I

Con ojos anhelantes, llamas con urgencia.

Frente a la cruel humanidad, expresas Tus palabras sinceras.

Por Tu único deseo, sufres injusticias abyectas

y dedicas tanto esmero cuidadoso y tienes tantas expectativas.

Nunca exiges nada extravagante y lo das todo con gusto.

Compañero de adversidad, día y noche,

sufres la infame persecución entre los hombres.

¿Quién se puede comparar con Tu belleza, el amado más venerado y más santo?

Se alabará Tu gran tarea pionera a través de las eras.

II

Caí en el pecado, pero me levanto en la luz.

¡Qué agradecido estoy de que me exaltes tanto!

Dios encarnado sufre,

así que ¡cuánto más debería sufrir yo, una persona corrupta!

Si cediera ante las influencias oscuras, ¿cómo vería a Dios?

Siempre que recuerdo Tus palabras, me lleno de anhelo por Ti.

Siempre que veo Tu rostro, me lleno de culpa y respeto.

¿Cómo podría soportar abandonarte en busca de una supuesta libertad?

Preferiría soportar todo tipo de sufrimientos para retribuir Tu corazón herido.

Cuando vuelva a florecer, escucharé Tus buenas noticias.