con humanidad no pueden obtener las cosas positivas que les gustan y anhelan, por lo que se sienten afligidas en su corazón. Pero después de creer en Dios, al leer Sus palabras y escuchar los sermones, entienden muchas verdades, y estas verdades son coherentes y coinciden con las cosas positivas que su humanidad ama, lo que satisface a la perfección sus necesidades de cosas positivas. Por tanto, su corazón anhela las cosas positivas aún más. Aunque ahora no puedan poner la verdad en práctica por completo —ya sea por limitaciones del entorno, por su escasa estatura o porque ciertas actitudes corruptas las constriñen y atan—, tienen la determinación y el deseo de poder algún día practicar plenamente de acuerdo con la verdad y las palabras de Dios, para así lograr la sumisión a Sus palabras y satisfacer sus necesidades derivadas de su amor por las cosas positivas. Tales personas son aquellas cuya humanidad posee la cualidad de ser capaz de discernir el bien del mal; son personas con humanidad. Si solo afirmas que amas las cosas positivas y reconoces de palabra que todo lo que Dios hace es bueno, eso es simplemente hablar de doctrinas y gritar consignas. Emitir palabras agradables y teorías correctas o soltar discursos altisonantes es algo que puede hacer cualquiera. Eso no demuestra que de verdad ames las cosas positivas. Pero si, cuando oyes la verdad, puedes amarla y anhelarla, y cuanto más la oyes, más la anhelas, mayor es tu impulso por buscarla y más firme se vuelve tu fe en seguir a Dios y alcanzar la salvación; y si, en el proceso de creer en Dios, te das cuenta de que obtienes ganancias en tus diversas búsquedas, te vas despojando gradualmente de tus actitudes corruptas y van disminuyendo cada vez más tus actos de resistencia a Dios y rebeldía contra Él, entonces eres alguien que ama las cosas positivas, alguien que posee la realidad-verdad. Tales personas dan fruto y obtienen ganancias en su fe en Dios. Puedes sentir que has cambiado y que tu actitud hacia Dios y la verdad es diferente a la que tenías antes. En el pasado te rebelabas contra Dios, no te sometías a Él y no podías practicar la verdad ni siquiera en asuntos insignificantes. Pero a lo largo de estos años de búsqueda, de estos años en los que has hecho tu deber y gracias a tus esfuerzos en todos los aspectos, has entendido algo de la verdad y, cuando te enfrentas a los asuntos, puedes buscar la verdad y rebelarte contra los deseos de tu carne. En algunos asuntos importantes relacionados con los principios, también puedes atenerte a estos y no actuar según tu propia voluntad, así como defender los intereses de la casa de Dios y el trabajo de la iglesia. Esto significa que tienes cierta estatura, que tienes algo de práctica y entrada en lo que respecta a rebelarte contra ti mismo y a aceptar la verdad y someterte a ella y que tus diversas actitudes corruptas también han cambiado en diversos grados. Esta es la manifestación de discernir el bien del mal en las personas que de verdad tienen humanidad.
Las personas que no saben discernir el bien del mal puede que también quieran aceptar la verdad y estén dispuestas a buscar la salvación, pero cuando se enfrentan a las cosas, no pueden poner la verdad en práctica. Siguen viviendo según sus actitudes corruptas y a menudo se rebelan contra Dios y se resisten a Él sin ser conscientes de ello. Se rebelaban contra Dios de esta manera hace diez años y, diez años después, todavía pueden hacerlo. Ni aceptan ni practican la verdad. Hay dos razones para ello: una es que no entienden en lo más mínimo qué es la verdad y se limitan a aferrarse a su propio razonamiento, a sus propios dichos y a sus propios puntos de vista. La otra es que no son en absoluto personas que acepten la verdad. Siguen rebelándose contra Dios de la misma manera en que lo hacían hace diez años, sin ningún cambio. Por muchos años que lleven creyendo en Dios, no tienen testimonio de aceptar la verdad ni de someterse a Dios, y mucho menos de rebelarse contra la carne y sus actitudes corruptas. Esto demuestra que no son personas que acepten la verdad. Tales personas no son de las que disciernen el bien del mal. También se puede decir que no son personas con humanidad; para decirlo sin rodeos, no son seres humanos. Algunas personas, tras oír estas palabras, sienten en su corazón que no están convencidas. Dicen: “Llevo más de diez años creyendo en Dios y siempre he estado haciendo mi deber. Es solo que de vez en cuando cometo algunos errores y me someto a alguna poda. ¿Acaso no es eso muy normal? Todo el mundo tiene actitudes corruptas; ¿quién no comete errores? En cualquier caso, soy un verdadero creyente. ¿Cómo puedes decir que no tengo humanidad?”. Es cierto que eres un verdadero creyente, pero ¿ser un verdadero creyente significa que puedes aceptar la verdad? ¿Significa que puedes rebelarte contra la carne y que no serás obstinado? ¿Significa que puedes someterte a Dios? No. Ser un verdadero creyente no lo es todo y no significa que puedas alcanzar la salvación. Alcanzar la salvación depende fundamentalmente de si tu humanidad puede aceptar la verdad y de si puedes discernir el bien del mal. Ser un verdadero creyente no es la condición más importante para que las personas alcancen finalmente la salvación, ni es una condición básica. Dices que eres un verdadero creyente, pero ¿cuánta verdad has entendido y obtenido? En lo que respecta a los intereses de la casa de Dios, ¿en cuántas ocasiones los has defendido? Si crees que eres un verdadero creyente, que tienes conciencia y humanidad y que eres una persona de verdad, entonces, en relación con el mismo asunto, si podías rebelarte contra Dios hace diez años, ¿puedes seguir rebelándote contra Él ahora? ¿Has cambiado? ¿Te has rebelado contra la carne? Si no te has rebelado contra la carne, ¿podrás hacerlo en los próximos diez años? Si sigues sin poder rebelarte contra la carne y aún puedes rebelarte contra Dios, eso demuestra que hay un problema con tu humanidad. No puedes practicar la verdad, así que, aunque digas que eres un verdadero creyente, es inútil. Dices que estás dispuesto a sufrir y a pagar un precio, así como a hacer tu deber devotamente, pero esta disposición no tiene valor. Es solo un requisito previo para que puedas practicar la verdad y someterte a Dios, pero que finalmente puedas ponerlo en práctica depende de si tienes humanidad. Si tu corazón es siempre incapaz de frenar y controlar tus actitudes corruptas, eliges defender tus propios intereses y escoges las cosas negativas en lugar de las positivas, eso demuestra que tu humanidad no ama la verdad ni tiene la capacidad de controlar tus actitudes corruptas. Que no tuvieras la capacidad de controlar las revelaciones de tus actitudes corruptas cuando no entendías la verdad es disculpable. Pero ahora es diferente. Llevas muchos años escuchando los sermones sobre la verdad y, aun así, sigues sin poder frenar tus actitudes corruptas para poder practicar de acuerdo con los principios-verdad y tomar las decisiones correctas cuando te enfrentas a las cosas. Ves claramente a personas malvadas que perturban el trabajo de la iglesia y, sin embargo, no eres capaz de ponerte en pie para defender los intereses de la casa de Dios. Pero cuando alguien perjudica tus propios intereses, puedes hacer todo lo que está en tu mano para defenderlos. Esto es suficiente para demostrar que en tu humanidad no hay conciencia ni razón que te regulen y frenen para que elijas la senda y los principios de práctica correctos. Si haces cosas tan irracionales y aun así afirmas que eres humano, eso demuestra que tu conciencia y tu razón ya no funcionan. Entonces no eres una persona normal, porque en tu humanidad no hay conciencia ni razón ni nada que pueda permitirte tomar las decisiones correctas. ¿Lo entiendes? Algunas personas dicen: “Mi estatura es pequeña ahora. Debido a mi entorno familiar y a mi educación, soy obstinado, autocomplaciente y soberbio. Pero en la vida real sé qué son las cosas positivas y qué son las negativas, y sé lo que debo y no debo hacer. Es solo que, como mi estatura es pequeña y no he tenido a nadie que entienda la verdad para esclarecerme, supervisarme e instarme, no he puesto la verdad en práctica y he cometido algunas transgresiones, y estoy un poco arrepentido en mi interior”. En la vida real, tales personas pueden usar su conciencia para regular su conducta y frenarse a sí mismas a fin de recorrer la senda correcta. Son personas que pueden salvarse. Esto es porque son capaces de aceptar la verdad, pueden poner en práctica parte de ella y han experimentado algunos cambios. Es solo que su ritmo de progreso es un poco más lento que el promedio y su crecimiento es algo menor, pero están cambiando. Es lo mismo que sucede con algunas semillas que crecen rápidamente en un terreno bueno, mientras que otras lo hacen más despacio y con mayor dificultad en la arena o en las grietas de las rocas; pero mientras haya vida en ellas, crecerán. Lo mismo ocurre con las personas. Mientras su humanidad posea la conciencia y la razón que la gente debería tener, eso demuestra que tienen vida humana; después de que acepten la verdad, cambiarán. Incluso si el cambio es lento —otros progresan mucho en una década, mientras que ellas solo avanzan un poco en veinte o treinta años—, a pesar de la lentitud, se están desarrollando en una dirección positiva, están cambiando y su vida está en continuo crecimiento. No importa lo rápido o lento que crezcan, esta clase de personas posee la cualidad de la humanidad. Sin embargo, hay otra clase de personas que llevan muchos años creyendo en Dios, pero no han experimentado ningún crecimiento en su vida en absoluto. Independientemente de quien hable sobre la verdad, sienten aversión y no están dispuestas a escuchar. No importa qué entorno disponga Dios, no buscan la verdad ni pueden extraer lecciones de él, así como tampoco obtener una guía positiva y ayuda a partir de tal entorno. Sienten aversión por las cosas positivas en su corazón. Su carácter y su estilo de vida, que consiste en hacer lo que les place, nunca han cambiado. Tales personas son las que no tienen conciencia ni razón. No son humanos, son no humanos. Al explicarlo de esta manera, ¿os resulta más claro y comprensible? (Sí).
Hay otra clase de personas: las que saben que creer en Dios es bueno, pero no entienden qué son las cosas positivas y las negativas; además, en absoluto usan su conciencia para regular o frenar sus palabras y acciones. A tales personas es más fácil discernirlas. No aman las cosas positivas en lo más mínimo ni entienden para nada el sentido de las cosas. Todo esto les resulta confuso. Si les preguntas qué son las cosas positivas, hablarán en términos de doctrinas y dirán que todo lo que Dios dice y hace son cosas positivas. Lo que dicen suena bastante bien, pero cuando se enfrentan a las cosas, no pueden relacionarlas con las palabras de Dios ni discernirlas; su mente se hace papilla, se atolondran y no tienen claridad respecto a nada. Si les preguntas qué verdades han obtenido de su fe en Dios durante tantos años, dicen: “Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, todo lo que Él hace por el hombre es bueno y Dios ama al hombre. Satanás se resiste a Dios y daña, persigue y abusa del hombre”. Si les preguntas qué más han obtenido, dicen: “Debemos hacer bien nuestro deber, sufrir más y pagar un precio mayor”. Si entonces les preguntas qué principios se deben seguir al hacer el deber, dicen: “Debemos escuchar lo que dicen los de arriba y hacer lo que se nos pide. Aunque el trabajo sea sucio y agotador, debemos hacerlo bien; no debemos trastornar, perturbar ni causar problemas. Debemos hacer cosas que sean beneficiosas para todos y para la casa de Dios”. Todas estas doctrinas que expresan son correctas; no hay ni una sola palabra equivocada en ellas. Sin embargo, cuando se enfrentan a las cosas, no revelan más que algunos puntos de vista distorsionados y necios, y por muchas veces que las corrijas, no pueden cambiar. ¿Qué clase de miserables son tales personas? (Son personas atolondradas). ¿Son humanos las personas atolondradas? (No). ¿Qué son las personas atolondradas? (Bestias). La palabra civilizada es “animales”, y el término coloquial es “bestias”. Por muchos sermones que escuchen, no entienden qué es la verdad, qué son las cosas positivas ni qué son las negativas. Por muchas cosas que hagan que se rebelen contra Dios, no son conscientes de ello en su corazón y siguen sintiendo que son bondadosas por naturaleza y que tienen un corazón compasivo. Cuando ven a alguien sufrir, sienten dolor en su corazón y desearían poder sufrir en su lugar. Cuando ven a alguien sin nada que comer o vestir, quieren darle su propia ropa y comida. Por muchas palabras de Dios que escuchen que dejen en evidencia la corrupción de la especie humana, siguen sintiendo que son muy buenas, mejores que nadie. Por muchas cosas incorrectas que hagan, no saben en qué se equivocaron y nunca admiten que tienen un carácter corrupto. Si les preguntas: “¿Eres un humano corrupto? ¿Tienes un carácter corrupto?”, responden: “Sí, lo tengo. Todo el mundo tiene corrupción, ¿cómo no iba a tenerla yo? ¡Estás diciendo necedades!”. Incluso te llaman necio. Pero cuando hacen algo mal, no lo admiten e incluso echan la culpa a otros. No importa qué hagan mal, no lo admiten, y por muy graves que sean las fechorías que cometan, siempre tienen excusas y razones para justificarse. ¿Tienen tales personas algo de razón? ¿Son personas que pueden discernir el bien del mal? (No tienen razón ni pueden discernir el bien del mal). Parecen esforzarse mucho cada día, escuchando sermones y leyendo las palabras de Dios desde el alba hasta el anochecer, pero no pueden entender ni una sola frase de la verdad, hacer ni una sola cosa de acuerdo con los principios-verdad ni decir ni una sola palabra que sea conforme a la verdad. Y, dejando a un lado las palabras que son conformes a la verdad, ni siquiera pueden decir una palabra que esté de acuerdo con la conciencia y la razón de la humanidad; solo dicen palabras atolondradas y absurdas, y solo sueltan argumentos retorcidos. Tales personas están muy lejos de tener conciencia y razón; son simplemente personas atolondradas, rebosantes de razonamientos retorcidos. Después de escuchar muchos sermones, pueden decir algunas palabras espirituales. Cuando las oyes pronunciar palabras espirituales, piensas que son bastante competentes y elocuentes, pero a la hora de manejar los asuntos, descubres que son a la vez atolondradas y absurdas. Cuando sueltan argumentos retorcidos, pueden dejarte sin palabras. ¿Qué significa “dejarte sin palabras”? Significa que no puedes imaginar que alguien pueda decir palabras tan absurdas o tener tal forma de pensar, que simplemente te resulta inconcebible y que, al final, solo puedes responderles con el silencio, que es la mejor manera de tratar con ellas.
Si uno es humano y posee una humanidad normal, es fundamental que sea capaz de discernir el bien del mal. Cuando una persona no ha recibido la provisión de las palabras de Dios ni entiende la verdad, puede valerse de su conciencia y su razón para comprender algunas cosas positivas y negativas que sean sencillas. Posee ciertas capacidades cognitivas y de discernimiento respecto a algunas cosas positivas y negativas con las que entra en contacto en la vida real. Es capaz de discernir hasta cierto punto las cosas que se encuadran dentro del sentido común humano básico, las leyes de la supervivencia humana y algunas personas, acontecimientos y cosas con las que se enfrenta a menudo. No es una persona que viva de manera atolondrada, sino que posee capacidades cognitivas y de discernimiento en lo que respecta a las cosas positivas y las negativas del mundo humano y, por supuesto, también tiene ciertos pensamientos, posturas y actitudes correctas al respecto. Después de los treinta años de edad, tales personas empiezan a enfrentarse gradualmente a diversos asuntos de la vida. Aunque no hayan leído las palabras de Dios ni recibido la provisión de estas, para cuando tienen cincuenta o sesenta años, pueden ir sintetizando poco a poco qué son las cosas positivas y qué son las negativas, para luego vivir de acuerdo con esas cosas positivas que pueden comprender y seguir algunas de las leyes de las cosas positivas. En cuanto a algunas cosas negativas, además de ser capaces de discernirlas, también pueden apartarse de ellas desde lo más profundo de su corazón. Cuando no tienen más opción que seguir las tendencias mundanas o algunas filosofías para los asuntos mundanos y dichos que circulan entre la gente, sienten que están yendo en contra de su conciencia y que esta las reprobará. En el fondo de su corazón, no aceptan tales puntos de vista; solo actúan así por supervivencia o para obtener beneficios temporales. No es su intención original hacer estas cosas; más bien, es una decisión tomada en contra de su voluntad. Una vez que tales personas creen en Dios, se interesan más por lo que dicen exactamente Sus palabras sobre toda clase de cuestiones, como las relativas a la vida y la supervivencia humanas, cuáles son las afirmaciones exactas de Dios sobre los problemas difíciles de la vida humana y qué les pide Dios exactamente a las personas que hagan cuando se enfrentan a tales problemas. Anhelan las respuestas a estas preguntas. Cuando reciben las respuestas, no piensan que practicar según las palabras de Dios sea demasiado difícil ni demasiado contrario a las necesidades de la humanidad. En cambio, sienten que solo estas verdades son la senda correcta, lo que la gente debería poseer y lograr, así como la semejanza que debería tener en la vida. Piensan que, si las personas viven así, ello podrá satisfacer verdaderamente las necesidades de su conciencia y humanidad, que solo viviendo de ese modo no irán en contra de su voluntad y que únicamente entonces podrán sentirse asentadas y tener gozo y paz. También piensan que solo así la gente tendrá esperanza y estará dispuesta a seguir viviendo y que únicamente entonces podrán liberarse de diversas fuerzas del mal, de distintas tendencias malvadas y del estado de vacuidad en que vive la humanidad. Bajo la influencia de su conciencia en lo más profundo de su corazón, sienten afinidad por las diversas declaraciones, enseñanzas y provisiones contenidas en las palabras de Dios, y las acogen desde lo más profundo de su corazón. Tienen el deseo de perseguir la obtención de la verdad. Además, a medida que se van expresando más palabras de Dios y que la provisión de estas es cada vez más práctica y detallada, se va satisfaciendo su anhelo por la verdad y por las cosas positivas en mayor medida. No es que cuanto más escuchan, mayor es su inquietud, más excesivamente detallado les parece lo que oyen o más confundidas se sienten. Al contrario, cuanto más escuchan, más claras parecen las cosas y más sienten que pueden desentrañarlas y que tienen una senda. Les parece que hay esperanza por delante, que ven la luz y que tienen una senda para practicar la verdad y alcanzar la salvación. La firmeza que sienten en el corazón va aumentando gradualmente y cada vez están más convencidas de que la senda de creer en Dios es la correcta y que el precio que han pagado y la energía y la sangre del corazón que han gastado cada día hasta la fecha al creer en Dios han valido la pena y han tenido sentido. Esto se confirma en lo más profundo de su corazón. Aunque su deseo se ha cumplido y su anhelo por la verdad se ha saciado en cierta medida, las personas que verdaderamente anhelan la verdad tomarán decisiones firmes y harán planes, exigiéndose a sí mismas practicar y entrar en todos los aspectos de la verdad, para aplicar las palabras de Dios, los diversos principios-verdad y los distintos requisitos de Dios en sí mismas, y de ese modo permitir que las palabras de Dios se conviertan en los criterios de sus acciones y de su conducta propia en la vida real, así como en su realidad-vida. En el pasado, cuando no entendían la verdad, solo podían pronunciar algunas palabras y doctrinas. Cuando se enfrentaban a las cosas, solo tenían una visión unilateral de ellas, como en la parábola de los hombres ciegos y el elefante; eran incapaces de ver la esencia del problema y no sabían qué hacer. Pensaban que la vida era muy aburrida, sin objetivos por los que luchar ni esperanza, y vivían de manera atolondrada. Pero ahora es diferente. La claridad con la que se expresan las palabras de Dios y se comparte la verdad es cada vez mayor. Sienten que la senda se vuelve más luminosa y clara y que hay un camino por delante. Y tienen las palabras de Dios como base a seguir para cada palabra que pronuncian, cada cosa que hacen y cada tipo de persona con la que se encuentran. Les parece que las palabras de Dios son muy prácticas y muy buenas y han confirmado que creer en Dios es la senda correcta, que la fe en Él puede llevar a la salvación, que creer en Dios de esa manera puede permitirles vivir una semejanza humana ¡y que eso es muy significativo y valioso! Mientras anhelan y practican las verdades, también entran continuamente en ellas y cosechan buenos frutos sin cesar. A medida que el anhelo y la necesidad de cosas positivas por parte de su conciencia y humanidad se satisfacen, su vida interior también va cambiando gradualmente. Aunque a menudo revelan un carácter corrupto, se rebelan contra Dios y —a pesar de que no lo deseen— actúan según su carácter corrupto, su carne y sus pensamientos y puntos de vista necios y falaces cuando se enfrentan a las cosas, al mismo tiempo también se produce un buen fenómeno: cuando hacen esto, su conciencia se suele sentir intranquila y piensan que su carácter corrupto está profundamente arraigado y que es difícil de cambiar. Entonces, bajo la influencia de su conciencia, con frecuencia se sienten reprobadas en su corazón, culpables y arrepentidas. Suelen reflexionar sobre dónde se equivocaron exactamente y a menudo se arrepienten. Todos estos son los efectos de la conciencia. Si las personas tienen conciencia, tendrán estos sentimientos y estas manifestaciones; si las personas tienen conciencia, así es como vivirán, reflexionando a menudo sobre sí mismas y arrepintiéndose y cambiando de rumbo con frecuencia. Aunque suelan afrontar fracasos y contratiempos, así como enfrentarse a la poda, el juicio y el castigo por hacer el mal, como a menudo se arrepienten y cambian, su objetivo de perseguir la verdad sigue siendo el mismo y, al final, tendrán un buen resultado y cosecharán buenos frutos. Suelen sentirse reprobadas y culpables, cambiar de rumbo y arrepentirse. Este es un buen fenómeno: demuestra que ya están en la senda correcta y que, al final, obtendrán un provecho real. Por un lado, su carácter corrupto se ha aliviado en cierta medida, y su rebeldía hacia Dios ha disminuido. Antes, cuando se enfrentaban a cosas que no eran conformes a sus nociones, se quejaban, pero ahora ya no se quejan y pueden buscar la verdad; saben que tratar a Dios y Su obra basándose en nociones y figuraciones es absurdo, ridículo e incorrecto. Además, mientras que antes eran negativas al afrontar dificultades, ahora ya no lo son; pueden tratarlas correctamente y someterse a las instrumentaciones y arreglos de Dios. Aunque a veces puedan ser negativas, eso no afecta a la ejecución de su deber y se han convertido en devotas al realizarlo. Su conciencia les dirá que actuar así es correcto. Cuando actúen de esta manera, tendrán paz en su corazón y ninguna sensación de acusación y sentirán cada vez más que así es como deben actuar. Cuanto más practican de esta manera, más se dan cuenta de la importancia de buscar y practicar la verdad en todas las cosas y más sienten que deben buscar la verdad y practicar de acuerdo con los principios-verdad, que esta senda es la correcta y que practicar de esta manera genera un provecho. Cuando las personas obtienen tal provecho, descubren que su relación con Dios está cambiando, que la vida en su interior se está transformando y que su carácter corrupto está perdiendo cada vez más su dominio, con lo que disminuyen la esclavitud y la limitación que este ejerce sobre ellas; también descubren que su deseo de perseguir la verdad y su anhelo por ella son cada vez mayores y que su fuerza para practicar la verdad y superar su carácter corrupto también está aumentando. De esta manera, las personas tendrán un cierto tipo de sentimiento, que es que hay esperanza para ellas de despojarse del carácter corrupto y alcanzar la salvación, que la senda que recorren es la correcta y que aceptar, practicar y someterse a la verdad es lo correcto. Esta es la actitud que tienen hacia la verdad las personas que poseen la conciencia y la razón de la humanidad. Esta es la manifestación que presenta la gente a medida que acepta gradualmente la verdad. Es la manifestación más normal. En el caso de quienes no presentan esta manifestación, como mínimo, su conciencia no puede desempeñar ninguna función reguladora. Si tienes conciencia, esta sin duda desempeñará una función reguladora. Si tu conciencia no puede desempeñar una función reguladora, es que no es una conciencia; careces de ella. Si las personas tienen conciencia, serán capaces de discernir el bien del mal, de discernir las cosas positivas de las negativas, y elegirán las cosas positivas y abandonarán las negativas. Si las personas tienen conciencia y pueden discernir el bien del mal, elegirán aceptar, practicar y someterse a la verdad, así como actuar según los principios-verdad. Si esta vez no practican la verdad, su conciencia las reprobará, y si a la siguiente vez tampoco la practican, las volverá a reprobar. Si tienes sentido de la conciencia y distingues el bien del mal, entonces, tras haber oído tantas verdades, cuando hagas el mal repetidamente, tu conciencia te reprobará y te acusará aún más, y serás capaz de someterte al sentimiento de tu conciencia y tomar la decisión correcta. Hay quienes dicen: “Mi conciencia también me reprueba cuando hago el mal, pero incluso después de reprobarme durante diez o veinte años, no quiero elegir practicar la verdad”. Entonces Yo digo que esa conciencia tuya no es una conciencia. Dices que sientes que tu conciencia te reprueba, pero a lo largo de tantos años has sido incapaz de cambiar de rumbo o arrepentirte y tu supuesta conciencia no ha logrado regularte para que elijas la senda correcta. Entonces tu conciencia no es una conciencia y no tienes humanidad. Dices: “Sé lo que es correcto y lo que es incorrecto, ¿cómo puedes decir que no tengo conciencia?”. Eso solo puede significar que tu corazón es demasiado intransigente y que tu conciencia ya no funciona. Si de verdad posees la conciencia de la humanidad, cuando hagas el mal y tu conciencia te repruebe, tu humanidad se inclinará hacia lo positivo y tu conciencia te acusará desde dentro, diciendo: “¡Esto está mal, esto es tan falto de humanidad!”. Si siempre te reprobara así, ¿qué clase de persona tendrías que ser para no percibirlo? Solo aquellos sin conciencia carecen de esta percepción. Si de verdad tienes conciencia, cuando esta te reprueba, ¿puedes seguir siendo intransigente? Si dices: “Me ha reprobado durante diez o veinte años y no he sentido nada en particular”, es que no eres una persona con conciencia. ¿No es así? (Sí). No tienes conciencia y, sin embargo, afirmas tener humanidad; ¿no es eso engañar a la gente? Si tienes humanidad, ¿cómo puedes no tener conciencia? Si no tienes conciencia, entonces no tienes humanidad. Una señal de no tener humanidad es no entender qué son las cosas positivas y qué son las negativas. Dices que tienes conciencia; entonces, ¿por qué eres incapaz de discernir el bien del mal? Has oído muchos sermones; en ese caso, ¿por qué no anhelas perseguir la verdad? Dices: “Mi corazón está dispuesto a perseguir la verdad y a practicarla”; ¿qué verdades has practicado, entonces? ¿Dónde están las pruebas? Si tu corazón ama la verdad y está dispuesto a perseguirla, ¿por qué no la practicas? ¿No es eso engañar a la gente? ¿No es igual que las mentiras de un embustero? Es igual que el gran dragón rojo, que siempre proclama que todo lo que hace es para servir al pueblo y permitirle disfrutar de una vida feliz, pero cuando la gente cree en Dios y recorre la senda correcta, los arresta y persigue frenéticamente. No permite que la gente siga a Dios, que acepte la verdad ni que alcance la salvación; solo les permite seguir al Partido y obedecer sus órdenes, lo que los lleva a acabar en el infierno y ser castigados, para deleite del gran dragón rojo. Entonces, ¿es cierto o falso lo que dice el gran dragón rojo de que “sirve al pueblo”? Satanás siempre dice que lo que él hace es en beneficio de la gente, pero no puede proveer a las personas de la verdad ni guiarlas hacia la senda correcta en la vida. Solo inculca en la gente herejías y falacias, lo que hace que se entreguen a una vida de desenfreno, que recorran la senda del mal, que persigan el mundo, la fama y el provecho y que luchen entre sí y se dañen unos a otros, al tiempo que les impide recorrer la senda correcta y los arrebata del lado de Dios. Al final, la gente consigue fama y provecho, pero su cuerpo y su mente están completamente arruinados; están llenos de las herejías y falacias de Satanás, Dios está ausente de su corazón y ya no creen que la humanidad fue creada por Dios. Empiezan a negar a Dios y se vuelven hostiles a Él. ¿Está Satanás haciendo esto en beneficio del hombre? ¿No es esto dañar y arruinar a la gente? Sin embargo, las personas que no son capaces de discernir el bien del mal no pueden desentrañar estas cosas.
Hay quienes dicen: “Tengo humanidad y puedo discernir el bien del mal, y tengo más conciencia que la mayoría de la gente”. Entonces, compárate con el contenido compartido hoy y mira si tienes conciencia, si puedes aceptar y practicar la verdad, si sientes remordimiento y culpa cuando haces el mal y si realmente te has arrepentido y has cambiado. Si no tienes estas manifestaciones de entrada en la vida, eso demuestra que tu conciencia no ha funcionado a pesar de haber escuchado sermones durante tantos años desde que empezaste a creer en Dios. ¿Qué explica que tu conciencia no funcione? Solo hay una razón que puede explicar este problema: eres una persona sin conciencia. Hay quienes dicen: “Aunque no tengo entrada en la vida, entiendo todas las verdades”. Si entiendes la verdad, ¿por qué no la practicas? ¿Por qué no has tenido entrada alguna? ¿Cómo es que incluso ahora tu vida interior sigue sin cambiar? Entiendes la verdad, pero no la practicas; ¿dónde está tu conciencia? Algunos incluso argumentan: “Llevo muchos años creyendo en Dios. Si no tuviera conciencia, ¿podría haber renunciado a tanto, sufrido tanto y pagado un precio tan grande? ¿Podría hacer mi deber de buen grado?”. Si tienes conciencia, entonces, ¿qué efecto ha tenido esta después de que hayas escuchado tantas verdades? ¿Puede frenarte para que actúes según los principios-verdad? ¿Puede regir tu comportamiento y tus pensamientos? Llevas muchos años escuchando sermones, puedes pronunciar numerosas doctrinas y has sufrido mucho y pagado un precio muy grande; entonces, ¿por qué tu conciencia no desempeña ningún papel a la hora de regir tu comportamiento, para hacerte actuar según los principios e impedir que los vulneres? Si tienes tanta conciencia y humanidad y has entendido tantas verdades, ¿por qué no puedes ponerlas en práctica? ¿Cómo puedes vulnerar abiertamente los principios y perturbar de manera descarada el trabajo de la iglesia? Si tienes conciencia, ¿ha cambiado tu vida interior después de hacer tu deber durante tantos años? No has cambiado y no tienes entrada alguna en la verdad; eso demuestra que no tienes conciencia. Hay quienes dicen: “¿Podría hacer mi deber si no tuviera conciencia?”. No estás haciendo tu deber, estás siendo mano de obra. Para ser mano de obra no se necesita conciencia, basta con esforzarse un poco. Esto confirma a la perfección el dicho: la gente que es mano de obra es gente sin conciencia; no persiguen la entrada en la vida ni la verdad, solo buscan ser mano de obra y están dispuestos a esforzarse. ¿Cuáles son las características para ser mano de obra? Estar dispuesto a sufrir adversidades y pagar un precio, buscar la alegría, el sentido de la importancia y el valor que aporta a uno mismo sufrir y pagar un precio, tratar de satisfacer el deseo personal de obtener bendiciones y la ambición personal de hacer tratos con Dios, e intentar conseguir bendiciones a cambio del propio sufrimiento y sacrificio. Si les pides que se esfuercen en el trabajo, que sufran adversidades y que paguen un precio, pondrán mucha energía en ello; pero si les pides que actúen según los principios y practiquen la verdad, se vuelven apáticos, se desconciertan y no saben cómo practicar. Algunas personas incluso sienten que las han puesto en una situación difícil y piensan: “Está bien que me pidas que me esfuerce, que sufra adversidades y que pague un precio. Puedo soportar cualquier cantidad de adversidades y no me quejaré por muy cansado que esté. Pero pedirme que actúe según los principios, ¿no es ponerme las cosas difíciles? Ser capaz de esforzarme, de sufrir adversidades y de pagar un precio sin quejarme ya está bastante bien; ¿por qué aun así me exiges que actúe según los principios? ¡Tus exigencias a la gente son demasiado altas! Que cada uno haga las cosas como quiera; mientras el trabajo se haga, es suficiente. Si no se hace bien, ¡simplemente se puede corregir con el tiempo!”. Solo están dispuestos a ser mano de obra y son muy enérgicos cuando lo hacen, pero se vuelven apáticos cuando se trata de practicar la verdad y se confunden aún más cuando se trata de la entrada en la vida. Sin embargo, siguen pensando que son buenas personas. A menudo dicen: “Soy una persona con conciencia y soy amable. Pongo toda la energía que tengo en hacer mi deber y nunca me guardo nada. Puedo renunciar a mi familia y a mi carrera para entregarme a Dios. ¿Cómo puedo tener tanta motivación? ¡Soy buena persona por naturaleza!”. En realidad, no entienden ninguna verdad y mucho menos pueden actuar según los principios-verdad. Solo saben usar la fuerza bruta y aun así piensan que son buenos. Incluso a estas alturas, no tienen sentimiento alguno en su conciencia y razón. Si de verdad tuvieras conciencia, ¿cómo podrías espetar argumentos tan retorcidos? ¿Cómo podrías no tener una comprensión pura de la verdad? Si tuvieras conciencia y humanidad, ¿cómo podrías no haber escuchado atentamente las palabras de Dios, cuáles son los criterios que Él exige a las personas y qué principios se deben seguir en cada cosa que haces? Si escuchas pero no entiendes y eres insensible a la verdad, entonces eres alguien sin conciencia ni humanidad. ¿Crees que puedes intercambiar tu fuerza bruta por la verdad y la vida, por la salvación? Eso es imposible; esa senda no funciona. Aunque estés dispuesto a esforzarte, a trabajar con sinceridad y puedas sufrir un poco, y a los ojos de la gente seas un tanto devoto, sigue siendo difícil saber si podrás serlo hasta el final. No se sabe cuándo brotará tu naturaleza bestial, causarás problemas y crearás trastornos y perturbaciones, y entonces tendrán que depurarte. ¿No se depuró hace poco a unas cuantas personas de la iglesia? La gente que es así dice palabras que parecen muy agradables, y cualquiera que las oye piensa que entienden la verdad, pero simplemente no la practican. Dicen cosas que suenan bien, pero no hacen un trabajo real. No solo se enfrentan a la gente, sino también a la casa de Dios. ¿No es eso resistirse a Dios? ¿Puede la casa de Dios acogerlos? Si están dispuestos a hacer su deber, deberían hacerlo con sumisión y respetando las reglas, pero no lo hacen. Intentan estar al mando y ostentar el poder, e incluso causan perturbaciones y destrucción. ¿Hasta qué punto causan perturbaciones? Incluso cuando Yo estoy haciendo algo, intentan entrometerse, criticar esto y aquello y obstaculizar y perturbar. Intentan perturbar Mis acciones; ¿podría Yo mostrarles misericordia? Si solo estuvieras perturbando Mi vida personal, podría hacerte a un lado e ignorarte, pero estoy obrando en la casa de Dios, haciendo un trabajo real para el pueblo escogido de Dios, y aun así intentas perturbarlo y socavarlo. ¿Cuál es el problema aquí? ¿Qué se debe hacer con una persona así? (Depurarla). La casa de Dios tiene principios para ocuparse de la gente, y a tales personas se las debe depurar. Algunos dicen: “¡Me han agraviado! No sabía que esto te estaba ofendiendo. No sabía que esto era desafiar a lo Alto y a Dios. No lo hice a propósito”. El hecho de que pudieras hacer tal cosa demuestra que actuabas a propósito. ¿Cuántos años llevas escuchando sermones? ¿Tienes conciencia? ¿Tienes humanidad? Si fueras humano, si tuvieras humanidad y poseyeras conciencia y razón, no harías tales cosas, ni intencionadamente ni de otro modo. Yo estoy obrando, y ellos perturban deliberadamente e intentan socavar esa obra. ¿Son siquiera humanos? ¿Acaso no son diablos? Si la gente realmente poseyera conciencia y razón y de verdad tuviera humanidad, aunque fuese una persona corriente la que hiciera algo, siempre y cuando eso fuera beneficioso para el trabajo de la iglesia y para los hermanos y hermanas, sabrían que deben apoyarlo y no socavarlo, y más aún si fuera algo de lo que Yo me estuviera ocupando personalmente. Sin embargo, insisten en causar perturbaciones e intentar sabotearlo y nadie puede detenerlos. Se han convertido en auténticos diablos, ¿no es así? Yo digo que la maldad de tales personajes es grave; no debemos ser indulgentes con ellos; la casa de Dios tiene principios para ocuparse de la gente, y se debe lidiar con ellos depurándolos. ¿Es esta una forma apropiada de tratarlos? (Sí). Si solo siguen sus preferencias personales en su vida cotidiana, es aceptable. Por ejemplo, Yo podría decir: “Me gusta comer fideos”, a lo que ellos responden: “A mí no me gustan los fideos. Cuando cocine, haré fideos para Ti y para mí haré arroz”. Este asunto no guarda relación con el trabajo de la iglesia ni con ningún principio-verdad, y mucho menos con la humanidad o la conciencia de uno. Seguir tus preferencias personales en este caso está bien, pero cuando se trata de asuntos que tienen que ver con el trabajo de la iglesia, no es aceptable. Si cometes fechorías imprudentemente y causas trastornos y perturbaciones, estás vulnerando los decretos administrativos. ¿Qué clase de persona puede vulnerar descaradamente los decretos administrativos? ¿Qué clase de persona puede desafiar abiertamente la verdad y a la casa de Dios? (Los diablos). Esas personas atolondradas y bestias temerarias pueden desafiar y perturbar de esta manera, y los diablos son aún más capaces de hacerlo. No importa lo que haga la casa de Dios, los diablos siempre intentan perturbarlo; causan perturbaciones como si estuvieran poseídos, sin tener en cuenta las consecuencias. Pueden perturbar hasta tal punto y sin embargo no darse cuenta, y aun así piensan que no han causado perturbaciones, que son totalmente inocentes e incluso defenderse. No hay necesidad de compartir nada con tales personas; lo correcto es simplemente depurarlas. Gente como esta, que no tiene la conciencia ni la razón de la humanidad, son auténticos diablos; nunca cambiarán. No se te exige que persigas la verdad ni que la practiques en todas las cosas, pero como mínimo debes saber seguir las reglas. Si ni siquiera entiendes las reglas, no comprendes los decretos administrativos de la casa de Dios y ni tan solo sabes cuándo vulneras tales decretos, ¿tienes humanidad? No tienes humanidad; eres un diablo. Cuando los diablos hacen el mal, no pueden evitarlo. Su resistencia a Dios, su juicio de Él y su blasfemia contra Él son revelaciones naturales de su naturaleza. Sin que nadie los incite ni los adoctrine, pueden hacer el mal de esta manera de forma natural. Esto se debe a que los domina su naturaleza diabólica.
Hoy hemos hablado sobre la cuestión de discernir el bien del mal, que forma parte de la conciencia y la razón de las personas. A través de esta enseñanza, ¿veis ahora este aspecto con claridad? Un verdadero humano tiene conciencia y puede discernir el bien del mal; su conciencia funciona. No importa con qué personas, acontecimientos o cosas se encuentre ni qué problemas surjan, su conciencia es, como mínimo, la primera línea de defensa. Por un lado, tu conciencia te ayudará a juzgar y discernir qué cosas son positivas y cuáles son negativas; por otro, puede ayudarte a revisar y vigilar la senda que tienes por delante para que no incumplas los estándares mínimos de la conducta propia y, en última instancia, te ayudará a sopesar las opciones y a elegir la senda correcta. Naturalmente, las personas que entienden la verdad o que llevan muchos años creyendo en Dios y tienen una base para su fe al final elegirán, bajo la influencia de su conciencia, las cosas positivas y optarán por buscar y aceptar la verdad. Por lo tanto, la conciencia desempeña un papel rector en el marco de la humanidad; desempeña el papel de guiar a las personas hacia la senda correcta y de regularlas para que elijan las cosas positivas. Si una persona no tiene conciencia, no hace falta decir que no solo será incapaz de elegir las cosas positivas y la senda correcta, sino que además carecerá de la más mínima contención y regulación por parte de la conciencia en cualquier cosa que haga. Tal persona corre un gran peligro; es muy probable que haga el mal y se resista a Dios. Si es la reencarnación de un animal, podría hacer las cosas que hacen los demonios malvados, y las personas que son demonios malvados y diablos pueden cometer maldades aún mayores, lo cual es muy aterrador. Por lo tanto, poseer conciencia es muy importante. ¿Está claro? (Sí). Si una persona no tiene conciencia para regular su comportamiento y guiarla a recorrer la senda correcta, entonces la senda que elija será inevitablemente una senda equivocada, y lo que haga serán cosas negativas; las consecuencias serán inimaginables. Si puede vulnerar descaradamente la verdad y las leyes del desarrollo de las cosas y también blasfemar de manera imprudente, juzgando la verdad y toda la obra que Dios hace, incluso resistiéndose abiertamente a Dios y vulnerando Sus decretos administrativos, así como maldiciendo, condenando y blasfemando contra Dios con audacia, es que es exactamente igual que los diablos y Satanás. Puede cometer toda la maldad que cometen los diablos y Satanás, hacer todas las cosas que hacen ellos y pronunciar todas las falacias, herejías y argumentos retorcidos que pronuncian ellos. Estas personas son auténticos diablos y satanases.
¿Qué habéis entendido de la enseñanza de hoy? (He entendido que las personas con humanidad poseen conciencia y razón y pueden discernir el bien del mal. Respecto a discernir el bien del mal, Dios, usando diferentes ejemplos, ha explicado con suma claridad qué son las cosas positivas y las negativas, para que cuando nos enfrentemos a las cosas podamos emitir juicios acertados y al mismo tiempo tener las perspectivas correctas como base de nuestra búsqueda; debemos anhelar y perseguir las cosas positivas y odiar y rechazar las negativas). La conciencia y la razón propias de la humanidad son las condiciones más básicas para que una persona alcance la salvación. Si posees estas dos condiciones básicas, pero no persigues la verdad ni practicas el ápice de verdad que entiendes, y al final no puedes lograr la sumisión a la verdad, seguirás sin poder alcanzar la salvación. La conciencia y la razón son meramente las condiciones básicas para la salvación; en cuanto a qué senda recorres, eso depende de tu propia elección. Si eres una persona que de verdad tiene conciencia y razón, tendrás la oportunidad, bajo la regulación que ejerce tu conciencia, de elegir embarcarte en la senda de la búsqueda de la verdad. Si tu conciencia te regula y te guía para que elijas la senda correcta, pero no estás dispuesto a sufrir y pagar un precio, a rebelarte contra la carne y a renunciar a las cosas relacionadas con tus intereses carnales y no te has embarcado en la senda de la búsqueda de la verdad, seguirás sin tener ninguna esperanza de lograr la salvación. La esperanza de lograr la salvación está, por un lado, directamente relacionada con la conciencia de tu humanidad; por otro, también guarda estrecha relación con el precio que puedes pagar al perseguir la verdad y con tu determinación y deseo de practicarla. La conciencia simplemente te concede una condición básica para ser salvado y también crea muchas oportunidades para que practiques la verdad, dándote la ocasión de embarcarte en la senda correcta bajo la regulación que ejerce tu conciencia. Es decir, tu probabilidad de embarcarte en la senda correcta será relativamente alta, como también lo será tu esperanza de lograr la salvación: más del cincuenta por ciento; sin embargo, no estarán garantizadas. Por lo tanto, aunque sientas que tienes conciencia y humanidad, no te muestres complaciente al respecto, pensando que solo por tener conciencia y razón eres una buena persona y puedes alcanzar la salvación, que es algo que tienes garantizado. Si piensas de esta manera, entonces te digo que hay desviaciones en tu comprensión de este asunto. Si posees conciencia y tienes humanidad, esto solo confirma que eres alguien al que Dios ha escogido y llamado. Sin embargo, el factor determinante más importante para saber si al final puedes alcanzar la salvación reside en tu propia búsqueda. Aunque tu conciencia suela estar activa, regulando a menudo tu comportamiento y tu persona para que elijas la senda correcta, si con frecuencia vulneras tu conciencia y no eliges seguir la senda correcta ni practicar la verdad, sino que sueles salvaguardar tus intereses, reputación y orgullo personales y tener en cuenta tus propias perspectivas, ambiciones y deseos, entonces tu esperanza de alcanzar finalmente la salvación será muy escasa; poco a poco la habrás echado a perder tú mismo. Eso sería algo muy trágico. ¿Lo has entendido? (Sí). Bueno, hasta aquí nuestra enseñanza de hoy. ¡Adiós!
9 de marzo de 2024